Dedicar un Jubileo a los influencers y creadores de contenido católicos se siente «histórico» ya que el Vaticano muestra un apoyo creciente a los misioneros digitales y su influencia. Algo que se mencionó mucho en una serie de charlas celebradas en el Auditorium Conciliazione de Roma el 28 de julio, fue el recordatorio de que detrás de todos estos esfuerzos en línea hay personas reales.
Asistieron más de 1000 personas de más de 70 países. Inés San Martín señaló que lo que más le había impresionado es la belleza de «ver a los influencers saludarse». No había competencia ni comparaciones, solo gente emocionada por conocerse por primera vez en persona. Dijo que ha escuchado a la gente decirse: «Te he estado observando. He aprendido de ti. Me has evangelizado. ¿Puedo abrazarte?». Y eso ha sido realmente increíble».
Michael Lofton, presentador del podcast Reason & Theology, dijo a CNS que le impresionó el estímulo de que los influencers digitales no deberían estar motivados por el beneficio personal. «Necesitamos decir la verdad aunque no consigamos suscriptores, aunque no consigamos «me gusta», dijo. «Esto es algo que Jesús hizo, y a veces perdió discípulos, ¿verdad? Le costó caro. Pero aun así tenemos que hacerlo».
«Tenemos que preguntarnos: ¿tiene esto impacto? ¿Es constructivo? ¿Es veraz? No, ¿me va a conseguir más seguidores?», dijo.
Katie Prejean McGrady, autora, podcaster y presentadora de radio en The Catholic Channel de Sirius XM, dijo a CNS que su «manual de misión digital» está guiado por el beato Carlo Acutis, quien alentó a las personas a ser la persona original que Dios creó, no fotocopias. «Si eres tú mismo, si eres un testigo auténtico de la belleza, la verdad y la bondad de nuestro Evangelio, y lo haces compartiendo a tu familia, hablando de tus hijos, conversando sobre lo que más te importa» y sobre tu vida cotidiana, dijo, entonces «la gente se siente atraída por eso. Quieren hablar contigo de eso».
McGrady dijo que es «genial que la iglesia reconozca que este es un grupo de personas que hacen algo real y un ministerio real en el mundo» al organizar un Jubileo dedicado.
El mensaje de León XIV
En el encuentro con misioneros digitales e influencers católicos, el Papa León XIV lanzó un profundo llamado a renovar la misión de la Iglesia en los entornos digitales. Con un mensaje impregnado de responsabilidad cultural y mirada evangélica, el Pontífice situó el anuncio de la paz como núcleo del testimonio cristiano: “Queridos hermanos y hermanas, hemos comenzado con este saludo: La paz esté con ustedes. Y cuánto necesitamos la paz en nuestro tiempo, desgarrado por la enemistad y las guerras. Y cuánto nos llama hoy al testimonio el saludo del Resucitado: ‘La paz esté con ustedes’ (Jn 20,19). La paz esté con todos nosotros. En nuestros corazones y en nuestras acciones”.
Desde esa premisa, definió el papel esencial de la Iglesia: “Esta es la misión de la Iglesia: anunciar la paz al mundo. La paz que viene del Señor, que venció a la muerte, que nos trae el perdón de Dios, que nos da la vida del Padre, que nos indica el camino del Amor”.
Y esa misma tarea, dijo, recae ahora sobre quienes viven su fe también en el ámbito digital: “Es la misión que la Iglesia les confía hoy también a ustedes, que están aquí en Roma para su Jubileo, que han venido a renovar el compromiso de alimentar con esperanza cristiana las redes sociales y los entornos digitales”.
Anunciar la Buena Nueva
El Papa subrayó que la paz debe ser anunciada en todos los espacios posibles: “La paz necesita ser buscada, anunciada, compartida en todos los lugares; tanto en los dramáticos escenarios de guerra, como en los corazones vacíos de quienes han perdido el sentido de la existencia y el gusto por la interioridad, el gusto por la vida espiritual”.
Con una clara dimensión misionera, invitó a ir al encuentro del mundo: “Y hoy, quizás más que nunca, necesitamos discípulos misioneros que lleven al mundo el don del Resucitado; que den voz a la esperanza que nos da Jesús vivo, hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1,3-8); que lleguen a dondequiera que haya un corazón que espera, un corazón que busca, un corazón que necesita. Sí, hasta los confines de la tierra, hasta los confines existenciales donde no hay esperanza”.
No todo son los «followers»
El Santo Padre planteó también un segundo gran desafío: “Buscar siempre la ‘carne sufriente de Cristo’ en cada hermano y hermana con los que nos encontramos en internet”. Reconociendo que vivimos en una nueva cultura “profundamente caracterizada y formada por la tecnología”, el Papa subrayó que depende de cada uno “garantizar que esta cultura siga siendo humana”.
Insistió en que “nuestra misión, la misión de ustedes, es nutrir una cultura de humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Esta es la belleza de la ‘red’ para todos nosotros”.
Consciente del impacto de la inteligencia artificial y los cambios tecnológicos, el Papa advirtió: “Hoy nos encontramos en una cultura en la que la dimensión tecnológica está presente en casi todo, especialmente ahora que la adopción generalizada de la inteligencia artificial marcará una nueva era en la vida de las personas y de la sociedad en su conjunto”. Y planteó la necesidad de discernimiento y autenticidad: “Este es un desafío que debemos afrontar: reflexionar sobre la autenticidad de nuestro testimonio, sobre nuestra capacidad de escuchar y hablar, y sobre nuestra capacidad de comprender y ser comprendidos”.
Reparar redes
En la parte más creativa y pastoral de su mensaje, León XIV propuso a los jóvenes “reparar las redes”, retomando el gesto simbólico de los primeros apóstoles: “Jesús llamó a sus primeros apóstoles mientras reparaban sus redes de pescadores (cf. Mt 4,21-22). También lo pide a nosotros, es más, nos pide hoy construir otras redes: redes de relaciones, redes de amor, redes de intercambio gratuito, en las que la amistad sea auténtica y sea profunda”.
Y describió con fuerza el tipo de redes que necesitamos construir: “Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores —los follower—, sino experimentando en cada encuentro la grandeza infinita del Amor. Redes que abran espacio al otro, más que a sí mismos, donde ninguna ‘burbuja de filtros’ pueda apagar la voz de los más débiles. Redes que liberen, redes que salven. Redes que nos hagan redescubrir la belleza de mirarnos a los ojos. Redes de verdad. De este modo, cada historia de bien compartido será el nudo de una única e inmensa red: la red de redes, la red de Dios”.
Finalmente, el Papa animó a todos los misioneros digitales a vencer la lógica del aislamiento y la superficialidad: “Sean entonces ustedes agentes de comunión, capaces de romper la lógica de la división y de la polarización; del individualismo y del egocentrismo. Céntrense en Cristo, para vencer la lógica del mundo, de las fake news y de la frivolidad, con la belleza y la luz de la verdad (cf. Jn 8,31-32)”.