No es casualidad

Un avión con 242 personas se estrelló en India, dejando un único superviviente. Historias como esta invitan a reflexionar sobre el misterio de la vida, el destino y las aparentes casualidades.

5 de julio de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
casualidad

Imagen del Boeing 787-8 siniestrado en la India. ©OSV News photo/Adnan Abidi, Reuters

El 12 de junio de 2025, un Boeing 787-8 Dreamliner despegó de Ahmedabad a las 13:38 hora local con destino al aeropuerto de Gatwick. A bordo viajaban 242 personas, incluyendo pasajeros y miembros de la tripulación. El avión no aterrizó en Londres y se estrelló contra un edificio utilizado como alojamiento para médicos en la Facultad de Medicina y Hospital Civil Byramjee Jeejeebhoy. Todas las personas a bordo murieron, excepto Vishwash Kumar Ramesh, de 40 años, quien ocupaba el asiento 11A.

El hombre declaró a la emisora india que no podía creer que hubiera salido con vida de entre los restos del avión, a través de una abertura en el fuselaje.

Ramesh pudo llamar a sus familiares para decir que se encontraba «bien», pero que no sabía el destino de su hermano Ajay, que viajaba con él.

¿Elección de Dios? ¿Un milagro? No sé qué pensará el superviviente de su vida a partir de ese día, pero es consciente de que podrían haber sido 242 los muertos.

Si bien otras personas hablarán de la ley de probabilidades, a mí, noticias como ésta me llevan a pensar que no vivimos o morimos por casualidad, que la vida es un don del que debemos dar gracias y del que rendiremos cuentas.

Conocí al que iba a ser el hombre de mi vida en un vuelo (Milán-Madrid) un día del mes de julio del año 2003. Sentados uno al lado del otro, empezamos a hablar de forma cordial cuando nos trajeron las bandejas con comida. Nuestra historia comenzó en las alturas y siempre nos hemos resistido a pensar que nos conocimos de pura casualidad.

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