Educación

11 pistas para enseñar la fe a los hijos en casa

Mantita y Fe Podcast, proyecto de la Fundación Gospa Arts, compartió en septiembre el lanzamiento de una guía para la Adoración eucarística y la visita al Santísimo. Ahora estrenan “Catequesis en el hogar”, con Olatz (Blessings), que aborda un tema clave para las familias: cómo transmitir la fe a los hijos en casa.

Francisco Otamendi·3 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos
Familia juntos.

Una familia en un rato juntos. Olatz comenta: Hay que estar muy disponibles para que, cuando ellos tengan una pregunta o algo les cuestiona, estar a mano para cazar ese momento.

La catequesis en el hogar, el aprendizaje de la fe en casa, es fundamental en las familias cristianas. Se trata de transmitir la fe a los hijos de forma sencilla, natural y viva. Y en este tema se ha centrado el último podcast de Mantita y Fe, de la Fundación Gospa Arts. Su anterior trabajo fue sobre rezar en una Adoración al Santísimo.

En la conversación, de 1 hora y 25 minutos, Bárbara Constanza Bustamante entrevista a Olatz, creadora de ‘Blessings’ (@Blessings.es en Instagram), quien comparte su experiencia como madre y esposa, y ofrece claves concretas para vivir la fe en el día a día familiar.

He aquí algunas pistas de las respuestas de Olatz sobre enseñar la fe a los hijos. La mínima selección es de un servidor. Pueden ver el video íntegro al final. 

Ideas iniciales

1. Pedir perdón a un hijo. El Evangelio

Pedir perdón a un hijo es precioso. Pedir perdón a un hijo es de las cosas más bonitas que me han pasado, porque es el perdón más preciosamente acogido. 

Por la mañana leemos el Evangelio del día y pedimos, cada uno pide algo. Mucha gente me dice: “Pero tu hija de tres años, el evangelio del día no lo entiende. Digo: “Bueno, yo tampoco a veces, ¿sabes?”. Es que la Palabra de Dios es viva y eficaz, y no tengo a veces por qué entenderla para que alimente el corazón.

2. A Jesús le apetece mucho verte

A ti no te apetece ver a Jesús, pero a Jesús le apetece mucho verte. Entonces vamos por Él, porque no siempre te va a apetecer todo lo bueno. Pero como es bueno, vamos y lo hacemos. Qué bonito es que sea por esa propia voluntad que dice: “No, yo quiero lo verdadero, lo bello, lo bueno; que vuelvo al camino. No porque me han dicho que tengo que ser buena o tengo que ser bueno, sino porque he experimentado que lo que a mí me hace bien es el amor de Dios. ¿No? 

3. Nuestra familia, un jardín con varias flores

Bárbara: Sé que eres una madre emprendedora, esposa full time, y venir aquí a grabar un podcast, también implica una organización familiar. Muchas gracias. 

Olatz: Soy fan, soy fan del podcast, así que cuando me dijiste que si venía, yo hice hueco porque me parece genial. 

B.: Para los que no te conocen. ¿De qué se trata tu proyecto Blessings?

O.: Bueno, primero, soy hija de Dios, ¿no? Que es lo que da sentido a toda mi vida, Soy esposa de José Manuel y somos padres de seis niños en un amplio rango de. edades. Es un buen laboratorio porque tenemos a nuestra hija, que acaba de cumplir dos años, que es la pequeña. Y luego, nuestro hijo mayor tiene diez, pero nuestra quinta hija tiene dieciocho años. Ah, mira. Esto es un poco raro, hay que explicarlo. Hace cuatro años acogimos a nuestra quinta hija. Cuando tenía catorce, ahora tiene dieciocho. 

Es como un jardín con varias flores, y a una le tienes que poner un poquito más de sombra, a la otra un poquito más de agua… Bueno, es nuestra familia. Y luego, además, decidí emprender mi  proyecto, Blessings, que nació como una tienda de decoración cristiana, pero el Señor me llamó a otra cosa más bonita.

4. Cuál es el arte de la fe

La tienda se acabó convirtiendo en la excusa, porque a través de las redes sociales mostrábamos un poquito cómo vive mi familia. Y entonces, a través de ahí, y estoy hablando ya de hace casi diez años, un poquito menos, mucha gente se acercó a una ventana de familia de fe católica. Y mucha gente se acercó a eso, a cómo vivíamos nosotros la fe.

Esas redes me llevaron a seguir con la tienda donde Dios me iba llamando y a crear Prayplan, que es la comunidad virtual de fe donde rezamos cada día. Rezamos con el Evangelio, y vemos cómo discernir la voz de Dios en nuestro día a día, porque nos damos cuenta de que el arte de la fe está precisamente en esto: discernir entre lo bueno y lo mejor.

5. El Evangelio y la Biblia tienen una palabra para mí

Nuestra vida está llena de prisas, de decisiones al segundo, que hay que hacer, de instantaneidad, de ruidos, de tendencias, pues hay que parar un poco y decir vale. Pero qué es lo mejor? ¿Qué es a lo que Dios me está llamando?. De entre todas las opciones, que a lo mejor todas son buenas, el Evangelio que pasó hace dos mil años tiene una palabra concreta para mi vida hoy.

