Cultura

1700 años de Nicea: una mirada renovada sobre el diálogo entre cristianos 

Un Congreso Internacional organizado en Brasil demostró que los 1700 años del Concilio de Nicea no son simplemente una efeméride histórica, sino una oportunidad para reconectar la fe, la razón y la tradición con los desafíos del presente.

Virginia Diniz Ferreira y João Carlos Nara Jr·3 de julio de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos
Congreso Nicea Brasil

Asistentes al Congreso sobre el Concilio de Nicea

Con ocasión del aniversario de 1700 años del Primer Concilio de Nicea, un congreso internacional realizado en Brasil, en la capital del estado de Río de Janeiro, arrojó nueva luz sobre la recepción histórica y el valor teológico de este hito de la fe cristiana, combinando rigor académico, sensibilidad pastoral y apertura ecuménica.

Entre los días 28 y 30 de mayo de 2025, el auditorio San Juan Pablo II, en la Curia Metropolitana de la arquidiócesis de San Sebastián de Río de Janeiro, acogió a especialistas de diversas partes del mundo para el Congreso Internacional “1700 años del I Concilio de Nicea”. Lejos de limitarse a una celebración conmemorativa, el evento se consolidó como un espacio de renovación historiográfica y actualización teológica, articulando investigación de vanguardia, diálogo ecuménico y reflexión pastoral. Sin duda, el evento ofreció una oportunidad para redescubrir Nicea con una mirada renovada.

Bajo la coordinación académica del investigador João Carlos Nara Jr., con financiamiento de la Fundación Carlos Chagas Filho de Apoyo a la Investigación del Estado de Río de Janeiro (FAPERJ) y organización de la Facultad Mar Atlántico, el evento estuvo abierto a estudiantes, investigadores, profesores, miembros de comunidades religiosas y cualquier persona interesada en profundizar en los temas relacionados con el Concilio y su influencia histórica, teológica, filosófica y cultural.

El Congreso Internacional contó con conferencistas de renombre internacional, como monseñor Antônio Luiz Catelan Ferreira, obispo auxiliar de Río de Janeiro y miembro de la Comisión Teológica Internacional, y el fraile Serge-Thomas Bonino OP, presidente de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino, quien disertó sobre la divinidad de Cristo en el Evangelio de Juan.

Para João Carlos Nara Jr., el Concilio de Nicea tiene una importancia profundamente actual, y el congreso buscó iluminar algunas reflexiones necesarias: “El primer Concilio Ecuménico de la historia desempeñó un papel fundamental en la formación de la identidad y configuración del mundo cristiano. Su influencia se extendió al pensamiento teológico y filosófico, así como a las artes, la política, el derecho y la cultura, tanto en Oriente como en Occidente. Para comprender plenamente nuestro mundo actual, es esencial revisitar nuestras raíces históricas”.

Una estructura tripartita y perspectivas interdisciplinares 

Cartel del Congreso sobre Nicea

El congreso fue organizado a partir de una estructura tripartita: el primer día examinó el impacto histórico desde el Imperio Romano hasta la Reforma; el segundo abordó la recepción del Concilio desde perspectivas ecuménicas orientales y occidentales; y el tercero exploró las dimensiones filosóficas y teológicas subyacentes al concepto de consustancialidad.

Este abordaje interdisciplinario e innovador dio lugar a perspectivas inéditas, integración de fuentes documentales, iconográficas y arqueológicas, así como la apertura al diálogo 

interconfesional, haciendo del evento un verdadero presente para la Iglesia contemporánea.

Redescubriendo Nicea con nuevos ojos

Las conferencias evidenciaron cuánto la historia de Nicea aún tiene campos fecundos por explorar. En su ponencia, João Carlos Nara Jr. presentó la anticipación del credo niceno en una mariofanía del siglo III, vivida por san Gregorio Taumaturgo, destacando el papel activo de la Virgen María en la custodia de la ortodoxia cristiana.

Por su parte, el padre André Rodrigues (PUC-Rio) ofreció una interpretación novedosa del término griego “homoousios” (“consustancial”), señalando que su centralidad proviene más de las controversias posteriores a Nicea. Según su análisis, la proclamación “engendrado, no creado” constituía la verdadera clave teológica en la respuesta al arrianismo.

La mesa redonda sobre el cristianismo oriental, con contribuciones de Alin Suciu (Academia de Göttingen) y Julio Cesar Chaves (Facultad de Teología de la Arquidiócesis de Brasilia), rescató voces frecuentemente marginalizadas en la historiografía occidental. La figura de san Atanasio de Alejandría, en su actuación pastoral postconciliar, fue presentada como clave para comprender la implementación concreta de las decisiones conciliares.

