El Papa León XIV ha promulgado una nueva Carta Apostólica en forma de Motu Proprio sobre las actividades de inversión financiera de la Santa Sede. El objetivo es consolidar las reformas económicas iniciadas hace años y garantizar una gestión unificada y ética de los activos de la Curia Romana, subrayando el principio de corresponsabilidad en la communio establecido por la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium.
El documento, fechado el 29 de septiembre de 2025, busca definir con precisión los roles y competencias de las instituciones involucradas en la gestión de las inversiones vaticanas. La principal novedad radica en la derogación de la Instrucción de agosto de 2022 y el establecimiento de una nueva estructura operativa.
El Santo Padre establece que la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), en su función de inversor, hará uso de la estructura organizativa interna del Instituto para las Obras de Religión (el banco vaticano) para la gestión de las inversiones. Este movimiento convierte al IOR en el centro neurálgico y principal fuente de conocimiento especializado para la gestión financiera cotidiana.
Además, el Motu Proprio reafirma la autoridad suprema del Comité para las Inversiones para establecer la conformidad de todas las operaciones financieras con la política de inversión aprobada, asegurando así que los activos vaticanos respeten la Doctrina Social de la Iglesia.
El Rescriptum de 2022
El Rescriptum ex Audientia SS.mi del 23 de agosto de 2022, que acaba de ser derogado, fue una medida de urgencia crucial diseñada para imponer la centralización inmediata del patrimonio financiero vaticano. Su propósito fundamental era eliminar la dispersión de fondos que había generado problemas. Estableció que el Instituto para las Obras de Religión (IOR) sería el único gestor patrimonial y depositario de todos los activos financieros y la liquidez de la Santa Sede y sus instituciones.
Con un plazo de 30 días, se ordenó que todas las entidades vaticanas transfirieran sus fondos que estuvieran en bancos externos al IOR. De esta forma, el Rescriptum obligó a que todo el patrimonio estuviera bajo una única y estricta supervisión.
El Comité para las Inversiones
El Comité para las Inversiones es el organismo que asegura la supervisión ética y estratégica de los activos vaticanos, en cumplimiento de la Doctrina Social de la Iglesia. Está presidido por el Cardenal Kevin Joseph Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
A su lado, operan expertos internacionales de primer nivel: el Dr. Jean Pierre Casey (Gran Bretaña), reconocido en gestión de riesgos y FinTech; el Dr. Giovanni Christian Michael Gay (Alemania), con amplia experiencia en la dirección de grandes fondos de inversión; el Dr. David Harris (Noruega), experto en mercados globales; y el Dr. John J. Zona (Estados Unidos), con vasta experiencia en gestión de carteras. Esta composición garantiza una perspectiva global y altamente profesionalizada para las decisiones de inversión.
Los balances positivos del IOR y APSA
La nueva directriz papal deposita su confianza en dos entidades que han demostrado eficiencia financiera en los últimos años: el Instituto para las Obras de Religión (IOR) y la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). Ambos organismos se consolidan así como los pilares del control presupuestario vaticano.
El IOR, conocido popularmente como el banco del Vaticano, ha mantenido una clara trayectoria de ganancias netas, reportando un beneficio significativo, por ejemplo, los 32 millones de euros en 2024. Este rendimiento positivo refleja la eficacia de las reformas de gobernanza implementadas.
Por su parte, la APSA, el administrador patrimonial, también ha reportado resultados favorables, logrando una alta rentabilidad de gestión, de hasta 8,51 puntos porcentuales, gracias a una gestión estratégica de las inversiones. Al trabajar conjuntamente y con balances saneados, estas instituciones refuerzan el modelo de supervisión centralizada impulsado por el Papa.