Evangelización

La piedad popular como oportunidad para una nueva evangelización

David Schwingenschuh es párroco de las dos parroquias de Krieglach y Langenwang, en la diócesis de Graz-Seckau, provincia de Estiria, en el sureste de Austria. En este artículo, nos habla de las tradiciones populares de la Austria rural y de los retos pastorales de la zona.

David Schwingenschuh·21 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Las parroquias de Krieglach y Langenwang están situadas en el valle del Mürz, Austria, caracterizado por el tránsito del noreste al suroeste, con el ferrocarril y la autopista como vías de circulación, por lo que el patrón de la iglesia parroquial de Krieglach es muy apropiado: está dedicada a Santiago Apóstol. Con más de 5.000 y algo más de 3.000 habitantes, no son especialmente grandes y, al igual que otras ciudades y todo el campo que las rodea, se caracterizas por la coexistencia de la agricultura y pequeñas empresas industriales. Por ello, en la vida secular y eclesiástica, las tradiciones y costumbres de estos pueblos, algunas bastante antiguas, se conservan junto a todas las innovaciones del siglo XXI.

El punto de partida de mis reflexiones es mi propia condición de párroco en esta región rural de Austria. Por un lado, existe una tradición religiosa popular, y una estructura pastoral, muy arraigada. Por otro, estoy sirviendo como sacerdote solo donde hace 50 años ejercían su ministerio tres sacerdotes.

Además, por una parte hay un fuerte cambio en la vida religiosa y eclesiástica de la población, pero, por otra, existe la llamada a una nueva evangelización o misión en el propio país.

Algunas personas ven las expectativas tradicionales sobre el sacerdote y la parroquia como un obstáculo para un nuevo ministerio pastoral y las descartan como una pérdida de tiempo. Yo intento verlo de otra manera, y me animó a ello un artículo de 30giorni que leí siendo un párroco muy joven en 2008. En él se describía la labor de los sacerdotes de Buenos Aires que, con el apoyo activo de su entonces obispo, Jorge Bergoglio, alcanzaban y evangelizaban a mucha gente en zonas problemáticas de la ciudad a través de la devoción popular, capillas y obras sociales afines.

Evangelización a través de la piedad popular

Entonces, ¿por qué rechazar lo que ya existe para implantar algo nuevo y no probado? «Más vale pájaro en mano que ciento volando», dice el refrán. ¿Por qué no utilizar los elementos de piedad popular para proclamar la fe? Al fin y al cabo, algunos actos demasiado intelectuales o supuestamente modernos atraen a poca gente, mientras que numerosas fiestas tradicionales atraen multitudes. Me parece que estas fiestas sencillas y populares toman especialmente en serio la verdad de fe de la Encarnación, porque no se difumina la parte corporal del ser humano. Tampoco se olvida el aspecto social, porque la mayor necesidad en nuestras latitudes es probablemente la soledad, que se contrarresta con estas celebraciones litúrgico-pastorales.

Bendición de los caballos

Un buen ejemplo es la llamada «bendición de la carne», oficialmente denominada «Bendición de los Alimentos de Pascua». Se celebra en diferentes capillas y cruces de caminos y atrae a muchísimas personas, que traen grandes cestas de carne, huevos y pan para que se las bendigan. En lugar de reprenderles por no venir nunca a la iglesia, se les puede explicar de forma breve y concisa el mensaje de la resurrección y, con un poco de humor, hacerles también una amonestación. Como hay muchos puestos, también se les encarga a laicos capacitados que dirijan las oraciones y una sencilla bendición. En general, es una gran ayuda contar con laicos fieles en esta ocupación, que le alivian a uno de muchas tareas. A menudo actúan también de catequistas, pero a veces son muy prácticos y funcionales, como muestra el punto siguiente.

Cruces de camino y otras costumbres

Hay muchas capillas y cruces de camino que se cuidan con cariño. A menudo están alejadas, en pequeños pueblos, e intento reunir allí a los fieles al menos una vez al año y afianzarles en su fe con la Eucaristía o una devoción mariana. A menudo, después de la misa, se celebra un ágape o incluso una pequeña fiesta, lo que favorece mucho el vínculo con la población local. Con frecuencia, al hilo de una reunión de este tipo, surge una conversación sobre la fe o la iniciación a un sacramento.

En algunos valles, varias cruces, a menudo situadas en medio de las alquerías o aisladas en el bosque, se conectan para formar un recorrido, que luego se sigue para celebrar un Vía Crucis durante la Cuaresma. Además, hay que mencionar algunas fiestas asociadas a tradiciones, como el Día de Todos los Santos, san Martín, santa Isabel, santa Bárbara, san Nicolás, los Reyes Magos y muchas más. Estas costumbres son especialmente buenas para los niños y, por tanto, también para los padres.

En Pascua hay otras costumbres singulares. Por ejemplo, una solemne procesión de los distintos pueblos, acompañada por bandas de música, monaguillos y sacerdotes en la madrugada del día de Pascua. Se recrea así el camino de los apóstoles Pedro y Juan hacia la tumba vacía.

Bendición de un Bildstock

Como estas costumbres estaban restringidas o era imposible celebrarlas durante la pandemia, muchas personas han tomado conciencia de lo apegadas que estaban a ellas y de lo mucho que significa para ellas su fe. Por eso, últimamente la participación ha vuelto a ser muy alta y se ha convertido en una oportunidad para proclamar la fe. Me parece que con una pizca de humor y una profunda seriedad ante las preocupaciones de los demás se puede sembrar el mensaje de esperanza en los corazones de la gente de una manera piadosa y auténtica, y luego pedir al Señor de la mies su bendición y su gracia para la semilla germinada.

El autorDavid Schwingenschuh

Experiencias

Reflexiones sobre el posible milagro de Jimena en la JMJ

Durante la JMJ Lisboa 2023 tuvo lugar una curación que algunos, como el autor de este artículo, consideran milagrosa. Corresponde a la Iglesia determinar si realmente es un hecho sobrenatural.

Sergio Gascón Valverde·21 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 10 minutos

Para los cristianos las cosas no suceden por casualidad. La Providencia de Dios guía y cuida de nosotros. Dios sigue hablando al hombre. Lo hace a través del Espíritu Santo, Espíritu de Jesucristo. Jesucristo habló a través de signos (milagros) y palabras. Su manera de explicar su enseñanza era la propia de su cultura y su lengua aramea, es decir, a través de parábolas, imágenes simbólicas, etc. Esta manera de comunicar la entiende mejor el hombre de todos los tiempos porque va dirigida al corazón del hombre y no sólo a su entendimiento.

Estos signos e imágenes que utilizaba Jesús son fuente de luz para el corazón del hombre cuando éste procura ponderarlas (“meditarlas”) en su corazón. San Lucas dice explícitamente que ante el comportamiento de Jesús adolescente (llena de simbolismo teológico y antropológico) difícil de entender, María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón (Lc 2,19).

Dios ha comunicado en los últimos tiempos mensajes muy claros a través de su Santísima Hija, Madre y Esposa, la Virgen María. Y lo sigue haciendo aún con signos (milagros) e imágenes, acontecimientos que valen la pena ponderar en el corazón, en el espíritu de la enseñanza del Evangelio que la Iglesia conserva y enseña.

En este milagro se dan algunas circunstancias, signos e imágenes que animan a la consideración y la ponderación. Por eso me he animado a escribir sobre ello.

El milagro

Jimena es una chica de 16 años, española, que acude a la JMJ ‘23 en Lisboa con un grupo de amigas en el viaje organizado por un club juvenil y un colegio del Opus Dei de Madrid. Desde hacía dos años y medio perdió el 95% de la vista. Los médicos lo habían tachado de incurable. Había empezado a estudiar el sistema de lectura Braille. Antes del viaje – cuenta ella – sintió que la Virgen la iba a curar y pidió a su padres, familia y amigas rezar una novena a la Virgen de las Nieves cuya festividad se celebra el 5 de agosto, para pedir su curación. Con fe, empezaron esa novena y se fue a la JMJ. El sábado 5 de agosto asistió a la santa Misa como solía hacer esos días de la JMJ. Jimena se acercó a comulgar. Empezó a llorar. Llena de lágrimas durante la acción de gracias después de la Comunión, abrió los ojos y podía ver perfectamente. Ella misma lo cuenta en un audio que se ha difundido por las redes sociales.

Mi reflexión

1. Dios sigue haciendo milagros cuándo quiere, cómo quiere y a quien quiere. Por qué a Jimena sí y a otros no. Dios sabe lo que conviene a cada alma. A algunos no les conviene que el Señor les haga el milagro porque sabe que no le hará ningún bien o, no haciéndolo, alcanzará mejores bienes él y los que están con él. Por otro lado, para hacer milagros, Nuestro Señor nos pide fe y confianza en Él. Jimena creyó, estaba convencida que la Virgen le curaría. Por eso pidió a su familia y amigas empezar una novena a la Virgen de las Nieves1 cuya fiesta se celebra el 5 de agosto y el día que terminaba la novena de oraciones. Y con esa convicción, ciega físicamente se fue a Lisboa para participar en la JMJ ’23. Por qué la novena a la Virgen de las Nieves, no lo sé. Tendremos que preguntárselo a ella.

El padre de Jimena, cuenta a ACI Prensa con sencillez y entereza los detalles de lo que define como “un salto en la fe” y un “regalo de la Virgen María para la JMJ”.

Para ver hay que aceptar de corazón la voluntad de Dios Padre bueno. Él sabe lo que nos conviene a cada uno y en cada circunstancia.

2. Necesidad de llorar para ver. Jimena se acerca a comulgar ciega en la Misa del 5 de agosto. Comulga, se vuelve a su banco y empieza a llorar sin parar, con los ojos cerrados. Al cabo, con los ojos llenos de lágrimas, abre los ojos y ve perfectamente.

Parece como que el Señor nos dice que es importante ver pero que solamente podemos verdaderamente ver si antes aprendemos a llorar. El Papa Francisco en Filipinas en 2015, de manera espontánea, explicaba la necesidad de llorar como manera para explicar cosas que no tienen respuesta (en este caso era la prostitución infantil que sufrió aquella pobre niña que mientras le preguntaba al Papa rompió a llorar debido a los recuerdos de la experiencia que había pasado). Aquí se puede ver:

Necesitamos purificar el corazón para poder ver. Llorar es una expresión corporal de lo que sucede en el corazón. Los hombres sufrimos en la vida todo tipo de experiencias. Muchas de ellas dejan huellas en el corazón. No podemos ocultarlas o hacerlas callar. Llorar ayuda sacarlas fuera y a compartirlas con otro que acoge el sufrimiento o la alegría que produce ese llanto. Especialmente hace falta llorar por los pecados personales y los pecados de los hombres, llorar por la presencia del mal en el mundo, por el engaño del demonio en el que caen tantas almas.

Precisamente el día anterior, el Papa habló durante su discurso del Via Crucis sobre la necesidad del llorar. Decía lo siguiente:

Jesús camina y espera con su amor, espera con su ternura, darnos consuelo, enjugar nuestras lágrimas. Yo les hago una pregunta ahora, pero no la contesten en voz alta, cada uno se la contesta a sí mismo: ¿yo lloro de vez en cuando? ¿Hay cosas en la vida que me hacen llorar? Todos en la vida hemos llorado, y lloramos todavía. Y ahí está Jesús con nosotros, Él llora con nosotros, porque nos acompaña en la oscuridad que nos lleva al llanto. cada uno de nosotros se lo dice ahora, en silencio.

Jesús, con su ternura, enjuga nuestras lágrimas escondidas. Jesús espera colmar, con su cercanía, nuestra soledad. ¡Qué tristes son los momentos de soledad! Él está ahí, Él quiere colmar esa soledad. Jesús quiere colmar nuestro miedo, tu miedo, mi miedo, esos miedos oscuros los quiere colmar con su consolación.

Cada uno de nosotros piense en el propio sufrimiento, piense en la propia ansiedad, piense en las propias miserias. No tengan miedo, piénsenlas. Y piensen en las ganas de que el alma vuelva a sonreír.

Jimena tiene una gran pena en el corazón que le hace sufrir mucho y llora en el momento de la comunión y pide llena de fe su curación. Parece como que el Señor nos quiere recordar que tenemos que aprender a abrir nuestro corazón a Dios y llorar nuestras miserias para que la compunción y el amor verdadero limpie y purifique la presencia del mal en nuestro corazón. Pero hace falta llorar ante Jesucristo que es quien nos sana. Y Jesucristo lo encontramos en nuestro corazón y en la Eucaristía. Llorar ante otras personas puede consolar y ayudar, pero no sanar en profundidad. Llorar ante Jesucristo, consuela y sana el corazón. Nuestro Señor sigue siendo el mismo, sigue curando a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Para ver necesitamos antes aprender a llorar por lo que realmente importa en la vida.

3. Los ciegos ven. Me llama la atención que el milagro se produzca en una persona ciega y no, por ejemplo, en un paralítico, un sordo o en cualquier otro tipo de hándicap. Parece como que el Señor a través de la Virgen nos dice que veamos. A los que saben que están ciegos para las cosas de Dios y lo reconocen, les confirma – si piden auxilio con fe – que pueden ver o recuperar la vista, si en algún momento la perdieron; A los que no ven y dicen que ven, les dice lo mismo con este milagro: que vean la verdad, no su verdad. El demonio con sus mentiras nos enturbia la vista y nos deja ciegos promoviendo en nosotros la soberbia. Soberbia que ciega y no deja reconocer y aceptar las cosas que han sucedido en nuestra vida, nuestros errores personales o los errores de otros cometidos sobre nosotros. Con humildad y con fe, como hace Jimena, tenemos que pedir a Dios a través de la Virgen Santísima que veamos las cosas importantes de la vida que sólo se ven con el corazón.

Para ver, necesitamos reconocer y aceptar que no vemos, y querer ver.

4. La Eucaristía y la Virgen. El milagro se produce durante la celebración de la santa Misa y justo después que Jimena recibe el Cuerpo de Jesucristo en la comunión. Parece como que Dios quiere dejar patente la centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia. La Eucaristía, el mayor y más grande milagro que se produce en la tierra todos los días. Como que Dios nos quiere confirmar que tenemos que cuidar la Eucaristía. La Eucaristía hace la Iglesia. Éste es el título de la última encíclica de san Juan Pablo II. Sin la Eucaristía la Iglesia desaparecería. Como que el Señor nos quiere remarcar la necesidad de adorar, celebrar, cuidar la Eucaristía. Es Jesucristo en la Eucaristía el centro y raíz de la vida cristiana o como dice el Concilio Vaticano II, fuente y culmen de la vida de la Iglesia.

La fe mueve el corazón de Jesucristo. La misma Jimena dice en su audio, “esto ha sido una prueba de fe”. Los cristianos estamos siempre ante la prueba de fe de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. Ahí se encuentra Él con su Cuerpo Sangre, Alma y Divinidad. O se cree o no se cree. Y si se cree, hay que ser consecuente con la inmensidad de amor de Dios que ello supone. Esto supone: acudir a Él en la Eucaristía para alabarle, adorarle, desagraviarle, agradecerle, impetrarle. La Virgen Santísima nos lleva a su Hijo en la Eucaristía. A los tres pastorcillos videntes de Fátima, antes de la primera aparición de la Virgen, se les apareció varias veces un ángel. En su última aparición les dio a comulgar el Cuerpo y la Sangre de Jesús bajo las dos especies. Después llegarían las apariciones de la Santísima Virgen.

Jimena, familia y amigas hicieron una novena a Nuestra Señora de las Nieves. Se lo pidieron a la Virgen María. Una vez más atiende los ruegos de una niña. La Virgen atiende siempre los ruegos de sus hijos. Dios en su providencia concede lo que se pide. María sin duda y por fe, intercede de manera especial por nosotros. El Señor ha dejado otra vez claro la poderosa intercesión de su Madre, Medianera de todas las gracias. Él quiere que le pidamos a través de su Madre. La Virgen está con los jóvenes. No abandona a los jóvenes que no ven o no quieren ver. Ella nos abre la vista al misterio de su Hijo.

Para ver necesitamos ver a Jesucristo en la Eucaristía. Para conseguirlo María es el camino más corto y seguro.

5. El contexto del milagro. Este milagro se produce en un momento muy concreto: se da en un contexto de comunión eclesial muy especial, la JMJ. 1,5 millones de jóvenes reunidos por el Papa Francisco y con la participación de decenas de obispos de todo el mundo y cientos de sacerdotes venidos de los cinco continentes. Ese día 5 de agosto en Fátima se encontraba el Papa. Junto al Papa se habían acercado unos 200.000 peregrinos para rezar a la Virgen junto a Francisco, que curiosamente estaba acompañado por jóvenes enfermos que no habían podido asistir a las JMJ. Fátima, santuario Mariano tan vinculado a los acontecimientos recientes de la historia de los hombres. La difusión de su mensaje e historia es universal.

Parece como que el Señor a través de la Virgen nos pide: manteneos unidos, en comunión con mi Vicario en la tierra, en torno a mi Madre. Conservad la unidad. Rezad juntos, trabajad juntos, sufrid juntos y los corazones verán. Y al mismo tiempo nos pide dar testimonio de las gracias que recibimos. En el caso de Jimena una gracia además corporal. Y toda esta comunión que se ha vivido en la JMJ, la alegría de la fe, de todo esto hay que dar testimonio en el mundo de hoy, especialmente lo tienen que dar los jóvenes.

Para ver necesitamos estar unidos al Papa y entre nosotros, los hijos de la Iglesia. Ver juntos para caminar juntos.

Epílogo

En los tiempos actuales estamos saturados de imágenes audiovisuales de cosas, a veces, muy impactantes. Y uno se llega a acostumbrar a ver cosas que hace unos años nos resultaban fascinantes o muy impactantes. Ahora, realmente, en Youtube, Tiktok, etc. nos asombran ya pocas cosas.

Con este milagro en directo, en plena JMJ, con el Papa presente, con 1,5 millones de jóvenes, Nuestro Señor y su Madre nos han regalado esta gracia que no podemos dejar pasar como un video más de Tiktok o Youtube. No. Hay que pararse a pensar y sobre todo rezar. Hay que ponderar las cosas en la presencia de Dios, como hacía la Virgen y los santos. Y ahí recibir las luces del Espíritu Santo que Él quiera enviarnos.

Especialmente los que hemos participado de esta JMJ tenemos una mayor sensibilidad para hacerlo. Pero tendrían que hacerlo sobre todo los jóvenes de hoy, cristianos o no. 1,5 millones de jóvenes junto a un anciano venerable de 86 años cantando y adorando a Jesucristo y su Madre no es una cuestión superficial. Y si además, se ha producido un hecho milagroso patente como el de Jimena, sería triste quedarse indiferente.

Como comentario anecdótico. El ambiente de formación cristiana donde ha crecido Jimena, tanto en su familia como en el colegio, es el de la espiritualidad del Opus Dei. Ésta predica la llamada universal a la santidad en la vida ordinaria. El carisma que el Espíritu Santo infundió al fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá, inspira a buscar a Jesucristo en lo más ordinario de la jornada sin esperar ni buscar hechos extraordinarios. El mismo San Josemaría (que recibió gracias extraordinarias en su vida llevadas con total discreción) decía en este sentido: Yo no soy milagrero. He escrito desde hace años, y he dicho tantas veces de palabra, que me sobran y me bastan los milagros del Evangelio. Pero si afirmara que no toco a Dios, que no siento toda la fuerza de su Omnipotencia, ¡mentiría!2

El hecho de producirse en una familia y entorno cristiano muy poco propenso a los milagros o “milagrerías”, sino todo lo contrario, a la vida cristiana ordinaria y al trabajo cotidiano, me hace ver por un lado el buen humor de Dios, y por otro, me hace pensar con más convicción, que Dios nos ha querido hablar a través de este milagro por intercesión de María.

Y en otra ocasión decía san Josemaría: La vida nuestra no contiene milagrerías. Contiene, en cambio, nuestras pequeñeces diarias, nuestro trabajo bien cumplido, nuestra vida de piedad y, sobre todo, el complemento inefable de la fortaleza y de la Omnipotencia de Dios. Pero no podemos conformarnos con la ambición personal de llegar al Cielo solos: si de veras estamos unidos a Dios y confiamos en Dios, nos ocuparemos de que todas las almas conozcan al Señor y le sigan, amando sus mandatos.3

Para esto nos habla una vez más María través de Jimena y la JMJ. Ella nos manda ocuparnos en pleno siglo XXI de que todas las almas conozcan al Señor y le sigan, amando sus mandatos.

1 Es la advocación de la Virgen que se venera en la Basílica de Santa Maria Maggiore en Roma. Es el templo dedicado a la Virgen más antiguo de occidente. Data de la segunda mitad del siglo IV. La Virgen se apareció a un matrimonio romano y simultáneamente al Papa Liberio. La Virgen les pidió que le construyeran allí un templo para honrarla. El lugar para construirla sería sobre una de las colinas de Roma donde habría nevado. Así, en un caluroso 5 de agosto nevó sobre la colina Esquilina donde se sitúa desde entonces la Basílica de Santa Maria Maggiore. Allí se encuentra el famoso icono de la Virgen Salus Populi Romani. En Roma se le tiene mucha devoción. Ésta es la imagen a la que el Papa Francisco siempre visita antes y después de cada viaje que hace fuera de Roma.

2 JAVIER ECHEVARRÍA, Memoria del Beato Josemaría Escrivá (Entrevista con Salvador Bernal) Rialp, 2ª ed., Madrid 2000, pp. 175-176.

3 JAVIER ECHEVARRÍA, Memoria del Beato Josemaría Escrivá (Entrevista con Salvador Bernal) Rialp, 2ª ed. Madrid 2000, p. 268

El autorSergio Gascón Valverde

Mundo

Monseñor Masondole: «En África no hay vergüenza en decir ‘soy cristiano'»

Monseñor Simon Chibuga Masondole es obispo de la diócesis de Bunda, en Tanzania. Procede de una tribu de las islas de Ukerewe, una comunidad que se ha sostenido gracias a los catequistas, ya que no había sacerdotes en la región. En esta entrevista con Omnes, nos habla de la Iglesia en África.

Loreto Rios·20 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 12 minutos

Monseñor Simon Chibuga Masondole tuvo en mayo la visita ad limina con el Papa y luego estuvo en España visitando a los seminaristas tanzanos que están estudiando en el país. En esta entrevista con Omnes, nos cuenta los principales retos y fortalezas de la iglesia africana, las diferencias en la vivencia de la fe entre África y Europa y la situación actual de su diócesis, que comparte características con muchas otras en el continente africano.

¿Cómo percibe la situación de la Iglesia en África y en Tanzania en concreto? ¿Qué fortalezas y retos ve?

Una de las características principales de la Iglesia en Tanzania es que es una iglesia joven, está creciendo, apenas ha celebrado los 150 años de su evangelización. Hay un gran número de conversiones, tanto de jóvenes como de adultos. Las familias que se convirtieron hace más tiempo también se caracterizan por que son las que están mejor arraigadas en la fe y son el semillero de vocaciones para la Iglesia.

En este contexto, hay muchos movimientos apostólicos, por ejemplo la Infancia Misionera o TYCS (Estudiantes Católicos Tanzanos). Además, muchos jóvenes que están en la universidad forman coros. El coro en Tanzania es como un movimiento apostólico, tienen su inscripción, sus normas. Su forma de evangelizar es a través del canto. No es solo como en Europa el “coro de la parroquia”, es un apostolado concreto.

Monseñor Simon antes de la Confirmación de los niños (de blanco y rojo) de la parroquia de Murutunguru.

Frente a esta bendición que es el aumento del número de cristianos, y la esperanza de ver que la Iglesia crece, tenemos la dificultad de que nos faltan pastores, tanto en una cuestión de número como de formación. No solo en Tanzania, sino en África en general.

Por otra parte, se constata también que en África hay una especie de sincretismo. No hay fronteras de decir: yo soy católico y lo propio de la vida cristiana es esto. Por ello, se dan muchas situaciones en que hay personas que vienen a la Iglesia católica pidiendo ayuda u oración porque están enfermos, pero, si el problema sigue estando presente y no ven satisfecha esa necesidad, no tienen ningún problema en ir a otras confesiones o a otras partes.

Pueden estar una mañana en una iglesia católica pidiendo la unción de enfermos, pero luego ir a una oración de sanación de los pentecostales, y, si eso tampoco les funciona, van al chamán o al curandero. Por tanto, es verdad que hay una necesidad del Señor, pero también una necesidad cotidiana de superar estas dificultades. Así que el reto también es esta tarea evangelizadora, lidiar con este sincretismo, que en parte viene por una fe poco firme todavía, que está gestándose, y, por otra parte, por una tradición de milenios que está muy anclada.

Este grupo de cristianos que “deambula” con sus problemas de un sitio a otro está creciendo y tiene cierta envergadura. Es un reto para la Iglesia en África atenderles, pero también ayudarles a afianzarse en la fe católica y en esas fronteras de la fe.

Otra dificultad que se encuentra no solo la Iglesia, sino la población africana, es la proliferación de unos grupos que se denominan cristianos, pero que en el fondo son predicadores de la falsedad, que buscan un beneficio personal. Por ejemplo, con fórmulas del tipo: “Si pisas este aceite sagrado, vas a ser rico”.

Se aprovechan de esa necesidad humana que tiene la gente. Recientemente hemos tenido un caso en Kenia: en Pascua, el pastor predicó que el encuentro con Cristo es a través de la muerte, y ha influido en la gente hasta el punto de que han estado ayunando hasta morir, y ha tenido que intervenir la policía. Otro caso ha sido el que llamamos el Jesús de Tongaren, un hombre que se ha autoproclamado Jesús diciendo que ha venido a la tierra en la Segunda Venida, y tiene un grupo de seguidores.

O hace unos años otro predicador que decía que era el fin del mundo e hizo que la gente se embadurnase de aceite y prendió fuego a la iglesia con la gente dentro, y hubo muertes. Suelen ser grupos pentecostales, aunque no solo, hay otras ramas. Así que otro reto de la Iglesia en África es el aumento de estos grupos, que dicen que les ha hablado el Espíritu Santo y les ha pedido que funden algo nuevo. A través de las predicaciones además consiguen una recaudación de fondos. Hay un grupo en concreto en el que cada tipo de bendición conlleva una cantidad de dinero diferente: si solo son unas palabras, es cierta cantidad; si tengo que imponerte las manos, otra cantidad.

La Iglesia católica ante esto debe velar por predicar el Evangelio auténtico, pero también ayudar y atender a esta gente que es engañada, abusada y estafada usando el nombre de Cristo.

También hay que pedir más vocaciones, promover la pastoral vocacional, pero, al mismo tiempo, fortalecer la formación de los sacerdotes, que son hijos de su tiempo y pueden venir con tradiciones o costumbres que no son propias del cristianismo.

Pero lo bueno es que el número de cristianos aumenta, en Tanzania en concreto hay mayor número de cristianos que de musulmanes. Lo positivo es que no hay un fundamentalismo, hay una libertad de relación entre las confesiones, pero hay que poner también el límite de, sin ser fundamentalista, ser capaces de reconocer qué es lo que cabe en la fe católica y qué no.

