Actualidad

Música de adoración. La música y su belleza como canal para acercar a Dios

De muchos de nosotros es conocida la dimensión transcendente de la música. Su verdad y su belleza son cauces de encuentro que nos ayudan a elevar el alma a Dios, en una mirada que busca constantemente adentrarse en el “misterio” profundo y anhelante del Amor de Jesús.

El Amado produce amor·29 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nos decía el Papa Benedicto XVI: “El arte es capaz de expresar y hacer visible la necesidad del hombre de andar más allá de lo que se ve, manifiesta la sed y la búsqueda de lo infinito”. El Santo Padre señaló que“hay expresiones artísticas que ayudan a crecer en la relación con Dios, en la oración. Se trata de obras que nacen de la fe y expresan la fe” (audiencia general, 31-VIII- 2011). 

Tomando como referente sus palabras, expresar ese misterio de búsqueda y de fe con acordes es una tarea en la que estamos involucrados miles de músicos cristianos en todo el mundo y católicos en particular, también en España. Conlleva rendir el corazón y el talento a los pies de Jesús, y esto literalmente significa “colocarse en un segundo plano”. Esta es la ardua tarea del músico católico español; ya que el artista, en determinadas ocasiones, se apropia del lugar que le corresponde a Dios. No hay que escandalizarse, ni asustarse. Es normal y habitual verlo, si no hay un acompañamiento pastoral profundo para vivir un proceso de transfiguración del músico hacia el adorador. Se necesita la Gracia del Espíritu Santo y adorar a Jesús.

Música de adoración o “worship”

Dentro de la categoría de música cristiana contemporánea, se encuentra la música de adoración. A lo largo de las últimas décadas, la hemos visto desarrollarse en diferentes estilos, desde el clásico al pop, soul, balada, folk, rock, jazz, metal, harcdcore, o ligada a otros ritmos, bachata, salsa, rap, hip hop, reggae… Es principalmente música de adoración y alabanza con temática cristiana. No en vano, sus orígenes en la década de los 70 provienen de muchos músicos callejeros que se convirtieron al cristianismo y siguieron tocando su música después de su conversión, pero con letras de fe. Poco a poco esto fue popularizándose. 

Su esencia reside en que son canciones interpretadas por toda una comunidad orante. El artista y los músicos se colocan en segundo plano y se transforman en un canal del Espíritu Santo, donde toda la comunidad puede escuchar el verdadero pulmón que guía la adoración y la alabanza. 

En España, y en concreto aterrizando en la música cristiana católica contemporánea de adoración, vivimos un proceso similar. Desde hace muchos años, algunos católicos con una fuerte experiencia de Dios en sus vidas, o comunidades que se dejaron inspirar por el Espíritu Santo, empezamos a caminar en ese sentido. Hubo muchas puntas de lanza que abrieron camino. También descubrimos algunas resistencias, ya que los fieles en España están acostumbrados a la música como “acompañamiento”, pero no tanto a la música en su dimensión orante. Ha sido una tarea ardua y en algunos momentos muy árida. En las próximas líneas presentamos algunas de las tendencias de la música de adoración o alabanza en España. 

Algunos ejemplos actuales

Ligado a congregaciones religiosas encontramos como referente al grupo Ain Karen, relacionado con las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, una congregación religiosa de vida activa. 

Ain Karen surgió en 2000 con el objetivo de anunciar la Buena Noticia de Jesús a los más jóvenes. La seña de identidad de este proyecto ha sido y es “cantar la palabra” y ser una mediación para la oración. A su primer CD, llamado Descálzate le siguen ocho más. 

Unidos a la Familia espiritual del Instituto las Discípulas de Jesús, fundado por el beato Pedro Ruiz de los Paños, nacen Mariola Alcocer y D’ colores Band, un grupo de personas laicas comprometidas del sur de Alicante que aman al Señor. Todo surgió a raíz de grabar la canción Prueba de amor, que habla de su fundador. Este acontecimiento les vinculó y se acercaron más a conocer el carisma. Su trabajo Para ti son canciones de variados estilos, soul, blues, rock. Es habitual verlos en las adoraciones del grupo de evangelización Nightfever.

Entramos en otro ritmo, y desde el ámbito juvenil y encontramos a Hakuna. Se definen como “cristianos que juntos seguimos a Cristo, compartiendo un estilo de vida que aprendemos arrodillados ante Cristo Hostia. Nos expresamos habitualmente con música. Nuestra historia comienza en un viaje a la JMJ de Río de Janeiro, en julio de 2013, desde ahí se plantó la semilla de lo que hoy día es Hakuna Group Music”. Además de las Horas Santas en Madrid y otras ciudades tienen una variedad de propuestas espirituales.

En otro orden, desde los movimientos, destacamos la Renovación Carismática Católica, a la que está vinculado el predicador y adorador Marcelo Olima. La RCC ha sido definida como una corriente de gracia. Marcelo de origen argentino, trabaja como profesor de Religión. Insertado con su familia en su Parroquia de Berja, Almería, sirven al Señor por donde Él los lleva. Hace 25 años que predica y adora a Jesús por todo el mundo. Tiene publicados varios discos de alabanza.

Línea contemplativa

Desde el ámbito contemplativo, conoceremos a varias personas. Maite López, de origen navarro, nos cuenta. “Mi gran pasión y el centro de mi vida ha sido la fe. Vivo mi compromiso en la Iglesia ejerciendo mi profesión de comunicadora con artículos, reseñas, cursos y talleres”. Maite está vinculada a las Esclavas del Sagrado Corazón. Su música es muy apropiada para la adoración, y tiene a sus espaldas varios discos.

Especializado en música católica contemporánea española vive su fe desde el grupo Santo Rosario de su parroquia en Alpedrete, Madrid, Enrique Mejías, musicólogo, guitarrista y compositor que entrega su música en el ámbito de la adoración. Sus temas han nacido en la intimidad orante, inspirados en la Palabra de Dios y los santos. Me entrego todo a Ti es su CD de corte clásico.

En una línea contemplativa pero vinculado al sacerdocio, nos encontramos con un ministro de Dios desde la espiritualidad mercedaria. Fray Nacho se presenta así: “Puedo decirte que soy un sacerdote, fraile mercedario, que trabajo en la cárcel de Lleida como capellán y en la parroquia de Sant Pau de párroco. Canto desde que tengo conciencia. Un día descubrí que Dios me regaló la capacidad de hacer música, así que me puse a ello”. Sus canciones están llenas de poesía, sensibilidad, y fe. En su haber tiene varios CD.

Profundizando en la música de adoración contemplativa, casi mística, encontramos a una mujer con un itinerario de conversión amplio a raíz de sus viajes por India y Nepal. El encuentro con el director del Apostolado de Oración, en el bosque donde vivía retirada, será el puente a la espiritualidad franciscana, desde donde emprende “el viaje de regreso a casa”. En el monasterio de la Virgen del Espino, en Vivar del Cid, las hermanas (O.S.C.) la acompañarán en esta travesía. Es Beatriz Elamado, con varios CD, entre los que destaca Ve, Francisco, repara, un pendrive en forma de cruz de san Damián y la misión de El Candil de María acompañada espiritualmente por un ermitaño.

No queremos dejar de mencionar a algunos productores relevantes de este tipo de música. Es el caso del joven venezolano afincado en España Gerson Pérez, vinculado a la RCCE y encargado de los arreglos musicales de algunos cantantes desde su llegada (Mariana Valongo). En sus trabajos como productor se percibe que bebió de las fuentes de los hermanos evangélicos, pero tuvo una profunda conversión al catolicismo. Desde Zaragoza, despunta otro productor en el panorama nacional, el joven Pablo Solans. Compartimos su sentir: “Jesús me lo ha dado todo. Él es todo para mí. Me dio la voz y dos manos para su Gloria. No puedo hacer más que devolverle todo lo que me ha dado, acariciar su corazón, hacerle sonreír”.

El autorEl Amado produce amor

Libros

Lecciones espirituales de un viejo jardinero inglés

Lucas Buch te recomienda la lectura de Recuerdos de un jardinero inglés (Old Herbaceous).

Lucas Buch·29 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El título del libro en castellano engaña ligeramente. No estamos ante un libro de memorias (siquiera ficticias), sino ante una narración, escrita en tercera persona. La historia comienza cuando el Viejo Hierbas (así llaman los chicos del pueblo al protagonista del libro) es ya anciano. Recuerdos y reflexiones se van intercalando, en un tono a la vez tierno, casi ingenuo, y cargado de una sutil ironía, tan inglesa como el jardinero.

Libro

Título: Recuerdos de un jardinero inglés
Autor: Reginald Arkell
Editorial: Periférica
Páginas: 224

Aunque pueda parecer una obrita ligera, en realidad se adentra en algunos campos de gran hondura. En primer lugar, muestra un oficio de los que, como dice Higinio Marín, haríamos aunque tuviéramos que pagar por ello. En realidad, el Viejo Hierbas parecía condenado a ser campesino, como todos los jóvenes de su pueblo. Sin embargo, pronto sintió el atractivo de la jardinería. Siendo niño, el granjero con el que debía trabajar lo mandó a ayudar a su mujer con el jardín de la casa. Había que regar todo manualmente… “Después de haber acarreado cubos de agua hasta que ya casi no se tenía en pie, preguntó si podría volver a la tarde siguiente. 

—Bendito seas —dijo la esposa del granjero—, claro que puedes volver mañana.

Y cuando bendecía al muchacho por segunda vez en una tarde, lo decía de verdad. Le ofreció el penique de costumbre, si bien el pequeño jardinero lo rechazó. 

—Pero ¿por qué? —preguntó la asombrada mujer.

—Porque me gusta venir —respondió él.

Según su filosofía, trabajar implicaba hacer algo que no querías hacer, y lo único por lo que te pagaban era por trabajar” (pp. 49-50). De igual modo, al entrar a trabajar en el jardín de la señora Charteris (al que dedicará su vida entera) se encuentra con un problema. Cuando intenta continuar con su labor al terminar su jornada, ella se lo impide: “—No puedo tenerte trabajando día y noche. ¿Qué diría la gente? Me llamarían explotadora. Deberías estar divirtiéndote…

Por lo visto, ya estaban otra vez detrás de él. ¿Qué les importaba a ellos? ¿Por qué no lo dejaban en paz? No le hacía daño a nadie. ¿Por qué tenías que dejar de hacer algo que te gusta por el hecho de llamarse trabajo, y ponerte a hacer algo que no te gusta por el hecho de llamarse diversión?” (p. 80).

El libro es, pues, una aproximación “al trabajo gustoso” del que escribió hermosamente Juan Ramón Jiménez. No solo por dinero trabajan los hombres. La jardinería, como tantas otras profesiones vocacionales que requieren buenas dosis de iniciativa y creatividad, “atrae a la mente y al corazón más que al bolsillo” (p. 90). Como contrapartida, es una profesión que permite habitar el mundo en el sentido más noble del término, haciéndolo propio: “Mientras fue responsable del jardín que contemplaba, nunca se sintió como un trabajador que recibiera un salario. Sentía que era suyo y, en cierto modo, lo era” (p. 11).

Además de la dimensión subjetiva del trabajo, la vida del Viejo Hierbas nos descubre pequeños tesoros de aquella sabiduría doméstica (sentido común), que en el mundo cargado de prisa en que vivimos se hace a veces un poco más difícil de aprender. Como la necesidad de adaptarse a los ritmos de la realidad, que no siempre son los nuestros. Con fina ironía, escribe Arkell: “Nada más empezar tuvo que aprender la lección que aprende todo jardinero: las flores nunca salen todas al mismo tiempo. O llegas demasiado tarde o llegas demasiado pronto. Las flores que cultivas hoy nunca son tan bellas como las que cultivaste ayer y que volverás a cultivar mañana. El jardinero es un ser frustrado para el que las flores nunca brotan en el momento oportuno. En todo lo que lo rodea ve cambio y descomposición. Es todo muy triste, y cómo los jardineros consiguen salir adelante ante tales adversidades es una de esas cosas que nadie entenderá nunca”(p. 37). Un drama que se equilibra con tantas satisfacciones, pues “la jardinería puede ser la ocupación más exasperante del mundo, pero da tanto como exige, ni más ni menos” (p. 65).

Finalmente, la novela es interesante por la época —por el cambio de época— que describe. La vida del Viejo Hierbas recorre el paso del siglo XIX al XX, y es anciano después de la II Guerra Mundial. Vive, así, la transformación radical de un mundo. Desde la era victoriana, donde la tradición lo gobernaba todo y la novedad estaba casi prohibida, hasta un tiempo en que la autoridad de los mayores no vale nada. Y parece que se lleva siempre la peor parte, pues es joven en un tiempo en que los ancianos gobernaban todo (“así eran las cosas en aquellos días: los viejos se aferraban a sus lucrativos empleos hasta que los jóvenes tenían casi la edad de jubilarse”, p.97); y es anciano cuando la que no importa es la opinión de los mayores… ¿Cómo dejar de ser quien gobierna un jardín y sin embargo no perder un ápice de dignidad ni de autoridad? ¿Cómo pasar el relevo gozosamente, sin sentirse humillado? El modo en que el autor resuelve este pequeño dilema es mejor dejarlo en manos de los lectores que puedan estar interesados en el libro. Por evitar el spoiler.

El autorLucas Buch

Evangelización

Renovación parroquial: ¿Cuántos “alguien”…?

El autor reflexiona sobre el sentido evangelizador de las comunidades parroquiales. 

Juan Luis Rascón Ors·29 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

– ¿Cuántos niños hacen la primera comunión en tu parroquia? 

Esta suele ser una de las primeras preguntas que se le hacen a un cura al pedirle que hable de su parroquia. Parece que la respuesta nos dará la medida de la salud pastoral de la parroquia.

– ¡300!

– ¡Wow! ¡Qué buena parroquia!

– 5 o 6.

– Vaya… ¿y tenéis muchas bodas? ¿Cuántas familias acuden a Cáritas? ¿La gente del barrio es muy mayor?

¿Qué es lo que da la verdadera medida de la salud de una parroquia? ¿Cuáles serían las preguntas adecuadas? ¿Nos atrevemos a hacerlas?

La simple cifra de niños de primera comunión, o de bautizos o de confirmaciones o de bodas apenas sirve para cumplimentar los datos del Anuario Pontificio. Refleja el nivel de actividad, pero no la vitalidad ni la salud de una parroquia; a veces también nos puede servir de anestésico para no percibir la decadencia mientras estamos ocupados.

Por supuesto que es bueno tener 300 niños en primera comunión, y 1000 sería mejor. La cuestión es que lo que nos da la verdadera medida de la fortaleza de la Iglesia no es el número de asistentes o beneficiarios. 

El otro día hablaba con un amigo cura, y le decía que en mi parroquia, de los 80 niños que hay en catequesis, apenas 3 o 4 asisten regularmente a misa con sus familias. La mayoría de los padres, a pesar de las invitaciones que les hacemos, terminada la catequesis, en vez de entrar en misa recogen a sus niños y se van… a patinar, a pasear, a montar en bici, a alguna actividad organizada por el ayuntamiento… Este sacerdote amigo, que trabaja en un colegio, me decía:

– Es así, pero al menos habrán estado con nosotros unos años y recordarán que el sacerdote era un tío legal y muy simpático … ese es el impacto que dejaremos en sus vidas. 

Fui un poco malvado:

– Ya, pero el Señor no nos dijo: “id al mundo entero, sed simpáticos, caedle bien a todo el mundo y que os recuerden con cariño…”, sino que dijo: “Id al mundo entero, y haced discípulos…”.

Hacer discípulos. Esta es la clave. Todos los que hemos entregado nuestras vidas a Cristo para siempre, laicos y clérigos, casados y célibes, todos los que seguimos a Cristo y somos sus testigos hemos sido y somos discípulos. Nuestro seguimiento y compromiso no se basan en alguien que nos cayó bien; por supuesto que la gente simpática ayuda, pero lo que nos ha convertido en discípulos fue que alguien nos llevó a Cristo, alguien nos llevó a encontrarnos con Él cara a cara y nos enseñó a escucharle; alguien de quien recordamos su rostro y su nombre, alguien de quien nos fiamos y que fue nuestro mentor, nuestro maestro, nuestro padre en la fe; alguien con quien contábamos a cualquier hora del día; alguien que nos sostenía con su oración y que nos enseñó a rezar; alguien que fue un sacerdote, un laico, hombre, mujer; alguien que era un cristiano consciente de que por ser bautizado tenía una misión; alguien para quien el Señor esta el centro de su vida y de todas las áreas de su vida, alguien…

Quizá la pregunta adecuada que hay que hacer para medir la salud de una parroquia no es cuántos niños tiene en primera comunión, sino…: ¿cuántos de esos “alguien” hay en la parroquia?

Cultura

Ascensión.0: Una mirada del arte hacia la espiritualidad

El espacio O_Lumen acoge desde el 15 de enero de 2021 la exposición de la obra del escultor Pablo Redondo Díez - Odnoder con una mirada personal, diferente y estilizada del arte hacia la espiritualidad.

Maria José Atienza·29 de enero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La muestra, realizada por el escultor Pablo Redondo y que se puede visitar hasta el próximo 28 de febrero, en el espacio situado en la calle Claudio Coello 141 de Madrid se basa en la Ascensión como metáfora de la representación de los planos espiritual y terrenal del ser humano, y trasladada a la dimensión mística del arte.

Ascension.0 reúne piezas que recogen el concepto romántico de lo sublime, y que uniendo la energía espiritual y la narrativa artística consiguen producir en el espectador la sensación de infinito, de eternidad y de misterio ante la contemplación.

Un proyecto que refleja este retorno de lo espiritual en la esfera del arte actual, de un profundo proceso de resacralización de la experiencia estética, que concuerdan con los objetivos que los dominicos tienen con esta iniciativa.

El proyecto O_Lumen

O_Lumen es una iniciativa puesta en marcha por los dominicos a través de la que ofrecen actividades que favorezcan el encuentro de las artes con la fe cristiana y sus propuestas culturales. A través del arte, se pretende potenciar la dimensión social y humanizadora de las artes que promueva los derechos humanos, así como colaborar con artistas emergentes y dar a conocer expresiones artísticas vinculadas a la tradición cristiana y dominicana.

Todo ello centrado en el espacio O_LUMEN. Una sala de arte resultado de la rehabilitación integral de la iglesia de Santo Domingo El Real, obra del dominico Francisco Coello de Portugal y en la que se han respetado algunos de los elementos que le confieren al lugar su personalidad como un ámbito de expresión para la fe cristiana. 

Vaticano

La Santa Sede al Foro de Davos: «Debemos defender la dignidad de la persona humana»

El cardenal Turkson ha intervenido en el Foro Económico Mundial de Davos, que este año ha celebrado su primera reunión de manera virtual. 

David Fernández Alonso·29 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la primera reunión virtual del Foro Económico Mundial (World Economic Forum) que tradicionalmente se celebra en la localidad suiza de Davos, ha intervenido el cardenal Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Peter K. Turkson.

El foro económico de mayor prestigio

El Foro de Davos es una cita en la que los líderes políticos, empresariales y financieros de todo el mundo debaten sobre los problemas y las tendencias mundiales y hacen propuestas para enfrentarse a ellos. La prestigiosa reunión que convoca la fundación World Economic Forum, fundada por el economista y empresario alemán Klaus Schwab, se adapta también a las circunstancias de la pandemia. La reunión anual se celebrará este año en Singapur entre el 25 y el 28 de mayo, y esta semana ha tenido una antesala virtual en la que también ha participado el card. Turkson.

El Foro se ha planteado de un modo inusual, dando prácticamente por hecho que 2020 ha sido un año perdido para la economía mundial. El título Reconstruir el mundo tras la pandemia marca el hilo conductor que quiere seguir la asamblea.

Dos mundos

El card. Turkson se dirigió de modo presencial al Foro de Davos en el año 2018

En este contexto, el cardenal Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano ha asegurado que «hay un mundo que puede hacer que le lleven las compras a su casa, evitando el peligro de las aglomeraciones, y otro que, si quiere comer, debe procurarse la comida en persona en mercados donde no hay distancias predefinidas. Más sencillamente, hay un mundo que tiene una casa en la que tener a la familia segura y otro mundo que no tiene esta seguridad porque no tiene, o ya no tiene, un hogar digno de ese nombre y un trabajo para pagarlo«.

Turkson ha pedido «acceso para todos» en materia de la vacuna y de fármacos anticovid, especialmente para los países más pobres, como ya ha reclamado el Papa Francisco. «Estamos viendo cómo los gobiernos se centran sólo en su propia gente y luego en los demás«, señaló el cardenal, que respondió a una serie de preguntas.

Explorar terapias alternativas

«Varios países también tienen la capacidad de producir medicamentos y si la propiedad intelectual se flexibilizara podrían llevar la producción a nivel local» reduciendo el impacto del contagio. Ante las nuevas cepas del virus, señala el cardenal que, si se pudieran «explorar algunas terapias alternativas, esto podría ayudar a gestionar la emergencia y reducir las tasas de mortalidad«.

Por último, el card. Turkson ha insistido en la idea que lleva predicando Francisco desde antes de la pandemia: «Cuando hablamos de la dignidad de la persona humana, no podemos transigir y debemos defenderla«. «A un cierto punto«, concluye el cardenal, «tratamos de crear una plataforma con políticas económicas sociales» capaces de «cuidarse mutuamente, porque la familia humana es una única familia interconectada«. Y la práctica de la solidaridad, del «cuidado«, crea y difunde la «fraternidad humana«.

TribunaDaniel Arasa

Omnes et omnia

La palabra convergencia identifica algunas de las prioridades de Omnes, en su dimensión característica de reunir diversas plataformas. Pero también apunta a sus intenciones y objetivos. 

29 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Convergencia. Desde hace unas décadas, esta palabra se ha hecho habitual en las redacciones periodísticas, en las oficinas de comunicación corporativa, en las agencias de publicidad, en los departamentos de comunicación interna de las instituciones públicas, etc. Por convergencia se entiende la confluencia de los contenidos informativos gracias a las posibilidades de interacción que las tecnologías digitales ofrecen, integrando en una plataforma lenguajes y canales diversos como la voz, el vídeo, la gráfica, los datos, la realidad virtual y la realidad aumentada, entre otros.

Podríamos dedicar páginas enteras a defender y justificar la importancia o la conveniencia, en un mundo de confusión informativa, de la convergencia. Pocos son los argumentos contrarios y menos sus partidarios.

Aunque la convergencia tecnológica es ciertamente un instrumento positivo, esto no es suficiente. Importan, sobre todo, los contenidos, el mensaje, el qué converge.

Sí, ¡viva la convergencia!, pero… ¿para qué y para quién?

Sobre el para qué, ya mencionábamos que el volumen de información es tal, los canales son tantos, las fuentes tan dispares, los ritmos informativos tan intensos, que se hacen casi imprescindibles plataformas que unifiquen esa lluvia de contenidos, facilitando el orden, la jerarquización, la discriminación y, aún más importante, la propuesta de claves interpretativas ante el tsunami informativo.

El para quién está muy relacionado con el para qué. Los ritmos de vida, de trabajo, de movilidad se han acelerado exponencialmente. Probablemente eso no es coherente con la calidad de vida que, en mil modos distintos, se proponen alcanzar las sociedades contemporáneas. Pero esa discusión va más allá de estas líneas. Aquí partimos de una realidad: los ciudadanos, los lectores, y casi ninguno de nosotros, está en condiciones de seguir las múltiples fuentes informativas. Unificar, sin uniformar, es el único modo de facilitar un acceso inteligente y eficaz al flujo comunicativo. Una multiplataforma como Omnes es una buena noticia porque es un instrumento más en la tarea de facilitar a los lectores la tarea de desbrozar entre una variedad de fuentes, no siempre fiables.

Por sus condiciones técnicas, el nuevo portal Omnes es un instrumento ideal no solo para llegar a todos (omnes), sino para hablar de todo (omnia) con la mente abierta propia de los valores cristianos que inspira el proyecto. Ciertamente, no basta el nombre, sino que Omnes deberá demostrar en cada número de su revista, y en cada artículo de su portal esa mirada universal. Deberá ofrecer una información rigurosa y atractiva; crítica y constructiva; profunda y accesible; plural y respetuosa, pero firme en los valores no negociables. Obviamente, en este ideal in- formativo, la profesionalidad se presupone, pero de ello hay pocas dudas para quien conoce los antecedentes históricos de Omnes (revista Palabra) y de su equipo de redacción. Además, las nuevas incorporaciones profesionales son otra garantía de ello. Y si todo esto (convergencia, mentalidad, valores firmes, profesionalidad) vale para el ámbito de la información generalista, más vale aún en el ámbito de la información religiosa que toca cuestiones cruciales para la vida de millones de creyentes como son la fe, la práctica religiosa, el diálogo interreligioso, las tendencias sociales y culturales, o la vida de las instituciones y personalidades de la Iglesia.

Sin embargo, más allá de la convergencia digital o tecnológica, creo que importa otro tipo de convergencia que yo llamaría eclesial (que no eclesiástica). Por favor, no me

confundan con un promotor del pensamiento único: en esto estoy con el santo de Hipona: “in necesariis unitas, in dubiis libertas, in ómnibus caritas” (en lo esencial unidad, en lo dudoso libertad, en todo caridad o amor).

En un momento de notables divisiones en la Iglesia católica, particularmente evidente en el ámbito de las redes sociales, todo lo que suponga ofrecer dialogo y visiones ponderadas llega como agua de mayo. En Omnes se hablará —supongo— de todo, también de lo que no va en la Iglesia, pero siempre de un modo constructivo, propositivo o proactivo. No se trata de negar la realidad de los hechos, los escándalos, o las luchas de poder, sino de poner esas realidades en contexto y darles sentido, para comprender que las vicisitudes humanas de la Iglesia forman parte de la Providencia divina.

Esperamos que Omnes tenga como misión tender puentes que unan o al menos permitan el diálogo entre riberas opuestas y distantes. Que ayude a desbrozar lo importante de lo accidental, de lo momentáneo; a transmitir serenidad y, al mismo tiempo, sacudir las conciencias para que los católicos, junto con el resto de sus conciudadanos, contribuyan a la mejora de la sociedad. Soy de los que piensan que el mejor modo de lograr esa contribución positiva es formar las inteligencias y trasformar los corazones, y veo en Omnes un medio eficaz para ello. Seguramente no es ni será el único, pero va en esa dirección.

Auguro que Omnes se convierta, y sea desde el inicio, ese punto de encuentro que se propone. Al lector, usuario o colaborador deseo una buena experiencia.

