Vaticano

El mayor momento de la carrera de Michael Bublé: cantar para el Papa y para los pobres

El cantante canadiense fue la estrella invitada del Concierto con los pobres, realizado este sábado en el Vaticano.

Luísa Laval·8 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos
Michael Bublé

Michael Biblé durante su actuación en el Vaticano. CNS photo/Vatican Media

El Aula Pablo VI del Vaticano ya tiene un evento prácticamente fijo en la agenda navideña: el Concierto con los pobres, que en su 6.ª edición trajo al cantante que está presente en todos nuestros Christmas Hits: Michael Bublé. En las primeras filas se encontraban 3 mil pobres de Roma, mientras otras 5 mil personas llenaron el auditorio.

El cantante canadiense se declaró emocionado por la oportunidad de cantar en Roma en presencia del Papa León XIV: “Es el mayor momento de mi carrera. Dios me está bendiciendo por poder compartir juntos esta noche fraterna”.

Bublé se mostró a gusto en el escenario y buscó interactuar especialmente con el público más desfavorecido. Se dirigió muchas veces al lado izquierdo del escenario, donde se encontraba un grupo de personas en silla de ruedas. Invitó al público a cantar, sin miedo de equivocarse en la letra o el tono.

Entre las canciones elegidas para la ocasión, no podía faltar el clásico navideño It’s Beginning to Look a Lot Like Christmas (imposible leerlo sin tararear), además de su éxito Feeling Good.

Pero el momento cumbre de la noche fue la interpretación del Ave María de Schubert, cuya previa durante la rueda de prensa del día anterior ya había viralizado en las redes. Bublé agradeció, diciendo que es una de las canciones más bonitas de todos los tiempos.

La presencia del Papa

Entre los invitados de la noche, el Papa asistió a todo el concierto y recordó que el ya tradicional concierto en el Vaticano nació en el corazón de su predecesor, el Papa Francisco. “Esta noche, mientras las melodías tocaban nuestras almas, sentimos el valor inestimable de la música: no es un lujo para unos pocos, sino un regalo divino accesible para todos, ricos y pobres”.

Con este gesto, León muestra que está de acuerdo con la máxima de su maestro espiritual, San Agustín: quien canta reza dos veces. Recordó que la música y la belleza son una forma de amor, una via pulchritudinis (camino de belleza) que conduce a Dios.

“La música es como un puente que nos lleva a Dios. Es capaz de transmitir sentimientos, emociones, incluso los movimientos más profundos del alma, elevándolos y transformándolos en una escalera ideal que conecta la tierra y el cielo. ¡Sí, la música puede elevar nuestra alma! No porque nos distraiga de nuestras miserias, porque nos aturda o nos haga olvidar los problemas o las situaciones difíciles de la vida, sino porque nos recuerda que no somos solo eso: somos mucho más que nuestros problemas y nuestras penas, ¡somos hijos amados por Dios!”

En el camino de la belleza

No podemos olvidar la pieza fija del Concierto con los pobres, el maestro y compositor Marco Frisina, director del Coro de la Diócesis de Roma. Como siempre, aprovechó la ocasión para recordar el sentido cristiano de la Navidad y la esperanza que la música trae a la oscuridad del mundo.

En ediciones anteriores del evento navideño, Frisina compartió el escenario con grandes de la música como Hans Zimmer y Ennio Morricone. Cada año es una ocasión para que estos artistas y los cientos que los acompañan tengan un encuentro privado con el Santo Padre y demuestren un gesto de generosidad: compartir su talento con quienes quizá nunca tendrían la oportunidad de verlos.

El sacerdote italiano ya se ha consagrado como portavoz de la música sacra, y cree en su fuerte potencial de evangelización. Iniciativas como este concierto y el espectáculo de piedad dirigido por él durante la vigilia del Jubileo de los Jóvenes en agosto muestran que la via pulchritudinis es realmente un buen camino para hablar de Dios en la actualidad.

Al final del Concierto, todos los pobres recibieron una cena italiana distribuida por el Vaticano: lasaña, albóndigas y brócoli.

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