¿Cuáles considera que son las principales diferencias entre la Iglesia en Europa y en África?

La primera diferencia es que la Iglesia en África crece rápidamente en el número de cristianos, mientras que en Europa se ha ralentizado el crecimiento.

En España, en las parroquias en las que he podido estar, he visto que hay jóvenes, mientras que, en lo que conozco de Italia, eso es muy difícil de encontrar. Aunque es un mal, creo que en general, en Europa, me ha alegrado ver que en España todavía hay una semilla viva del Evangelio.

Además, en África, no hay vergüenza de decir “soy cristiano” o “estoy buscando a Dios”. Los jóvenes en la universidad no tienen vergüenza de decir que son cristianos, que están yendo a la iglesia, al ensayo de coro… Los profesionales católicos tampoco, puedes ser médico y que se sepa que eres cristiano y no hay ningún problema. En Europa sí que veo esa vergüenza a la hora de decir que se es cristiano, o de anunciar el Evangelio. Y parece haber una creencia de que no se puede ser buen profesional y católico, que son cosas incompatibles.

Otra diferencia con respecto a las que ya he dicho es que en la Iglesia en África en la celebración litúrgica entra muchísimo en juego la expresión de la fe a través del cuerpo. Por ejemplo, en cada canto siempre hay una coreografía, no es solo música. O están también los niños de la Infancia Misionera, que son los encargados de bailar en la Eucaristía. En la liturgia europea, todo es más estático. Es la muerte de la emoción, frente a la viveza de la expresión en la Iglesia en África: baile, palmas, el vigelegele o grito de júbilo, y también en la procesión de entrada el coro tiene un paso de entrada.

Es un baile litúrgico, claro, pero no se entra simplemente andando. En Europa, para ver emociones tiene que haber un accidente en la carretera. Pero si no, no se expresan. El otro día, hablando con el rector de Jaén, comentábamos que en ningún sitio de la Biblia está escrito que la misa tenga que ser de cuerpo rígido. Lo importante es respetar el rito litúrgico, pero eso no impide que haya una expresión emocional o corporal.

A lo mejor en Europa donde más se está viendo la exaltación del cuerpo es a través de tatuajes, piercings… Pero no en la celebración litúrgica. Recuperar la corporalidad en la celebración es una forma también de purificar la concepción de la corporalidad entre los jóvenes, en vez de los piercings y los tatuajes.

La Iglesia en África aporta esa holgura dentro del rito, comprender que mi fe se manifiesta también a través del cuerpo. El hombre es cuerpo y alma.

Otra diferencia es el sentido del ofertorio en la misa. Por una parte, está la ofrenda económica. No conozco tanto la situación en España, pero la experiencia que tengo en Italia, donde he vivido diez años, es que lo normal es echar 50 céntimos. Se pierde el sentido de la ofrenda como expresión de que unes tu vida a la entrega del Señor, y esto tiene un sentido material. Eso en África está muy vivo. Si una comunidad ve que necesita una iglesia, no espera a que el obispo mande construirla. Se ponen a ello, hacen colectas, y la construyen.

Quizá esto es debido a que en Europa la gente está acostumbrada a que los sacerdotes reciben sueldo, pero se pierde esa vinculación de que es el pueblo el que sostiene a los sacerdotes. Por otra parte, está la ofrenda material. En África, junto al dinero, también se ofrecen cosas: gallinas, huevos, cerillas, sal, harina, fruta… Estas cosas realmente son una ofrenda, la persona está renunciando a ello y lo entrega a la iglesia, y luego el sacerdote lo administra: algunas cosas las destinará para su sustento, porque no tiene otra forma de mantenerse, y otras para repartir a los pobres.

Sin embargo, lo que he observado en Europa es que cuando se ofrece algo que no es dinero, en las misas de jóvenes o niños, es una ofrenda simbólica, como por ejemplo: “Te ofrezco estos zapatos en representación de nuestro caminar cristiano”. Pero después de la misa se llevan los zapatos, no hay una ofrenda para que por lo menos esos zapatos sirvan a un pobre, no es una entrega real.

¿Toda la Iglesia en África se sostiene por las ofrendas, nadie recibe sueldo?

No, nadie recibe sueldo. En África no existe eso. A no ser que sea un sacerdote que trabaja en un colegio, entonces recibe su sueldo de profesor. Pero un sacerdote de parroquia, o un obispo, no reciben sueldo, se vive de las ofrendas de las misas y de lo que da la gente, ya sea económica o materialmente. También está el pago del diezmo al final de mes, que es otra forma de ofrenda. Según el tipo de trabajo que se haga, se tiene una cantidad asignada, que no es realmente el 10 %, es simbólica. Los funcionarios tienen una cantidad asignada, que es diferente a la de los agricultores o estudiantes.

Lo que hace el sacerdote es que lo que recibe por medio del diezmo y la ofrenda lo administra: para su propio sustento (desde comida hasta la gasolina del coche para ir a celebrar misa a los pueblos o atender a los enfermos), para el desarrollo y las reparaciones de la Iglesia y para las necesidades de los pobres. El problema está en que las parroquias de la ciudad son más pudientes, se vive más holgadamente, y las parroquias de los poblados pasan más necesidad.

Usted ha enviado a varios seminaristas a estudiar a la Universidad de Navarra, en Pamplona. ¿Cómo piensa que puede enriquecerles esta experiencia?

El hecho de empezar a enviar sacerdotes y seminaristas a estudiar a Navarra surgió cuando estaba estudiando en Roma. Allí conocí a un sacerdote que me dijo que había estudiado en Navarra. Me dio el contacto para hablar con el obispo y conseguimos plaza para el primer sacerdote tanzano que fue a Bidasoa, de mi diócesis de Bunda. Estando él en Navarra, descubrió que también podían ir seminaristas, así que lo pedimos para el año siguiente y comenzamos a mandarlos también.

El obispo con los seminaristas tanzanos que estudian en Bidasoa, Navarra.

Hay muchos beneficios en que seminaristas y sacerdotes vayan a estudiar fuera. En primer lugar, de esa manera constatan que la Iglesia es una, católica, apostólica y romana. Ven la universalidad y la unidad de la Iglesia. Todos los institutos o universidades son un bien de la Iglesia, con lo cual son para todos. Ir a estudiar a cualquier universidad es una forma de experimentar en carne propia que la Iglesia es una, y que en todas partes hay universidades católicas y la teología es la misma.

No todos los seminarios tienen un sistema que permita acoger a estudiantes extranjeros. Bidasoa es uno de los pocos internacionales, está expresamente pensado para la formación de seminaristas que vienen de distintas partes del mundo, no es un seminario diocesano.

Por otra parte, la enseñanza también conlleva una tradición. No se puede comparar la tradición de vida cristiana y de universidades cristianas que tiene la Iglesia en Europa con las que tiene en Tanzania, que acaba de celebrar los 150 años de la llegada de los primeros misioneros.

La Iglesia en Europa tiene un tesoro de enseñanza, bibliotecas, libros, de profesores bien formados, que además son investigadores y escriben, que en África no hay. Es inútil querer decir que estamos en las mismas condiciones.

La idea es que reciban esa formación para poder traerla a la iglesia africana y enriquecerla.

He tenido la oportunidad en esta visita a España de ver muchas bibliotecas, y es la primera vez que he visto un libro de pergamino. O yo, por ejemplo, soy doctor en Liturgia por el Ateneo Pontificio de San Anselmo, y he visto por primera vez un sacramentario, los primeros libros litúrgicos. Había estudiado o memorizado cosas que nunca había podido ver físicamente. La Iglesia en África no tiene esa riqueza, o una biblioteca en la que ver estas cosas.

Por otra parte, en África somos de rito latino. Está el copto, en Egipto, pero básicamente somos de rito latino. Sin embargo en Europa está el romano, el mozárabe, el ambrosiano… En este viaje a España, he tenido la oportunidad de asistir por primera vez a una misa de rito mozárabe.

Además, en cada iglesia local hay una forma de piedad popular. Poder salir de casa y ver otras formas culturales de vivir y expresar la fe es una gran riqueza, porque hay muchas cosas que aprender. También ayuda conocer lo negativo, para prevenir y evitar que ocurra en la diócesis de origen.

La tradición es profundización, es desarrollo. En África todavía no tenemos. Estudias lo que es una basílica, pero en África no hay, ni existen ese tipo de edificios grandes. Creo que hay dos en toda África que se podrían considerar basílica. En Europa hay tanta historia, y tantos estilos arquitectónicos, con iglesias románicas, góticas, barrocas, renacentistas, neoclásicas… Eso es una riqueza.

O los canónigos de una catedral, en África es una figura que no existe, y en cambio aquí he podido ver que es muy común. Estudiar en otra diócesis te abre el horizonte y las perspectivas.

Había una tradición africana cristiana, pero sobre todo en la parte norte, y con la llegada del islam se perdió. Así que dentro de África hubo una barrera de comunicación de lo que podría haber sido la tradición africana de la fe cristiana.

Quiero con esto hacer una llamada también a la iglesia occidental a que abra un poquito más las puertas. En África nos faltan estas raíces de historia, educación, tradición litúrgica… Si esto no se conoce y no se profundiza en ello se corre el riesgo también de que a la fe africana le falte arraigo. Nos ayudaría mucho que Occidente abriese más las puertas a la iglesia africana y fuese más fácil recibir esta formación. Es necesario fomentar esa firmeza en la fe.

A la inversa, también es un beneficio para la iglesia europea. La iglesia africana es joven, todavía no tiene miedo de decir “soy católico”. Que jóvenes africanos lleguen a la iglesia europea es un testimonio. Es una fe sin miedo. Y también es un beneficio para la iglesia local ver otra forma de vivir la fe. El intercambio es beneficioso para todos. Nos necesitamos unos a otros para realmente ser universales.

¿Cómo fue su proceso de vocación? ¿Qué le animó a ordenarse?

Yo vengo de una familia cristiana y mi vocación surgió cuando era pequeño. Hay dos momentos clave que puedo recordar. Cuando tenía 5 o 6 años, vino por primera vez el obispo a mi isla (soy de Ukara, una isla del archipiélago de Ukerewe, en el lago Victoria). Habían terminado de construir el primer kigango de Bukiko, mi pueblo natal, y vino el obispo a inaugurarlo. Recuerdo cómo recibimos al obispo, los cantos… El obispo habló de la importancia de que los padres apostasen por la educación de sus hijos. De entre todos los niños, se acercó a mí, me colocó la mano en la cabeza y dijo: “Un niño como este, si estudia, un día puede llegar a ser sacerdote”.

El segundo momento fue poco después. En la isla no había sacerdotes, venían solo a celebrar la Pascua y la Navidad. No había misa ni los domingos, porque no teníamos ferry como ahora, había que ir en barca de pescadores. La fe en mi comunidad la han conservado y extendido los catequistas, y yo me he formado a través de ellos también.

Mi madre ese año me llevó a mí a misa de Navidad y dejó a mi hermano mayor encargado de la casa. Está muy lejos la parroquia e íbamos andando, por eso no podíamos ir todos. Recuerdo entrar en la iglesia y ver por primera vez un sacerdote. Dije: “Yo quiero ser como él”. Luego, estudié en el seminario menor, después en el mayor y me ordené sacerdote en 2006. Fui consagrado obispo en 2021.

¿Cuáles son los principales retos pastorales de su diócesis?

La diócesis de Bunda es muy joven, tiene doce años, fue erigida en el último año del Papa Benedicto XVI. Así que todavía está creciendo.

Una de las primeras dificultades en la diócesis son algunas tradiciones y costumbres que están profundamente arraigadas, como la veneración o el temor a ciertos animales considerados como tótem. Por ejemplo, en las islas, la serpiente pitón. Hasta el extremo de que si pusiésemos una pitón, aunque estuviese muerta, en la puerta de la iglesia, nadie iría, porque piensan que les puede maldecir, a pesar de ser cristianos.

La creencia de que la pitón tiene poder para maldecirles es mucho mayor que su fe cristiana.

Si hubiese una pitón en la puerta de mi parroquia, igual yo tampoco entraría.

(risas)

Pero tú la temerías en cuanto a serpiente, no como animal sagrado que tiene poder para maldecirte viva o muerta.

Luego hay costumbres tan arraigadas que es muy difícil extirpar. Por ejemplo, los ritos de purificación: si te quedas viudo o viuda, aunque es más común en las mujeres, tienes que purificarte, y el medio es acostarse con otro hombre. O la poligamia. En ciertas tribus, ser monógamo está mal visto, hay que ser polígamo, y eso afecta a la vida cristiana, al matrimonio y a las familias. En concreto, es muy difícil que los hombres de la tribu kurya vengan a misa por este motivo.

O también hay veces que se da el caso de que, por ejemplo, la quinta esposa se quiere hacer cristiana. Pide bautizarse, pero sigue viviendo como quinta mujer. Para la administración de los sacramentos, esto es un problema pastoral también.

Hay otros problemas administrativos: no tenemos una curia, un edificio para gestionar las cosas. Hemos hecho en la sala de estar de mi residencia una división con tres pequeñas oficinas, pero nos falta esa estructura todavía, aunque estamos intentando conseguirla.

Además, la diócesis de Bunda es una diócesis pobre. Para tener sacerdotes formados que formen a su vez a la población hace falta dinero. Por eso recibir una beca para nosotros es una gran ayuda.

Por otra parte, tenemos muy pocos sacerdotes. Por eso, los catequistas en nuestra diócesis son muy importantes, pero tienen que estar bien formados. Las dos grandes obras que tenemos ahora entre manos son la construcción de la curia y una pequeña escuela de catequistas, con aulas, oficina, que sirva también de lugar de retiro al que puedan ir un fin de semana o un mes y hacer un curso intensivo en temas pastorales o en liturgia. Dado que los catequistas son una pieza clave en la evangelización de nuestra diócesis, es necesario que tengan una formación acorde con la labor que realizan.

Vamos dando pasitos para crecer, pero aún estamos en una fase muy inicial. Pero estamos muy animados y caminando hacia delante.

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Cultura

Steven Schloeder: «Con la arquitectura buscamos expresar una verdad más profunda»

El arquitecto y teólogo Steven Schloeder repasa en esta entrevista con Omnes los aspectos fundamentales de la arquitectura sacra y su evolución histórica.

Loreto Rios·19 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 11 minutos

Arquitecto y teólogo, Steven Schloeder busca responder a los retos contemporáneos a la hora de construir iglesias católicas basándose en la simbología que las ha acompañado a lo largo de la historia. En su libro Architecture in Communion (Ignatius Press), aún no traducido al español, habla de tres símbolos principales en el lenguaje de la arquitectura: el cuerpo, el templo y la ciudad.

¿Cómo simboliza y representa la arquitectura la importancia de lo que se celebra?

-Principalmente, construimos iglesias para la celebración de la liturgia, que es necesariamente un evento comunitario de creyentes en Cristo reunidos. La liturgia manifiesta el Cuerpo de Cristo. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, y la continuación del Cuerpo de Cristo en la Tierra. Es una realidad física y espiritual, eterna y temporal, celestial y terrenal.

Dios se revela a través de símbolos, y Cristo nos ha revelado el significado de símbolos específicos: el símbolo del cuerpo, la sangre, de su crucifixión. Son símbolos sacramentales, eficaces, la verdadera realidad en la que participamos. La liturgia es tanto material como espiritual, comunitaria y jerárquica.

Cuando nos acercamos a una iglesia desde fuera, en la calle, ayuda si tiene aspecto de iglesia. No todas las iglesias contemporáneas parecen iglesias, y ese es un problema que hay que abordar. Cuando nos acercamos a una iglesia, nos acercamos a la Jerusalén celeste, la Ciudad de Dios, el Cuerpo de Cristo, el Templo del Espíritu santo, y creo que la parroquia local o la catedral deberían pensarse como la presencia de la Jerusalén celeste en nuestra ciudad. Es una interrupción en el entramado de la ciudad, el lugar donde algo sagrado está ocurriendo. En el Apocalipsis aparece esta imagen de la Jerusalén celeste descendiendo, Dios viviendo entre los hombres, y eso es lo que deberíamos ver realmente cuando vemos una iglesia y lo que los arquitectos deberíamos expresar de alguna manera.

Interior de la iglesia de San Joaquín y Santa Ana, diseñada por Steven Schloeder ©Steven J Schloeder AIA

Una vez estamos dentro de la Iglesia y nos acercamos al altar, el lenguaje del altar nos ayuda a entender que estamos entrando en un evento y un lugar sagrados. Es muy significativo el crucifijo como el icono central de la liturgia, como dijo el cardenal Ratzinger.

Esto no es solo una comida, no es solo una mesa, no es solo una reunión de gente, sino de la gente en la Tierra y la de la Jerusalén celeste, la Iglesia triunfante. Creo que la formalidad del lenguaje de la arquitectura y cosas como la simetría, altura o materiales de calidad son fundamentales, porque estamos intentando expresar algo que es tremendamente importante. Expresamos la importancia y la dignidad a través del valor y el modo en que tratamos a las cosas en nuestra cultura material.

Un altar, por ejemplo, no es solo una tabla de madera, como una mesa para comer. Usar vestiduras buenas, objetos litúrgicos valiosos, como el cáliz o el ciborio, buen lino y piedra de buena calidad nos ayuda a entender la importancia de lo que se está diciendo. Luego, por supuesto, están los textos litúrgicos mismos, las plegarias del sacerdote y las respuestas. Eso es lo que transmite la intención de la iglesia: ofrecer este sacrificio perfecto en la misa.

Ese es el motivo de que haya una disciplina litúrgica: ayunar antes de recibir la Comunión, estar en estado de gracia antes de recibir la Comunión, vestirse adecuadamente, tener un sentido de verdadera dignidad en lo que respecta al escenario material de la iglesia. Creo que esa es una de las cosas importantes de las generaciones previas de la arquitectura, que la iglesia era muy deliberada e intencionada en su cultura material y arquitectónica.

Mostraba que era algo de gran importancia y que merecía toda nuestra atención.

¿Cómo han evolucionado las iglesias a lo largo del tiempo? ¿Cuáles han sido los puntos de inflexión más importantes?

-Sabemos que al principio las comunidades se reunían en casas. Muy pronto, a mitad del s. II, comienza a haber vestigios de iglesias consagradas. No tenemos pruebas arqueológicas de esto, porque se han perdido. Las primeras iglesias que se conservan son de aproximadamente un siglo más tarde, pero tenemos evidencias a través de documentos escritos de que había iglesias unos cien años antes, edificios visibles que podían identificarse como lugares de culto. Los cristianos se habían establecido en comunidades que podían tener un terreno en propiedad y construir. Esto ocurre muy pronto en la historia de la cristiandad. Antes de Constantino, durante las persecuciones, a finales del s. III-principios del IV, Lactancio, por ejemplo, el historiador, habla sobre grandes edificios que eran destruidos como parte de la persecución. Así que la Iglesia estaba teniendo una identidad sólida a la hora de dejar su impronta en la ciudad o el poblado.

Exterior de la iglesia de Santa Teresa de Liseux, diseñada por Steven Schloeder ©Steven J Schloeder AIA

Eusebio tiene un pasaje fantástico en su Historia sobre la dedicación de la catedral de Tiro que habla sobre el simbolismo, la belleza y la importancia del edificio. Creo que Eusebio no se está inventando este lenguaje de arquitectura eclesial, sino que ya había un conocimiento bien asentado sobre lo que debía ser una iglesia, porque escribe a principios del s. IV y tiene una teología completamente formada sobre arquitectura que no creo que se le ocurriese de repente, sino que está expresando lo que la Iglesia ya había cultivado. Así que ya había edificios monumentales que eran importantes e identificables.

Quizá bajo Constantino, que es el jefe de Eusebio, la Iglesia adoptó probablemente una formalidad imitando la corte real por considerarla adecuada para el Rey de Reyes, el Señor de Señores. En ese momento se adopta la planta basilical, la forma tradicional de la iglesia, que aparece en el s. III y probablemente algo antes. A partir de aquí hay una serie de innovaciones estilísticas: la arquitectura bizantina, el Románico, el Gótico…

La cuestión es que cada uno de esos estilos siguen un patrón. Encontramos una comunalidad en el lenguaje formal de la arquitectura. En primer lugar hay un lenguaje relacionado con el cuerpo: simétrico y jerárquico (tenemos cabeza, pecho, piernas…). Y esto es algo precioso que creo que tenemos que recuperar tanto en la arquitectura como en el arte: reencontrarnos con nuestro cuerpo en un sentido sacramental.

En una iglesia en forma de cruz, la cabeza es el ábside, donde está la sede del obispo, porque representa a Cristo gobernando la Iglesia, el crucero es el pecho, donde está el altar, el corazón; de ahí salen los brazos, y los pies son la entrada, porque entras caminando en la Iglesia. Hay una forma simbólica de pensar relacionada con el cuerpo.

También creo que esto hace referencia a la Encarnación y la defiende como el “logos”, que es comunicativo, formativo y crea realidad. La Encarnación de Cristo en un cuerpo humano es siempre nuestro modelo para comprender quiénes somos como personas y como Iglesia. Inmediatamente recordamos a san Pablo (1 Co 12, 12).

También hay un lenguaje relacionado con el templo, con la Tienda del Encuentro y el templo de Salomón. Cristo mismo habla de su cuerpo como “el templo”. Él mismo establece estas relaciones. San Pablo desarrolla esto, y también habla de ello Eusebio. Siempre pensamos en la forma simbólicamente. Con la arquitectura, buscamos expresar una verdad más profunda.

En Apocalipsis, 21-22, vemos que el tabernáculo luego se transforma en la Ciudad. Si miramos una iglesia gótica, es brillante el modo en que se representa: cada parte de la construcción, el ciborio o el baldaquino sobre el altar, es un pequeño edificio. Los contrafuertes fuera del edificio son pequeños santuarios y todos los santuarios son pequeñas casas que constituyen una ciudad. Los pasillos y corredores son como calzadas. Hay analogías directas que nos ayudan a entender esta interconexión entre el cuerpo, el templo y la ciudad.

A lo largo de los siglos, independientemente del estilo de la iglesia, este es el lenguaje principal, que de alguna manera hace referencia al hecho de que somos cuerpo y vivimos en edificios, casas, que es la casa familiar, la iglesia doméstica. Esto es fundamental para la importancia de la familia como núcleo central de la sociedad. Y también subyace el concepto de que somos seres sociales y tenemos que vivir en comunidad para crecer. La iglesia como edificio y la teología de la arquitectura deberían de alguna manera representar todo esto. Son conceptos fieles al modo en que Dios se nos ha revelado: el Cuerpo de Cristo y la Iglesia como templo, como la ciudad celestial.

Luego llegamos al s. XX, que es una ruptura radical. Especialmente, surge en Alemania, a través del trabajo de Rudolf Schwarz, por ejemplo, y la Bauhaus. Muchas otras personas que no eran parte de la Bauhaus estaban haciendo cosas similares, pero hablamos de arquitectura modernista en general.

Las iglesias dejan de ser jerárquicas, y comienzan a tener formas circulares. Los luteranos alemanes y los católicos comienzan a jugar con otras formas más centralizadas. Y en ese punto creo que hemos perdido la unidad de la iglesia como presentación simbólica de la realidad celestial. No es que esté completamente divorciado de lo anterior, pero la forma centralizada, que generalmente tiene algún tipo de bajada en picado, como si fuese la forma de una tienda, es una ruptura decisiva en la continuidad que había los 1900 años anteriores. Se convierte en la forma principal de la arquitectura sagrada en Europa y América, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial y el auge del modernismo. Muchas de las ciudades de Europa que habían sido bombardeadas se reconstruyeron con formas modernistas.

¿Cuál ha sido la evolución del baptisterio y su simbolismo?

-Lo principal del bautismo es que es uno de los sacramentos de iniciación, que nos introduce en el Cuerpo de Cristo. En el rito anterior, antes de las revisiones de los sesenta, había un lenguaje muy interesante relacionado con pasar de la región de las tinieblas al reino de la vida. Había una serie de oraciones mientras la persona entraba por primera vez en la iglesia, porque estabas siendo introducido en el Reino. El baptisterio en aquel entonces estaba cercado, con una verja alrededor o algún tipo de artilugio de protección, porque había un sentido de ser devuelto a la inocencia y justicia primigenias, y las puertas del Paraíso se abrían para nosotros. El bautismo es una entrada en la Iglesia, en el Reino de Dios, saliendo de la oscuridad y el caos, y la luz se convierte en un elemento muy importante.

Ahora habitualmente el baptisterio se coloca en la entrada de la iglesia, que no es que esté mal, es de hecho una entrada en la Iglesia, pero a menudo se coloca alineado con el altar, al menos en Estados Unidos. Porque en Estados Unidos en los cincuenta un liturgista alemán publicó un libro en el que decía que lo más importante era el altar y, después, el baptisterio, y todos se reúnen alrededor de ambos. Así que se alinean y todo el mundo tiene que esquivar el baptisterio, no se puede hacer una procesión recta. Esto se convirtió en un motivo estilístico.

El símbolo que se ha perdido es que el baptisterio es también un lugar de muerte, en el que morimos a nuestros pecados y nos convertimos en un hombre nuevo. El baptisterio es el vientre en el que nacen los cristianos, pero también la tumba donde morimos y nacemos en Cristo. Es posible que los antiguos modelos ya no estén vigentes: si vemos algunos de los baptisterios famosos, como el de Pisa, Florencia o Rávena, suelen ser de forma octogonal, basados en el mausoleo romano. Pero tenemos que recuperar una forma de expresar los diferentes significados del baptisterio: agua, vida, muerte, ser incorporado en el Cuerpo de Cristo. Los arquitectos jugamos con un lenguaje rico en simbolismo con el que intentamos transmitir y respaldar lo que la Iglesia intenta enseñarnos, y el baptisterio es un microcosmos en este sentido.

En arquitectura, creo que en los últimos veinte años hemos estado trabajando para recuperar la dimensión sacramental del edificio.

¿Y el confesionario?

-Lo que sabemos de la confesión es que antiguamente, cuando los asesinos iban camino de su ejecución, gritaban: “He pecado, rezad por mí”. Tenemos algunos documentos de eso. Luego, en la iglesia primitiva podías confesarte una vez en la vida, así que generalmente se hacía hacia el final de la vida. Tenías que ponerte en los escalones de la iglesia y confesabas tus pecados al obispo. Y todo el mundo lo sabía. Así que creo que ha sido razonable el desarrollo de la confesión privada desde una perspectiva más pastoral, que fue especialmente desarrollada a través de los monjes de Irlanda.

Hoy en día, he visto confesionarios que tienen unas casetas de cristal, como un espacio de oficina, con una mesa para el penitente y el confesor. Es muy transaccional. Creo que tenemos que recuperar el sentido de la confesión como un sacramento que merece su propio espacio, como el confesionario barroco, donde tienes al sacerdote en el centro y espacio para los penitentes a cada lado. Se convierte en un objeto en el espacio, en el lugar del sacramento.

