Evangelización

Santa Brígida de Suecia, copatrona de Europa

La santidad de santa Brígida hace de ella “una figura eminente en la historia de Europa”, dijo Benedicto XVI en 2010. “Proveniente de Escandinavia, testimonia que el cristianismo ha impregnado profundamente la vida de todos los pueblos de este continente”, añadió. San Juan Pablo II la declaró copatrona de Europa en 1999, junto a las santas Catalina de Siena y Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).

Francisco Otamendi·23 de julio de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos
Santa Brígida de Suecia.

Escultura de Santa Brígida en bronce, obra de Axel Wallenberg, en la entrada de la iglesia de Santa Brígida, Bromma, Estocolmo, Suecia (Bysmon, Wikimedia commons).

Benedicto XVI dedicó una Audiencia general en octubre de 2010 a santa Brígida de Suecia, copatrona de Europa, canonizada solemnemente por el Papa Bonifacio IX en 1391. En sus palabras, el entonces Papa se refirió a “la santidad de Brígida”, que “hace de ella una figura eminente en la historia de Europa. Proveniente de Escandinavia, santa Brígida testimonia que el cristianismo ha impregnado profundamente la vida de todos los pueblos de este continente”.

El Papa Benedicto XVI señaló que “al declararla copatrona de Europa, el Papa Juan Pablo II deseó que santa Brígida —que vivió en el siglo XIV, cuando la cristiandad occidental todavía no estaba herida por la división— interceda eficazmente ante Dios para obtener la gracia tan esperada de la unidad plena de todos los cristianos”.

“Por esta misma intención”, añadió, “tan importante para nosotros, y para que Europa sepa alimentarse siempre de sus raíces cristianas, queremos rezar, queridos hermanos y hermanas, invocando la poderosa intercesión de santa Brígida de Suecia, discípula fiel de Dios, copatrona de Europa”.

Matrimonio, “camino de santidad”

“Podemos distinguir dos períodos en la vida de esta santa. El primero se caracteriza por su condición de mujer felizmente casada”, manifestó Benedicto XVI. Su marido se llamaba Ulf y era gobernador de una importante provincia del reino de Suecia. “El matrimonio duró veintiocho años, hasta la muerte de Ulf. Nacieron ocho hijos, la segunda de los cuales, Karin (Catalina), es venerada como santa”. Esto revela, a juicio del Papa germano, un “compromiso educativo de Brígida respecto de sus hijos”. 

Este primer período de la vida de Brígida “nos ayuda a apreciar lo que hoy podríamos definir una auténtica ‘espiritualidad conyugal’: “los esposos cristianos pueden recorrer juntos un camino de santidad, sostenidos por la gracia del sacramento del Matrimonio”, señaló en la Audiencia. 

“Que el Espíritu del Señor suscite también hoy la santidad de los esposos cristianos», dijo el Papa, «para mostrar al mundo la belleza del matrimonio vivido según los valores del Evangelio: el amor, la ternura, la ayuda recíproca, la fecundidad en la generación y en la educación de los hijos, la apertura y la solidaridad hacia el mundo, la participación en la vida de la Iglesia”.

Las Revelaciones

Cuando Brígida se quedó viuda, comenzó el segundo período de su vida. Renunció a otras nupcias para intensificar la unión con el Señor a través de la oración, la penitencia y las obras de caridad, explicó Benedicto XVI. “También las viudas cristianas, por tanto, pueden encontrar en esta santa un modelo a seguir”.

“Brígida, tras la muerte de su marido, después de distribuir sus bienes a los pobres, aunque nunca accedió a la consagración religiosa, se estableció en el monasterio cisterciense de Alvastra. Allí comenzaron las Revelaciones divinas, que la acompañaron durante todo el resto de su vida”. Es conocida por sus mensajes a los Papas para que regresaran de Aviñón a Roma, como hizo santa Catalina de Siena. En 1391, el Papa Bonifacio IX la canonizó solemnemente. 

El autorFrancisco Otamendi

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