En el 60 aniversario de la declaración ‘Nostra Aetate’ (En nuestro tiempo), una declaración del Concilio Vaticano II de apenas dos folios, firmada por san Pablo VI, el Papa León XIV ha invitado a todas las religiones a trabajar “juntos”.
Hace sesenta años, el 28 de octubre de 1965, el Concilio Vaticano II, con la promulgación de la Declaración ‘Nostra aetate’, “abrió un nuevo horizonte de encuentro, respeto y hospitalidad espiritual”, ha dicho el Pontífice, refiriéndose al diálogo interreligioso.
“Este luminoso documento nos enseña a encontrar a los seguidores de otras religiones no como extraños, sino como compañeros de viaje en el camino de la verdad. A honrar las diferencias afirmando nuestra humanidad común. Y a discernir, en toda búsqueda religiosa sincera, un reflejo del único Misterio divino que abarca toda la creación”.
Diálogo de Jesús con la samaritana
El Papa había iniciado la reflexión de su catequesis, dedicada al diálogo interreligioso, con «el diálogo del Señor Jesús con la mujer samaritana: ‘Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad’”.
“La esencia del auténtico diálogo interreligioso son las personas que se abren y escuchan recíprocamente con sinceridad. Este diálogo nace de la sed que tiene Dios del corazón humano y de la sed que la humanidad tiene de Dios.»
Espíritu de amistad y colaboración
“Queridos hermanos y hermanas, sesenta años después de Nostra aetate, ¡actuemos juntos! Transmitamos el espíritu de amistad y colaboración entre religiones a la generación futura, porque es el verdadero pilar del diálogo”, ha añadido el Papa.
Un mensaje que ha ido transmitiendo a los peregrinos de diversas lenguas, como hace habitualmente.
Aliviar el sufrimiento humano y cuidar de la creación
Por ejemplo, a los de lengua española, ha dicho: “Roguemos al Señor para que todas las tradiciones religiosas puedan contribuir a aliviar el sufrimiento humano y a cuidar de la creación. Sabemos que la oración tiene el poder de transformar nuestras actitudes, nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones”.
Poco después, al recordar que «la primera orientación de ‘Nostra aetate’ fue hacia el mundo judío, con el que san Juan XXIII quiso restablecer la relación original”, se ha dirigido a los peregrinos de lengua inglesa.
Un mundo nuevo sin divisiones
“El mundo necesita más que nunca el poderoso testimonio de hombres y mujeres de todas las religiones que conviven en unidad, amistad y cooperación”.
“De esta manera, podemos trabajar juntos para alcanzar la paz, la justicia y la reconciliación que hoy se necesitan con tanta urgencia. Que por tanto, nunca perdamos la esperanza de que un mundo nuevo sin divisiones sea posible”.
La Iglesia no tolera el antisemitismo, y lo combate
Al profundizar en las relaciones con el pueblo judío, el Santo Padre ha subrayado que la Iglesia, “consciente del patrimonio que tiene en común con los judíos, y movida no por motivos políticos, sino por la caridad religiosa evangélica, deplora los odios, las persecuciones y todas las manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos”.
Desde entonces, ha proseguido, “todos mis predecesores han condenado el antisemitismo con palabras claras. Y, por lo tanto, yo también confirmo que la Iglesia no tolera el antisemitismo y lo combate, en virtud del Evangelio mismo”.
“Hoy podemos mirar con gratitud a todo lo que se ha logrado en el diálogo judeo-católico en estas seis décadas. Esto no se debe solo al esfuerzo humano, sino a la asistencia de nuestro Dios que, según la convicción cristiana, es en sí mismo diálogo”.
Ha habido malentendidos y dificultades, pero siempre diálogo
El Pontífice ha reconocido que en este período también ha habido “malentendidos, dificultades y conflictos”, pero éstos nunca han impedido la continuación del diálogo.
“Tampoco hoy debemos permitir que las circunstancias políticas y las injusticias de algunos nos alejen de la amistad, sobre todo porque hasta ahora hemos logrado mucho”.
Esperanza al mundo
Al concluir, el Sucesor de Pedro ha manifestado que “hace sesenta años, ‘Nostra aetate’ trajo esperanza al mundo que salía de la Segunda Guerra Mundial.
Hoy estamos llamados a refundar esa esperanza en nuestro mundo devastado por la guerra y en nuestro entorno natural degradado. Colaboremos, porque si estamos unidos todo es posible. Hagamos que nada nos divida”, ha reafirmado.
En lengua alemana, rezo del Santo Rosario
A los peregrinos de lengua alemana, y a una Plaza de San Pedro, y calles adyacentes, llenas de fieles, les ha dicho el Papa: “Queridos peregrinos de habla alemana, al finalizar este mes dedicado a Nuestra Señora del Rosario, los invito a permanecer fieles a esta hermosa oración a la Madre de Dios, que es también nuestra Madre: ‘Que nosotros, con su divino Hijo, bendigamos a la Virgen María’”.




