Los descubrimientos arqueológicos en Tierra Santa continúan iluminando el contexto histórico de las Escrituras, ofreciendo no solo evidencias materiales, sino también oportunidades para una reflexión teológica más profunda.
Tras los hallazgos del primer semestre de 2025 —que exploramos en la primera parte de este artículo—, el segundo semestre ha traído nuevos tesoros que dialogan con el Antiguo y Nuevo Testamento. Desde estructuras hidráulicas de la monarquía davídica hasta inscripciones que evocan las luchas judías del siglo II d.C., estos avances refuerzan la pervivencia de la tradición bíblica en el paisaje de Israel y Jordania. A continuación, destacamos los tres descubrimientos más relevantes de julio a noviembre de 2025.
Un dique monumental en Jerusalén: Ingeniería real en tiempos de los reyes bíblicos
En agosto de 2025, un equipo de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), dirigido por arqueólogos de la Universidad Hebrea, anunció el descubrimiento de un dique monumental en el corazón de Jerusalén, datado en el siglo VIII a.C., durante los reinados de los reyes Joás y Amasías (siglos IX-VIII a.C.).
Esta imponente estructura, de más de 100 metros de longitud y hasta 6 metros de altura, formaba parte del antiguo sistema de aguas de la ciudad, específicamente alineada con la Piscina de Siloam. Excavada en la zona de la Ciudad de David, el dique estaba construido con bloques de piedra masivos y servía para canalizar el agua del manantial de Gihón, protegiendo la capital de inundaciones y asegurando el suministro en tiempos de asedio.
El hallazgo, revelado mediante excavaciones sistemáticas y datación por radiocarbono, coincide con descripciones bíblicas del ingenio hidráulico de Ezequías (2 Reyes 20, 20), quien preparó Jerusalén contra la amenaza asiria, aunque este dique es anterior y apunta a una tradición de planificación urbana real que se remonta a los monarcas anteriores. Como explica la arqueóloga principal, Ronny Reich, «esta obra demuestra una adaptación avanzada al cambio climático y a las necesidades defensivas, reflejando la prosperidad del reino de Judá».
Este descubrimiento enriquece la comprensión del Jerusalén monárquico, un período clave para la fe israelita. Para los estudiosos bíblicos, vincula directamente con pasajes como Isaías 2, :9-11, donde se menciona la reparación de la muralla del estanque de la Ciudad Vieja. Simbólicamente, evoca el agua viva de la que habla el profeta, un motivo que resuena en el Evangelio de Juan (4, 14) y en la tradición cristiana como fuente de gracia.
El tesoro de oro bizantino en Hippos: Riquezas de la Decápolis cristiana
Julio y septiembre de 2025 trajeron un doble anuncio desde las excavaciones en Hippos-Sussita, la antigua ciudad de la Decápolis situada en las colinas del Golán, con vistas al Mar de Galilea. Primero, en julio, se desenterró joyería de oro romana (siglos I-III d.C.), incluyendo un anillo exquisito y pendientes decorados con motivos helenísticos, testigos de la opulencia de una urbe que, según la tradición, fue visitada por Jesús durante su ministerio en la región de Gadara (Mateo 8, 28-34).
Posteriormente, en septiembre-octubre, el equipo de la Universidad de Haifa reveló un tesoro bizantino escondido: 97 monedas de oro sólido (solidus), joyas con cruces incrustadas y un medallón con la imagen de un obispo local, ocultos alrededor del año 613 d.C. durante la invasión persa sasánida.
Estos artefactos, conservados en una vasija de cerámica bajo el piso de una basílica cristiana, incluyen piezas de hasta 1.500 años de antigüedad, valoradas en cientos de miles de dólares actuales. El director de excavaciones, Michael Eisenberg, lo describe como «un vistazo a los últimos días de una ciudad cristiana próspera, donde el oro servía no solo de riqueza, sino de ofrendas eucarísticas». La conexión con el Nuevo Testamento es evidente: Hippos formaba parte de la Decápolis gentil, un mosaico cultural donde Jesús realizó milagros y predicó, ilustrando su misión universal (Marcos 5, 1-20).
Este tesoro no solo ilustra la transición del paganismo al cristianismo en la Galilea, sino que también matiza el contexto del ministerio de Jesús en un entorno helenizado y adinerado. También recuerda la parábola de los talentos (Mateo 25, 14-30).
Inscripción aramea en la cueva de Ein Gedi: Lamento de la revuelta de Bar Kojba
En agosto de 2025, arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en colaboración con la IAA, anunciaron el hallazgo de una inscripción aramea de cuatro líneas en una cueva del desierto de Judea, cerca de Ein Gedi y con vistas al Mar Muerto. Datada paleográficamente en 132-135 d.C., durante la revuelta de Bar Kojba contra Roma, el texto comienza con «Abba de Naburya ha perecido», un lamento personal posiblemente escrito por rebeldes judíos escondidos en el refugio. Grabada en una estalactita, mide apenas 8×3,5 cm y fue hallada junto a espadas romanas y una moneda de la revuelta, preservada por el clima árido.
Este descubrimiento, único por su conservación y contexto, ofrece una ventana emotiva a la resistencia judía post-Templo, un período de martirio que influyó en la formación del judaísmo rabínico y, indirectamente, en el cristianismo primitivo. Como nota el epigrafista Oren Tal, «es un grito humano en medio de la desesperación, similar a los salmos de lamento». Aunque no cita directamente la Biblia, evoca el exilio y la esperanza mesiánica de textos como Daniel 12 o los Rollos del Mar Muerto, encontrados en cuevas cercanas. También resuena la pasión de Cristo como modelo de sufrimiento redentor (Hebreos 12, 2).
Otros hallazgos bíblicos
Prensa de vino en Tel Megiddo (Israel): En noviembre de 2025, cerca del icónico Tel Megiddo —el Armagedón profético de Apocalipsis 16, 16—, se desenterró una prensa de uvas de 5.000 años (Edad del Cobre), la más antigua evidencia de producción vinícola en Israel. Este vestigio cananeo, con cuencos rituales, ilustra las raíces agrícolas de la región y evoca el vino como símbolo eucarístico en el Nuevo Testamento.
Finca samaritana en Samaria (Israel): Septiembre de 2025 trajo a la luz una villa de 1.600 años ligada a los samaritanos, con mosaicos y ánforas que aluden a su sincretismo religioso (Juan 4, 1-42). Revela la coexistencia judeo-samaritana en la época bizantina.
Exhibiciones y estudios: En septiembre, el Museum of the Bible exhibió la Estela de Tel Dan, la referencia extrabíblica más temprana al rey David (2 Samuel 5), atrayendo a miles de visitantes. Además, avances en IA han refinado dataciones de fragmentos del Mar Muerto, fortaleciendo su vínculo con el canon hebreo.
En conjunto, estos hallazgos del segundo semestre de 2025 —el dique de Jerusalén, el tesoro de Hippos y la inscripción de Ein Gedi— profundizan el diálogo entre arqueología y Biblia, matizando no solo eventos históricos, sino también temas como la providencia, la resistencia y la redención. Como en la primera parte, la Tierra Santa sigue hablando: un testimonio vivo que invita a creyentes y académicos a redescubrir las Escrituras en su suelo ancestral.
Doctor en Derecho Canónico




