Evangelización

San Marcelo, centurión, y beato ucraniano Zaryckyj, mártires

La liturgia católica celebra el 30 de octubre a san Marcelo, centurión romano, venerado mártir por las Iglesias católica y ortodoxa, patrón de León (España). Y al beato presbítero ucraniano Alejandro Zaryckyj. La Iglesia conmemora a san Marcelo I, Papa, el 16 de enero.    

Francisco Otamendi·30 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos
San Marcelo, centurión mártir.

San Marcelo en la iglesia homónima de León (España). (Gregorio Fernández, Hontañón3, Wikimedia Commons).

San Marcelo fue un centurión que nació y vivió en León durante la segunda mitad del siglo III. Es venerado como santo, y patrón de la ciudad de León. El otro santo local, san Froilán, es patrón de la diócesis.

Estando en servicio como centurión, fue requerido para participar en los actos oficiales paganos. En particular, la celebración del cumpleaños del emperador Maximiano Hercúleo (o de los emperadores bajo la diarquía) en el año 298. El acto incluía sacrificios a los dioses. La tradición narra que Marcelo, al ver que la celebración era contraria a su conciencia cristiana, se levantó, arrojó sus insignias de centurión (cinturón, espada), y declaró: “Sirvo a Jesucristo, Rey eterno”.

Padre de familia

Inmediatamente fue arrestado. Según el Martirologio Romano, fue juzgado por primera vez en España el 21 de julio de 298, aunque se fija su juicio final y decapitación en Tánger el 29 ó 30 de octubre de 298. El prefecto Aurelio Agricolano dictó sentencia de muerte por decapitación, al considerar que Marcelo había abandonado su puesto militar y renegado del culto imperial.

Se presenta a san Marcelo casado con santa Nonia (o Nona) y padre de doce hijos. Entre ellos Claudio, Lupercio y Victorico, también mártires. Sus reliquias fueron trasladadas a la ciudad de León, en España, de la que es patrón.

Beato Alejandro Zaryckyj, muerto en Dolinka

Entre otros santos, hoy se celebra también al beato ucraniano Alejandro Zaryckyj, nacido en 1912. Fue ordenado sacerdote en 1936, ejerció de párroco, y en 1948 las autoridades le detuvieron durante la II Guerra Mundial. Tras ser detenido y luego exilado en Karaganda (Kazajstán), fue excarcelado en 1956 gracias a una amnistía general, y nombrado posteriormente administrador apostólico de Kazajstán y de Siberia. Pero en 1962 le arrestaron de nuevo, y murió mártir de la fe un año después en el campo de concentración de Dolinka (Kazajstán).

El autorFrancisco Otamendi

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