Los cardenales Michael Czerny S.J y Konrad Krajewski, prefectos de los dicasterios de Desarrollo Humano integral y del Dicasterio para la Caridad, respectivamente, han sido los encargados de presentar Dilexi Te, la primera exhortación apostólica que firma Robert Prevost.
La presentación ha contado además con la intervención del franciscano Frédéric-Marie Le Méhauté y de la hermana Clémence, de las hermanitas de Jesús.
Dilexi te, firmada por el Papa el pasado 4 de octubre, festividad de san Francisco de Asís, constituye el primer documento magisterial del Papa León XIV, que heredó este texto del Papa Francisco, tal y como se explica al inicio de la Exhortación Apostólica.
Robert Prevost ha concluido y revisado esta exhortación apostólica, que consta de 121 puntos y que recoge, en gran medida, los principales mensajes de la Iglesia sobre la desigualdad social, la pobreza y las responsabilidades de los países más desarrollados.
Un tema social y teológico
Mons. Czerny ha querido destaca cómo el documento muestra que «la pobreza es un tema social y un tema teológico, porque el Señor habla a la Iglesia, la fe se hace real» a través de ellos. Asimismo, ha querido subrayar cómo la «pobreza viene de las estructuras que perpetúan las diferencias, de esa economía que mata, que mide el valor humano por la productividad».
«La Iglesia», ha continuado el prefecto del Dicasterio de Desarrollo Humano integral, «denuncia la falsa imparcialidad del mercado y se centra en la conversión de las estructuras. Aboga por una forma de arrepentimiento social que devuelve la dignidad a las personas invisibles».
Los pobres son el rostro de Cristo
Por su parte, Mons. Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio para la Caridad y limosnero apostólico ha querido incidir como el Papa León XIV, al inicio de su pontificado le confirmó en su labor como encargado de la caridad de la Santa Sede y ha puesto de manifiesto la «historia bimilenaria» de la Iglesia en su atención a los más vulnerables. Una historia que se hace hoy, como Jesús hacía «en el evangelio existe el hoy. Cristo va a casa de Zaqueo ‘ahora mismo’, manda dar de comer a las multitudes ‘ahora'».
«El amor a quienes son pobres es la garantía evangélica de una iglesia fiel al corazón de Cristo», ha recordado Mons. Krajewski. «La atención será diversa, como se ha visto a lo largo de los siglos, pero tendrá siempre que existir porque es en los pobres donde la Iglesia reconoce el rostro de Cristo». En este sentido, el limosnero apostólico ha recordado una anécdota con el Papa Francisco: Krajewski se lamentaba de no llegar a todo, a pesar de las duchas puestas en el Vaticano, la atención médica…, etc y el Papa le dijo: ‘ayudas directamente a Cristo y ¿te lamentas?’.
Por último, el limosnero apostólico ha querido incidir en la importancia de la limosna que ocupa la última parte de la Exhortación Apostólica y que la limosna, «que hoy no goza de buena fama, a menudo
incluso entre los creyentes. No sólo no se practica, sino que además se desprecia».
Ser Iglesia con los pobres
La presentación ha concluido con una intervención testimonial de la hermana Clémence, de las hermanitas de Jesús, que ha podido compartir su experiencia con las comunidades romaníes. La religiosa ha querido subrayar como, a través de este documento, «el Santo Padre nos invita a reconocer la ‘misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos’. Siguiendo su ejemplo, redescubrimos la solidaridad, que a menudo olvidamos rápidamente en nuestro afán por preservar nuestras riquezas».
La presentación ha concluido con la reflexión del hermano Frédéric-Marie Le Méhauté, franciscano, quien ha hecho una síntesis de Dilexi Te, destacando especialmente como se trata de un documento que resalta la labor de la Iglesia para los pobres y con los pobres: «Dilexi Te nos recuerda la necesidad de comprometernos con los pobres, de donar a los pobres, en particular a través de la limosna. No obstante, resalta que es esencial aprender a actuar con ellos».
En las próximas horas, Omnes publicará una completa reflexión de esta primera exhortación apostólica del Papa León XIV, realizada por el sacerdote y teólogo, Ramiro Pellitero.