El autorDaniel Arasa

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Vaticano

Los procesos de nulidad matrimonial y el bien de la familia

El 29 de enero, el Papa Francisco pronunció el tradicional Discurso a la Rota Romana con motivo de la inauguración del Año Judicial de este tribunal. El Santo Padre ha querido seguir en la línea del discurso pasado, referido a la necesidad de que la fe ilumine la unión conyugal y cómo la falta de aquella puede afectar el matrimonio.

Ricardo Bazán·29 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 29 de enero, el Papa Francisco pronunció el tradicional Discurso a la Rota Romana con motivo de la inauguración del Año Judicial de este tribunal. En esta ocasión el Santo Padre ha querido seguir en la línea del discurso pasado, referido a la necesidad de que la fe ilumine la unión conyugal y cómo la falta de aquella puede afectar el matrimonio; así como resaltar los aspectos fundamentales de la unión conyugal, los cuales no se limitan a los esposos, sino también a los hijos.

Los procesos de nulidad

Antes de seguir este comentario, convendría tener un poco de contexto, pues el Papa se refiere al trabajo judicial que ejercen los jueces, auditores, abogados y colaboradores de ese tribunal, el cual tiene como una de sus principales funciones conocer los procesos de declaración de nulidad matrimonial de toda la Iglesia, concretamente, como tribunal de apelación. 

Con motivo de los dos sínodos de obispos sobre la familia, uno extraordinario (octubre de 2014) y otro ordinario (octubre de 2015), Francisco acogió algunas de las sugerencias de los padres sinodales, entre ellas «la necesidad de hacer más accesibles y ágiles, posiblemente totalmente gratuitos, los procedimientos para el reconocimiento de los casos de nulidad». Así, el 8 de diciembre de 2015 entró en vigor el motu proprio “Mitis Iudex Dominus Iesus”, sobre los procesos de declaración de nulidad matrimonial para la Iglesia latina. Así mismo, fruto de ambos sínodos tenemos la Exhortación Apostólica “Amoris Letitia”. 

El bien de la familia

En ese sentido, el Papa anima a los jueces a tener en cuenta que el bonum familiae (bien de la familia) no puede ser contenido en un capítulo o causal de nulidad, sino que va más allá, pues el bien de la familia «es siempre y en todo caso el fruto bendito de la alianza conyugal; no puede extinguirse in toto por la declaración de nulidad, porque el ser familia no puede considerarse un bien suspendido, en cuanto es fruto del plan divino, al menos para la prole generada».

Así pues, se plantea el problema: ¿qué sucede con los hijos de un matrimonio que ha sido declarado nulo (es decir, que nunca existió)? ¿Qué hacer cuando uno de los cónyuges no acepta la sentencia que declara nulo el matrimonio? Incluso antes de que haya sentencia, nos podemos encontrar con situaciones matrimoniales en las cuales un cónyuge es abandonado por el otro que establece una nueva relación sentimental: «¿cómo explicar a los hijos que —por ejemplo— su madre, abandonada por el padre y a menudo no dispuesta a establecer otro vínculo matrimonial, recibe la eucaristía dominical con ellos, mientras que el padre, conviviente o a la espera de la declaración de nulidad del matrimonio, no puede participar en la mesa eucarística?».

Distinguir lo jurídico de lo pastoral

El Papa Francisco plantea situaciones reales, duras y muy difíciles de resolver. Se debe distinguir la parte jurídica y la parte pastoral, sin que por ello los jueces deban desentenderse de las consecuencias que originará la sentencia que declara nulo un matrimonio. Para eso se menciona a Amoris Letitia, que en el n. 241 presenta algunos criterios a tener en cuenta, de los cuales resalta el cuidado de la parte más débil, como puede ser el cónyuge maltratado, abandonado o los hijos pequeños; mientras que en el n. 242 se aconseja que «un discernimiento particular es indispensable para acompañar pastoralmente a los separados, los divorciados, los abandonados. Hay que acoger y valorar especialmente el dolor de quienes han sufrido injustamente la separación, el divorcio o el abandono, o bien, se han visto obligados a romper la convivencia por los maltratos del cónyuge». 

Es decir, el problema no termina con la sentencia, sino que tocará ahora acompañar a esas personas que se ven más afectadas. Por eso, Francisco se dirige también a los obispos y a sus colaboradores instándoles a ir en la misma línea: «Es más urgente que nunca que los colaboradores del obispo, en particular el vicario judicial, los agentes de la pastoral familiar y especialmente los párrocos, se esfuercen por ejercer esa diaconía de protección, cuidado y acompañamiento del cónyuge abandonado y eventualmente de los hijos que sufren las decisiones, por justas y legítimas que sean, de nulidad matrimonial».

Gratuidad y brevedad

Finalmente, se ha querido reforzar dos ideas presentes en la reforma de Papa Francisco de los procesos de declaración de nulidad matrimonial: la gratuidad de los procesos y el proceso más breve frente al obispo.

De una parte, señala que cuando una demanda cumple todos los requisitos prescritos por la norma y deba ser conocida por el proceso más breve, esto se debe hacer y no evitar porque iría en desmedro económico de los abogados o del tribunal; más aun, el obispo es y debe actuar como juez de ese proceso, el cual consiste en un proceso extraordinario y para unas causales que son evidentes y de rápida prueba.

En el proemio del m.p. “Mitis Iudex Dominus Iesus”, el Papa Francisco deja clara su preocupación de que los fieles puedan conocer la situación real de su matrimonio a través de procesos más ágiles y accesibles, dejando a salvo el principio de indisolubilidad del matrimonio, el derecho de apelación de la sentencia de nulidad, así como la necesidad de la certeza moral del juez para declarar nulo un matrimonio.

Sin embargo, parece que esta reforma aun no termina y el Santo Padre ve necesario aclarar algunos puntos y, sobre todo, no perder de vista la pastoralidad con la que todos —obispos, sacerdotes, jueces, colaboradores, etc.— deben actuar cuando estamos delante del sacramento del matrimonio y de la familia.

Los amigos del Cielo

29 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

“El mensaje que navega en internet y las redes llega en el presente, pero permanecerá para el futuro iluminando la vida de personas que quizá no han nacido todavía”. Con estas palabras, llenas de fe en el futuro y en los profesionales de la información, animaba Mons. D. Juan del Río el proyecto de Omnes, que conoció de primera mano el pasado octubre.

Por eso, cuando, casi al tiempo que veía la luz el portal de información religiosa, recibíamos la noticia de su marcha al Cielo, el equipo de Omnes recordaba esas palabras, que se recogieron también en la revista impresa del pasado octubre y puedes leer aquí.

Omnes nace con un amigo más en el cielo y, en este caso, se trata de alguien que conoció de primera mano las aspiraciones, los retos y también los problemas con los que se encuentra, irremisiblemente, un proyecto de estas características.

Este extraño periodo que nos ha tocado vivir nos está colocando, frente a frente, con la vida y con la muerte, con la futilidad y la eternidad, con lo efímero y lo perdurable. Por ello, al releer las líneas que encabezan este artículo, cualquiera de quienes nos dedicamos al noble y peligroso oficio de informar hemos de tener en cuenta qué luz queremos dejar para esas personas futuras que, aunque sea por casualidad, llegarán a conocer nuestras palabras. Si lo hacen, ojalá que estás iluminen el camino hacia quien es el Verbo.

Ser corredentores con Cristo a través de nuestro trabajo que son las palabras. Hacer posible que, como recogía el Papa Francisco en su Mensaje para la Jornada de las Comunicaciones Sociales del pasado año,“por obra del Espíritu Santo cada historia, incluso la más olvidada, incluso la que parece estar escrita con los renglones más torcidos, puede volverse inspirada, puede renacer como una obra maestra, convirtiéndose en un apéndice del Evangelio”. Una tarea para todos los comunicadores pero, más evidente si como en el caso de Omnes, su objeto es, precisamente, la información ligada a la Iglesia y a la vida de los católicos en la actualidad.

En la última carta pastoral de Mons. Del Río, en la que glosaba la Fratelli Tutti, se dirigía a los militares pidiéndoles ser puente y no trinchera, a través del “cultivo de la amabilidad”, que “facilita la búsqueda de consensos, abre caminos y evita la voladura de los puentes de entendimiento. Hay personas que lo hacen y se convierten en luz en medio de la oscuridad”. En una época donde la información -también en muchos casos la información religiosa- se ha convertido en un campo de batalla, estas palabras se convierten, como poco, en una guía preclara de nuestro cometido profesional y personal.

Con don Juan en el Cielo emprendemos este largo y, ojalá fructífero, camino, que esperamos que sea también nuestra vía de santidad.

Hace poco escuchaba que “la felicidad son los amigos del Cielo” y es verdad. La vida de un cristiano, la de todos, está encaminada al amor sin límites, a la verdadera ‘caritas’, el amor en esencia, divino, del que participan quienes gozan ya de la presencia sin tiempo.

La realidad es que el Cielo se nos está llenando de tantos amigos que no podemos permitirnos el lujo de no poner todos los medios, humanos y divinos, para llegar allí.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Educación

¿Cómo queda la clase de Religión en la LOMLOE?

A pesar del rechazo social, la LOMLOE o Ley Celaá, ha sido aprobada en el Congreso de los Diputados. Ahora hay que ver cómo queda la clase de Religión dentro del nuevo marco normativo. 

Javier Segura·28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Finalmente la LOMLOE,  a pesar del rechazo social que ha cosechado, ha sido aprobada en el Congreso de los Diputados. Nos enfrentamos ahora el trámite de su aplicación. Un tiempo tan importante o más como el de la propia aprobación de la ley.

Pero yendo paso a paso lo primero que tenemos que hacer es ver cómo ha quedado la asignatura de la Religión en este nuevo marco legal que ha creado la LOMLOE. En realidad es un marco que ya nos es conocido, pues es prácticamente la misma situación que vivimos en la LOE.

Resumiendo se podrían indicar los siguientes aspectos:

  1. La asignatura de Religión no tendrá asignatura espejo. Es una larga batalla todavía sin resolver. A lo largo de estos años de democracia se han dado diversas soluciones para atender a aquellos alumnos que no escogían la asignatura de Religión. Estos alumnos han estudiado en las diversas leyes educativas Ética, Estudio de las Religiones, Valores… Pero en otras ocasiones lo que se ha hecho es que los alumnos que no cursen Religión no tengan ninguna asignatura de contenido curricular. En el caso de la LOMLOE ha primado la línea de que ‘no se puede obligar a unos alumnos a cursar una asignatura por el derecho de otros a tenerla’ y el Gobierno ha optado por dejar a la asignatura de Religión sin una asignatura espejo. Estos alumnos deberán recibir la correspondiente atención educativa que habrá de ser regulada por cada comunidad autonómica.
  • La asignatura de Religión será evaluable, pero su nota no contará para media cuando los expedientes entren en concurrencia. En la práctica esto tiene sus principales consecuencias en Bachillerato, que es donde principalmente entran en concurrencia con otras asignaturas y haría variar el expediente. El hecho de que su nota no cuente para la media del título y en el acceso a la universidad condiciona en gran medida la elección  de la asignatura. Los alumnos en Bachillerato centran sus esfuerzos en conseguir  las mejores notas para el acceso a los estudios superiores. En estas condiciones los alumnos difícilmente cursarán una asignatura que les va a suponer un esfuerzo extra y que no valdrá para mejorar la media, y optarán por otras que sí lo hagan.
  • Se propone un estudio del hecho religioso no confesional. No se especifica si será como posible alternativa a la clase de Religión confesional, o si se hará como una asignatura obligatoria para todos los alumnos en algún curso, o si será optativa en alguno de los niveles, o incluso si se incluirá dentro de otras áreas. Habrá que esperar al desarrollo de los Reales Decretos y a su aplicación por las Consejerías de Educación de las Autonomías para ver en qué se concreta esta posibilidad.

Como decíamos al principio un planteamiento muy parecido al que ya vivimos en la LOE, con sus mismos defectos e inconvenientes. Como siempre el mejor activo que tenemos en estos casos es la profesionalidad y buen hacer de los profesores que sabrán motivar al alumnado a pesar de las trabas que pone la Administración.

Para concluir señalamos el calendario de implantación de la LOMLOE, que tendrá lugar a partir del curso 2022-2023. Ese curso entrará en vigor su normativa y su currículo en los cursos 1º, 3º y 5º de Educación Primaria; 1º y 3º de Secundaria Obligatoria; y 1º de Bachillerato. En el curso 2023-24 se completará la implantación del nuevo marco curricular de la LOMLOE.

Así pues en este curso 2020-2021 y el siguiente 2021-2022,  aunque entren en vigor algunas cuestiones organizativas de la LOMLOE, no cambiarán los currículos ni la situación actual regulada por la LOMCE. Estos dos cursos serán precisamente el tiempo para la creación de los nuevos currículos de las distintas asignaturas.

También en este próximo año se confeccionará el nuevo currículo de la asignatura de Religión. Pero, como decían Michael Ende en La Historia Interminable, esa es otra historia que deberá ser contada en otro momento.

Foto: Ben Mullins/unsplash

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¿Qué vamos a hacer en Omnes? Periodismo

Omnes nace con el propósito de continuar con la senda iniciada hace más de cinco décadas: hacer periodismo. Con la mejor competencia profesional que podamos, como siempre. Con noticias, con razones y argumentos, con esperanza, con diálogo.

28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

De manera similar a las felicitaciones que es tradición enviar a los padres tras el nacimiento de un hijo, la aparición de un nuevo medio de comunicación suele ser saludada también con enhorabuenas. El acontecimiento refuerza el derecho de los ciudadanos “a la libertad de opinión y de expresión”, recogido en la Declaración universal de Derechos Humanos, y en nuestra Constitución.

El nacimiento de este portal digital de información religiosa y cultural, Omnes, y su versión impresa, es una grata noticia. Como ha explicado su director, “marca un momento ilusionante, el primer paso de un gran proyecto…, y asume a la vez la estupenda trayectoria de la revista Palabra”, que en su versión impresa continúa su numeración.

Los medios de comunicación mundiales en los últimos años están marcados por el fenómeno digital. Los históricos diarios se reconvierten, sin abandonar el papel, al que tantos somos adictos. Pero la realidad es que la red se ha convertido prácticamente en un gran foro, con múlttiples plataformas, en el que cada persona es al mismo tiempo emisor y receptor de información, fake news incluidas.

Estos días he visto The Post, un film en el que New York Times y Washington Post pelean por la exclusiva y la lucha ante el poder en torno a un informe del Pentágono sobre la guerra de Vietnam que, como suele suceder, el poder quería silenciar.

Hay gente que pregunta: ¿qué vais a hacer en Omnes? Pues periodismo. Con la mejor competencia profesional que podamos, como siempre. Con noticias, con razones y argumentos, con esperanza, con diálogo. Hablaréis del Papa… Claro. No se puede entender la información religiosa sin el Vicario de Cristo.

Recuerdo a este propósito el Credo, y su explicación en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. Puntos 147 a 193, sobre la Iglesia católica. El 182 define la misión del Papa. Luego se refiere a los obispos, la vida consagrada, los laicos… El Espíritu sopla donde quiere…Les prometo hablar pronto sobre influencers. Todos podemos serlo en la apasionante tarea de construir la civilización del amor.

Una píldora final, sobre el poder. El 19 de marzo de 2013, en la Misa de inicio de su pontificado, decía el Papa Francisco: “Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31- 46). Sólo el que sirve con amor sabe custodiar”.

El autorRafael Miner

Periodista y escritor. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Ha dirigido y colaborado en medios especializados en economía, política, sociedad y religión. Es premio de periodismo Ángel Herrera Oria 2020.

Cine

Muerte en Salisbury

El 4 de marzo de 2018 Serguéi Skripal, un exoficial militar ruso y agente doble de los servicios de inteligencia del Reino Unido, y su hija, Yulia Skripal, fueron envenenados en la ciudad de Salisbury, Inglaterra, con un agente nervioso Novichok

Jaime Sebastián·28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Título original: The Salisbury Poisonings 

Año: 2020

Duración: 4 episodios de 45 min.

País: Reino Unido

Dirección: Saul Dibb

En Wikipedia podemos encontrar estas dos entradas: 1) envenenamiento de Serguéi y Yulia Skripal, y 2) envenenamientos de Amesbury de 2018. En ellas se recogen los hechos que la serie Muerte en Salisbury(The Salisbury Poisonings) desarrolla de un modo bastante fidedigno.

El 4 de marzo de 2018 Serguéi Skripal, un exoficial militar ruso y agente doble de los servicios de inteligencia del Reino Unido, y su hija, Yulia Skripal, fueron envenenados en la ciudad de Salisbury, Inglaterra, con un agente nervioso Novichok. Al hablar de Novichok nos referimos a una familia de agentes nerviosos que se desarrollaron en la Unión Soviética en los años 1970 y 1980. Algunas fuentes los califican como los más mortales que jamás se hayan hecho.

Ahora que vivimos la pandemia del COVID estamos muy sensibilizados en las cuestiones de salud pública. Esta serie de la BBC nos acerca a lo que pudo ser una catástrofe sanitaria y por suerte, no fue.

Los guionistas han realizado una exhaustiva labor de documentación y de entrevistas para contar la historia. Esta arranca en un banco de un parque de Salisbury, donde fueron encontrados inconscientes Serguéi y Yulia. Parecía una sobredosis de droga, caso que la policía encontraba con frecuencia, pero los análisis revelaron que no había rastro de estupefacientes.

La serie sigue la historia de un modo cronológico y la articula desde la investigación policial. Una figura clave es la directora de salud pública de Wiltshire, Tracy Daszkiewicz. Tiene que gestionar la respuesta a una crisis sanitaria que nadie podía esperar. Desde nuestra situación actual es fácil empatizar con ella.

Otro personaje que recorre toda la serie es el policía que acudió a la casa de los afectados y que también se contagió. Tanto ella como los demás personajes clave están retratados en el contexto de su historia familiar. La mujer del policía tiene que hacer frente a la situación con dos hijas pequeñas.

Pero quizá el personaje más interesante es Dawn Sturgess, una madre de familia de clase obrera que lucha contra sus adicciones. Ella se infecta de un modo accidental. En cierta manera la serie es un homenaje a la historia de este personaje, una historia olvidada en el horizonte de un conflicto geopolítico que todo esto ocasionó.

Los actores (MyAnna Buring, Anne-Marie Duff y Rafe Spall) interpretan el papel a la perfección.

Aunque la historia pueda ser conocida, la serie resulta entretenida y el ritmo no decae. Al final de la serie aparecen imágenes reales de los protagonistas de la historia. Los actores resultan más “guapos”, pero para eso está el cine.

El autorJaime Sebastián

Cine

Cómo se hacen las grandes series

Jaime Sebastián·28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Cuando vemos un anuncio de coches nos damos cuenta de las estrategias del marketing. Nos suelen hablar de estilos de vida, de diseño acabado, comodidad, en definitiva, imagen. Son aspectos importantes pero de algún modo periféricos, no esenciales. Por muy bonito que sea un coche, si no hay un buen motor y una buena mecánica, acabará fracasando.

Neil Landau, en este libro, es como el que nos habla de un coche pero abriendo el capó. Nos enseña el motor y la mecánica de las series. Solemos quedarnos muchas veces en los actores, música, fotografía, etc, pero el autor va al motor de la serie, el guión y su desarrollo. No le falta experiencia. Muchos años dedicado a ser productor y guionista, además de impartir clases en la universidad de UCLA. Ha sido consultor ejecutivo de guiones para Sony Pictures Television y Columbia Pictures.

Entre sus películas animadas se encuentran Las Aventuras de Tadeo Jones, que le valió el Premio «Goya» de la Academia de España al Mejor Guion Adaptado, Tadeo Jones y el Secreto del Rey Midas (actualmente trabaja en la tercera parte de la saga), Atrapa la bandera, para Paramount, y Sheep & Wolves para Wizart Animation. Escribió el best-seller 101 cosas que aprendí en la escuela de cine, que fue el primer libro patrocinado por la Asociación Nacional de Ejecutivos de Programas de Televisión (NATPE).

El autorJaime Sebastián

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La comunidad evangelizadora y provocativa

28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Nuestra sociedad nos exige ser eficientes. Entonces, al escuchar la llamada evangélica a dar mucho fruto, pensamos que se trata de ser productivos. Y confundimos la vida comunitaria con el trabajo en equipo, esperando alcanzar un funcionamiento impecable. Luego, cuando los resultados no son los esperados, nos acecha el desánimo.

Sin embargo, Jesús nos ha venido a hablar de otro tema, de su vida en la Trinidad, una comunidad de amor. Es importante ser eficaces, pero sin olvidar que la clave está en tratarnos con afecto. La comunidad se construye con lazos personales, estableciendo vínculos, en definitiva, cultivando la comunión.

“Mirad cómo se aman” es la consigna del Evangelio para que el mundo crea. La primera comunidad cristiana gozaba de la simpatía del pueblo, por eso resultaba tan atractiva. Claro que había milagros y era fundamental la predicación del kerigma, pero seguramente la gente se sentía interpelada al ver cómo se relacionaban.

Todos tenemos miedo a la soledad. Un miedo que, en el fondo, expresa la nostalgia que sentimos de Dios, nuestro Padre, el único que calma nuestra sed de afecto. La comunidad es un bálsamo para esta inquietud interior. El afecto infinito de Dios por cada uno de nosotros se encarna en los rostros concretos de nuestra comunidad cercana. A través del trato franco de los hermanos, muchas veces inscrito en los pequeños detalles, nos sentimos amados por Dios, pero, sobre todo, capaces de amar y responder a nuestra vocación. En ocasiones, obsesionados por la imagen, por ser eficientes y productivos, nos olvidamos de lo importante: del amor.

La Iglesia nos ofrece muchas oportunidades para vivir comunitariamente: la familia, la parroquia, la escuela, la comunidad religiosa, el grupo de apostolado o el equipo comprometido en una acción social. Es importante dar mucho fruto, que el grupo funcione, pero esto se nos dará por añadidura. Necesitamos compartir la vida con personas que nos hagan sentir amados, respetados, valorados y cuidados. Y, a su vez, para convertirnos de verdad y librarnos de las ataduras de nuestros egoísmos, no podemos estar solos haciendo esfuerzos en vano. Claro está que no todo es idílico. En la convivencia vamos tomando consciencia de nuestros límites. Las relaciones son un reto constante que nos hace salir de nuestras preocupaciones para abrirnos a los problemas de los demás. Son, en definitiva, un espacio de conversión.

A veces la comunidad es como el desierto donde Jesús fue conducido por el Espíritu para ser tentado. En efecto, se producen roces. Los cristianos no estamos a salvo de las murmuraciones, los juicios y los chascarrillos. Son el veneno de la vida comunitaria. Escandalizados, podemos replegarnos y pensar que solos estamos mejor. Pero sin los otros poco podemos hacer. La comunidad es la escuela donde el Señor nos enseña a amar.

La vida cristiana nos exige el examen de consciencia, la plena transparencia, para no engañarnos. La vida comunitaria también, pero la recompensa es enorme. Participamos, a pesar de nuestros defectos y debilidades, de la vida de la Trinidad. Somos un eco de la eternidad, aún sin ser perfectos.

Entonces tenemos ganas de estar juntos, de celebrar nuestras alegrías, de apoyarnos en nuestras penas, de compartir lo que tenemos y lo que somos. Y la gente percibe algo especial. Llama la atención. Quieren participar en esta fiesta que es la fe. Entonces, la comunidad se convierte en algo provocativo, en un auténtico agente evangelizador porque vive el Evangelio y lo transmite.

El autorAntoni Vadell

Obispo Auxiliar de Barcelona y Vicario General. En su ministerio sacerdotal ha combinado la labor parroquial con la pastoral catequética y educativa. En la Conferencia Episcopal Tarraconense es Presidente del Secretariado Interdiocesano de Catequesis, y en la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Episcopal de Evangelización, Catequesis y Catecumenado.

La muerte no es el final

28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

En los días en los que estaba prevista la asamblea anual de delegados de medios de comunicación de toda España, pospuesta a causa del recrudecimiento de la pandemia, nos llegó la triste noticia del fallecimiento del arzobispo castrense y presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Juan del Río.

La información sobre su ingreso hospitalario a causa del coronavirus nos había llegado unos días antes de la fiesta del patrón de los periodistas, San Francisco de Sales, y todos los que compartimos esta doble vocación por la comunicación y el Evangelio pudimos rezar por él en las distintas eucaristías convocadas por este motivo en las diferentes diócesis.

En los días grandes de la comunicación eclesial en España, se nos fue uno de los más grandes de la comunicación católica. Toda su vida como sacerdote, 46 años, la dedicó a esta difícil misión pastoral. Los que fuimos testigos de primera mano de su celo apostólico y periodístico no tenemos dudas: era un apasionado del Evangelio y del uso de los medios de comunicación para transmitirlo.

En una entrevista durante el confinamiento para el programa Últimas Preguntas de TVE, afirmaba que, aunque en este tiempo de pandemia los hombres y mujeres de la comunicación tengamos que narrar situaciones de dolor y de enfermedad, es necesario que salgamos a «narrar verdaderas historias de milagros, de esperanza, de buena noticia que en medio de la pandemia se están dando».

Mientras escribo este, mi primer artículo en esta nueva apuesta comunicativa que es Omnes, no puedo dejar de dar vueltas a esa frase profética. Y es que, junto a la historia de enfermedad y dolor que nos toca contar por la muerte de Mons. Del Río, no tenemos más remedio que alegrarnos también por la buena noticia, llena de esperanza, del relanzamiento de un medio de comunicación en el que se narrarán todos esos milagros cotidianos que también suceden a nuestro alrededor en tiempos del Covid.

En aquella misma entrevista, el arzobispo hablaba de la importancia que tiene la comunicación para que la sociedad «siga creciendo en libertad y en verdad porque, si no, quedamos dominados por una cultura de la mentira».

Y es que nadie puede considerarse informado a través solo de lo que le llega por los grupos de Whatsapp, donde cunden los bulos y las fake news. La apuesta por medios de comunicación profesionales y comprometidos con la verdad es la única forma de protegernos del virus de la desinformación que tanto daña nuestras relaciones. Por eso, este nuevo medio es tan buena noticia.

Aquí se narrarán relatos de alegría y llanto, de victorias y derrotas frente al virus, de muerte y resurrección… La historia de Dios entremezclada en la vida particular de todos y cada uno de los hombres. Hoy la muerte no es el final, como canta el himno a los caídos de las Fuerzas Armadas, sino el principio de la historia. Gracias, D. Juan, por impulsarnos a contar buenas noticias y por haber sido Buena Noticia para todos.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Firmas invitadasMons. Luis Ángel de las Heras, CMF.

La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido

En el 25 aniversario de la Jornada mundial de la Vida Consagrada, Mons. Luis Ángel de las Heras recuerda que quienes abrazan este estilo de vida siguen y deben seguir siendo parábola profética de gracia.

