El Papa León ha realizado esta mañana en la Plaza de San Pedro, ante decenas de miles de fieles, un fuerte llamamiento al alto el fuego en Gaza, y a la liberación de los rehenes. Al final de la Audiencia, en lengua italiana, en el día de su onomástica, el Pontífice ha mostrado su “profunda cercanía al pueblo palestino, que sigue pasando miedo, y viviendo en condiciones inaceptables, obligados por la fuerza a desplazarse en sus propias tierras”.
En tono ciertamente solemne, “delante del Señor Todopoderoso, que ha mandado no matar”, el Santo Padre ha recordado, al lado de toda la historia humana, que “toda persona tiene una dignidad inviolable que se tiene que respetar y cuidar”.
Además, el Papa León ha manifestado que renueva su «llamamiento al alto el fuego y a la liberación de los rehenes. A la solución diplomática, al respeto integral del derecho humanitario internacional. Invito a todos a unirse a mi oración, para que surja lo antes posible un alba de paz y de justicia”.
“Buscar otra solución”
Ayer, al concluir su estancia de unas horas en Castel Gandolfo, el Papa atendió a algunos periodistas. A la pregunta sobre el éxodo de Gaza, confirmó que había escuchado por teléfono a la comunidad de Gaza y al párroco, y explicó su preocupación.
«Muchos -dijo- no tienen adónde ir y por eso es una preocupación, también hablé con nuestra gente allí, con el párroco, por ahora quieren quedarse, siguen resistiendo pero realmente hay que buscar otra solución».
El silencio, protagonista de la catequesis
En su catequesis, León XIV ha manifestado que “la esperanza cristiana nace del silencio de la espera amorosa y del abandono confiado a la voluntad de Dios”. En este sentido, ha alentado a descubrir el sentido del silencio y la contemplación. La palabra “silencio” ha vertebrado la catequesis.
El Papa ha comenzado su meditación en torno al misterio del Sábado Santo y la “ausencia” de Cristo en el sepulcro. Es una “espera, es un silencio cargado de sentido, como el de una madre que custodia en el vientre a su hijo aún no nacido, pero ya vivo”. En el año jubilar, la serie de catequesis versa sobre ‘Jesucriso, nuestra esperanza’. El tema de hoy ha sido “Un sepulcro nuevo, en el que aún no se había puesto a nadie” (Juan 19, 40-41).
El sentido del silencio y de la contemplación
En sus palabras a fieles y peregrinos de diversas lenguas, el Pontífice ha animado a que “en medio del ruido y de la prisa en que a veces nos encontramos, pidamos la intercesión de la Virgen María. Para que nos enseñe, como ella, a vivir el Sábado Santo descubriendo el sentido del silencio y de la contemplación”.
Ha invitado a los fieles de lengua árabe a “recordar que la esperanza cristiana nace del silencio de la espera amorosa y del abandono confiado a la voluntad de Dios. ¡Que el Señor los bendiga a todos y los proteja siempre de todo mal!”.
Y n la misma línea, ha animado a los peregrinos de lengua alemana a “dedicar cada día un tiempo al silencio y a la oración. Para encontrarnos con Jesucristo, nuestro Señor y Dios, y permanecer siempre unidos a él”.
Un descanso lleno
El Sábado Santo también es día de descanso, ha dicho el Papa en otro momento. “Según la ley judía, el séptimo día no se debe trabajar: de hecho, después de seis días de la creación, Dios descansó (cf. Gn 2,2)”.
Ahora el Hijo, tras completar su obra de salvación, también descansa, ha continuado. “No porque esté cansado, sino porque ha terminado su obra. No porque se haya dado por vencido, sino porque ha amado hasta el fin. No hay nada más que añadir. Este descanso es el sello de la obra cumplida, es la confirmación de que lo que debía hacerse realmente se ha cumplido. Es un descanso lleno de la presencia oculta del Señor”.
La enseñanza del Evangelio: “saber detenerse”
“Nos cuesta detenernos y descansar. Vivimos como si la vida nunca fuera suficiente. Corremos para producir, demostrar, no perder terreno. Pero el Evangelio nos enseña que saber detenerse es un gesto de confianza que debemos aprender a tener”.
“El Sábado Santo nos invita a descubrir que la vida no siempre depende de lo que hacemos, sino también de cómo nos despedimos de lo que hemos podido hacer”.
La esperanza cristiana “no es fruto de la euforia, sino de un abandono confiado”, ha concluido el Santo Padre. “La Virgen María nos lo enseña: ella encarna esta espera, esta confianza, esta esperanza. Cuando parezca que todo se detiene, que la vida es un camino interrumpido, recordemos el Sábado Santo”.
Intercesión de san Estanislao de Kostka
A los lengua polaca les ha mencionado a su patrono, san Estanislao de Kostka. “Mañana recordarán a San Estanislao Kostka. Que este joven de dieciocho años, patrono de su patria y de los jóvenes, sea ejemplo e inspiración para las nuevas generaciones de creyentes en la búsqueda de la voluntad de Dios y en el valiente cumplimiento de su vocación. A su intercesión encomiendo a Polonia y la paz mundial. Los bendigo de todo corazón”.