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La huella de San Germán, obispo de París

La Iglesia celebra el 28 de mayo a San Germán, obispo de París. Para observar la huella de este santo, basta ver los lugares que en París llevan su nombre. Por ejemplo, el Boulevard Saint-Germain, el equipo Paris Saint-Germain, desde luego la iglesia de Saint Germain-l'Auxerois, cerca del Louvre. También se festeja a santa Mariana de Jesús, patrona de Ecuador.

Francisco Otamendi·28 de mayo de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos
Iglesia de San Germán l'Auxerois, en París.

Iglesia de Saint Germain l'Auxerois, París, Francia (Britchi Mirela, Wikimedia commons).

La liturgia celebra hoy día 28 a San Germán de París, que dejó fuerte impronta en la capital parisina. Por citar los ejemplos anteriores, el bulevar debe su nombre a San Germán, obispo de París en el año 555. El equipo de fútbol, fundado en 1970, tomó el nombre de la capital francesa y de Saint-Germain-en-Laye, donde se fundó el club. Y la iglesia, cerca del Louvre, está dedicada al santo.

El texto dedicado a san Germán por la agencia vaticana es escueto, aunque ofrece datos. Dice que nació en Autun (Borgoña, Francia), a finales del siglo V. Que hizo sus votos y se le confió el monasterio de San Sifroniano, que recuperó de la decadencia. Que fue consejero del rey en París y se convirtió en obispo de la ciudad. Y que su monasterio fue señalado como modelo en toda Francia y fue dedicado a él a su muerte. 

Podría añadirse que san Germán careció de pequeño del cariño de los suyos, y estuvo en peligro de ser abortado primero, y envenenado después. Luego, con un pariente, recibió una sólida formación y se ordenó sacerdote, llegó a ser abad del monasterio de San Sinforiano, atendió a los necesitados, edificó iglesias, intentó sembrar paz en las contiendas civiles, denunció vicios de la corte, y rigió su diócesis con prudencia. Murió el año 576.

Mariana de Jesús de Paredes, patrona de Ecuador

La Familia franciscana celebra también este día a Mariana de Jesús de Paredes, nacida en Quito el año 1618, y patrona de Ecuador, junto a la Virgen del Quinche. Huérfana desde la niñez, fue virgen, y al no poder entrar en ningún monasterio, llevó en su casa una vida dedicada a la oración y el ayuno. El Martirologio Romano dice que “consagró su vida a Cristo en la Tercera Orden de San Francisco y empleó sus fuerzas en ayudar a los pobres indios y negros (1645)”. Es la primera santa ecuatoriana: fue canonizada por Pio XII en 1950.

El autorFrancisco Otamendi

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