28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 2 de febrero de 1997 se celebró la primera Jornada mundial de la Vida Consagrada que instituyó san Juan Pablo II con el fin de “ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos”. Igualmente, el Papa quiso que la Jornada fuera una ocasión propicia para que los consagrados renovaran los propósitos y reavivaran los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor.

Objetivos

San Juan Pablo II fijó tres objetivos. El primero, alabar y dar gracias al Señor por el gran don de la vida consagrada que enriquece y alegra la comunidad cristiana con carismas y frutos de vidas entregadas a la causa del reino. El segundo, promover en el pueblo de Dios el conocimiento y la estima de la vida consagrada. Y el tercero, invitar a las personas consagradas a celebrar juntas las maravillas que el Señor realiza en ellas.

El 2 de febrero de 2021 conmemoramos el XXV aniversario de esta jornada. Para celebrar estas bodas de plata, el lema elegido en España recoge los acontecimientos actuales y las llamadas evangélicas del papa Francisco: “La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”.

Este lema es uno de los nombres proféticos de la vida consagrada en estos momentos de la historia. Con los mismos problemas, esperanzas y desafíos que el resto de los miembros del pueblo de Dios y de nuestra sociedad, la vida consagrada sigue y debe seguir siendo parábola profética de gracia.

Portadores de la Luz

Rechazando cualquier perspectiva derrotista, los consagrados, revestidos de Jesucristo,  son portadores de Su luz, tal y como afirmó Benedicto XVI pocos días antes de su renuncia: “No os unáis a los profetas de desventuras que proclaman el final o el sinsentido de la vida consagrada en la Iglesia de nuestros días; más bien revestíos de Jesucristo y portad las armas de la luz —como exhorta san Pablo (cf. Rm 13,11-14)—, permaneciendo despiertos y vigilantes”. Unas palabras que citó el Papa Francisco en su Carta Apostólica con ocasión del Año de la Vida Consagrada (2014). 

Las personas consagradas van siendo menos y mayores, pero siempre impregnadas del amor de Dios y del Evangelio de Jesús, testigos y profetas de la alegría y la esperanza que brotan del encuentro con el Señor. Unidas entre sí, con Él en el centro, son capaces de navegar hacia otras orillas donde se las necesita. Su vida y su misión las consagra para realizar un proyecto singular que implica ir, ver y habitar donde Cristo pone el centro, es decir, en las periferias, porque el Reino de Dios tiene por capital las orillas de este mundo.

Durante la pandemia

Algunas de esas orillas han sido, en los últimos meses, la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias. En las periferias del dolor, la precariedad, la depresión, la incertidumbre y la muerte, las personas consagradas se han comprometido fraternalmente, mostrándose expertas en evangelio y humanidad, sobre todo con los más vulnerables. 

Su parábola de fraternidad en un mundo herido ha brillado como una luz de sosiego y esperanza en esta situación de emergencia humanitaria. En las residencias de ancianos donde el virus ha hecho mella; en los hospitales junto a los profesionales de la salud, o como parte de ellos; conviviendo con menores sin familia, personas con adicción, discapacidad o enfermedades psíquicas; acogiendo a personas sin hogar y a víctimas de malos tratos, de prostitución y de trata humana; respondiendo a los desafíos de la educación; acompañando y consolando en la soledad; acudiendo a cualquier región de necesidad; orando con esperanza.

Como hemos dicho los obispos de la CEVC en el mensaje para la XXV Jornada del 2 de febrero, la entraña parabólica de los consagrados se convierte en aceite y vino para las heridas del mundo, vendaje y hogar de la salud de Dios. Demos gracias a Dios por ellos y con ellos, tejedores de lazos samaritanos hacia dentro y hacia fuera, seguidores cercanos de Jesucristo, Buen Samaritano.

El autorMons. Luis Ángel de las Heras, CMF.

Obispo de León y  presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada.

España

Fallece Mons. Juan del Río, Arzobispo castrense

El Arzobispo Castrense de España y presidente de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales, ha fallecido esta mañana, sobre las 11 horas en el Hospital Central de la Defensa “Gómez Ulla” como consecuencia de las afecciones provocadas por el coronavirus COVID-19

Maria José Atienza·28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Arzobispo castrense había ingresado el pasado jueves en el Gómez Ulla y desde entonces su estado se ha agravado hasta el fatal desenlace producido en el día de hoy, según informa el Arzobispado castrense. Desde esta institución han agradecido además al personal sanitario sus desvelos y profesionalidad en el cuidado del prelado.

Los capellanes castrenses, los equipos de gobierno del Arzobispado y del Seminario “San Juan Pablo II”, los seminaristas y el personal de la Curia se unen a la familia en estos momentos de dolor y elevan sus oraciones por el eterno descanso de quien fue su pastor.

Hace pocas semanas, se dirigía al equipo y lectores de Omnes con ocasión del lanzamiento del nuevo proyecto informativo.

Biografía de Mons. Juan del Río

D. Juan del Río Martín nació en Ayamonte (Huelva), el 14 de octubre de 1947. Estudió Bachillerato en el Instituto Laboral de su ciudad natal, y Filosofía y Teología en el Seminario Metropolitano y Centro de Estudios Teológicos de Sevilla (1973). Graduado Social por la Universidad de Granada (1975) era Bachiller, Licenciado y Doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma 1979-1984).

Ordenado sacerdote el 2 de febrero de 1974 en Pilas (Sevilla), durante su largo ministerio desempeñó, entre otros, los siguientes cargos.

Formador y profesor del Seminario Menor de Pilas (1974-79). Párroco de Sta. María la Mayor de Pilas (1976-79). Vicerrector del Seminario Mayor Metropolitano de Sevilla (1984-87). Profesor de Teología del Centro de Estudios Teológicos de Sevilla y Director Espiritual de la Hermandad de los Estudiantes (1984-2000). Profesor de Religión en el Instituto de Bachillerato «Ramón Carande» de Sevilla (1984-87). Párroco de Nuestra Señora de Valme y Beato Marcelo Spínola de Dos Hermanas (1987). Delegado Diocesano de Pastoral Universitaria (1987-2000). Director del Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla, y Director de la Oficina de Información de los Obispos del Sur de España (1988-2000). Profesor del Instituto de Liturgia «San Isidoro» de Sevilla (1993-2000). Profesor de Teología de la Universidad de Sevilla (1994-2000). Secretario del Consejo Presbiteral de la Diócesis de Sevilla (1995-2000).

Nombrado Obispo de Asidonia-Jerez el 29 de junio de 2000, fue ordenado en la Catedral de Jerez de la Frontera el 23 de septiembre. El 30 de junio de 2008, recibió el nombramiento de Arzobispo Castrense de España y Administrador Apostólico de Asidonia-Jerez. Tomó posesión como Arzobispo Castrense el 27 de septiembre de 2008. El 22 de abril de 2009 fue nombrado miembro del Comité Ejecutivo de la CEE y el 1 de junio de 2009 del Consejo Central de los Ordinarios Militares..

Mundo

La tierra de Abraham, el Irak que desea visitar el Papa

El viaje apostólico a Irak, tierra de fe milenaria ligada a la memoria de Abraham, profeta de cristianos, musulmanes y judíos, bañada mil veces en sangre y dolor, ha sido deseado fervientemente por el Papa. 

Rafael Miner·28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 8 minutos

La expresión de Jesús, “Sois todos hermanos”, extraída de un versículo del Evangelio de san Mateo (Mt 23, 8), fue elegida como lema oficial de la visita del Papa Francisco a Irak, programada del 5 al 8 de marzo. Estas palabras de Jesús, escritas en árabe, enmarcan el logo de la visita, dado a conocer por el Patriarcado caldeo en Bagdad a mediados de enero, y reflejan el sustrato de fondo de la visita papal.

En el logo, sobre fondo blanco, aparece la foto del Papa saludando, junto al dibujo del del mapa de Irak, atravesado por los ríos Tigris y Éufrates. La imagen de una palmera y una paloma blanca junto a las banderas de la República de Irak y del Vaticano, que lleva la rama de olivo, símbolo de la paz, completan el simbolismo del logo, que se refiere intencionalmente al título de la última encíclica del Papa Francisco, “Hermanos todos” (Fratelli tutti).

En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de este año, el Santo Padre Francisco recordó que “2020 fue un año difícil para todos, especialmente debido a las repercusiones de la pandemia y los conflictos”,y más adelante mencionó expresamente a Irak: “En este día les pido que recen para que la paz llegue a los corazones de los hombres en Irak, en Medio Oriente y en todo el mundo, y los muros del odio y la violencia caigan para siempre”.

Con ocasión de este mensaje, el Patriarca católico caldeo de Bagdad y presidente de la Conferencia Episcopal Iraquí, cardenal Louis Raphael Sako, pidió expresamente: “Oren por el éxito de la visita del Papa Francisco a nuestro país, para que en ella Irak pueda encontrar la fuerza necesaria para ser una nación nueva, distinta a la que era antes”, y para que “los muros del odio y la violencia caigan para siempre”.

Además, el Patriarca caldeo, en un mensaje dirigido “a los cristianos y a todos los Iraquíes”, había manifestado el deseo de que la anunciada visita apostólica del Papa Francisco a Irak sea para los iraquíes bautizados y para todo Oriente Medio una oportunidad providencial para hacer una “peregrinación” de conversión y un “retorno a nuestras primeras fuentes”, y anunciar con más entusiasmo la salvación prometida en el Evangelio, en beneficio de todos, informó la agencia Fides.

“Padre en la fe” por autonomasia

Al explicar el contexto de este viaje apostólico, algunos observadores recuerdan que san Juan Pablo II deseó visitar Irak en diciembre de 1999. La visita a Ur de los Caldeos iba a ser la primera etapa de su peregrinación jubilar para el año 2000. Pero no pudo efectuarse, porque el presidente Saddam Hussein decidió posponerlo. “Conscientes de su vínculo inseparable con el antiguo pueblo de la Alianza, los cristianos reconocen en Abraham al ‘padre en la fe’ por antonomasia, y se alegran de imitar su ejemplo, siguiendo sus huellas”, manifestó san Juan Pablo II en la audiencia general del 16 de febrero de 2000. Tras realizar algunas consideraciones, añadió: “En nombre de toda la Iglesia, habría que-rido ir a orar y reflexionar a Ur de los caldeos, el lugar desde donde Abraham se puso en camino. Puesto que no me ha sido posible, quiero realizar, al menos espiritualmente, una peregrinación semejante”. Y la realizó unas sema-nas más tarde, en marzo, durante una celebración especial en la sala Pablo VI, donde se revivieron los momentos más importantes de la experiencia de fe de Abraham.

Alentar a la comunidad cristiana

Veinte años más tarde, visitar la tierra de Abraham es uno de los principales motivos del viaje del Papa Francisco, quizá el más remoto y de fondo, mirando a toda la cristiandad. Entre los más cercanos, se encuentra sin duda alentar a la comunidad cristiana.

Como es bien sabido, “en los últimos años los cristianos y los yazidis, especialmente de la Llanura de Nínive y Mosul y de los pueblos y ciudades vecinas, han sido desplazados por la fuerza hacia diversos países del mundo a raíz de los actos terroristas llevados a cabo por ISIS (también llamado Daesh) en ese momento”, explica el P. Rif ’at Bader, director del Centro Católico de Estudios y Medios de Comunicación (CCSM).

En consecuencia, “el Papa Francisco viene a Irak en primer lugar para alentar a la comunidad cristiana en Irak que ha resistido las turbulencias políticas que tuvieron lugar incluyendo guerras extranjeras o luchas internas. Todavía hay una brillante y gloriosa presencia cristiana a pesar de la dramática disminución de los números”. “Alentar a los que se mantienen firmes en la tierra de sus antepasados a pesar de los sucesivos desastres” –añade el P. Bader–, “especialmente durante su visita programada a la ciudad de Erbil, donde actualmente hay un buen número de personas desplazadas por la fuerza desde Mosul y los pueblos de la llanura de Nínive. Su Santidad también visitará Mosul y el municipio de Qaraqosh para seguir alentando a los desplazados por la fuerza que viven en el extranjero a que si es posible regresen a la tierra de sus antepasados y abuelos”.

En Irak, antes de 2003, año del conflicto que llevó a la caída de Sadam Hussein, el número de cristianos oscilaba entre 1,3 y 1,4 millones de personas. Luego, entre 2014 y 2017, la guerra y la ocupación por el Daesh de la Llanura de Nínive redujeron esa cifra hasta el entorno de las 400.000 personas. Ahora, el presidente Barham Sali ha subrayado el valor de los cristianos y su papel.

En la misma línea se encuentra el primer ministro, Mustafá Al-Kazemi, que ha invitado a los cristianos que huyeron de Irak a causa de la violencia a volver para contribuir a la reconstrucción.

Un gesto ante los desafíos

Sin embargo, la construcción de la paz, la seguridad y la estabilidad siguen abiertas. Prueba de ello es el atentado en Bagdad que dejó recientemente al menos 32 muertos y más de cien heridos. Por otra parte, la crisis económica y el desempleo, que afectan a más de 1,5 millones de desplazados internos, están poniendo a prueba los proyectos de desarrollo.

La pandemia del Covid-19, que está siendo también un obstáculo para la visita, hasta el punto de hacer dudar al mismo Papa, ha dejado miles de víctimas. “El Papa Francisco es un hombre abierto, un buscador de paz y de fraternidad. Todos en Irak, cristianos y musulmanes, lo estiman por su sencillez y cercanía”, declaró el Patriarca Louis Raphael Sako en la agencia SIR hace un año. “Sus palabras tocan los corazones de todos porque son las de un pastor. Es un hombre que puede traer paz. Muchos millones de musulmanes siguieron la visita del Pontífice a Abu Dhabi. Será así también en Irak”. No cabe duda de que el viaje representa un gesto de cercanía a toda la población iraquí.

El Papa expresó ya su intención de visitar Irak el 10 de junio de 2019, durante una audiencia con los participantes en la reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales. “Un pensamiento insistente me acompaña pensando en Irak”, decía, “para que pueda mirar adelante a través de la pacífica y compartida participación en la construcción del bien común de todos los componentes también religiosos de la sociedad y recaiga en tensiones que provienen de los jamás aplacados conflictos de las potencias regionales”.

Esta visita, que no pudo realizarse en 2020, pareció concretarse más cuando el 25 de enero del año pasado, el Papa Francisco recibió al presidente Barham Salih en el Vaticano, que se reunió también con el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin y con monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario de Relaciones con los Estados de la Santa Sede. En el encuentro abordaron, entre otras cuestiones, desafíos como “fomentar la estabilidad y el proceso de reconstrucción, alentando el camino del diálogo y la búsqueda de soluciones adecuadas a favor de los ciudadanos y en el respeto a la soberanía nacional”, señaló una nota de la Oficina de Prensa vaticana.

En Mosul, Ur de los caldeos…

Mons. Basilio Yaldo, obispo auxiliar de Bagdad y coordinador general para la visita en Irak, ha manifestado a Asia News que “la visita del Papa es la confi rmación de que el país goza de una mayor estabilidad, gracias tam-bién al trabajo realizado por el actual primer ministro Mustafá al-Kadhimi y el presidente Barham Salih, que ha sido fundamental para mejorar muchas situaciones críticas del pasado”. En sus palabras ha destacado, de modo particular, la gran atención que ha mostrado el Jefe de Estado por el Papa Francisco, confirmada por las “dos visitas oficiales” realizadas en poco más de un año. “La visita del Papa era un sueño para nosotros y el papel de coordinador es una gran responsabilidad para mí”, continúa Mons. Yaldo.

Esta noticia, “transmite coraje a todo el pueblo Iraquí, no sólo a los cristianos, y es un signo de profunda solidaridad, de paz y de fraternidad para toda la nación”. En cuanto a los musulmanes, subraya que, “si eso fuera posible, están más felices que nosotros… Todo el país está feliz. Hace tiempo que los lí-deres musulmanes me estaban preguntando cuándo vendría el Papa, y por fin ha llegado el momento. Somos un rebaño pequeño, pero de gran valor”.

Respecto al programa de la visita, todavía incompleto al escribir estas líneas, el prelado destaca “el deseo de ir a Mosul, que durante mucho tiempo fue el bastión del Estado Islámico y el lugar donde se consumaron las peores barbaries de la locura yihadista”. “El Papa quiere ir a Mosul y rezar por las víctimas del ISIS, y por toda la violencia que ha ocurrido en ese lugar”. Pero “el corazón” del viaje, añade Mons. Yaldo, “será la visita a Ur de los caldeos, porque para nosotros, cristianos, musulmanes y judíos, Abraham es el profeta de todas las religiones. Representa el signo de la unidad para todos los que habitamos esta tierra, para los que vivimos en Irak. Ver la casa de Abraham será un símbolo muy fuerte de unidad para todas las religiones que lo comparten”.

El programa preliminar incluye, asimismo, la visita a Qaraqosh. En septiembre de 2019, esta revista informaba de que las imágenes de la ciudad tras el paso del Daesh eran “espeluznantes. Casas bombardeadas, destruidas, quemadas. Templos cristianos arrasados. Sus habitantes huyeron como pudieron, dejando atrás todo. Sobre todo a Erbil, capital del Kurdistán iraquí, y a las ciudades colindantes”.

Qaraqosh era la mayor ciudad de la zona denominada Llanura de Nínive. De mayoría cristiana, albergaba a 50.000 habitantes, y fue literalmente destruida. Hace año y medio, hogares, escuelas y templos comenzaban lenta-mente a reconstruirse, en buena parte gracias a la acción coordinada de las principales iglesias cristianas locales, con la colaboración de la campaña Ayúdales a volver puesta en marcha por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). Ahora, muchas familias quieren volver, quieren dejar de ser refugiados y recuperar sus vidas, sus trabajos, sus hogares, su dignidad. Pero es preciso recuperar la confianza.

Confianza, fraternidad

La visita del Papa será “una inyección de ánimo” para reconstruir la confianza, ha escrito en L’Osservatore Romano el cardenal Fernando Filoni, actual gran maestre de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro y anterior pre-fecto del dicasterio para la Evangelización de los Pueblos, que ahora preside el cardenal Luis Antonio Tagle. En su artículo, el cardenal Filoni define a Irak como tierra “bisagra” entre Oriente Medio y el Asia centro-occidental; y asegura que “el Papa Francisco llevará consigo una novedad. La posibilidad de una convivencia fundada en esa fraternidad que quiso firmar en Abu Dhabi el 4 de febrero de 2019. No es secun-dario que esto suceda después de ese evento y que aporte esos principios de coexistencia que la tierra de Abrahán, el Irak de hoy, necesita absolutamente”.

En efecto, durante su visita a Emiratos Árabes Unidos, el Papa firmó con el Imán de la Universidad de Al-Azhar el “Documento sobre la fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia”. Dos meses después, estuvo en Marruecos y firmó un llamamiento con el Rey alauita sobre Jerusalén. ¿Verá la luz un nuevo documento en Mesopotamia?, se preguntan algunos observadores, mientras otros señalan directamente a la encíclica Fratelli tutti, fechada en Asís el 3 de octubre del año pasado, víspera de la fiesta del Poverello.

Documentos

Carta Apostólica Spiritus Domini

Carta apostólica en forma de «motu proprio» Spiritus Domini del Sumo Pontífice Francisco sobre la modificación del can. 230 § 1 del Código de Derecho Canónico acerca del acceso de las personas de sexo femenino al ministerio instituido del Lectorado y del Acolitado. 

David Fernández Alonso·28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Espíritu del Señor Jesús, fuente perenne de la vida y misión de la Iglesia, distribuye a los miembros del Pueblo de Dios los dones que permiten a cada uno, de manera diferente, contribuir a la edificación de la Iglesia y al anuncio del Evangelio. Estos carismas, llamados ministerios por ser reconocidos públicamente e instituidos por la Iglesia, se ponen a disposición de la comunidad y su misión de forma estable.

En algunos casos esta contribución ministerial tiene su origen en un sacramento específico, el Orden Sagrado. Otras tareas, a lo largo de la historia, han sido instituidas en la Iglesia y confiadas a través de un rito litúrgico no sacramental a los los fieles, en virtud de una forma peculiar de ejercicio del sacerdocio bautismal, y en ayuda del ministerio específico de los obispos, sacerdotes y diáconos.

Siguiendo una venerable tradición, la recepción de los «ministerios laicales», que san Pablo VI reguló en el Motu Proprio Ministeria quaedam (17 de agosto de 1972), precedía como preparación a la recepción del Sacramento del Orden, aunque tales ministerios se conferían a otros fieles idóneos de sexo masculino.

Algunas asambleas del Sínodo de los Obispos han evidenciado la necesidad de profundizar doctrinalmente en el tema, para que responda a la naturaleza de dichos carismas y a las necesidades de los tiempos, y ofrezca un apoyo oportuno al papel de la evangelización que atañe a la comunidad eclesial.

Aceptando estas recomendaciones, se ha llegado en los últimos años a una elaboración doctrinal que ha puesto de relieve cómo determinados ministerios instituidos por la Iglesia tengan como fundamento la condición común de ser bautizados y el sacerdocio real recibido en el sacramento del Bautismo; éstos son esencialmente distintos del ministerio ordenado recibido en el sacramento del Orden. En efecto, una práctica consolidada en la Iglesia latina ha confirmado también que estos ministerios laicos, al estar basados en el sacramento del Bautismo, pueden ser confiados a todos los fieles idóneos, sean de sexo masculino o femenino, según lo que ya está previsto implícitamente en el canon 230 § 2.

En consecuencia, después de haber escuchado el parecer de los Dicasterios competentes, he decidido proceder a la modificación del canon 230 § 1 del Código de Derecho Canónico. Por lo tanto, decreto que el canón 230 § 1 del Código de Derecho Canónico tenga en el futuro la siguiente redacción:

«Los laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia».

Dispongo también la modificación de los otros elementos, con fuerza de ley, que se refieren a este canon.

Lo deliberado por esta Carta Apostólica en forma de Motu Proprio, ordeno que tenga vigencia firme y estable, no obstante cualquier cosa contraria, aunque sea digna de mención especial, y que se promulgue mediante su publicación en L’Osservatore Romano, entrando en vigor el mismo día, y luego se publique en el comentario oficial de las Acta Apostolicae Sedis.

Dado en Roma, en San Pedro, el 10 de enero del año 2021, fiesta del Bautismo del Señor, octavo de mi pontificado.

Francisco

Libros

El matrimonio cristiano: una gran esperanza

José Miguel Granados te recomienda el libro "Great expectations", una de las mejores novelas de Charles Dickens.

José Miguel Granados·28 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Great Expectations”Grandes esperanzas, una de las mejores novelas de Dickens, narra la historia de un muchacho que pierde la inocencia en su intento presuntuoso de escapar de su baja condición social. El tema central es la distinción entre las verdaderas y las falsas promesas, que generan, correlativamente, esperanzas auténticas o sucedáneas

El jovencito Pip, sobrino de un honrado y sencillo herrero de pueblo, se deja arrastrar -confundido por una serie de situaciones, que interpreta de modo equivocado- por la vana ensoñación de llegar a ser un caballero (“gentleman”), alguien importante en la escala social. Le induce a ello la atractiva y cruel Estela, cuya extravagante tía, despechada y enloquecida por el abandono de su novio en el día de la boda, mantiene la mesa mugrienta del festín intacta, viste desde entonces el ajado traje de novia, y expira rencor vengativo hacia los hombres. 

great expectations

Durante su vida acomodada en Londres, el joven pretencioso vive frívolamente, renegando de sus humildes orígenes y avergonzándose de sus seres queridos. Con el tiempo, Pip descubrirá la identidad de su misterioso benefactor: un convicto a quien ayudó siendo niño, que lo trata como a un hijo, pero por quien el joven siente ahora profunda repugnancia. Sin embargo, superando el desagrado inicial, será capaz de corresponder a su amor desinteresado, ayudándole en su necesidad. Es entonces cuando aflora lo mejor del corazón de Pip. 

Al regresar al pueblo, arruinado y humillado, Pip encuentra la acogida compasiva de su tío, y decide reemprender una nueva existencia, basándose ahora en el sentido auténtico de la vida, descubierto tras su profunda equivocación. Y lo mismo le ocurrirá a Estela, cuya falsa percepción de la vida le llevó también a un gran desengaño, al contraer matrimonio con un maltratador. 

Tras mucho sufrimiento, causado por la consecución de las falsas expectativas, ambos jóvenes descubren cuáles son las promesas valiosas que ofrecen la esperanza que no defrauda y orientarán sus vidas según las opciones adecuadas, conforme a la bondad y el amor al prójimo.

Por fin, el protagonista -transformado por la dolorosa purificación, que le ha hecho sabio- llega a afirmar: “El sufrimiento ha sido más fuerte que todas las demás enseñanzas, y me ha enseñado a entender cómo era tu corazón. He sido doblado, quebrado, pero me he convertido -eso espero- en una mejor persona”.

Todos los anhelos del corazón humano contienen una promesa que genera esperanza. La atracción recíproca de la masculinidad y la feminidad -el eros- constituye el deseo de engendrar en la belleza (Platón). El significado esponsalicio del cuerpo humano (Juan Pablo II), establecido por el Creador, contiene el don y la vocación de construir una comunión interpersonal de amor hermoso y fecundo entre un hombre y una mujer. El sacramento del matrimonio cristiano lleva a plenitud el proyecto originario, superando la fractura del pecado con la fuerza de la gracia. 

Las interpretaciones reductivas y falsas, propugnadas por algunas ideologías de moda, rebajan el fin de la noble atracción originaria a la mera física y química de placer egoísta y utilitario, o a la idolatría romántica de una suerte de pirotecnia de emociones fugaces. El resultado inevitable es la frustración y el vacío existencial, la división y la confrontación que arruina a las personas y a las sociedades. 

Urge recuperar el sentido genuino del amor humano de entrega, inscrito por el Creador en la gramática de la afectividad (Benedicto XVI): un amor generoso y fiel, formado en la forja de las virtudes humanas y cristianas; un amor que da vida y construye hogares cálidos, constituidos en cuna y escuela de la vida humana; un amor auténtico e íntegro, que regenera las civilizaciones conforme al designio de Dios. 

Esta es la apasionante misión de los matrimonios cristianos, enviados como buena nueva para el mundo: recuperar la alegría del amor (Francisco) que la Iglesia, familia de familias, ha de ofrecer hoy a una cultura desorientada. Serán los matrimonios audaces y santos quienes traigan a nuestra sociedad la gran esperanza cristiana del amor familiar que todos sueñan.