Durante los últimos veinte años ha habido una revisión sobre la importancia de la confesión privada, discreta y anónima, tanto para el sacerdote como para el penitente. Es un encuentro con Cristo, mediante el ministro y las palabras del sacerdote de Cristo. Estamos en un tiempo interesante en el desarrollo de la arquitectura sagrada, en el que tenemos al sacerdote cara a cara y nos familiarizamos con él, y lo mismo ocurre en la confesión.

Como teólogo y arquitecto, lo que busco es dar cuerpo al lenguaje de la disposición y forma arquitectónicas, para que secunde lo que la Iglesia hace sacramentalmente.

¿Qué características tienen que tener los elementos del santuario y qué hay que tener en cuenta a la hora de construirlos?

-El altar es lo central y prevalente, y el ambón es el lugar de la proclamación. En la época de san Juan Pablo II se desarrolló el concepto de “las dos mesas”: la mesa del sacrificio y la mesa de la Palabra. Creo que es importante establecer una relación entre la Palabra proclamada y la Palabra como pan (Mt 4, 4). Son dos elementos que deberían estar relacionados arquitectónicamente.

Altar de la iglesia de Santa Clara de Asís, diseñada por Steven Schloeder ©Steven J Schloeder AIA

Luego, tenemos también el lugar de la reserva eucarística, el tabernáculo. No sé cuál es la situación en España, pero hace unos años hubo un gran movimiento en Estados Unidos que buscaba separar el tabernáculo en una capilla aparte. Era, de alguna manera, impuesto por los liturgistas. Actualmente, la tendencia es a restablecer el tabernáculo en el templo, y creo que con razón. Porque uno de los argumentos era que, puesto que el sacerdote ahora está de cara a la asamblea, está dando la espalda al sagrario.

Pero el lenguaje del sagrario ya resuelve eso. Es la Tienda del Encuentro. Lo apropiado es que sea opaco y sólido, y cubierto, así que es su propia habitación, su propio espacio sagrado, cuando está construido adecuadamente. Es el mismo lenguaje de “ocultar” o “velar” que hay en la Tienda del Encuentro o en el templo de Salomón. Cuando las puertas están cerradas, la vida puede continuar. Cuando están abiertas, vemos al Señor en su gloria, en la shejiná. Esto nos permite vivir nuestras vidas en presencia de Dios. Porque, si vemos a Dios cara a cara, ¿qué podemos hacer más que caer de rodillas en adoración?

Creo que el punto en el que estamos ahora, devolviendo el tabernáculo a su lugar original, funciona, porque, cuando entramos en una iglesia, nos arrodillamos ante el Señor que está en el sagrario, no necesitamos buscar alrededor para encontrarlo.

En cuando a la sede, en los documentos de la Iglesia se señala que recalca la presencia del ministro como Cristo presidiendo entre su pueblo. El sacerdote está representando al obispo. Es un lugar de dignidad, un lugar de presidere, “sentarse al frente”, pero es un problema arquitectónico. La Iglesia no nos dice mucho sobre ella. En algunos de los documentos más antiguos, se habla de que la sede se colocaba en el vértice, el punto más alto del santuario, pero no debería parecer un trono. Pero si observas cualquier trono real, siempre está en el lugar más alto, en el centro. Así que hay mensajes contradictorios en el lenguaje de la sede. Es un lugar de servicio, un lugar para presidir, pero no debe ser un trono ni una cátedra.

Después, está el propio crucifijo. En palabras del cardenal Ratzinger, es el icono central de la liturgia, porque todo tiene que ver con la madera de la Cruz y la crucifixión de Cristo y su muerte en la Cruz. ¿Así que cuál es el mejor sitio para situarlo? ¿Qué representa? No rezamos a la Cruz, ni estamos rezando a Cristo, estamos participando con Cristo en su ofrenda al Padre, y esa es la teología del crucifijo, ese es el mensaje central de la misa en su sentido sacramental, sacerdotal y sacrificial.

Cristo el Sumo Sacerdote ofreciéndose a sí mismo en la Cruz. En La fiesta de la fe, Ratzinger decía que el crucifijo se convierte en un iconostasio abierto al que mira tanto el sacerdote como la asamblea. Está en medio, sobre el altar, y creo que es un lugar precioso y razonable, se convierte en un punto de referencia compartido por toda la iglesia en oración, el sacerdote ministerial y el sacerdocio real, del bautismo, ofreciendo nuestras vidas unidos con el ministro en un único sacerdote.

Esa es la dinámica de la liturgia, que el crucifijo debería secundar. Tiene la importancia de desarrollar la teología de los laicos como miembros del sacerdocio bautismal. Y ese fue un mensaje muy claro en los documentos del Concilio Vaticano II, que realmente hay un sacrificio que nosotros como laicos estamos llamados a ofrecer, y es el sacrificio de la carta de san Pablo a los romanos: presentaos como “sacrificio vivo, santo, agradable a Dios” (Rm 12, 1). Así que creo que estamos llamados a tomar toda nuestra vida y llevarla al altar. Mientras presentamos las ofrendas del pan y el vino, estamos presentando nuestro corazón para que Cristo lo sane y estamos ofreciendo también nuestras propias vidas.

Mundo

Rímini reunirá a científicos, intelectuales y artistas en un evento cultural

Del 20 al 25 de agosto de 2023 tendrá lugar en Rímini la 44ª edición del Meeting por la Amistad entre los Pueblos. Este año, el evento girará en torno al tema “La existencia humana es una amistad inagotable”.

Loreto Rios·18 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Meeting por la Amistad entre los Pueblos arrancará el domingo 20 de agosto con una misa presidida por el cardenal Matteo Zuppi en la que concelebrará el obispo de Rímini, Nicolò Anselmi.

Historia del Meeting

Organizado por el movimiento católico de Comunión y Liberación, la primera edición del meeting se celebró en 1980. En 2008 el comité promotor, constituido en asociación desde el 8 de diciembre de 1980, se transformó en la Fundación Meeting para la Amistad entre los Pueblos, entidad encargada cada año de organizar el encuentro.

Esta fundación, según indica la web, “nace del deseo de algunos amigos de encontrar, conocer y llevar a Rímini todo lo bello y bueno que hay en la cultura” de nuestro tiempo. La Fundación Meeting “apuesta por el deseo y la pasión que cada hombre tiene en su corazón para crear un terreno común para el encuentro y el diálogo”. Los voluntarios son un pilar clave en la organización del evento, poniendo “en común” su inclinación “hacia la verdad, el bien y la belleza”.

Durante siete días de agosto, el Meeting reúne cada año a importantes personalidades de diferentes ámbitos académicos y artísticos y de diferentes religiones y culturas, y se define como “el festival cultural con más participación del mundo” y “un lugar de amistad donde se puede construir la paz, la convivencia y la amistad entre los pueblos”.

El programa es muy variado: incluye conferencias sobre diferentes temas (economía, arte, literatura, ciencia, política…), mesas redondas, exposiciones, conciertos o representaciones teatrales.

Edición 2023

El lema de la edición 2023, “La existencia humana es una amistad inagotable”, es “una invitación a descubrir el significado más profundo de la amistad, su fuerza generadora, sus orígenes y sus perspectivas para la existencia de todo hombre y para la construcción de una nueva sociedad. La amistad siempre ha sido el centro del deseo del corazón humano; es un don que nadie puede pretender”.

Este año, el programa tratará temas relacionados con la educación, la responsabilidad de la prensa, ciencia, física, política, la amistad en la Biblia, fusión nuclear, la vocación en el trabajo, la encíclica Fratelli Tutti, razón y fe, inteligencia artificial, sanidad, demografía, literatura y poesía, arquitectura, economía azul y circular, o naturaleza, entre otros.

Tolkien, Dostoyevski y moto GP

Algunos encuentros a destacar son el del viernes 25 con el presidente de Italia, Sergio Mattarella, o la entrevista con Marco Bezzecchi, piloto de moto GP. También tendrá lugar un concurso musical, el Meeting Music Contest y un taller de escritura creativa.

En relación a las artes escénicas, cabe destacar la puesta en escena de “El sueño de un hombre ridículo”, de Dostoyevski, protagonizado por el icono del teatro italiano Gabriele Lavia, y el concierto “El corazón en cada cosa”, dedicado al cirujano y educador Enzo Piccinini, en proceso de beatificación.

Tolkien también estará presente en el programa con la ponencia “La misión de Frodo: individuo y compañía en ‘El señor de los anillos’. 50 años después de la muerte de Tolkien”, a cargo de Giuseppe Pezzini, profesor del Corpus Christi College de Oxford, y Paolo Prosperi, sacerdote de la Fraternidad de San Carlos Borromeo.

El Meeting contará, además, con ponencias que recuerdan a personalidades como Aldo Moro, Lorenzo Milani, Dorothy Day, el beato venezolano José Gregorio Hernández, el beato Pino Puglisi o el japonés Takashi Pablo Nagai, médico superviviente de la bomba atómica en proceso de beatificación, del que recientemente Ediciones Encuentro ha publicado un libro, “Lo que no muere nunca”. Esta última ponencia, titulada “Amistades inagotables. ‘Lo que no muere nunca’. La figura de Takashi Nagai”, contará con la participación de Paola Marenco, vicepresidenta del Comité de Amigos de Takashi y Midori Nagai.

Mensaje del Papa

Con motivo del Meeting, el Papa ha enviado un mensaje al obispo de Rímini, monseñor Nicolò Anselmi, a través del cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, en el que se resalta que el Meeting para la Amistad entre los Pueblos busca “ser lugar de amistad entre las personas y los pueblos, abriendo caminos de encuentro y de diálogo”.

Para finalizar, el comunicado subraya que “el Papa Francisco desea que el Meeting para la Amistad entre los Pueblos siga promoviendo la cultura del encuentro, abierta a todos, sin excluir a nadie, porque en todos hay un reflejo del Padre (…). Que cada uno de los participantes aprenda un poco a acercarse a los demás a la manera de Jesús (…)”.

Perdonar lo imperdonable

“El que perdona una ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos” (Prov 17, 9).

18 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Ana y Gerardo pasaron por una prueba difícil de infidelidad. Habían llevado el tema hasta el divorcio. El día en que daban la firma final, ella lo hizo pero él se detuvo. Algo muy dentro le decía que eso no solucionaría nada. Pensó en sus hijos, renunció a sus criterios y en el nombre de Dios decidió no firmar: “no quiero divorciarme”, dijo al abogado. Se levantó y salió de ahí decidido a luchar por la unidad de su familia. 

Ana interiormente estaba feliz por aquel acto. Se dio cuenta de que no quería acabar con su matrimonio, solo quería acabar con sus problemas. A partir de entonces, ambos han reiniciado su relación. Se perdonaron mutuamente, renovaron su hogar comprendiendo que sólo Dios nos da la capacidad para amar de verdad, para perdonar lo que nos parece imperdonable, para morir a nosotros mismos por un bien mayor.

Hoy la familia de Gerardo y Ana sirve al Señor, ellos son testigos de los frutos del perdón y lo anuncian con entusiasmo.

La enseñanza de Cristo

Perdonar no es humano sino divino. No es posible para nosotros perdonar lo que consideramos imperdonable. Surge en las entrañas del corazón ese ¡no quiero!, no es justo, no lo merezco, ¿por qué a mí?

Sólo Jesucristo habla de un perdón necesario para la vida. Nadie más, ninguna forma de pensamiento plantea el perdón como lo hace Él. Nuestra búsqueda genuina de justicia afirma: “el que la hace la paga”.

Pero llega Dios a la tierra y sus palabras nos desconciertan:

«Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo» (Efe 4, 32).

«Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial» (Mt 6, 14).

«De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes» (Col 3, 13).

«No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará» (Lc. 6, 37).

«Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús» (Mt 18, 21-22).

No queremos perdonar pero nos damos cuenta que es necesario. Piensas en tus hijos a quienes amas y no deseas que sufran. De pronto sabes que es renunciando a ti mismo que puedes salvarlos. Quizá empieces a entender que Dios hizo lo mismo por ti. “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo; pero si muere, produce mucho fruto” (Jn 12, 24).

Actualmente se rompen hogares y corazones como consecuencia de las infidelidades. Si bien es necesario acabar con este flagelo y vivir el amor fiel, también es fundamental fortalecer el amor en familia a través del perdón cristiano, el verdadero, el que edifica, el que reconstruye desde la fe y acaba con el mal del único modo posible: ¡en abundancia de bien!

Vocaciones

J. Marrodán: “Estamos llamados más que nunca a buscar puntos de encuentro”

Javier Marrodán, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, fue ordenado sacerdote el 20 de mayo por el cardenal coreano Lazzaro You Heung-sik, prefecto del Dicasterio para el Clero, junto a otros 24 miembros del Opus Dei. Tras casi cien días de ordenación, habla desde Sevilla con Omnes de su tarea pastoral y temas actuales.

Francisco Otamendi·18 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

No fue posible entrevistar al navarro Javier Marrodán cuando fue ordenado sacerdote en Roma por el cardenal de Corea Lazzaro You Heung-sik, prefecto del Clero. Ahora, con casi cien días de sacerdote, conversa con Omnes sobre algunas inquietudes. 

Por ejemplo, su “admiración” por Albert Camus, objeto de su tesis doctoral. A Marrodán le conmueve que “alguien supuestamente alejado de Dios y de la Iglesia como Albert Camus proponga un modo de vivir tan próximo al Evangelio, y que lo haga de forma tan convencida y tan auténtica”. 

En parte por esa razón piensa que “hoy estamos llamados más que nunca a buscar puntos de encuentro y a descubrir en los demás inquietudes y aspiraciones emparentadas con las nuestras”, y pone el ejemplo de Jesús con la samaritana del pozo de Sicar, como se aprecia en la entrevista.

Javier Marrodán comenta “la pasión de evangelizar a través de la alegría” que pide el Papa Francisco, y sobre “el amor a los enemigos”, señala que “no es habitual tener enemigos declarados o agresivos, pero casi todos guardamos en algún rincón del alma nuestras pequeñas listas negras. Salir de esa espiral es una auténtica revolución”. 

Lleva usted tres meses de sacerdote. Estos primeros cien días, ¿están siendo como los había imaginado? ¿Cómo es su tarea pastoral? ¿Qué les subrayó el cardenal Lazzaro You Heung-sik en la ordenación?

–Me he estrenado como sacerdote en Sevilla. Vivo en el Colegio Mayor Almonte y por ahora estoy atendiendo algunas actividades relacionadas con la labor del Opus Dei: una convivencia, algún retiro, meditaciones a gente joven, un campamento de niñas en la Sierra de Cazorla… También echo una mano en la iglesia del Señor San José. El cardenal Lazzaro You Heung-sik nos recordó en la homilía de la ordenación que Cristo mismo hablaría a través de nosotros, que ofrecería por medio de nuestras manos la absolución de los pecados y reconciliaría a los fieles con el Padre. 

Casi todos los días paso un rato en el confesionario y procuro acordarme siempre del padre de la parábola del hijo pródigo: tengo la ilusión de que Dios pueda servirse de mí para acoger a todos los que llegan, me gustaría no empañar ni estorbar de ningún modo su misericordia. El Papa Francisco nos escribió a los 25 sacerdotes que nos ordenamos en mayo que “el estilo de Dios es compasión, cercanía y ternura”. Y también el prelado del Opus Dei nos pidió que fuéramos acogedores, que sembráramos esperanza. Espero no alejarme nunca de esas coordenadas. 

Ha trabajado en Diario de Navarra, también ha sido profesor. Suele decirse que «el periodismo es un sacerdocio».  ¿Cómo lo ve usted? ¿Continuará contando cosas?

– Creo que se puede decir que el periodismo consiste esencialmente en proporcionar información para que la sociedad tenga más y mejores elementos de juicios, para que las personas puedan tomar más libremente sus decisiones. En ese sentido, cabe hablar de una cierta continuidad profesional: al fin y al cabo, el sacerdote también trata de transmitir eficazmente la buena noticia del Evangelio. 

Hay sin embargo una diferencia relevante que ya he podido comprobar en estas primeras semanas de trabajo pastoral. Como periodista me he dedicado durante mucho tiempo a descubrir y documentar historias para después contarlas, había una finalidad muy clara que es casi como una premisa del trabajo informativo: se trata de contar historias para alguien.

Como sacerdote, las historias que voy conociendo y escuchando no me pertenecen, no me llegan para yo las escriba o las complete: son historias que muchas personas depositan en mis manos para que yo se las presente a Dios, para que se las cuente sólo a Él. En ese sentido, la diferencia es profunda. 

Todos los días, cuando me acerco al altar para celebrar la santa misa, llevo conmigo las preocupaciones, los pecados, las ilusiones, los líos, las alegrías y las lágrimas de quienes se han dirigido a Dios a través de mí, a veces de forma inconsciente. Sigue habiendo historias y sigo siendo un mediador, pero ahora giro en otra órbita, en la órbita de Dios.

Su último libro ha sido «Tirar del hilo».  ¿Qué ha querido decirnos?

–Pienso que la característica principal de ese libro es justamente la de que no he querido decir nada. Lo empecé a escribir durante el primer confinamiento, de forma un poco improvisada, sin ninguna aspiración editorial. Me dediqué sobre todo a reunir historias dispersas que ya había escrito, historias de personas y de acontecimientos que han sido importantes para mí por razones diversas y personalísimas. Luego vi que todo ese material se podía ordenar y cohesionar, que tenía un sentido. El subtítulo lo resume de algún modo: ‘Todas las historias que me han llevado a Roma’

Supongo que en el fondo el libro es un himno de acción de gracias a Dios, que ha cruzado mis caminos con los de tantas personas buenas, interesantes e inolvidables. Y ofrece alguna pista sobre el cambio de tercio que he dado a estas alturas de la vida.

Usted es del Opus Dei desde hace 41 años. ¿Cómo percibió que Dios le llamaba al sacerdocio? ¿Puede ofrecer un consejo para vivir la pasión de evangelizar con alegría, como pide el Papa?

–Había considerado en muchas ocasiones la posibilidad del sacerdocio, pero hubo un día muy concreto de 2018 en que lo vi de un modo mucho más claro. Pienso que la palabra ‘llamada’ es la más oportuna: intuí que Jesucristo me animaba a invertir los años venideros tratando de hacer sus veces también de un modo ministerial, transmitiendo sus mensajes, ayudándole a administrar los sacramentos, implicándome de lleno en ese gran ‘hospital de campaña’ que es la Iglesia —la expresión es del papa Francisco—, intentando ser uno más entre los sacerdotes “santos, doctos, humildes, alegres y deportistas” que deseaba san Josemaría. Me gusta la expresión de ‘ayudar a Dios’ que utilizaba Etty Hillesum, a eso voy a tratar de dedicarme en adelante. 

Sobre la pasión de la que habla el Papa, pienso que una clave es precisamente la de evangelizar a través de la alegría: los cristianos tenemos más y mejores razones que nadie para estar contentos a pesar de todo, para ofrecer la mejor versión de nosotros mismos, para encontrarnos cómodos en el mundo. Todo eso procede del encuentro personal de cada uno con Jesús: si nos dejamos interpelar y querer por él, dejamos de ser peregrinos para convertirnos en apóstoles. “La alegría es misionera”, repitió varias veces el Papa en la memorable vigilia de la JMJ en Lisboa

A veces se observan posturas sociales y políticas que parecen irreconciliables. Desde su óptica de profesor de Comunicación, y ahora sacerdotal, ¿cómo conciliar posturas antagónicas con la defensa legítima, por ejemplo, de una visión cristiana de la sociedad, que subraye la dignidad de la persona humana? 

– Durante estos años que he pasado en Roma he completado la licenciatura en Teología Moral y he hecho una tesis doctoral que se titula ‘La dimensión teológica y moral de la literatura. El caso de Albert Camus’. Me interesé por Albert Camus hace ya años, cuando leí el primer capítulo del primer volumen de Literatura del siglo XX y cristianismo, del gran Charles Moeller, un sacerdote belga que estableció un diálogo muy interesante desde la fe con grandes autores de su época. 

Me admira y me conmueve que alguien supuestamente alejado de Dios y de la Iglesia como Albert Camus proponga un modo de vivir tan próximo al Evangelio, y que lo haga de forma tan convencida y tan auténtica. Me aventuré con esa tesis porque me atraía la idea de tender un puente con Camus desde la orilla de la teología. A veces reducimos nuestras relaciones a aquellas personas o instituciones con las que mantenemos una sintonía total. 

Este fenómeno se puede comprobar de un modo matemático en las redes sociales, que ofrecen un sesgo de confirmación, pero ocurre algo similar en la política y en la sociedad, tantas veces fracturada por esas posturas antagónicas que menciona en su pregunta. Creo que hoy estamos llamados más que nunca a buscar puntos de encuentro y a descubrir en los demás inquietudes y aspiraciones emparentadas con las nuestras. La samaritana del pozo de Sicar llevaba una vida moralmente desordenada, pero era sobre todo una persona que estaba buscando. Jesús aprovecha ese anhelo suyo y lo encauza de un modo insospechado para ella.

Jesús dijo: amad a vuestros enemigos, rezad por lo que os persigan. San Josemaría dispuso en 1932 que en los centros de la Obra hubiera un cuadro con estas palabras de Jesús: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros”. ¿Algún comentario?

Uno de los mensajes más revolucionarios del Evangelio es ése del amor a los enemigos. No es habitual tener enemigos declarados o agresivos, pero casi todos guardamos en algún rincón del alma nuestras pequeñas listas negras. Salir de esa espiral es una auténtica revolución. Pienso que la novedad del mandamiento de Jesús tiene tanto que ver con el hecho de que lo plantease por primera vez como con la evidencia de que siempre resulta nuevo, precisamente porque los hombres tendemos fácilmente a lo contrario. 

El mandamiento nuevo es una llamada a sobreponernos a nuestras inclinaciones, a los agravios acumulados, a los prejuicios, a lo que se presenta como más fácil o más cómodo; es una invitación a dar lo mejor de nosotros mismos en la relación con cualquier otra persona.

El autorFrancisco Otamendi

Estados Unidos

El susurro de Dios en la tragedia. Devastadores incendios en Hawái

Los incendios forestales en Hawái han dejado, hasta el 15 de agosto, 99 muertos, decenas de desaparecidos y miles de damnificados.

Gonzalo Meza·17 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los incendios forestales que iniciaron el 8 de agosto en la isla de Maui en Hawái han dejado, hasta el 15 de agosto, 99 muertos, decenas de desaparecidos y miles de damnificados. Conforme pasan los días esta cifra podría aumentar, según señala el gobernador de Hawái Josh Green. Aunque los incendios ya están controlados, las autoridades continúan el trabajo de rescate y búsqueda.

El fuego destruyó a su paso miles de estructuras, en su mayoría zonas residenciales del poblado de «Lahaina», ciudad de 12,000 habitantes en la costa oeste de la isla de Maui y la segunda más grande del archipiélago. Otras comunidades severamente afectadas fueron la zona de «Kihei» y las comunidades del interior conocidas como «Upcountry».

El 11 de agosto el Presidente Biden declaró al estado de Hawái como zona de desastre y puso a disposición del estado una serie de asistencias federales que abarcan desde albergues temporales hasta ayuda financiera para las víctimas. Las autoridades estatales y locales también han puesto a disposición de los afectados, seis centros de refugio temporal, albergues, centros médicos móviles, transporte y centros de asistencia.

La diócesis de Honolulu

El Papa Francisco, en su mensaje después del Ángelus del 13 de agosto, expresó su tristeza por la tragedia y aseguró sus oraciones por las víctimas. Asimismo, en un telegrama enviado el día anterior, Su Santidad manifestó su cercanía y solidaridad con los que perdieron seres queridos.

Eclesiásticamente, Maui y las otras islas del archipiélago de Hawái pertenecen a la diócesis de Honolulu, gobernada por mons. Clarence R. Silva. La diócesis cuenta con 66 parroquias atendidas por 56 sacerdotes. En la isla de Maui hay 18 iglesias una de ellas llamada «Maria Lanakila”,  ubicada en el centro histórico de Lahaina, una de las zonas más devastadas. No obstante, la parroquia no sufrió mayores afectaciones. Esta iglesia fue construida en 1846, aunque la primera Misa celebrada en la ciudad de Lahaina fue en 1841.

Dios sigue cerca

El obispo Clarence Silva visitó la zona de desastre en Maui y presidió la Misa el 13 de agosto en la iglesia de los Sagrados Corazones en Kapalua. En su homilía dijo que aun en medio de estos dramáticos acontecimientos, la voz de Dios nos asegura su amor y cuidado.

A pesar de esta tragedia, señaló, «Dios nunca nos abandona, sino que nos abraza con susurros de consuelo y de amor. La mano de Dios está cerca y se hace visible por medio de miles de personas que, en Hawái, Estados Unidos y en el mundo están orando por ustedes. El susurro del amor de Dios es más fuerte que el ruido y el drama del desastre», indicó el purpurado. Durante su visita, el obispo Silva escuchó los dramáticos relatos de las familias que sufrieron daños o pérdidas. «Contemplar los escombros de la ciudad de Lahaina fue un momento muy triste», expresó. 

Hawái se convirtió en el estado número 50 de la Unión Americana en 1959. Se ubica a 3,200 kilómetros al suroeste de California. Es un archipiélago de 8 islas con varios islotes y atolones. Su capital es Honolulu. Debido a sus bellezas naturales y su clima, el turismo es la principal actividad económica del Estado. 

Para ayudar a los damnificados de Maui, las Caridades Católicas de Hawái han hecho un llamado a enviar donativos por medio de su sitio oficial de internet

Asimismo, la Arquidiócesis de Los Ángeles ha solicitado a todas sus parroquias realizar una colecta especial los fines de semana del 19-20 y 26-27 de agosto para enviar a las víctimas de los siniestros. Lo recaudado en las parroquias de Los Ángeles será enviado a Hawái por medio de las Obras Misionales Pontificias de Los Ángeles («The Pontifical Mission Societies in Los Angeles»).

Evangelio

Acoger a los demás. Domingo XX del Tiempo Ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XX domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·17 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

¡Cuánto insiste el Santo Padre en el cuidado y acogida de los migrantes y refugiados! Una y otra vez el Papa Francisco ha instado al mundo, y a la Iglesia, a abrirse más a nuestros hermanos sufrientes que vienen a nuestras costas huyendo de la pobreza y la persecución, sea cual sea su origen étnico o religioso. Un verdadero corazón católico no hace distinciones. Ser católico, para Francisco, significa tanto “salir hacia todos”, especialmente los excluidos -aquellos en las “periferias existenciales”, como él dice- como “acoger a todos”, amando primero y solo después pensando en problemas prácticos, e incluso entonces solo para solucionarlos.

Pero esta insistencia no es una invención del Papa. Es la enseñanza de la Biblia y, muy concretamente, de nuestro Señor Jesús. Y esto queda muy claro en las lecturas de hoy. En una época en que la santidad, para el pueblo de Israel, se consideraba a menudo como algo exclusivo, manteniendo la distancia con las naciones paganas, que se veían como idólatras y fuentes de tentación, Dios insiste a través del profeta Isaías en integrarlas en la vida y el culto de Israel.

