El prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, en un nuevo mensaje difundido este jueves, ha exhortado a los fieles a vivir la caridad cristiana de manera práctica y comprometida ante las múltiples pobrezas y sufrimientos del mundo actual.
“Cada día, de diversos modos, a todos nos llegan noticias sobre los sufrimientos de innumerables personas, producidos por las actuales guerras, injusticias, pobrezas y carestías en tantas partes del mundo” introduce.
Ante esta realidad, Ocáriz invita a meditar las palabras de san Josemaría Escrivá: «Un hombre o una sociedad que no reaccione ante las tribulaciones o las injusticias, y que no se esfuerce por aliviarlas, no son un hombre o una sociedad a la medida del amor del Corazón de Cristo… De otro modo, su cristianismo no será la Palabra y la Vida de Jesús: será un disfraz, un engaño de cara a Dios y de cara a los hombres (Es Cristo que pasa, n. 167)».
El prelado subraya que, aunque “ante la magnitud de los problemas del mundo, resulta natural sentir la propia impotencia para resolverlos”, el cristiano no puede permanecer indiferente. Recuerda que “la fe nos asegura que podemos ayudar mucho con la oración, que no conoce fronteras” y anima a descubrir que “todos –cada uno en su lugar– podemos hacer más de lo que pensamos”.
La pobreza
En su mensaje, Ocáriz cita también al Papa León XIV, quien en Dilexi te recuerda que “existen muchas formas de pobreza: aquella de los que no tienen medios de sustento material, la pobreza del que está marginado socialmente… la pobreza del que no tiene derechos, ni espacio, ni libertad”.
El prelado añade que la labor del Opus Dei busca contribuir a aliviar esas necesidades, evocando las palabras de san Josemaría: «Nuestra misión tiende a que haya cada vez menos ignorantes y menos indigentes, y a esto trataremos de contribuir en todas partes» (Carta 15, n. 193).
Agradece que “innumerables personas –también muchas del Opus Dei– desarrollan actividades asistenciales y formativas en ambientes especialmente necesitados de los cinco continentes”, e invita a todos a colaborar “con la oración, con el trabajo realizado con espíritu de servicio y con la ayuda material que nos es posible”.
Finalmente, Ocáriz recuerda que la caridad no es solo una obra social, sino una exigencia esencial del amor cristiano: «La caridad, el amor a las personas, [es] inseparable del amor a Dios». Y cita a san Agustín para concluir: «Piensa que tú, que aún no ves a Dios, merecerás contemplarlo si amas al prójimo, pues amando al prójimo purificas tu mirada para que tus ojos puedan contemplar a Dios» (Trat. Ev. S. Juan, 17, 7-9).