El autorJosé Miguel Granados

Universidad de San Dámaso

América Latina

Mons. Celestino Aós: «Es momento de construir una América Latina más solidaria»

Omnes entrevista a Mons. Celestino Aós, arzobispo de Santiago de Chile, creado cardenal por el Papa Francisco en el último consistorio. Responde a preguntas sobre temas de actualidad de Chile y de América Latina.

Pablo Aguilera·27 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

Celestino Aós, nacido en Navarra (España) en 1945, ingresó al noviciado de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos a los dieciocho años de edad. En 1968 fue ordenado sacerdote. En 1980-1981 hizo unos estudios de psicología en la Universidad Católica de Chile y regresó a su país natal. En 1983 vuelve a Chile, donde vive hasta ahora. Ha ejercido variados trabajos pastorales en distintas ciudades. Se encontraba trabajando en una parroquia atendida por su Orden religiosa, en la Diócesis de Santa María de los Ángeles, cuando sorpresivamente el 2014 fue nombrado Obispo de Copiapó, en el norte del país.

En marzo de 2019 el Papa lo nombró Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Santiago de Chile. Nueve meses después es nombrado como Arzobispo de esa sede. En noviembre pasado fue creado cardenal por el Papa Francisco. En medio de su abundante trabajo ha tenido la gentileza de contestar estas preguntas para nuestra revista.

Monseñor, Ud. lleva casi 40 años en Chile. ¿Qué ha significado para su vida de religioso capuchino pasar de una parroquia en Los Ángeles a ser Obispo de Copiapó el año 2014 y Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Santiago en abril de 2019 y Obispo de la misma en diciembre del mismo año?

En la vida me he ido encontrando con el Dios de las sorpresas; al final resulta que Él y yo aparecemos por donde menos pensaba (yo claro, confío en que Él sabe bien a dónde va el camino). Sorpresa pasar de vicario cooperador en la Parroquia de San Francisco de Asís de Los Ángeles a Obispo de Copiapó; sin escalas intermedias de administrador o de auxiliar. Y me inquietaba cómo sería estar lejos de la comunidad religiosa, y qué sería el desierto, y cómo iba a encontrarme con los sacerdotes y diáconos y religiosos. Aunque no se logró el proyecto de que fueran capuchinos a Copiapó, siempre conté con su cercanía y ayuda. También el presbiterio, los diáconos y las religiosas y religiosos y la gente me acogieron muy bien, y he de agradecer su cariño… 

Un mundo nuevo que se abría en mi mente y en mi corazón: los pobres, los mineros, los enfermos etc. ¿Cómo tendré que servirlos?, ¿llegaré a amarlos? Parece que el suelo era duro, o sería por los años, y me iba adentrando en esa tarea cuando, otra sorpresa: Administrador Apostólico de Santiago. Y aquí el panorama era complicado y las dimensiones gigantescas comparadas con las de Copiapó. Pero traigo el mismo desafío: “amar y servir”. Y, aún tenía Dios otra sorpresa que darme: el Papa me nombra cardenal… Al final, sigo en las mismas: cambian las circunstancias y Santiago y Chile estalla en rabia y violencia, y entreabre ventanas de esperanza con procesos sociales participativos como la Constituyente. Y yo, en lo mismo: “Amar y servir”.

La Arquidiócesis de Santiago es la más populosa de Chile, con casi 4 millones de católicos. Ud. Cuenta con tres obispos auxiliares, menos de 270 sacerdotes y alrededor de 380 diáconos permanentes para atender 214 parroquias en un amplio territorio. Frente a este trabajo pastoral tan desbordante, ¿cuáles son sus prioridades pastorales en el corto y mediano plazo?

Todo eso. Pero hay más: la arquidiócesis no es mía; cuando las cosas son tan grandes y parecen tan grandes los problemas que me van a aplastar se lo remito al Buen Jesús: “Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío”. Tenemos un puntal especial: en una casa de retiro hay otro obispo auxiliar que está enfermo; como en la cruz, y reza y ofrece sus dolores por la archidiócesis y por la Iglesia.

Expuse públicamente que mi intención era poner siempre a Jesucristo en el centro de la vida y actividad pastoral, escuchar a Dios en el pueblo de la iglesia y la sociedad, cuidar y acompañar a los sacerdotes y diáconos, y al seminario; que desea buscar caminos para la formación de los laicos, varones y mujeres, porque ser cristiano no es asunto de sólo unos ratos de culto; es la vida entera; y necesitamos testigos y no propagandistas; y quiero estar con los enfermos, los encarcelados, los pobres, con las víctimas de la injusticia y los abusos.. La pandemia se ha ocupado de acotarme los espacios y trabarme los pies. Espero no me acote ni trabe el corazón, y quepan ahí todos.

La escasez de vocaciones sacerdotales se aprecia en su Diócesis y en todo el país. Probablemente una causa importante es el descrédito del sacerdocio católico debido a la crisis de abusos sexuales de los últimos años. ¿Qué hacer para re encantar a los jóvenes católicos con este camino vocacional?

Dos cosas tengo por ciertas: que el tema y problema de las vocaciones no es asunto exclusivo del obispo ni de los sacerdotes y religiosos y diáconos. Es de las familias, es de cada cristiano. Debemos rezar: “Danos, Señor, sacerdotes santos”. Y debemos trabajar: es hermoso cuidar a los sacerdotes, no endiosarlos, pero tampoco maltratarlos con nuestras críticas insultantes; es una tarea hermosa ayudar a los sacerdotes que vemos en dificultad (igual que debemos ayudarnos unos a otros, seamos casados o solteros: si alguien está en dificultad, debemos apoyarlo, orientarlo, ayudarlo). Segundo: estas preguntas nos inquietan y estamos buscando caminos; cualquier aporte que nos hagan ustedes será bienvenido. Y usted debe ser un buen promotor vocacional: un cristiano que vive su fe con serenidad y alegría deja a su paso horizontes nuevos, porque no se hace propaganda a sí mismo, sino que abre a que los demás se encuentren con Jesús que es quien invita a seguirle de uno u otro modo.

Los cristianos convencidos, los santos, los que suscitan el interés, el entusiasmo, la alegría de acercar a Jesús y de seguirlo en la vocación que descubrimos para cada uno de nosotros. La pastoral vocacional es capaz de invitar a jóvenes y acompañarlos en su discernimiento, pero siempre desde el respeto a las decisiones y respuesta que cada uno da. Sí, el tema de las votaciones me preocupa y a vece hasta duele, pero es el mismo Jesús que me da la vocación a mí, el que llamará a otros…

En los últimos años varias parroquias y capillas de Santiago y otras ciudades y pueblos han sido destruidas por actos vandálicos (incendios y destrucciones), especialmente en La Araucanía. ¿Cómo reaccionar ante esta reiterativa destrucción de los templos, que sirven a todos los fieles, por parte de quienes muestran un verdadero desprecio o quizá odio a la religión católica y también a otras comunidades evangélicas?

Hay en el evangelio un episodio que me ilumina y que marcó a los apóstoles: ellos creían que Jesús los iba a alabar y casi los abofetea. No habían querido recibirlos en esa aldea de samaritanos porque vieron que eran judíos peregrinos a Jerusalén. ¡Horroroso pecado en la cultura judía, el cerrar la puerta, negar la hospitalidad al forastero! Los apóstoles le dijeron a Jesús: “¿Quieres que mandemos que baje fuego del cielo que abrase a estos impíos?”. ¡Cuántas veces les tuvo que repetir Jesús que al mal se lo vence con el bien, al odio con el amor, a la violencia con la paz! “Ustedes hagan el bien a quienes los persiguen y calumnian”.

Eso es lo medular del Evangelio: hacer el bien a todos, amar a todos y siempre. Nos destruirán templos; nos duele y mucho pero no podrán destruir ese Evangelio: con Jesús yo soy capaz de amarte también a ti.

En diciembre la Cámara de Diputados aprobó una ley de eutanasia bastante liberal (falta la votación en el Senado) y ahora la misma Cámara está discutiendo un proyecto de aborto libre hasta la 14ª semana de embarazo. ¿Qué harán los pastores católicos ante esta arremetida de liberalismo moral que, como una avalancha, ha llegado a Chile?

Ni al aborto, ni la eutanasia, ni la corrupción, ni la violencia, ni la lujuria, etc. son asuntos de los “obispos o pastores católicos”. Son valores que están más allá de un credo, son valores humanos. Digo que no hay que robarse lo que es de otro o de todos, que no hay que herir o matar ni a una mujer, ni a un anciano ni a un niño en el seno de su madre etc. No porque soy cristiano o sacerdote u obispo. Lo digo porque soy persona, porque soy humano y así lo siento. Destruir un ser humano, sea físicamente con una técnica quirúrgica o química, destruirlo envenenándolo con drogas, idiotizarlo con atracciones no es avanzar, no es humanizar; es lisa y llanamente des-humanizar.

Para mí es sagrada la vida desde la fecundación hasta la muerte natural; y hemos de cuidarla y procurar que pueda desarrollarse adecuadamente; y debemos acompañarla y ayudarla en el final sin una eutanasia que siempre es muerte buscada ni encarnizamiento quirúrgico. ¿Podre morir en paz o estaré temiendo si me van eutanasiar? Con el aborto y la eutanasia la vida no vale nada; ni esas vidas “de descarte”, ni tampoco las nuestras (puede que hoy si y mañana seamos inservibles, no útiles).

Los obispos y cuantos pensamos así debemos unirnos para exigir también que se nos respeten nuestros derechos y no se nos impongan esas crueldades. Queremos organizar un Chile donde todos y cada uno tengamos respeto, ayuda, dignidad. ¿Es darnos dignidad valorar utilitariamente nuestra vida y eliminarnos si conviene a algunos? ¿Es eso lo que quiere Dios?

Usted es el octavo Cardenal creado para Chile, lo cual implica nuevas responsabilidades en la Santa Sede. ¿Cómo compatibilizará su trabajo como Arzobispo con estas nuevas responsabilidades?

Es probable que lleguen nuevas responsabilidades. De hecho, ya el Papa Francisco me ha nombrado miembro integrante de la Pontificia Comisión para América Latina. La pandemia, que castiga a Chile y al mundo entero, dificulta los viajes; hoy la tecnología nos permite realizar reuniones por zoom etc. Demos gracias a Dios por estas maravillas técnicas de las que disponemos. América Latina es un continente hermoso, fascinante, lleno de gentes virtuosas, pero también con problemas y desafíos grandes, y con otras gentes que se suman al crimen, a la corrupción, etc.

¿Cómo hacer una América Latina Mejor? Tratando de ser un poco mejor yo mismo… habrá mejorado un poco el mundo. No se trata tanto de exigir y censurar sino de comprometernos nosotros con el bien y la justicia.

El momento que vivimos en América Latina es muy propicio para construir una civilización y una cultura de la vida, de la solidaridad, del diálogo y el entendimiento; ya hemos experimentado y aprendido a dónde llevan los caminos del egoísmo, la descalificación, la violencia, el aprovechamiento de los demás.

Podemos y debemos construir una América Latina hermosa y solidaria, unida y grande. Es la hora de trabajar juntos y construir juntos cuidándonos de los más débiles y necesitados. ¡Entre tanta muerte y egoísmo es tan hermosos anunciar y trabajar por la vida y el amor!

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Finalmente un mundo libre de armas nucleares

27 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 22 de enero de 2021, es una fecha importante para la humanidad. El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), que unos cincuenta países de las Naciones Unidas habían ratificado el pasado mes de octubre, entra finalmente en vigor. Es el primer acuerdo jurídicamente vinculante que prohíbe el desarrollo, los ensayos, la producción, el almacenamiento y la transferencia de armas nucleares, así como su uso. No es casualidad que entre los países firmantes no se encuentren las principales potencias nucleares tradicionales, por lo que el camino hacia un desarme real y efectivo no ha hecho más que empezar.

Un acto inmoral

En noviembre de 2019, desde el Memorial de la Paz de Hiroshima, fue el Papa Francisco quien condenó sin «apelación» el uso de la energía atómica con fines bélicos, un acto totalmente «inmoral» que atenaza la libertad de las poblaciones, niega la paz y causa tanto sufrimiento.

«No más guerras, no más ruido de armas, no más tanto sufrimiento«, fue el grito del Pontífice, reiterando cómo este enfoque es en última instancia «un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad, sino contra cualquier posibilidad de futuro en nuestra casa común«.

Una de las primeras intervenciones del Papa en la línea del llamamiento por un mundo libre de armas nucleares, lleva la fecha de julio de 2014, con un mensaje dirigido al presidente de la Convención sobre Minas antipersona, en el que pedía poner «la persona humana, mujeres y hombres, niñas y niños, en el centro de nuestros esfuerzos de desarme

Unos meses más tarde, en diciembre, escribiendo al presidente de la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares, denunció el «despilfarro de recursos» relacionados con las armas nucleares, que sería más correcto emplear en el desarrollo humano integral, la educación, la salud y la lucha contra la pobreza. Y concluyó con el deseo de que «las armas nucleares sean prohibidas de una vez por todas«.

Hizo un llamamiento reiterado en su visita a la ONU en septiembre de 2015, y en otros mensajes a la misma Conferencia de la ONU en 2017, 2019 y 2020, en varios Ángelus desde la ventana de la plaza de San Pedro, en encuentros con el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, en las Plenarias de las Academias Pontificias de Ciencias y Ciencias Sociales, y en los últimos Mensajes para la Jornada Mundial de la Paz.

El desarme en la Fratelli tutti

Todas estas preocupaciones fueron resumidas en el n. 262 de la última carta encíclica Fratelli tutti, donde se explica claramente -mostrando precisamente la interconexión y la complejidad de todos los acontecimientos que caracterizan la época actual-, que la opción del desarme es funcional para «eliminar definitivamente el hambre y para el desarrollo de los países más pobres, de modo que sus habitantes no recurran a soluciones violentas o engañosas y no se vean obligados a abandonar sus países en busca de una vida más digna«.

Celebrando la importancia de este día, el pasado miércoles, al final de la audiencia general, el Santo Padre animó a los Estados a emprender con valentía el camino del desarme, contribuyendo así «al avance de la paz y de la cooperación multilateral, que tanto necesita hoy la humanidad«.

Diversas personalidades de la Iglesia Católica, presidentes de conferencias episcopales de varios países del mundo, obispos de importantes diócesis, así como religiosos y laicos, han firmado una declaración conjunta para la ocasión, recogida por el movimiento católico internacional por la paz Pax Christi, en la que expresan su satisfacción por el importante objetivo inicial alcanzado por las Naciones Unidas y exhortan a los gobiernos que no lo han hecho a firmar y ratificar el Tratado.

El don de la paz

«Creemos que el don de la paz de Dios actúa para desalentar la guerra y superar la violencia«, escriben en el documento, que significativamente tiene como primer firmante al patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa.

Por parte de la Santa Sede, en una entrevista concedida a Vatican News, el Secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, reconociendo que se trata de una «primera piedra» y que aún queda mucho camino por recorrer, invitó a «evitar aquellas formas de recriminación y polarización recíproca que obstaculizan el diálogo en lugar de favorecerlo«.

Más bien, porque como humanidad tenemos la capacidad, además de la libertad y la inteligencia, de «dirigir la tecnología«, de «poner límites a nuestro poder» y comprometer todos los esfuerzos en un progreso «más humano, social e integral«.

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Vocaciones

Sacerdotes santos: San Juan de Ávila

El Papa Francisco ha establecido que la conmemoración de San Juan de Ávila sea inscrita en el calendario romano general el 10 de mayo, como memoria libre. En España ya se celebraba la fiesta del Doctor de la Iglesia como memoria obligatoria.

Manuel Belda·26 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Su vida

San Juan de Ávila nació el 6 de enero de 1499, en Almodóvar del Campo (Ciudad Real). A los 14 años comenzó los estudios de Leyes en la Universidad de Salamanca, que abandonó al acabar el cuarto curso a causa de una experiencia espiritual de conversión, por lo que decidió volver al hogar familiar.

Con el propósito de hacerse sacerdote, en 1520 comenzó los estudios de Artes y Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, y fue ordenado en 1526. Decidió marchar como misionero a América y con este fin se trasladó a Sevilla para embarcarse hacia el Nuevo Mundo. 

Sin embargo, el obispo de esta ciudad, convencido de las grandes cualidades del joven sacerdote le pidió que permaneciera a su servicio. A causa de una predicación mal interpretada, en 1531 fue denunciado a la Inquisición y encarcelado. Una vez absuelto en 1533, se trasladó a Córdoba, incardinándose en esta diócesis. Preocupado por la formación de los candidatos al sacerdocio, fundó varios Colegios menores y mayores que, después del Concilio de Trento, se convirtieron en Seminarios. Fundó también la Universidad de Baeza (Jaén), que fue durante siglos un importante punto de referencia para la formación de clérigos y seglares.

Después de haber recorrido Andalucía y otras regiones de España predicando, en 1554 se retiró definitivamente a Montilla (Córdoba). Acompañado de sus discípulos y amigos, con un Crucifijo entre las manos, falleció en dicha ciudad el 10 de mayo de 1569.

Fue beatificado por León XIII el 6 de abril de 1894. Nombrado Patrono del clero secular español por Pío XII el  2 de julio de 1946. Canonizado por san Pablo VI el 31 de mayo de 1970. El 7 de octubre de 2012 Benedicto XVI proclamó a san Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia.

Sus escritos

Aunque fue sobre todo un gran predicador y director espiritual, usó también magistralmente la pluma para exponer sus enseñanzas. Su principal obra se titula Audi, filia, un tratado sistemático y completo sobre la vida espiritual, que ha llegado a ser un clásico de la espiritualidad. El Catecismo o Doctrina cristiana, es una síntesis pedagógica del contenido de la fe. En el Tratado del amor de Dios, penetra con profundidad en el misterio del Verbo Encarnado y Redentor. El Tratado sobre el sacerdocio es un compendio de espiritualidad sacerdotal. 

Los escritos de reforma son dos Memoriales al Concilio de Trento y las Advertencias al Concilio de Toledo. Los Sermones y Pláticas, así como el Epistolario, abarcan todo el año litúrgico y la amplia cronología de su ministerio sacerdotal. Sus comentarios bíblicos —desde la Carta a los Gálatas hasta la Primera Carta de san Juan— son exposiciones sistemáticas de notable profundidad bíblica y de gran valor pastoral.

Influjo eclesial de su magisterio

San Juan de Ávila ha ejercido un gran influjo eclesial, no sólo mediante sus escritos, sino también por medio de sus discípulos, un grupo numeroso de casi cien, que se ha denominado «la escuela sacerdotal del Maestro Ávila», los cuales difundieron la doctrina del Maestro con su predicación y catequesis por toda España. Su discípulo más importante es Fray Luis de Granada (†1588), que lo cita a menudo y ampliamente. Fue quien escribió 19 años después de la muerte del santo su primera biografía: «Vida del Padre Maestro Juan de Ávila» (Madrid 1588).

San Juan de Ávila fue el sacerdote más consultado en la España del siglo XVI. Casi todos los grandes santos españoles del Siglo de Oro recibieron sus consejos y en algunos casos, él fue su director espiritual. Por ejemplo, santa Teresa de Jesús, en momentos difíciles, le pidió su parecer sobre el «Libro de la Vida» (1562). Después de haber leído el manuscrito le escribió una carta donde aprueba su doctrina y reconoce el origen divino de los fenómenos místicos extraordinarios de la santa. Esta carta la consoló mucho y después de haberla recibida, escribe: «El Maestro Ávila me escrive largo, y le contenta todo; sólo dice que es menester declarar más unas cosas y mudar los vocablos de otras, que esto es fácil».

El Maestro Ávila fue invitado a participar en la segunda convocación del Concilio de Trento (1551), por el Arzobispo de Granada, pero no pudo asistir a causa de su enfermedad. La influencia de su doctrina en este Concilio fue puesta de relieve por san Pablo VI en la homilía de la Misa para la Canonización (31-V-1970), donde afirmó: «No pudo participar personalmente en el Concilio a causa de su precaria salud; pero es suyo un Memorial, bien conocido, titulado Reformación del Estado Eclesiástico (1551), que el Arzobispo de Granada, Pedro Guerrero, hará suyo en el Concilio de Trento, con aplauso general. El Concilio de Trento adoptó decisiones que él había preconizado mucho tiempo antes».

Los escritos de San Juan de Ávila han dejado una huella indeleble en la vida de la Iglesia. De su libro más difundido, Audi, filia, decía el Cardenal Astorga, Arzobispo de Toledo: «Este libro ha convertido más almas que letras tiene». 

Sobre el sacerdocio

Su doctrina sobre el sacerdocio ha tenido una gran difusión, tanto directa como indirectamente, por medio de un tratado que tuvo un éxito enorme, titulado Instrucción de sacerdotes, sacada de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y Santos Doctores de la Iglesia (Burgos 1612), del cartujo Antonio de Molina (†1619). En este libro, el autor cita continuamente las obras del santo y copia enteros párrafos sin citarlo explícitamente, y dice del Maestro Ávila: «Santo y venerable varón, hombre de grande perfección, y altísimo espíritu, y rara sabiduría, santo y apostólico varón, el cual con el altísimo espíritu que tuvo, y la gran luz con que el Espíritu Santo le alumbró, echó bien de ver cuán importante y necesaria es a los sacerdotes ser muy dados al espíritu de oración».

El influjo del Maestro Ávila se puede constatar también en otros autores espirituales de gran éxito, como el jesuita Luis de la Puente (†1624), que en el tercer tomo de su obra De la perfección del cristiano en todos sus estados (Pamplona 1616), toma muchas cosas de la doctrina del santo. También san Francisco de Sales (†1622) cita a menudo párrafos del Audi, filia, en su Introducción a la vida devota. Asimismo es citado con frecuencia en las obras de san Alfonso María de Ligorio (†1787). Finalmente, un ejemplo más de este influjo se encuentra en las obras de san Antonio Maria Claret (†1870), quien cita abundantemente al Maestro Ávila. 

El autorManuel Belda

España

«La cruz es de Cristo, fuera de las ideologías»

La novena al Niño Jesus de Praga de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera terminó este año de un modo muy especial: con la entrega de unas pequeñas cruces a los asistentes, que han vivido estas semanas momentos difíciles con el derribo y tirada a la basura de la cruz que presidía el conocido como «llanito de las Descalzas».

Maria José Atienza·25 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Venid en pos de mi». Las palabras del Evangelio del tercer domingo del tiempo ordinario parecían elegidas para finalizar la novena al Niño Jesús de Praga enmedio de unas semanas difíciles para los fieles del pueblo cordobés de Aguilar de la Frontera.

A pesar de la pena que ha supuesto para cientos de aguilarenses este atopello a sus sentimientos religiosos, la Archicofradía del Niño Jesús de Praga, impulsada por los jóvenes de la localidad junto al párroco, D. Pablo Lora, han querido reavivar el amor a la Cruz propio de los cristianos.

Por ello, al finalizar la Misa de clausura de la Novena a esta advocación, el sacerdote hizo entrega de unas cruces a los asistentes, recordándoles las palabras del Evangelio leído en esa misa: «Toma tu cruz y síguelo».

El sacerdote ha destacado en Omnes que este penosos acontecimiento «ha sido un revulsivo en parte, muchas personas se han dado cuenta de la necesidad de defender su fe y su historia de Salvación, que es lo que significa la Cruz. Defender la cruz porque es el signo de nuestra fe y representa nuestros sentimientos religiosos. La cruz es de Cristo, fuera de las ideologías».

Al entregar estas cruces al final de la novena al Niño Jesús de Praga, como destaca el párroco «recordamos que seguimos a Jesús desde Niño y hasta su muerte y resurrección y desde la Cruz también nos invita a seguirle».

La Cruz de las Descalzas

El pueblo de Aguilar de la Frontera vió, como el pasado de enero, por orden del Ayuntamiento era derribada la Cruz situada junto al Convento de Las Carmelitas Descalzas. Cruz que, como recordó el párroco en la carta que dirigió a sus feligreses «estaba desprovista de todo contenido político desde hacía más de treinta años. Toda una generación de aguilarenses ha crecido en torno a la Cruz como signo de amor y entrega, perdón y misericordia. Lamento profundamente que se prive en ese lugar a las próximas generaciones del precioso símbolo religioso que nos ayuda a construir un mundo mejor».

La imagen de la cruz tirada en una escombrera ha herido profundamente los sentimientos de estos aguilarenses que han participado, en la medida de lo posible por las medidas sanitarias, en los actos de desagravio realizados desde entonces. De hecho, tanto desde la parroquia como varios particulares, habían pedido custodiar la Cruz una vez retirada del lugar. Petición que no fue atendida en ningún momento.

Archicofradía del Niño Jesús de Praga

Como recoge el portal de la diócesis de Córdoba, el origen de esta hermandad se sitúa en 1920. Tras cuatro décadas de su última salida, un grupo de jóvenes volvieron a retomar la tradición de una de las hermandades más importantes de Aguilar, de la mano de un gran número de acompañantes, en su mayoría niños, que participaron en la salida procesional.

El 25 de enero de 2015 tuvo lugar la primera salida procesional de esta nueva etapa, organizada por este grupo de jóvenes, tras refundar la hermandad en agosto de 2014, con el apoyo de la Congregación de Monjas Carmelitas del Convento de San José y San Roque de Aguilar y los sacerdotes de la localidad. Desde entonces, son numerosos los jóvenes que enaltecen al Niño Jesús de Praga con el firme propósito de consolidar la recuperación de una tradición arraigada en Aguilar de la Frontera.

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El desencantamiento del mundo

Desencantamiento y reencanto: al borrar a Dios, la modernidad ha dado paso a falsas espiritualidades. Como decía Chesterton, quien no cree en Dios, cree en cualquier cosa. Es hora de redescubrir el verdadero misterio de la fe.

25 de enero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

“Desencantamiento del mundo” es una famosa expresión del sociólogo Max Weber, que incluso merece página en Wikipedia. La razón moderna ha expulsado a lo irracional del mundo, la magia y los dioses. Y el cristianismo se enorgullece, con razón, de haber contribuido a un sano desencantamiento, al haber distinguido claramente a Dios del mundo.

Las fuerzas del mundo son solo naturales, sin mezcla con lo sobrenatural. No hay lugar para la magia, la búsqueda del diálogo y manejo de las fuerzas ocultas. Aunque Dios pueda actuar donde quiera.

Con todo, es evidente que la cultura actual, habiendo quitado después al verdadero Dios y buscado una explicación natural, materialista (y antes marxista) para todo, se ha pasado. Por eso entran por la puerta de atrás encantos falsos de adivinos y reencarnaciones y guijas.

Como decía Chesterton, el que no cree en Dios está expuesto a creer en cualquier cosa. Es urgente la misión cristiana de devolver a la vida el verdadero encanto del misterio de Dios, de su Palabra, de su Liturgia, de su presencia, de su salvación. La vida nuestra necesita encanto, pero encanto verdadero. 

