En un mundo donde las nuevas generaciones buscan sentido, comunidad y verdad, iniciativas como el Congreso Fe Joven se vuelven faros de luz. Este encuentro, que reunirá a cientos de jóvenes de Chile, se perfila como un momento de encuentro, reflexión y celebración de la fe viva que anima a una juventud decidida a dejar huella.
Hoy conversamos con Ronald Bown, principal responsable de la organización del Congreso Fe Joven, quien nos comparte el espíritu que anima esta convocatoria, los desafíos de movilizar a la juventud en torno a la fe y las novedades que traerá esta edición.
¿Cuál fue la motivación principal detrás de la organización del Congreso Fe Joven y qué lo diferencia de otros encuentros juveniles?
La motivación principal fue el convencimiento de que Religión es la asignatura más importante de todas y que, por lo tanto, merecía tener un Congreso, Seminario, semana temática, etc. como las demás asignaturas del colegio. Lo diferencia de otros encuentros juveniles en que participan los jóvenes junto a sus profesores de Religión.
El lema del congreso de este año es “Firmes en la fe, alegres en la esperanza”. ¿Cómo se traduce esto en la experiencia concreta que vivirán los jóvenes?
Cientos de jóvenes de decenas de colegios distintos compartiendo toda una mañana en torno a nuestra fe, junto a sus profesores de Religión, es de por sí una vivencia llena de esperanza. Es un tema, por tanto, que se “trabaja” pero que especialmente se vive.
¿Qué rol juega la espiritualidad y la vida sacramental dentro de las actividades del congreso?
Es la protagonista de la jornada ya que las presentaciones y testimonios de los jóvenes se basan en las experiencias de fe. Además, existe la posibilidad de asistir a la Santa Misa, y este año cerraremos de la mejor manera con una Exposición al Santísimo en el que rezaremos juntos todos los presentes.
¿Cómo ha sido la recepción por parte de los colegios, movimientos y parroquias participantes?
Ha sido sorprendente, maravillosa y esperanzadora. 600 asistentes –profesores de Religión con sus alumnos- de todo Chile que han entregado un testimonio que busca ser replicado este año en otras ciudades del país y del extranjero: Puerto Varas, Villarrica, Lima y Sao Paulo.
¿Qué aprendizajes han recogido en ediciones anteriores del congreso?
Principalmente que los jóvenes buscan, quieren y promueven encuentros de fe y de esperanza. Que si sus profesores confiamos en ellos, sacan lo mejor de sí mismos para ser testigos de fe y de alegría.
En un contexto juvenil muchas veces marcado por la indiferencia religiosa, ¿qué estrategias utiliza el congreso para conectar con los jóvenes de hoy?
En el Congreso Fe Joven definimos un tema muy general a las presentaciones –la felicidad el 2023, el perdón el año pasado, y este año la esperanza- pero el enfoque específico lo decide cada colegio. Y ha sido una grata sorpresa la variedad y profundidad conseguidas por las presentaciones de los colegios.
¿Qué esperan que los jóvenes se lleven del congreso, tanto a nivel personal como comunitario?
Los jóvenes vuelven muy contentos a sus hogares habiendo vivido que la fe es alegría, esperanza, amor. Y una muestra muy clara de esto es que el Congreso Fe Joven está traspasando fronteras y el 2025 habrá versiones en Chile, Brasil y Perú. Mi sueño es que haya Congresos Fe Joven en todos los países del mundo.