51 razones para rezar el rosario

¿Por qué rezar el rosario? Una oración sencilla y poderosa que vence batallas, fortalece la fe y une a las familias. Tanto es así que el Papa León XIV invita a rezarlo por la paz en este mes de octubre.

1 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos
rosario

©Cortesía del autor

León XIV ha hecho un llamamiento para rezar el rosario por la paz a lo largo del mes de octubre que comienza hoy. Solo esta petición del Papa en medio de la atmósfera bélica que respira el mundo en este 2025 debería bastarnos para unirnos a la convocatoria, pero hay muchas más razones. 

La principal es la de su efectividad. ¡Cuántas batallas ha vencido el rezo del rosario! No solo la de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, por la que se conmemora precisamente ese día la Virgen del Rosario y, por extensión, el mes del ídem; sino porque todo el que se haya agarrado a las 50 cuentas en momentos de peligro, prueba o necesidad especial, puede contar seguro varias victorias logradas por esta sencilla oración. Y he aquí otra de sus mayores virtudes: la de la sencillez. Conocido también como “el salterio de los pobres”, el rosario fue en sus inicios una herramienta para facilitar la oración al pueblo iletrado. Mientras que los monjes y monjas recitaban los 150 salmos que componen la liturgia de las horas, la gente sencilla repetía de memoria 50 avemarías por los tres grupos de misterios (gozosos, dolorosos y gloriosos –los luminosos no se añadieron hasta este siglo–), meditando sobre distintos momentos de la vida de Cristo y de la Virgen. El rosario puede rezarse en cualquier lugar; es barato y, si no tienes uno, puedes servirte de tus 10 dedos a modo de cuentas; hay modelos para todos los gustos y de todos los tamaños; es discreto si deseas pasar desapercibido mientras lo rezas, pero llamativo en momentos en los que puede interesar mostrarlo, se adapta muy bien al tiempo del que dispongamos; la estructura es fácil de memorizar y, para los más torpes, hay apps y vídeos en Youtube para guiarnos.

Junto a estas primeras diez razones prácticas, encontramos también poderosas razones espirituales, como el hecho de que su ejercicio nos ayuda a entrar en la presencia de Dios, nos sumerge en la contemplación de la vida de Jesús; nos invita a imitar las virtudes de María; nos aumenta la fe; nos conduce a la paz de espíritu; fortalece nuestra esperanza; nos acompaña en el discernimiento de la voluntad de Dios; nos acerca a los sacramentos; nos mueve a la caridad y nos impulsa a caminar por el buen camino. 

Rezando el rosario cumplimos el mandato del Señor de “Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil» (Mt 26, 41); también el de «Vosotros orad así…» (Mt 6, 9) porque recitamos varias veces el Padrenuestro; y, por su repetición diaria, el de San Pablo de “Sed constantes en orar” (1 Ts 5, 17). También es un acercamiento a la Sagrada Escritura pues cada misterio es un pequeño Evangelio; y hasta nos sirve para meditar en dogmas marianos como el de la Asunción.

Son muchos los beneficios espirituales y hasta físicos que aporta el rezo del rosario. Es un arma contra las tentaciones, aleja la influencia del mal, es una defensa en momentos de crisis espiritual, María promete protección y gracias hacia quien lo reza y, en varias apariciones –como en Lourdes y Fátima–, la Virgen nos lo recomienda para superar las divisiones y las discordias. Pararse a rezar el rosario en nuestro mundo donde todo es urgente, nos ayuda a vencer el estrés, nos entrena para la paciencia y la perseverancia, es remedio contra la tristeza, une a la familia que lo reza en común y pone en sintonía a la comunidad, parroquia o movimiento que se reúne para recitarlo juntos.

Pero repetir las 50 avemarías mientras meditamos la Palabra de Dios no es un acto egoísta sino todo lo contrario, nos lleva al amor a los hermanos. Rezando el rosario nos acordamos de los que sufren, pedimos por quienes no conocen a Dios, rogamos por la conversión de los pecadores, nos unimos espiritualmente a la Iglesia orante del cielo y de la tierra, y nos ayuda a reconocer nuestras faltas cuando hemos fallado al prójimo. 

Si lo rezamos con los niños, es un hábito que los ayuda a crecer en la fe y les da confianza, al saber que sus padres se apoyan en alguien aún mayor. Los pequeños descubren que se puede estar en calma y sin pantallas un rato al día, les da cultura bíblica y les hace sentirse partícipes, como uno más, en la oración comunitaria pudiendo incluso dirigir ellos su rezo.

Finalmente, rezar el rosario es como pregustar el cielo donde estaremos, junto a todos nuestros seres queridos y en compañía de Jesús y María, en presencia de Dios. Además, se puede ofrecer por las almas del purgatorio y por aquellos seres queridos o amigos que nos hayan pedido oración por alguna causa concreta. Introducir su rezo en nuestra rutina diaria nos permite un momento de contemplación y descanso en medio de las tareas para centrarnos en lo importante y, para mí, de las cosas más gratificantes, es que te llena de alegría y sosiego interior. 

Si a estas 50 ideas le añadimos, de nuevo, la de que es una petición especial con la que el Papa ha querido continuar la tradición de sus predecesores pidiendo la intercesión de la Virgen para lograr el don de la paz, hacemos las inexcusables 51 razones para rezar el rosario, ¿le parecen pocas? ¡Ave María Purísima!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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