Mundo

El Papa dice a la Iglesia en Líbano: amar sin miedo

En un santuario coronado por una estatua de Nuestra Señora del Líbano de 28 pies de altura, el Papa León XIV ha escuchado historias de fe inquebrantable en medio de la guerra, la injusticia y el sufrimiento. Además, ha invitado a “amar sin miedo”, y ha comparado “el perfume de Cristo” al de las mesas libanesas.  

CNS / Omnes·1 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos
El Papa León XIV, en su encuentro con la Iglesia libanesa.

El Papa León XIV reza con obispos, sacerdotes, religiosos y laicos a su llegada a la Basílica de Nuestra Señora del Líbano en Harissa, al norte de Beirut, Líbano, el 1 de diciembre de 2025. (Foto CNS/Lola Gomez).

– Cindy Wooden, Harissa, Líbano (CNS) 

Tras la oración ante la tumba del venerado San Chárbel, en un santuario coronado por una estatua de Nuestra Señora del Líbano, el Papa León XIV ha escuchado historias de fe inquebrantable en medio de la guerra, la injusticia y el sufrimiento.

El Papa comenzó el 1 de diciembre en la tumba de San Charbel en el Monasterio de Annaya, un lugar conocido por su atmósfera de oración silenciosa, especialmente en momentos difíciles.

A pesar de la lluvia intermitente, miles de personas se reunieron a lo largo del camino que conduce al monasterio, lanzando pétalos de rosa o arroz en señal de bienvenida.

En el santuario de Nuestra Señora en Harissa

Después de confiar los católicos del Líbano y de todo el país al cuidado de San Charbel, el Papa León fue al Santuario de Nuestra Señora del Líbano en Harissa. Y escuchó, como solía hacer San Charbel, los gritos de los corazones de la gente.

El padre Youhanna-Fouad Fahed, sacerdote católico maronita casado y párroco de una parroquia cercana a la frontera con Siria, fue el primero en hablar. Su aldea acogió a refugiados sirios de la guerra que comenzó en 2011, y fue atacada repetidamente por bombardeos desde el lado sirio de la frontera. En diciembre de 2024, cuando terminó oficialmente la guerra civil siria, llegaron más refugiados.

“La bolsa de la colecta durante la misa dominical me reveló un primer grito silencioso: vi moneda siria dentro: era una ofrenda mezclada con dolor”, dijo el padre Fahed al Papa.

Acogida a refugiados sirios

“Solo, sintiendo el sufrimiento de mi pueblo sofocado por el miedo, la miseria oculta por la vergüenza de pedir ayuda, fui en su busca”, dijo el sacerdote. Algunos le contaron que habían huido para proteger a sus hijas del matrimonio forzado, y muchos llegaron al Líbano con la esperanza de emigrar a Europa, incluso si eso significaba “confiar sus sueños a traficantes de migrantes que les robaron sus ahorros”.

Lo único que el padre Fahed pidió al Papa León fue una palabra de consuelo para que la gente no se sintiera olvidada y sola.

El Papa León XIV ofrece una reflexión durante una visita a la Basílica de Nuestra Señora del Líbano en Harissa, Líbano, en una reunión con obispos, sacerdotes, religiosos y trabajadores laicos, el 1 de diciembre de 2025 (Foto CNS/Lola Gomez).

Hermana Dima Chebib: decidieron quedarse

La hermana Dima Chebib es miembro de las Hermanas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, y directora de una escuela en Baalbeck. Un lugar considerado por muchos un bastión de la milicia Hezbolá y que ha sido atacado repetidamente por bombardeos israelíes durante el año pasado.

Mientras mucha gente huía del pueblo, dijo, los sacerdotes y religiosos de la diócesis católica melquita “decidieron quedarse y acoger a las familias de refugiados —cristianos y musulmanes— que llegaron buscando seguridad y paz. Compartimos pan, miedo y esperanza. Vivimos juntos, rezamos juntos y nos apoyamos mutuamente en fraternidad y confianza”.

