«Educar para la vida» aborda multitud de cuestiones relacionadas con la docencia de la asignatura de Religión: desde el acercamiento a la Sagrada Escritura, hasta los desafíos de las clases en las etapas Prebásica, Básica y Media, pasando por multitud de recursos pedagógicos, además de ofrecer una propuesta para alumnos con necesidades educativas especiales.
En la Introducción narro que me gusta destinar los últimos minutos de mis clases a una actividad que denomino “Exit Questions” o, en el último tiempo: preguntas de “Alto Impacto”. Es una actividad muy sencilla pero que a los alumnos les atrae mucho: se trata de que cada uno entregue, escrita en un papel, una pregunta sobre la clase. Puede ser algo que ellos no hayan entendido bien, alguna idea que les gustaría profundizar, algún concepto por el que tengan especial curiosidad, etc. Estas preguntas me permiten ver qué realmente aprendieron, cuáles son sus temas de especial interés y son un insumo muy valioso para la clase siguiente.
Cada día, al revisar esas preguntas, me sorprendo por varios motivos: su afán de conocer nuestra fe, la profundidad de sus cuestionamientos, su ingenio e inquietud cultural. Comparto con ustedes algunas de las preguntas que me han hecho a lo largo de los años: ¿Cómo saber qué es lo que Dios quiere de mí? ¿Las personas de otras religiones pueden ir al Cielo? ¿Qué había antes de Dios? ¿Cómo el pecado original es malo si Dios crea todas las cosas? ¿Por qué elegir el mal no es verdadera libertad? ¿Qué le puedo decir a un ateo para que se convierta?
Apoyándome en estas preguntas, y en la experiencia en la sala de clases, me atrevo a afirmar que a los jóvenes les gusta aprender, les interesa conocer más nuestra fe, quieren comprender con mayor profundidad las enseñanzas de la Iglesia, ansían darle un sentido a sus vidas y les interesa vivamente tener un encuentro personal con Cristo.
Actividades para el aula
La profesora Ángeles Cabido explora la diversidad de actividades para el aula en secundaria: análisis citas bíblicas; consulta qué dice el Catecismo o el YouCat acerca de lo estudiado;
Santiago Baraona, en el capítulo sobre la participación de los alumnos, recuerda que “cuando dicto el curso de Teología Fundamental a estudiantes de 17 años, en la primera clase les pido que cada uno, en una plataforma de participación interactiva (Socrative o Mentimeter, por ejemplo), responda a la siguiente pregunta: Si tuvieras la oportunidad de hacer una pregunta a alguien que pudiera responderlas todas, ¿qué pregunta le harías? Los alumnos tienen unos minutos para pensar y responder. Si ellos quieren, pueden hacerlas en forma anónima, con el objetivo de que efectivamente sea un reflejo de una cuestión que verdaderamente les interese. Luego analizamos las respuestas de cada uno y las comentamos.
Cuestiones perennes
Casi todas las preguntas a lo largo ya de muchos años -pensemos en un total de aproximadamente 1.200 alumnos- son variaciones más o menos elaboradas de estas:
- ¿Cuál es la razón de que Dios nos creara y lo hiciera de la forma en que lo hizo (como seres inteligentes a su imagen y semejanza)?
- ¿Por qué existe el sufrimiento?
- ¿Qué debo hacer en mi vida?
- ¿Dios existe?
- ¿Qué hay después de la muerte? ¿Qué me sucede al morir?
- ¿Cómo empezó todo?
- ¿Cómo es el hombre perfecto y cómo puedo acercarme a ser como él?
Lo sorprendente es la coincidencia y la convergencia de estas cuestiones. La verdad es que no debería ser una sorpresa: el hombre desde siempre ha buscado una respuesta a estas preguntas punzantes. Para que la clase de religión sea significativa para el alumno adolescente, me parece que debe partir desde una inquietud que él tenga. No podemos dar respuestas si previamente no hay preguntas”.
Cristo en el centro
María José Urenda, escribe un capítulo sobre la centralidad de Cristo, profundizando sobre el verdadero foco y centro de las clases. Ella propone una reflexión sobre el sentido de la enseñanza de la religión católica, poniendo en el centro la Persona de Cristo como fundamento, contenido y fin a alcanzar. Se señala que la enseñanza de la religión católica no debe limitarse a transmitir conocimientos o preparar exámenes, sino que implica guiar y acompañar a los alumnos a conocer, amar y seguir a Cristo, lo que solo es posible si el profesor ha hecho de Él el centro de su vida.
La vocación del profesor de Religión, y su práctica pedagógica, está íntimamente ligada a su testimonio personal de fe, pues «nadie da lo que no tiene». En este capítulo se subraya que Cristo no es solo un personaje histórico, sino el mismo Dios hecho Hombre, cuya vida y enseñanzas marcan un antes y un después en la historia de la humanidad. Por ello, se insiste en que el objetivo último de la clase de Religión es propiciar un encuentro personal con Cristo, de modo que Él transforme la vida de cada uno de sus alumnos”.
