Vaticano

El Papa: orar por los seres queridos, esperanza de volver a estar juntos

Al visitar los cementerios y rezar por sus seres queridos fallecidos, los cristianos lo hacen con la fe de que al final de esta vida volverán a estar juntos con el Señor. Así lo ha manifestado el Papa León XIV en la Misa de la tarde del 2 de noviembre, festividad de los Fieles Difuntos, en el cementerio más grande de Roma, el de Verano.

CNS / Omnes·2 de noviembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos
El Papa en el Angelus del Día de Difuntos, 2 de noviembre de 2025.

En una imagen en pantalla, se ve al Papa León XIV dirigiendo la oración del Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, en la fiesta de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre de 2025. (Foto CNS/Medios Vaticanos).

– Cindy Wooden, Roma (CNS)

Orar por los muertos y recordarles no es solo recordar una pérdida, sino que es una señal de fe en que, en la muerte y resurrección de Jesús, nadie se perderá, y que al final de la vida volverán a estar juntos. Así lo ha expresado el Papa León XIV a unas 2.000 personas que se han reunido en un camino entre las tumbas para la Misa en el cementerio de Verano, y en el Ángelus del mediodía en la Plaza de San Pedro.

“El Señor nos espera, y cuando finalmente nos encontremos con él al final de nuestro viaje terrenal, nos alegraremos con Él y con nuestros seres queridos que nos han precedido”, añadió el Pontífice. “Que esta promesa nos sostenga, seque nuestras lágrimas y eleve nuestra mirada hacia la esperanza en el futuro que nunca se desvanece”, dijo.

Al llegar al cementerio, depositó un ramo de rosas blancas sobre una de las tumbas, y al final de la misa bendijo las tumbas con agua bendita antes de dirigir la oración tradicional: “Dales, Señor, el descanso eterno, y que brille sobre ellos la luz perpetua”.

En la homilía: “los seguimos llevando en nuestros corazones”

El Papa comenzó su homilía hablando de los seres queridos enterrados en Verano. Y dijo a los congregados que «los seguimos llevando con nosotros en nuestros corazones, y su memoria permanece siempre viva dentro de nosotros en medio de nuestra vida cotidiana».

“A menudo», señaló, “algo nos los trae a la mente y recordamos experiencias que compartimos con ellos. Muchos lugares, incluso la fragancia de nuestros hogares, nos hablan de aquellos a quienes hemos amado y que nos han precedido, manteniendo viva su memoria para nosotros”.

Mirar hacia adelante, hacia la meta

Para quienes creen que Jesús venció a la muerte, dijo el Papa , “no se trata tanto de mirar hacia atrás, sino más bien de mirar hacia adelante, hacia la meta de nuestro camino, hacia el puerto seguro que Dios nos ha prometido, hacia el banquete eterno que nos espera”.

“Allí, junto al Señor Resucitado y nuestros seres queridos, esperamos saborear la alegría del banquete eterno”, dijo.

La creencia en la vida eterna, dijo el Papa , “no es una ilusión para mitigar el dolor de la separación de nuestros seres queridos, ni es mero optimismo humano. Es, en cambio, la esperanza fundada en la Resurrección de Jesús, quien ha vencido a la muerte y nos ha abierto el camino a la plenitud de la vida”.

“La caridad vence a la muerte”, dijo el Papa.

En el Ángelus: “Nuestro Padre celestial no olvida a nadie”

Este mismo día, el Papa dirigió el rezo del Ángelus ante miles de peregrinos y fieles reunidos en la Plaza de San Pedro. Y les dijo que iría al cementerio a celebrar la Misa por todos los fieles difuntos.

“En espíritu, visitaré las tumbas de mis seres queridos” —su madre falleció en 1990 y su padre en 1997— “y también oraré por aquellos que no tienen a nadie que los recuerde. ¡Pero nuestro Padre celestial nos conoce y nos ama a cada uno de nosotros, y no olvida a nadie!”.

La vida eterna: océano de amor infinito en el que el tiempo ya no existe

Citando la encíclica del Papa Benedicto XVI sobre la esperanza, el Papa León XIII dijo que la “vida eterna” puede concebirse no como “una sucesión de tiempo sin fin. Sino como estar tan inmerso en un océano de amor infinito en el que el tiempo, antes y después, ya no existe”.

“Esa plenitud de vida y alegría en Cristo es lo que esperamos y aguardamos con todo nuestro ser”, dijo el Papa León.

En la oración por los muertos, subrayó, no se trata solo de recordar una pérdida, sino que es una señal de fe en que, en la muerte y resurrección de Jesús, nadie se perderá.

El Papa León rezó de este modo: “Que la voz familiar de Jesús nos alcance, y alcance a todos, porque es la única que viene del futuro. Que nos llame por nuestro nombre, nos prepare un lugar, nos libere de esa sensación de impotencia que nos tienta a renunciar a la vida”.

Rezar por Darfur del norte (Sudán) y por Tanzania

Tras el rezo del Ángelus, el Papa manifestó que sigue “con gran dolor las trágicas noticias que llegan de Sudán, particularmente de la ciudad de El Fasher, en el martirizado Darfur del norte. La violencia indiscriminada contra mujeres y niños, los ataques contra civiles indefensos y los graves obstáculos a la acción humanitaria están causando un sufrimiento inaceptable a una población extenuada tras largos meses de conflicto”.

“Recemos para que el Señor acoja a los difuntos, sostenga a los que sufren y toque los corazones de los responsables. Reitero mi sincero llamamiento a las partes implicadas para que decreten un alto el fuego y abran con urgencia corredores humanitarios. En fin, invito a la comunidad internacional a que intervenga con decisión y generosidad, ofreciendo asistencia y apoyando a quienes trabajan incansablemente para proporcionar asistencia humanitaria.

Recemos también por Tanzania, añadió León XIV, “donde, después de las recientes elecciones políticas, se han producido enfrentamientos que han causado numerosas víctimas. Insto a todos a evitar toda forma de violencia y seguir el camino del diálogo”.

El autorCNS / Omnes

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