


En realidad, y siempre según la tradición, la Virgen María visitó a Santiago Apóstol a orillas del río Ebro, a la altura de la entonces colonia romana de Cesaraugusta, en una fría madrugada del 2 de enero del año 40 de nuestra Era. Es decir, dentro de quince años se conmemorarán los 2.000 de aquel prodigio, que aún se recuerda cada medio día desde los altavoces de la Basílica del Pilar en Zaragoza.
Es por esa razón que, cada día 2 de cada mes, la Virgen no luce manto alguno y se exhibe a la devoción de los fieles sobre su columna de Jaspe, recubierta por una funda plateada y que fue traída por ella desde Jerusalén en aquella lejana noche, y que los devotos pueden venerar por la parte trasera del Camarín. Todavía, cada noche del 1 al 2 de enero, en la basílica se celebra una ceremonia similar a la Misa del Gallo, que recuerda aquella venida en carne mortal.
El nacimiento de una fiesta
Sin embargo, hasta el siglo XVII, el día del Pilar se celebraba el 15 de agosto, festividad de la Asunción. El profesor de la Universidad de Zaragoza don Guillermo Fatás Cabeza, publicó en su día un artículo titulado “La fiesta mariana del 15 de agosto” (“El Mirador” Heraldo de Aragón, domingo 18 de agosto de 2024) en el que recordaba que la festividad de la Asunción de Nuestra Señora es una fiesta que en Aragón, desde tiempos de la Corona en la Edad Media, posee una importante implantación y que en este día, la Colegial de Pilar celebraba la dedicación de la Iglesia «in nomime propio» hasta que la Sagrada Congregación de los Ritos en el Vaticano prohibió, con fecha 10 de junio de 1610, tal rito. Ordenando que se hiciera en nombre de la Metropolitana (La Seo) y que esa misa se trasladara al 12 de octubre, como se hacía en las demás iglesias de la Archidiócesis. Con el apoyo del Concejo zaragozano, que estaba enemistado con los canónigos de la Seo desde tiempo inmemorial.
Los del Pilar consiguieron celebrar su fiesta de dedicación; trasladándola del 15 de agosto, que era la fiesta tradicional del Pilar, al día 12 de octubre. Esto sucedió en 1613. Por otra parte el 12 de octubre en Zaragoza se venía celebrando desde el año 1119, ya que en ese día y en ese año se consagró la mezquita aljama como catedral cristiana bajo la advocación del Salvador y se institucionalizó en ese día también, la fiesta de San Valero como patrón de la ciudad además, y en esas mismas fechas, en la ciudad se celebraba la Feria más importante del año de hecho, todavía a las fiestas del Pilar se les llama “Las Ferias del Pilar” pues coincidía con el comienzo del otoño, cuando ya se habían realizado todas las faenas agrícolas en el valle del Ebro, los ganados de la montaña ya habían bajado de nuevo a la Ribera en su ciclo trashumante y se estaban iniciando las labores de siembra para el año siguiente; es decir, terminaba un año económico, comenzaba otro y se aprovechaba en esos primeros días del otoño, para hacer las compras anuales de cara al invierno.
La cosa no hizo sino empeorar la situación; con unos canónigos enfrentados con los otros y con el arzobispo por medio. Tal fue la crisis, que tuvo que intervenir el rey Felipe III y los canónigos del Seo tuvieron que ceder. San Valero seguiría siendo patrono de la ciudad, pero tendría que compartir su patronazgo con la Virgen del Pilar y la fiesta del obispo visigodo sería trasladada al 29 de enero hasta hoy, mientras quedaba el 12 de octubre institucionalizado como día del Pilar además, Zaragoza contaría con dos catedrales pero un solo cabildo unificado. De esta manera el día del Pilar en 12 de octubre se viene celebrando ininterrumpidamente desde 1613, año en que el Ayuntamiento declaró festiva esa fecha. La Virgen no fue patrona de la ciudad hasta el 27 de mayo de 1642. Esto sucedió dos años después del Milagro de Calanda. Además, el patronazgo se hará extensivo a todo Aragón en 1678 por decreto de las Cortes del Reino. Carlos II obtendrá del Papa Clemente X en 1676, la Bula de unión de ambos cabildos en uno solo para ambas catedrales residiendo la mitad del año en la Seo del Salvador y la otra mitad en el Pilar.
En el trasfondo de esta rivalidad se encontraba la preminencia de ambos templos. Según los canónigos del Pilar, su iglesia era la más antigua de Zaragoza ya que al menos se encontraba al culto desde el siglo VII bajo la advocación de Santa María la Mayor, mientras que la Catedral es posterior, del siglo XII y al contrario que Santa María del Pilar, sí había habido una interrupción de al menos 400 años de culto católico.
La consolidación del Día del Pilar y su legado
Diferencias aparte, el día 12 de octubre se consolidó como fiesta del Pilar a mediados del siglo XVII. Fue a finales del siglo XIX cuando la fecha fue declarada Fiesta Nacional con motivo del Cuarto Centenario del descubrimiento de América y a comienzos del XX pasó a asociarse la devoción a la Virgen con la Fiesta de la Hispanidad o de la Raza, como se decía entonces —el concepto Hispanidad es posterior—. Por esas fechas más o menos se convirtió en patrona de la Escuela de Guardias Jóvenes y posteriormente de la Guardia Civil. Las enseñas nacionales de los países americanos que rodean la Santa Capilla, fueron traídas por sus embajadores respectivos en el año 1908 tras ser paseadas en una brillantísima y emocionante ceremonia por las calles de Zaragoza, de esa misma época es el título de “Capitana General” otorgado por el entonces monarca Alfonso XIII.
El formato actual del día del Pilar, con su famosa ofrenda de flores, data del año 1958 y en el último cuarto del siglo XX el día del Pilar se convirtió también en una fiesta de exaltación aragonesista. Será en pleno siglo XXI cuando se retome con fuerza la idea de Hispanidad con la presencia de muchos países americanos en la Ofrenda y la elección de uno de ellos como invitado.
El día del Pilar constituye un momento de enorme religiosidad popular, en el que confluyen los sentimientos de un pueblo con los oficios sagrados en honor a la Virgen. Comienza el día con la Misa de Infantes, a la que acuden muchos peregrinos que han pasado la noche andando desde sus lugares de origen, algunos a 30 y 40 kilómetros de distancia para llegar al templo. Tras la misa entrará en la Basílica el Rosario de la Aurora, y cuando este abandone el Pilar comenzará la ofrenda, que se extiende durante 14 horas en los últimos años. La misa mayor se realiza a las 11 de la mañana, y una pequeña procesión recorrerá la plaza. Los actos en honor a la Virgen concluyen el día 13 con la ofrenda de frutos por la mañana y el Rosario de Cristal por la tarde.
Virgen del Pilar

Historiador y divulgador cultural. Licenciado en Filosofía y Letras. Escritor de La Virgen del Pilar