El autorJuan Luis Lorda

Profesor Ordinario de Teología y Director del Departamento de Teología Sistemática de la Universidad de Navarra. Autor de numerosos libros de teología y vida espiritual.

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España

Rafa Nadal: “Para mí lo más importante es ser buena persona”

La Fundación Universitaria San Pablo CEU ha entregado sus "Premios CEU Ángel Herrera" con los que reconocen la labor social, docente e investigadora de personas y entidades. 

Maria José Atienza·22 de enero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La entrega de los Premios CEU Ángel Herrera han tenido lugar de manera virtual, ha tenido lugar esta mañana. El premio en la categoría de Ética y Valores, ex aequo, ha recaído este año en las Hermanitas de los Pobres y en el tenista Rafa Nadal, que  ha querido dirigir unas palabras a la congregación con la que comparte galardón agradeciendo su trabajo.  El tenista ha querido reseñar además que, “aunque todos los premios son bienvenidos, lo son especialmente cuando no son solo por causas deportivas, como en este caso ya que para mí lo más importante es ser buena persona”.

Por su parte José María Álvarez-Pallete, ha recogido el premio otorgado a Telefónica en la categoría de Colaboración Empresarial en el Sector Educativo, apostando en su agradecimiento por una actuación empresarial con valores y responsabilidad. Por otro lado, el Premio a la Innovación Educativa en el Sector Tecnológico en esta edición ha sido para LinkedIn.

La Fundación Universitaria San Pablo CEU ha premiado también a dos de sus mejores Alumni: en la categoría Alumni Junior, al fundador de Adopta Un Abuelo, Alberto Cabanes, y en la categoría Alumni Senior, a la creadora de la Fundación Starlite, Sandra García-Sanjuán. 

Cooperación y cultura

También ha sido galardonado el Hogar Nazaret en la categoría de Solidaridad, Cooperación al Desarrollo y Emprendimiento Social por su proyecto “Casas de rescate para niños en el Amazonas peruano”. 

El reconocimiento a la labor periodística en el mundo educativo ha sido para la periodista Olga R. Sanmartín, por su artículo titulado “Escuelas que alimentan familias” y el Cardenal Raniero Cantalamessa y la Fundación Edades del Hombre comparten, este año el Premio CEU Ángel Herrera a la Difusión de la Cultura Católica.  

Recursos

Año de San José: buen padre

En el anterior artículo de esta serie, con motivo del año de San José convocado por el Papa Francisco, nos preguntábamos en qué consistía la grandeza de san José, y concluíamos que está en el hecho de ser esposo de María y padre de Jesús. Su esponsalidad ya la comentamos, ahora pasamos a referirnos a su paternidad.

Alejandro Vázquez-Dodero·21 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El santo patriarca –como también se le denomina– fue absolutamente consciente de la condición divina de Jesús, pues sabía que era hijo de Dios, nacido de María por obra del Espíritu Santo.

Obviamente san José fue conocedor de que Dios asumía la naturaleza humana, eligiendo a su esposa como madre, la cual fue siempre virgen: antes, durante y después del parto. 

Lejos de guardar distancias ante ese Niño engendrado por obra del Espíritu Santo, lo acogería como un buen padre, y le procuraría todo su cariño y enseñanzas. Tuvo la valentía, el coraje, de asumir su rol de padre –legal– de Jesús, una vez el ángel le reveló en sueños (Mt 1, 21) la procedencia divina del Niño y su misión salvadora.

Así pues, la paternidad de José tuvo su singularidad, pues tanto él como Jesús y María, sabían que se trataba del hijo de Dios. Pero ello no impidió que fuera auténtica paternidad –muy humana– y que para ser padre aprendiera “el oficio” –y beneficio– de serlo.

Jesús era reconocido por sus contemporáneos como el hijo de José, o del carpintero. Y no de cualquier otro modo. Así lo reflejan los santos Evangelios. Es decir, que lo relevante para los amigos y vecinos de la Sagrada Familia era esa relación paterno-filial, precisamente, como característica más evidente de ese Niño divino, hijo de sus conciudadanos Myriam y José.

Verdadero padre para su Hijo

¿Con qué amor amaría José a Jesús, sino con un amor pleno, como verdadero padre que se sabía de su hijo? 

Podemos entonces imaginar el dolor que supondría para José escuchar del ángel en sueños (Mt 2, 13) que Herodes buscaba al Niño, su hijo, para matarlo. Y, asimismo, el gozo que le produciría haberle salvado de ese asesinato refugiándose en Egipto hasta la muerte de aquel mandatario. O la desconsoladora búsqueda del Niño perdido (Lc 2, 44-45) hasta que lo hallaron, él y María, en el templo enseñando a los doctores de la ley. 

En todo caso, también como buen marido de María, iría con Ella contrastando todo lo que percibía de Dios y cuánto le afligiera. Una esposa como ninguna, en quien se apoyaría aquél que le fue confiado, a quien amaría incondicionalmente y de quien percibiría ese amor total. Una esposa en la que confiar, con la que caminar, para educar y amar ambos, bien unidos, al Hijo de Dios.

El amor que derrocharía José con su hijo estaría inspirado en las varias referencias a la ternura en la Sagrada Escritura (Sal 103, 13; Sal 145, 9) como pone de manifiesto el Santo Padre en la Patris Corde. La ternura propia de un padre, ésa es la que derrocharía José con Jesús. A la vez estaría, como se dice, “a las duras y a las maduras”, pues educar es gozoso y costoso al mismo tiempo, y ese gozo y coste no le serían ahorrados al santo patriarca.

La Sagrada Escritura (Lc 2, 52) destaca que Jesús crecía en estatura y sabiduría ante Dios y ante los hombres. Ello habría que agradecérselo a san José, quien ejerció responsablemente y a conciencia su paternidad, y enseñó al Niño todo cuanto estaba de su mano para formar ese Hombre que llevaría a cabo la misión del Hijo unigénito de Dios. Le introduciría en la experiencia de la vida; le formaría, a fin de cuentas, en libertad y responsabilidad.

Instrumento fiel

La “poquedad” que sentiría un sencillo carpintero o artesano ante la grandeza de la obra que Dios le confiaba –ser el padre legal de su Hijo, o sea ser el padre de Dios– haría que se confiase totalmente al Creador, quien había dispuesto que así fuera. 

Sólo abandonado en las manos de Dios podría llevar a cabo su misión. De ahí esa actitud suya de acogida generosa de la voluntad divina para cumplir el plan dispuesto; de ahí que en sueños escuchara atento lo que se le decía para poder desempeñarlo con la mayor fidelidad posible.

Un hombre humilde, casi ni mencionado en el Nuevo Testamento: en los pasajes de la Natividad del Señor y en la secuencia referida al momento en que Jesús se perdió y fue hallado por su padres en el templo predicando. Además, tampoco dejó rastro de su porvenir, pues no sabemos cuándo ni cómo murió.

No era rico, era uno más entre los suyos; sin duda con una personalidad fuerte y decidida para hacer lo que hizo, nada temoroso o asustado ante la vida, resolutivo ante las tareas que el Señor le iba encomendando.

Fiel y dedicado a su misión, no discutiría jamás la voluntad de Dios, que en ocasiones le llegó a través de los ángeles: obedeció. Y ello a pesar de lo costoso de los cambios de planes que implicaba, de la interrupción de lazos de amistad, del arraigo en distintos lugares, pues cada cambio de ciudad –Belén, Egipto, Nazaret…– supondría cortar con lo anterior y empezar todo de nuevo. ¡Pero siempre confiado en la providencia divina!

Educación

Un mundo en paz

Javier Segura describe el proyecto Un mundo en paz, llevado a cabo en un instituto de Berriozar, con el objetivo de restañar heridas y generar comunión dentro de la propia comunidad educativa

Javier Segura·20 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando se acerca el día 30 de enero los centros educativos suelen realizar diversas acciones para unirse a la iniciativa de UNICEF  de promover un día escolar para desarrollar en una cultura de no violencia y la paz.

En ese día se celebra el aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi (India, 1869-1948), líder pacifista que defendió y promovió la no violencia y la resistencia pacífica frente a la injusticia. Su pensamiento  «no hay camino para la paz: la paz es el camino» se ha convertido en lema para las distintas acciones educativas destinadas a promover entre los alumnos este deseo de paz y de compromiso con la justicia.

Creo que hoy más que nunca necesitamos una verdadera educación para la paz y la convivencia. Vivimos en una sociedad crispada y fragmentada, menos cohesionada que en generaciones anteriores. Una sociedad que necesita reencontrar ese camino para la paz del que hemos tomado como referencia a Gandhi y del que los cristianos tenemos un ejemplo insuperable en San Francisco de Asís. Y, por supuesto, en el mismo Jesucristo.

Para trabajar a fondo una cultura de la paz hay que educar hombres y mujeres que sean capaces de vivir en paz consigo mismos y de convivir en paz con los demás. Un deseo que no se debería quedar en un mero gesto de palomas pintadas en la pared o globos soltados al cielo. Todos sabemos que estos gestos están bien, pero que no suponen una verdadera educación para la paz. No producen un auténtico cambio.

Mi experiencia personal en este ámbito me retrotrae al año 2000, cuando un terrorista de ETA asesinó en la navarra localidad de Berriozar a Francisco Casanova. Poco me imaginaba yo cuando oí la notica ese verano que justo ese curso acabaría siendo profesor de Religión en el centro escolar donde estudiaban sus hijos.

La experiencia de encontrarme como profesor de Religión en un centro golpeado por la muerte, en el que estudiaban alumnos en euskera y en castellano, me llevó a proponer al claustro la realización de un proyecto educativo llamado ‘Mundo en paz’ que sirviese para restañar heridas y generar comunión dentro de la propia comunidad educativa. Algo que no era fácil en medio de un ambiente socio político tan crispado. Pero precisamente por eso se hacía especialmente necesario. Y como profesor de Religión y como cristiano me sentí llamado a promoverlo.

El proyecto se desarrolló a lo largo de todo el curso y participaron alumnos de distintos niveles educativos, desde primaria hasta cuarto de ESO. Tomamos como referencia una escultura del escultor guipuzcoano Manuel Iglesias que simbolizaba el deseo de un mundo en paz. En la parte inferior se reflejaba una casa destrozada por un atentado, en medio una bola del mundo, en la parte superior cinco figuras que simbolizaban los cinco continentes y que en su hueco dibujaban la paloma de la paz.

Cada una de esas partes de la escultura sirvió para trabajar durante todo el trimestre, desde distintas asignaturas, aspectos como la paz en casa, la resolución de conflictos, la paz en el mundo, la diversidad de culturas, la necesidad de justicia, la paz como solidaridad y como un don espiritual. Realizamos las más diversas actividades implicando a todo el centro: conferencias, exposiciones, olimpiadas deportivas, conciertos, edición de un disco…

Pero quizás lo más significativo del proyecto fue el hecho de poner a trabajar a todos los jóvenes juntos para conseguir fondos para levantar la escultura que nos servía de referencia en la puerta de su instituto. Ser capaces de trabajar con otro, ponerle rostro, quitarse ideologías… es el mejor camino para aprender a respetarle y amarle.

Veinte años más tarde la escultura de seis metros de altura levantada por aquellos alumnos sigue en pie a la puerta del instituto. Cubierta por una nieve que la fusiona con la naturaleza, me lleva a pensar en que en este camino de la paz los educadores, y especialmente los profesores de Religión, tenemos mucho que aportar. Una labor callada, silenciosa y fecunda.

Como la de esa nieve que fecunda la tierra y nos deja una inmensa paz.

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España

El obispo de Albacete impulsa una Misa semanal por el fin de la pandemia

Mons. Ángel Fernández Collado, obispo de Albacete, ha incluido la propuesta de una "Misa de rogativas" semanal con este fin, en el plan de acción diocesano.

Maria José Atienza·20 de enero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

En una carta dirigida a los fieles y hecha pública hoy, 20 de enero, Mons. Ángel Fernández Collado recuerda que «como cristianos, personas de fe y esperanza, también ahora podemos y debemos seguir ayudando en esta lucha contra la pandemia, con amor caritativo, y con una herramienta tan natural y sustancial entre nosotros como es la oración. Es preciso rezar a Dios, nuestro Padre, para que cese y desaparezca esta pandemia, que tanto mal y tantas muertes está produciendo».

En este sentido, se ha dirigido a los sacerdotes una propuesta que se incluye en el Plan de Acción diocesano para «que se pueda celebrar una Misa a lo largo de la semana, o en los Domingos del Tiempo Ordinario, “a modo de rogativa”, en los horarios habituales de la parroquia, dando a conocer a los fieles el día concreto de la semana y la hora en que se celebrará, en la que la intención principal sea: pedir al Señor el cese y la desaparición de la pandemia de la Covid-19».

Las celebraciones se mantendrán a lo largo de año exceptuando, como es evidente, las Solemnidades y los Domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua, los días de la octava de Pascua, la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, el Miércoles de Ceniza y las ferias de Semana Santa.

Mons. Fernández Collado ha querido recordar en su carta que, como cristianos, tenemos un compromiso de acción ciudadana, siguiendo las «medidas adecuadas que nos van exigiendo» y también, «por nuestra parte, con la ayuda eficaz y poderosa de la fe en Dios y la oración».

Zoom

Ayuda a las madres de Monkole

Una madre participa el Proyecto de atención a mujeres durante el embarazo y el parto en Monkole (Kinshasa). La Fundación Amigos de Monkole financia este proyecto que busca reducir las tasas de mortalidad materno-infantil.

laura·19 de enero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

La experiencia de pueblo que viene del deporte

El Papa Francisco ha concedido una larga entrevista al diario deportivo italiano "La Gazzetta dello Sport" y aborda de cerca el vínculo entre la fe espiritual y la fe en el fútbol, mostrando cómo es necesario, en primer lugar, entrenar el corazón para lograr la verdadera felicidad.

Giovanni Tridente·15 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Una «encíclica laica» sobre el deporte. Así lo definieron – «de modo simpático«- quienes la hicieron. Se trata de la primera entrevista concedida por un Pontífice a un diario deportivo. «La Gazzetta dello Sport» italiana dedicó su primera edición del nuevo año a esta entrevista con el Santo Padre.

El Papa Francisco, siempre cercano a los deportistas y a los temas deportivos, se reunió en diciembre en su residencia de la Casa Santa Marta con el editor y subdirector del famoso periódico milanés -que tiene casi ciento treinta años de historia y una tirada media diaria de más de 150.000 ejemplares- respondiendo a unas treinta preguntas y subrayando algunas palabras clave, que van desde la lealtad hasta el compromiso, el sacrificio, la inclusión, el espíritu de equipo, el ascetismo y la redención.

Pelota de trapo

Pero los aspectos más genuinos que emergen de la entrevista llevada a cabo por Pier Bergonzi son ciertamente los que traen a la memoria de Jorge Mario Bergoglio su infancia y juventud. Recorre recuerdos desde los días pasados en el estadio con su familia, animando a «su San Lorenzo«, hasta la famosa «pelota de trapo» que como pobres – «el cuero era caro» – hacían de niños «para divertirse y hacer, casi, milagros jugando en la placita cerca de la casa«.

Pata dura

El Papa también comenta otro aspecto que ciertamente ha marcado su personalidad: el hecho de que siempre se puso a «jugar en la portería«, porque era uno de los que en Argentina les llamaban «pata dura«, léase torpe: «pero ser portero fue una gran escuela para mí. El portero tiene que estar listo para responder a los peligros que pueden venir de todas partes…«.

La experiencia del pueblo

En el deporte, el Pontífice también vislumbró varios aspectos de su apostolado, como el concepto de «pertenencia«, «admitir que solos no es tan hermoso vivir, exultar, celebrar» por lo que es necesario compartir con otros los momentos de diversión. En este sentido, no son pocas las referencias a Fratelli tutti. De alguna manera, Francisco también dice que «el deporte es la experiencia del pueblo y sus pasiones, marca la memoria personal y colectiva«, elementos que incluso autorizan a hablar de una «fe deportiva«.

Un mundo mejor

También ha hecho referencia durante la entrevista a historias personales que han caracterizado el mundo deportivo y han dejado huella en el corazón de las personas, como el «Justo entre las naciones» Gino Bartali -así es como se le reconoce en Yad Vashem en Jerusalén-, el ciclista italiano que durante el régimen nazi, con la excusa de entrenar en su bicicleta, llevó de una ciudad a otra docenas de documentos falsos escondidos en el marco de su bicicleta. Estos documentos se utilizaron para ayudar a los judíos a escapar y así salvarse del holocausto. Historias del deporte «que no son un fin en sí mismas, sino que intentan dejar el mundo un poco mejor de lo que lo encuentran«.

Un corazón ordenado

El secreto para no dispersar el talento, ya sea en la vida del deporte o de la fe… e mantener el corazón entrenado: «un corazón ordenado es un corazón feliz, en estado de gracia, listo para el desafío«, lo que automáticamente lleva a «una felicidad para compartir«. Y en esto la Iglesia ha sido ciertamente pionera, con las numerosas experiencias a la sombra de los campanarios, como la realidad de los oratorios salesianos, que animan a cada joven «a dar lo mejor de sí mismo, a fijarse una meta a alcanzar, a no desanimarse, a colaborar en grupo«.

La redención de los pobres

Cómo no podía ser de otra manera, Francisco también ha hecho referencia indudablemente a los pobres y los débiles, que son un gran ejemplo de no rendirse en la vida, pero también en la vida espiritual: «un hombre no muere cuando es derrotado: muere cuando se rinde, cuando deja de luchar«. Y los pobres son maestros en esto: a pesar de la evidencia de la indiferencia «siguen luchando para defender sus vidas«.

Todo esto porque no basta con soñar con el éxito, sino que hay que trabajar duro. Los pobres tienen sed de redención: «ofréceles un libro, un par de zapatos, una pelota y se muestran capaces de acciones impensables«. El hambre verdadero, de hecho, concluye el Papa Francisco, «es la motivación más formidable para el corazón: es mostrar al mundo que eres digno, es aprovechar la única oportunidad que te dan y jugar por ella«.

Vaticano

El Papa Francisco amplía el servicio de las mujeres en la liturgia

Mediante el motu proprio Spiritus Domini, publicado con fecha 10 de enero de 2021, el Papa Francisco ha modificado el can. 230 § 1 del Código de Derecho Canónico. De esta manera se abre la posibilidad de que mujeres puedan ejercer de modo estable el ministerio del Lectorado y Acolitado. Se trata de dos ministerios o encargos: el primero unido al ministerio de la Palabra, mientras que el segundo al ministerio del Altar.

Ricardo Bazán·14 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El origen de los ministerios laicales

El Papa san Pablo VI instituyó los llamados “ministerios laicales” a través del motu propio Ministeria quaedam (1972). Así terminaba la distinción entre órdenes menores (Ostiariado, Lectorado, Exorcistado y Acolitado) y órdenes mayores (Subdiaconado, Diaconado y Presbiterado) que había existido en la Iglesia por mucho tiempo. Con ello buscaba adaptarse a las exigencias de los tiempos, lo cual no significaba romper o superar con la tradición precendente, sino, responder a los desafios propios de cada tiempo, permaneciendo fieles al depósito revelado. Según el motu proprio de Pablo VI, que más adelante fue recogido en el can. 230 § 1 del Código de Derecho Canónico, tales ministerios estaban reservados a los fieles laicos varones.

Distinción entre los ministerios

En la carta del Papa Francisco al Card. Ladaria, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con motivo del motu proprio que estamos comentando, se explica que estos ministerios estaban reservados sólo a los varones ya que las órdenes menores constituían un camino que llevaba hacia las órdenes mayores, y estando el sacramento del Orden reservado a los hombres, esto se aplicaba también a las órdenes menores. Sin embargo, una más clara distinción entre aquellos que hoy conocemos como ministerios no-ordenados (laicales) y los ministerios ordenados permite acabar con la reserva de los primeros sólo a los hombres.

Expresión del sacerdocio común

Pero no se trata únicamente de una cuestión como la que hemos señalado antes, sino que estamos ante el ejercicio o expresión del sacerdocio común de los fieles. Así, una correcta y sana aplicación del m.p. Spiritus Domini debe tener en cuenta esto, es decir, que los ministerios laicales nacen de la condición sacerdotal y real de todo fiel bautizado, mientras que los ministerios ordenados corresponden a algunos de los miembros de la Iglesia que han recibido la misión —a través de un sacramento— para acturar en la persona de Cristo Cabeza.

Así pues, se evita una cierta clericalización de los fieles laicos, que parte de la idea de que para estar en la Iglesia, es necesario ejercitar un ministerio o encargo, cuando “El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico, aunque diferentes esencialmente y no sólo en grado, se ordenan, sin embargo, el uno al otro, pues ambos participan a su manera del único sacerdocio de Cristo” (Lumen gentium, n. 10).

Hombres y mujeres, laicos

Por tanto, con la entrada en vigor del motu proprio Spiritus Domini, hombres y mujeres podrán ser constituidos como lectores y acólitos, para ejercer ese servicio de la Palabra y del Altar respectivamente. Todo ello comporta una estabilidad en el encargo, un reconocimiento público y un mandato del obispo para que el fiel laico, sea hombre o mujer, ejerza ese ministerio en servicio de la Iglesia. Por eso, el Papa Francisco en la carta antes citada, precisa aun más la norma señalando que corresponde a las Conferencias Episcopales establecer criterios adecuados para el dicernimientos y la preparación de los candidatos al ministerio del Lectorado y Acolitado, según lo ya dispuesto por el motu proprio Minsteria quaedam, previa aprobación de la Santa Sede y de acuerdo con las necesidades de evangelización en sus territorios.

Unidad de los cristianos. “Permaneced en mi amor y daréis fruto abundante”

14 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Semana de oración por la unidad de los cristianos 2021

Desde 1908, cada año, del 18 al 25 de enero, se celebra la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Primera iniciativa ecuménica que fue apoyada y animada por la Iglesia católica. 

El objetivo principal de esta propuesta es doble. En primer lugar, es un tiempo propicio para conocer y sentir el dolor y el drama de las divisiones dentro de la Iglesia de Cristo. Estas divisiones, surgidas a lo largo de la historia a causa, principalmente, del pecado de los propios cristianos, pero también favorecidas por complicados procesos históricos culturales, sociales y teológicos, hieren el ser eclesial y son un escándalo para el mundo. 

Por otro lado, esta semana de oración, como su propio nombre indica, es una invitación a rezar, implorar, suplicar, pedir la gracia de la unidad para todos los cristianos en la certeza de que esta es un don del cielo, es la obra del Espíritu en nosotros. Solo desde una dinámica de conversión cada vez más profunda y sincera a Dios de cada uno de los fieles y de las Iglesias y comunidades cristianas, podremos reorientar nuestras vidas hacia la Unidad que es la vida de la Trinidad y que brota de Ella como gracia para el mundo. De este modo, con este evento ecuménico anual, se subraya que las otras posibles iniciativas ecuménicas, a nivel teológico, social y testimonial, encuentran en el ecumenismo espiritual su fundamento y aliento.

Cada año el material para guiar las oraciones y claves de meditación de cada día es preparado por un grupo de cristianos de diversas confesiones procedentes generalmente de una misma región o país. En este año 2021 ha sido la Comunidad de Grandchamp quien ha asumido esta tarea. El lema escogido nos introduce en el Corazón de Cristo, en su vida de comunión con el Padre y su deseo de comunión con los hombres, al orientarnos hacia los llamados “discursos de despedida” del Evangelio de Juan, en los capítulos del 14 al 17. Concretamente la cita es de Jn 15, 5-9, en la que la imagen de la vid y los sarmientos simboliza la comunión con Cristo como única vía hacia la comunión entre los hermanos. “Permaneced en mi amor y daréis fruto abundante”.

Este año se nos invita también a conocer el testimonio ecuménico de la comunidad de Grandchamp. Una comunidad religiosa femenina nacida en el seno de la Reforma protestante en plena Segunda Guerra Mundial. El nacimiento de una experiencia de vida religiosa supone, en la historia de la Reforma, un acontecimiento de gracia del Espíritu, que en su creatividad sigue suscitando nuevas experiencias evangélicas y renovando la vida de los fieles. Desde la abolición de los votos religiosos por parte de Lutero en el siglo XVI, la vida religiosa había desaparecido en el protestantismo y, aun así, en este momento tan crucial de la historia, como fue la primera mitad del siglo XX, como respuesta al terrible drama humanitario de la Segunda Guerra Mundial, con una fuerte impronta ecuménica y contemplativa surge, muy en sintonía con la Comunidad de Taizé, esta experiencia de inspiración monástica dentro las Iglesias de la Reforma, ratificando así lo que en el Concilio Vaticano II se declarará como elementos eclesiales que están presentes fuera del recinto visible de la Iglesia católica y que, puesto que provienen de Cristo y pertenecen por derecho a la Iglesia de Cristo, ponen de manifiesto que vivimos ya una unidad entre los cristianos, no completa, pero real y verdadera.

Asentada en Suiza, a orillas del lago Neuchâtel, la comunidad de Grandchamp se inicia gracias a un pequeño núcleo de mujeres que sienten un deseo cada vez más fuerte de abrir caminos de espiritualidad para ellas y otras personas, a través de retiros, encuentros de oración y formación espiritual. Estos se realizaban de forma esporádica en Grandchamp, pero llegan a adquirir tal seriedad y fuerza que algunas de ellas se sienten llamadas a iniciar una vida de comunidad dedicada, principalmente, a la oración, el trabajo y a la acogida. 

En 1940 se asienta en Grandchamp la primera de estas mujeres, a la que se une casi inmediatamente otra. En 1944 llega Geneviève Micheli que lideró la comunidad en sus primeros pasos hasta pasar el testigo a Sor Minke de Ivres, responsable de la comunidad durante casi treinta años desde 1970, acompañando y sosteniendo los años difíciles de maduración y consolidación de la misma. En los primeros años, las hermanas elaboraron su regla de vida al amparo de la Comunidad de Taizé y bajo la influencia del libro del gran teólogo protestante Dietrich Bonhoeffer Vida en comunidad.

La comunidad ha ido creciendo, y actualmente está formada por más de medio centenar de hermanas de diversos países y confesiones cristianas, con algunas experiencias misioneras o de misericordia en otros lugares del mundo, especialmente los más marcados por la pobreza o la injusticia.

El pajar de la antigua granja que fue en su momento el monasterio de Grandchamp es la actual capilla de la comunidad. Es un precioso icono de esta vida: la imagen de la Trinidad de Rublov en el centro, la Palabra siempre abierta, una gran cruz de madera, sencilla y pobre como fue la vida de Cristo en esta tierra, bella y armoniosa en la fraternidad, abierta al mundo, alegre y llena de color. Su estilo evangélico, inspirado en las primeras comunidades cristianas de Jerusalén, ha hecho de este lugar y de esta fraternidad de vida un espacio de comunión y unidad donde todo cristiano pueda sentirse reconocido, acogido y amado incondicionalmente.

