Cultura

Entrevista con Joseph Enkh-Baatar, primer sacerdote de Mongolia

Omnes·6 de diciembre de 2017·Tiempo de lectura: 5 minutos

El padre Joseph es el único sacerdote católico nativo de Mongolia, un país donde el catolicismo tiene escasos seguidores (apenas el 0,05% de la población, aproximadamente) y donde la Iglesia es de las más jóvenes del mundo.

1-¿Cómo vive el ser el único sacerdote católico en Mongolia?

Realmente la Iglesia católica en Mongolia es una de las más jóvenes en el mundo actualmente. Este año estamos celebrando el 25 aniversario de la Iglesia católica en Mongolia. La búsqueda de la palabra de Dios fue plantada hace 25 años y crece poco a poco, dando fruto a todos nosotros. Yo soy uno de los frutos de esa búsqueda y hay gente joven que desea ser sacerdote o monja para trabajar para el reino de Dios. Por el momento tenemos a seminaristas estudiando en Corea del Sur y algunas niñas expresaron su interés en ir al convento.

2-¿Qué le movió a hacerse católico?

Primero, fui a la iglesia gracias a mi hermana mayor cuando yo tenía siete años. Inicialmente me gustaba ir a la iglesia por su atmósfera. Más tarde, poco a poco fui conociendo más acerca de Jesús, la Biblia, la fe y las enseñanzas de la Iglesia. La fe en Dios se volvió más y más importante en mi vida. Dio una respuesta y un significado a todas mis preguntas que tenía desde la infancia. A través de la fe en Cristo y de mi experiencia personal con Dios deduje que encontré el último significado y propósito de mi vida. Durante mis años en el colegio consultaba la Biblia compartiéndola cada viernes. Después de usarla, corría tan rápido como podía y me decía a mí mismo que era el niño más feliz del mundo porque sentía el amor inmenso de Dios. Desde entonces iba a la iglesia todos los días.

3-¿Qué encontró en el catolicismo que otras religiones no tienen? ¿Qué religión practicaba antes de convertirse al catolicismo?  

Por supuesto que respetamos todas las religiones, pero tenemos que admitir sus diferencias y peculiaridades. Personalmente, encontré la verdad, el significado y propósito de mi vida en la Iglesia católica. Para mí la peculiaridad del catolicismo o cristianismo que en general difiere de otras religiones es el mismo Jesucristo. No hay otras religiones cuyo líder hablase, pensase y actuase como él, o que mostrase tanto amor hacia la humanidad por medio de su encarnación y sacrificio en la cruz. Además, comparada con otras comunidades cristianas, la Iglesia católica es única en muchos sentidos. La católica es la única Iglesia del tiempo de Cristo. Tiene una rica tradición en muchos aspectos, especialmente en teología, filosofía, liturgia, etc.

Cuando nací, Mongolia era un país comunista, y no había libertad religiosa, que se ganó con la democracia en 1990. La Iglesia católica llegó a Mongolia en 1992, y  empecé a ir misa en 1994 cuando tenía sólo siete años. Porque no practicaba otra religión antes de ir a templos budistas unas pocas veces al año con mi familia.

4-¿Cómo reaccionó su familia cuando contó que quería ser un sacerdote católico?

Después de graduarme en el colegio, le conté a mi familia, junto al sacerdote de la parroquia, que quería ser sacerdote. Después de oír la noticia de que quería convertirme en sacerdote, mi madre lloró casi tres meses porque me quería mucho, y no deseaba enviarme fuera. En Mongolia no hay seminario y tenía que irme al extranjero. Además, mi madre no era católica entonces y no sabía mucho de la Iglesia católica ni del sacerdocio. La mayoría de mis familiares y parientes no estaban contentos con mi decisión de convertirme en sacerdote, porque mi padre había fallecido y yo era el único varón en mi familia, con dos hermanas mayores; en Mongolia, los hombres son considerados los únicos que continuarán el linaje de la familia. A pesar de todo, después de graduarme en la universidad quise ir a Corea del Sur a estudiar en el seminario, y todos los miembros de mi familia, aunque estaban tristes, me dieron sus bendiciones y apoyo. Me fue de gran ayuda la orientación que recibí de Wenceslao Padilla, el prefecto apostólico de Ulán Bator. De él he aprendido su generosidad, su apertura, su optimismo, su espíritu alegre y el amor hacia sus ovejas.

