¡Que me dejen en paz… quiero ser libre!  ¡No quiero verme abocada a nada que no haya elegido libremente!

La polarización del debate sobre el aborto dificulta el diálogo y subraya la necesidad de comprender las circunstancias de las mujeres y ofrecerles apoyo.

28 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos
debate sobre el aborto

©Hollie Santos

La polarización que vivimos en gran parte de la sociedad occidental busca dividir, hacernos pensar que discrepar en lo que dice otro es discriminar. Algo así hemos vivido en España, en las últimas semanas, con la reavivación del debate (nunca cerrado) sobre el aborto a raíz de una campaña, promovida desde el gobierno estatal y algunos locales, en los que el aborto se impulsa e incluso se trabaja para incluirlo como “derecho constitucional”. 

En este tablero, cualquier opinión contraria a la eliminación del no nacido, a la ayuda a las madres…, se ha tachado de “discriminatoria”, “retrógrada” o “antifeminista”. Cuando tener una opinión diferente y defenderla no es estar polarizado sino tener polaridad (opinión, ideas, sentido propio de la vida). Y lo bonito, y esto es de envidiar, es poder dialogar, tener posiciones dispares, y que  se puedan defender, sin sentirse atacados o caer en el victimismo.

En esta línea, de buscar entendimiento, han aparecido vídeos y artículos que conducen el debate a mostrar que el aborto es algo no querido, que muchas veces se lleva a cabo por la situación precaria en la puede estar una mujer embarazada, ya sea por motivos económicos, por la angustia vital, la falta de información o porque no se ofrecen suficientes ayudas cuando se quiere llevar a termino un embarazo. Todo esto está muy influenciado por los interéses económicos que hay detrás, ya que el aborto es un negocio muy rentable. Pero la argumentación para defender el “derecho al aborto” no muestra estas circunstancia, ya que el relato pro aborto es otro. Va por la línea de visibilizar que hay pocas ayudas para ejercer la libertad y poder interrumpir el embarazo, por eso han elaborado una herramienta para informar a través de la web “quieroabortar.org”, que recibe el apoyo del Ministerio de Sanidad y de Igualdad, para poder abortar según la comunidad autónoma donde vivas. Dando a entender que es una tarea imposible llevar a cabo esta práctica en España, cuando se abortan al año 106.172. O que el 80% se lleva a cabo en centros privados, sin decir que estos centros están subvencionados con dinero público. Y para consolidar el argumentario proponen que sea  un derecho constitucional esta práctica.

Para entender esta postura sesgada, poco dialogante y alejada de la realidad, conviene ver algunos vídeos como el de Juan Soto Ivars, el de Chapu Apaolaza o leer el artículo de Ana Iris Simón, en el que cita a Leire Navaridas, que ha saltado a la actualidad. Es “madre de tres maravillosas criaturas y fundadora de AMASUVE, una asociación apolítica y aconfesional para el Acompañamiento y Visibilización del trauma postaborto”, como explica en su web. Esta feminista abortó en 2008, como lo testimonia en múltiples vídeos (como en esta entrevista a Vozpópuli ). Su decisión de interrumpir la vida de su hija, por el agobio vital ante la situación de no querer aceptar la maternidad, porque estaba mal asesorada y porque en su situación no veía otra solución, al principio no le afectó, salió como si se hubiera hecho “las inglés”. Pero cuando se hizo cargo de que no se había vaciado de un “amasijo de células”, sino de un ser vivo, fruto de haber recibido terapia por unos vértigos. Años después, además de fundar la asociación para el acompañamiento de mujeres embarazadas, es voluntaria de Red Madre. Esta es una “red solidaria de apoyo, asesoramiento y acompañamiento a la mujer para superar cualquier conflicto surgido ante un embarazo imprevisto”.

El mensaje es claro, el debate aborto no está cerrado. Hay que ser dialogantes y tender puentes para entender las circunstancias que viven muchas mujeres embarazadas. Ante esta situación tan delicada hay que ofrecer alternativas de todo tipo para ayudar a las mujeres que quieren llevar a cabo su embarazo. Como explica la web de reciente creación quierosermadre.org, que trata de facilitar el deseo de llevar a cabo la maternidad. De esta manera, cuando venga un embarazo no esperado, habrá más posibilidades de no verse abocado a sufrir la operación de obstetricia más violenta que puede haber para la mujer y letal para el nuevo ser humano que viene en camino.

El autorÁlvaro Gil Ruiz

Profesor y colaborador habitual de Vozpópuli.

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