Las vacaciones, tiempo para escuchar

Un buen síntoma de haber vivido las vacaciones intensamente es tener ganas de volver a la cotidianidad en septiembre. Pero esto ocurre si aprovechamos el verano para enriquecernos.

2 de agosto de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos
Vacaciones

(Unsplash / Raphael Biscaldi)

Estamos acostumbrados a imaginarnos a Jesús contento mientras cumplimos con nuestro deber y, a lo mejor, mientras descansamos nos cuesta más. Nos falta imaginación. Sería bonito, estos días, aprender a descansar con el Señor, que ofrece alivio físico y espiritual a aquellos que están cansados y agobiados.

En verano se tira a la papelera la rutina, esa que, durante el año intentamos cumplir bien y  también la que, un día gris con frío nos hizo sentir encadenados. Vacaciones es sentir una paz interior desde donde escucho que no necesito tener todas las respuestas.

Tiempo para enriquecerse

Si tuviera que quedarme con una idea de lo que para mí son las vacaciones sería enriquecerme haciendo «otras cosas». Durante el año hago mucho de «taxista» pues he de llevar a mis tres hijos a actividades extraescolares, Michele juega al fútbol, Marina hace gimnasia artística y Mónica baile moderno. Al finalizar el curso, siento cierto alivio.

Si no fuera por las vacaciones me volvería loca. Las personas necesitamos descansar, cambiar de ambiente, hacer  cosas nuevas, ver otros lugares.

Hacer actividades sin mirar las manillas del reloj: leer un nuevo libro, releer otro que ya me leí,  el mar, un amigo, un helado, un plan improvisado, ir a un museo o al cine, jugar con mis hijos. Prestar atención a lo que se oye, todos sabemos que oír no es igual a escuchar. Puedo oír sin escuchar. Si dedico tiempo a escuchar a los demás comenzando por mi marido, hijos y parientes, y también dedicar tiempo a pensar, no habré perdido el tiempo. 

Un buen síntoma de que las he vivido intensamente es que, en septiembre, me apetece volver a la cotidianidad y mi vida me parece maravillosa. Sentir que tengo mucha suerte y que soy una privilegiada de la vida porque tengo gente que me quiere.

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