Vaticano

La misión de Cristo y la comunión, ejes de la felicitación de León XIV a la Curia

La doble apelación a llevar adelante la misión de Cristo y una Iglesia misionera, y a ser “constructores de la comunión de Cristo”, han marcado la felicitación navideña del Papa a los cardenales y superiores de la Curia Romana. Al referirse a la comunión, ha alertado de que se corre “el riesgo de ser víctimas de la rigidez y de la ideología”.

Francisco Otamendi·22 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos
Belén San Pedro

Grupos de personas visitan el Belén en la Plaza de San Pedro tras la Misa de Nochebuena en el Vaticano (Foto CNS/Paul Haring).

Este lunes casi en vísperas de la solemnidad del Nacimiento de Jesús, el Papa León XIV y los cardenales y superiores de la Curia Romana han intercambiado las felicitaciones navideñas. 

Podría pensarse en unos saludos navideños breves, contestando al Cardenal Decano, como para salir del paso en estas fechas de urgencias. 

Sin embargo, el Papa ha aprovechado su Discurso para ahondar en conceptos fundamentales como la misión y la comunión en la Iglesia, y una llamada a la conversión personal, con recordatorios expresos a dos Concilios: Nicea y Vaticano II.  He aquí algunas de sus palabras.

A la luz de la Navidad

El Pontífice ha recordado al comenzar que “la luz de la Navidad viene a nuestro encuentro, invitándonos a redescubrir la novedad que, desde la humilde gruta de Belén, recorre la historia humana (..). Dios se ha hecho carne, se ha convertido en nuestro hermano y permanece para siempre como el Dios-con-nosotros”.

Impulso a la evangelización

Y su primera referencia ha sido al Papa Francisco, fallecido este año. “Su voz profética, su estilo pastoral y su rico magisterio”–ha dicho– “han marcado el camino de la Iglesia en estos años, animándonos principalmente a volver a colocar en el centro la misericordia de Dios, a dar un mayor impulso a la evangelización, a ser una Iglesia alegre y gozosa, acogedora con todos, atenta a los más pobres”.

León XIV se ha inspirado precisamente en su Exhortación apostólica Evangelii gaudium, para hablar de “dos aspectos fundamentales de la vida de la Iglesia: la misión y la comunión”. 

“La Iglesia es, por naturaleza, extrovertida, abierta al mundo, misionera”, ha subrayado. “Ha recibido de Cristo el don del Espíritu para llevar a todos la buena nueva del amor de Dios”. 

Misión evangelizadora de la Iglesia

Evangelii gaudium nos anima a avanzar en la transformación misionera de la Iglesia, que encuentra su fuerza inagotable en el mandato de Cristo Resucitado. 

‘En este “id” de Jesús están  presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos estamos llamados a esta nueva “salida” misionera’ (EG, 20)”. 

Y “el primer gran “éxodo”, por tanto, es el de Dios, que sale de sí mismo para venir a nuestro encuentro. El misterio de la Navidad nos anuncia precisamente esto: la misión del Hijo consiste en su venida al mundo (cf. San Agustín, La Trinidad, IV, 20.28).”.

“Las estructuras no deben entorpecer, detener la carrera del Evangelio o impedir el dinamismo de la evangelización; por el contrario, debemos ‘procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras’ (Evangelii gaudium, 27).”

Y de la Curia Romana

Por eso, en el espíritu de la corresponsabilidad bautismal, todos estamos llamados a participar en la misión de Cristo, ha dicho el Papa. “Necesitamos una Curia Romana cada vez más misionera, donde las instituciones, las oficinas y las tareas estén pensadas atendiendo a los grandes desafíos eclesiales, pastorales y sociales de hoy, y no sólo para garantizar la administración ordinaria. 

Comunión: “In Illo uno unum”

Al mismo tiempo, la misión en la vida de la Iglesia está estrechamente ligada a la comunión, ha señalado el Papa. “La Navidad nos recuerda que Jesús ha venido a revelarnos el verdadero rostro de Dios como Padre, para que todos pudiéramos ser sus hijos y, por tanto, hermanos y hermanas entre nosotros. 

Esta es una tarea más urgente que nunca ad intra y ad extra. Lo es ad intra, “porque la comunión en la Iglesia permanece siempre como un desafío que nos llama a la conversión. A veces, detrás de una aparente tranquilidad, se agitan los fantasmas de la división”. 

“Riesgo de ser víctimas de la rigidez y de la ideología”

En las relaciones interpersonales, en las dinámicas internas de las oficinas y los roles, o tratando los temas que se refieren a la fe, la liturgia, la moral y otros, se corre el riesgo de ser víctimas de la rigidez y de la ideología, con las contraposiciones que ello implica”, ha dicho.

Pero “nosotros somos la Iglesia de Cristo, somos sus miembros, su cuerpo. Somos hermanos y hermanas en Él. Y en Cristo, aun siendo muchos y diferentes, somos uno: “In Illo uno unum””, ha reiterando volviendo a su lema papal.

Estamos llamados también, y sobre todo aquí en la Curia, ha manifestado, “a ser constructores de la comunión de Cristo, que pide configurarse como Iglesia sinodal, donde todos colaboran y cooperan en la misma misión, cada uno según el propio carisma y el rol recibido”.

Conversión personal: “Cristo en el centro”.

Hay una conversión personal que debemos desear y perseguir, para que en nuestras relaciones pueda transparentarse el amor de Cristo que nos hace hermanos. (…)  Queridos hermanos, la misión y la comunión son posibles si ponemos a Cristo en el centro”. 

Por último, el Sucesor de Pedro ha recordado “que hace cincuenta años, en el día de la Inmaculada Concepción, fue promulgada por san Pablo VI la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi”.

El testimonio cristiano

Esta Exhortación subraya, entre otras cosas, dos realidades que ha destacado el Papa: la misión de evangelizar, y el testimonio: “el primer medio de evangelización consiste en un testimonio de vida auténticamente cristiana, entregada a Dios en una comunión que nada debe interrumpir y a la vez consagrada igualmente al prójimo con un celo sin límites” (n. 41). 

La petición papal ha sido al concluir: “Que el Señor nos dé su misma condescendencia, su misma compasión, su amor, para que cada día seamos sus discípulos y testigos. Les deseo de corazón a todos una Santa Navidad. Que el Señor nos traiga su luz y conceda al mundo la paz”.

Con los trabajadores de la Curia, ante el Belén

Poco después, el Papa se ha reunido con los trabajadores de la Curia Romana, de la Gobernación del Vaticano, y del Vicariato de roma. En un ambiente familiar, León XIV ha hablado del Belén, “que también está presente aquí, en este belén donado por Costa Rica”.

En el Belén, “la imaginación popular ha incluido a menudo numerosas figuras de la vida cotidiana que pueblan el espacio que rodea la cueva”, ha dicho. “Así, además de los inevitables pastores, protagonistas del acontecimiento según el Evangelio, encontramos figuras que representan diversos oficios: el herrero, el posadero, la lavandera, el afilador de cuchillos, etc.”.

Las figuras: nuestras ocupaciones, pleno sentido en el plan de Dios

Se trata de oficios de tiempos pasados: algunos han desaparecido o se han transformado por completo, ha comentado. “Sin embargo, conservan su significado dentro del belén. Nos recuerdan que todas nuestras actividades, nuestras ocupaciones diarias, adquieren su pleno sentido en el plan de Dios, centrado en Jesucristo”.

El autorFrancisco Otamendi

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