Innovación académica y fe encarnada

Un punto destacado fue la presentación del profesor Manuel Rolph de Viveiros Cabeceiras (Universidad Federal Fluminense), quien mostró cómo la integración de fuentes arqueológicas, numismáticas y textuales ofrece una comprensión más profunda del contexto niceno.

Asimismo, la conferencia “El Símbolo de Nicea en la música del Brasil colonial”, del profesor João Vicente Vidal, exploró cómo el credo niceno fue musicalizado en el siglo XVIII, a través de partituras encontradas en la Colección Curt Lange del Museo de la Inconfidencia Mineira. Su ejecución demostró cómo la fe puede encarnarse en sonidos, prácticas y afectos.

Dimensión ecuménica y escucha recíproca

El congreso también se destacó por su apertura ecuménica, con participación de representantes de otras tradiciones cristianas, como la pastora luterana Païvi Vahäkängas (Finlandia) y el pastor presbiteriano Isaías Lobão (Brasil), quienes compartieron cómo sus respectivas confesiones han recibido y adaptado el legado niceno.

Box sugerido: “Los intercambios, verdaderos ejercicios de escucha recíproca, confirman que el credo niceno es patrimonio común de todos los cristianos, aun cuando la recepción de sus cánones varíe según el contexto eclesial”.

Repercusiones académicas y camino futuro

La conferencia de monseñor Antônio Catelan Ferreira sobre el documento “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”, recientemente publicado por la Comisión Teológica 

Internacional, estableció vínculos relevantes entre la investigación histórica, la reflexión teológica y la vida de la Iglesia hoy. Mostró cómo el estudio del Concilio de Nicea sigue siendo pertinente para cuestiones litúrgicas, ecuménicas y formativas. 

En la mesa redonda sobre el impacto de Nicea en el pensamiento cristiano, con contribuciones de Renato José de Moraes (Facultad Mar Atlántico) y el padre Wagner dos Santos (PUC-Rio), se destacó la fecundidad del encuentro entre filosofía y teología en torno al misterio de Cristo.

Las investigaciones presentadas abren caminos prometedores para estudios futuros. La necesidad de reevaluar conceptos considerados centrales —como el de consustancialidad— sugiere que otros aspectos del concilio pueden beneficiarse de abordajes metodológicos renovados. El comité científico del evento ya se encuentra trabajando en la elaboración de un libro que reunirá las principales contribuciones académicas presentadas.

Dimensión pastoral y bendiciones recibidas 

Los participantes del congreso contaron con el apoyo significativo del cardenal Orani João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, y del Papa León XIV, recientemente elegido como Sumo Pontífice.

En su carta leída durante la apertura del evento, el cardenal Orani felicitó a la Facultad Mar Atlántico y a la organización del congreso, subrayando que: “Más que un debate doctrinal, el Concilio de Nicea fue una respuesta pastoral y teológica a los desafíos de la unidad en la fe”.

Y agregó: “Celebrar los 1700 años de Nicea es reconocer que la fe cristiana se enraíza en lo concreto y se desarrolla en diálogo con los contextos humanos”. “Dedico a todos mi bendición y deseo éxito en los trabajos y estudios del Congreso”.

Estas bendiciones y mensajes fueron una señal clara del acompañamiento de la Iglesia a los frutos de la investigación teológica actual.

El congreso también ofreció herramientas interpretativas valiosas para formadores cristianos, ayudándoles a presentar de forma más matizada y fundamentada los desarrollos doctrinales. A los historiadores de la Iglesia, ofreció un modelo metodológico contextual que evita interpretaciones anacrónicas.

Se reafirmó que el Concilio de Nicea no debe entenderse como un episodio aislado del año 325, sino como un proceso dinámico de recepción e interpretación que sigue desarrollándose a lo largo de los siglos. Esta perspectiva diacrónica revela la vitalidad de la tradición cristiana y su capacidad de adaptación cultural sin pérdida de identidad.

Una memoria que ilumina el porvenir 

El Congreso Internacional demostró que los 1700 años del Concilio de Nicea no son simplemente una efeméride histórica, sino una oportunidad para reconectar la fe, la razón y la tradición con los desafíos del presente. Sin duda, el evento marcó el inicio de nuevas investigaciones y publicaciones sobre el legado niceno.

Nicea permanece como un punto de convergencia entre cristianos, un pilar de la fe en la divinidad de Cristo y una referencia viva para el diálogo teológico. En tiempos de fragmentación, esta conmemoración nos recuerda que la verdad cristiana es, a la vez, única y compartida. El Concilio de Nicea no es solo pasado: es una herencia viva en proceso continuo de recepción y actualización.

El autorVirginia Diniz Ferreira y João Carlos Nara Jr

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica