Evangelización

San José de Calasanz, fundador de los escolapios, y san Luis, rey de Francia

Tras celebrar a san Bartolomé este domingo, la liturgia de la Iglesia fija la mirada el 25 de agosto en san José de Calasanz, fundador de las Escuelas Pías. Y también en san Luis, rey de Francia, considerado sembrador de paz y justicia.

Francisco Otamendi·25 de agosto de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos
San José de Calasanz.

Retrato de san José de Calasanz, de Francisco Jover y Casanova (Museo del Prado, Wikimedia commons).

San José de Calasanz, fundador de la primera escuela popular cristiana de Europa, y de los Padres Escolapios, nació en 1557, en Peralta de la Sal (Aragón, España). El ambiente de  su familia le proporcionó una sólida formación cristiana y cultural. Dios le llamó al sacerdocio. En Roma se conmovió ante la miseria de jóvenes y niños, y le llamó el Señor.

En la primavera de 1597 visitó el Trastevere, descubrió una pequeña escuela parroquial, y fundó la “primera escuela popular y gratuita de Europa”. Llamó a su obra las “Escuelas Pías”, y fundó la Orden del mismo nombre. Los escolapios profesan “cuatro votos religiosos solemnes: pobreza, castidad, obediencia, y el de la dedicación a la educación de la juventud”.

Murió en Roma el 25 de agosto de 1648. Fue declarado santo en 1767, y el Papa Pío XII le declaró en 1948 “celestial patrono de todas las escuelas populares cristianas”. San Juan Pablo II afirmó que San José de Calasanz tomó por modelo a Cristo e intentó transmitir a los jóvenes la ciencia profana y la sabiduría del Evangelio. 

San Luis de Francia, promotor de justicia y paz

La liturgia celebra también este día, entre otros santos y beatos, a san Luis, rey de Francia (Poissy, 1214 – Túnez, 1270), fundador  de instituciones como la Sorbona y la Sainte-Chapelle. Es recordado como rey justo y piadoso y por promover la paz y la justicia. 

Le canonizó el Papa Bonifacio VIII en 1297, tras morir a causa de la peste el 25 de agosto de 1270, mientras cuidaba a enfermos. Su reinado gozó de prestigio en la cristiadad. Era primo hermano del rey castellano Fernando III el Santo, casó con Margarita de Provenza y tuvieron once hijos. Es patrono de la Orden Franciscana seglar. Algunas ciudades de México llevan su nombre.

El autorFrancisco Otamendi

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