A los extranjeros que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que observan el sábado sin profanarlo y mantienen mi alianza, los traeré a mi monte santo, los llenaré de júbilo en mi casa de oración; sus holocaustos y sacrificios serán aceptables sobre mi altar; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos”.

En la segunda lectura, san Pablo habla de haber sido “enviado a los paganos”, un hecho del que está orgulloso. De hecho, explica, su ministerio con ellos es en parte para incitar a los israelitas a la conversión. Nuestro propio acercamiento a los no católicos y a otros grupos étnicos también puede llevarnos a nosotros a la conversión.

Y todo el evangelio trata de que Jesús tiende la mano a una persona -una mujer pagana- más allá de los límites considerados “aceptables” por los israelitas de aquel tiempo. Jesús utiliza una imagen gráfica para enseñar que su misión principal estaba dirigida ciertamente hacia el propio Israel: “No está bien”, dice, “tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos”. Ciertamente, muchos israelitas habrían visto a los paganos como simples perros. Pero Jesús utiliza la imagen en un sentido más profundo: Israel es el pueblo elegido de Dios, su primogénito, su hijo, y por tanto tiene derecho preferente a su enseñanza. Pero la respuesta de la mujer sorprende a Jesús y le lleva a alabarla por su gran fe: “Pero ella repuso: ‘Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos’”. Como vemos también en otras ocasiones (véase Mt 8, 10), los paganos pueden, si tienen la oportunidad, mostrar más fe que el propio pueblo de Dios.

Y lo mismo ocurre en nuestros días: si tienen la oportunidad, los extranjeros, inmigrantes, refugiados, migrantes pueden también superarnos en la fe. Así que no les veamos como un problema, sino como una oportunidad evangelizadora.

La homilía sobre las lecturas del domingo XVIII del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Cultura

La «Vocación de San Mateo», de Caravaggio

La "Vocación de san Mateo" es un famoso cuadro del pintor italiano Michelangelo Merisi Caravaggio. La riqueza de su simbología y su propia temática expresan realidades profundas de la doctrina cristiana.

Alfonso García-Huidobro·17 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

La «Vocazione di San Matteo» (1599-1600) del maestro italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio se presta, tanto por las palabras del Evangelio en las que se inspira, como por su rica simbología, a un comentario de carácter teológico. Los contrastes cromáticos, típicos de la técnica barroca del claroscuro, la expresividad de los rostros y la intensidad de las miradas, y muchos otros pequeños detalles, captan inmediatamente la atención del observador. Lo mismo puede decirse de algunos elementos u objetos cuyo sentido no se comprende en un primer momento como, por ejemplo, el hecho de que la ventana ciega emplazada en lo alto tenga grandes proporciones, siendo que la luz que domina la escena no entra por ella.

Aspectos importantes del cuadro

Una primera mirada permite distinguir en la parte inferior del cuadro -delimitada por la proyección horizontal de la base de la ventana- un conjunto de siete personas. En la parte superior es posible ver, de izquierda a derecha, una zona de oscuridad, una ventana y la entrada de un rayo de luz.

En la parte inferior, se observa un primer grupo de cinco personas reunidas en torno a una mesa de recaudación de impuestos, lo que hace suponer que se dedican al oficio de recaudación o, al menos, que colaboran en ese oficio. Están vestidos a la usanza del siglo XV-XVI, es decir, de la época de Caravaggio. En el segundo grupo, por contraste, se distinguen dos figuras vestidas con túnicas antiguas, características de la época de Cristo. Se puede decir, por ello, que entre ambos grupos de personas se simboliza una separación temporal. Desde el punto de vista de la composición del cuadro, la línea que separa el presente del pasado es la proyección de la mediana vertical de la ventana.

En el grupo de recaudadores, llama la atención, en primer lugar, la variedad progresiva de edades que caracterictiza al conjunto: el muchacho de amarillo y rojo, casi un niño, con mirada cándida e inocente; otro muchacho de negro y blanco, con facciones y porte de adolescente; aquel de rojo y azul, que parece haber alcanzado ya una cierta madurez; el hombre barbado y maduro del centro y, por fin, el anciano, medio calvo y miope.

También llaman la atención algunos objetos que portan o usan los recaudadores: un vistoso sombrero de pluma blanca (el segundo está en la penumbra), una espada, una bolsa de dinero atada al cinto, las monedas y el libro de cuentas sobre la mesa y también unas gafas. Podría entenderse que son objetos más o menos característicos del oficio.

Simbolismo

No resulta, pues, difícil ver un simbolismo en esa caracterización. Está ahí el recaudador en todas la etapas de su oficio (desde el aprendizaje hasta la jubilación), y, si se quiere, con visión más amplia, al hombre de todos los tiempos en las diversas etapas de su vida. La mesa de recaudación y los objetos ya descritos vienen a ser como una escenificación del mundo con sus elementos característicos: la belleza y la vanidad, el poder y la fuerza, el dinero y el afán de lucro, y un cierto afán de sabiduría autosuficiente. Es el lugar habitual y característico de la vocación: el hombre inmerso en los afanes del mundo.

Las dos figuras de la derecha se encuentran ambas de pie. Cristo es claramente singularizado por la aureola en la cabeza. Es de destacar que solo se encuentran iluminados su rostro, parcialmente en la penumbra, y su mano derecha, completamente extendida. La mirada transmite determinación, y la mano, fuertemente evocadora por el gesto que asume, sugiere al mismo tiempo imperio y suavidad. Los pies, apenas perceptibles en la penumbra, no se encuentran en la dirección del rostro y de la mano, sino que están casi perpendiculares a ellos, en dirección de salida, en consonancia con el texto evangélico: “Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo”. El brazo izquierdo y la mano izquierda son también apenas perceptibles en la penumbra, y la posición abierta en que se encuentran sugiere invitación y acogida.

La segunda figura –según opinión común- fue añadida posteriormente por el mismo Caravaggio. Cubre casi completamente la figura de Cristo y puede afirmarse con seguridad que es san Pedro, pues lleva en su mano el bastón propio del pastor, encargado de apacentar el rebaño. Pedro, de hecho, fue constituido como primer sucesor del Buen Pastor según el encargo que de Él recibió: «Apacienta mis ovejas» (cfr. Jn 21, 16). Su posición tan cercana a Cristo lo confirma como su discípulo, lo mismo que el gesto de su mano izquierda, que es como una réplica del gesto de la mano del Maestro. Sus pies, como los de Cristo, se encuentran en movimiento, pero no en dirección de salida, sino dirigidos hacia el interior de la escena.

La posición relativa, la tonalidad de los colores, los gestos y los movimientos de las figuras de Cristo y Pedro tienen una significación. El cuerpo de Pedro oculta casi completamente a Cristo y deja ver tras de sí solo el rostro y la mano del Maestro. Su apariencia opaca y cansina contrasta con el porte lleno de juventud, imperio y energía de Cristo.

De ahí que la figura de Pedro pueda interpretarse como símbolo de la Iglesia: transmite de generación en generación los gestos y palabras de Cristo, aunque no siempre consiga hacerlo con la fuerza y resplandor originales, debido a la frágil condición humana de quienes la componen. La dirección en la que se dirige, hacia la mesa, confirma su misión de estar en el mundo, en medio de los hombres; y el bastón que lleva en su mano, su condición de peregrina a lo largo de la historia, hasta el fin de los tiempos.

Elementos de la parte superior

La parte superior del cuadro, en contraste con la escena representada en el inferior, es de una absoluta sencillez y quietud. Está constituida por solo tres elementos: el rayo de luz que entra desde la derecha, una ventana ciega y una zona de completa oscuridad. La única señal de movimiento es el rayo de luz que entra en la escena, pero de forma tan serena y estable que parece inmóvil. Es posible entender la relación de estos tres elementos según el recurso del contraste, tan propio de la pintura barroca: la ventana es la frontera entre luz y oscuridad.

Pero ahora, ¿no cabría preguntarse si las partes del cuadro, con sentido y significación en sí mismas, no forman un todo, una unidad de sentido como sucede en toda obra maestra? Por ejemplo, ¿tiene alguna relación estrecha la ventana con la vocación de Mateo? La respuesta es, obviamente, que sí. Hay una unidad de sentido y hay también una clave de compresión de todo el cuadro. Esa clave es la mano extendida de Cristo. Y ahora veremos por qué.

La vocación

La mano de Cristo no se encuentra en el centro geométrico del cuadro, sino en la encrucijada dramática de la escena. Ahí convergen la línea que une la mirada de Cristo y del recaudador sentado en el centro de la mesa; la proyección de la mediana vertical de la ventana que, como ya se ha dicho, constituye como una frontera temporal de la escena: el cojunto de recaudadores a la izquierda, en el presente, Cristo y Pedro a la derecha, en el pasado; y, en tercer lugar, la diagonal formada por el rayo de luz que parece regir la dirección de la mano de Cristo.

El gesto de la mano de Cristo es del todo singular y no pasa desapercibido a la mirada de quien conoce el arte romano de la época y las estancias del Vaticano. Es una evocación a la escena de la creación pintada por Michelangelo Buonaroti en el techo de la capilla Sixtina. La mano derecha de Cristo es una réplica en espejo de la mano izquierda de Adán. De ahí que pueda afirmarse que Cristo es representado como un nuevo Adán: «Porque si por la caída de uno solo murieron todos, cuánto más la gracia de Dios y el don que se da en la gracia de un solo hombre, Jesucristo, sobreabundó para todos» (cfr. Rm 5, 15).

De ahí también que quede de manifiesto que la vocación es una gracia íntimamente unida a la creación de cada hombre, pues es lo que da sentido a su existencia. Pero, por tratarse precisamente de la mano derecha de Cristo y porque Cristo no solo tiene la naturaleza humana de Adán, sino que también la naturaleza divina de Dios Padre, esa mano es imagen del poder omnipotente y de la voluntad del Padre: el dedo de Dios.

Por otra parte, la ventana ciega, opaca y sencilla, como ya se dijo, no cumple en la escena la función de dejar entrar la luz. Su función es simbólica y muy importante, dadas las dimensiones que tiene. Esconde en sí algo que habitualmente pasa desapercibido e incluso es despreciado: la cruz. En el contexto del cuadro, bien puede interpretarse como la cruz de Cristo. Situada en lo alto, justo sobre la mano del Maestro, es la señal propia del cristiano y el lugar donde Cristo lleva a plenitud su propia vocación: dar la vida por la salvación del mundo.

La cruz es el modo de vida para el que ha recibido la vocación y quiere ser discípulo de Cristo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mt 16,24). Es, por último, el medio para alcanzar la salvación y la bienaventuranza, fines de la vocación cristiana. En ella murió no solo Cristo, sino que también Pedro y Mateo. Ambos dieron con ello prueba de su fiel condición de discípulos de Cristo y coronaron su propia vocación.

La cruz, situada en la composición del cuadro como frontera entre luz y oscuridad, simboliza, pues, el instrumento que permite dirimir la permanente oposición entre el bien y el mal, la verdad y la mentira, y, en el caso de la vocación, entre la indecisión y el paso de la fe.

¿Quién es Mateo?

Por último, cabría preguntarse quién de los cinco recaudadores es Mateo, pues desde el punto de vista de la crítica contemporánea ha sido puesto en duda que sea el recaudador barbado del centro, en el que naturalmente se centra la mirada del observador.

En primer lugar, hay un elemento común que permite caracterizar a cada uno de los siete personajes que componen la escena: la mirada. Se produce un intenso juego de miradas que domina la silenciosa comunicación entre los personajes y que llena de tensión dramática el instante. Los dos recaudadores de la izquierda la mantienen fija sobre el dinero que está en la mesa, absolutamente absortos en ello y sin percatarse siquiera de la presencia de Cristo y Pedro.

Simbolizan a aquella porción de hombres que, sumergidos en lo material, están como incapacitados para percibir la presencia y la existencia de Dios y de todo aquello que sea espiritual. Los otros tres recaudadores, en cambio, la tienen fija en Cristo y Pedro que, como dos misteriosos visitantes del pasado, han irrumpido de improviso en la escena. Ellos también miran a los recaudadores. Hay, sin embargo, solo un cruce de miradas que es singularizado explícitamente: la de Cristo y la del recaudador del centro. Ambas se cruzan en la mano extendida de Cristo.

En segundo lugar, no parece ser casualidad que el gesto de la mano de Cristo, de Pedro y del recaudador del centro, sean presentadas en trío: la mano de Cristo es la mano de quien llama; la mano de Pedro, la de quien ya ha sido llamado; y la del recaudador, la de quien está siendo llamado. Lleno de asombro y perplejidad, se pregunta si es acaso él el llamado o si acaso su compañero sentado a su derecha, en el extremo de la mesa.

En tercer lugar, en el grupo de recaudadores hay solo dos rostros visibles casi completamente y especialmente iluminados. El que más resplandece es el del pequeño de amarillo y rojo, con sombrero de pluma blanca. No es posible establecer con seguridad el origen de la fuente que lo ilumina. En el caso del recaudador del centro, resulta claro que la luz que ilumina su rostro no procede de Cristo. Procede del rayo de luz diagonal. Su rostro queda literalmente enmarcado por la proyección de la parte superior e inferior de ese rayo, cuyo origen o fuente no es posible ver.

De ahí que pueda decirse que el recaudador del centro es precisamente Mateo. El suave rayo de luz que llega a su rostro no es sino un símbolo de la gracia que procede de lo alto, es decir, de Dios Padre. Dios Padre que está en los cielos, trascendente al mundo, pero condescendiente con los hombres, ha sido considerado desde siempre como la fuente invisible, inaccesible y misteriosa de toda gracia. El tono inmutable y sereno del rayo de luz, que introduce equilibrio y armonía en la escena, simboliza el origen atemporal de aquello que es anterior a la vocación, es decir, la elección. Quien elige es Dios Padre.

El punto de confluencia del suave rayo de luz, de la mirada y de la mano de Cristo, es también el rostro del recaudador del centro. Cristo, secundando la voluntad del Padre, actualiza en el tiempo la elección eterna, y llama: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,(…), ya que en Él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor» (Ef 1,4).

La respuesta a la vocación

Ahora solo queda esperar la respuesta libre de quien ha sido elegido y llamado. De quien todavía tiene su mano derecha cerca del dinero. Es precisamente el instante que inmortalizó Caravaggio.

A modo de conclusión, una pregunta y una consideración: ¿acaso la intuición creadora del artista le llevó a interpretar en su obra el instante preciso de la vocación de Mateo, no solo en forma magistral desde el punto de vista estético, sino que también con asombrosa profundidad teológica?… No lo sabemos. Lo que sí es claro es que la «Vocazione di San Matteo» sigue estando ahí, en la capilla Contarelli de la iglesia «San Luigi dei Francesi» a unos pasos de «Piazza Navona», en Roma, causando admiración y asombro en quienes la contemplan.

Con todo, no puede pasar desapercibido un detalle: la mesa representada en el cuadro, alrededor de la que están reunidos los recaudadores, deja un espacio libre en el ángulo en el que necesariamente se sitúa el observador. Ese vacío parece ser una invitación para que el observador del siglo XVI, del siglo XXI y de cada época deje su pasiva contemplación y entre en la escena como un personaje más… Y, a lo mejor, se haga la decisiva pregunta, la más importante: la pregunta sobre su propia vocación, ¿por qué y para qué estoy en este mundo?

El autorAlfonso García-Huidobro

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Mundo

El encuentro de familias jóvenes en Austria

La localidad austriaca de Pöllau es todos los años escenario de un encuentro de familias jóvenes, para celebrar y difundir la fe y la alegría de la familia.

Fritz Brunthaler·16 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Todos los años tiene lugar en Pöllau, una pequeña ciudad en el este de la región austriaca de Estiria, uno de los acontecimientos pastorales más importantes para las familias cristianas de Austria: el “Jungfamilientreffen”, o “Encuentro de familias jóvenes”. Este año se ha celebrado del 18 al 23 de julio, y participaron 170 familias y más de 200 ayudantes, en total casi 1000 personas procedentes de toda Austria y de algunos países vecinos. El lema de la semana fue: “¡Renueva la gloria!”. El centro de atención era la familia: cada familia que participaba y que también venía para encontrarse con otras familias, recargarse, intercambiar y animarse, rezar juntos, “fortalecer el matrimonio y recibir los sacramentos”.

Todo tuvo su comienzo allí hace más de 30 años. En el seno de la Renovación Carismática Católica y con un gran y evidente apoyo de la parroquia y del párroco, en 1992 empezaron en Pöllau encuentros de jóvenes. Cuando los jóvenes crecieron, se casaron y tuvieron hijos ellos mismos, empezaron los encuentros para familias jóvenes, y así en 2003 hubo el primer “Encuentro de familias jóvenes”: querían experimentar lo que habían vivido en Pöllau siendo jóvenes: la comunidad de jóvenes cristianos, la renovación en la fe y la nueva alegría en la vida cristiana, rezando y cantando juntos y también divirtiéndose juntos, ahora como familias, y transmitirlo a sus hijos y también a otras familias.

No sólo con entusiasmo “carismático”, sino con mucha dedicación y esfuerzo, fe y alegría, los organizadores y desde el principio muchos voluntarios han organizado hasta ahora 21 encuentros de este tipo con unas 3.300 familias, y los han llevado a cabo con gran éxito; éxito, no sólo en el sentido mundano, sino cada una de las veces con mucha ganancia espiritual, una experiencia con mucha alegría para todos, para las familias participantes y los ayudantes, que en su mayoría son jóvenes.

Tres elementos esenciales

En lo que para las familias -para los padres y para los niños- es sencillamente un gran programa completo, un observador objetivo podría identificar tres elementos principales: conferencias y talleres, programa espiritual, convivencia.

Los títulos de las conferencias, como “Veracidad y amor”, “Libertad y profundidad”, “Fuentes del amor conyugal” hablan por sí solos a los adultos: transmitir valores duraderos, y al mismo tiempo una ayuda práctica para las familias y su futuro.

Pero en el centro y a lo largo de toda la semana está el programa espiritual, con la Santa Misa, la oración de la mañana y de la tarde, la vigilia o más bien la Fiesta de la Misericordia, la peregrinación. La Misa diaria se celebra en la gran iglesia del pueblo, justo al lado de la zona donde tienen lugar los actos. En la carpa con el Santísimo Sacramento se puede adorar al Señor en el Sacramento del Altar durante varias horas al día. Una y otra vez, niños y jóvenes vienen a rezar un rato; para ellos es muy natural encontrarse con Jesús aquí, “en medio del prado”.

Encuentro en Pöllau, ©jungfamilien.at

Y todo con una alegre convivencia durante todo el día, con un programa especial para niños con teatro infantil y la Abeja Maya, y sesiones para jóvenes con charlas y debates. Durante todo el día, es como un intercambio constante de las familias entre sí, durante las comidas juntos, durante los paseos por el prado, o incluso las parejas entre sí durante la renovación del matrimonio. En la página web del “Encuentro de Familias Jóvenes” se puede leer el testimonio de Andreas y Maria: “Recibimos tantas gracias como pareja, fuimos reconfortados en la vigilia de renovación matrimonial y Dios nos marco la guía para criar a nuestros hijos”.

Nuevo enfoque

Los “Encuentros de familias jóvenes” cuentan con el apoyo de la ICF, la Iniciativa Familiar Cristiana. La ICF trabaja en nombre de la Conferencia Episcopal Austriaca. En su página web se describe su labor: “Como ICF nos consideramos proveedores y organizadores de ofertas para familias, matrimonios y niños. Nuestra preocupación es servir a las familias y fortalecerlas en su vocación. Con nuestras ofertas queremos volver a concienciar a la gente del alto valor del matrimonio y la familia en nuestra sociedad”. El director del ICF, Robert Schmalzbauer, ha participado desde el principio en los encuentros de familias jóvenes como animador junto con su esposa Michaela. Desde entonces, se han convertido en abuelos, y sus ocho hijos participan: los más pequeños aún en el programa infantil, los mayores ya como padres con sus propios hijos.

No sólo su propia experiencia, sino décadas de trabajo pastoral con familias han llevado a Robert Schmalzbauer a la convicción de que la familia es esencial para el trabajo pastoral con jóvenes. Afirma que todos tienen claro que los jóvenes son el futuro. Pero cuando los jóvenes crecen en una familia fortalecida en la fe y en su propia vida, crecen de otra manera. “Y cuando muchos jóvenes vuelven aquí para servir a las familias junto con sacerdotes y religiosos, eso influye en su visión del matrimonio, de la familia y también del sacerdocio o la vocación religiosa. Ven aquí que las familias necesitan a los sacerdotes y los sacerdotes necesitan a las familias”.

Familia en el encuentro de Pöllau, ©jungfamilien.at

Por eso es importante cuidar mucho a las familias en Pöllau, para que esta semana signifique para ellas un fortalecimiento como familia, también como familia cristiana y creyente: que haya un programa bien pensado para todas las edades; que haya tantos voluntarios que se ocupen de todo lo que haga falta; que los matrimonios también tengan espacio para así con la ayuda del programa para los niños, para que también puedan tener tiempo suficiente para ellos durante esta semana.

Así, el Encuentro de familias jóvenes se convierte en un acontecimiento espiritual para todos, para los matrimonios, para toda la familia y para los organizadores y voluntarios, que les fortalece para las próximas semanas y meses y les hace esperar con ilusión el próximo Encuentro de familias jóvenes. En la página https://jungfamilien, Christoph y Katharina cuentan: “Nuestra familia se ha unido más profundamente durante esta semana y nuestra relación ha experimentado una dimensión más íntima. Hemos podido sentir a Dios en nuestra familia”.

En 2024 el Encuentro ya no será en Pöllau, porque allí ya no se dispone de la infraestructura necesaria por parte de la parroquia, de modo que ya no es factible celebrar el encuentro de la manera acostumbrada. El nuevo emplazamiento es la abadía benedictina de Kremsmünster, en la Alta Austria, fundada en el año 777 y donde hay mucha experiencia en eventos de grandes dimensiones, con el “Treffpunkt Benedikt” (Punto de Encuentro Benedicto) mensual como oferta espiritual para jóvenes.

El autorFritz Brunthaler

Austria

Educación

La Inteligencia Artificial, ¿ventaja o peligro en el campo educativo?

¿Cómo usar la tecnología y en particular la Inteligencia Artificial para mejorar los procesos de enseñanza y potencializar la educación? ¿Cuáles son los retos y las ventajas que presenta para profesores y estudiantes? Para responder a estas interrogantes Omnes entrevistó a Rushton Huxley, fundador de la organización "Next Vista for Learning".

Gonzalo Meza·16 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El surgimiento de la inteligencia artificial (IA) marca un hito en la informática y en la sociedad. Los notables progresos realizados en ese campo tendrán un impacto cada vez más profundo en todas las áreas de la actividad humana, política, económica y social. El Papa Francisco ha señalado que es necesario vigilar para que no arraigue una lógica de violencia en el uso de la IA. Es por ello que el tema para la próxima Jornada Mundial de la Paz, el 1 de enero del 2024, es «Inteligencias artificiales y la paz».

Al respecto, el Dicasterio para el Desarrollo Humano e Integral señala que el Santo Padre pide establecer un diálogo para conocer las potencialidades y riesgos de la IA. El Pontífice exhorta a orientar el uso de la IA de forma responsable y que esté al servicio de la humanidad. «La tutela de la dignidad de la persona y el cuidado de la fraternidad humana son condiciones imprescindibles para que el desarrollo tecnológico pueda contribuir a la promoción de la justicia y de la paz en el mundo», indica el Dicasterio.

Uno de los campos con enorme potencialidad es el uso de la IA al servicio de la educación. Las herramientas que derivan de la IA tienen la capacidad y el potencial de cambiar para bien (o para mal) la forma en que aprendemos. ¿Cómo usar la tecnología y en particular la Inteligencia Artificial para mejorar los procesos de enseñanza y potencializar la educación? ¿Cuáles son los retos y las ventajas que presenta para profesores y estudiantes?

Para responder a estas interrogantes Omnes entrevistó a Rushton Huxley, fundador de la organización «Next Vista for Learning» y profesor de las materias «Soluciones creativas para el bien global» y «Soluciones avanzadas para el bien global» en la escuela preparatoria católica Junípero Serra en San Mateo California. Huxley fue el orador principal en la Conferencia C3 para la Comunicación Global que ofreció la Arquidiócesis de Los Ángeles del 2 al 4 de agosto para capacitar a profesores y personal de escuela católicas sobre el potencial de IA en las instituciones educativas católicas. 

¿Podría hablarnos un poco de su labor y de la organización que fundó «Next Vista Learning»? 

– Soy el fundador y director ejecutivo de Next Vista Learning, la cual dirijo desde hace 18 años. La organización tiene un sitio web que básicamente es una biblioteca de vídeos hechos por y para profesores y estudiantes de todo el mundo sobre enfoques creativos de la enseñanza y el aprendizaje. También soy director de innovación en el Instituto Junípero Serra en San Mateo, California. Y allí doy clases con otro profesor.

¿Por qué se crea Next Vista Learning? 

– En 2005 me di cuenta de que muchos niños tenían problemas para aprender algunos temas en la escuela. Sabía que, en algún lugar, existía un profesor que tenía una forma más inteligente o creativa para explicarlo. Entonces decidí crear un espacio donde esas explicaciones inteligentes y cortas estuvieran disponibles de forma gratuita para los niños. Con el tiempo también se incorporaron a la biblioteca videos en donde los mismos niños explican algunos temas y lo hacer demostrando la forma en que ellos lo aprendieron, compartiendo ideas sobre la forma de aprender. Ya tenemos unos 2,800 vídeos en el sitio de internet. Cubren varios temas desde el aprendizaje de inglés hasta el servicio en las comunidades. Hay contenidos diferentes en este espacio.

¿Cree que la inteligencia artificial marcará un antes y un después en la educación?

– Sí. Llevo mucho tiempo en el mundo de la tecnología educativa y en los últimos años han surgido muchas herramientas que te dan la capacidad de crear tus propios medios digitales y la habilidad de colaborar en equipo, por ejemplo, con «Google Workspace». Hoy es posible mostrar mapas a  los alumnos a través de la realidad virtual. La Inteligencia Artificial (IA) generativa, como chat GPT, o «Google Bard» nos interpela en muchos sentidos. Uno de esos rubros es pensar si en la enseñanza hemos estado pidiendo a los estudiantes que formulen sus preguntas y las respondan de forma correcta. Por ejemplo, si queremos que aprendan a escribir, podemos pedirles que hagan un texto muy elaborado, con indicaciones precisas. En ese caso lo que debemos hacer es enseñarles a pensar qué tipo de cosas debe haber antes de generar la escritura. Luego evaluarla y finalmente complementarla. Es muy importante que los niños aprendan a escribir, pero hay nuevas formas de hacerlo gracias a las herramientas que tenemos a nuestra disposición.

Desde la perspectiva educativa, ¿cuáles son las ventajas y desventajas de las aplicaciones de inteligencia artificial?

