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Dolor por Sudán del Papa León, que ve a Jesús como “mendigo de amor”

En la Audiencia del miércoles, el Papa León XIV señaló que la sed de Jesús en la cruz es la de un “mendigo de amor”. El hombre no se realiza en el poder, sino en la apertura confiada al otro, incluso cuando es hostil y enemigo, ha dicho. Al final, ha manifestado su dolor por la tragedia de Darfur (Sudán), y ha rezado por niños y jóvenes escolares.

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Papa León XIV con una joven en audiencia de 27 de agosto.

El papa León XIV con una joven mientras saluda a los fieles al término de su audiencia general semanal en la Sala Pablo VI del Vaticano, el 27 de agosto de 2025. (Foto CNS/Lola Gómez).

Tras saludar en el papamóvil a miles de personas presentes en la Plaza de San Pedro, y bendecir a numerosos bebés, el Papa León ha mostrado en la Audiencia su dolor y oración por las víctimas de la catástrofe natural de Sudán. 

Además, ha recordado al Papa san Gregorio Magno, memoria litúrgica de hoy, a los próximos santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, que serán canonizados el domingo. Y ha pedido, dirigiéndose en especial a los peregrinos de lengua polaca, que “septiembre sea un mes de oración por los niños y jóvenes que regresan a la escuela y por quienes se ocupan de su educación.” 

Pidamos por ellos, ha dicho, “por intercesión de los beatos, y pronto santos, Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, el don de una fe profunda en su camino de maduración. ¡Os bendigo de corazón!”.

Tragedia de Darfur

El Papa León XIV ha ofrecido sus oraciones por los fallecidos tras los días de fuertes lluvias que provocaron un deslizamiento de tierra en una zona remota de Sudán. Y ha rezado por todos los que participan en las operaciones de búsqueda y rescate en curso.

“Su Santidad el Papa León XIV se entristeció profundamente al conocer la devastación causada por el deslizamiento de tierra en la aldea de Tarasin, en la región central de Darfur, en Sudán, y asegura a todos los afectados por este desastre su cercanía espiritual», dijo un telegrama del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, al obispo Yunan Tombe Trille Kuku Andali, de El Obeid.

El Papa León ha realizado hoy un llamamiento «a los responsables y a la comunidad internacional para que se garanticen corredores humanitarios y se aplique una respuesta coordinada» con el fin de detener la catástrofe humanitaria.

Al menos mil muertos

A última hora del 1 de septiembre, el Movimiento-Ejército de Liberación de Sudán, un grupo rebelde que controla la zona, informó ayer de que toda la aldea de Tarasin había quedado sepultada por el deslizamiento de tierra el 31 de agosto y que había hasta 1.000 muertos, según OSV. El grupo afirmó que solo una persona había sobrevivido, según informó The Associated Press.

Posteriormente, la BBC citó al coordinador humanitario adjunto de la ONU para Sudán, quien afirmó que al menos 370 personas habían muerto en el deslizamiento de tierra en la aldea, situada en las remotas montañas de Marrah, en el oeste de Sudán.

Antoine Gérard, funcionario de la ONU, declaró a la BBC que, debido a que la zona era tan remota y accidentada, era difícil conocer la magnitud de los daños o el número exacto de víctimas.

La crucifixión. “Tengo sed” 

En su catequesis, el Papa ha retomado el ciclo del Año Jubilar, ‘Jesucristo nuestra esperanza’, y ha centrado su meditación en el tema ‘La crucifixión. ‘Tengo sed’ (Jn 19,28)”.

La sed del crucificado no es sólo una cuestión fisiológica, se trata de la profunda expresión de un deseo: “Jesús tiene sed de amor, de relación y de comunión”, ha señalado. “No se avergüenza de haber asumido nuestra humanidad frágil. Aquel que lo ha dado todo, no vacila en mostrarse necesitado”. 

Dos reflexiones sobre el poder

Más adelante, se ha referido al menos en dos ocasiones al poder. 

Por una parte, ha reflexionado sobre el gesto de Jesús. “Este gesto es un signo elocuente de que el hombre no se realiza por la fuerza del poder, de que no se basta a sí mismo para salvarse, sino que está necesitado de los demás, que tiene que aprender a abrirse confiadamente al otro. Para que nuestro amor sea auténtico, debemos no sólo darlo, sino recibirlo. Jesús nos enseña a dar, pero también a recibir amor”.

También ha añadido: “Esta es la paradoja cristiana: Dios salva no haciendo, sino dejándose hacer. No venciendo al mal con la fuerza, sino aceptando hasta el fondo la debilidad del amor”. 

“En la cruz, Jesús nos enseña que el hombre no se realiza en el poder, sino en la apertura confiada al otro, incluso cuando es hostil y enemigo. La salvación no está en la autonomía, sino en reconocer con humildad la propia necesidad y saber expresarla libremente”.

Peregrinos de numerosos países 

En sus palabras a los peregrinos de lengua francesa, ha saludado en especial a los de “Senegal, acompañados por su obispo, monseñor Paul Abel Mbamba, y a los procedentes de Luxemburgo y Francia”.

El Papa se ha detenido especialmente en la relación de peregrinos y visitantes de países de habla inglesa, en todo o en parte, que han participado en la audiencia de hoy. En particular a los grupos procedentes de “Inglaterra, Escocia, Irlanda, Irlanda del Norte, Austria, Dinamarca, Malta, Países Bajos, Suiza, Camerún, Australia, Hong Kong, Indonesia, Japón, Filipinas, Vietnam y Estados Unidos de América”.

A los de lengua española, les ha recordado a “san Gregorio Magno. Pidamos al Señor que en nuestro peregrinar por este mundo, por la intercesión de este santo Papa, seamos capaces de reconocer con humildad nuestra necesidad del amor de Dios y el de nuestros hermanos”.

“No olvidemos que solo Él, el Infinito, puede saciar nuestra sed de infinito”, ha recordado a los de lengua germana. Y como es habitual, ha habido asimismo palabras para los de lengua china, portuguesa, árabe, polaca, y naturalmente, en italiano.

AutorFrancisco Otamendi

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