El autorHna. Carolina Blázquez OSA

Priora del Monasterio de la Conversión, en Sotillo de la Adrada (Ávila). Es también profesora de la Facultad de Teología en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, de Madrid.

Ecología integral

Solidaridad, la clave después de la pandemia. La propuesta de Fratelli tutti

Acaba de comenzar el año en el que deseamos vencer la pandemia y algunas de sus consecuencias. Algunas han sido incluso positivas: ha dejado al descubierto otros elementos de una crisis más profunda, indicando un camino. Tenemos la oportunidad de apostar por las claves de fondo, algunas de las cuales se encuentran en la reciente encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti.

Jaime Gutiérrez Villanueva·14 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Sólo reconociendo la dignidad de cada persona humana, podremos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad» (FT 8). El Papa Francisco ha entregado a la Iglesia su tercera encíclica titulada Fratelli Tutti: “todos hermanos”. Desarrollada en ocho capítulos, constituye un compendio sobre la fraternidad y la amistad social. Se ha inspirado fundamentalmente en san Francisco de Asís y su testimonio de amor por todas las personas que no conoció fronteras.

Una encíclica de la época

Fratelli tutti aborda la novedad de esta época que nos toca vivir, con unas divisiones cada vez más profundas entre empobrecidos y enriquecidos. Nos alerta también de las consecuencias de la pandemia global que estamos viviendo (dejar al descubierto nuestras falsas seguridades, la incapacidad de actuar conjuntamente, el descarte de los pobres y débiles en aras de la rentabilidad). Por otro lado, la Covid-19 también ha acelerado la llamada a la fraternidad universal que nos hacen insistentemente el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.

El Santo Padre nos habla de sueños que se han roto en pedazos, como son la fraternidad y la igualdad, y que no han llegado a extenderse a toda la humanidad. Es necesaria que la verdadera sabiduría suponga el encuentro con la realidad. Es necesario poner rostros concretos a las afirmaciones que hacemos. 

Como el buen samaritano

Al leer esta encíclica todos nos sentiremos interpelados y descolocados. Ante tanto dolor como hay en nuestro mundo, ante tanta herida, la única salida es ser como el buen samaritano. Todos tenemos algo del herido que está en el camino, del buen samaritano o de los que pasan de largo. Se trata de proponernos un encuentro con quien está caído en el camino de una forma real y adoptar la actitud del buen samaritano.

Si verdaderamente tomamos conciencia de que todos somos hermanos, los que llegan a nuestra tierra han de ser acogidos como tales. Hay que tener un corazón abierto al mundo entero y el Papa recalca cómo poner en diálogo lo local con lo universal.

La clave de la solidaridad

Entre otras virtudes, la encíclica destaca la solidaridad, que “es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero. […] La solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia” (FT 116). Y es también la solidaridad uno de los puntos de apoyo para encauzarla precisamente en el momento actual. 

El Papa nos alerta de que parece triunfar un capitalismo del descarte, el trabajo precario y la subvención. Peligran la libertad y la igualdad. No esperemos todo de los que nos gobiernan, comencemos desde abajo y de uno en uno, hasta el último rincón del mundo. Soñemos como una única humanidad, cada uno con su propia voz, todos hermanos. Muchos que nos reconocemos hijos y llamamos a Dios Padre, queremos ser signo e instrumento de este proyecto entusiasmante.

Cultura

El Premio Harambee 2021 reconoce el impulso a la mujer en la ciencia

Maria José Atienza·13 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Duni Sawadogo promueve del proyecto “La Mujer y la Ciencia” en su país y lucha contra el tráfico de medicinas falsas que afectan, especialmente, a los más vulnerables.

La científica costamarfileña, Duni Sawadogo, ha sido reconocida, este año, con el Premio Harambee a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana.

Sawadogo trabaja en su país impulsando la formación de mujeres universitarias y científicas y promueve, además, el proyecto “La Mujer y la Ciencia”. Otro de los aspectos que le ha hecho merecedora de este premio es la lucha contra el tráfico de medicinas falsas que perjudican fundamentalmente a los más vulnerables como son las mujeres y los niños más pobres y que, según destaca la Dra. Sawadogo, genera más dinero que el de la droga y tiene una especial y preocupante incidencia en África.

Entrega del premio

El premio será entregado, en una gala online el próximo 4 de marzo, por S.A.R. Doña Teresa de Borbón dos Sicilias, Presidenta de Honor de Harambee y D. Nicolas Zombré, Director General del Grupo Pierre Fabre en España, que patrocina este premio.

Biografía de Duni Sawadogo

Duni Sawadogo, doctora en Farmacia por la Universidad de Abidjan y doctora en Biología Celular y Hematología por la Universidad de Navarra es catedrática de Hematología Biológica e investigadora principal en la Facultad de Farmacia de la Universidad Felix Houphouet Boigny, de Abidjan. Durante la pandemia, la Dra. Sawadogo ha sido nombrada miembro del Comité de Directivo de la AIRP (Autorité Ivoirienne de Régulation Pharmaceutique). Un organismo similar a la Agencia del Medicamento Europea, que ha aprobado las vacunas contra el covid-19.

De igual forma, la AIRP pone a disposición de la población medicinas seguras, eficaces y de bajo precio, porque en Costa de Marfil, como en la mayoría de los países en vías de desarrollo, existe un gran mercado de medicinas falsificadas y sin la mínima calidad que se venden fuera del circuito de distribución oficial. También se ocupa de impulsar la creación y el desarrollo de la industria farmacéutica.

Proyecto Harambee

Harambee –que en swahili significa todos juntos– es un proyecto internacional de solidaridad con África subsahariana que colabora con proyectos educativos, sanitarios o asistenciales, impulsados y realizados por
los mismos africanos en sus países. Todos sus voluntarios trabajan de forma solidaria, sin percibir remuneración alguna. En 2021 Harambee desarrollará proyectos en Camerún, Congo, Costa de Marfil, Kenia, Mozambique, Nigeria, Rwanda y Uganda.

Vaticano

Audiencia general: Alabar a Dios siempre, en las buenas y en las malas

David Fernández Alonso·13 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Santo Padre continúa la catequesis sobre la oración, comentando en este frío miércoles romano, la oración de alabanza. La Audiencia se desarrolló en la Biblioteca del Palacio Apostólico, como ya es habitual por motivo de la pandemia del coronavirus.

«Jesús alaba el Padre«. El Papa Francisco comenzó la catequesis subrayando el ejemplo de Cristo, que todos debemos imitar. A lo largo del Evangelio vemos como Jesús alaba al Padre porque se siente hijo del Altísimo. En este sentido, nosotros también debemos seguir su vida y alabar al Señor, una actitud propia de los «las personas sencillas, humildes, que acogen el Evangelio«. Los pequeños son conscientes de sus propias limitaciones, y en Dios Padre se reconocen todos hermanos.

¿A quién sirve la alabanza?

El Papa lanza esta pregunta: ¿a quién sirve la alabanza?, ¿a nosotros o a Dios? Pues efectivamente, «la oración de alabanza nos sirve a nosotros. El Catecismo la define así: «Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de verle en la gloria«.

En esta misma línea, Francisco hace referencia a las situaciones difíciles, a las contradicciones, como las que están sufriendo muchas personas en los últimos tiempos. Es entonces -aconseja el Papa- cuando tenemos que seguir a Jesús más de cerca, porque en esos momentos de dificultades, Jesús también alaba al Señor. En esos casos, la oración de alabanza purifica el alma, nos ayuda a mirar lejos.

El ejemplo de San Francisco

Ya al final de la catequesis, el Papa quiso servirse de las enseñanzas de San Francisco, que «alaba a Dios por todo, por todos los dones de la creación, y también por la muerte, que con valentía logra llamar “hermana”. Los santos y las santas nos demuestran que se puede alabar siempre, en las buenas y en las malas, porque Dios es el Amigo fiel, y su amor nunca falla«.

Vocaciones

Sacerdotes santos: Santo Domingo de Guzmán

En 2021 se cumplen 800 años de la muerte de Santo Domingo de Guzmán, uno de los grandes sacerdotes santos de la Edad Media, un hombre de profunda oración que "sólo hablaba con Dios o de Dios". Con él empezamos una serie que repasará algunos de los sacerdotes santos de la historia de la Iglesia.

Manuel Belda·13 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Santo Domingo de Guzmán es uno de los grandes sacerdotes santos de la Edad Media. Nació hacia el año 1172 en Caleruega (Burgos). A los catorce años marchó a estudiar Artes liberales y Sagrada Escritura en la universidad de Palencia. Allí manifestó su caridad hacia los pobres, pues durante un periodo de terrible carestía, vendió sus libros para dar el dinero obtenido a los pobres. Esto suponía desprenderse de valiosos códices, reunidos con mucho trabajo durante años de estudio fatigoso, renunciando a un patrimonio que sería casi imposible reconstruir después.  

Sus inicios en el sacerdocio

Fue ordenado sacerdote a los 25 años, formando parte del capítulo de canónigos regulares de la catedral de Osma (Soria). En 1203 acompañó a su obispo, Diego de Acebes, en una misión delicada, pues se trataba de concertar el matrimonio del hijo del rey Alfonso VIII de Castilla con una princesa danesa. Al regreso de Dinamarca, en 1206, encuentran en la ciudad francesa de Montpellier a los legados pontificios, Pedro de Castelnau y Raúl de Fontroide, enviados por el Papa para reprimir la herejía de los cátaros o albigenses, y los convencen de que para que su predicación resulte eficaz, tienen que dar ejemplo de pobreza evangélica y renunciar al lujo ostentoso de que hacían gala. El obispo y Domingo se quedaron en el sur de Francia para predicar contra dicha herejía.

La Orden de Predicadores

El obispo Diego volvió pronto a su diócesis para reclutar nuevos predicadores y murió allí en 1207, por lo que Domingo tuvo que continuar él solo la tarea de predicación, pero poco después se le agregó un grupo de sacerdotes, atraídos por su ideal evangélico. En 1215 fundó su primera casa religiosa en Toulouse con sus dos primeros discípulos, que se unieron a él mediante la profesión religiosa para constituir una comunidad. El mismo año el obispo de la diócesis, Folco, la aprobó oficialmente, lo que representa el origen de la Orden de Predicadores. El paso sucesivo fue la obtención de la aprobación pontificia, pues en esa época los únicos predicadores institucionalizados eran los obispos. Con este fin acompañó al obispo Folco a Roma para el Concilio Lateranense IV (1215), y allí conoció al Papa Inocencio III, quien lo animó a poner en práctica su programa de vida religiosa y de pastoral. En 1216 volvió a Roma, donde el Papa Honorio III aprobó definitivamente la nueva Orden de Predicadores.

En 1218 se fundaron los dos principales conventos de la Orden, el de París y el de Bolonia, pues estas dos ciudades eran los principales centros de la cultura de la época. El Capítulo general de 1220 confirmó la elección de Domingo como Superior general, que en los dominicos es llamado “Maestro de la Orden”, cargo que desempeñó hasta pocos meses antes de su muerte. El último año de su vida lo dedicó, por encargo del Papa a organizar dos conventos en Roma, un para monjas, San Sixto, y otro para frailes, Santa Sabina, que luego fue la casa generalicia de la Orden. 

Muerte y legado espiritual

Murió el 6 de agosto de 1221 en Bolonia. Poco antes de morir dijo a sus hijos espirituales: “No lloréis; os seré más útil y daré más fruto para vosotros después de mi muerte, que con todo lo que hecho en mi vida”. Fue canonizado por Gregorio IX en 1234. Sus contemporáneos presentan a santo Domingo como un hombre de profunda oración, con una frase que se ha hecho clásica: “Sólo hablaba con Dios o de Dios”.

No se ha conservado ninguna obra suya. De su correspondencia, que debió de ser numerosa, sólo ha llegado hasta nosotros una carta en latín a las monjas dominicas de Madrid. 

La espiritualidad personal de santo Domingo se transmite mediante su carisma fundacional a la Orden de los Predicadores. Como escribe George Bernanos: “Si pudiésemos elevar una mirada única y pura sobre las obras de Dios, esta Orden nos aparecería como la caridad misma de santo Domingo, realizada en el espacio y en el tiempo, como si su oración se hubiera hecho visible”.

El afán por la salvación de las almas

Esta espiritualidad se caracteriza por el fin común, que consiste en el afán por la salvación de las almas. Para ello se precisa un fin específico, la predicación, subordinado al anterior. El predicador da a los demás el tesoro que ha acumulado en la contemplación. Ésta es la diferencia fundamental entre la Orden de los Predicadores y las anteriores Órdenes monásticas, que “hablaban a Dios” y a menudo “de Dios”, pero no tenían una orientación directamente apostólica, sino que su fin específico era la vida contemplativa. En cambio, en la Orden de Predicadores el fin apostólico está situado al mismo nivel que el fin contemplativo. Más tarde santo Tomás de Aquino sintetizará este hecho con la frase: Contemplata aliis tradere, entregar a los demás el fruto de la propia contemplación.

Si el fin común de la Orden de Predicadores es la salvación de las almas y su fin específico es la predicación, el medio indispensable para alcanzar ambos fines es el estudio asiduo de las Ciencias Sagradas, lo cual sustituía al trabajo manual de los monjes en las Órdenes anteriores a la de santo Domingo. El estudio constituye la pasión dominante de esta Orden. La liturgia define al santo como Doctor Veritatis, Veritas es el lema de la Orden de Predicadores.

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Familia

Formar una familia, secundario para 3 de cada 4 jóvenes

Constituir una familia sigue estando muy por detrás del progreso profesional y de los viajes para una gran mayoría de los jóvenes españoles, según el barómetro de las familias de GAD3, presentado hoy por The Family Watch.

Rafael Miner·12 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Foto: Jessica Rockowitz/Unsplash

La formación de una familia sigue siendo una “quimera” para la mayoría de los jóvenes, según el barómetro. El 83 % de los encuestados menores de 45 años piensa que existen mayores dificultades que en generaciones anteriores para hacerlo.   

El porcentaje es elevado. Y cuando se ha preguntado a esta franja de edad sobre sus prioridades en los próximos cinco años, destacan por este orden: prosperar profesionalmente (89 %), ampliar sus estudios (62 %), y viajar y conocer otras culturas (59 %), por delante de formar una familia, que sólo entra dentro de los planes del 26,3 por ciento, es decir, uno de cada cuatro. 

Hace doce meses, este porcentaje era de un 40 por ciento, lo que supone una disminución de casi un 14 por ciento, según el trabajo de campo de la consultora GAD3, primero en situación de pandemia.

María José Olesti, directora general de la fundación The Family Watch, think-tank de estudios sobre la familia, ha manifestado que “estos datos explican, en parte, las razones de la profunda crisis demográfica que afecta a nuestro país, algo que, uniéndose a la actual situación de pandemia, y sus consecuencias económicas, no augura que cambie en los próximos años”. 

La perspectiva de los jóvenes quizá tenga que ver con otro dato del barómetro: una amplia mayoría de los entrevistados (85 %) afirma que la situación económica de España es mala. Por otra parte, la pérdida de poder adquisitivo afecta a la mitad de las familias españolas (50 %) pero especialmente a aquellas que han perdido el empleo (72 %). A pesar de las dificultades derivadas de la pandemia, la mayoría de las familias (56 %) afirma que han prestado ayuda a familiares, amigos y ONG durante este tiempo. 

En contestación a varias preguntas, María José Olesti señaló que “no se da a la maternidad la importancia que tiene en la vida social, política, laboral,… Más bien al contrario, se penaliza a las mujeres que quieren ser madres. Hay que seguir con las ayudas en políticas sociales, en las que estamos a la cola en Europa”. 

La conciliación, asignatura pendiente

Una de las preguntas del estudio fue en qué medida le resulta fácil conciliar su trabajo con la vida personal y familiar. El 17,8 por ciento contestó “mucho”, el 43,9 “bastante”, y el 29,4 por ciento “poco”, porcentajes bastante similares respecto al año anterior. Sara Morais, directora de investigación de GAD3, recordó que cada año se reduce la tasa de fecundidad en España, que se situó en 1,24 en 2019. Dos años antes, en 2017, el índice era de 1,3, según datos oficiales.

Internet y los menores

Otra de las cuestiones que más preocupan a las familias, según The Family Watch, es el uso de Internet, el acceso a las apuestas y contenidos para adultos, como la pornografía, y los estilos y comportamientos de los menores en la red. 

A pesar de las recientes medidas impulsadas tanto por la industria del juego como por las autoridades, casi 9 de cada 10 hogares sigue considerando que los menores acceden de manera muy sencilla a los juegos de azar y videojuegos online.

El estudio señala que 8 de cada 10 hogares considera que “controla” lo que visualizan los menores en la red, y el 78 % establece reglas de uso y horarios. El 65 % de los encuestados reconoce que durante los meses de pandemia se ha accedido a contenidos para adultos. 

Una medida importante para el 74 % de las familias encuestadas sería que al contratar una línea de Internet, “ésta venga, por defecto, con limitación de acceso a determinados contenidos, (pornografía, juegos online, etc.), algo que desde la consultora se viene solicitando tanto a operadores como partidos políticos desde hace años”

 A su juicio, “sería una manera rápida y sencilla de conseguir que sin tener un conocimiento elevado de Internet, los padres puedan proteger a sus hijos y evitar que accedan a contenidos que en nada ayudan a su desarrollo como personas. En países como Francia e Italia ya se ha implementado y España debería seguir el mismo camino”, afirman.

España

«Para muchos de estos niños la Iglesia es su única familia»

Maria José Atienza·12 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Jornada de la Infancia Misionera, que celebraremos el próximo 17 de enero, centra este año su campaña en la labor de la Iglesia con los niños abandonados, malnutridos y acusados de brujería en la zona de Yendi (Ghana).

El director de OMP España, Jose María Calderón, ha puesto de manifiesto como, en este año dedicado a la figura de San José la campaña de la infancia misionera se enmarca en esa vuelta de la Sagrada familia desde Egipto a Nazaret, una manera de implicar a los niños y las familias en la labor misionera propia de la identidad católica. 

Mons. Vincent Sowa Boi-Nai, obispo de Yendi (Ghana) ha sido el primero de los invitados en tomar la palabra para explicar la situación de la infancia en su diócesis.

El obispo ha diferenciado cuatro tipos de niños a los que la Iglesia, a través de los proyectos impulsados con la ayuda de las Obras Misionales Pontificas, atiende: niños con maltrunición, niños con defectos de nacimiento: ceguera, cojera…, menores abandonados y niños «brillantes» pero con necesidad de ayuda para salir adelante para poder continuar sus estudios. 

En el primer grupo, Mons. Vincent Sowa Boi-Nai, ha destacado la labor de las hermanas de Santa Gilda que enseña a madres a cultivar sus hortalizas, criar cabras y ovejas y a preparar comidas nutritivas para los niños. 

En cuanto a los niños con problemas de nacimientos, el obispo ha señalado la falta de acceso a cuidados prenatales y perinatales y el peligro de ciertas prácticas pseudmedicinales tradicionales que ponen en peligro sus vidas o les causan mayores problemas y deformidades. 

Otro de los grupos, al que también se ha referido la hermana Therese Stan, segunda de las participantes en la rueda de prensa, es el elevado número de niños abandonados en las calles, algunos acusados de estar poseídos tras sufrir muchas veces, un erróneo cuidado sanitario. 

Esta religiosa, que acoge a niños acusados de brujería en el Hogar Nazaret de Yendi, ha narrado la dureza de muchas de las vidas de estos niños que, con apenas años de vida, son abandonados o amenazados en sus propios entornos familiares.

El Hogar Nazaret supone, para muchos de ellos, la única posibilidad de vivir y recibir los cuidados médicos necesarios. Una labor que, como ella destaca, se lleva a cabo gracias a la fe. 

Un punto común de todos los que han presentado esta campaña, ha sido el señalar cómo la Iglesia, a través de las instituciones y congregaciones que trabajan en este campo, es para estos niños y niñas, “la verdadera y a veces única familia que tienen”.

La Jornada de Infancia misionera tendrá este año, al igual que el DOMUND, su presencia muy centrada en los canales digitales. En la web https://infanciamisionera.es pueden conocerse testimonios de misioneros y de receptores de las ayudas y los proyectos que sólo pueden salir adelante con la generosidad de todos. Además, se ha facilitado la manera de colaborar, ya sea a través de un donativo por transferencia o bizum 

Todos los materiales de esta campaña pueden descargarse de esa misma web para que os más pequeños puedan ser conscientes y participar en esta labor.

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España

Mons. Antonio Gómez Cantero, nuevo obispo coadjutor de Almería

Maria José Atienza·8 de enero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El actual obispo de Teruel y Albarracín asume la ayuda en el gobierno diocesano junto a MonsAdolfo González Montes, titular de la sede almeriense desde 2002 y que cumplirá 75 años el próximo noviembre.

La Santa Sede ha hecho público a las 12.00 h. de hoy, viernes 8 de enero de 2021, que el papa Francisco ha nombrado a Mons. Antonio Gómez Cantero obispo coadjutor de Almería.

 Mons. Gómez Cantero es actualmente obispo de Teruel y Albarracín, que se une a las vacantes actuales en el mapa español.

La Santa Sede responde así a la petición del obispo de Almería, Mons. Adolfo Gónzalez Montes, de contar en la diócesis con un obispo coadjutor.  

Biografia breve

Mons. Antonio Gómez Cantero nació en Quijas (Cantabria) el 31 de mayo de 1956. Cursó estudios de bachillerato en el seminario menor de Carrión de los Condes y eclesiásticos en el seminario mayor de San José de Palencia. Fue ordenado sacerdote el 17 de mayo de 1981. Obtuvo la licenciatura en Teología Sistemática-Bíblica en el Instituto Católico de París, en 1995.

El 17 de noviembre de 2016 el papa Francisco hace público su nombramiento como obispo de Teruel y Albarracín. Recibió la ordenación episcopal el 21 de enero de 2017.

En el momento de su nombramiento episcopal era vicario general y moderador de curia (2008-2017) de la diócesis de Palencia, de la que fue administrador diocesano del 8 de mayo de 2015 hasta el 18 de junio de 2016. 

En la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales desde marzo de 2020 y Consiliario de la Acción Católica Española desde octubre de 2018.

La figura de Obispo Coadjutor

Según indica el código de derecho canónico, el obispo coadjutor pasa inmediatamente a ser obispo de la diócesis para la que fue nombrado cuando esta quede vacante. También determina que ha de ser nombrado vicario general por el obispo diocesano.

Es momento de mirar hacia adelante

8 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El primer número en el que nuestra revista lleva la nueva cabecera de Omnes marca un momento ilusionante, el primer paso de un gran proyecto… y asume a la vez la estupenda trayectoria de la revista Palabra, de la que continúa su numeración.

Señala el momento de mirar hacia adelante, después de haber destacado en el número de noviembre la continuidad con la historia iniciada en septiembre de 1965.

Estamos ante la nueva definición de un medio de información religiosa multiplataforma, que tendrá sus bases principales en la revista impresa y en un portal digital, omnesmag.com junto con sus redes sociales.

Lo novedoso en Omnes no es el nuevo nombre, ni una página web actualizada; tampoco consiste en eliminar la revista impresa o de sustituirla por una versión digital. Se trata de un nuevo planteamiento de conjunto de nuestro medio.

Los contenidos de la edición impresa y del portal digital serán diferentes, porque el cauce digital permitirá más agilidad y mayor atención a los aspectos de la actualidad que se escapan a la cadencia mensual, que hasta ahora era exclusiva. La línea editorial y la orientación sí serán coincidentes en esos dos cauces, y coherentes con lo que ha sido Palabra hasta el momento.

El esfuerzo será transmitir el contexto junto con el dato, el análisis junto con el evento, el fondo de los temas junto con la actualidad. También el estilo de las informaciones tendrá rasgos definitorios, porque Omnes no es sólo una iniciativa periodística centrada en un ámbito cualquiera, en este caso la información religiosa: es una manera serena de asumir una responsabilidad en la común tarea de la evangelización.

En realidad, informar sobre la Iglesia como quiere hacerlo Omnes es una necesidad con la que sintonizan muchas personas que sienten el deseo de impulsar un cristianismo “en salida”, es decir, abierto, alegre y positivo; que se añora al leer tantas informaciones sobre el Papa, la Iglesia y la fe que subrayan lo escandaloso e inquietante, o que son parciales o deformadas; y que sale al encuentro de quienes -cada vez más- agradecen que se les informe de las cosas como son, acudiendo, siempre que es posible, a las fuentes y a las palabras originales, sin buscar un eco fácil alentando divisiones. También por eso se dirige a todos, a Omnes, de cualquier situación, condición o edad.

La redacción de Omnes sabe que comparte este objetivo con sus suscriptores y los demás lectores, tanto los actuales como los que se quieran sumar en el futuro. Hacer Omnes requiere la colaboración de todos los que lo valoran y comparten. En nuestro tiempo, los proyectos que avanzan son colaborativos: los impulsa la comunidad de aquellas personas que entienden que valen la pena. En las páginas siguientes, los lectores descubrirán diversos modos de participar de esta aventura:colaborar, suscribirse, contribuir, aportar, dar a conocer, anunciarse, difundir.

Contamos con todos, por tanto.

¡Bienvenidos a Omnes!

El autorOmnes

Mundo

La fraternidad humana marca el viaje del Papa a Abu Dhabi

Tanto la visita efectuada por el Papa Francisco a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) como la que tendrá lugar a finales de marzo a Marruecos, constituyen una profunda intensificación en el diálogo de paz con el Islam. El Papa celebró la primera Misa en público en la historia en la península arábiga.

Ferran Canet·7 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

 Los viajes del Papa Francisco, como los de sus predecesores, tienen lugar en los destinos previstos, pero no podrían entenderse adecuadamente sin las palabras del Santo Padre en el avión de ida, y especialmente de vuelta, con los periodistas. En la visita a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), cuyas principales ciudades son Abu Dhabi y Dubai, ha sucedido lo mismo.

En el avión de regreso, el Papa introducía el diálogo de este modo: “Ha sido un viaje demasiado breve pero para ha sido una gran experiencia. Quiero que cada viaje sea histórico y también que cada uno de nuestros días sea para escribir la historia cotidiana. Ninguna historia es pequeña, cada historia es grande y digna. E incluso si es fea, la dignidad está oculta y siempre puede surgir”.