5-¿Cómo coexiste el cristianismo con otras religiones en Mongolia? ¿Y en Corea del Sur?

En Mongolia las principales religiones coexisten realmente en armonía. Tenemos encuentros anuales y conferencias sobre religiones durante el Día Mundial de la Paz. En mi ordenación tuvimos invitados importantes como lamas budistas (monjes), un pastor protestante, un sacerdote sintoísta y un sacerdote ortodoxo ruso. La Iglesia católica en Mongolia tiene también una relación amistosa con la Unión Evangélica de Mongolia, que es la unión más grande de iglesias protestantes. La única dificultad es la cooperación con el gobierno mongol o las instituciones. Aunque haya libertad religiosa en el país, tras ser un Estado comunista anteriormente, sigue habiendo una normativa muy dura para conceder permisos para actividades religiosas y visados para misioneros.

En Corea del Sur la Iglesia católica tiene también una buena relación con otras religiones. Comparada con la Iglesia en Mongolia, la coreana es mucho más grande, más influyente en la sociedad, y tiene una mayor aceptación social. Sin embargo, la colaboración entre la Iglesia católica y otras comunidades cristianas es un poco oscura y difícil. A veces me da pena que algunas comunidades protestantes vean a la católica y otras comunidades como una amenaza o un competidor.

6-¿Cuánta gente suele ir a su parroquia? ¿Qué actividades se hacen allí?

Estoy trabajando como coadjutor en la catedral de San Pedro y San Pablo. Tenemos alrededor de 340 personas bautizadas y la mitad de ellas acude a la iglesia semanalmente. Por el momento, tenemos dos sedes parroquiales, nueve grupos de diferentes edades (por ejemplo: niños, estudiantes de primaria, jóvenes, parejas jóvenes, adultos, comunidad internacional, etc.), tres clases de catecismo, dos clases escolares dominicales, una clase de confirmación, de Biblia, y tres grupos litúrgicos (coro, niños en el altar, lectores). Usualmente, todos los grupos hacen su plan anual y sus programas, y ayudan en diferentes actividades y servicios en la iglesia. Especialmente, durante este periodo estamos más enfocados en preparar el 25 aniversario de la prefectura y en la organización de diferentes actividades relacionadas con este evento, como seminarios, plantación de árboles, etc.

7-¿Hay proyectos de abrir más parroquias en Mongolia?

Sí, por supuesto. La buena noticia es para todos. Pero como dijo Jesús, necesitamos más trabajadores en el campo del Señor. Necesitamos más misioneros y especialmente sacerdotes y monjas locales que anuncien el Evangelio y sirvan a la Iglesia. Además, debemos formar a más misioneros laicos, porque la Iglesia no puede depender solamente de sacerdotes y religiosos.

8-¿Hay perspectivas de nuevas vocaciones sacerdotales o religiosas?

Estamos intentando tener el día de la vocación anualmente y estamos organizando diferentes actividades y seminarios cada dos meses para los que se muestran dispuestos o interesados en ser sacerdotes o religiosos. Realmente estoy convencido de que esas actividades y seminarios para la vocación pueden ayudar a gente joven a entender la llamada de Dios y descubrir su propia vocación, sea o no como sacerdote o religioso. La vocación es para todos, y no consiste sólo en hacerse religioso o sacerdote. Es escuchar la voz de Dios en la vida de uno y responderle. Escuchar, seguir y realizar la vocación de uno es siempre bello y es un instrumento a través del cual podemos dar cumplimiento al sentido de nuestra existencia.

 

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