Vaticano

El Papa alienta a la compasión: “No es cuestión religiosa, sino humana”

León XIV ha dedicado su catequesis de este miércoles 28 a la parábola del buen samaritano y a la compasión. Ha manifestado en la Audiencia que la compasión por los demás es “una cuestión de humanidad, antes que religiosa”. Y que “antes de ser creyentes hemos de ser humanos”. También ha rezado por la paz en Ucrania y la Franja de Gaza.

Francisco Otamendi·28 de mayo de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa León XIV ha continuado este miércoles en la Audiencia general el ciclo de catequesis sobre ‘Jesucristo, nuestro Salvador’, en el Jubileo de la esperanza de 2025, que en su segunda sesión ha versado sobre el tema del buen samaritano. y sobre la compasión, que “antes de ser una cuestión religiosa es de humanidad”.

El tema de meditación ha sido precisamente la parábola del buen samaritano, que narra san Lucas: una persona es asaltada y apaleada por unos ladrones, y un samaritano se compadeció de él. Antes, un levita y un sacerdote habían pasado de largo y siguieron su camino.

En los minutos previos a la Audiencia, León XIV recorrió en el papamóvil la Plaza de San Pedro, donde saludó y bendijo a numerosos peregrinos y fieles que acudieron a escuchar al Santo Padre. Como es habitual, muchas madres y padres le acercaron bebés para que los bendijera.

Fiesta de la Ascensión del Señor

Entre las notas quizá más significativas de esta mañana se encuentran, además de las palabras del Papa sobre la compasión y la misericordia, la preparación a la fiesta de la Ascensión del Señor de mañana jueves 29 de mayo, que en bastantes lugares se pasa al domingo.

También la afectuosa bienvenida, como el miércoles pasado, “a los peregrinos y visitantes de lengua inglesa que participan en la Audiencia de hoy, especialmente a los procedentes de Inglaterra, Escocia, Noruega, Ghana, Kenia, Australia, China, Hong Kong, India, Indonesia, Myanmar, Filipinas, Corea del Sur, Taiwán, Vietnam, Canadá y los Estados Unidos de América”.

“Mientras nos preparamos para conmemorar la Ascensión del Señor al Cielo”, les ha dicho, “rezo para que cada uno de vosotros y vuestras familias experimentéis una renovación de la esperanza y la alegría. Que Dios os bendiga.”.

Paz en Ucrania y en la Franja de Gaza

Al final de la Audiencia, antes de dirigirse a los peregrinos de lengua italiana, rezar el Padre Nuestro y dar la Bendición, el Papa ha mostrado su “cercanía y oración” por el pueblo ucraniano”, y ha rogado para que se detenga la guerra. Asimismo, ha efectuado un llamamiento por la paz en la Franja de Gaza, desde donde se escucha el llanto de madres y padres con sus hijos en brazos. León XIV ha pedido que “cese el fuego”, la liberación de todos los prisioneros, y ha rezado a la Reina de la Paz.

En su saludo a los peregrinos de lengua árabe, Leon XIV ha manifestado que “estamos llamados a ser misericordiosos, como nuestro Padre es misericordioso. Su misericordia consiste en mirar a cada ser humano con ojos de compasión. Que el Señor os bendiga a todos y os proteja siempre de todo mal”.

Parábola del buen samaritano: cambiar la perspectiva, acoger al otro

En su breve catequesis, el Papa ha comenzado señalando: “En esta catequesis releemos la parábola del buen samaritano. El Señor la dirige a un hombre que, a pesar de conocer las Escrituras, considera la salvación como un derecho que le es debido, algo que se puede adquirir”.

“La parábola le ayuda a cambiar de perspectiva, y a pasar de centrarse en sí mismo a ser capaz de acoger a los otros, sintiéndose llamado a hacerse prójimo de los demás, sin importar quienes sean, y no sólo juzgar cercanas a las personas que lo aprecia”.

Después, el Santo Padre ha sintetizado: “La parábola nos habla de compasión, de comprender que antes de ser creyentes debemos ser humanos. El texto nos pide reflexionar sobre nuestra capacidad de detenernos en el camino de la vida, de poner al otro por encima de nuestra prisa y de nuestro proyecto de viaje”. 

“Nos pide estar dispuestos”, ha subrayado, “a reducir las distancias, a implicarnos, a ensuciarnos si es necesario, a hacernos cargo del dolor del otro y gastar de lo nuestro, volviendo a su encuentro, porque el prójimo es para nosotros alguien cercano.

Una pregunta para la reflexión

En el momento del examen, el Pontífice ha realizado una pregunta: “Queridos hermanos y hermanas, ¿cuándo seremos capaces nosotros también de interrumpir nuestro viaje y tener compasión? Cuando hayamos comprendido que ese hombre herido en el camino nos representa a cada uno de nosotros. Y entonces, el recuerdo de todas las veces que Jesús se detuvo para cuidar de nosotros nos hará más capaces de compasión.

Recemos, pues, para que podamos crecer en humanidad, de modo que nuestras relaciones sean más verdaderas y más ricas en compasión. Pidamos al Corazón de Cristo la gracia de tener cada vez más sus mismos sentimientos”, ha concluido.

El autorFrancisco Otamendi

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