


El Vaticano ha confirmado oficialmente que el Papa León XIV realizará un viaje apostólico a Turquía y Líbano del 27 de noviembre al 2 de diciembre, marcando su primera visita al extranjero desde su elección el pasado 8 de mayo.
Este viaje sustituye al inicialmente planeado para mayo por el fallecido Papa Francisco, quien había previsto una visita a Turquía. Durante su pontificado, Francisco visitó Turquía en 2014, donde se reunió con el presidente Recep Tayyip Erdogan, en una visita centrada en el diálogo ecuménico y el tema migratorio. En cuanto a Líbano, la última visita papal fue la de Benedicto XVI en septiembre de 2012.
En Turquía, el pontífice participará en la conmemoración del 1.700º aniversario del primer Concilio de Nicea, que se celebrará en Iznik, la histórica ciudad que acogió en el año 325 a unos 300 obispos del Imperio romano bajo la convocatoria del emperador Constantino. La asamblea estableció las bases doctrinales que aún hoy reconocen numerosas confesiones cristianas. Durante su estancia, León XIV también acompañará al patriarca Bartolomé I, del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en Estambul, en el marco de la fiesta del trono del patriarcado el 29 de noviembre.
Viaje al Líbano
Tras Turquía, el Papa visitará Líbano del 30 de noviembre al 2 de diciembre, atendiendo a la invitación del Jefe de Estado y de las autoridades eclesiásticas libanesas. El patriarca Bechara Rai, jefe de la Iglesia maronita, confirmó la visita en agosto, mientras que León XIV recibió en junio al presidente libanés Joseph Aoun, quien le entregó formalmente la invitación.
El Líbano es un país de gran diversidad religiosa y una notable presencia de cristianos, con dos mayorías musulmanas y alrededor de un tercio de población cristiana, especialmente maronita. Además, acoge a millones de personas afectadas por conflictos regionales, incluyendo refugiados sirios y palestinos, así como más de 1,2 millones de desplazados internos libaneses.
Los viajes papales a este país buscan fortalecer la fe de las comunidades cristianas y promover el diálogo interreligioso en un entorno multicultural y complejo. También subrayan la importancia de la convivencia pacífica entre distintas confesiones y el apoyo a quienes viven como minoría, así como la solidaridad con los desplazados y refugiados que conviven en la región.