En un día lluvioso en Roma, que se ha ido abriendo poco a poco, hasta permitir al Papa salir en el papamóvil a saludar a los más de treinta mil peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa ha revolucionado el concepto de “misión”.
En la homilía de la Misa final del Jubileo del Mundo Misionero y los Migrantes, sin dejar de alabar “la cooperación y la vocación misionera”, ha dicho León XIV que “hoy se abre en la historia de la Iglesia una época misionera nueva”.
Así lo ha explicado en la Misa, en la que han concelebrado los cardenales Michael Czerny S.J., prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización.
Fronteras de la misión: ya no son geográficas
“Por un largo periodo hemos asociado la misión con el “partir”, el ir hacia tierras lejanas que no habían conocido el Evangelio o se encontraban en situaciones de pobreza». «Hoy las fronteras de la misión ya no son las geográficas, porque son la pobreza, el sufrimiento y el deseo de una esperanza mayor las que vienen hacia nosotros”, ha explicado el Pontífice.
Nos lo atestigua la historia de muchos de nuestros hermanos migrantes, ha proseguido, “el drama de su fuga de la violencia, el sufrimiento que los acompaña, el miedo a no lograrlo. El riesgo de peligrosas travesías a lo largo de las costas del mar, su grito de dolor y desesperación”.
«Esas barcas que esperan avistar un puerto seguro en el que detenerse y esos ojos llenos de angustia y esperanza que buscan una tierra firme a la que llegar», ha dicho, «no pueden y no deben encontrar la frialdad de la indiferencia o el estigma de la discriminación”.

“Permanecer para abrirles los brazos y el corazón”
En consecuencia, ha manifestado el Sucesor de Pedro, “la cuestión no es “partir”, sino más bien “permanecer” para anunciar a Cristo a través de la acogida, la compasión y la solidaridad. Permanecer sin refugiarnos en la comodidad de nuestro individualismo. Quedarnos para mirar a la cara a aquellos que llegan desde tierras lejanas y sufrientes. Permanecer para abrirles los brazos y el corazón, acogerles como hermanos, ser para ellos una presencia de consolación y esperanza”.
En su homilía, en la que ha citado al Papa Francisco, a Benedicto XVI y a san Pablo VI, ha recordado que toda la Iglesia es misionera. Y es urgente —como afirmó el Papa Francisco— que ‘salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo’ (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 23)”.
A veces Dios calla, parece “ausente”
El Papa, al recordar a los “hermanos migrantes”, la guerra, la injusticia, el sufrimiento, ha citado a Benedicto XVI en Auschwitz. Tantas veces en la historia se ha elevado a Dios la pregunta de por qué no interviene, que parece ausente: “Dios calla, parece tan distante, olvidadizo, tan ausente…, (Catequesis 14 de septiembre de 2011).
Pero la respuesta del Señor, sin embargo, nos abre a la esperanza, ha subrayado León XIV. “Hay una vida, por tanto, una nueva posibilidad de vida y de salvación que proviene de la fe. Porque la fe no sólo nos ayuda a resistir al mal perseverando en el bien, sino que transforma nuestra existencia hasta hacerla un instrumento de la salvación que Dios sigue queriendo realizar en el mundo”.
Filipinas, “odio antisemita” (Manchester)
En el Ángelus, el Papa ha apelado a “dignidad humana” al recordar a “los hermanos y las hermanas misioneras y migrantes”.
Se ha mostrado solidario con el pueblo filipino, golpeado por un fuerte terremoto en Cebú e islas cercanas.
Y ha expresado su preocupación por “por el aumento del odio antisemita en el mundo, como por desgracia se ha visto en el atentado terrorista en Manchester, perpetrado hace pocos días”.
El ataque a la Sinagoga de la Congregación Hebrea de Heaton Park en Mánchester tuvo lugar el Yom Kipur, el día más sagrado del año para el judaísmo. El atacante, abatido por la policía, embistió con su coche a una multitud y apuñaló a los dos judíos, ha informado Cindy Wooden, de CNS.
“Enorme sufrimiento del pueblo palestino”: unidos en la oración
Asimismo, ha asegurado “el enorme sufrimiento del pueblo palestino en Gaza”, que le sigue cuasando dolor. “En estas últimas horas, en la dramática situación de Oriente Medio, se están llevando a cabo algunos pasos significativos para hacer avanzar las tratativas de paz. Espero puedan cuanto antes alcanzar los resultados esperados. Pido a todos los responsables el compromiso para continuar por este camino, con el alto el fuego y la liberación de los rehenes”.
“Al mismo tiempo exhorto a todos a permanecer unidos en la oración, de modo que los esfuerzos que se están realizando puedan poner fin a la guerra y conducirnos hacia una paz justa y duradera”.
Súplica a la Virgen del Rosario
Por último, ha dicho, “nos unimos espiritualmente a todos los que se han reunido en el Santuario de Pompeya para la Súplica a la Virgen del Rosario. En este mes de octubre, contemplando con María los misterios de Cristo Salvador, intensificamos nuestra oración por la paz. Una oración que se hace solidaridad concreta con las poblaciones devastadas por la guerra. Gracias a los muchísimos niños que en todo el mundo se han comprometido a rezar el Rosario por esta intención. Gracias de corazón”.



