Llega 2026, con 12 meses por delante cargados de incertidumbre ¿Qué nos deparará el año nuevo? La fe nos invita a vivir con esperanza y a pedir gracias con la oración de petición. Hoy les invito a pedir conmigo 12 gracias de la mano de los 12 apóstoles.
Enero
Comenzamos con el primero en grado jerárquico, Pedro. El mes en el que celebraremos, como cada año, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, será una buena ocasión para rezar por el Papa León XIV, su sucesor. En sus manos está el timón de una Iglesia con muchas heridas internas y que tiene que ser testimonio de amor y unidad en un mundo aún más polarizado. Con la intensidad e insistencia de Pedro, pidamos la gracia de la comunión para que el mundo crea.
Febrero
Continuamos con Andrés, el primer discípulo en decir sí a la llamada del Señor. Fue él, de hecho, quien le presentó a Jesús a su hermano Pedro, por lo que es ejemplo de espíritu misionero. En este mes en el que se celebra la fiesta de la Presentación del Señor, el día de la Vida Consagrada, pidamos que muchos puedan seguir respondiendo a la llamada vocacional y que Él nos ayude, a cada uno de nosotros, a seguir presentándolo a quienes aún no lo conocen.
Marzo
Con Mateo, el publicano que dejó a un lado su vida anterior para seguir a Jesús, nos adentraremos en la Cuaresma, tiempo de conversión, de cambio de vida. Pidamos la gracia de dejar de mirarnos a nosotros mismos para mirar a quienes viven al borde del camino y cerca de nosotros: los pobres, los enfermos, los encarcelados, los que viven solos, los jóvenes sin ilusión…
Abril
Con Juan, el discípulo amado de Jesús, el único de los doce que permaneció al pie de la cruz y el primero de ellos en llegar al sepulcro vacío, nos adentraremos en el triduo pascual para contemplar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Frente al odio, la guerra y la violencia, oremos por la paz y por poder ser transmisores de la alegría del Evangelio.
Mayo
De la mano del apóstol más discreto y con menos protagonismo en los relatos evangélicos, Santiago el Menor, llegaremos al mes de María, la humilde muchacha de Nazaret que aceptó el plan de Dios en su vida trayendo al mundo al Salvador. Vaya nuestra petición de este mes por las familias, para que, como la Sagrada Familia de Nazaret, sigan siendo lugar preeminente de acogida y protección de la vida desde la sencillez.
Junio
Cuando Judas Tadeo le preguntó a Jesús, en el transcurso de la Última Cena: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?», nos estaba dejando una enseñanza para este mes en el que celebraremos el Corpus Christi. Pidamos el don de poder verlo en el misterio de la Eucaristía para poder seguir cumpliendo el mandamiento de amarnos como Él nos amó.
Julio
En este mes, junto a Santiago el Mayor, y jugando con su apodo, podemos acordarnos especialmente de los mayores, ya que en estas fechas celebraremos la Jornada Mundial de los Abuelos. Que, si somos mayores, podamos vivir con paz el cumplir años, sabiéndonos vulnerables y necesitados de ayuda; y que, si no lo somos aún, sepamos acompañar y honrar a quienes nos precedieron.
Agosto
En el mes tradicionalmente de vacaciones, la figura del apóstol Simón «el zelote», nos impulsa a no amodorrarnos, a vivir el Evangelio de forma radical. Oremos por que el Pueblo de Dios: seglares, religiosos y religiosas, sacerdotes y obispos no pierdan el celo apostólico porque el mundo tiene ansia de Dios, como dice el salmo, «como tierra reseca, agostada, sin agua».
Septiembre
Con el apóstol Felipe, quien se preocupó por cómo dar de comer a tanta gente antes de que Jesús multiplicara los panes y los peces, acordémonos de los migrantes y refugiados cuya jornada se celebra en este mes. Que Dios multiplique nuestros dones para que podamos acogerlos con generosidad, protegerlos, promoverlos e integrarlos.
Octubre
En el mes de las Misiones, con el testimonio de Tomás el apóstol, podemos pedirle a Dios poder verle, a pesar de nuestra incredulidad, para poder proclamar como él hizo: «¡Señor mío y Dios mío!» y llevar así a muchos, con nuestro testimonio, a la luz de la fe.
Noviembre
De la mano de Bartolomé o Natanael, de quien Jesús dijo: «ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño», nos adentraremos en el Adviento, tiempo penitencial. Pidamos por la Iglesia para que sea una comunidad de fieles «en quien no hay engaño», capaz de reconocer sus errores y pedir perdón cuando se equivoca para no ser escándalo ante el mundo.
Diciembre
Y con Judas Iscariote, el traidor, llegaremos de nuevo a la Navidad para reconocernos necesitados de redención. Necesitamos que Dios vuelva a nacer una y otra vez en nuestros corazones. El pobre Judas no pudo más que desesperarse. Pidamos al Señor la virtud de la Esperanza para dar gracias, echando la vista atrás, en el año que acaba; y para afrontar el año nuevo con ilusión porque Él estará con nosotros, como dijo a sus apóstoles, «todos los días, hasta el final de los tiempos».
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.




