Vaticano

7 curiosidades sobre Carlo Acutis

Carlo Acutis, llamado el “ciberapóstol de la Eucaristía”, tuvo una vida breve pero extraordinaria, marcada por una profunda fe, su amor por la tecnología y su solidaridad

Teresa Aguado Peña·7 de septiembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Escultura de Carlo Acutis por Timothy Schmalz (Foto CNS/Lola Gomez)

Carlo Acutis, el primer santo millennial, va a ser canonizado hoy, 7 de septiembre, por el Papa León XIV. El joven, conocido como el “influencer de Dios”, falleció a los 15 años a causa de una leucemia fulminante. Su vida estuvo marcada por un amor profundo a la Eucaristía, su pasión por la informática y su deseo de poner la tecnología al servicio del Evangelio. A pesar de su corta vida, dejó un testimonio de fe, sencillez y solidaridad que inspiró a miles de personas. 

De su vida destacamos siete aspectos curiosos que definen al joven santo. 

Su cuidadora polaca impulsó su camino de fe

Desde muy pequeño, Carlo tenía una inclinación natural hacia lo sagrado. A los tres años le pedía a su madre entrar en las iglesias para saludar a Jesús y solía recoger flores para la Virgen. 

A los siete años pidió recibir la Eucaristía y, pidiendo una exención o dispensa, Carlo recibió su primera comunión antes de lo habitual. Antonia Salzano, su madre, afirmó al diario Corriere della Sera: «Carlo me salvó. Yo era una analfabeta de la fe». Y es que su hijo descubrió la fe gracias a su niñera polaca, Beata, devota de San Juan Pablo II. Aun cuando sus padres no eran practicantes, ella sembró en él una espiritualidad intensa. 

Servía a los pobres en comedores sociales

Todas las tardes llevaba comida caliente a personas sin hogar. Servía en las mesas de los pobres, las de las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta en Baggio y las de los capuchinos. Un empleado hindú de su familia se convirtió al catolicismo tras ver cómo Carlo ayudaba a los desfavorecidos .

Predijo su muerte

Carlo Acutis predijo su propia muerte. Unos días después del funeral, su madre encontró en el escritorio de su ordenador un cortometraje que él mismo había grabado en Asís tres meses antes: “Cuando pese 70 kilos, estoy destinado a morir”.
También predijo que su madre tendría gemelos y efectivamente, en 2010 ella dio a luz a Francesca y Michele.

Su cuerpo “íntegro” en Asís

En su exhumación en 2019, su cuerpo fue hallado «íntegro, no intacto», conservando todos sus órganos. La diócesis aclaró que no se trataba de incorruptibilidad milagrosa, sino de una preservación notable. 

Carlo pidió a su madre que lo enterraran en Asís. La madre de Carlo contó al Corriere della Sera que familia tenía una casa en Umbría. “Un cartel indicaba que estaban en venta nuevos espacios en el cementerio comunitario. Le pregunté a Carlo qué pensaba. ‘Sería muy feliz de terminar aquí’.” Ahora su cuerpo descansa en el Santuario de la Expoliación, donde los fieles lo podrán venerar para siempre.

El corazón como reliquia viva

El corazón de Carlo se conserva en un relicario en la Basílica Papal de San Francisco de Asís, en una bella paradoja: no pudieron donar sus órganos por su enfermedad, pero su corazón permanece preservado. 

Tecnología al servicio de la fe

Se autonombró “ciberapóstol” de la Eucaristía. A los 11 años creó un sitio web que documentaba más de 150 milagros eucarísticos en el mundo, con mapas, videos, textos descargables en múltiples idiomas, y una “exposición virtual” que fue replicada en santuarios de todo el mundo. 

Defensor valiente de su fe

No temía defender las enseñanzas católicas. En debates escolares sobre aborto, lo hacía con convicción moral. También se caracterizaba por ser un amigo leal. Solía apoyar y proteger a los niños que sufrían acoso, especialmente a un compañero con discapacidad. Además, compartía con sus amigos mensajes sobre el valor de participar en la misa y confesarse, el respeto a la dignidad de cada persona y la importancia de la castidad.
Como estudiante, fue invitado a crear el sitio web de su parroquia y otro para fomentar el voluntariado escolar; ganó un concurso nacional llamado «Sarai volontario» (Serás voluntario).

El autorTeresa Aguado Peña

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