Fe y vida: liderazgo en la Iglesia y en la sociedad

Fe y vida hace una labor necesaria y encomiable invitando a los católicos a conocer más a Jesús, para amarle más y servirle mejor.

17 de julio de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos
jóvenes

“Los hombres fuertes crean buenos tiempos, los buenos tiempos crean hombres débiles, los hombres débiles crean tiempos difíciles, los tiempos difíciles crean hombres fuertes”. La frase anterior aparece en la novela “Los que quedan” de Michael Hopf. En ella, el autor hace una reflexión sobre la naturaleza humana y el ciclo de la historia. Su narrativa nos lleva a confirmar que las dificultades forjan el carácter, es en ellas que el hombre conoce su fortaleza y alcance.

Y podemos reconocer a lo largo de la historia, que justamente en las tempestades surgen los héroes. Por ejemplo, Nelson Mandela que después de vivir preso por 27 años, se convirtió en un símbolo de reconciliación y esperanza. O Mahatma Gandhi que lideró la lucha por la independencia de su país de forma pacífica. San Francisco de Asís que “renovó” a la Iglesia decadente en sus conductas mediante su testimonio de santidad. Ana Frank, Malala Yousafzai, Cardenal Van Thuan… son muchos los ejemplos de heroísmo que surgen desde la injusticia y el dolor.

Creo que podemos coincidir en que vivimos tiempos difíciles (guerras, hambre,narcotráfico, injusticias para inmigrantes, violencia, mentiras…) y que esto ha de motivarnos con poder para erigirnos en hombres y mujeres fuertes. ¡Es lo que nuestro tiempo necesita! ¡Que la Iglesia nos done líderes cristianos!

Redescubrir nuestro valor

Ciertamente ciencia y fe unidas dan respuesta a nuestros más profundos interrogantes y son la llave que abre la puerta hacia el sentido de la vida. La crisis del hombre actual tiene sus raíces en la falta de sentido. El exceso de sensaciones y la locura de lo inmediato impiden que el hombre postmoderno reflexione y profundice en el valor de su ser y existir. Necesitamos un liderazgo sano y santo, necesitamos cristianos coherentes para salvar al mundo entero que camina cuesta abajo. 

Tuve la gracia de ser invitada por el movimiento Fe y Vida para participar en su programa de liderazgo anual. La experiencia que tuve fue inspiradora. Pude constatar que nuestra Iglesia está viva y que quiere salir a las periferias para que todos sepan que no están solos, que todos sientan alivio en sus cargas y vean luz en sus senderos.

Me invitaron para que impartiera un taller junto a Ferney Ramírez sobre “salud mental”. Me explicaron que existe la necesidad de dar una respuesta eficaz a esta problemática que crece de manera palpable en las familias. Nos pidieron equipar de herramientas para la vida.

Fe y vida

Hicimos un trabajo que nos llenó de satisfacción. ¿Las razones?:

  • Fe y vida es un instituto que capacita a agentes de pastoral, jóvenes líderes y padres de familia para la Nueva Evangelización de la juventud latina en Estados Unidos. 
  • Promueve el estilo de vida cristiano, que se basa en valores hechos vida. La práctica de las virtudes y el amor como fuerza motriz poderosa.
  • No es un instituto autorreferencial, es un esfuerzo coordinado que capacita a líderes de todas las parroquias para que ellos lleven a cabo su labor pastoral con preparación profesional, mejorando su eficacia para bien de muchos.
  • Hacen equipo formidable los laicos y los religiosos unidos con el mismo fin, conviviendo como familia organizada, unida, en donde cada uno aporta su talento enriqueciendo el trabajo y sus frutos. 
  • Se da formación integral a todo líder de iglesia en sus diversos ministerios: música, catequesis, transmisión de La Palabra, liturgia, oración y piedad, formación familiar, escuelas de padres…y en esta ocasión se introdujo la labor de impulso a la salud mental por considerar que se trata de una necesidad actual y urgente de los jóvenes y sus familias.
  • De esta manera forjamos carácter y deseamos hacer de nuestra vida una epopeya: una larga narración de hechos heroicos.

Me convencen y me dan esperanza estas palabras de Alejandro Dumas: “el bien es lento porque va cuesta arriba, el mal es rápido porque va cuesta abajo”; y mis oídos escuchan este llamado divino: “No nos cansemos de hacer el bien, que, si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos” (Gál. 6, 9).

Doy gracias a Dios porque esta Iglesia Suya está viva y abraza y acoge a toda persona, desde sus numerosas iniciativas para acercarnos a todos a Él. Fe y vida hace una labor necesaria y encomiable, te invito a conocer todo lo que ofrece y la forma en que puedes prepararte con ellos para conocer más a Jesús, para amarle más y servirle mejor.

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