San León III, Papa tras la muerte de Adriano I (795 al 816), era romano. Aunque elegido por unanimidad, pronto sufrió la oposición de parte de Roma, que intentó incluso asesinarlo, por lo que tuvo que huir. Por su parte, san Juan de Sahagún fue el primer santo español de la Orden de San Agustín.
El Martirologio Romano dice sobre san León III: “En Roma, en la basílica de San Pedro, san León III, Papa, quien coronó como emperador romano al rey de los francos, Carlomagno, y se distinguió por su defensa de la verdadera fe y de la dignidad divina del Hijo de Dios († 816)”. León III combatió la herejía que veía a Jesús hombre sólo como un hijo adoptivo de Dios, recoge el santoral Vaticano
León III fue enterrado en San Pedro (12 de junio de 816), donde se encuentran sus reliquias, junto a las de los también santos León I (León Magno), León II y León IV. Fue canonizado en 1673. Los denarios de plata de León III todavía existentes llevan el nombre del emperador además del de León. Muestran así al emperador como protector de la Iglesia y señor de la ciudad de Roma.
Promotor de paz y convivencia
La Iglesia recuerda hoy también la figura de Juan de Sahagún, santo agustino español que se dedicó a la predicación y a la promoción de la paz y la convivencia social, en una ciudad dividida y enfrentada. También se ha destacado en él su amor a la Eucaristía y su actitud caritativa con las personas más necesitadas.
Nació en torno al año 1430 en Sahagún de Campos (León), paso de los peregrinos hacia Santiago de Compostela. Recibió la primera educación de los monjes benedictinos, que tenían entonces un monasterio en Sahagún. Se trasladó a Salamanca cuando tenía treinta y tres años para dedicarse al estudio. Allí vistió el hábito agustino como Fr. Juan de Sahagún, el 18 de junio de 1463.
Sagrada Escritura, Eucaristía, diálogo
Amaba el estudio, sobre todo el de la Sagrada Escritura. La libertad evangélica de su predicación le acarreó la persecución por la verdad y la justicia. Su mediación hizo posible un pacto de perpetua concordia entre dos bandos guerreros que eran signo de discordia y división en la ciudad de Salamanca. La Eucaristía fue la fuente de su fuerza y de su valor. Fray Juan murió en el convento de San Agustín el 11 de junio de 1479, a los cuarenta y nueve años.
Con el nacimiento de la nueva Provincia (2019), se escogió a San Juan de Sahagún como titular de la misma, por el elemento de concordia y paz de su persona. Su capacidad para el diálogo y la mediación, señalan los agustinos, se asienta en un valor evangélico de las Bienaventuranzas: “Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5, 9).