A continuación, el Papa Francisco se refirió a los EAU: “He visto un país moderno, me ha llamado la atención la ciudad. Incluso la limpieza de la ciudad, me he preguntado cómo hacen para regar las flores en este desierto. Es un país moderno, acoge a muchos pueblos y es un país que mira hacia el futuro: por ejemplo, en la educación de los niños. Educan mirando hacia el futuro. Luego me ha llamado la atención el problema del agua: están buscando para un futuro cercano tomar el agua del mar y hacerla potable, incluso el agua de la humedad y hacerla potable. Siempre buscando cosas nuevas. También he escuchado decir de ellos: nos faltará el petróleo y nos estamos preparando. Me ha parecido un país abierto, no cerrado. También la religiosidad: es un islam abierto, de diálogo, un islam fraterno, de paz. Subrayo la vocación a la paz que he sentido que tenía, a pesar de los problemas de algunas guerras en la zona”.

En el espíritu del Vaticano II

Un Islam abierto, de diálogo, fraterno, decía el Santo Padre. En efecto, un aspecto relevante de la conversación con los medios se centró en el documento sobre la fraternidad humana firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb.
La declaración supone una invitación a la reconciliación y a la fraternidad entre todos los creyentes, también entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad. Así comentaba el Papa: “Una cosa que quiero decir y lo repito claramente: desde el punto de vista  católico,  el documento no se ha movido ni un milímetro más allá del Concilio Vaticano II. Nada. El documento ha sido realizado en el espíritu del Vaticano II”.
El Santo Padre se refirió también a posibles divergencias entre los musulmanes. “En el mundo islámico hay diferentes opiniones, unas más radicales, otras no. Ayer, en el Consejo de Sabios había al menos un chiíta y ha hablado bien. Habrá discrepancias entre ellos…, pero es un proceso, los procesos deben madurar, como las flores, como la fruta”.

Intrahistoria del documento

El Papa explicó que el texto “fue preparado con mucha reflexión y también orando. Tanto el gran Imam con su equipo como yo con el mío, hemos rezado tanto para lograr hacer este documento, que nace de la fe en Dios, que es el Padre de todos y el Padre de la paz. Condena toda destrucción, todo terrorismo, desde el primer terrorismo de la historia que es el de Caín. Es un documento que se ha desarrollado en casi un año, con ida y vuelta, oraciones… se ha dejado madurar, un poco confidencial, no para dar a luz al niño antes de tiempo. Para que sea maduro”, informó Andrea Tornielli desde el avión.

En cuanto a otras impresiones de la visita, y a sus resultados, decía el Papa a los medios informativos: “Para mí ha sido muy conmovedor el encuentro con los sabios del islam, un profundo encuentro, eran de diferentes lugares y de varias culturas. Esto también indica  la apertura de este país a un cierto diálogo regional, universal y religioso. Luego me ha impresionado el convenio interreligioso: ha sido un evento cultural fuerte. Y lo he mencionado en el discurso, lo que hicieron aquí el año pasado sobre la protección de los niños en internet. Hoy en día, la pornografía infantil es una ‘industria’ que da mucho dinero y se aprovecha de los niños. Este país se ha dado cuenta de esto. También habrá cosas negativas… Pero gracias por la acogida”.
En el vuelo papal, no todas las preguntas fueron vaselina suave. Por ejemplo, ésta: “El Gran Imán Al-Tayyib hizo hincapié en el tema de la islamofobia. ¿Por qué no se dijo algo también sobre la cristianofobia, sobre la persecución de los cristianos?”.

Ésta fue la respuesta del Papa: “Yo he hablado de ello. No en ese momento, pero estoy hablando frecuentemente de eso. Creo que el documento se refería más bien a la unidad y la amistad. Pero condena la violencia y algunos grupos que se autodenominan islámicos —aunque los sabios digan que eso no es Islam— persiguen a los cristianos. Recuerdo a ese padre en Lesbos con sus hijos. Tenía treinta años, lloró y me dijo: Soy musulmán, mi esposa era cristiana y vinieron los terroristas de Isis, vieron su cruz, le pidieron que se convirtiera y después de su negativa le cortaron el cuello delante de mí. Este es el pan de cada día de los grupos terroristas: la destrucción de la persona. Por eso el documento ha sido de fuerte condena”.

Confirmar en la fe

Aunque es difícil tener datos exactos, se calcula que los fieles católicos suman en torno a un millón de personas entre EAU, Omán y Yemen, que componen el Vicariato Apostólico de Arabia del Sur, todas ellas inmigrantes. Un 80 % son de rito latino y el resto de varios países orientales, de más de un centenar de paíes de origen y con fuerte presencia del sudeste asiático.
Al terminar la Santa Misa, a la que asistieron unas ciento cincuenta mil personas (entre ellas varios miles de musulmanes), el San- to Padre saludó a algunas de las autoridades religiosas (el patriarca maronita, el patriarca armenio, obispos de varios países y ritos…) y civiles. También a los chicos y chicas que habían ayudado en la Misa. La última persona a la que saludó, sin estar previsto, fue Eugene, sacerdote capuchino italiano de 90 años, de los que ha pasado 60 en distintos países de la península arábiga.
Fue un saludo-homenaje; un abrazo del Papa a uno de los sacerdotes que llegaron al principio de la historia moderna de la Iglesia en esta parte del mundo. Abrazo silencioso, largo, de más de un minuto, como señalaba el patriarca armenio, emocionante, en el que el Papa Francisco ha besado la mano a Eugene, mientras los que estaban allí guardaban gran silencio.
Este encuentro me parece un buen resumen de uno de los dos motivos del viaje del Santo Padre a Abu Dhabi: confirmar en la fe a los cientos de miles de católicos que viven en los Emiratos, y, con ellos, a los varios millones que viven en toda la península de Arabia. Ayudar a darles visibilidad.

Año de la Tolerancia

El primer motivo de la visita fue la invitación a participar en el encuentro interreligioso sobre la paz, con motivo del Año de la Tole- rancia promovido por el gobierno emiratí en 2019. En ese encuentro asistía también el gran muftí de la mezquita de El Cairo, al que el Papa Francisco se refirió como hermano y amigo. Al final del encuentro firmaron la declaración ya mencionada, un documento histórico sobre la fraternidad humana.
El Papa no ha sido un invitado más. Lo prueban los muchos detalles por parte de las autoridades civiles (desde la implicación en cubrir las necesidades organizativas, hasta las ceremonias de bienvenida y de despedida). Y lo prueba también la alegría de tantos emiratís (policías, militares y civiles que participaban en la organización de la Misa). Los EAU tienen a gala ser pioneros en la convivencia religiosa. Mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede desde 2007. En 2017 crearon el Ministerio de la Tolerancia, al frente del cual está el jeque Nahyan bin Mubarak Al Nahyan, y han declarado el vigente Año de la Tolerancia.
La visita del Papa responde a una invitación del jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dhabi. Además del Papa, los Emiratos han invitado al Gran Muftí de Al-Azhar, una de las mayores autoridades del islam suní, al frente de la mezquita y universidad Al-Azhar en El Cairo.
El Santo Padre recordó recientemente: “Dentro de poco tendré la oportunidad de ir a dos países de mayoría musulmana, Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos. Serán dos importantes ocasiones para acrecentar aún más el diálogo interreligioso y el entendimiento mutuo entre los fieles de ambas religiones, en el octavo centenario del histórico encuentro entre san Francisco de Asís y el sultán al-Malik al-Kāmil”.

Primera Misa pública

Por primera vez se ha celebrado una Misa pública y el gobierno de Abu Dhabi ha concedido fiesta a aquellos que iban a asistir. “Nosotros los musulmanes reconocemos la importancia de la inminente visita del Papa Francisco. Este viaje señala que la tolerancia, la compasión y el diálogo permiten la comprensión y la paz. El Papa Francisco admirará la belleza de una comunidad global pacífica compuesta por personas de unos 200 países. Él se une a todos nosotros para alabar a nuestro Creador por convertirnos en un individuo único y salvar nuestras diferencias con valores universales”, explicó el ministro de la Tolerancia antes de la visita.
El Santo Padre aprovechó la ocasión para recordar la necesidad de vivir, de verdad, en el respeto de la diversidad aun reconociendo las diferencias. Y en la homilía de la Misa, comentando las bienaventuranzas, animó a los católicos especialmente a ser sembradores de paz. En referencia a las relaciones con los no cristianos, explicó: “Me gusta citar a san Francisco, cuando da instrucciones a sus her- manos sobre el modo como hande presentarse ante los sarracenos y los no cristianos. Escribe: ‘No entablen litigios ni contiendas, sino que estén sometidos a toda humana criatura por Dios y confiesen que son cristianos’”.

Ánimo y agradecimiento a los fieles

El Papa celebró la Misa según el rito latino, pero tuvo muy presente la variedad y riqueza de la Iglesia en esta tierra. Esa diversidad se sintió también en los idiomas utilizados (inglés, italiano y latín por parte del Santo Padre, además del árabe, francés, tagalo, konaki…, en la oración de los fieles).

“Vosotros aquí conocéis la melodía del Evangelio y vivís el entusiasmo de su ritmo. Sois un coro compuesto por una variedad de naciones, lenguas y ritos [en referencia también al coro que cantó durante la Eucaristía, que manifestaba la diversidad de la que hablaba el Papa]; una diversidad que el Espíritu Santo ama y quiere armonizar cada vez más, para hacer una sinfonía. Esta alegre sinfonía de la fe es un testimonio que dais a todos y que construye la Iglesia”, afirmó en la homilía.

También quiso animar a los fieles. Muchos se encuentran lejos de sus familias, fatigados por los horarios laborales, lejos de la iglesia más cercana: “Ciertamente, para vosotros no es fácil vivir lejos de casa y quizá sentir la ausencia de las personas más queridas y la incertidumbre por el futuro. Pero el Señor es fiel y no abandona a los suyos. […] Frente a una prueba o a un período difícil, podemos pensar que estamos solos, incluso después de estar tanto tiempo con el Señor. Pero en esos momentos, aun si no interviene rápidamente, él camina a nuestro lado y, si seguimos adelante, abrirá una senda nueva. Porque el Señor es especialista en hacer nuevas las cosas, y sabe abrir caminos en el desierto”.

El Papa tuvo palabras de agradecimiento a los fieles: “Una Iglesia que persevera en la palabra de Jesús y en el amor fraterno es agradable a Dios y da fruto. Pido para vosotros la gracia de conservar la paz, la unidad, de haceros cargo los unos de los otros, con esa hermosa fraternidad que hace que no haya cristianos de primera y de segunda clase. Jesús, que os llama bienaventurados, os da la gracia de seguir siempre adelante sin desanimaros, creciendo en el amor mutuo y en el amor a todos”.

El autorFerran Canet

Cultura

Vacunas contra la Covid-19 y ética

El delegado de la Santa Sede ante la Asociación Médica Mundial y miembro de la Academia Pontificia para la Vida, Pablo Requena, analiza la moralidad del uso de las vacunas contra la Covid-19.

Pablo Requena·4 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Si a alguno le preguntaran por la calle si le parece que toda la cuestión de la pandemia causada por la Covid-19 es algo sencillo pocos serían los que responderían afirmativamente.

Ha pasado ya más de un año desde que se describieron los primeros casos de lo que en poco tiempo se ha convertido en una epidemia mundial, y son muchos los interrogantes que permanecen sobre el tapete, a pesar de que buena parte del mundo científico global se ha puesto a trabajar en ello de un modo que es difícil encontrar precedentes en la Historia de la Medicina y de la investigación científica.

Llama la atención que en las redes sociales aparezcan tantas afirmaciones tajantes sobre las características del virus, la reacción inmunológica que provoca o el manejo que habría que hacer de la pandemia. A todas estas cuestiones se han unido algunas que se refieren a los aspectos éticos de la infección por coronavirus.

La moralidad de las vacunas

En los últimos meses se ha escrito mucho sobre las vacunas contra la Covid-19 y sobre su conexión con el aborto. El tema es serio y por eso es de agradecer la Nota que ha publicado el pasado 21 de diciembre la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra la Covid-19. En realidad lo que dice esta Nota, a nivel teórico, lo había dicho ya esa misma Congregación en 2008, en los números 34 y 35 de la instrucción Dignitas personae, al tratar de la utilización de “material biológico” humano de origen ilícito. Sin embargo, era oportuno recordarlo, pues muchos católicos desconocen este texto y tienen dudas sobre la moralidad del uso de las vacunas contra la Covid-19

Diferentes grados de responsabilidad

La Nota escribe algo que en los últimos documentos del Magisterio sobre bioética se ha recordado: que la Iglesia no tiene competencia particular en cuestiones científicas, y lo único que hace es ofrecer una luz para el discernimiento de las cuestiones éticas. En este caso la cuestión que se plantea es si es lícito utilizar una vacuna en cuyo proceso de producción o validación se han empleado líneas celulares procedentes de tejido fetal que proviene de abortos provocados.

La breve Nota explica, siguiendo a Dignitas personae, que en el uso de líneas celulares procedentes de aborto se dan diferentes grados de responsabilidad, y pone como ejemplo la distinta valoración moral de las posibles acciones, dentro de una gran empresa farmacéutica, según se trate de los dirigentes que proponen su uso en cierta investigación o de los profesionales que no tienen capacidad decisional sobre los materiales a utilizar.

A continuación ofrece la respuesta al problema moral que se ponen algunos cristianos señalando que es “moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción” siempre que no sea posible acceder a vacunas alternativas realizadas sin utilizar ese tipo de líneas celulares de origen ilícito. Esta condición se cumple actualmente en la mayoría de los casos, pues los posibles usuarios no pueden elegir el tipo de vacuna, ya que depende de la organización gubernamental.

¿Podría existir cooperación al mal?

La razón que utiliza el documento para justificar esta respuesta reside en que el tipo de cooperación al mal en el que se podría incurrir es remoto. Cuando se habla de cooperación al mal (el documento utiliza la categoría moral “cooperación material pasiva”), no se está suponiendo que utilizar hoy la vacuna implique algún nexo causal con el aborto que se realizó hace treinta o cuarenta años, sino que el utilizar estas líneas celulares pueda promover de alguna forma el uso de material embrionario o fetal en los laboratorios, y justificar o hacer más tolerables la destrucción de embriones o los abortos relacionados con ese uso.  

Además, sigue explicando la Nota, el deber moral de evitar ese tipo de cooperación no es vinculante si existe una causa grave, como es en este caso evitar la propagación de la infección con todas sus consecuencias negativas. Es importante entender que el razonamiento que hace la Congregación vaticana no es de tipo proporcionalista, ya que parte de la consideración de que el objeto del acto que se realiza, o sea la inmunización de la población, es moralmente bueno. Además, como se explica también, esta respuesta no legitima ni los abortos que dieron lugar a esas líneas celulares, ni el uso de las mismas.

¿Es obligatorio vacunarse?

Otra cuestión que afronta la Nota es la que se refiere a la obligatoriedad de la vacunación. Aquí es importante distinguir el plano jurídico del plano ético. El primero se refiere a las indicaciones que la autoridad pública exige a los ciudadanos. De momento, en los países donde se ha comenzado a utilizar la vacuna no se exige por ley su suministración: simplemente se aconseja. Pero en algún lugar, o para ciertas categorías de sujetos, la autoridad pública podría obligar la vacunación si lo considerara necesario para el bien público. Por lo que se refiere al plano ético, es claro que existe una cierta obligación moral de evitar el contagio de otras personas y, como en otras enfermedades infecciosas, la vía más segura sería la vacunación. Por esta razón la Nota señala que “la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común”.

¿Y qué pasa con los países pobres?

Un último problema ético de no poca importancia que menciona la Nota, aunque muy sucintamente, es el que se refiere al acceso universal a las vacunas. Habla del imperativo moral de “garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un coste excesivo para ellos”. Sobre este tema hace una presentación más desarrollada la reciente “Nota de la Comisión Vaticana Covid-19 en colaboración con la Academia Pontificia para la Vida Vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y sano” (29.12.2020).

El autorPablo Requena

TribunaJosé María Torralba

Voluntad como motor y voluntad como corazón

La formación no es sólo una ocupación intelectual, sino un proceso que abarca todas las dimensiones de la persona. Implica un cierto equilibrio entre las distintas potencias humanas, y un trabajo de educación moral y espiritual.

4 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

En los últimos años es frecuente oír hablar sobre los riesgos del voluntarismo en la educación moral y espiritual de las personas, especialmente de los jóvenes. Se trata de un tema importante, porque la voluntad es la facultad con la que ejercemos nuestra libertad. Si educar consiste en enseñar a usar la libertad, lo primero es formar bien la voluntad.

Se suele señalar el pensamiento de Guillermo de Ockham como el origen de esa deformación de la vida moral que es el voluntarismo. En efecto, el teólogo inglés propuso el llamado voluntarismo divino que, para lo que aquí interesa, se podría resumir así: algo es bueno o malo porque Dios lo dice, y no al revés. En este planteamiento, la razón no es capaz de conocer cuál es el bien que alcanza al seguir la ley moral, más allá de saber que con su voluntad está obedeciendo a Dios. Sin embargo, y al margen del desarrollo histórico concreto de la teología moral, considero que esta asociación entre Ockham y el voluntarismo oscurece más que ilumina el sentido actual que se da a este fenómeno espiritual.

En mi opinión, ayudaría distinguir entre el “voluntarismo teológico” (de Ockham, sobre por qué un acto es bueno o debido), el “voluntarismo espiritual” (que se refiere a cierto modo de experimentar el esfuerzo por ser mejor) y el “racionalismo” o intelectualismo moral (que considera que es suficiente con conocer el bien para hacerlo). El racionalismo se opone claramente al voluntarismo teológico, pues considera que lo decisivo es la capacidad de la razón humana de conocer el bien. La ley moral se cumple porque manda lo bueno y porque obedecer a Dios es bueno. Lo llamativo es que, en este esquema, el “voluntarismo espiritual” está más cerca del intelectualismo moral que de la postura de Ockham. 

La persona voluntarista es más bien racionalista, ya que su razón es la que dirige –de modo despótico– la voluntad. Tiene claro qué es lo bueno y lo hace, aunque no le atraiga ese bien concreto. Lo que falta es desarrollar la capacidad de amar lo bueno. Por tanto, el problema no es de inflación, sino de atrofia de la voluntad. El voluntarista necesita más voluntad, pero en el sentido que explicaré a continuación.

Siguiendo una venerable tradición que se remonta, al menos, hasta san Agustín, pueden distinguirse dos dimensiones de voluntad que llamaré la voluntad “como motor” y la voluntad “como corazón”.Ambas son necesarias para el crecimiento personal, pero cada una tiene una función propia. Si las consideráramos como dos extremos, tendríamos que si alguien solo desarrollara la voluntad como motor tendría una concepción técnica del ser humano, centrada en la eficacia de conseguir lo que se propone, sin necesitar a nadie. Desde el punto de vista moral, lo que buscaría es la propia perfección. En el otro extremo, cultivar la voluntad como corazón llevaría a comprender la persona como alguien encarnado, interesado en que su vida sea fecunda, sabedor de que lo realmente valioso solo se puede recibir como don gratuito de los demás o de Dios. En lo moral, su meta sería el amor.

La distinción sirve para explicar que el problema del voluntarismo espiritual consiste en reducir la función de la voluntad a ser motor, es decir, a la capacidad de realizar acciones correctas. Por su parte, el riesgo de entender la voluntad solo como corazón sería acabar en algún un tipo de quietismo espiritual, como si no hiciera falta esforzarse para lograr el bien y crecer moralmente. 

La voluntad como corazón no debe entenderse de un modo “sentimental”, cambiante o superficial, sino tal y como lo hace, por ejemplo, Hildebrand en El corazón. Allí se refiere al corazón como el centro espiritual de la persona y órgano de su afectividad. Precisamente lo que necesita el voluntarista es cultivar sus afectos, de modo que no solo realice el bien porque sabe que es lo correcto, sino porque lo ama y se va identificando con él. Esto es posible porque el bien siempre lleva el nombre de alguien: lo bueno son acciones que realizamos para o con otras personas. 

El voluntarismo espiritual lleva a organizar la propia vida sin –en el fondo– necesitar de los demás. En cambio, quien cultiva la voluntad como corazón afronta las dificultades junto con los demás, contando con su ayuda. Confía especialmente en Dios, según explica Torelló en Él nos amó primero. El voluntarista se desanima con facilidad, porque comprueba las limitaciones de su motor. Necesita crecer en esperanza, que es la virtud que prepara a la voluntad para recibir plenamente el don de Dios, la gracia. 

La clave de la educación de la voluntad es que la persona descubra que los bienes (la amistad, el amor, el servicio o la justicia) llenan su vida y colman su corazón. Ciertamente, se trata de un proceso en el que, especialmente al comienzo, es muy necesaria la fuerza de voluntad (el motor). Pero ella sola no basta para mantenerse en el bien, sobre todo cuando pasa el tiempo. Los motores envejecen y se estropean. En cambio, si se consigue la identificación afectiva con los bienes de la propia vida, cada vez requerirá menos esfuerzo mantenerse fiel a ellos.

El autorJosé María Torralba

Director del Instituto Core Curriculum de la Universidad de Navarra

Enseñanzas del Papa

San José, un corazón valiente y creativo

Tres grandes temas aparecen en las enseñanzas del Papa estas semanas: sigue su catequesis sobre la oración, bajo su bendición se ha publicado un Vademécum ecuménico para las Iglesias locales y ha escrito una carta apostólica sobre san José. 

Ramiro Pellitero·2 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

En este artículo nos centramos en la carta Patris corde, con motivo del 150 aniversario de la declaración de san José como patrono de la Iglesia universal.

Comenzando el “Año de san José” 

Con la carta Patris corde (8-XII-2020) el Papa convoca un “Año de san José” hasta el 8 de diciembre de 2021. Dice que su objetivo es “que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes”

En segundo lugar, la figura de san José toma protagonismo ante la pandemia, al ponerle Francisco no solo como “intercesor, apoyo y guía” en estos momentos de dificultad, sino como especial representante y patrono de esas “personas comunes”, que se han comportado heroicamente, aunque sin llamar la atención; han trabajado, han infundido esperanza y han rezado, sujetándonos a todos. Y ello en muchos casos hasta dar la vida por los demás.

“Jesús vio la ternura de Dios en José” (n. 2), que le enseñó también a rezar. También para nosotros “es importante encontrarnos con la Misericordia de Dios, especialmente en el sacramento de la Reconciliación, teniendo una experiencia de verdad y ternura” (ibíd.). Ahí Dios nos acoge y nos abraza, nos sostiene y nos perdona. 

De un modo parecido al de María, José dijo “hágase” a la voluntad de Dios, aunque solo se le manifestara en sueños. Y así pudo “enseñar” la obediencia a Jesús: “En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre” (n. 3) que pasaba por la pasión y la cruz (cfr. Jn 4, 34; Flp 2, 8; Hb 5, 8). Incluso dice el Papa: “Deseo imaginar que Jesús tomó de las actitudes de José el ejemplo para la parábola del hijo pródigo y el padre misericordioso (cf. Lc 15, 11-32)”.

José “acogió” de modo eminente el papel de esposo de María y de padre de Jesús, que Dios le pedía. Y eso configuró su vida interior: “La vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica, sino una vía que acoge(n. 4). 

Aunque los planes de Dios sobrepasaban sus expectativas, actuó con fortaleza, asumiendo con “valentía creativa” también los que parecían como contradictorioa, inesperados o incluso decepcionantes. En esas ocasiones con frecuencia Dios saca “a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener” (n. 5). 

Custodio de Jesús y María, la Iglesia y los necesitados

Concretamente, José “sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre la confianza en la Providencia”. Así fue capaz de custodiar y servir a Jesús y a María (cfr. Homilía de inicio del ministerio petrino, 19-III-2013). Y es ahora el custodio de la Iglesia, teniendo en cuenta que en la maternidad de la Iglesia se manifiesta la maternidad de María. 

Coherentemente, según expresó Jesús mismo (cfr. 25, 40), José sigue cuidando a los más necesitados, porque en ellos sigue viendo a ese “Niño” que es Jesús y a María, que (por ser madre de misericordia y esposa de Cristo) también se identifica con ellos. “Por eso se invoca a san José como protector de los indigentes, los necesitados, los exiliados, los afligidos, los pobres, los moribundos” (Patris corde, n. 5). “De José” –propone el Papa– “debemos aprender el mismo cuidado y responsabilidad: amar al Niño y a su madre; amar los sacramentos y la caridad; amar a la Iglesia y a los pobres. En cada una de estas realidades está siempre el Niño y su madre” (ibíd.).

Modelo y patrono de los trabajadores

Desde León XIII (cfr. enc. Rerum novarum, 1891), la Iglesia propone a san José como modelo de trabajador y patrono de los trabajadores. Al contemplar la figura de san José, señala Francisco en su carta, se comprende mejor el significado del trabajo que da dignidad, y el importante lugar del trabajo en el plan de la salvación. Por otra parte, hoy nos conviene a todos una reflexión sobre la paternidad.

 “El trabajo” –escribe el Papa– “se convierte en ocasión de realización no solo para uno mismo, sino sobre todo para ese núcleo original de la sociedad que es la familia” (Patris corde, n. 6). 

Y en relación con la situación actual, señala: “La crisis de nuestro tiempo, que es una crisis económica, social, cultural y espiritual, puede representar para todos un llamado a redescubrir el significado, la importancia y la necesidad del trabajo para dar lugar a una nueva ‘normalidad’ en la que nadie quede excluido. La obra de san José nos recuerda que el mismo Dios hecho hombre no desdeñó el trabajo. La pérdida de trabajo que afecta a tantos hermanos y hermanas, y que ha aumentado en los últimos tiempos debido a la pandemia de Covid-19, debe ser un llamado a revisar nuestras prioridades” (ibíd.).  

¿Que significa ser padre? 

En la ultima parte de su carta, el Papa se detiene a considerar que José supo ser padre “en la sombra” (cita el libro de Jan Dobraczyński, La sombra del Padre, de 1977, Palabra, Madrid 2015). 

Hoy, considera Francisco, necesitamos por todas partes, padres. En nuestra sociedad los niños a menudo parecen no tener padre. Y también la Iglesia necesita padres, tanto en sentido literal, buenos padres de familia, como en un sentido más amplio, padres espirituales de otros (cfr. 1 Co 4, 15; Ga 4, 19).  ¿Pero qué significa ser padre? Explica el Papa de forma sugerente: “Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir” (n. 7). Y piensa que la palabra “castísimo”, que pone junto a José la tradición cristiana, expresa esa “lógica de libertad” que todo padre debe tener para amar de una manera verdaderamente libre. 

