Señala el Martirologio Romano que “en España, en la ciudad de Málaga, murieron en este día (siglo IV), los señores mártires Ciriaco y Paula, virgen. Los cuales de haber padecido muchos tormentos fueron apedreados y dieron sus almas (al) cielo entre las mismas piedras”. Según otro martirologio, san Ciriaco y santa Paula eran hermanos.
El periodista Antonio Moreno, al que pueden leer en Omnes, recoge el perfil de los santos mártires, y su contexto, con palabras de Rafael Contreras, archivero, en la web de la diócesis malagueña.
La tradición afirma que “los santos Ciriaco y Paula fueron dos jóvenes malagueños pertenecientes a una floreciente comunidad cristiana existente en nuestra ciudad y presidida por el Obispo San Patricio. Apresados en el contexto de la décima persecución del emperador Diocleciano, se les sometió a dolorosos tormentos. El propósito era que renunciaran a su fe y adorasen a las divinidades paganas”.
“Venerados en nuestra ciudad”
“Como no consiguieron tal propósito, fueron condenados a muerte y lapidados hasta el óbito, atados a sendos árboles. Ocurrió en el margen del río Guadalmedina el día 18 de junio del año 303 de nuestra era. En el lugar que aún hoy conocemos como Paseo de Martiricos”.
Tras su muerte, sus hermanos cristianos recogieron sus cuerpos y procedieron a su sepultura. “Desde entonces han sido venerados en nuestra ciudad por los cristianos”. “La memoria de los santos patronos de Málaga está muy presente aún entre los malagueños”, se recuerda.
Protagonistas de una novela histórica
En su reciente artículo ‘Santos de verdad’, Antonio Moreno cuenta en Omnes la génesis de “El pez de barro”. Se trata de una novela histórica de Ana Medina y Antonio S. Reina, que narra la vida de estos santos patronos de Málaga, los jóvenes san Ciriaco y santa Paula, martirizados en tiempos de Diocleciano. La obra transporta al lector a los inicios del cristianismo, explica Antonio Moreno, cuando las primeras comunidades vivían la alegría de la Buena Noticia frente al fracaso de las religiones paganas.
“En esta ficción (no conservamos apenas datos de sus vidas) Ciriaco y Paula son dos jóvenes normales que viven su vocación cristiana como la viven tantos jóvenes de hoy, entre dudas y meteduras de pata. Pero llegado el momento, la gracia les dio el poder de cambiar su vida de modo heroico hasta el punto de dar el supremo testimonio del martirio”. Ambientada a comienzos del siglo IV, “El pez de barro” reflexiona sobre problemas actuales para el diálogo de la fe con la cultura de hoy.