Primeras impresiones del nuevo Romano Pontífice

Un nuevo pastor ha sido elegido para guiar a la Iglesia. León XIV comienza su servicio como sucesor de Pedro.

10 de mayo de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos
Romano Pontífice

León XIV ayuda a servir la comida cuando era obispo en Perú.

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Indudablemente, el cardenal Prevost estaba en todas las quinielas de los expertos vaticanólogos, para ser elegido nuevo Romano Pontífice, puesto que, como acabamos de escuchar en su primer mensaje, no sólo había sido creado cardenal por el papa Francisco, sino también porque lo había traído desde la humilde diócesis de Chiclayo en el Perú a la Curia Romana, para ser Prefecto del dicasterio de obispos hace poco tiempo, en enero de 2023.

Parece como si al final de su Pontificado, el papa Francisco hubiera querido regalarnos un sucesor adecuado de sus ilusiones misionales y sinodales en el mundo entero, puesto que el largo pontificado de Francisco tiene una hondura y profundidad desconocida para el mundo de hoy, pero muy inteligible para el pueblo de Dios que escuchó hace más de veinte siglos las palabras de Jesús el día de la Ascensión: “Id y predicad a todas las gentes” (Mt 28, 19).

Primeras palabras

Es muy significativo que las primeras palabras del Papa León XIV no sean referidas a León XIII, al que parece dar continuidad, sino al Papa Francisco puesto que las últimas palabras del Santo Padre anterior en la mañana de la reciente pascua fueron un vigoroso impulso a la paz en el mundo, aunque no pudiera pronunciarlas él mismo, pero su presencia lo corroboraba.

Efectivamente, tomando pie de las palabras del evangelio de san Juan el domingo de la Resurrección, el santo Padre León XIV ha comenzado recordando las palabras de Jesús a un pueblo de Dios asustado, humillado y desanimado escondido en el cenáculo: “La paz esté con vosotros” (Io 20, 21). En ese momento la presencia y aliento del resucitado les devolvieron la fe, la esperanza y el amor y les constituyeron en columnas de la Iglesia nueva que extenderán con gran rapidez por el mundo entero y en todas las capas de la sociedad.

Por tanto, la llamada del nuevo papa a que pongamos nuestra esperanza en el resucitado, que sigamos viviendo este año jubilar de la esperanza: “Spes non confundit” (Rom 5, 5), eso sí ahora con su guía y con su aliento.

Un Papa agustino

Es entrañable que el nuevo pontífice nos recuerde que es hijo de san Agustín, agustino, y por tanto un hombre enamorado de Dios que desea llevar la paz de Dios a las conciencias y a las relaciones entre los pueblos y ciudades del mundo. Por tanto, el nuevo Papa, servidor de todos, siervo de los siervos de Dios traerá al magisterio de la Iglesia muchas palabras y enseñanzas de san Agustín, hombre de gran corazón y pendiente del amor de Dios y muy versado en las relaciones fe y razón.

Es conmovedor que el Espíritu Santo haya querido de nuevo acudir a América del Sur para traernos un nuevo papa, primero eligiéndolo como obispo de Chiclayo en el Perú (2014), donde puso aportar todo su espíritu misionero agustiniano y conocimiento de la tierra y sus gentes.

No olvidemos que una de las primeras órdenes religiosas que fueron a misionar a América fueron los agustinos y, precisamente, a Pedro de Gante (1480-1572) debemos el primer catecismo pictórico de América, una copia del cual se conserva e la exposición permanente de la Biblioteca Nacional de España.

Orígenes estadounidenses

Además, el nuevo pontífice fue bautizado en Chicago (1955), es hijo de madre de ascendencia española, y allí realizó sus estudios sacerdotales (ordenado en 1982) y se incorporó a la orden de san Agustín en 1977-1981. Por tanto, la formación académica y espiritual se llevó a cabo en un ambiente de Estados Unidos y con una mentalidad que lógicamente estará presente a la hora de enfocar los problemas de la Iglesia Universal. Además, es doctor en derecho canónico por el Angelicum de Roma, algo fundamental para su trabajo de gobierno.

Por tanto, muchos pensábamos, que el nuevo Pontífice vendría de Asia, pues parecía que ya habíamos recibido la impronta de América, y ahora hacía falta aire fresco de otro continente, pero quizás con el Nuevo Pontífice completamos esa visión con la de américa del Norte.

Primeras palabras

Es muy importante reseñar también la profundidad teológica del discurso que ha pronunciado, junto a la cercanía del pueblo cristiano y al emotivo recuerdo del Romano Pontífice recientemente fallecido. Necesitaremos meditarlo en los próximos días para procurar seguir fielmente.

Por otra parte, al ser un papa que trabajaba en la curia parece como si el Espíritu Santo nos hablara de terminar de aplicar la “Praedicate Evangelium”, el documento con el que el papa Francisco abordaba la reforma de la Curia para darle no solo el habitual sentido de servicio a la Iglesia universal y a las Iglesias particulares, sino también a impulsar que en todas las oficinas de la curia y en todas las instituciones de la Iglesia haya un gran afán apostólico y misionero para llevar el evangelio capilarmente hasta el último país y el último rincón de la sociedad.

Rezar por el Papa

La serenidad y emoción contenida del nuevo Pontífice son proverbiales, pues la Iglesia de Dios necesita vivir cada día y hoy más que nunca, esa unidad de la Iglesia que resumía san Josemaría en una expresión latina muy gráfica: “Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam”. Es decir, “todos con el Papa a Jesús por medio de Maria”. 

La alegría y emoción contenida de León XIV muestran que es un hombre de un gran corazón y, por tanto, todos los cristianos del mundo entero recibirán el afecto de sus desvelos como hoy hemos recibido por primera vez de sus manos la bendición “urbi et orbi”.

Finalmente, no podemos dejar de resaltar que es un papa natural de los Estados Unidos, aunque haya sido obispo en América Latina y haya trabajado en la Curia Romana, y eso se notará en su modo de ser y será seguramente un motivo de gran alegría para los muchos católicos de ese país que han sufrido muchos ataques a lo largo de estos últimos años y humillaciones constantes por su valiente defensa de la vida humana y otros aspectos que el evangelio de Cristo nos insta a difundir en ambientes muy secularizados.

El autorJosé Carlos Martín de la Hoz

Miembro de la academia de historia eclesiástica. Profesor del máster de Causas de los Santos del Dicasterio, asesor de la Conferencia Episcopal Española y director de la oficina de las causas de los santos del Opus Dei en España.

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