“En medio de la guerra”, le dijo al Papa , “descubrí la paz de Cristo. Y doy gracias a Dios por esta gracia de permanecer, amar y servir hasta el final”.

Personas destrozadas

Loren Capobres, quien llegó al Líbano desde Filipinas como trabajadora doméstica y ahora trabaja con el Servicio Jesuita a Refugiados, describió a las personas a las que ayuda como “personas que habían dejado todo atrás, destrozadas no sólo por la guerra, sino por la traición y el abandono”.

El padre san Vicente Charbel Fayad, capellán de prisión, le contó al Papa sobre el arrepentimiento y la conversión de los prisioneros que están asombrados de que alguien se preocupe lo suficiente como para atenderlos.

“Incluso en la oscuridad de las celdas, la luz de Cristo nunca se apaga”, dijo el padre Fayad.

Respuesta del Papa: con María al pie de la Cruz

El Papa León respondió a los testimonios diciendo que, como para San Chárbel en el siglo XIX, hoy “es estando con María al pie de la cruz de Jesús cuando nuestra oración —ese puente invisible que une los corazones— nos da la fuerza para seguir esperando y trabajando. Incluso cuando nos rodea el ruido de las armas y cuando las mismas necesidades de la vida cotidiana se convierten en un desafío”.

El padre Toni Elias, pastor maronita de Rmaych, cerca de la frontera israelí, no habló con el Papa, pero dijo a los periodistas: “Básicamente hemos estado viviendo en guerra durante los últimos dos, dos años y medio, pero nunca sin esperanza”.

La visita del Papa, dijo, es una confirmación para los creyentes de que “lo que hemos vivido” -el miedo y la esperanza combinados- “no ha sido en vano”.

El Papa León XIV, durante el mismo encuentro con obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos del Líbano, el 1 de diciembre de 2025. A la izquierda, el Patriarca maronita libanés, cardenal Bechara Boutros Rai (Foto CNS/Lola Gomez).

Paz y armonía entre todos: “eso es el Líbano”

El discurso del Papa León XIII ante líderes gubernamentales y cívicos el 30 de noviembre se centró en el pueblo libanés y no mencionó a Israel en absoluto. Pero el Padre Elías dijo que era “hermoso” porque la paz y la armonía entre musulmanes, cristianos y drusos “son nuestras raíces, nuestra cultura. Eso es el Líbano”.

Al encontrarse con los obispos, sacerdotes, religiosos y agentes pastorales del país -una multitud de unas 2.000 personas- el Papa León les dijo: “Si queremos construir la paz, debemos anclarnos en el cielo y ponernos firmemente en esa dirección”.

“De estas raíces crece el amor”

“Amemos sin miedo a perder lo que pasa y demos sin medida”, dijo el Papa . “De estas raíces, fuertes y profundas como las de los cedros, crece el amor y, con la ayuda de Dios, se materializan obras de solidaridad concretas y duraderas”.

Entrega de la Rosa de Oro: ser perfume de Cristo 

Dentro de poco realizaremos el gesto simbólico de entregar la Rosa de Oro a este Santuario, señaló el Papa.  “Es un gesto antiguo que, entre otros significados, tiene el de exhortarnos a ser perfume de Cristo con nuestra vida (cf. 2 Co 2,14)”.

“Ante esta imagen, me viene a la mente el perfume que emana de las mesas libanesas, típicas por la variedad de alimentos que ofrecen y por la fuerte dimensión comunitaria de compartirlos. Es un perfume compuesto por miles de aromas, que sorprenden por su diversidad y, a veces, por su conjunto. Así es el perfume de Cristo”, dijo.

El Papa León tenía previsto finalizar su mañana con una reunión privada con patriarcas católicos de todo el Medio Oriente.

El autorCNS / Omnes

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica