La lealtad se refiere a la actitud de quien no engaña, ni traiciona o abandona a sus amigos o personas con quienes tiene una especial relación, alineándose a los ideales o convicciones que les unen.
Muy interesante nos parece la relación de sinónimos que muestra el diccionario de la lengua española al referirse a la lealtad: fidelidad, nobleza, franqueza, amistad, honradez, devoción, adhesión, cumplimiento y observancia.
Quisiéramos referirnos especialmente a la relación de la lealtad con la fidelidad, pues, aunque se las tenga por sinónimos, no son exactamente lo mismo.
“Lealtad” proviene del vocablo latino “legalitas”, y define el carácter de una persona. Quien es leal se sujeta a un código de normas –explícitas o implícitas– para cumplirlo en todo momento. En un compromiso basado en la confianza y los valores compartidos con el otro.
Al hablar de lealtad nos referimos a la coherencia entre los modos de comportarse de una persona y sus ideales: la persona leal se decantará por obedecer a aquellos valores hasta en las situaciones difíciles, manteniendo así sus compromisos prestablecidos.
Por su parte, la palabra “fidelidad”, que proviene del latín “fidelitas”, podríamos decir que va más allá, y se refiere a un compromiso moral donde entra en juego la coherencia a ese nivel, moral, de una persona. Es una conducta por la que puede medirle la moralidad de un acto, cual es preservar el compromiso adquirido. Se es fiel a compromisos de carácter más elevado, como la vocación, matrimonial o de cualquier otro orden, pero en ese grado supremo de vinculación con el prójimo.
Modos concretos de demostrar la lealtad
Como sucede con toda virtud, las obras son las que demuestran la adquisición y desarrollo de la lealtad.
Al efecto, hemos querido reflejar una serie de situaciones en las que aparece la lealtad en todo su esplendor. Se trata en definitiva de modos de cumplir promesas o compromisos, actuando con determinación.
Estos serían algunos ejemplos de cómo ser leal y potenciar la lealtad:
- Con los amigos: apoyarse en todo momento, no hablar mal de ellos a sus espaldas, ser leal al compromiso compartido. Por ejemplo, guardar secretos, o estar disponible para cualquier necesidad que presente esa amistad.
- Con la pareja: priorizar el bienestar del otro, y cumplir los acuerdos establecidos. Por ejemplo, el apoyo mutuo en caso de dificultades emocionales, laborales, o de salud.
- Con la familia: apoyar y cuidar a los miembros integrantes de la familia, manteniendo –y enriqueciendo– los lazos familiares. Por ejemplo, el hijo que cuida de sus padres enfermos o ancianos.
- Con la patria: participar en los deberes cívicos de los ciudadanos. Por ejemplo, cumplir las leyes del país en que se haya nacido o se resida, como signo de gratitud e incluso orgullo de pertenencia.
- Con los negocios: generar lealtad entre los empleados y clientes de una empresa, logrando que la sientan como propia y por tanto se sientan a gusto en su entorno. Por ejemplo, velar por el ambiente laboral o procurar un servicio exquisito a los clientes.
- Con Dios: compromiso respecto a los principios rectores o la doctrina de la religión que se profesa, que en definitiva viene de Dios mismo. Por ejemplo, observar la ley moral o, en el caso del Catolicismo, cumplir los mandamientos establecidos.
- Con causas o ideologías: mantener el compromiso con ideales, causas sociales o partidos políticos. Por ejemplo, a la hora de acudir a las votaciones y emitir efectivamente el voto previamente deliberado.
- Con uno mismo: ser leal a uno mismo, por coherencia con los compromisos adquiridos y la toma de decisiones a nivel particular, por encima de los sentimientos y de las circunstancias o coyuntura del momento. Por ejemplo, ser auténtico sin que las modas influyan en las decisiones adoptadas sobre el modo de vida.
Expuesto lo anterior, naturalmente podemos concluir la presencia de abundante felicidad para quien se plantea su vida en términos de lealtad. Esa persona no dependerá ni de sus propios gustos, ni del qué dirán, ni de ninguna circunstancia, interna o externa, que atente contra su autenticidad, lo que le hará ser quien es y, por ende, asimismo contentar a quienes le rodeen en cada momento de su vida.
Sacerdote. Director de Desarrollo de las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra.




