Merece dar voz a una Iglesia mártir como es la Iglesia en África, sobre todo, en países como Nigeria y Mozambique. En casi todas las fiestas principales, donde los cristianos se reúnen para la celebración de los sagrados misterios, hay horrorosas matanzas. La situación está llegando a tal grado de exasperación que ya algunos sacerdotes están advirtiendo que muchos cristianos no pueden más y se verán obligados a defenderse con armas si continúan los ataques y las autoridades no responden con prontitud y justicia.
Una de las ultimas masacres ha tenido lugar en la aldea de Aondona, diócesis de Makurdi, en el centro de Nigeria. El vicario general de pastoral y director de comunicación de la diócesis ha declarado que, si el gobierno no actúa con urgencia, «llegará un momento en que los cristianos se verán obligados a tomar las armas».
Según un informe de la ONG católica Intersociety, del año 2023, al menos 52.250 cristianos nigerianos han sido asesinados en los últimos 14 años. Ya en un informe de 2021 de la Comisión estadounidense para la libertad religiosa en el mundo, Nigeria estaba considerada como un trágico campo de exterminio.
Violencia en África
Los cristianos son mayoría en el sur de Nigeria y los musulmanes en el norte. Cierto que, en la reciente historia del país, la violencia no ha sido unidireccional. Nigeria, uno de los países más poblados de África, ha conocido después de su independencia, un golpe de Estado y fueron asesinados políticos y militares musulmanes.
También el joven país ha conocido luchas tribales, donde se aliaron musulmanes y cristianos de una tribu contra cristianos y musulmanes de otra. Sin embargo, en la actualidad la violencia extrema y las masacres, según las noticias que llegan a Occidente, son unidireccionales.
Mozambique es otro de los países de África donde el auge de la violencia extrema contra los católicos está teniendo un impacto devastador en asesinatos de sacerdotes y fieles y en destrucción de iglesias.
Poco podemos hacer, a parte de rezar y ayudar económicamente a estas iglesias, pero es necesario, al menos, hacerlo saber para que el silencio no sea el aliado principal de los que asesinan impunemente a su prójimo por motivos de fe religiosa.