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San Josemaría y la liturgia

El estudio de Juan José Silvestre demuestra que san Josemaría Escrivá fue un pionero del movimiento litúrgico del siglo XX, destacando su vivencia y enseñanza profunda de la liturgia. La obra subraya cómo transmitió ese amor litúrgico especialmente a los miembros del Opus Dei, con fidelidad al magisterio y al Concilio Vaticano II.

José Carlos Martín de la Hoz·17 de agosto de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos
San Josemaría y la liturgia

La lectura atenta del magnífico trabajo del profesor Juan José Silvestre (Alcoy, Alicante, 1973), doctor en Sagrada Liturgia por el Instituto Anselmiano de Roma, Consultor del Dicasterio para el culto divino y la disciplina de los Sacramentos y profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, acerca del sentido de la liturgia en la predicación y escritos de san Josemaría Escrivá de Balaguer, se me ha antojado la imagen de un profesor sabio en su materia que busca gozoso en sus raíces para poder regenerar la ciencia que vive y estudia desde sus orígenes.

En la gran reforma teológica que llevó a cabo la Escuela de Salamanca y que influyó notablemente en el Concilio de Trento y en la gran reforma de la Iglesia tanto en Europa como en América en el siglo XVI, indudablemente influyó uno de sus principios fundamentales: “ad fontes”. Es decir, volver a las fuentes, a la revelación oral y escrita de Jesucristo, trasmitida, conservada y profundizada por el magisterio de la iglesia y por la gran tradición de la teología y el derecho canónico de hombres santos y profundos que habían sido capaces de vivir, estudiar y trasmitir el tesoro de la revelación cristiana durante su tiempo y en sus vidas.

El movimiento litúrgico

Precisamente, el profesor Silvestre comenzará su trabajo planteándose la pregunta clave para un liturgista del siglo XXI: si san Josemaría pertenecía al gran movimiento litúrgico que de manera decidida desde 1904 con san Pío X se fue extendiendo por la iglesia universal hasta confluir en el Concilio Vaticano II y que quedó plasmada en el primer gran documento del Concilio que fue la Constitución dogmática “Sacrosantum Concilium”. 

Precisamente san Juan Pablo II publicaba una Carta apostólica con motivo del 40 aniversario de la Constitución citada donde nos decía: “La promulgación de la constitución ‘Sacrosanctum Concilium’ ha marcado, en la vida de la Iglesia, una etapa de fundamental importancia para la promoción y el desarrollo de la liturgia. La Iglesia, que, animada por el soplo del Espíritu Santo, vive su misión de ‘sacramento, o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano’ (Lumen gentium, n. 1), encuentra en la liturgia la expresión más alta de su realidad mistérica” (Carta Apostólica “Spiritus et sponsa” Roma 4.XII.2003, n.16). 

El profesor Silvestre, por tanto, estudiará todos los documentos del magisterio de la Iglesia durante el siglo XX para rastrear el nacimiento del movimiento litúrgico y sus intuiciones, así como las doctrinas de los grandes liturgistas del siglo XX, sus monografías, artículos y comunicaciones de Congresos, etc, y, finalmente, buceará en las obras de san Josemaría para poder concluir que efectivamente san Josemaría fue un verdadero pionero de ese movimiento litúrgico (29, 38).

Recuerdo una conversación con el gran historiador del movimiento litúrgico y de la liturgia, el padre Manuel Garrido OSB (1925-2013) que fue miembro del Tribunal de la fase diocesana del proceso de beatificación y canonización de san Josemaría Escrivá de Balaguer en Madrid, quien contaba cómo para él la más importante de las aportaciones de san Josemaría al movimiento litúrgico era cómo había formado a los fieles del Opus Dei y cooperadores y amigos en el modo de amar y vivir la liturgia.

La liturgia y san Josemaría

Precisamente, el trabajo del profesor Juan José Silvestre, expondrá detalladamente el modo en que san Josemaría vivía la Liturgia de la Iglesia y cómo lo enseñó a vivir con su ejemplo y su palabra a personas de toda clase y condición y, especialmente, a los sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei y de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, como se puede observar simplemente al verles celebrar la santa Misa, impartir la bendición en una ceremonia o repartir la comunión.

Como siempre, hemos de resaltar que el profesor Silvestre vive con naturalidad un gran rigor histórico en las obras que ha publicado y sabe siempre enmarcar sus trabajos en las coordenadas históricas, pues de ese modo su argumentación teológica y canónica tiene mucha más solidez.

Asimismo, hemos de resaltar que el profesor Silvestre sabe razonar teológicamente las cuestiones que trata y, por tanto, se trata de un liturgista tratable con quien se puede dialogar pues con otros es muy difícil que lleguen a escuchar la argumentación de alguien que tenga un criterio distinto al suyo, lo cual sucede simplemente por falta de solidez intelectual.

Principales aportaciones

Respecto a las aportaciones del profesor Silvestre en este trabajo, nos parece importante el desarrollo que hace san Josemaría y que es estudiado por nuestro autor acerca del concepto de “identificación con Cristo del sacerdote” tanto a la hora de la celebración de la santa Misa, “in persona Christi”, como habitualmente a lo largo de la jornada, como solía pedir san Josemaría a los sacerdotes: “tener los mismos sentimientos que Cristo en la Cruz” (188).

En esa línea parece importante y revelador desde el punto de vista litúrgico la anécdota sucedida el 7 de agosto de 1931 en el Patronato de enfermos, cuando san Josemaría recibió una locución divina en su interior con aquellas palabras del evangelio de san Juan: “Cuando sea levantado sobre lo alto todo lo atraeré hacia mí” (Io 12, 32), y pudo ver hecho realidad la santificación de las tareas temporales (174, 178).

Asimismo, conviene recoger unas palabras del profesor Silvestre acerca de cómo san Josemaría aplicó en los centros del Opus Dei las medidas que tomaron los romanos pontífices y en cada diócesis los ordinarios para vivir con fidelidad lo dispuesto en el Concilio Vaticano II. A la vez, nuestro autor no deja de recordar “el dolor que sufrió san Josemaría ante los abusos y deformaciones que sufrió la liturgia en los años que siguieron al Concilio Vaticano II” (212).

Es muy aleccionador y formativo recomendar a los lectores de este trabajo que se detengan en la lectura de la última parte del trabajo del profesor Silvestre, donde se recogen muchos textos de san Josemaría dispersos en sus obras escritas y en su predicación oral acerca de cómo vivir con “pasión de amor” las partes de la misa aprovechando la hondura que encierran las propias rúbricas de la santa Misa y la historia de la Misa: “encuentros de amor entre Cristo y su Iglesia” lo denomina el profesor Silvestre (249).

San Josemaría y la liturgia

Autor: Juan José Silvestre
Editorial: Rialp
Número de páginas: 299

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