Ecología integral

Leire Navaridas: “Aborté creyendo que era libertad, pero la herida aparece tarde o temprano”

Negar el dolor postaborto es negar la realidad de miles de mujeres que sufren en silencio, atrapadas entre la culpa y un sistema que llama libertad a su herida.

Teresa Aguado Peña·31 de octubre de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos
Leire Navaridas, Amasuve

Leire Navaridas ©Cortesía de la entrevistada

La experiencia de Leire Navaridas ilustra el trauma que supone un aborto. Comprendió que una mujer embarazada ya es madre, e inspirada por su propia experiencia y acompañamiento, hoy trabaja con AMASUVE, organización que apoya a mujeres y hombres afectados por las secuelas del aborto, reconociéndolo como un hecho traumático con consecuencias profundas en las personas y en sus relaciones, así como en la sociedad. Para Leire, el aborto nunca soluciona un problema, pero el amor incondicional hacia un hijo, incluso perdido, puede ser un motor capaz de reconstruir el desorden en la vida de una mujer. Leire hablará de ello en el XII Simposio San Josemaría, que se celebra bajo el lema «voces de esperanza» los días 14 y 15 de noviembre. Tras el actual debate del síndrome postaborto, Leire expone su punto de vista en esta entrevista.

Desde tu experiencia personal y desde AMASUVE, ¿Cómo definirías lo que viven muchas mujeres después de un aborto?

–Si comprendemos la realidad a un nivel profundo, porque la abordamos sin filtros ideológicos, considero que habría poco margen para debates. En el momento que comprendemos que la IVE es la Intervención Violenta de un Embarazo por la que se extrae sin vida al hijo o hija del útero de su madre gestante, ¿Cómo vamos a negar que es un hecho traumático?, ¿Qué madre no se va a sentir profundamente dañada después de perder un hijo así? En mi experiencia la respuesta es que todas nos sentimos traumatizadas. Otra cosa es cuándo y cómo se vaya a expresar ese trauma.

En mi caso, fui a abortar en 2008 como quien se va a depilar las inglés. Era proabortista y me había creído que la maternidad es la peor condena posible para una mujer que quiere ser libre, porque también me creí que el hombre es un depredador sexual del que no te puedes fiar. Y eso que el hombre que me dejó embarazada era mi marido. Una boda que realizamos por papeles, porque una “feminista” como yo, no podía caer en el romanticismo y casarse por amor y compromiso. 

Cuáles fueron los factores clave que influyeron en tu recuperación del síndrome postaborto y el proceso del aborto en general.

–Los pasos iniciales y fundamentales son dos. El primero, asumir la realidad de ser madre de dos hijos muertos -porque en mi caso, como consecuencia de la IVE, perdí de forma espontánea también al siguiente hijo-, lo segundo, conectarse al dolor que eso genera. Aquí lo más habitual es sentirse súper culpable porque las madres asumimos por completo la responsabilidad de esas muertes violentas. Sin comprender que nosotras también hemos sido víctimas de un sistema social, político, industrial y sanitario que justifica, niega y promueve dicha violencia. Porque lo visten y venden muy bien en concepto de derechos y libertad. Y las mujeres que estamos rotas por dentro, nos envenenamos fácil y rápidamente por esas ideologías que niegan y destruyen la biología.  

Tras la polémica sobre si existe o no el síndrome postaborto y todo lo que en política está aconteciendo en torno a este tema, ¿Cómo responde AMASUVE? 

–Negar el destrozo que supone un aborto provocado en la salud integral de la mujer me resulta una ofensa tan grande como si negaran que una mujer violada queda traumatizada. Negar el dolor de las mujeres, del que soy testigo tras 7 años de acompañamiento en el trauma postaborto, para reducirlo a un bulo de la ultraderecha o una invención de los movimientos provida es la señal de que al Gobierno de España y a sus Ministerios de Salud o Igualdad les importa mucho más mantener su posición política e ideológica que conocer verdaderamente la realidad profunda de una mujer embarazada abocada al aborto por manipulación o falta de recursos.

Si realmente les interesara promover la salud y la libertad de las mujeres, ofrecerían una información completa y transparente previo a derivarlas a una IVE y, por otro lado, invertirían los 34 millones que invierten en aborto en apoyo a la mujer embarazada en situación de vulnerabilidad. Porque es un engaño pensar que las mujeres van libres y empoderadas a un abortorio. Tan solo haría falta hablar con 10 mujeres que se han sometido a una IVE para entender que no hay libertad, por falta de información y de apoyos suficientes para no abortar cuando el embarazo supone una amenaza para la madre gestante. Solo a nivel físico cabe señalar que muchas mujeres en España se quedan estériles o sin la capacidad de traer más niños nacidos al mundo tras un aborto provocado realizado en una clínica.

El psiquiatra Juan Carlos Pascual afirma que la mayoría de mujeres que se someten a lo que él llama “interrupción voluntaria” del embarazo no presentan secuelas tras abortar. ¿Qué opinas?

–Se manipula la realidad con el lenguaje. Yo no puedo retomar el embarazo que “interrumpí voluntariamente” en 2008. La intervención violenta que nos arrebata un hijo sin vida es traumática y se acaba manifestando en el tiempo. En mi caso fueron años de creer que había sido una liberación y que no había herida. Tuve la suerte de no estar sangrando día tras día durante meses como es el caso de muchas mujeres tras una IVE y que no pueden negar el destrozo por mucho que quieran pasar página y enterrarlo en lo más profundo de su ser.