Religión en antes de los 6 años
Francisca Ruiz y Bernardita Domínguez coescriben el capítulo dedicado a los desafíos de las clases de Religión en Pre Básica. Es un capítulo con numerosas actividades explicadas y que, además, se acompañan con enlaces QR para observar los resultados de la actividad. Por ejemplo, para explicar la Tempestad Calmada se elabora un barco de unos 70 cm. fabricado con goma eva o cartulina y unos muñecos de pañolenci representando a Jesús y a los apóstoles, damos vida a la historia.
Cada niño tiene en su mano un pañuelo azul para participar en el relato de acuerdo a como esté el mar, tranquilo o con grandes olas. Cuando la tormenta azota la embarcación, los niños agitan con fuerza sus pañuelos. Cuando Jesús levanta los brazos y dice: “Calma mar, calma viento”, dejamos de mover el barco y los niños, sus pañuelos. “¡Yo estoy con ustedes, no tengan miedo!” Y cerramos comentando qué poderoso es Jesús que hasta el mar y el viento le obedecen.
Otras actividades que se pueden destacar de este capítulo:
Tesoro: colocamos un espejo dentro de una caja bonita forrada con algún papel brillante. Decimos en voz baja: “Dentro de esta caja está lo que Dios más quiere de todo lo creado. Lo hizo muy especial y único. Me acercaré a cada uno para que lo vea. Y muy importante, no le cuenten a su compañero para que él también lo descubra.” De a uno, se invita a cada niño a ver que hay dentro de esa caja. Al abrirla y ver su reflejo, el niño se emociona y sonríe. Es un momento muy especial e importante en la toma de conciencia del amor de Dios a cada uno.
Cofre del Tesoro: la primera clase del año entramos a la sala con un cofre (caja forrada dorada): “Aquí dentro traigo el mayor tesoro que podemos tener, Alguien que nos quiere mucho. ¿Quién será?”. Se abre el cofre y aparece nuestro Jesús peluche. Durante el año, reforzamos la idea de que Jesús es nuestro tesoro y debemos cuidarlo.
La multiplicación de los panes: en el relato de este milagro destacamos la presencia de un niño que quiso compartir todo lo que tenía. Usamos un plato de cartón con panes y peces doblados como abanico, de manera que a simple vista se vean solo 5 panes y 2 peces, pero al estirarlos se verán muchos más, evidenciando la multiplicación de los panes. También se puede hacer la representación usando un canasto pequeño con los siete elementos y cambiarlo al momento del milagro por un gran canasto con panes y peces para compartir entre todos los niños (recomendamos usar dulces o galletas con forma de peces y panes.)
Una pedagogía eficaz para primaria y secundaria
Queda claro entonces que cada capítulo intenta ser lo más práctico posible. Un par de ejemplos finales: Carolina Martínez explica cómo acercarse a la Sagrada Escritura. Leer la Biblia, nuestro punto de partida, entrega consejos concretos sobre cómo acercarse a la Sagrada Escritura, tanto para el Antiguo como para el Nuevo Testamento. Y Catalina Tapia y Verónica García ofrecen recursos pedagógicos, que ponen en práctica distintas rutinas de pensamiento que nos pueden servir para nuestras clases:
I. Rutinas de pensamiento visible para presentar y explorar:
Ver – Pensar – Preguntarse:
-Ver: observar con detención una imagen sagrada (pintura, fotografía, gráfica) que tenga elementos importantes que ofrecen diferentes niveles de explicación. Importante que se describa sin interpretación.
-Pensar: Reflexionar en que nos hace pensar la imagen, dar una interpretación, luego argumentar a través de evidencia mi reflexión.
-Preguntarse: Formular preguntas, que sean más amplias, que sobrepasen la interpretación, interpelar a la curiosidad.
El siguiente paso es compartir con un compañero.
Enfocarse
El objetivo de esta rutina es tener una porción cegada de una imagen sagrada, que llame a la interpretación del plano completo, invita a mirar de cerca y hacer interpretaciones luego se presenta nueva interpretación visual y se pide que se observe detenidamente y reevalúe su interpretación inicial. Este proceso permite flexibilizar de manera dinámica el pensamiento, evidenciando que siempre cuando se tiene una mirada parcial puede llevarnos a una interpretación sesgada del tema.
II. Rutinas de pensamiento visible para Pensar-Cuestionar-Explorar:
1. CSI: Color, Símbolo, Imagen: captar la esencia a través de metáforas. Utilizando un color, un símbolo y una imagen para representar las ideas que han identificado.
2. Oración-Frase-Palabra: Rutina que se trabaja con un texto sagrado, para resumir y extraer las ideas principales, contextos y conocimientos. Busca develar lo que el lector encontró importante.
– Oración: Capta la idea central del texto sagrado.
– Frase: Que haya logrado captar su atención provocando una emoción.
– Palabra: Elegir aquella palabra que más se relacione con la idea central y evoque una reflexión.
En conclusión, la lectura de “Educar para la vida. Experiencias en la enseñanza de Religión” es de real ayuda para los profesores de Religión, la asignatura más importante de todas.
Educar para la vida: Experiencias en la enseñanza de Religión
Profesor de Religión, Colegio Tabancura.