Raro es el día que no traiga una noticia del interminable conflicto entre Israel y Palestina. Realidad enmarañada por las ramas de este “tupido bosque” que está en Oriente Medio, que nos genera confusión, rechazo y compasión. Y que precipita inevitablemente a muchos hacía un bando u otro -pocos son los que se salvan-, por los sesgados e inconexos conocimientos que tenemos de esta realidad. Ya que los “capítulos” de esta “serie” sin temporada final, no siguen el orden esperado para alcanzar la paz, sino el que les dicta el odio y la venganza, y las ganas de alcanzar sus objetivos.
Raro es también, quizá no tanto como “historia interminable” de esta lucha armada, el encontrar a una persona conocedora de esta compleja realidad, y que sepa explicarla de manera sintética y para colmo no partidista. Por eso el libro “Israel y Palestina. La historia de un conflicto interminable.” de Eduardo Baura García en ediciones Ciudadela, es una novedad maravillosa, muy valiosa. ¿Cómo resumir de una manera tan afortunada una realidad tan compleja? ¿Cuál es la clave para clarificar los hechos más fundamentales que han propiciado este “avispero semita»? Se encuentra en los conocimientos y en las dotes comunicativas de su autor.
Baura (Madrid, 1986) es licenciado en Humanidades, doctor en Historia Medieval por el CEU San Pablo y es además profesor adjunto de historia contemporánea en la misma universidad. Tiene tres másteres de diferentes temas en varias universidades y es autor de múltiples publicaciones. En este libro muestra su profundo conocimiento de este tema actualidad y su dotes pedagógicas para explicarlo de una manera clara y directa. Su pluma es ligera, lo que hace que el libro sea de lectura ágil, amena e imprescindible, ideal para cualquier momento.
Estructura de la obra
Comienza por los relatos bíblicos que permiten entender el origen de los pueblos semitas, en concreto el judio y el árabe. Y de la legitimidad que arguyen ambos para reclamar este territorio como suyo desde tiempos remotos.
Más adelante explica cómo, curiosamente, las religiones monoteístas están íntimamente ligadas a la legendaria Ciudad Santa (Jerusalén), por partida triple. Para los cristianos, por ser el lugar donde fue torturado y asesinado en la cruz Jesucristo, el Hijo de Dios. También es santa para los judíos, por ser la Tierra Prometida por Dios a Abraham, y porque es dónde está la roca donde casi sacrifica a su hijo Isaac, en el monte monte Moriah. Y lo es también para los musulmanes, porque junto a esta roca, que está en el interior de la Cúpula de la Roca (en la explanada de las mezquitas, donde también está la famosa de Al-Aqsa), es el lugar donde, según la tradición islámica, Mahoma ascendió a los Cielos en un caballo alado, Buraq.
Pero la mayor parte del libro se centra en el comienzo del interminable conflicto, cuando los otomanos perdieron Palestina a beneficio de los ingleses, después de la contienda de la primera guerra mundial. Y también presta atención al desarrollo, tras muchas acciones políticas, militares y de todo tipo, del movimiento sionista. Este lobby reclamaba una nación para los judios, tras los movimientos antijudíos que se habían sucedido principalmente en Europa, durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX.
Movimiento sionista
Este movimiento político-cultural consiguió que Palestina acogiera a este pueblo, bajo el nombre de Israel. Fue el 15 de mayo de 1948, por el impulso de su primer presidente, David Ben-Gurión. Con el paso del tiempo, esta nación de Oriente Próximo, ha conseguido tener salida al mar Meditárreno y al mar Rojo, casi 10 millones de habitantes, 22.000 km cuadrados, donde viven árabes musulmanes, cristianos, drusos y samaritanos. Consideran que su capital es Jerusalén, aunque el centro financiero se encuentra en Tel Aviv-Yafo y el mayor centro industrial está en Haifa. Las fuentes principales de financiamiento del país son la producción de diamantes tallados y pulidos, la fabricación de chips, además de otros productos. También destaca por su turismo.
La disputa de Israel por el mismo territorio con Palestina (mayoritariamente árabe), que su dominio se reduce a las regiones de Cisjordania (donde está incluido Jerusalén Este) y la Franja marítima de Gaza (no se sabe por cuánto tiempo), hace de este lugar un “avispero”, ya que la contienda tiene dimensiones internacionales, por los apoyos que reciben de países defensores de los intereses de cada bando.
La conclusión del autor es clara, este conflicto tiene una difícil o imposible solución de una manera justa y por tanto lo hace interminable. Al final del libro aporta una lista de ensayos, novelas, películas, documentales y series que facilita profundizar en esta realidad.
Israel y Palestina. La historia de un conflicto interminable