– Para mí, la esperanza de esto es que la gente piense de forma muy diferente sobre sus propias posibilidades. La mayor ventaja para un profesor es que ahorran tiempo. Ya que puedes decirle a la aplicación: «Escribe un programa para la clase sobre este tema». El profesor retoma esa información y la usa en clase. El 80 % del trabajo ya está hecho. O por ejemplo si pedimos a la IA ideas para trabajar el tema de la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos. Probablemente la aplicación te va a decir que pidas a los estudiantes que lean la «carta desde la cárcel de Birmingham» de Martin Luther King Jr. O pedirle a la IA: «dame 10 preguntas para los estudiantes sobre ese argumento». Con esta tecnología obtienes lo que es útil en cuestión de segundos y eso te permitirá como profesor ser más creativo a la hora de decidir cómo impartir o mejorar tu clase.

En el caso de la IA y los estudiantes hay muchas formas en que pueden aprovechar su potencial. Por ejemplo si escriben un ensayo y lo quieren mejorar, pueden ponerlo en la aplicación de IA y pedirle ideas para perfeccionarlo. Así pueden obtener una retroalimentación. Esta se obtiene no porque la IA esté pensando como un humano, sino porque puede generar una escritura coherente con la pregunta que le formules, basándose en la inmensa cantidad de información que tiene disponible. Otro ejemplo, un estudiante puede solicitar a la aplicación: «Haz un resumen de una página acerca de este tema». ¿Por qué elegir ese tema? Para que, al día siguiente, ese estudiante vaya a clase y sepa lo que el profesor va a exponer y de esa forma pueda aportar a la clase. No van a ser expertos, pero cuando el profesor empiece a impartir la materia van a entenderla mejor. Y si se les dificulta, podrían pedirle a la IA que genere un resumen del mismo tema usando una terminología simple en inglés llano (para los alumnos angloparlantes). Otro ejemplo. Para las personas que estén aprendiendo inglés (o idiomas) le pueden pedir a la AI que genere una lista de vocabulario relacionado con algún tema. ¿Qué es lo que no van a encontrar los estudiantes en una IA? Si le piden que describa una ciudad como Los Ángeles o Nueva York, la IA lo hará. Pero si le piden información sobre la vida de su abuelita que vive en la ciudad de Coalinga, en California, probablemente no produzca resultados.

Uno de los riesgos de la IA es la deshonestidad o la trampa en el salón de clases, es decir que los estudiantes copien y peguen un texto que no es suyo. Esta es una conducta sumamente delicada que en las universidades norteamericanas conlleva penas muy graves incluyendo la expulsión. ¿Cómo prevenirla?

– En ese sentido sí es un riesgo. Si no les hablamos a los estudiantes de las cosas realmente buenas, honestas y sorprendentes como pueden usar esta tecnología, efectivamente la van a ver simplemente como una herramienta para hacer trampa. La pregunta que tenemos que hacernos es «¿estamos creando los factores para hacer más propensos a los estudiantes a que hagan trampa?» Las habilidades se poseen porque se han practicado y se han mejorado.  En lo que respecta a la parte académica, cuanto más sencillas sean las instrucciones que damos a nuestros alumnos, más fácil podrán hacerlo. La IA nos permite desafiar a los estudiantes a pensar de manera más compleja sobre el mundo que les rodea, sobre la validez de las fuentes, sobre su capacidad para evaluar la calidad de un texto bien escrito con gramática y ortografía usadas correctamente. Pero para que un estudiante piense con ese esquema, tiene que poseer conocimientos de gramática y ortografía para luego reconocer y evaluar. 

Para que lleguen a ese punto es importante que se les muestre historias de vida o experiencias en las que aprecien cómo los enfoques creativos e innovadores pueden ser útiles a los demás y marcar la diferencia en una comunidad. «¿Puedo hacer algo que marque la diferencia en mi comunidad?» Aunque sea algo pequeño, eso crea confianza. La tarea del profesor es propiciar que el estudiante sepa que hay un espacio en donde pueda hacer algo muy interesante y académicamente significativo. Esto implica hacer cambios en la forma como trabajan los maestros. Muchas cosas surgen de cambios muy sencillos. Escribí un libro titulado «Making Your Teaching Something Special» (Haciendo de su enseñanza algo especial). Se basa en la premisa de que las pequeñas cosas hechas en cantidad y calidad te convierte en mejor profesor. Por ejemplo, algo que pasa en todos los salones que los alumnos se la pasan gritando y parece que son incontrolables. El maestro tiene que buscar formas de que se callen. Puede gritarles con voz potente varias veces «cállense»; pero quizá esos gritos le recuerden a un  niño los gritos que escucha en casa y resulta una mala asociación cognitiva. Pero si el profesor cambia la estrategia y en vez de gritar consigue una campana de las que se usan en las granjas (Soy de Texas y esas campanas las usamos mucho) y a la par les sonríes para indicarles que se callen, es muy probable que los estudiantes empiecen a asociar el ruido de campana de granja con el silencio. 

Retomando la IA generativa, hay pequeñas cosas que puedes usar para ser mejor profesor. Hay muchas cosas que podemos hacer para que nuestro trabajo sea más eficaz y satisfactorio a nivel personal y profesional.

Evangelio

La Asunción de María (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Asunción de María (A).

Joseph Evans·15 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La preciosa festividad que celebramos hoy nos enseña que María, al finalizar su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma al Cielo. La Iglesia no define si murió o no, pero la mayoría de los teólogos y santos a lo largo de los siglos han pensado que María sí experimentó la muerte, no como castigo por el pecado, sino para estar completamente unida a su Hijo, que sufrió voluntariamente la muerte para salvarnos. Nuestra Señora nos ayuda a no tener miedo de la muerte y a morir a nosotros mismos cada día, porque este es el camino hacia la vida. También lo es, por tanto, la vejez.

La primera lectura de hoy nos muestra a Nuestra Señora en gloria. No solamente “brilla como el sol”, como dice Jesús que le ocurrirá a los justos. Está “vestida de sol”, con una corona de doce estrellas y la luna a sus pies. Su gloria es mucho más grande que la nuestra porque su santidad es mucho mayor. Esto nos enseña cómo Dios recompensa generosamente y nos da la esperanza del Cielo. Pero esto fue porque María se humilló a sí misma. Es exaltada por su humildad, como puede verse en su respuesta al ángel (Lc 1, 38) y su Magníficat. Los orgullosos y ricos son derribados, y los humildes enaltecidos. Si queremos compartir la gloria celestial de Nuestra Señora, tenemos que ser humildes y pobres.

Esta fiesta también nos enseña la importancia de la feminidad: María es asunta al Cielo con un cuerpo de mujer (no solamente con un alma puramente espiritual), como la primera de todas las mujeres santas. La feminidad es muy importante para Dios. Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios como varón y mujer. Pero la verdadera feminidad implica todo lo que vemos que María vive: su respuesta total a Dios y su flexibilidad para responder a sus planes, incluso cuando estos parecen cambiar los suyos; su generosidad para ir a ayudar a los que lo necesitan, como fue a ayudar a su prima; y la alegría con la que llega, alabando a Dios con un corazón alegre, un corazón que se regocija con el poder y las obras salvíficas de Dios, y que se alegra siendo una de sus pequeños.

La verdadera feminidad es la mirada atenta de María hacia las necesidades de los demás, como en Caná, y su audacia para dirigirse a su Hijo, y su suave insistencia. Es su valor al pie de la Cruz. No puede hacer mucho, pero está ahí y eso ya es mucho. La verdadera feminidad es la preocupación maternal de María por la Iglesia, manteniéndola unida cuando corría el riesgo de romperse, y su presencia en Pentecostés en el corazón de la Iglesia orante, porque ¿qué es la Iglesia sin la oración de las mujeres?

María intercede por nosotros desde el Cielo y nos invita a seguirla. Y, de nuevo, el modo de seguirla es pedirle su ayuda para ser humildes. “Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”: de sus tronos, sus altos caballos, sus lugares de superioridad asumida. María nos ayuda a vernos a nosotros mismos y a vivir como siervos, y a encontrar en esto nuestra alegría.

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En cuerpo y alma

Hoy, 15 de agosto, celebramos la Asunción de la Virgen, es decir, que María fue llevada al Cielo en cuerpo y alma y que, por tanto, su cuerpo ya está glorificado, como primicia de lo que les ocurrirá a todos los salvados al final de los tiempos.

15 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 15 de agosto celebramos la Asunción de María, una de las fiestas cristianas más populares que se sustenta, sin embargo, en uno de los artículos más impopulares de nuestro credo, el de la “resurrección de la carne”: ¡qué pocos se lo creen!

Resultaría un curioso ejercicio si nos fuéramos a una de esas avenidas comerciales llenas de gente en la que los reporteros suelen hacer las típicas encuestas a pie de calle a preguntar a los ciudadanos por sus creencias en la vida después de la muerte. Muchos nos negarían la mayor; otros tantos afirmarían sin ambages creer en la reencarnación o en la fusión con una ambigua energía cósmica; si acaso algunos se atreverían a hablar de un cielo etéreo ¿con nubecitas y angelitos?; pero pocos, muy pocos, afirmarían con rotundidad creer –como afirma la Iglesia– que su cuerpo; ojo, su propio cuerpo (manos, pies, dientes, hígado, estómago…), resucitará transfigurado al fin de los tiempos para la vida eterna. ¿Creen que la muestra sería muy diferente si la encuesta la hiciéramos en la puerta de una parroquia a la salida de Misa? Tengo mis dudas.

El dogma de la Asunción de María, cuya fiesta hacemos coincidir a mitad de agosto con innumerables advocaciones marianas locales, proclama que la Virgen, al igual que su Hijo, está resucitada en cuerpo y alma y vive ya eternamente con Él. La suerte que corrió María es la misma que nos espera a nosotros. Así nos lo prometió Jesús. Su único privilegio es haber adelantado el momento. Ella no tuvo que esperar, como a nosotros nos toca, al final de los tiempos. Tratamiento VIP para una mujer realmente VIP, nada menos que la madre de Dios.

¿Pero por qué nos cuesta tanto creerlo? Perdónenme que insista, pero el tema me parece muy importante pues toca el cimiento del cristianismo: el sepulcro vacío. Si Cristo no ha resucitado ¿en qué consiste esto de la fe?

Pienso que una de las razones de esta incredulidad es que se trata de algo bastante antiintuitivo. Cuando alguien muere, vemos cómo su cuerpo se corrompe. Aunque leamos las antiguas escrituras, los testimonios de los primeros cristianos y digamos que esperamos la resurrección, no sabemos muy bien cómo será porque lo material desaparece en nuestra dimensión temporal. Mucho más intuitivas son las ideas platónicas que impregnan nuestra cultura y el cristianismo con ella.

La clásica división entre cuerpo mortal y alma inmortal hace que caigamos una y otra vez en una doctrina, la dualista, que es contraria a lo que la comunidad cristiana ha creído históricamente y cree hoy. También se nos adhieren de vez en cuando ideas maniqueas (también contrarias al depósito de nuestra fe) como las que sedujeron a San Agustín y de las que tanto se arrepintió en las que el cuerpo es considerado el origen del mal mientras que el espíritu lo es del bien.

En estas dos doctrinas se basan muchas de las colonizaciones ideológicas que el papa Francisco ha vuelto a denunciar en la JMJ y que impregnan hoy el pensamiento mayoritario. Las jóvenes generaciones, por ejemplo, ven normal entregar su cuerpo en una noche de fiesta a una persona desconocida con quien no compartirían quizá ni su número de teléfono, porque el cuerpo es, al fin y al cabo, solo materia que se comerá la tierra. Es como una realidad distinta a mí.

Por otro lado, cada vez más, hay personas que rechazan su cuerpo porque ven en él el origen del mal que les afecta. Algunas no están de acuerdo con su sexo, otras con su silueta o su rostro. Se ven como almas puras (en las que no cabe la equivocación) atrapadas en un cuerpo (este sí) equivocado y están dispuestas a mutilarlo o a forzarlo hasta lograr que tenga la forma o el uso que ellas creen perfecta. También se da el caso de quienes piden que sus cenizas se esparzan en tal o cual lugar idílico como una forma en definitiva de dejar de ser ellos mismos y unirse a un impersonal universo.

Frente a estas formas de dualismo, maniqueísmo o materialismo prácticos, la Iglesia afirma que el ser humano es a la vez un ser corporal y espiritual. Cuerpo y alma tienen dignidad. De ahí el secular respeto al propio cuerpo y al del prójimo incluso después de muertos. Pues la carne no es una especie de funda o cáscara desechable, sino que es, en sí misma, el ser humano, la obra perfecta del creador, templo del Espíritu Santo.

«¡Glorificad a Dios con vuestro cuerpo!, pedía san Pablo a los Corintios. En eso fue pionera María, poniendo su carne, su vida entera, al servicio de Dios y la humanidad. Y por eso conmemoramos que su carne es ya inmortal. Un consejo para celebrar esta fiesta: mírense al espejo, contemplen cada detalle (les guste o no) pensando, como María, que si Dios lo ha querido así: “He aquí la esclava del Señor”. Miren sus manos, acérquenlas a su boca y bésenlas: ellas les acompañarán en la eternidad. Y glorifiquen a Dios con ellas: júntenlas para rezar, extiéndanlas para abrazar a quien necesite cariño o consuelo, alárguenlas para ayudar a quien lo necesite y chóquenlas para aplaudir a María en su asunción al cielo. Ella nos espera (allí y aquí) en cuerpo y alma.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Cultura

La Virgen asunta nos señala el camino al Cielo

El 15 de agosto se celebra la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al Cielo. Aunque fue proclamado dogma de fe en 1950, la Asunción forma parte de la tradición de la Iglesia desde hace siglos.

María Loreto Cruz Opazo·15 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Quienes creemos en Cristo tenemos a la Virgen María como modelo de vida a seguir, justamente porque Ella tuvo una relación privilegiada con su hijo Jesús: Él le compartió amorosamente su destino glorioso. Es lo que le da el mérito para ser Nuestra Madre y estar presente en la devoción católica con la fiesta de la Asunción o, en la liturgia ortodoxa, con la Dormición. Desde tiempos inmemoriales ha sido celebrada por muchos pueblos a través de la religiosidad popular con diversas expresiones artísticas, quienes han manifestado su creencia y afecto por la Asunta (san Bernardo decía: “Nunca me siento tan contento ni temeroso como cuando debo hablar de la gloria de la Virgen María”).

La tradición cristiana que viene de los Apóstoles recuerda que María fue llevada en cuerpo y alma al Cielo, al término de su vida terrena. Esto es porque en todo Ella siguió hasta el final el camino de su Hijo: “El conocimiento de la verdadera doctrina católica sobre la Virgen María será siempre la llave exacta de la comprensión del misterio de Cristo”, como dijo Pablo VI (nov. 21, 1964).

La Dormición

Ella fue glorificada para que no sufriera la corrupción de la muerte. Se habla de su dormición porque la especulación teológica dice que, si Ella no pecó por ser Inmaculada, entonces tampoco murió. Pero, del mismo modo, se discute teológicamente hablando que, si Ella fue solidaria en todo con Jesucristo (quien siendo en todo inocente asumió los pecados de la humanidad) habría podido sufrir y morir como Él. Pero la verdad es que no hay registro de ninguna enfermedad, solo se asume su posible vejez bajo el cuidado del apóstol Juan (ver Juan 19, 27).

Escena de la Dormición, del cuadro Asunción de la Virgen, Fra Angelico

Por eso, como su vida fue extraordinaria, su muerte lo debe haber sido también, y desde la fe es lógico pensar que murió incorrupta, como lo experimentaron también otros santos. De ahí las conclusiones positivas que ofreció el Documento de Puebla al decirnos que “María es garantía de la grandeza femenina; y que muestra la forma específica de ser mujer…” (#299). “María, la mujer sabia (ver Lucas 2, 19-51), es la mujer de la salvación que puso toda su feminidad al servicio de Cristo y de su obra salvadora” (ver Gál 4, 4- 6; LG 56).

La tradición de la Iglesia

Por fe creemos que la Virgen fue asunta al cielo, y desde los orígenes del cristianismo han estado tanto el sensus fidei (LG 12) como el consensus fidelium de acuerdo en esto. De hecho, fue el pueblo creyente quien pidió a través de cartas a la Santa Sede que se declarara dogma de fe la Asunción de María; y el Papa Pío XII en el año 1950, recogiendo la fe de toda la tradición de la Iglesia, publica la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus.

Y así lo proclamó dogma de fe con estas palabras: “Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrena fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial”.

Esta fiesta no debe ser confundida con la Ascensión del Señor, la cual se refiere a Jesucristo, quien siendo Dios se elevó a los cielos sin necesidad de ayuda ninguna, cuarenta días después de su resurrección. Cristo se fue cuando todo estaba cumplido y por sus propios méritos; en cambio, a Nuestra Señora la vinieron a buscar los ángeles, porque ningún humano podría hacer algo tan sobrenatural: todos los milagros son obras de Dios.

El «Tránsito de María»

Aunque la Sagrada Escritura no nos da información directa al respecto, en Oriente se habla del “Tránsito de María”, que también es una forma de advocación a la Virgen, y se celebra desde siempre esta fiesta litúrgica. De igual forma encontramos el Salmo que dice: “No dejarás que tu fiel experimente la corrupción” (15, 10-11), se ha referido al acontecimiento de la resurrección y posterior ascensión, porque Jesús no se quedó en el sepulcro, pero también puede aplicarse a su madre María, porque Ella es siempre fiel a Dios.

La Asunción nos señala el camino

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que: “La Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte. La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos” (CEC # 966).

Esta es la buena noticia para todos nosotros: más que mirarla desde los altares, elevada como creatura privilegiada o lejana, nos debe alegrar que su asunción nos señala y abre camino; y que también es promesa de que todos estaremos con Ella en nuestros cuerpos transformados a gloriosos: cuando dejemos de ser peregrinos y lleguemos al Cielo.

El autorMaría Loreto Cruz Opazo

Profesora Adjunta Facultad de Teología PUC

Magíster en Teología Fundamental PUC

Vocera de Voces Católicas

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Vocaciones

Laico, casado, pertenece al Opus Dei: “Me recuerda que puedo hacer algo grande con mi vida”

El prelado del Opus Dei ha recordado recientemente que los laicos son "la razón de ser del Opus Dei". Según informaciones de la prelatura, pertenecen a ella alrededor de 92.000. Hablamos con uno de ellos sobre lo que significa en su vida ese camino.

Juan Portela·14 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Pablo García-Manzano es un laico perteneciente al Opus Dei, casado desde hace 18 años y con 7 hijos. En esta entrevista con Omnes, nos cuenta su vocación dentro de la Obra y cómo vive su fe en su parroquia y vida cotidiana.

¿Qué significa para ti ser del Opus Dei, y cómo influye en tu vida?

-Significa para mí saberme parte de una pequeña familia dentro de la Iglesia. La llamada al Opus Dei me hace recordar, sin nada raro, que soy un hijo pequeño de Dios y que puedo hacer algo grande con mi vida, a pesar de todos mis fallos, y ayudar a los demás a que hagan lo mismo. Especialmente en el trabajo me mueve a intentar hacerlo bien y ofrecerlo a Dios. También influye en mi matrimonio y en mi familia, porque le da ese sentido que decía antes. Me encanta la frase de san Josemaría cuando decía a los casados que «tu camino al Cielo» se llama con el nombre de la mujer de cada uno.

¿Qué relación tienes con el Prelado, y con los sacerdotes de la Prelatura?

-La relación con el Prelado es muy normal, le llamo Padre como hacemos en el Opus Dei, porque sé que cuento con su oración y aliento para seguir este camino. También rezo por él. Me confieso asiduamente con sacerdotes de la Prelatura y también me guían, me dan consejos, etc. Insisto en que me resulta muy familiar y recuerdo que, cuando vi por primera vez al Prelado (entonces era don Álvaro del Portillo), sentí una gran tranquilidad, como si me conociera desde hacía mucho tiempo.

¿Cuál es tu relación con la parroquia y con el obispo del lugar donde vives?

-Asisto a Misa en la parroquia o en otros lugares, soy uno más. Mi mujer y yo conocemos al párroco, le invitamos a merendar cuando sustituyó al anterior. El coadjutor celebró con otro sacerdote la Misa de nuestra boda. E igual con el obispo: me siento y soy un fiel más de una diócesis enorme (archidiócesis de Madrid), y cuando participamos en alguna celebración en la que está, intentamos saludarle, decirle nuestros nombres y los de nuestros hijos. Rezamos por él todos los días, como hacemos en la Obra.

¿De qué manera participas en la misión evangelizadora de la Iglesia?

-Me parece que se desprende de todo lo anterior. Por una parte, no supone nada especial ni añadido. Por otra, lo cambia todo porque la manera de participar en esa misión evangelizadora consiste sencillamente en intentar mostrar que Jesucristo ha resucitado, que a pesar de mis fallos personales me quiere; y esto, en medio de mi familia, amigos, trabajo y también por supuesto en medio de lo bueno y de las dificultades de todos los días. 

¿Podrías añadir algún dato adicional sobre ti?

-Estoy casado con Mónica desde hace 18 años, y tenemos 7 hijos. Soy Letrado del Consejo de Estado desde el 2002, aunque actualmente estoy en excedencia y me dedico a la abogacía. Hace unos años hice una incursión en la política-administración activa, en el Ministerio de Energía, y guardo un buenísimo recuerdo de esa etapa. También trabajé 4 años en la escuela de negocios IESE. Me encanta mi trabajo y mi familia, que considero que es mi gran afición. También disfruto con la buena literatura española e inglesa y me encanta el cine clásico, especialmente John Ford. Aunque muy fan de los tenistas españoles increíbles de los últimos año, mi sueño sería jugar contra Roger Federer en Wimbledon… y ganarle. Soy del Atlético de Madrid, a pesar de los pesares.

El autorJuan Portela

Evangelización

Hágalo oficial y conviértase en un auténtico feligrés

Algunos fieles católicos a menudo asumen que son auténticos feligreses porque han estado asistiendo a misa en su iglesia durante años... ¡pero piénselo otra vez!

Jennifer Elizabeth Terranova·14 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“¿Cómo hacerse feligrés de la parroquia? ¿Cómo que no soy feligrés? Llevo años asistiendo regularmente a misa», es la respuesta típica de muchos cuando se enteran de que no son feligreses «oficiales».

Algunos fieles católicos a menudo asumen que lo son porque han estado asistiendo a misa en su iglesia durante años… ¡pero piénselo otra vez!

La recepcionista de una conocida iglesia de Manhattan dice que la mayoría de la gente da por sentado que son feligreses y a menudo se sorprenden y a veces se enfadan cuando se enteran de que asistir a misa con regularidad no les concede un pase oficial. Johanna lleva más de diecinueve años trabajando en la casa parroquial y ha oído y visto de todo.

Implica algo más que sentarse en el banco de la iglesia cada domingo o charlar con los miembros de la congregación antes y después de misa. «Muchas personas llaman a la Casa Parroquial y se sorprenden al descubrir que no son feligreses», dice Johanna. «Para ser considerados feligreses, tienen que registrarse oficialmente a través de la rectoría o de la página web de la parroquia».

Para combatir esta confusión, Johanna sugiere que «la información se escriba en la página web de la Iglesia», porque les facilitaría las cosas a ellos y a sus familias en el futuro.

Si quiere casarse en su Iglesia, bautizar a un bebé o le piden que sea padrino en un bautizo o confirmación, necesitará una nota de catolicidad. Con un registro de afiliación, tu parroquia local puede cumplirlo; sin él, no.

La «ventaja» de la inscripción

Inscribirse también tiene otras ventajas. 

Para empezar, es una afirmación de la propia fe. Sí, puede que recites el Credo Niceno, también conocido como «el Credo», en la misa dominical, pero al comprometerte sólidamente con tu «hogar espiritual», darás muchos frutos. En segundo lugar, entras inmediatamente a formar parte de una comunidad eclesial católica, ¿y qué hay mejor que eso?

Las personas con las que asistes a la Misa dominical y diaria se convierten en tu gran familia. Sus feligreses se alegrarán con usted en cada sacramento, ya sea el Bautismo o la Primera Comunión, y se regocijarán con usted el día de su boda. Y, cuando una enfermedad inesperada o la muerte le golpee a usted o a un ser querido, su familia de la iglesia estará allí para consolarle y apoyarle. Si usted es un feligrés registrado, será más fácil prestarle ayuda; no será una cara más en la congregación, sino una persona identificable.

No sólo necesitamos apoyo y conexión relacional, sino también orientación e instrucción espiritual.

Y cuando uno es feligrés registrado, tiene más probabilidades de mantener una relación duradera con el clero de su iglesia, lo que ofrece excelentes ventajas, como el estímulo, la motivación y la orientación espiritual específicos de un sacerdote de confianza que le conoce a nivel personal.

Evangelización

San Maximiliano Kolbe

San Maximiliano Kolbe entregó su vida en el campo de concentración de Auschwitz para salvar a un padre de familia condenado.

Pedro Estaún·14 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

María Dabrowska, madre de san Maximiliano, era una joven piadosa que pensó en ser religiosa, pero los problemas políticos de la época no lo hicieron posible. Polonia, su patria, estaba ocupada por los rusos, quienes habían cerrado los conventos y dispersado a los religiosos. Apenas existía algún que otro convento clandestino. Entonces pidió: “Señor, no quiero imponeros mi voluntad. Si vuestros designios fueran otros, dadme al menos un marido que no blasfeme, no tome alcohol, no vaya a la taberna a divertirse. Te lo pido, Señor, con verdadero interés”. Deseaba emprender una vida familiar cristiana y Dios la escuchó. El elegido fue Julio Kolbe, católico fervoroso perteneciente a la Tercera Orden Franciscana, de la que era dirigente y en la que ingresó ella también. Era dulce y sensible, casi tímido, y sin vicios.

Los jóvenes esposos vivían en la ciudad de Pabiance, donde tenían un taller y sentían una gran devoción a la imagen milagrosa de Nuestra Señora de Czestochowa, muy venerada en Polonia. No resulta extraño que uno de sus hijos, Raimundo, nacido en 1894, decidiera ingresar en el seminario, y lo hizo a los 13 años con los padres franciscanos en la ciudad polaca de Lvov, que estaba entonces ocupada por Austria. Fue allí donde adoptó el nombre de Maximiliano. Finalizó sus estudios en Roma donde consiguió el doctorado en teología y después en filosofía. En 1918 fue ordenado sacerdote.

La Inmaculada Concepción

Maximiliano era muy devoto de la Inmaculada Concepción. Movido por ello, fundó en 1917 un movimiento llamado “La Milicia de la Inmaculada” cuyos miembros se consagrarían a la bienaventurada Virgen María y tendrían el objetivo de luchar mediante todos los medios moralmente válidos por la construcción del Reino de Dios en todo el mundo. En palabras del propio Maximiliano, el movimiento tendría: “una visión global de la vida católica bajo una nueva forma, que consiste en la unión con la Inmaculada”. Inició la publicación de la revista mensual “Caballero de la Inmaculada”, orientada a promover el conocimiento, el amor y el servicio a la Virgen María en la tarea de convertir almas para Cristo. Con una tirada de 500 ejemplares en 1922, alcanzaría cerca del millón de ejemplares en 1939.