Luego está la realidad de que rara vez las mujeres lo tienen claro. Yo sí lo tuve. Pero si alguien se acercara a la sala de espera de un centro de abortos lo que se encontraría serían mujeres muy nerviosas, otras llorando, algunas desesperadas, otras coaccionadas por las parejas sexuales que les acompañan para asegurarse de que eso acaba sin hijo vivo, y otro tipo de ejemplos donde se ve de todo menos libertad, tranquilidad o seguridad en la mujer embarazada.

Y lo común, es que tarde o temprano, si no has tenido secuelas físicas, en algún momento lleguen las emocionales, como la culpa o la pena, o las psicológicas como pesadillas recurrentes, depresión o pensamientos suicidas. Lo veo cada día en las mujeres que acompaño. Otra cosa es que los psiquiatras no hilen que la mujer que les viene a urgencias con un ataque de ansiedad lo haga por un aborto provocado. Porque, por lo general, no registran estos datos en su ficha. Y la mujer, puede que tampoco lo asocie o simplemente le de mucha vergüenza contar que en algún momento de su vida se ha sometido a un aborto, o más. La media calculo que puede estar entre 1,5 – 3 abortos por mujer. 

¿Cómo se trata a alguien que abortó y no se siente mal? ¿Hay que «convencerla» de que sufrió un daño para que pueda sanar?

–En mi opinión, no podemos colocarnos de autoridad moral, ni terapéutica, frente a alguien que no quiere sanar. Ahora, si le podemos estimular y ofrecer una oportunidad para que pueda conectar con su dolor, que viene mucho antes del aborto. En este sentido, es muy importante comprender que el aborto no es el origen del malestar de una mujer, sino una consecuencia, es la gota que colma el vaso dentro de una trayectoria que no estaba bien. Tras un aborto provocado nos encontramos con mujeres abandonadas, abusadas o maltratadas. Por eso, una forma de abrir camino a sus heridas, es tratarla con mucho cariño, amor y respeto. Eso le puede impactar mucho más que colocarle una realidad que no es capaz de asumir ni afrontar.   

Cuando alguien cercano nos da la noticia de que ha abortado, ¿Cuál es el modus operandi?

–Como se acompañaría a cualquier madre en un tanatorio. Con mucho amor, mucho respeto, escuchándola, sirviéndola, acompañándola en su dolor. Dejándole sentir con unas palabras o, a veces, simplemente con una mirada que es amada y aceptada con todo lo que ha pasado. Sin juicio ni condescendencia. Desde ahí se puede establecer un vínculo afectivo y de confianza que le permita abrirse a lo que lleva en su corazón. Y a medida que va sacando el dolor, sumándole la comprensión de cuáles han sido los factores que le han abocado a someterse a un acto tan violento. Seguro que si abre su intimidad aparecen mucha soledad, vulnerabilidad, miedo, etc. 

A nivel terapéutico, y también estratégico, es importante no centrar el discurso ni la cuestión en torno al aborto, que eso al fin y al cabo es un hecho violento que ya pasó, y centrarse en la realidad del presente: estamos ante una madre a la que le han matado al hijo antes de nacer. Cuando en una situación así empatizas y conectas con el dolor que lleva dentro, es fácil que la madre se rompa a llorar y pueda comenzar, en un proceso que lleva tiempo y compromiso, a liberarse del dolor y la culpa. Recomendable derivarla a especialistas, que no hay muchos. AMASUVE es ahí un punto de referencia gratuito y disponible a nivel mundial.  

En el marco del simposio de san Josemaría, ¿Hay esperanza en la lucha contra el aborto?

Por supuesto. El ser humano, aunque muchos piensen lo contrario, de forma innata es llamado al amor. Anhela el amor y se conmueve por amor. Y todo acto de amor trae siempre sus frutos. Por eso que cualquier acto que reúna a personas atraídas por el impulso de promover un Bien Común es un acto que no solo da esperanza, sino que ya está construyendo un bien en el presente. Así sea unir, reforzar y motivar a los asistentes. Además de sacar el tema a la palestra.

¿Cómo podemos los cristianos (o no cristianos) “de a pie” aportar nuestro granito de arena para contribuir a “ganar la batalla”?

–Existe una forma muy accesible de contribuir a la causa: difundir los mensajes que transmiten conciencia, apoyo y motivación. Y muy necesario también y al alcance de cada adulto, ser ejemplo. Si yo como mujer disfruto de mi feminidad y mi maternidad podré influir a que mi hijo y los niños y niñas que me rodean tengan un referente de que ser mujer y madre es maravilloso. Nos hace brillar y disfrutar, siempre que tengamos un hombre colocado a nuestro lado apoyando nuestra creatividad.

Y si eres un hombre, entrégate a hacer felices a quienes te rodean, y así las niñas de tu entorno quedarán con un registro real, no de ficción, de que el hombre ama. Esto les permitirá cuando crezcan no entregar su sexualidad a un hombre que no les haga sentir igual de valoradas y especiales, porque sabrán que existe el hombre que respeta y ama a la mujer. Y si saben que son súper valiosas, no se conformarán con menos. Y el hombre que ama celebrará dejar a su mujer embarazada y eso dará lugar a una familia unida y feliz. Esto puede transformar la trayectoria humana. 

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