Esta mañana ha tenido lugar en el aula Pablo VI, en el Vaticano, la primera audiencia del Papa León XIV, que ha querido reunirse -como hizo su predecesor- con la prensa que estos días han cubierto el cónclave. El pontífice ha sido recibido con un fuerte aplauso y, con un sentido del humor que vamos descubriendo, ha comentado que el mérito no está en recibir los aplausos al inicio, sino en ser capaz de mantenerlos hasta el final.
Sus palabras han sido un homenaje al trabajo de los informadores y un llamamiento a la paz. No ha faltado una referencia a la Inteligencia Artificial. De nuevo ha usado la expresión “desarmada y desarmante”, esta vez aplicada a la comunicación. Son temas y modos de decir que se van repitiendo y que nos dan pistas de por dónde se articulará este pontificado.
Rechazar el paradigma de la guerra
Partiendo de la bienaventuranza en la que Jesús dice: “beatos los que trabajan por la paz”, ha comentado que construir la paz es un desafío “que os concierne de cerca, llamando a cada uno al compromiso de buscar una comunicación diferente, que no busque el consenso a toda costa, que no se disfrace de palabras agresivas, que no abrace el modelo de la competición, que nunca separe la búsqueda de la verdad del amor con el que humildemente debemos buscarla”.
Ha asegurado que “el modo en que comunicamos es de vital importancia: debemos decir ‘no’ a la guerra de las palabras y las imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra”.
Un fuerte aplauso ha seguido al momento en que el Papa ha expresado “la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por haber buscado y contado la verdad” y ha pedido su liberación: “El sufrimiento de los periodistas en prisión interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, apelando a todos nosotros a custodiar el bien precioso de la libertad de expresión y de prensa”.
Salir de la ‘torre de Babel’
León XIV ha agradecido el trabajo de los comunicadores -”gracias, queridos amigos, por vuestro servicio a la verdad”-, en especial en estas últimas semanas: “Habéis estado aquí en Roma para hablar de la Iglesia, de su variedad y, al mismo tiempo, de su unidad”.
Ha añadido que “vivimos tiempos difíciles de recorrer y de contar”, que exigen de cada uno “no ceder a la mediocridad”. “La Iglesia”, ha continuado, “debe aceptar el desafío del tiempo y, del mismo modo, no puede haber una comunicación ni un periodismo fuera del tiempo y de la historia. Como nos recuerda san Agustín: ‘Vivamos bien y los tiempos serán buenos. Nosotros somos el tiempo’”.
De nuevo ha dado las gracias por “salir de los estereotipos y lugares comunes”, y ha comentado que “hoy uno de los desafíos más importantes es aquel de promover una comunicación capaz de hacernos salir de la ‘torre de Babel’ en la que nos encontramos tantas veces, de la confusión de los lenguajes sin amor, a menudo ideológicos o facciosos”.
“La comunicación”, ha recordado, “no es sólo transmisión de información, sino creación de cultura, de ambientes humanos y digitales que lleguen a ser espacios de diálogo y convivencia”. No han faltado unas palabras a la actual evolución tecnológica -de la cual deriva la elección del nombre León XIV-: “Pienso en particular a la inteligencia artificial con su potencial inmenso, que exige responsabilidad y discernimiento para orientar los instrumentos al bien de todos, de modo que podamos producir beneficios para la humanidad”.
Desarmemos las palabras
El pontificado recién estrenado ha sido acogido con novedad por los medios de comunicación, que estos días analizan cada aspecto de la biografía de Robert Prevost, cada frase, comentario o actuación. El Papa se ha mostrado abierto y acogedor esta mañana con los periodistas: “Queridos amigos, aprenderemos con el tiempo a conocernos mejor”.
Haciéndose eco del último mensaje del Papa Francisco en la Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales, ha repetido: “lo que hace falta no es una comunicación atronadora y musculosa, sino una comunicación capaz de escuchar, de recoger la voz de los débiles que no tienen voz. Desarmemos las palabras y ayudaremos a desarmar la Tierra. Desarmar la comunicación nos permite compartir una visión diferente del mundo y actuar de forma coherente con nuestra dignidad humana”.
Y ha concluido: “Estáis en primera línea para narrar conflictos y esperanzas de paz, situaciones de injusticia y pobreza, y el trabajo silencioso de tantos por un mundo mejor. Por eso os pido que elijáis consciente y valientemente el camino de comunicar la paz”.
El Papa se ha acercado luego a saludar a los cientos de periodistas ahí presentes, que lo han despedido -hasta el final- con un aplauso.