La Iglesia celebra el 14 de mayo a san Matías, elegido apóstol en lugar de Judas Iscariote para ser testigo de la resurrección del Señor, según los Hechos de los Apóstoles. La iniciativa fue de San Pedro. También festeja a santa Teodora Guérin, misionera en Indiana.
Tras la Ascensión del Señor, Pedro manifestó a los Once que “es necesario que uno de los que nos acompañaron todo el tiempo en que convivió con nosotros el Señor Jesús (…), se asocie a nosotros como testigo de su resurrección”.
Propusieron dos: José, llamado Barsabá, de sobrenombre Justo, y Matías. Rezaron, lo echaron a suertes, “le tocó a Matías, y le asociaron a los once apóstoles”. Según la tradición, evangelizó Etiopía, donde sufrió martirio, y sus reliquias fueron llevadas a Tréveris (Alemania), de donde es patrono.
Evangelizadora en Estados Unidos
La liturgia incluye también este día a varios santos y santas. Entre ellas, a la francesa santa Teodora Guérin, nacida en 1798 en Bretaña. A los 25 años ingresó en las Hermanas de la Providencia y se dedicó a la educación de los niños, a los pobres, enfermos y moribundos. En 1840 la enviaron a Estados Unidos para establecer un convento y fundar escuelas en Indiana.
Durante las penalidades en la misión, confió siempre en la Divina Providencia, afianzó la comunidad, y fundó academias, escuelas y orfanatos por toda Indiana. Murió el 14 de mayo de 1856 en Saint Mary of the Woods. Benedicto XVI la canonizó en 2006.
Educadoras, sacerdotes y religiosos
La italiana María Dominica Mazzarello, muy fiel a don Bosco, y el sacerdote Miguel Garicoitz, fundador en 1835 de la Congregación de Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, y defensor de Bernadette Soubirous, la vidente de Lourdes, son también santos del día. Tienen aquí una excelente descripción de la entrega del sacerdote Miguel Garicoitz. Fue canonizado por Pío XII en 1947.
El beato portugués Gil de Vaozela ó Gil de Santarem, (1187), era hijo del gobernador de Coimbra. Se aficionó a la nigromancia y magia negra, pero luchó para cambiar de vida. Abrazó la vida religiosa en Palencia, ingresó en los dominicos, se ordenó sacerdote y convirtió a muchos con la predicación. Pasó sus últimos años en Santarem (Portugal).