Para esa decisión que estoy tomando, para eso que me tiene agobiada, para esa depresión que estoy pasando, para esa crisis que no consigo solucionar, o para esa familia que estoy sufriendo con mis hijos, por ejemplo.

Tiene una palabra, esa multiplicación de los panes tiene que ver conmigo hoy. Esa Palabra que está viva para mí, eso es la maravilla del Evangelio… Entonces la Biblia y el Evangelio se convierten en esa vivencia que, lejos de ser una teoría o algo que o historia, es mi alimento. Bueno, eso es lo que en la comunidad de Prayplan hacemos. 

6. Dios me regala su amor gratis

Crecí mucho pensando que el amor había que ganárselo. El de tus padres, el de tus novios. Entonces, claro, cuando creces así, piensas, el amor de Dios ¿cuánto más tengo que ganármelo? Porque el amor de Dios es muy grande.’ Entonces, si es tan grande, me lo tengo que ganar. Entonces tengo que ser muy buena, ¿no? Para que Dios me quiera tengo que ser muy buena. Y claro, yo no era muy buena. (…). A mí me enamoró de Dios esto. Que Él me regalaba su amor gratis. 

Siempre supe que lo que quería proponerles a mis hijos era la experiencia de vivir con Jesús y no vomitar aquello que yo había recibido, por muy bueno que para mí hubiera sido. Para mí lo que yo he alcanzado es buenísimo, porque ya me he dado cuenta de ese amor incondicional. Yo sabía que sí, que la vivencia en casa de un Jesús que vive con nosotros era básica. Imprescindible y también una vivencia matrimonial. Mirad cómo se aman.

Resumen

1. Vida diaria como escuela de fe

Un eje. La fe no debe quedarse relegada al domingo o a lo “formal”, sino que debe  impregnar lo cotidiano. Rezar juntos en familia, atender las preguntas de los hijos, vivir la caridad y el perdón en casa: todo ello es terreno fértil para que la fe no quede como algo lejano o ajeno. 

No se trata de imponer un “manual de valores” rígido, sino mostrar una relación vivida con Jesús. Es en ese amor auténtico donde los demás pueden sentirse atraídos.

Hay tiempo de sobra para que un niño de tres años aprenda el Padre Nuestro, la parábola y el Credo. Lo importante es que los niños pequeñitos se sientan amados por Dios.

2. Testimonio directo, momentos ordinarios 

El testimonio diario (más que solo las palabras) tiene gran poder: “Hay personas enamoradas que sin hablar transmiten a Jesús”.

En la casa, los momentos ordinarios (comidas, charlas, rezos, dificultades) se convierten en espacios para revelar a Dios si miramos a los hijos con cariño y coherencia.

3. Dudas, oscuridad espiritual, desafíos

Hay “momentos de oscuridad constantemente”. En esos periodos, el enemigo presenta objeciones: “¿Quién eres tú para hablar a otros?”.

Se contrarresta recordando que no se trata de hacer algo por mérito propio, sino de ser “canales”: Dios actúa a través de lo que uno ofrece. 

Jesús es verdad. Cuando yo vivo en la verdad, la verdad puede ser que hoy estoy muy nerviosa y he gritado, y les he chillado. Eso puede ser verdad, pero también es verdad que digo:  perdón, perdón, porque hoy estaba muy nerviosa y he chillado.

“Fundamental y básicamente, para nosotros lo es todo, es el perdón. El perdón es algo que, cuando entra en escena, es tan sanador que, bueno, nosotros que somos muy necesitados de este perdón, es algo que aparece constantemente en escena”.

4. Humildad, gratitud

Reflexión: contraste entre la humildad humana y la grandeza de Dios. Los cristianos deben estar “felices y orgullosos de llevar a Dios”, pero reconociendo que somos “tinajas de barro”.

Cuando uno ve su propio pecado y fragilidad, la soberbia desaparece y surge la gratitud ante la misericordia divina. La cotidianidad del perdón es algo que en nuestra casa saca mucho partido. Pedir perdón y acoger esa humanidad, sabiendo que ese mal no tiene la última palabra. Entonces diría que, como dinámica cotidiana, pedirnos perdón, los hermanos unos a otros, los padres, los hijos, con los padres. Que el perdón sea algo constante y diario.

5. Transmisión auténtica frente al adoctrinamiento

Distinguir entre transmitir valores “de manual” y ofrecer una relación viva con Jesús. Una relación amorosa con Jesús trasciende palabras y normas. 

Hay que estar muy disponibles para que, cuando ellos tengan una pregunta o algo que les cuestiona, estar muy disponibles para cazar ese momento. 

Enamorarse cada día de Cristo es más eficaz que una lista de obligaciones religiosas. La clave no es tanto lo que enseñamos, sino cómo vivimos lo que decimos creer.

El autorFrancisco Otamendi

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica