Evangelización

San Luis Gonzaga, muerto de peste tras cuidar a infectados en Roma

La Iglesia celebra el 21 de junio a san Luis Gonzaga, joven jesuita italiano que cuidó y sirvió a los enfermos, en especial durante la epidemia de peste en Roma, en 1591. Falleció a los 23 años infectado. Se dedicó también a educar jóvenes estudiantes.  

Francisco Otamendi·21 de junio de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
San Luis Gonzaga, joven jesuita, contagiado de peste.

San Luis Gonzaga, falleció contagiado tras ayudar a muchos enfermos en Roma, en la epidemia de 1591 (Foto cedida por Jesuitas).

La liturgia celebra el 21 de junio a San Luis Gonzaga (Luigi Gonzaga, 1568-1591), que viviendo en Roma, afrontó varios dramas que flagelaban la ciudad. Primero la sequía, luego la hambruna, finalmente una epidemia de peste tifoidea. Luis se fue entre los “apestados” para ayudarlos, y falleció enfermo de peste cuidando de los infectados.

Sus biógrafos cuentan que un día, san Luis vio a un enfermo abandonado en la calle, a punto de morir: lo cargó sobre sus hombros y lo llevó al hospital de la Consolata. Así es como probablemente se infectó, y unos días más tarde murió en los brazos de sus compañeros, con sólo 23 años de edad. 

Enfermedad: reflexionó y rezó

Proveniente de una familia noble en Castiglione, Italia, el padre de san Luis, el marqués de Castiglione, le preparó para una carrera militar, y completó en Florencia su educación. Poco después, el joven Luis comenzó a sufrir de insuficiencia renal, lo que consideró como una bendición porque le permitió tener tiempo para reflexionar y orar. Durante ese periodo percibió su llamada al sacerdocio. Recibió su primera comunión de san Carlos Borromeo en julio de 1580. A raíz de su enfermedad, san Luis se dedicó a enseñar catecismo a los jóvenes pobres. 

Contra los deseos de su padre, san Luis anunció su intención de unirse a la Compañía de Jesús. A los dieciocho años de edad, renunció a su título y a sus tierras, se unió a los jesuitas y estudió bajo la tutela de san Roberto Belarmino, SJ, su consejero espiritual. Profesó sus primeros votos en 1587. Fue canonizado en 1726 por Benedicto XIII. Pío XI le proclamó protector de la juventud católica en 1926. Y san Juan Pablo II le nombró protector de los enfermos de sida en 1991.

El autorFrancisco Otamendi

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