En 1929 fundó la primera “Ciudad de la Inmaculada” en el convento franciscano de Niepokalanów a 40 kilómetros de Varsovia, que con el paso del tiempo se convertiría en una ciudad consagrada a la Virgen y, en palabras de san Maximiliano, dedicada a “conquistar todo el mundo, todas las almas, para Cristo, para la Inmaculada, usando todos los medios lícitos, todos los descubrimientos tecnológicos, especialmente en el ámbito de las comunicaciones”.

Misionero y prisionero

En 1931, el Papa solicitó misioneros para evangelizar Asia. Maximiliano se ofreció como voluntario y fue enviado a Japón donde permanecerá durante cinco años. Allí funda una nueva ciudad de la Inmaculada (Mugenzai No Sono) y publica la revista «Caballero de la Inmaculada» en japonés (Seibo No Kishi). Regresa a Polonia como director espiritual de Niepokalanów, y tres años más tarde, en plena Guerra Mundial, es apresado junto con otros frailes y enviado a campos de concentración en Alemania y Polonia.

Es liberado poco tiempo después, precisamente el día consagrado a la Inmaculada Concepción, pero es hecho prisionero nuevamente en febrero de 1941 y enviado a la prisión de Pawiak, para ser después transferido al campo de concentración de Auschwitz donde, a pesar de las terribles condiciones de vida, prosiguió su ministerio. Le asignaron el número 16.670  y le destinaron a trabajos forzados. Sufrió, como sus compañeros, humillaciones, golpes, insultos, mordiscos de los perros, chorros de agua helada cuando estaba devorado por la fiebre, sed, hambre, idas y venidas arrastrando cadáveres desde las celdas al horno crematorio… Auschwitz era la antesala del infierno.

La entrega de su vida

Una noche de 1941 se fugó un preso del campo de concentración y, según una norma intimidatoria de los nazis, por cada hombre fugado deberían morir diez. La primera elección recayó sobre el sargento polaco Franciszek Gajowniczek, de 41 años, quien en medio del silencio empezó a llorar y decir: «Dios mío, tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?» Entonces Maximiliano Kolbe se ofreció para sustituirle, diciendo: «Yo me ofrezco para sustituir a este hombre, soy sacerdote católico y polaco, y no soy casado».

El oficial lo aceptó y el padre Kolbe fue enviado, junto a los otros nueve, a una celda en la que no recibirían ni agua ni alimento. Al segundo o tercer día comenzaron a morir algunos. Entre tanto, en aquella mazmorra se escuchaban plegarias y cánticos a la Virgen. Los alemanes tenían un polaco guardián encargado de sacar los cadáveres de los que morían y de vaciar la letrina colocada en la celda. Él lo ha contado, y su relato está en las arcas de los tribunales de justicia y en los archivos del Vaticano. Kolbe y otros tres duraron hasta el día quince. El comandante necesitaba la celda para un nuevo lote de condenados y mandó al médico del campo que una inyección de ácido fénico apagara el último pulso de sus vidas. Era el 14 de agosto de 1941. Kolbe tenía 47 años de edad.

Beatificación y canonización

El Papa Pablo VI lo declaró beato en 1971. Entre los peregrinos que asistieron procedentes de Polonia venía un viejecito de nombre Franciszek Gajowniczek: era el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años atrás. Años después, Juan Pablo II, al poco tiempo de su elección como Romano Pontífice, visitó Auschwitz y dijo: «Maximiliano Kobe hizo como Jesús, no sufrió la muerte sino que donó la vida». El 10 de octubre de 1982, este papa, polaco como Kolbe, le canonizó ante una enorme multitud congregada en la Plaza de San Pedro en la que se encontraban numerosos polacos.

Con motivo de los veinte años de su canonización, los Frailes Menores Conventuales de Polonia abrieron el archivo de Niepokalanow (Ciudad de la Inmaculada). Entre los manuscritos del santo, destaca la última carta que escribió a su madre. Una carta que refleja una especial ternura y que hace pensar que el sacrificio con el que ofreció la vida voluntariamente fue algo que maduró a lo largo de su vida. Este es el texto del escrito:

«Querida madre: Hacia finales de mayo llegué junto con un convoy ferroviario al campo de concentración de Auschwitz. En cuanto a mí, todo va bien, querida madre. Puedes estar tranquila por mí y por mi salud, porque el buen Dios está en todas partes y piensa con gran amor en todos y en todo. Será mejor que no me escribas antes de que yo te mande otra carta porque no sé cuánto tiempo estaré aquí. Con cordiales saludos y besos, Raimundo Kolbe«. Maximiliano no pudo enviar ninguna nueva carta a su madre.

El autorPedro Estaún

Vaticano

«Cristo hoy nos repite: ¡Ánimo, no temas!», dice el Papa

Después de finalizar la JMJ de Lisboa el domingo pasado, el Papa Francisco retoma el rezo del Ángelus, acompañado de una reflexión, en el Vaticano.

Loreto Rios·13 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha centrado la reflexión de hoy del Ángelus en el Evangelio del domingo, Jesús caminando sobre las aguas.

El Santo Padre ha iniciado su comentario lanzando una pregunta: «¿Por qué Jesús realizó este gesto? ¿Quizá por una necesidad urgente e imprevisible, para socorrer a los suyos que se encontraban bloqueados por el viento en contra? Sin embargo, fue Jesús mismo quien programó todo, les hizo salir por la noche, incluso – dice el texto – “obligándoles” (cfr v. 22). ¿Quizá para hacerles una demostración de grandeza y de poder? Pero esto no es propio de Él. Entonces, ¿por qué lo hizo?».

El mar como símbolo del mal

Francisco ha continuado indicando que, detrás de este gesto de Cristo, hay un mensaje. Ha explicado que «en aquella época las grandes extensiones de agua eran consideradas sedes de fuerzas malignas no dominables por el hombre; especialmente si eran agitadas por la tempestad, los abismos eran símbolo del caos y hacían referencia a las oscuridades de los infiernos.

Entonces, los discípulos se encontraban en el medio del lago en la oscuridad: en ellos está el miedo de ahogarse, de ser absorbidos por el mal. Y aquí llega Jesús, que camina sobre las aguas, es decir por encima de esas fuerzas del mal, y dice a los suyos: ‘¡Ánimo!, que soy yo; no temáis’ (v. 27). Este es el sentido del signo: los poderes malignos, que nos asustan y no logramos dominar, con Jesús se redimensionan. Él, caminando sobre las aguas, quiere decirnos: ‘No temas, yo pongo bajo los pies a tus enemigos’: ¡no las personas!, no son esos los enemigos, sino la muerte, el pecado, el diablo: estos enemigos Él los pisa por nosotros».

«¡Señor, sálvame!»

El Papa también ha resaltado que esta escena, lejos de ser un acontecimiento de hace 2000 años, tiene un mensaje muy actual: «Cristo hoy repite a cada uno de nosotros: ‘¡Ánimo, soy yo, no temas!’. Ánimo, es decir, porque estoy yo, porque ya no estás solo en las aguas agitadas de la vida. Y entonces, ¿qué hacer cuando nos encontramos en mar abierto y a merced de vientos contrarios? ¿Qué hacer en el miedo, cuando se ve solo oscuridad y nos sentimos perdidos?

Dos cosas, que en el Evangelio hacen los discípulos: ellos invocan y acogen a Jesús. Invocan: Pedro camina un poco sobre las aguas hacia Jesús, pero después se asusta, se hunde y entonces grita: ‘¡Señor, sálvame!’ (v. 30). Es bonita esta oración, con la cual se expresa la certeza de que el Señor puede salvarnos, que Él vence nuestro mal y nuestros miedos. Repitámosla también nosotros, sobre todo en los momentos de ‘tempestad’: ¡Señor, sálvame!».

El Papa invita a acoger a Jesús

A continuación, el Santo Padre ha resaltado la importancia de acoger a Jesús en nuestra barca, en cada sufrimiento: «Y después los discípulos acogen a Jesús en la barca. El texto dice que, apenas subió a bordo, ‘amainó el viento’ (v. 32). El Señor sabe que la barca de la vida, así como la barca de la Iglesia, está amenazada por vientos contrarios y que el mar sobre el que navegamos a menudo está agitado.

Él no nos salva de la fatiga de la navegación, es más – el Evangelio lo subraya – impulsa a los suyos a partir: es decir, nos invita a afrontar las dificultades, para que también estas se conviertan en lugares de salvación, ocasiones para encontrarle a Él. Él, de hecho, en nuestros momentos de oscuridad viene a nuestro encuentro, pidiendo ser acogido, como esa noche en el lago».

Para concluir, el Papa ha invitado a los asistentes a preguntarse cómo aplica cada uno estas cuestiones en su vida y ha finalizado pidiendo la ayuda de Maria, estrella del mar: «Por tanto, preguntémonos: en los miedos ¿cómo me comporto? ¿Voy adelante solo con mis fuerzas o invoco al Señor? ¿Y cómo va mi fe? ¿Creo que Cristo es más fuerte que las olas y que los vientos adversos? Pero, sobre todo: ¿navego con Él? ¿Lo acojo, le hago sitio en la barca de la vida, le confío el timón? María, estrella del mar, nos ayude a buscar, en las travesías oscuras, la luz de Jesús».

Estados Unidos

Nace una nueva iniciativa para erradicar las armas nucleares

Las arquidiócesis de Santa Fe, Seattle y Nagasaki, y la diócesis de Hiroshima, han firmado un pacto que les compromete al trabajo conjunto para erradicar las armas nucleares.

Paloma López Campos·13 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

En el aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki se ha firmado un acuerdo para trabajar de manera conjunta por la erradicación de las armas nucleares en el mundo. El pacto lo suscriben las arquidiócesis de Santa Fe, Seattle y Nagasaki, y la diócesis de Hiroshima.

El primer objetivo es lograr un avance significativo antes de agosto de 2025, 80º aniversario del bombardeo. Para ello se aclaran distintas medidas relacionadas tanto con el ámbito político como con el religioso.

La política y las armas nucleares

En el comunicado que han mandado los firmantes, invitan a todos los líderes políticos a colaborar en este trabajo y marcan algunos pasos concretos para lograr los objetivos. En primer lugar, piden que se reconozca “el tremendo y duradero sufrimiento humano que los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki infligieron”. También invitan a admitir “los impactos medioambientales causados por la minería de uranio y la investigación, producción y pruebas de armas nucleares en todo el mundo”.

El tercer punto del pacto es “reiterar que no se puede ganar una guerra nuclear y que nunca se debe librar”. Como parte de esto, el acuerdo menciona que el G20 en noviembre de 2022 declaró que el uso y la amenaza de emplear armas nucleares resulta “inadmisible”.

Por otro lado, se invita a buscar compromisos para adoptar “medidas concretas para evitar una nueva carrera armamentística, evitar el uso de armas nucleares y avanzar en el desarme nuclear”. Junto a estos compromisos, el pacto recuerda “el mandato internacional de entablar negociaciones multilaterales serias que conduzcan al desarme nuclear, prometido hace más de medio siglo en el Tratado de No Proliferación de 1970”.

Como última medida política, el acuerdo invita a “apoyar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, firmado y ratificado por primera vez por el Vaticano”.

Medidas desde la Iglesia

Por su parte, los líderes religiosos se comprometen a crear una iniciativa para promover un mundo sin armas nucleares. En este esfuerzo esperan contar con la colaboración de otras diócesis y líderes de otras confesiones.

Como parte de la iniciativa, las arquidiócesis y la diócesis van a realizar algunas acciones concretas como:

-escuchar y dialogar con los supervivientes de los bombardeos, los mineros de uranio, los activistas por la paz, ingenieros nucleares, militares y diplomáticos;

-pedir la ayuda de Dios a través de la oración y celebrando al menos una Misa anual con esta intención especial de acabar con las armas nucleares y con una colecta destinada a apoyar a las víctimas y reparar los daños medioambientales;

-promover la firma y ratificación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.

El comunicado de los arzobispos y obispo invita a “sacerdotes, religiosos y laicos para que participen activamente en esta asociación”, de modo que se pueda “crear un legado de paz para las generaciones actuales y futuras”.

La nota que anuncia el acuerdo finaliza acudiendo a la intercesión de Cristo y de Santa María para que esta iniciativa llegue a buen puerto.

Familia

A los treinta años de Veritatis Splendor

La encíclica Veritatis Splendor de san Juan Pablo II trata sobre los fundamentos de la teología moral. Publicada en 1993, hace ahora 30 años, sus premisas continúan siendo hoy día de mucha actualidad. Un ámbito específico de aplicación es la teología del cuerpo.

José Miguel Granados·13 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El pasado seis de agosto se cumplían treinta años de la publicación de la importante carta encíclica Veritatis splendor (VS), del Papa san Juan Pablo II, sobre los fundamentos de la moral. Entre otros temas, recuerda la necesidad de una comprensión adecuada de la verdad del cuerpo humano para ofrecer una doctrina adecuada a la revelación divina y a la “experiencia esencialmente humana”.

En primer lugar, considera brevemente algunas teorías insuficientes y erróneas que conducen a graves desviaciones en el actuar y en la vida (cf. VS n. 46). En este sentido, desmiente el pretendido conflicto entre libertad y ley moral, entre conciencia y naturaleza. Asimismo, rechaza la objeción que acusa de fisicismo y naturalismo biologicista a la concepción católica de ley moral natural.

En realidad, el hombre no puede decidir el sentido de sus comportamientos sin contar con la naturaleza plasmada conforme al proyecto del Creador; además, es capaz de entender esa ley natural con su razón cuando se halla bien conformada (cf. VS n. 47).

Resulta, por tanto, falsa una pretendida libertad desarraigada de la esencia humana, desorbitada, vacía de contenidos, expuesta a la elección arbitraria, que trate al cuerpo humano como un ser bruto desprovisto de significados y valores morales. Pues la ley moral natural evidencia y prescribe unas finalidades, unos derechos y unos deberes, que se fundamentan en la naturaleza corporal y espiritual de la persona humana y de su condición social.

La doctrina de la Iglesia afirma que el alma racional, espiritual e inmortal es forma del cuerpo y principio de unidad del ser humano, que existe como un todo -en unidad de cuerpo y alma, como totalidad unificada-  en cuanto persona. Por todo ello, concluye: “La persona, mediante la luz de la razón y la ayuda de la virtud, descubre en su cuerpo los signos precursores, la expresión y la promesa del don de sí misma, según el sabio designio del Creador. Es a la luz de la dignidad de la persona humana —que debe afirmarse por sí misma— como la razón descubre el valor moral específico de algunos bienes a los que la persona se siente naturalmente inclinada” (VS n. 48).

Además, Juan Pablo II ha desarrollado ampliamente la doctrina sobre la “teología del cuerpo humano”: constituye un cuerpo doctrinal, que forma una auténtica antropología-ética filosófico-teológica desde la clave de la esponsalidad, en diálogo con las corrientes de pensamiento clásico y contemporáneo. Explicaremos las fuentes y las claves de esta original aportación del Papa de la familia en sucesivas entregas.

El autorJosé Miguel Granados

Universidad de San Dámaso

Educación

Personal de escuelas católicas participa en conferencia sobre Inteligencia Artificial

Los primeros días de agosto se llevó a cabo en Los Ángeles, California, la Conferencia de Colaboración en Comunicación Católica 2023 (C3), una iniciativa de formación profesional en tecnología educativa dirigida a maestros, personal y voluntarios dedicados a la enseñanza en escuelas católicas.

Gonzalo Meza·12 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Del 2 al 4 de agosto se llevó a cabo en Los Ángeles, California, la Conferencia de Colaboración en Comunicación Católica 2023 (C3), una iniciativa de formación profesional en tecnología educativa dirigida a maestros, personal y voluntarios dedicados a la enseñanza en escuelas católicas.

Al evento asistieron 1,200 participantes tuvo lugar en la escuela «Mary Star of the Sea High School» en San Pedro, California. La conferencia de este año tuvo como lema «Discover» (Descubre). A lo largo de tres días se impartieron 85 talleres y cursos, de forma presencial y virtual, sobre el uso de herramientas en línea así como los últimos avances en la Inteligencia Artificial (IA) orientados a la educación. 

Al inaugurar los trabajos de la C3, Mons. José Gomez, Arzobispo de Los Ángeles señaló: «recuerden que todo lo que hacemos en la comunicación es para servir a Jesús. Estamos aquí para servirlo y para llevar a la gente a un nuevo encuentro con Él. La Iglesia necesita tener una fuerte presencia en la cultura digital. Todos tenemos una responsabilidad en la misión de la Iglesia y por ende todos tenemos el cometido de usar estas nuevas tecnologías para compartir nuestra fe. Las nuevas herramientas deben servir la misión de la Iglesia», indicó Gómez.

Chat GPT

La sesión inaugural fue presentada por Rushton Hurley fundador de la organización «Next Vista for Learning» y se tituló: «Chat GPT: Un terremoto en nuestro terreno profesional». En su ponencia, Hurley exploró las implicaciones de las tecnologías emergentes, especialmente la IA y cómo se pueden usar al servicio de las escuelas y las parroquias. «Han escuchado de Chat GPT. ¿Saben verdaderamente lo que hace? ¿Escribe o genera escritura?», preguntó a los asistentes. Hay una gran diferencia. Al escribir se relatan historias, anécdotas, vivencias, etc. «Chat GPT no puede decir ‘Ayer fui a la playa’ pues es una herramienta que hace predicciones de palabras. No piensa», dijo el presentador. Hurley también invitó a los asistentes a estar conscientes de que la IA puede producir resultados mal orientados, tener sesgos o simplemente ser totalmente erróneos. Por ejemplo, «si le piden a una aplicación de IA (que no tenga incorporada una calculadora) que multiplique tres cifras aleatorias de 18 o más dígitos, la respuesta será probablemente falsa. Esto debido a que dicha pregunta nadie se la había formulado antes», explicó Hurley; por tanto, no hay una respuesta exacta.

Aun cuando produzca resultados falsos, la aplicación de IA nos presentará su solución con enorme certidumbre, indicó. En ese sentido «me asusta la capacidad que tiene la IA para generar una cantidad impresionante de desinformación o información falsa», precisó y añadió que la certidumbre no es sinónimo de exactitud pues esta última no es el punto central de las herramientas de IA. «Al usarlas», expresó, «debemos pensar que es necesario verificar la veracidad de las respuestas». Y por ello el pensamiento crítico viene a la par del uso de la IA. 

Origen de la conferencia C3

La conferencia C3 es parte de una iniciativa de la Arquidiócesis de Los Ángeles que inició en el 2009 y se imparte cada año para fomentar entre el personal académico de instituciones católicas el uso y aprendizaje de la tecnología en la enseñanza.

La conferencia fue posible gracias a la concesión que tiene la Arquidiócesis de los Ángeles desde 1960 de una licencia de radio para fines educativos administrada por la Comisión Federal de Comunicaciones de EUA.

Cultura

Pietro Annigoni, en la iglesia parroquial de Ponte Buggianese

Pietro Annigoni quiso decir cosas nuevas con un lenguaje convencional vivo. En ese sentido, su opción es claramente divergente de la de Lucio Fontana: parte de la tradición de los grandes del pasado para producir algo totalmente original. El ejemplo está en un ciclo de frescos de una iglesia de Ponte Buggianese, en la provincia de Pistoia (Italia).

Giancarlo Polenghi·12 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

En el primer artículo de esta sección elegí escribir sobre el arte de Lucio Fontana, conocido artista ítalo-argentino que ha creado numerosas obras de arte sacro, y entre ellas tres Vía Crucis que por estilo y ejecución pueden contarse entre las obras de arte sacro contemporáneo. El estilo informal, aunque las figuras sean reconocibles, la esencialidad de los colores en dos de los tres Vía Crucis (el blanco y el de terracota), la forma esbozada, se diría abocetada, con efectos plásticos potentes y, en cierto modo, nuevos, respecto al pasado, hacen que la obra de Fontana sea notable.

Apasionado por el dibujo

El segundo artista que he elegido presentar, Pietro Annigoni, se sitúa en las antípodas de Fontana. La elección no es aleatoria, porque con ella quiero subrayar la posible variedad de enfoques. Pietro Annigoni (7 de junio de 1910, Milán – 28 de octubre de 1988, Florencia) es un pintor que criticó el modernismo del siglo en el que vivió, y reivindicó de forma contundente, con originalidad y fuerza creativa, la posibilidad de hacer un arte original y plenamente del siglo XX, incluso en la estela de la tradición figurativa occidental.

Segundo de tres hermanos, su padre Ricciardo era un ingeniero de Milán que se trasladó a Florencia por motivos de trabajo, su madre Therese, era estadounidense de San Francisco, pero de origen ligur. Pietro se apasionó por el dibujo desde muy pequeño. Y el destino quiso que en Florencia esta pasión se encendiera aún más al entrar en contacto con la tradición artística de la ciudad, que siempre se ha basado en el dibujo. El 22 de septiembre de 1950, a su regreso de la Bienal de Venecia, Annigoni anotaba en su diario: «En el pabellón mexicano, notable fuerza bruta, pero fuerza. Fauvismo, cubismo, abstractivismo… Sí -comprendo-, superación de límites y conclusiones, esperanzas puestas en la frescura de nuevos incentivos, ansia de alcanzar mayor lirismo. Resultado: decorativismo sensual, destinado en poco tiempo a diluirse y aniquilarse. Sería importante decir cosas nuevas e interesantes con un lenguaje convencional vivo y comunicativo”.

En la escuela de los grandes

De eso se trata, de decir cosas nuevas e interesantes con un lenguaje convencional vivo y comunicativo. En el arte sacro, se podría objetar que no hay necesidad alguna de decir cosas nuevas, porque el arte sacro cristiano debe decir lo que ya sabemos, el contenido de la fe, que es inmutable. Por supuesto que es así, pero con una condición, a saber, que re-proponiendo la buena nueva (que no casualmente es nueva) consigamos también hacer percibir su eterna y demoledora novedad. El lenguaje puede ser también «convencional», pero no obstante debe ser «vivo y comunicativo».

Creo que Annigoni ha demostrado, con su trabajo artístico, haber hecho precisamente eso, es decir, utilizar el lenguaje figurativo del arte occidental, educado en la escuela de los grandes del pasado, para producir algo nuevo y totalmente original, que antes del siglo XX ni siquiera se habría podido imaginar. El ejemplo está en una iglesia parroquial rural de Ponte Buggianese, en la provincia de Pistoia, donde el maestro Annigoni, junto con sus alumnos -es decir, un grupo de estudiantes-amigos, realizó a partir de julio de 1967 un impresionante ciclo de frescos.

Si Fontana, con su “Vía Crucis blanco”, innovó también técnicamente el arte de la cerámica vidriada, buscando nuevos efectos, Annigoni elige en cambio una técnica pictórica antigua y compleja como es la pintura al fresco, que requiere procedimientos lentos, mucha reflexión y preparación, porque la ejecución debe ser exenta de correcciones. El resultado, sin embargo, no es «neo – lo que sea», aunque incluya referencias y citas de obras del pasado.

El “Descendimiento” de Florencia: un resultado nuevo

Antes de adentrarnos en algunas de las obras del ciclo, quiero dar un paso atrás, y volver a una obra que se remonta al periodo 1937-1941, en el convento de San Marcos de Florencia. Se trata de un Descendimiento de Cristo de la Cruz, en la escena central, y de dos lunetas, respectivamente con Adán y Eva, y la matanza de Abel por Caín, y dos parejas de santos a ambos lados del Cristo depuesto (San Antonino Pierozzi y Santa Catalina de Siena, a un lado, y Santo Tomás de Aquino y Jerónimo Savonarola, al otro).

Leamos de nuevo en el diario de Annigoni: «Comencé el fresco de San Marcos con el Descendimiento de la Cruz (…). Para la primera parte de la obra decidí tener un cuerpo realmente muerto para la figura de Cristo, así que consulté al profesor de anatomía de un hospital y obtuve permiso para elegir en la cámara frigorífica. Allí había cuatro o cinco, prácticamente todos esqueletos.

Cogí el único que podía servir a mi propósito e intenté colgarlo de una escalera, pero estaba demasiado rígido (…). Al final tuve que utilizar un modelo vivo». Annigoni quiere pintar del natural, utiliza modelos, reconstruye la escena, pero el resultado es nuevo. El Cristo muerto, lívido, desarticulado, cuelga ya desprendido de los clavos. Está sostenido por una sábana que pasa por debajo de sus brazos. No se ve a quien lo sostiene. No hay escaleras alrededor. Es una visión «comunicativa» y el lenguaje antiguo está «vivo».

Contemplando esta obra de Annigoni surge espontáneo el recuerdo de la teología del cuerpo de san Juan Pablo II, es decir, una lectura de teología antropológica que busca en la corporeidad el misterio de Cristo, que asumió la carne que fue creada a imagen y semejanza de Dios, hasta el punto de que se puede afirmar con certeza que Jesús, antes de encarnarse, era misteriosamente el modelo original y originario de Adán y Eva.

«El cuerpo, en efecto, y sólo él” -dijo Juan Pablo II el 20 de febrero de 1980, en la audiencia general (recogido después en el volumen «Hombre y mujer los creó «)-, “es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino. Fue creado para trasladar a la realidad visible del mundo el misterio escondido desde la eternidad en Dios, y ser así signo del mismo». La corporeidad, a través de su masculinidad y feminidad «visibles», según Juan Pablo II, constituye así un sacramento entendido como signo que transmite efectivamente al mundo visible el misterio invisible escondido en Dios.

Es claro que el arte sacro cristiano tiene y tendrá siempre entre sus elementos distintivos la reflexión artística sobre la encarnación, sobre la corporeidad, sobre la dimensión de verdadero hombre-verdadero Dios, en la que la humanidad desvela (revela, precisamente) la divinidad.

Tres frescos destacados en Ponte Buggianese

Volvamos ahora al Ponte Buggianese para detenernos en tres frescos particularmente significativos.

El Descendimiento y Resurrección de Cristo, de 1967, en la pared del fondo de la iglesia, es un fresco que supera los 90 metros cuadrados. La composición es originalísima: en el centro está Cristo depuesto, exactamente como se ve en el convento de San Marcos, pero aquí vemos que hay dos ángeles, a los lados, que lo sostienen con una sábana; sobre la cruz, Jesús aparece resucitado en una mandorla irregular y blanquísima. Hay un enorme contraste entre el muerto que cuelga y el resucitado, que también es físicamente más grande, erguido, en movimiento, con los brazos abiertos mostrando las llagas. Abajo, a ambos lados de la puerta, en un escenario apocalíptico, Adán y Eva contemplan la escena. Por encima de ellos, unos ángeles hacen sonar las trompetas del juicio.

La segunda escena que me gustaría destacar se encuentra en la primera capilla según se entra a la derecha, y representa la resurrección de Lázaro, pintada en 1977. También aquí hay mucha fuerza y originalidad en la composición. Cristo tiene a su derecha y a su izquierda a Marta y a María (una de las dos se tapa la nariz por el hedor del cadáver), otros están en segundo plano, como testigos, y tres están en una colina cercana y miran. Cristo tiene la mirada fija en la momia que camina hacia él. En éste, como en los demás frescos, llama la atención la habilidad de Annigoni para ejecutar retratos y hacer que cada persona de la escena experimente emociones concretas, que en este caso están marcadas por la maravilla, el asombro.