Del “auto-sacrificio” al don de sí mismo

Observa Francisco, introduciendo una reflexión decisiva, que todo esto no lo consideraría san José como un “auto-sacrificio”, lo que podría dar pie a una cierta frustración; sino, con una mayor madurez, como don de sí mismo, como fruto de la confianza en Dios. Por eso el silencio de san José no da lugar a quejas sino a gestos de confianza. Así es. El lenguaje actual, propio de una cultura en la que falla la perspectiva cristiana, ya no ve en el sacrificio el don de sí mismo, sino solo un camino costoso, y no descubre su conexión con la vida y la alegría. Al mismo tiempo necesita padres que se entreguen generosamente a la educación de sus hijos.

“El mundo” –señala– “necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción” (ibíd.). 

Francisco nos invita a superar esta lógica (meramente humana) del sacrificio y redescubrir el don de sí mismo, con toda su belleza y alegría, como camino de la felicidad y de la realización personal. Hay que cambiar de lógica, pues “la lógica del amor es siempre una lógica de libertad” (ibíd.). 

En el momento educativo actual, esta propuesta del Papa, como fruto de la contemplación de san José, es un poderoso foco luminoso: rechazar la lógica de la posesión y cambiarla por la lógica del amor, que consiste en darse a sí mismo. En el caso de los padres, al servicio del cuidado, de la educación y de la verdadera libertad de los hijos que Dios les confía.

Cultura

Borges otea a Dios hasta el final

Tras un primer fascículo donde comenzamos a indagar sobre la presencia de Dios en la poesía de Jorge Luis Borges, continuamos en este segundo artículo hasta concluir que "deja una puerta abierta a un Dios en el que podría radicar la esencia de su vida".

Antonio Barnés·2 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Continuamos tras las pistas del concepto de Dios en el poeta argentino Jorge Luis Borges. En el poemario, Elogio de la Sombra, extraemos unos versos de “Fragmentos de un evangelio apócrifo”: 

12. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ven a Dios.

15. Que la luz de una lámpara se encienda, aunque ningún hombre la vea. Dios la verá.

32. Dios es más generoso que los hombres y los medirá con otra medida.

49. Felices los que guardan en la memoria palabras de Virgilio o de Cristo, porque éstas darán luz a sus días.

En estos fragmentos, Borges lleva a cabo una especie de remedo de algunas frases evangélicas, y el 32 podría ser una variación de “con la medida que midáis seréis medidos”, pero decir que Dios es más generoso que los hombres y los medirá con otra medida es un pensamiento netamente cristiano y bíblico: la misericordia de Dios, el amor de Dios y la inteligencia de Dios superan ampliamente nuestras expectativas.

En El ojo de los tigres (1972) leemos un fragmento del poema “Religio medici, 1643”: 

Defiéndeme, Señor. (El vocativo no implica a Nadie. Es sólo una palabra de este ejercicio que el desgano labra

De vez en cuando Borges quiere dejar claro que es agnóstico,  que duda, que ignora lo que significa efectivamente esa palabra Señor, pero en otros casos vemos que se utiliza sin ningún tipo de nota a pie de página.

En La Rosa Profunda (1975) hay un poema titulado muy significativamente “De que nada se sabe”:

Quizá el destino humano
de breves dichas y de largas penas
es instrumento de Otro. Lo ignoramos;
darle nombre de Dios no nos ayuda.

Escribe “no nos ayuda”, pero en Borges hay una búsqueda serena sin estridencias durante toda su vida. Hay una indagación, una especulación sobre el sentido, el tiempo la eternidad, la muerte la vida.

En La Moneda de Hierro (1976) leemos en un poema titulado “El fin”:

Dios o Tal Vez o Nadie, yo te pido

su inagotable imagen, no el olvido.

Duda pero no niega, duda pero busca: “yo te pido / su inagotable imagen, no el olvido”. Aquí no quiere olvido. Aquí pide el no olvido. Quizá el olvido se lo ha enseñado Spinoza y quizás su propia mente, sus propias lecturas, y su propia libertad de pensamiento le hacen pensar que no puede acabar todo en el olvido.

En el poema “Einar Tambarskelver” leemos:  

Odín o el rojo Thor o el Cristo Blanco…
Poco importan los nombres y sus dioses;
no hay otra obligación que ser valiente

Este pensamiento vuelve a presentar un regusto estoico: No sé quién es, pero lo busco.

“En Islandia el alba”, otro poema, leemos:

Es el cristal de sombra en que se mira
Dios, que no tiene cara.

Dios no tiene cara, el Dios de los filósofos desde luego no tiene cara. El Dios del Antiguo Testamento tampoco tiene cara, aunque se presenta a veces con actitudes antropomórficas. El único rostro que tiene Dios realmente es Cristo, imagen visible del Dios invisible. Pero el poso filosófico de Borges suele imponerse. 

En “Unas monedas” hay un breve poema inspirado en un versículo del Génesis:

GÉNESIS, IX, 13

El arco del Señor surca la esfera

y nos bendice. En el gran arco puro

están las bendiciones del futuro,

pero también está mi amor, que espera.

Es un poema inspirado en el Génesis y por tanto plenamente en sintonía con el texto bíblico, y Borges lo glosa porque está reescribiendo también de alguna manera un libro que le fascina: la Biblia. 

Hay un poema dedicado a Baruch Spinoza.

Alguien construye a Dios en la penumbra.
Un hombre engendra a Dios. […] 

El hechicero insiste y labra
a Dios con geometría delicada;
desde su enfermedad, desde su nada,
sigue erigiendo a Dios con la palabra.

Podemos considerar este poema de Borges bastante sincero por cuanto está describiendo probablemente lo que hace Spinoza o muchos filósofos: construir un Dios a su medida, a su medida racional, a su medida geométrica, y quizá -siguiendo a Borges con el quizá- no sea el auténtico Dios.

Otro poema: “Para una versión del I King”

El camino es fatal como la flecha
pero en las grietas está Dios, que acecha.

Destaca una vez más la fuerza del destino, pero en esa grieta “está Dios”. 

En “No eres los otros”:

No hay lástima en el Hado
y la noche de Dios es infinita.

La misma idea de la infinita disolución que vimos al principio de nuestro recorrido por la poesía de Borges. 

En La Cifra -ya nos vamos acercando al fin de su vida-, en 1981, leemos un poema curioso dedicado a un ángel con bastantes resonancias bíblicas:

Señor, que al cabo de mis días en la Tierra
yo no deshonre al Ángel.

Parece que es el ángel del paraíso, el ángel que expulsa a Adán y Eva, y termina el poema con esta auténtica oración: “Señor, que al cabo de mis días en la Tierra yo no deshonre al Ángel”. En otro poema de este mismo poemario La cifra que se titula “Correr o ser” leemos: 

Quizá del otro lado de la muerte

sabré si he sido una palabra o alguien.

Este texto nos parece decisivo: “una palabra o alguien”. ¿Qué sedimento ha tenido realmente el nominalismo de Occam en la filosofía moderna y contemporánea? Quizá es un tópico, pero quizá por serlo es verdad. “Si he sido una palabra o alguien”: toda esa diatriba de los universales. Pero Borges dice “quizá” del otro lado de la muerte sabré si ha sido una palabra, un flatus vocis o alguien. Porque si existe Dios y Dios está al otro lado, y estoy en su mente no como un archivo en una memoria de un ordenador, sino estoy en su mente como un ser querido por Él, habré recobrado una plena identidad. 

Los Conjurados (1985), el último poemario, leemos en un poema titulado “La tarde”: 

bien puede ser que nuestra vida breve

sea un reflejo fugaz de lo divino.

Parece que al final de su vida se va acentuando en Borges esa búsqueda por el sentido, esa búsqueda de Dios. Y en uno de sus últimos poemas titulado “Góngora” escribe:

Tales despojos

han desterrado a Dios, que es Tres y es Uno,

de mi despierto corazón. […]

¿Quién me dirá si en el secreto archivo

de Dios están las letras de mi nombre?

Quiero volver a las comunes cosas:

El agua, el pan, un cántaro, unas rosas…

Retorna la idea anterior sobre si soy una palabra o alguien: ¿Quién me dirá si en el secreto archivo de Dios están las letras de mi nombre? Hasta el final de su vida, Borges, partiendo de un agnosticismo inducido por la educación paterna, por sus lecturas, deja una puerta abierta a un Dios en el que pueda radicar la esencia de su vida. 

El autorAntonio Barnés

Vaticano

Jornada Mundial de la Paz: Profetas y testigos de la “cultura del cuidado”

Se descubre un nuevo horizonte de paz para la humanidad a través de una "cultura del cuidado" que, al mismo tiempo que cuida de los más débiles y vulnerables, nos hace conscientes de que pertenecemos a la misma familia humana. El Papa Francisco lo explica en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el 1 de enero.

Giovanni Tridente·1 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y la confrontación, y así construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad, privilegiando el cuidado de los demás y de la creación, a través de un protagonismo generalizado de la mujer. Es con este deseo -ciertamente no es nuevo- con el cual nace la reflexión que el Papa Francisco hace a principios de este año 2021 a los jefes de Estado, jefes de organizaciones internacionales, líderes espirituales y fieles de las diversas religiones y a todas las personas de buena voluntad.

La ocasión viene ofrecida por el Mensaje para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, que desde hace 54 años se celebra el 1 de enero por intuición del Santo predecesor, el Papa Pablo VI, teniendo como tema «La cultura del cuidado como camino de paz«. 

La cultura del cuidado

El Pontífice desarrolla esta cultura en siete puntos, comenzando con el modelo de «Dios Creador«, recordando cómo en muchas tradiciones religiosas hay narraciones en las que es evidente que a la criatura humana se le confía una vocación especial «al cuidado«. Con una serie de referencias históricas, el primer ejemplo por excelencia de este «proyecto de Dios por la humanidad» que el Papa comenta está planteado en el libro del Génesis, que relata el encargo recibido por Adán de cultivar y custodiar el Jardín del Edén, tanto para hacer productiva la tierra, como para protegerla conservando su capacidad de sustentar la vida.

Asimismo, la Escritura presenta a Dios como «modelo del cuidado«, tanto del individuo humano mismo como de la armonía de la creación, empezando por los más pobres, como también destacan los Profetas.

Este acercamiento del Padre -explica el Papa Francisco- se manifestó también en el ministerio de Jesús, que con compasión «se acercaba a los enfermos del cuerpo y del espíritu y los curaba; perdonaba a los pecadores y les daba una vida nueva«, hasta el sacrificio extremo de la Cruz, curándonos con la liberación de la esclavitud del pecado y de la muerte.

Hoy, por lo tanto, corresponde a los seguidores -los cristianos- mostrar esta adhesión a la «cultura del cuidado«, tal como lo hizo el núcleo de la primera generación, practicando la generosidad para que ninguno de ellos estuviera necesitado, haciendo de la comunidad «un hogar acogedor, abierto a todas las situaciones humanas, listo para hacerse cargo de los más frágiles«.

La doctrina social de la Iglesia

Para iluminar este camino «de misericordia espiritual y corporal» que también remite a los orígenes, el Santo Padre propone algunos principios de la doctrina social de la Iglesia, un patrimonio precioso «del que extraer la «gramática» del cuidado«: la promoción de la dignidad de la persona humana – «un fin en sí misma, nunca un simple instrumento que se aprecia sólo por su utilidad» -; la solidaridad con los pobres y los indefensos – que se ve «no como una estadística, o un medio para ser explotado y luego desechado cuando ya no es útil, sino como nuestro prójimo, compañero de camino» -; la preocupación por el bien común, teniendo en cuenta «sus efectos sobre toda la familia humana, teniendo presentes las consecuencias para el momento presente y para las generaciones futuras«; y la salvaguarda de la creación, como se explica abundantemente en la encíclicaLaudato si’.

Esta «brújula» de principios es ofrecida por el Papa a todos los responsables de las naciones, del mundo económico y científico, de la comunicación y de la educación, para dar un nuevo rumbo al proceso de globalización, como algo que desafía a todos juntos «a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, a superar tantas diferencias sociales«. El Pontífice dice entonces que está convencido de que todo esto será posible «sólo con un fuerte y amplio protagonismo de la mujer, en la familia y en todas las esferas sociales, políticas e institucionales«.

En este documento se hace un nuevo llamamiento para que se deje de invertir en armas y otros gastos militares, y se asignen esos recursos a un fondo mundial para la eliminación definitiva del hambre, contribuyendo así al desarrollo de los países más pobres, como ya se pidió el pasado mes de octubre en la Jornada Mundial de la Alimentación.

Una tarea de la familia

Todo este proceso de inculturación no puede prescindir de la educación, que según el Papa debe promoverse necesariamente en la familia -que «es necesario poner a la familia en condiciones de cumplir esta tarea vital e indispensable«- en colaboración con las escuelas, las universidades, pero también los sujetos de la comunicación social, «llamados a transmitir un sistema de valores» que respete a todos los pueblos, todas las tradiciones y los derechos fundamentales que de ellas se derivan, sin olvidar el papel de la Iglesia en el mundo.

Todos estos aspectos, reunidos y llevados a cabo de manera global e interdependiente, pueden hacer avanzar verdaderamente a todos los pueblos «hacia un nuevo horizonte de amor y paz, de fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida«.

El ejemplo de José

Dando un paso atrás, las referencias a este enfoque de cuidado también aparecen en la reciente Carta Apostólica Patris Corde, con la que el Papa Francisco inauguró el Año de San José el pasado 8 de diciembre, sobre cuyo ejemplo pronuncia hermosas palabras para que todo cristiano las siga.

En este contexto, refiriéndose al esposo de María, el Papa destaca su «coraje creativo» demostrado en todas aquellas ocasiones en las que la familia de Nazaret se vio ante dificultades, desde la falta de posada antes de dar a luz hasta la huida a Egipto. En todas las ocasiones en las que José -como Dios hace con cada uno de sus hijos-, animado por este deseo de «cuidar» (de la esposa, del hijo) preserva esos tesoros que el Señor le había confiado, muestra el verdadero significado de la responsabilidad y la custodia.

Los precedentes

Si se consideran los siete años anteriores de su pontificado y los mensajes sugeridos por el Papa Francisco para esta especial Jornada Mundial que ha cumplido cincuenta años, destaca un hilo conductor en los temas que se subrayan -emblemáticamente- más allá de la actualidad del fenómeno humano en su contexto histórico: aspectos relacionados precisamente con el cuidado.

En los dos primeros años, 2014 y 2015, la «fraternidad» fue de hecho el tema clave de la reflexión que el Papa hace al principio de cada año civil. Luego, la necesidad de superar la indiferencia, de superar la violencia, de ocuparse de los migrantes y refugiados, también a través de una buena política, así como el diálogo, la reconciliación y la conversión ecológica, el año pasado.

Vaticano

El Papa explica la oración de acción de gracias

El Santo Padre Francisco ha tenido la última audiencia general de este año, en la que ha continuado con la catequesis sobre la oración.

David Fernández Alonso·30 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

En esta ocasión, el Papa se ha centrado en la oración de acción de gracias, sirviéndose del pasaje donde Jesús cura a diez leprosos, pero solamente uno vuelve para dar las gracias y alabar a Dios por la gracia recibida.

La Eucaristía, acción de gracias

«Para nosotros los cristianos, –dice Francisco– el dar las gracias ha dado nombre al Sacramento más esencial que hay: la Eucaristía«. Siguiendo con esta línea el Papa explica que precisamente la palabra griega eucaristía significa eso, acción de gracias. Desarrolla entonces una serie de reflexiones en torno a la gratitud, partiendo desde el primer motivo por el que estamos en deuda: el don de la vida.

Dilatar el corazón ante la llegada del Salvador

El encuentro y trato con Jesús nos lleva a ensanchar el sentimiento de gratitud. «Este “gracias”, que el cristiano comparte con todos, se dilata en el encuentro con Jesús. Los Evangelios testifican que el paso de Jesús suscita a menudo alegría y alabanza a Dios en aquellos que lo encontraban«. De hecho, los relatos de la Navidad están impregnados de personas con este corazón dilatado por la llegada del Salvador: «Y también nosotros hemos sido llamados a participar en esta inmensa exultación«.

La alegría, fruto de la oración

El Papa nos anima a fomentar este encuentro con Jesús, que nos lleva a una alegría verdadera y profunda. «Tratemos de estar siempre en la alegría del encuentro con Jesús. Cultivamos la alegría. Sin embargo el demonio, después de habernos engañado, nos deja siempre tristes y solos. Si estamos en Cristo, ningún pecado y ninguna amenaza nos podrán impedir nunca continuar con alegría el camino, junto a tantos compañeros de viaje«.

Por último, el Santo Padre nos aviva para que nunca dejemos de agradecer. «Si somos portadores de gratitud, también el mundo se vuelve mejor, quizá solo un poco, pero es lo que basta para transmitirle un poco de esperanza. Todo está unido y conectado, y cada uno puede hacer su parte allá donde se encuentra. El camino de la felicidad es el que San Pablo ha descrito al final de una de sus cartas: «Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros. No extingáis el Espíritu»«

Mundo

Lisboa recibirá los símbolos de la JMJ el 27 de enero

Maria José Atienza·29 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos


La cruz peregrina y el icono de Nuestra Señora «Salus Populi Romani» tienen prevista su llegada a la capital portuguesa en un mes. El próximo 27 enero serán recibidos por el Comité Organizador Local (COL) y por las diócesis portuguesas en la Catedral de Lisboa.

La llegada de los símbolos de la JMJ supone un momento de especial relevancia en el calendario de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Lisboa en 2023.

Acogida de los símbolos

Sólo los representantes de cada diócesis y los miembros del Comité Organizador Local podrán estar presentes en la celebración de acogida de la Cruz y el icono en la catedral lisboeta. Unos símbolos que fueron entregados a la delegación portuguesa el 22 de noviembre, domingo de Cristo Rey, en una celebración presidida por el Papa Francisco, en el Vaticano.

Tras su llegada a Lisboa y acogida oficial, comenzarán la tradicional peregrinación por las diócesis y comunidades portuguesas y algunas españolas.

Desde la elección de Lisboa como próxima sede de la JMJ, las diócesis portuguesas están promoviendo diversas actividades de preparación, oración y voluntariado, en preparación de este evento mundial.

XXVIII Jornada Mundial de la Juventud

Esta edición será la número 28 de las Jornadas mundiales de la juventud y, por primera vez, tendrá lugar en la nación portuguesa. Una JMJ esencialmente mariana, en la tierra de las apariciones de la Virgen en Fátima, y cuya cita elegida como tema de este encuentro es “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39), que presenta a María, simultáneamente, como mujer de caridad y como mujer misionera.

De hecho, el logo de esta JMJ, tiene la Cruz como elemento central. Esta es atravesada por un camino donde aparece el Espíritu Santo y María siempre presente a través de Rosario, oración que pidió expresamente que se rezara en sus apariciones a ls pastorcitos de Fátima. Los colores (verde, rojo y amarillo) evocan la bandera portuguesa

La cruz peregrina 

Con 3,8 metros de altura, la cruz peregrina, construida para el Año Santo en 1983, fue confiada por Juan Pablo II a los jóvenes el Domingo de Ramos del año siguiente, para que la llevaran por todo el mundo. Desde entonces, la cruz peregrina, realizada en madera, inició una peregrinación que ya la ha llevado a los cinco continentes y a casi 90 países. Se ha convertido en un verdadero signo de fe. 

Ha recorrido diversas naciones a pie, en barco e incluso haciendo uso de medios poco habituales como trineos, grúas o tractores. Ha atravesado la selva, visitó iglesias, centros de internamiento de menores, cárceles, escuelas, universidades, hospitales, monumentos y centros comerciales. Durante sus recorridos se ha enfrentado a muchos obstáculos: desde ataques aéreos hasta dificultades de transporte, como la imposibilidad de viajar por no caber en ninguno de los aviones disponibles. 

Se estableció como un signo de esperanza en lugares especialmente sensibles. En 1985 viajó hasta Praga, en la actual República Checa, en un momento en que Europa estaba dividida por el telón de acero, convirtiéndose en signo de comunión con el Papa. Poco después del 11 de septiembre, viajó al Ground Zero, en Nueva York, donde tuvieron lugar los ataques terroristas que mataron a casi 3.000 personas. También pasó por Ruanda en 2006, después de que el país sufriera una devastadora guerra civil. 

El icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani 

Desde el año 2000, la cruz peregrina cuenta con la compañía del icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani, que representa a la Virgen María con el Niño en los brazos. Este icono también fue introducido por el Papa Juan Pablo II como símbolo de la presencia de María entre los jóvenes.

Con 1,20 metros de alto y 80 centímetros de ancho, el icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani está asociado a una de las devociones marianas más populares de Italia. Existe una antigua tradición de llevarlo en procesión por las calles de Roma para ahuyentar peligros y desgracias o acabar con las pestes.

El icono original se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, donde el Papa Francisco acude a rezar y a depositar un ramo de flores antes y después de cada viaje apostólico. 

Vaticano

Llega una ley crucial para la reforma de la Curia: la gestión financiera

David Fernández Alonso·28 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Acabando el año que quedará marcado por la pandemia del coronavirus, la Santa Sede no deja de trabajar en todos los ámbitos. Y hoy hemos podido comprobar otro de sus frutos: ha sido promulgada la ley en forma de motu proprio que regula algunas competencias en materia económica y financiera de la Santa Sede, que cierra otra etapa de la tan esperada reforma de la Curia.

El Santo Padre ya había anticipado en una carta al secretario de Estado mons. Parolin la entrega a la Adminisitración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) la gestión de los activos financieros e inmobiliarios.

Una mejor organización

El Papa asegura que «una mejor organización de la administración, control y supervisión de las actividades económicas y financieras de la Santa Sede, a fin de garantizar una gestión transparente y eficaz y una clara separación de competencias y funciones, es un punto fundamental en la reforma de la Curia«.

De este modo, y apoyándose en este principio, afirma el Santo Padre que la Secretaría de Estado, que le apoya más estrecha y directamente en su misión, y representa un punto de referencia esencial para las actividades de la Curia Romana, no debe desempeñar esas funciones en los asuntos económicos y financieros ya atribuidos por competencia a otros Dicasterios.

Traspaso de activos

Por tanto, esta nueva carta apostólica emanada el día de hoy por el Papa Francisco, recoge de manera concreta lo que ya había anunciado:

  • A partir del 1 de enero, la titularidad de los fondos y de las cuentas bancarias, así como de las inversiones inmobiliarias, incluyendo las participaciones en sociedades y fondos de inversión pasarán a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).
  • La Secretaría de Estado transferirá no más tarde del 4 de febrero, toda su disponibilidad líquida en cuentas corrientes atribuida al Instituto para las Obras de Religión en cuentas bancarias extranjeras.
  • La APSA constituirá un crédito presupuestario denominado «Fondos Papales«, que formará parte del balance consolidado de la Santa Sede, para una mayor transparencia. Y contará con una contabilidad separada para el fondo «Óbolo de San Pedro» y del «Fondo Discrecional del Santo Padre«.

Hacia la transparencia total

Todos los fondos y la gestión económico-financiera será supervisada por la Secretaría para la Economía, como está definido por su propio estatuto y por la normativa vigente, con la única excepción de los entes para los que el Santo Padre haya dispuesto lo contrario.

Por último, la denominada Oficina Administrativa de la Secretaría de Estado mantiene únicamente los recursos humanos necesarios para llevar a cabo las actividades relacionadas con su administración interna, la preparación de su presupuesto y cuentas finales, y otras funciones no administrativas realizadas hasta la fecha.

Por lo tanto, queda patente el camino hacia una total transparencia de la gestión económica y financiera de la Santa Sede, en el marco de la reforma de la Curia Romana que está llevando a cabo el Papa Francisco.

España

El Año Santo Compostelano comienza el próximo 31 de diciembre

El Año Santo Compostelano 2021 comenzará el próximo 31 de diciembre, partir de las 16:30h. con la apertura la Puerta Santa de la Catedral de Santiago de Compostela.

Maria José Atienza·28 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

La ceremonia de Apertura de la Puerta santa en la Catedral de Santiago marca el inicio de este Año Compostelano 2021. Será el último día de este año 2021, el 31 de diciembre, cuando se abrirá esta Puerta santa de la catedral jacobea.

A partir de ese momento se dará por iniciado el Año Santo y, por lo tanto, se podrá ganar la indulgencia plenaria propia del jubileo jacobeo. Como es tradición, los requisitos para obtenerla son: visitar la Catedral, recibir los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía y orar por las intenciones del Papa. La indulgencia se puede aplicar por uno mismo o por un difunto.

Ceremonia de Apertura

Debido a las restricciones motivadas por la pandemia, la celebración se verá limitada en cuanto a asistentes; de hecho, como ya anunció la Archidiócesis, en el interior de la basílica podrán estar un grupo de autoridades y una representación de la vida diocesana de Santiago.

La ceremonia, que comenzará a las 16:30 h. podrá seguirse, tanto a través de la Televisión de Galicia como por el canal de Youtube de este canal de televisión.

Tras la apertura de la Puerta, tendrá lugar la procesión de autoridades, peregrinos y representantes de diversas entidades jacobeas. A continuación se celebrará la Santa Misa en el interior de la Catedral presidida por el Arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio.

Otras celebraciones

Una vez finalizada la Eucaristía de Apertura, en el exterior del templo, tendrá lugar la proyección de un video de bienvenida al Año Santo Compostelano que también podrá verse por los canales que retransmitirán todo el evento. Finalmente, la celebración concluirá con una actuación de música tradicional de Galicia en la plaza de la Quintana.

Qué es un Año Santo Compostelano

El Año Santo Compostelano es un tiempo en el que la Iglesia concede singulares gracias espirituales a los fieles. Es Año Santo compostelano cuando el 25 de julio, Conmemoración del Martirio de Santiago, coincide en domingo. Se produce con la periodicidad 11, 6, 5, 6 años. Tiene su origen en 1122, con el Papa Calixto II, confirmado posteriormente por el Papa Alejandro III en la Bula “Regis aeterni” de 1179, confiriéndole perpetuidad.

Con motivo de la celebración de este Año Santo Compostelano 2021, el Arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Julián Barrio Barrio, ha escrito la Carta Pastoral «¡Sal de tu tierra!¡El Apóstol Santiago te espera!» en la que destaca la «oportunidad para redescubrir la vitalidad de la fe y de la misión, recibida en el Bautismo» que supone esta efeméride. Asimismo, recuerda que, quienes peregrinan a Santiago no buscan «ante todo una ruta llena de encanto paisajístico y de patrimonio histórico, sino el camino de la conversión hacia Dios y hacia los hombres. La peregrinación es una manifestación de la piedad popular. Camináis con la Iglesia para ser interpelados por la Palabra de Dios y así ser sal, levadura y luz para los demás».

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