Évangélisation

Santa María de la Cabeza y san Pedro Claver

La veneración a santa María de la Cabeza, esposa de san Isidro Labrador, a la que la liturgia celebra el 9 de septiembre, ha quedado reflejada durante siglos en diversos lugares de la geografía de Madrid: calles, glorietas, ermitas… San Pedro Claver es patrón de las misiones católicas entre africanos, por su trabajo con esclavos en Colombia.

Francisco Otamendi-9 de septembre de 2025-Temps de lecture : 2 minutes
Santa María de la Cabeza.

Santa María de la Cabeza en la procesión de San Isidro en Madrid (Tamorlán, Wikimedia commons).

La mayoría de los relatos sobre santa María de la Cabeza se incluyen en las fuentes relativas a la vida de su esposo san Isidro. En ellas, los santos esposos se presentan como modelo de santidad y ejemplo de virtudes. San Pedro Claver es patrón de las misiones con africanos, por su dedicación a los esclavos.

Santa Maria de la Cabeza (siglo XII), contrajo matrimonio con san Isidro, con quien tuvo un hijo. Compartió con su esposo una vida de trabajo, piedad y caridad. Parece que su nombre era Toribia, y se convirtió en María por la ermita en que estuvo enterrada hasta su traslado a Torrelaguna en 1615. El apelativo “de la Cabeza” parece proceder del culto dado por separado a su cabeza como reliquia sagrada.

Puede recordarse que su marido, san Isidro Labrador, que se celebra el 15 de mayo, fue canonizado  en 1622 junto a san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier, san Felipe Neri y santa Teresa de Jesús. El único laico y padre de familia en un grupo de religiosos insignes.

Patrón de las misiones católicas entre africanos

El leridano Pedro Claver, S.J., nacido en 1581, aún no había terminado sus estudios teológicos cuando fue destinado a la misión en Nueva Granada, antiguo nombre de Colombia. El joven desembarcó en Cartagena en 1610, y fue ordenado sacerdote en 1616 en la misión en la que, durante 44 años, trabajó entre los esclavos afroamericanos. Era un periodo de auge de la trata de seres humanos.

Pedro hizo voto de servir siempre a los esclavos africanos. Las costas en las que se desembarcaba a miles de personas, se convirtieron en el campo del apostolado del joven jesuita. Cada mes, Pedro Claver salía a su encuentro con su barca para llevarles alimentos, socorro y consuelo.

Despertaba el sentido de la dignidad humana y llevaba la fe a los no bautizados. En 1650 san Pedro Claver enfermó de peste y murió en 1654. Fue canonizado en 1888 por León XIII. En 1896 fue proclamado patrón de las misiones católicas entre los africanos.

L'auteurFrancisco Otamendi

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