Annigoni dedicó mucho tiempo al retrato, y en un momento de su carrera realizó obras para personalidades muy conocidas, entre ellas la joven reina Isabel II, John Fitzgerald Kennedy, Juan XXIII, el sha de Persia Reza Pahlevi y la emperatriz Farah Diba. Annigoni alternaba estos retratos ilustres con retratos de personas pobres, de indigentes, como el Cinciarda de 1945, hoy conservado en el museo de Villa Bardini de Florencia, o el fresco titulado “La Caridad para la Misericordia” de Florencia, de 1972, en el que un hermano de la Misericordia lleva a un herido sobre sus hombros sirviéndose de la “zana”, una cesta de mimbre con un asiento.

La última obra del ciclo Ponte Buggianese que quiero mencionar por su originalidad es la escena de Jesús en el Huerto de Getsemaní. Se trata de un fresco de 1979. Cristo está angustiado, parece perdido y solo. Delante de él hay un ángel gigantesco con las alas extendidas que le asiste sin que él interactúe. En primerísimo plano, con destellos dignos de Mantegna, están los tres discípulos dormidos. Una vez más, Annigoni demuestra que es posible «decir cosas nuevas e interesantes con un lenguaje convencional vivo y comunicativo».

El autorGiancarlo Polenghi

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Vaticano

El prelado del Opus Dei responde al motu proprio del Papa sobre las prelaturas personales

El prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, ha publicado un mensaje en el que se refiere al reciente motu proprio del Papa Francisco, por el que ha modificado el Código de Derecho Canónico en relación con las prelaturas personales.

Paloma López Campos·11 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 8 de agosto la Santa Sede publicó el motu proprio que modifica los cánones que regulan las prelaturas personales en el Código de Derecho Canónico. El Opus Dei publicó el 9 de agosto una nota en la que indicaba que tomaría en consideración esta modificación en la adaptación de los estatutos de la prelatura. Al día siguiente, Fernando Ocáriz, prelado del Opus, publicó una carta en la que reacciona al motu proprio.

Ocáriz comienza señalando que el Opus Dei acoge “con sincera obediencia filial esas disposiciones del Santo Padre” y pide a los miembros de la prelatura que se mantengan unidos en esta actitud. De inmediato, el prelado afirma que “el Espíritu Santo nos conduce en todo momento”, puesto que el Opus Dei es “una realidad de Dios y de la Iglesia”. De esta manera los fieles de la Obra viven el espíritu del fundador, san Josemaría, siempre muy unido al Papa.

La actualización de los estatutos

A continuación, Fernando Ocáriz hace mención del proceso de actualización de los estatutos de la Obra que se está llevando a cabo y reitera que este nuevo motu proprio se tendrá en cuenta durante las adaptaciones que se realicen. Por ello, el prelado pide de nuevo oraciones “para que este trabajo llegue a buen puerto”.

En la carta hace una segunda llamada a la unidad con el Papa y Ocáriz expresa su deseo de que se refuerce en todos los miembros del Opus Dei el sentimiento de filiación con la Iglesia, además de la cercanía con todos los hermanos. Alienta a los fieles de la Obra a que continúen siendo “apóstoles que siembran magnánimamente comprensión y caridad, con la alegría que da el encuentro con el Señor”.

Los laicos y el Opus Dei

Por último, el mensaje del prelado hace una referencia específica al apartado de las modificaciones que menciona a los laicos, “razón de ser del Opus Dei: cristianos corrientes en medio del mundo, que buscan a Dios a través de su trabajo profesional y de su vida ordinaria”. Fernando Ocáriz subraya que los laicos miembros de la Obra “son fieles de sus diócesis, como cualquier otro católico”. A lo que se añade que son “además, miembros de esta familia sobrenatural [Opus Dei], gracias a una específica llamada vocacional”.

El mensaje del prelado termina haciendo alusión a sus viajes a Australia y Nueva Zelanda, y aconsejando acudir a la intercesión de la Virgen, cuya solemnidad de la Asunción se celebra la semana que viene.

Estados Unidos

La USCCB pide afrontar la crisis mundial de hambre

Según el Programa Mundial de Alimentos, en 2022 aproximadamente 258 millones de personas sufrieron a causa del hambre de manera extrema. Ante la amenaza de Rusia de no permitir la distribución de grano por parte de Ucrania, se prevé que las cifras aumenten y por ello la Conferencia episcopal de Estados Unidos ha publicado un comunicado sobre el tema.

Paloma López Campos·11 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

En 2022 unas 258 millones de personas sufrieron por el hambre extrema, según los datos aportados por el Programa Mundial de Alimentos. Se prevé que esta cifra aumente, dada la amenaza rusa de no permitir que Ucrania distribuya grano. La creciente preocupación ha llevado a la Conferencia episcopal de Estados Unidos (USCCB) a publicar una nota hablando sobre el tema.

El comunicado lo firma el obispo David J. Malloy, presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz de la USCCB. La publicación incluye una petición a los líderes mundiales para que trabajen por garantizar la seguridad en la alimentación para todos.

Tal como afirma Malloy, “el Programa Mundial de Alimentos calcula que 345 millones de personas sufrirán hambre aguda este año, y 129.000 se enfrentarán potencialmente a la hambruna en lugares como Afganistán, Siria, Yemen, el Cuerno de África y Myanmar”.

Por ello, los obispos estadounidenses se unen a lo que ya expresó con preocupación el Papa Francisco: “Hago un llamamiento de todo corazón para que se haga todo lo posible para resolver este problema y garantizar el derecho humano universal a la alimentación. Por favor, no utilicen el trigo, un alimento básico, como arma de guerra».

La relación entre los conflictos armados y el hambre es muy estrecha. Por ello, el presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz realiza en su nota un “llamamiento a los líderes mundiales para que miren más allá de los estrechos intereses nacionales, se centren en el bien común y se unan para garantizar que los suministros críticos de alimentos puedan llegar a los más necesitados”.

El comunicado del purpurado finaliza con una contundente exhortación: “Los más vulnerables lloran de hambre. Con la compasión de Cristo, debemos escuchar sus gritos y ayudarles”.

El Papa Francisco y el hambre

El Papa Francisco también ha hablado sobre la crisis mundial del hambre en repetidas ocasiones a lo largo de su pontificado. Ya en diciembre de 2013 invitó «a todas las instituciones del mundo, a toda la Iglesia y a cada uno de nosotros, como una sola familia humana, a dar voz a todas las personas que sufren silenciosamente el hambre, para que esta voz se convierta en un rugido capaz de sacudir el mundo».

Francisco ha insistido muchas veces en este tema pues, como afirmó en 2014, «la alimentación es un derecho inalienable». Por ello, llegó a expresar en 2016: «Deseo que la lucha para erradicar el hambre y la sed de nuestros hermanos y con nuestros hermanos siga interpelándonos, que no nos deje dormir y nos haga soñar, las dos cosas. Que nos interpele a fin de buscar creativamente soluciones de cambio y de transformación».

Libros

«Tras la belleza del don»

Con el presente libro el poeta Carmelo Guillén Acosta, autor de una quincena de poemarios y de múltiples escritos sobre crítica literaria, inaugura el cultivo de un nuevo género: la biografía.

Manuel Casado Velarde·11 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El libro «Tras la belleza del don» es una biografía, que el autor califica de “literaria”, de una persona
corriente y moliente, Pepe Molero, con el que comparte el hecho de ser miembro agregado del Opus Dei.
Como señala en el prólogo el también poeta Carlos Javier Morales, no se trata de un relato cronológico de las mil y una andanzas del biografiado. Lo que nos transmite el autor es “el don maravilloso de haber encontrado una persona extraordinaria que lo ha ayudado espontáneamente a convertirse también en otra persona extraordinaria” (p. 13).

Tras la belleza del don

Autor: Carmelo Guillén Acosta
Editorial: Rialp
Páginas: 176
Madrid:: 2023

La trama biográfica de Molero le sirve al autor para poner de relieve cómo “la espiritualidad del Opus Dei impulsa a la santidad en medio del mundo, en el hervor de las circunstancias del mundo” (p. 39). Los lectores de la poesía de Guillén Acosta saben lo bien que riman sus poemas con la belleza de una vida común y plena de sentido como la de Molero. Su último poemario (En estado de gracia, Sevilla, Renacimiento, 2021) es un puro canto al “valor / que tiene cada cosa por frágil que resulte” (p. 13), al carácter sagrado de la materia y lo prosaico.

La biografía alcanza sus páginas más densas y poéticas, más personales, cuando Carmelo Guillén se aparta del intenso ajetreo de la vida de Pepe Molero, y recapitula y reflexiona sobre el hilo conductor del vivir de una persona que ha sabido conjugar como pocas, en presente, los verbos servir y amar.
La vida de Pepe Molero es un canto al don de la amistad: “Un hombre que donde toma asiento sabe integrarse con enorme naturalidad” (p. 80). Se encuentre donde se encuentre, en ese trajinar constante de su vida, “no se siente un verso suelto, abandonado de la mano de Dios; allí descubre ese calor del corazón de otros seres humanos que también han hecho de su vida un don” (p. 84).

“Persona vitalista, muy vitalista, enormemente emprendedora. Continuamente se acuerda de vivir. […] Hombre voluntarioso, nada quejica, decidido, creativo, de los que construyen su existencia sobre los pequeños detalles, sobre la letra menuda de lo ordinario. […Una persona] que ha disfrutado y disfruta como nadie de la vida. […] Un todoterreno. Nada lo detiene. A todo se apunta. De siempre parece que fue así” (pp. 112, 116). Quienes gozan de la amistad de Pepe Molero podrían decir lo que Juan Ramón Jiménez de José Moreno Villa: “No sé qué tiene ese amigo que siempre que viene siempre viene bien”.

El epígrafe provocadoramente titulado “Apología del celibato laical” (pp. 128-132) representa, a mi modo de ver, el do de pecho de la biografía. Se me permitirá, por ello, lo extenso de la cita (pp. 128-129):
Cuando Pepe Molero pide la admisión al Opus Dei sabe que el don comporta el celibato apostólico para vivirlo en el hervor de la plaza del mundo. Nada de apartarse al desierto como los eremitas, o a un cenobio alejado del mundanal ruido.

La llamada que Dios le propone tiene como escenario el trajín diario de las calles de asfalto, los pasos de cebra, los escaparates con anuncios sofisticados, las reuniones de vecinos en el portal de su bloque, la cafetería de la esquina, la contaminación atmosférica, el deseo natural de que llegue el fin de semana para el esparcimiento y, por supuesto, el trabajo profesional realizado con la mayor perfección posible como ofrenda a Dios. Es ahí donde se le pide que esté y es ahí donde Pepe Molero debe ser Pepe Molero, el mismo que viste y calza.

No lo duda: lo suyo es ese temblor que le hace abrir la ventana y saludar a aquel vecino dispuesto a poner su coche en marcha; tener constancia de la subida del pan o de la gasolina; perderse en una feria entre la multitud; rodearse, venido el caso, de amigos frívolos que se extrañan de que él sea célibe, acuda diariamente a misa, trabaje con firmeza, esté siempre contento, sea generoso y se halle dispuesto a servir a los demás y a evitar los ambientes en los que tiene por seguro que se ofende a su Amor.

La palabra clave de la biografía figura ya en el título: belleza. Con ella se retrata “a la persona de la Obra que quiere ser fiel a su vocación y está entusiasmado con la belleza de lo ordinario, vivida a pleno pulmón” (p. 165), “siempre reaprendiendo los matices del asombro y la avidez y haciendo continuamente de su existencia un himno de alabanza al Dios de la creación, cuya belleza no le ha sido negada: ha sabido acogerla, no sé si porque ha nacido con el sello del errabundo infatigable o porque la búsqueda
del instante lo lleva a toparse siempre con lo permanente” (p. 166), con la certeza de que Dios es su fin, en palabras de Agustín Altisent, “no solo después de esta vida, sino ya ahora. Y lo paladea sin llamaradas, que así sabe mejor y es más duradero” (p. 167).

En la omnipresente cultura de la sospecha en que estamos cómodamente instalados, cultura “según la cual toda Belleza es un engaño que debe desenmascararse; [… cultura] que ve en las virtudes mentiras y en el vicio una manifestación de sinceridad” (Catherine L’Ecuyer), biografías como la de Carmelo Guillén Acosta incitan a descubrir la belleza que se encuentra sólidamente integrada en la verdad y la bondad. Este es el propósito que se impone el biógrafo al escribir este libro: “Cantar una vida ordinaria, sin aparente brillo, vivida en su plenitud, en su gozo”. Y para ello, la vida de Pepe Molero, “desde el don de su vocación” (p. 174), le ha venido como anillo al dedo.

El autorManuel Casado Velarde

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A propósito del nuevo Motu proprio sobre las prelaturas personales

Las "Prelaturas personales" son una realidad jurídica, nacida del Concilio Vaticano II, para los fines que, en el texto conciliar, se especifican y no hay que asimilarla a ninguna otra.

10 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Asimilando las «Prelaturas personales» a las «Asociaciones clericales», a mi parecer, no se interpreta correctamente el Concilio Vaticano II. El Concilio, para los fines eclesiales que especifica en el Decreto «Presbyterorum Ordinis» y otros documentos conciliares y postconciliares, habla de «Prelaturas personales», cuando perfectamente hubiera podido hablar de «Asociaciones» de diverso tipo, pues ya existían en la época conciliar. ¡Pero no!, el Concilio Vaticano II habló precisamente de «Prelaturas» y no es mucho suponer que los Padres conciliares sabían distinguir entre «Prelaturas» y «Asociaciones».

Las «Prelaturas personales» son una realidad jurídica, nacida del Concilio Vaticano II, para los fines que, en el texto conciliar, se especifican y no hay que asimilarla a ninguna otra, pero mucho menos a una Asociación.

Si acaso hubiera que buscarle una asimilación, que tanto parece gustar a algunos, habría que asimilarla, de algún modo, a las Prelaturas territoriales, que ya existían al tiempo del Concilio y los Padres conciliares sabían bien lo que eran.

Aquí, como siempre en el lenguaje, importa el sustantivo, no tanto el adjetivo.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Cultura

Isabel F. Abad: «El arte permite acercarse a la fe»

Nártex es una asociación que se dedica a profundizar en el arte cristiano. En esta entrevista con Omnes, Isabel Fernández Abad, presidenta de Nártex, nos habla de la asociación y sus iniciativas.

Maria José Atienza·10 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Isabel Fernández Abad es historiadora del arte. Su vida profesional y su formación han discurrido entre la gestión cultural y la docencia. Actualmente es presidenta de Nártex, una asociación que «desarrolla iniciativas orientadas a profundizar en el auténtico sentido del arte cristiano, descubriendo al público su entidad artística y su valor teológico y devocional». Además, es profesora de secundaria y madre de 5 hijos.

¿Cómo y por qué nace Nártex? 

-Nártex nace de la inquietud compartida con algunos compañeros de formación por contar todo lo que verdaderamente hay detrás de una obra de arte de temática religiosa, todo eso que habitualmente desaparece entre fechas, técnicas, curiosidades y otros datos históricos que, sin dejar de ser importantes, ocultan el auténtico mensaje y finalidad de la obra. Los que hoy configuramos el equipo directivo fuimos providencialmente coincidiendo en distintos entornos y poco a poco fuimos trabajando y ampliando las distintas áreas que abarca hoy nuestra asociación.

La primera de todas y la que define la identidad de Nártex fue el área de los proyectos de verano: se trata de pequeñas comunidades de guías voluntarios que durante el verano se ponen a disposición de los visitantes en distintos templos para ofrecer una acogida cristiana viva y una visita guiada desde la fe. Estos proyectos se realizan hoy por toda Europa y se organizan en el marco de la federación europea Ars et Fides y de las asociaciones jóvenes A.R.C., entre las que nos encontramos.

Cada vez más, la falta de formación en humanidades hace que muchas personas visiten templos y «no entiendan» lo que ven. ¿Cómo recuperar el sentido catequético del arte?

-Es cierto que cada vez el desconocimiento de nuestra fe y de todo lo que la rodea es mayor, no solo cuando hablamos de Historia Sagrada, sino también cuando ignoramos todos los avatares de la historia en los que la fe ha tenido un papel esencial y definitorio. Pero si bien esto podría ser un hándicap, en realidad no hace sino más interesante y sorprendente lo que desde Nártex ofrecemos, un auténtico acercamiento a la fe vivido a través de una de las manifestaciones más bellas de esta: el arte.

Al mismo tiempo, con este panorama ¿tiene más sentido que nunca fomentar la «via pulchritudinis»?

-Es cierto que hoy más que nunca el hombre se ha hecho inmune a lo feo, lo grotesco, lo absurdo, parece que desde pequeño es entrenado para ello. Pero también es verdad que, en el fondo de su corazón, aún el que ha tomado el camino más torcido, reconoce la belleza y la verdad de las cosas de Dios, de la creación misma y siente alivio y disfruta ante la realidad de la belleza de una iglesia, una catedral o contemplando una obra de arte en el Museo del Prado. No es que tenga sentido fomentar esta vía, sino que «es la vía». La misma que usa el Señor para abrirse paso hasta nuestro corazón.

¿Qué diferencia a un guía de Nártex de un guía turístico habitual? ¿Cómo se forma a los guías de Nártex?

-Un guía Nártex es aquel que no solo tiene unos conocimientos histórico-artísticos oportunos del lugar o la obra que explica, sino que ha sido capaz de trascender su significado, profundizar y hacerlo propio hasta el punto de vivir su fe en él, a través de él, y así ilumina su discurso. Estoy segura de que muchos guías de turismo con fe también hacen esto.

Desde Nártex estudiamos y proporcionamos las herramientas adecuadas para llegar a esta comprensión profunda: el sentido simbólico del templo, la liturgia como elemento ordenador, la oración a través del arte… Son algunos de los temas en los que formamos a nuestros guías y voluntarios para que, delante de cualquier espacio u obra, independientemente de su estilo o época, sean capaces de llegar a ese sentido profundo, esa vivencia de la que hablamos, y transmitirla. No se trata de catequizar, se trata sencillamente de iluminar, de lo demás ya se encarga Él.

¿Cuáles son las claves de vuestra manera de acercar el arte a las personas?

-Yo diría que la acogida, el conocimiento y un componente personal profundo y testimonial es lo más característico de nuestros guías y voluntarios. Trabajamos habitualmente itinerarios y discursos que intentan un acercamiento a la obra tan sencillo como verdadero, y ayudan al visitante a hacer un recorrido personal por el monumento. Buscamos que sea algo más que un montón de información que le viene dada y que recibe de forma pasiva, que sea algo que pueda llevar a su vida.

Durante el año, hacéis muchísimas actividades. ¿Cómo se desarrollan y cómo se financian?

En Nártex a lo largo del año se puede participar en conferencias, visitas guiadas, excursiones, horas de arte y oración, de manera casi gratuita. Nos financiamos con donativos y cuotas de socio. También recibimos en ocasiones peticiones para atender grupos y organizar alguna visita específica, que nos deja un pequeño beneficio. Nártex es una asociación cultural civil sin ánimo de lucro que no depende de ninguna realidad o movimiento concreto. Nuestra financiación es escasa, pero eso nunca ha sido un obstáculo para poder seguir realizando nuestra labor.

En verano, no es raro encontrar en las principales catedrales y templos europeos voluntarios de Nártex. ¿Cuál es el feedback de estas actividades? 

-Como decíamos al principio, este es uno de los proyectos más atractivos de la asociación, cada año enviamos voluntarios a más de 30 iglesias y catedrales europeas, entre las que podemos encontrar San Marcos de Venecia, Notre Dame de París, catedral de Bourges, Bourdeaux… y tantas otras. Las experiencias suelen ser inolvidables para ellos: amistad, fe, cultura, experiencia personal y profesional para algunos… Nos encanta oírles hablar de sus destinos a la vuelta y todas las anécdotas que cuentan de cómo reciben los turistas el servicio o de cómo ha sido su vida en comunidad esos días.

Es verdad que el componente personal y el discurso es esencial, pero el mero hecho de estar de viaje en Münster, Alemania, por ejemplo, y encontrarte a la puerta de la catedral un español que te acoge como en su casa es sencillamente maravilloso y muy bien recibido por los visitantes, que dejan preciosas observaciones y testimonios en nuestros cuadernos de visita. Incluso cuando en los proyectos ha habido dificultades o cosas que no han ido tan bien como esperábamos, los voluntarios traen un balance positivo de la experiencia.

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Vaticano

«La JMJ es un encuentro con Cristo vivo a través de la Iglesia», dice el Papa

El Papa Francisco ha retomado el 9 de agosto las audiencias generales de los miércoles. La audiencia se ha celebrado en el Aula Pablo VI a las 9 de la mañana, y el Papa ha centrado su meditación en la Jornada Mundial de la Juventud, que concluyó el domingo 6 de agosto en Lisboa.

Loreto Rios·9 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Evangelio elegido para esta audiencia ha sido el de la Visitación de María a su prima Isabel, eje central de la 37 Jornada Mundial de la Juventud, celebrada este año en Lisboa del 2 al 6 de agosto.

La reflexión del Papa se ha centrado por completo en este evento, indicando al comenzar el discurso que “esta JMJ de Lisboa, que llegó después de la pandemia, fue sentida por todos como un regalo de Dios que puso de nuevo en movimiento los corazones y los pasos de los jóvenes, tantos jóvenes de todas las partes del mundo -¡tantos!- para ir al encuentro de Jesús”.

La JMJ es un nuevo inicio de peregrinación

Francisco ha recordado que la pandemia generó mucho aislamiento, que ha afectado especialmente a los jóvenes. “Con esta Jornada Mundial de la Juventud, Dios ha dado un ‘empujón’ en sentido contrario: esta ha marcado un nuevo inicio de la gran peregrinación de los jóvenes a través de los continentes, en nombre de Jesucristo. Y no es casualidad que haya sido en Lisboa, ciudad que se asoma al océano, ciudad símbolo de las grandes exploraciones por mar”.

María, guía de los jóvenes

El Santo Padre ha querido subrayar también la relación que esta JMJ ha guardado con la Virgen María: “En el momento más crítico para ella, [María] va a visitar a su prima Isabel. El Evangelio dice: ‘Se levantó y se fue deprisa’ (Lc 1, 39). Me gusta mucho invocar a la Virgen en este aspecto: la Virgen ‘de prisa’, que siempre hace las cosas deprisa, nunca nos hace esperar, porque Ella es la madre de todos.

Así María todavía hoy, en el tercer milenio, guía la peregrinación de los jóvenes tras las huellas de Jesús. Como hizo hace un siglo precisamente en Portugal, en Fátima, cuando se dirigió a tres niños encomendándoles un mensaje de fe y de esperanza para la Iglesia y para el mundo. Por esto, durante la JMJ, volví a Fátima, lugar de las apariciones, y junto a algunos jóvenes enfermos recé para que Dios sane al mundo de las enfermedades del alma: la soberbia, la mentira, la enemistad, la violencia. Y hemos renovado nuestra consagración, de Europa, del mundo, al Corazón Inmaculado de María. He rezado por la paz, porque hay tantas guerras en todas partes del mundo, tantas”.

Encuentro con Cristo

Por otra parte, el Papa ha hablado del entusiasmo de los jóvenes, de sus buenas experiencias en las parroquias de las diócesis de Portugal y de la excelente acogida de las familias portuguesas. Mencionando los eventos más importantes (la ceremonia de acogida, la Vigilia y la Misa final), el Papa ha recordado que estos días “no eran unas vacaciones, un viaje turístico, y tampoco un evento espiritual cerrado en sí mismo; la JMJ es un encuentro con Cristo vivo a través de la Iglesia. Los jóvenes van a encontrarse con Cristo. Es verdad que donde hay jóvenes hay alegría».

Jóvenes que han pasado por Roma

Concluyendo el discurso, el Pontífice ha señalado que esta ola de esperanza de la JMJ beneficia tanto a los participantes como a las diócesis que los acogen: “Mi visita a Portugal, con motivo de la JMJ, se benefició de su ambiente festivo, de la ola de jóvenes que invadió pacíficamente el país y su hermosa capital. Doy gracias a Dios por ello, pensando especialmente en la Iglesia local que, a cambio del gran esfuerzo realizado por la organización y la acogida, recibirá nuevas energías para continuar su camino, para echar de nuevo las redes con pasión apostólica.

Los jóvenes en Portugal son ya hoy una presencia vital, y ahora, después de esta ‘transfusión’ recibida por las Iglesias de todo el mundo, lo serán todavía más. Y tantos jóvenes, a la vuelta, han pasado por Roma, incluso aquí hay algunos que han participado en esta Jornada». Tras el aplauso de los presentes, el Papa ha comentado que «donde hay jóvenes, hay ruido. Lo saben hacer bien».

La JMJ: ejemplo de paz

El Santo Padre también ha subrayado que la JMJ es un ejemplo de que los países pueden convivir pacíficamente: “Mientras que en Ucrania y en otros lugares del mundo se combate, y mientras en ciertas salas escondidas se planifica la guerra, la JMJ ha mostrado a todos que otro mundo es posible: un mundo de hermanos y hermanas, donde las banderas de todos los pueblos ondean juntas, una junto a la otra, ¡sin odio, sin miedo, sin cierres, sin armas! El mensaje de los jóvenes ha sido claro: ¿lo escucharán los ‘grandes de la tierra’? Es una parábola para nuestro tiempo, y todavía hoy Jesús dice: ‘¡El que tenga oídos, que oiga! ¡El que tenga ojos, que vea!’”.

Para finalizar, ha expresado su agradecimiento al presidente de Portugal, a los obispos, voluntarios (ha resaltado el alto número de ellos: 25.000) y otras personas encargadas de la organización de la JMJ. También ha pedido la bendición de Dios, a través de la Virgen, para todos los jóvenes y al pueblo de Portugal, y ha rezado un Ave María con la asamblea.

A continuación, se ha leído un resumen de la reflexión de hoy en varios idiomas, y el Papa ha dirigido unas palabras en lengua italiana a los peregrinos de cada país presentes en la sala. En el caso de los de lengua española, el Papa les ha saludado en español, diciendo: “Veo banderas mexicanas, colombianas, panameñas, salvadoreñas…”, lo que ha originado una ovación entre los aludidos.

El encuentro ha finalizado con el rezo del Padrenuestro y la bendición del Papa a los asistentes.

Experiencias

Desde el césped de Lisboa

Varios peregrinos de la JMJ ofrecen su testimonio durante estos intensos días de alegría, oración y encuentro con el Papa Francisco en Lisboa.

Paloma López Campos·9 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

A lo largo de estos días, diversos peregrinos han contado a Omnes su testimonio. Desde distintos países, con historias diferentes, todas estas personas han compartido las últimas jornadas con el Papa Francisco en la JMJ de Lisboa.

Una joven no practicante ha llegado estos días a Portugal acompañando a sus amigas. Allí ha quedado impresionada por todo lo que ha visto, hasta el punto de que la JMJ le ha recordado “que todavía hay cosas buenas en este mundo, hay esperanza”.

