Iniciativas

¿Qué podemos hacer por las personas sin hogar?

tuTECHÔ y las entidades de Iglesia muestran que el sinhogarismo tiene solución cuando vivienda y acompañamiento van de la mano.

Redacción Omnes·20 de noviembre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos
tutecho

©Steve Mushero

«Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda» dice el Evangelio. Sin embargo, el Padre Vladimir afirma que es bueno ver cómo la Iglesia materializa todo lo que predica y ayuda a la gente. Vladimir ha acogido y acompañado a 195 personas sin hogar gracias a tuTECHÔ.

Entre 30.000 y 40.000 personas en España están en situación de sinhogarismo. Esto no solo implica la ausencia de un espacio físico, sino también la ruptura de seguridad, la salud, los vínculos afectivos, la autonomía y la identidad.

Los principales problemas con los que se encuentran las personas sin hogar son los precios inaccesibles o discriminación de los propietarios. Pero hay esperanza: hay personas que han salido de esta situación gracias al modelo de vivienda y acompañamiento.

El proyecto tuTECHÔ nació para acabar con el sinhogarismo facilitando viviendas a las entidades sociales que les acompañan. Buscan así empresas con un fin social sostenibles y con beneficios suficientes para poder escalar y transformar.

La filantropía es esencial, pero tuTECHÔ apuesta por ir más allá, con inversión de impacto. Así, es la primera SOCIMI (Sociedad Cotizada Anónima de Inversión Inmobiliaria) social en cotizar en España (salida en bolsa en BME growth en abril de 2024) y el 40% del capital ha donado el dividendo a la Fundación, reforzando aún más el compromiso social. Este modelo permite democratizar la inversión de impacto: cualquier persona, independientemente de su capacidad económica, pueda participar en la solución.

Unir el problema del sinhogarismo con el problema de la España vaciada dándole una solución conjunta, es para tuTECHÔ un ejemplo perfecto de innovación. Y es que de los 3 millones y medio de viviendas vacías, la mitad está en los pueblos. Con proyectos como tuTECHÔ Rural aprovechan la disponibilidad de vivienda en zonas despobladas para ofrecer soluciones dignas a bajo coste.

La Iglesia, clave en tuTECHÔ

Las congregaciones o entidades religiosas son actores clave en el modelo de vivienda y acompañamiento. Tanto es así, que el ratio más alto de superación del sinhogarismo los tiene los pisos guiados por la Iglesia (27 entidades inquilinas son de iglesia, 135 inmuebles alquilados y cerca de 500 residentes). Y es que tuTECHÔ no solo ofrece viviendas sino que «hay personas que están tan dañadas que requieren acompañamiento aunque ya tengan donde vivir» Blanca Hernández, presidenta y fundadora de tuTECHÔ comenta la importancia de que los pisos que sirvan para dignificar con un acompañamiento con itinerario de inserción para cada una de las personas que viven en el piso.

Vladimir, sacerdote cubano, llegó a Madrid y pronto vio la cantidad de compatriotas que llegaban sin recursos. “Queríamos ayudar, pero no teníamos nada”, recuerda. Todo empezó cuando, casi por casualidad, una feligresa decidió vender un piso y con él nació Cobijo, hace ahora tres años. Poco después conoció a la directora de tuTECHÔ y comenzó una colaboración que hoy permite gestionar 25 pisos junto a tuTECHÔ y 10 propios.

Desde entonces han ofrecido hogar a 195 personas —42 de ellas niños— y más de 2.000 cubanos han recibido una primera ayuda con techo, comida y acompañamiento. Vladimir explica que en sus pisos apuestan por la rotación: la estancia suele ser de entre seis meses y un año, porque —dice— “si no, uno se queda en el nido y no aprende a volar”. “Cobijo es fruto de la Providencia y de una cultura de alianzas. Agradezco a tuTECHÔ su generosidad: cuando no llegamos a pagar, la fundación nos sostiene”.

El padre Jesús, párroco de Leganés Norte, describe también la realidad que acompaña: un poblado de chabolas entre la M-45 y Leganés con 80 personas, familias viviendo en naves industriales —algunas incluso en una cámara frigorífica—, y situaciones de extrema vulnerabilidad. Por eso valora el modelo conjunto entre la fundación y la socimi: inversión de impacto para adquirir viviendas, alquileres sociales sostenibles y apoyo filantrópico para cubrir lo que las familias no pueden. “La Iglesia —dice— debe ser samaritana: acoger y dar hogar a quienes no lo tienen”.

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