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La libertad religiosa, en «caída libre»: casi dos tercios de la humanidad vive en represión

Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) da a conocer su informe sobre libertad religiosa en el mundo, que revela un retroceso de la libertad religiosa: más de 5.400 millones de personas viven bajo persecución o discriminación.

Teresa Aguado Peña·21 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos
Informe libertad religiosa

©ACN

“La libertad religiosa no mejora, está en caída libre” asegura José María Gallardo, director de ACN España. Según el informe sobre libertad religiosa emitido por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que analiza el periodo que abarca desde enero de 2023 a diciembre de 2024, casi dos tercios de la humanidad (más de 5.400 millones de personas) vive en países sin libertad religiosa. En 62 países de los 196 analizados la libertad religiosa sufre graves vulneraciones y solo dos —Kazajistán y Sri Lanka— mostraron alguna mejora.

24 países se encuentran en la categoría más grave, la persecución.  Las restricciones son sistemáticas y violentas: incluyen represión, arrestos, vigilancia masiva y ataques directos, afectando a más de 4.100 millones de personas en países como China, India, Nigeria y Corea del Norte. En el 75 % de estos países (en 18 de 24), la situación ha empeorado.

La discriminación religiosa, aunque menos extrema, continúa afectando a más de 1.300 millones de personas en 38 países. En estos contextos, las minorías religiosas enfrentan restricciones sistemáticas en su vida espiritual y social, sufriendo desigualdad legal, acoso y marginalización. Aunque no son víctimas de violencia abierta, la discriminación a menudo prepara el terreno para situaciones más graves. Además, 24 países han sido señalados como «en observación» por mostrar indicios alarmantes de deterioro, como el aumento del extremismo religioso, el debilitamiento de las protecciones legales y la interferencia estatal en asuntos religiosos.

Amenazas a la libertad religiosa

Entre las principales amenazas identificadas en el informe, el autoritarismo destaca como la causa más extendida. En al menos 19 países, regímenes autoritarios utilizan leyes restrictivas, vigilancia digital y represión institucional para suprimir la vida religiosa, y fomentan patrones de discriminación en otros 33. China, Irán, Eritrea y Nicaragua figuran entre los casos más preocupantes. Paralelamente, la violencia yihadista se ha expandido a través de redes descentralizadas que operan con brutalidad en regiones como el Sahel, Mozambique y la República Democrática del Congo. Grupos como Jama’at Nusrat al-Islam, el Estado Islámico de la Provincia del Sahel o las Fuerzas Democráticas Aliadas han convertido la persecución religiosa en un instrumento para consolidar su poder e imponer ideologías extremistas.

El auge del nacionalismo religioso también aumenta y alimenta la represión de las minorías. En India y Myanmar, es la principal causa de persecución, mientras que en otros países como Israel, Palestina o Nepal, alimenta la discriminación sistemática. En estos contextos, la religión mayoritaria se convierte en elemento definitorio de la identidad nacional, relegando a los demás credos a una posición de inferioridad legal y social. A esta situación se suman los efectos de la guerra y el crimen organizado. En regiones como Sudán, Gaza o Ucrania, los conflictos han destruido templos, desplazado comunidades enteras y convertido a las minorías religiosas en objetivos estratégicos. En países como México, Nigeria y Haití, grupos criminales atacan directamente a líderes e instituciones religiosas para ejercer control territorial o silenciar voces críticas.

El informe también señala un alarmante incremento de los crímenes de odio antisemitas y antimusulmanes, especialmente tras el estallido del conflicto en Gaza en octubre de 2023. En países como Francia y Alemania, los delitos motivados por odio religioso se han multiplicado por diez, mientras que en América Latina también se ha registrado una preocupante escalada. Por otro lado, los incidentes contra cristianos en Europa y América del Norte han aumentado de forma notable. En 2023 se documentaron cerca de mil ataques contra iglesias y símbolos cristianos, desde incendios en Canadá hasta profanaciones y agresiones físicas en Grecia, España o Estados Unidos.

Otro fenómeno alarmante es el uso creciente de herramientas digitales y de inteligencia artificial para reprimir la vida religiosa. En regímenes como China, Corea del Norte o Pakistán, la tecnología se emplea para vigilar, perfilar y castigar a creyentes, haciendo de la fe un motivo de criminalización. Asimismo, el derecho a la objeción de conciencia enfrenta crecientes restricciones, incluso en países democráticos, donde instituciones religiosas son presionadas para actuar en contra de sus principios, por ejemplo, en temas como el aborto o la eutanasia.

El informe pone también el foco sobre una de las realidades más crueles: la doble vulnerabilidad de mujeres y niñas pertenecientes a minorías religiosas. En países como Pakistán, Egipto o Mozambique, se han registrado cientos de casos de secuestros, conversiones forzadas y matrimonios obligados, en ocasiones con niñas de apenas diez años. La impunidad en estos delitos es casi absoluta.

A pesar de este panorama sombrío, Ayuda a la Iglesia Necesitada destaca la resiliencia de las comunidades religiosas, que continúan ofreciendo esperanza, ayuda humanitaria y mediación para la paz en contextos profundamente hostiles. En lugares como Burkina Faso o Mozambique, los líderes religiosos siguen promoviendo la unidad, el diálogo y la dignidad humana a través de iniciativas interreligiosas. El informe subraya que la libertad religiosa no es solo un derecho individual, sino un pilar esencial de toda sociedad plural y pacífica. Este informe es una advertencia clara: en medio de la inestabilidad global, la libertad religiosa se ha convertido en una de las principales víctimas del siglo XXI. Su deterioro no es un fenómeno aislado, sino el síntoma de un orden mundial cada vez más intolerante, desigual y violento. La defensa de este derecho básico —el de creer, practicar y vivir conforme a la propia fe— se vuelve hoy más urgente que nunca.

Así, por primera vez ACN lanza una campaña de recogida de firmas a nivel internacional en un llamamiento global por la libertad religiosa. Invitan a unirse a esta iniciativa para proteger el derecho a creer en todo el mundo, que quieren presentar ante las Naciones Unidas, a la Unión Europea y a distintos representantes diplomáticos. Se puede firmar en manifiestolibertadreligiosa.es.

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