Esta joven cuenta que muchos peregrinos se ilusionan al conocer a católicos de países que están al otro lado del globo y en todos los lugares de encuentro pueden verse a personas intercambiando regalos o gestos para recordarse los unos a los otros la belleza de compartir una fe común. “Hay mucha amistad y colaboración”, la gente hace sitio en cuanto ven a los peregrinos llegar a un lugar, se ofrecen agua los unos a los otros, protección solar, o cualquier cosa que se pueda necesitar.

La Cruz es símbolo de victoria

Un estudiante inglés llamado Tom que estuvo en el Vía Crucis expresa su opinión diciendo que le habría gustado que se hiciera el silencio antes de la oración, pero que a pesar de todo fue un momento agradable y que la llegada del Papa creó de inmediato un gran clima de alegría.

Tom explica que la oración del Vía Crucis es un buen momento para que los jóvenes se den cuenta del sacrificio del Señor y de que “la Cruz es un símbolo de la victoria, no de derrota. Debemos alegrarnos por ello y también debemos contemplarlo”.

Lisboa, la casa de todos

Un matrimonio que acogió peregrinos durante esta JMJ contó a Omnes su testimonio. En su casa se quedaron dos peregrinos durante estos días, pero también estuvieron ayudando en una casa con 24 voluntarios de distintos países.

Familia que acogió peregrinos durante la JMJ Lisboa 2023.

Este matrimonio quiso a través de sus actos, recordar a todos los jóvenes y voluntarios “que no están solos, porque esta Jornada es de ellos. Nosotros ayudamos para que ellos se sientan en casa aquí en Lisboa, porque Lisboa es la casa de todos”. Esta familia de acogida también expresó su deseo de que la JMJ dé como fruto “muchas vocaciones y gente con la fe bien arraigada”.

Encontrar a Dios en la música

Nacho, uno de los integrantes del grupo musical Kénosis que ofreció un concierto a los jóvenes de la JMJ, explica que toda la experiencia “ha sido muy impactante” y “una prueba de que Dios sigue actuando en medio del mundo”.

Describe los días vividos como “una semana de concordia y alegría, de amistad y fraternidad, en la que todos cuidamos de todos”. Pero no esconde que también se viven momentos duros: “dormir fuera de casa, las aglomeraciones para las comidas y para los eventos, las largas caminatas para llegar a los sitios…”. Todo ello forma parte de una vivencia “con muchos regalos del Señor y, además, como son los buenos regalos: inesperados”.

Como miembro de Kénosis, Nacho señala que “ha sido un privilegio poder vivir esta JMJ con esta familia, transmitiendo al Señor a través de nuestra música, y pudiendo sentirle a través de la música de otras muchas personas de distintos países”. Y es que esta Jornada Mundial de la Juventud ha estado llena de canciones: “allí donde hemos ido la música ha estado con nosotros y el Señor, a través de ella, ha tocado muchos corazones”.

Una experiencia inolvidable

Marta, una peregrina de 18 años, describe estos días en la JMJ de Lisboa como «una experiencia inolvidable» que la ha hecho «crecer como persona». También señala que le «ha sorprendido ver a tanta gente moverse por la fe y unirse a través de la oración a pesar de hablar cada uno distintos idiomas». «Además, he conocido a un montón de gente increíble y me llevo un montón de anécdotas. Personalmente, lo recomiendo y repetiría sin dudarlo», concluye.

Gracias, Lisboa. Próxima parada: Seúl

Al igual que estas historias, la JMJ de Lisboa ha dejado muchos testimonios de jóvenes que se han sentido arropados por la cercanía del Papa. Ahora, los peregrinos se preparan para responder a la invitación del Santo Padre, quien ha convocado a todos en Roma para el Jubileo de 2025.

Peregrinos junto al transporte público habilitado en Lisboa para la JMJ.
Mundo

Las mujeres en la Iglesia siempre han sido «artífices de lo humano»

En un congreso internacional que se celebrará en Roma los días 7 y 8 de marzo de 2024, se profundizará en diez figuras femeninas que se han distinguido a lo largo de los siglos en el campo de la evangelización en los ámbitos de la educación, la espiritualidad, la paz y el diálogo.

Giovanni Tridente·9 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Siempre se habla mucho del papel de la mujer en la Iglesia, olvidando a menudo los numerosos ejemplos de dedicación que a lo largo de los siglos han testimoniado muchas mujeres en los campos de la educación, la espiritualidad, la promoción social, la paz y el diálogo, por ejemplo, como verdaderas «artífices de lo humano». El próximo congreso internacional e interuniversitario, que se celebrará en Roma los días 7 y 8 de marzo de 2024 en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, pretende inspirarse en estos ejemplos.

En particular, el congreso se detendrá con detalle en las grandes aportaciones femeninas a la Iglesia y a la evangelización en distintas épocas y países a través de diez mujeres emblemáticas, pero diferentes por su estilo y dedicación, empezando por santa Josefina Bakhita (1869-1947), Magdeleine de Jesús (1898-1989), para los temas de la dignidad, el diálogo y la paz; Santa Elizabeth Ann Seton (1774-1821) y Mary Mackillop (1842-1909) para el tema de la caridad en la educación; Santa Catalina de Siena (1874-1949) y Catalina Tekakwitha (1656-1680) para el tema de la oración.

Y de nuevo, se destacarán las figuras de Santa Teresa de Calcuta (1910-1997) y Rebecca-Rafqa Ar-Rayès (1832-1914) como «corazón compasivo», mientras que se aportarán los testimonios de Maria Beltrame Quattrocchi (1884-1965) y la Venerable Daphrose Mukansanga (1944-1994) como «fecundidad del don».

Presentarán estas figuras durante los dos días del Congreso académicos, biógrafos e historiadores, entre ellos Susan Timoney de la Universidad Católica de América, Maeve Heaney de la Universidad Católica de Australia, el Vicario Patriarcal Maronita Rafic Warcha y la Subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida Gabriella Gambino. Las reflexiones finales serán confiadas a la Vicerrectora Académica de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Cristina Reyes.

El Comité Promotor está compuesto por la Universidad Católica de Ávila (UCAV), la Pontificia Universidad Urbaniana, la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, el Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer del Pontificio Ateneo Regina Apostolorum y la Pontificia Facultad Teológica Teresianum de Roma.

El evento cuenta también con el patrocinio del Dicasterio para la Cultura y la Educación, el Dicasterio para las Causas de los Santos y la Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo del Dicasterio para la Evangelización y se organizará como preparación del Jubileo de 2025. También se retransmitirá a través de los canales de youtube de las universidades organizadoras en italiano, español, inglés y francés.

Los participantes podrán contribuir con una ofrenda gratuita que beneficiará a un proyecto caritativo en Tierra Santa.

El autorGiovanni Tridente

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Vaticano

¿Qué ha cambiado en las prelaturas personales?

En fecha 8 de agosto de 2023 el Papa Francisco ha promulgado un motu proprio con el que se modifican algunas normas del Código de Derecho canónico de 1983 referentes a las prelaturas personales. ¿Qué cambia en esa figura, y qué significado tiene la reforma?

Luis Felipe Navarro·8 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Siguiendo en la dirección marcada por la Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium”, artículo 117, con la que se reformó la Curia Romana, se confirma la dependencia de las prelaturas personales del Dicasterio para el Clero. Cabe recordar que desde la ley que regulaba la Curia Romana en 1967 (Constitución Apostólica “Regimini Ecclesiae Universae”, de san Pablo VI, artículo 49, § 1) hasta la reciente reforma de la Curia Romana (19 marzo 2022), las prelaturas dependían del Dicasterio para Obispos.

Las principales novedades de este motu proprio son dos: se dispone que las prelaturas personales se asimilan, sin identificarse, a las asociaciones clericales de Derecho pontificio dotadas de facultad de incardinar; y se recuerda que los laicos obtienen el párroco propio y el Ordinario proprio mediante el domicilio y cuasidomicilio.

Veamos en sus líneas generales ambos aspectos.

Asociaciones clericales con facultad de incardinar

1. Las asociaciones clericales están reguladas en el Código de Derecho Canónico de 1983 (CIC) únicamente por el canon 302. Se trata de un canon muy breve, único sobreviviente de un conjunto de cánones proyectados durante algunas etapas de la elaboración del Código de Derecho Canónico de 1983. Ese canon dice así: “Se llaman clericales aquellas asociaciones de fieles que están bajo la dirección de clérigos, hacen suyo el ejercicio del orden sagrado y son reconocidas como tales por la autoridad competente”.

Ese canon residual no explica todo lo que son, o querían ser, las asociaciones clericales. En él se forja un concepto técnico de asociación clerical que se distingue de las asociaciones de clérigos (can. 278). En el proyecto se pensó que algunas de esas asociaciones tendrían la facultad de incardinar clérigos, que entre sus miembros habría fieles laicos, y que tendrían frecuentemente una función de evangelización en lugares donde la Iglesia no estuviera todavía presente. Eran unas asociaciones dotadas de un fuerte carácter misional que exigía el ejercicio del Orden sagrado para llevar a cabo esa misión de evangelización. Por ello debían tener un carácter público en la Iglesia (no caben asociaciones que hagan suyo el Orden sagrado y sean de naturaleza privada). Teniendo en cuenta el papel del ministerio ordenado se previó que el gobierno recayera en sacerdotes (cfr. mi Comentario al canon 302, en Instituto Martin de Azpilicueta, Facultad de Derecho Canónico, Universidad de Navarra, Comentario exegético al Código de Derecho canónico, Vol. II/1, Pamplona, tercera edición, 2002, p. 443-445).

Pasados algunos años, algunas asociaciones clericales sintieron la exigencia de poder incardinar algunos o todos sus miembros, según los casos, para asegurar la estabilidad de su carisma y la eficacia operativa de sus estructuras. Para responder a esta exigencia, el 11 de enero de 2008, el Papa Benedicto XVI concedió a la Congregación para el Clero el privilegio de conceder a algunas asociaciones clericales la facultad de incardinar a los miembros que lo soliciten. Posteriormente, en el motu proprio “Competentias quasdam decernere” de 11 de febrero de 2022, estas asociaciones clericales se incluyen entre los entes incardinantes (cfr. el nuevo canon 265).

Actualmente hay varias asociaciones clericales con facultad de incardinar: algunas son muy autónomas, como la Comunidad San Martín (“Communauté Saint Martin”) o la Sociedad Juan María Vianney (“Société Jean-Marie Vianney”). Aunque ya antes eran asociaciones clericales, solo en 2008 recibieron la facultad de incardinar. También se encuentra entre las asociaciones clericales la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos (erigida como asociación clerical en 2008, aunque antes tenía otra configuración jurídica).

Hay tres que nacen y están ligadas con mayor o menor intensidad a un movimiento: la Asociación clerical del Comunidad del Emmanuel (2017), ligada a la Comunidad del Emmanuel; la asociación clerical “Obra de Jesús Sumo Sacerdote” (2008), del movimiento “Pro Deo et Fratribus – Familia di María” (“Opera di Gesù Sommo Sacerdote” Pro Deo et Fratribus – Famiglia di Maria, aprobada en 2002), y la Fraternidad Misionaria de San Egidio, aprobada en 2019 (actualmente el Moderador es un sacerdote: cfr. Anuario Pontificio 2023, p. 1692; antes era un Obispo, Mons. Vincenzo Paglia: cfr. Anuario Pontificio 2021, p. 1657). En estos casos, al Moderador o Responsable se le atribuyen las facultades de Ordinario, como hace este motu proprio (artículos 1 y 2).

Atención pastoral a los laicos

2. Otra novedad de este motu proprio es que se confirma que a los fieles laicos ligados a las prelaturas se les aplica el canon 107, § 1: “Tanto por el domicilio como por el cuasidomicilio corresponde a cada persona su propio párroco y Ordinario”, también a quien pertenece a las prelaturas y a otros entes, jerárquicos o agregativos (en cambio, esta disposición tiene una escasa relevancia respecto a los clérigos: el vínculo jurídico fundamental del clérigo es la incardinación).

 En este punto, el nuevo canon hace explícito lo que ya existía y se aplicaba antes. Los laicos de la prelatura eran y son fieles también de las diócesis a las que pertenecen por su domicilio o cuasidomicilio. Se trata de una disposición de carácter general cuya finalidad es garantizar que cada fiel tenga a quien acudir para recibir los sacramentos y la Palabra de Dios.

En efecto, en su modo de atender pastoralmente a los fieles, la Iglesia quiere garantizar que cada fiel tenga un párroco propio y un Ordinario.

El primer criterio empleado es muy sencillo: el domicilio, es decir, el lugar de residencia habitual. Como la organización de la Iglesia sigue fundamentalmente un criterio territorial, se dispone que por la residencia habitual el fiel tiene a quien acudir: pertenece a una parroquia o a una diócesis.

De gran interés es que la Iglesia y su derecho se preocupan de atribuir no solo un Ordinario, sino que puede un fiel tener varios Ordinarios y párrocos propios al mismo tiempo, según el lugar de residencia (entra en juego una residencia menos estable: el cuasidomicilio, que se adquiere con tres meses de residencia: cfr. canon 102, § 2). Cabe incluso que una persona tenga un Ordinario o párroco por criterios no territoriales (un militar tendrá el Ordinario del Ordinariato militar; o, si un fiel es de una parroquia personal, tendrá como párroco el párroco de esa estructura personal). Pero ese Ordinario y párroco personales se añaden al Ordinario y párroco por el territorio.

En este ámbito es claro que el fiel goza de gran libertad. Él puede elegir para la celebración de algunos sacramentos el párroco o el Ordinario entre las distintas posibilidades que le ofrece el Derecho

El autorLuis Felipe Navarro

Rector de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, Profesor de Derecho de la Persona, Consultor del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Vaticano

La Santa Sede modifica el marco legal de las prelaturas personales

La Santa Sede ha hecho público un cambio en el Código de Derecho Canónico en lo que respecta a las prelaturas personales. La modificación afecta directamente a la única prelatura personal constituida hasta ahora, el Opus Dei.

Paloma López Campos·8 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 8 de agosto de 2023 la Santa Sede publicó una modificación del Código de Derecho Canónico en los puntos relacionados con las prelaturas personales. Estos cambios afectan directamente a la única prelatura personal constituida hasta ahora, el Opus Dei.

La modificación se realiza en el Libro II, Parte I, Título IV del Código, en concreto en los cánones 295 y 296. En primer lugar, según la nueva redacción del párrafo 1 del canon 295, las prelaturas personales se asimilan en adelante a las asociaciones públicas clericales de derecho pontificio con facultad de incardinar clérigos. Esta es una figura ya regulada por el canon 302 de manera genérica, y en el canon 265 con alusión específica a la posibilidad de que la Santa Sede conceda a algunas de esas asociaciones la posibilidad de incardinar.

Existen actualmente algunas organizaciones de este tipo, como la Comunidad del Emmanuel, que en 2017 modificó sus estatutos para adaptar la colaboración entre clérigos y fieles en su organismo.

Nuevo estatuto del prelado

En segundo lugar, se modifica también el estatuto del prelado en las prelaturas personales. Si antes el Código de Derecho Canónico decía que es “su Ordinario propio”, ahora se refiere a él como “moderador”, lo que corresponde a la asimilación con las asociaciones públicas clericales. Añade la nueva redacción que el prelado “estará dotado de las facultades de Ordinario”, como requiere la relación que debe mantener con el clero incardinado en la prelatura. Esta precisión se introduce tanto en el párrafo 1 del canon 295, como en el párrafo 2 que se refiere a las obligaciones del prelado respecto de su clero propio.

La posición de los laicos

Por lo que se refiere a la posición de los laicos en relación a la prelatura personal, se mantiene básicamente la misma regulación presente en el Código de 1983, si bien se introduce una referencia al canon 107 para recordar que a los fieles laicos les corresponde su propio párroco y su Ordinario en función del domicilio donde residen.

La prelatura personal del Opus Dei

Estos cambios llegan en el momento en que está en proceso la modificación de los estatutos de la prelatura personal del Opus Dei, precisamente como resultado de los requerimientos de la constitución apostólica “Praedicate evagelium” y del motu proprio de “Ad charisma tuendum”, emitido el 14 de julio de 2022, que concretaba para esta prelatura el nuevo marco diseñado por la constitución apostólica mencionada.

Cultura

Hacia el nacimiento del estado de Israel. La Primera Guerra Mundial

Ferrara concluye con este artículo una serie de cuatro interesantes resúmenes histórico culturales para entender la configuración del estado de Israel, la cuestión árabe-israelí y la presencia del pueblo judío en el mundo en la actualidad.

Gerardo Ferrara·8 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tanto el nacionalismo panárabe como el panislámico empezaron a hacerse «locales», o mejor dicho, a identificar un problema palestino frente a la creciente presencia judía en Palestina, con Rashid Rida (1865-1935), un musulmán sirio que, ganado por las ideas de Al-Afghani y Abduh, se convenció de la necesidad de la independencia árabe, al tiempo que identificaba el arabismo con el islam, elementos que en su opinión estaban indisolublemente unidos.

El «problema palestino”

Rashid Rida fue fundador de la revista Al-Manar y autor del primer artículo antisionista, en el que acusaba a sus compatriotas de inmovilismo. Con Rida germinó una conciencia nacional palestina específica dentro del nacionalismo panárabe y panislámico.
Es importante mencionar las dos corrientes de pensamiento que surgieron del despertar nacional árabe primero y del despertar nacional palestino después, ya que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) es prácticamente hija de la primera, con el movimiento Fatah (aquel del que Yasser Arafat fue líder y del que es miembro el actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina); de la segunda, en cambio, Hamás es descendiente directo. En la actualidad, ambas corrientes luchan encarnizadamente entre sí y cada una reivindica ser la representante legítima del pueblo palestino y de sus aspiraciones.

La tierra demasiado prometida

La presencia de potencias occidentales en los territorios gobernados por el Imperio otomano no se remonta a finales del siglo XIX. De hecho, ya en el siglo XV, varios Estados europeos firmaron tratados con la Puerta para asegurarse privilegios. Fue el caso de la República de Génova (1453, inmediatamente después de la conquista otomana de Constantinopla), seguida de Venecia (1454) y otros estados italianos. Después fue el turno de Francia, que firmó varios acuerdos con el Imperio otomano, el más importante en 1604.

Todos estos pactos bilaterales firmados entre la Sublime Puerta y los estados europeos tomaron el nombre de Capitulaciones y establecían que, en materia religiosa y civil, los súbditos extranjeros presentes en los territorios otomanos se remitían a los códigos de los países de los que eran ciudadanos, imitando el modelo conocido como “millet”. Este modelo legislativo estipulaba que cada comunidad religiosa no musulmana era reconocida como una “nación” (del árabe “millah”, turco “millet”) y estaba gobernada por el jefe religioso de dicha comunidad, investido de funciones tanto religiosas como civiles. La máxima autoridad religiosa de una comunidad o nación cristiana (como podían ser los armenios), por ejemplo, era el patriarca.

Dado que, tradicionalmente, la Iglesia católica latina no estaba muy presente en los territorios otomanos, las Capitulaciones, especialmente los acuerdos con Francia, favorecieron la afluencia de misioneros católicos. Otras potencias -incluido en particular el Imperio austrohúngaro, pero más tarde sobre todo Alemania, aliada histórica de Constantinopla también en la Primera Guerra Mundial- empezaron a competir entre sí en el campo de la protección de las minorías no musulmanas del Imperio, y en este juego entró a principios del siglo XX Gran Bretaña, que hasta entonces había permanecido casi con la boca vacía porque no había encontrado minorías que proteger.
Si la política internacional europea había intentado, hasta entonces, mantener vivo al “gran enfermo” que era el Imperio otomano, la entrada de Constantinopla en la guerra del lado del imperio germánico y contra las potencias de la Entente (Gran Bretaña, Rusia y Francia) empujó a estas últimas a acordar la partición de la “carcasa turca”.
Aquí comenzó el gran juego de las naciones sobre el futuro de los mismos pueblos que habían estado sometidos a la Sublime Puerta. Citamos, en particular, una serie de acuerdos y declaraciones que conciernen más de cerca a la zona de Oriente Medio que nos interesa:

– Acuerdo Hussein-McMahon (1915-1916): la esencia de este acuerdo, contraído entre el jerife Hussein de La Meca (antepasado del actual rey de Jordania Abdallah) y sir Arthur Henry McMahon, Alto Comisionado británico en Egipto, era que Gran Bretaña, a cambio de apoyo en el conflicto contra los turcos e importantes concesiones económicas, se comprometería a garantizar, una vez finalizada la guerra, la independencia de un reino árabe que se extendería desde el Mar Rojo hasta el Golfo Pérsico y desde el centro-sur de Siria (el norte quedaba dentro de los intereses franceses) hasta Yemen, con el jerife de La Meca a la cabeza.

– Acuerdo Sykes-Picot. Este acuerdo fue estipulado entre Gran Bretaña, en la persona de sir Mark Sykes, y Francia, representada por Georges Picot, paralelamente a las negociaciones con el jerife Hussein de La Meca, dando testimonio de hasta qué punto la política ambigua y ciega de los Estados europeos en la zona, seguida posteriormente por Estados Unidos, había causado daños devastadores con el paso del tiempo.

Los pactos estipulaban que el antiguo Imperio otomano (en la parte oriental, es decir, parte de Cilicia y Anatolia, junto con la actual Palestina/Israel, Líbano, Siria y Mesopotamia) se dividiría en Estados árabes bajo la soberanía de un líder local, pero con una especie de derecho de tanteo, en asuntos políticos y económicos, para las potencias protectoras, que serían: Francia para la zona interior de Siria, con los distritos de Damasco, Hama, Homs, Alepo hasta Mosul; Gran Bretaña para la parte interior de Mesopotamia, para Transjordania y el Néguev.

Para otras zonas, se preveía la administración directa por parte de las dos potencias (Francia en Líbano, en las zonas costeras de Siria y partes de Cilicia y Anatolia oriental; Gran Bretaña para los distritos de Bagdad y Basora). Palestina, por su parte, quedaría bajo la administración de un régimen internacional acordado con Rusia, los demás aliados y el jerife de La Meca.

– Declaración Balfour (promulgada en 1917 pero cuyas negociaciones se remontan a 1914). Con esta declaración Gran Bretaña afirmaba que veía con buenos ojos la creación de un “hogar nacional”, una definición deliberadamente vaga, en Palestina para el pueblo judío. Sin embargo, los británicos eran muy conscientes de que 500.000 árabes nunca habrían aceptado ser gobernados ni siquiera por 100.000 judíos. Por lo tanto, se reservaron la opción de anexionar Palestina al Imperio británico, favoreciendo la inmigración judía allí, y solo entonces dar a los judíos la posibilidad de autogobernarse.

Sabemos que el general británico Allenby entró victorioso en Jerusalén, liberándola de los otomanos, y que después de la Gran Guerra, Gran Bretaña, que había prometido Palestina a medio mundo, se la quedó para sí. Pero esa es otra historia.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Cultura

Cruces de caminos en Alemania

En las regiones católicas de Alemania, Austria y Suiza se encuentran numerosas cruces, de muy diversos materiales y también de diversa factura. Una tradición que aún hoy sigue viva.

José M. García Pelegrín·7 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Durante la Edad Media comenzaron a erigirse cruces en los caminos o cruceros; se atribuye al Papa León III, en 779, la frase: “Que se erijan cruces en las esquinas de los caminos donde la gente suele reunirse”; pero incluso ya algo antes, en los siglos VII y VIII, se extendieron las denominadas “cruces altas” irlandesas y anglosajonas, de donde pasaron por ejemplo a España. Mientras que en la Península Ibérica predominan los cruceros o cruces de caminos de piedra, muchos de ellos relacionados con el Camino de Santiago, en Alemania, Austria y Suiza se realizan de todo tipo de materiales –piedra, metal o madera–. También en este ámbito cultural su origen se remonta a la Edad Media; pero, desde la Reforma protestante, esta devoción popular quedó reservada a las regiones que se mantuvieron católicas, como Renania, Baviera, Austria y algunos lugares de Suiza.

El Bildstock

Entre los numerosos tipos de cruces de caminos, quizá el más típico de las regiones alpinas sea el denominado “Bildstock” o “Bilderstock” (“caseta con imagen/imágenes”). Ahora bien, aunque se suela relacionar con los Alpes, se da también en Franconia, en las partes católicas de Baden, Suabia, en Eichsfeld, en la zona de Fulda, Münsterland, la Alta Lusacia y en Renania: Colonia –donde se encuentran más de 200 de estas cruces– tiene incluso un barrio denominado “Bilderstöckchen” –el sufijo -chen denota diminutivo, un uso bastante usual en la ciudad de la famosa catedral–, así llamado porque allí se encontraba una caseta con imágenes, mencionada por primera vez en 1556.

Bildstock St Barnabe

Estas cruces se suelen alzar preferentemente a lo largo de las carreteras y en los cruces de caminos; frecuentemente son pequeñas obras de arte que invitan a detenerse, pues reconfortan al caminante. En ocasiones han sobrevivido durante siglos; otras son más recientes. A veces se han conservado en su lugar original, a veces se han salvado de la intemperie y se han renovado ampliamente.

Diferentes tipos de cruces

Establecer una tipología resulta prácticamente imposible, pues se extienden desde sencillas estelas de piedra hasta auténticas capillas. En muchos casos reproducen sencillamente un crucifijo, con o sin acompañamiento de la Virgen; pero en muchos otros tienen imágenes de santos. En ocasiones están cerrados con rejas, tras las cuales se encuentran valiosos relieves, pinturas u obras pictóricas policromadas. Otras veces, en la base de una cruz de camino se graba el año de construcción, una breve oración, una petición, un agradecimiento, una bendición o una cita bíblica: “Alabado sea Jesucristo, Ave María”, “Santa María, ruega por nosotros”, “Solo en la cruz está la salvación” o “Ten piedad de nosotros”. Muchas veces, la devoción popular concreta la oración: “Dios bendiga nuestros campos y los proteja del granizo, las heladas y la sequía”.

Orígenes de la tradición

También sus orígenes son muy diversos: desde ser sencillos hitos de camino hasta las célebres “cruces de la peste” en recuerdo a diversas epidemias, pasando por el recuerdo de un accidente o de un difunto, o también el cumplimiento de un voto. En ocasiones, también son lugares de peregrinación y procesión. En el mes de mayo, en muchos lugares se acude a ermitas con imágenes de la Virgen, por ejemplo, de la Piedad.

©Ignatz Brosa 

Las cruces son asimismo lugar de peregrinación con ocasión de las fiestas de la Ascensión y del Corpus Christi. En lugares rurales, los tres días anteriores a la Ascensión se denominan días de rogativas, en los que se celebran procesiones para pedir buen tiempo y buena cosecha; las cruces de los caminos sirven de estaciones de la procesión. Durante las procesiones festivas del Corpus Christi, las cruces de los caminos se decoran y sirven como altar para dar la bendición.

Junto a muchas cruces de caminos suele haber algún banco, que invita a reflexionar sobre las imágenes que allí se representan, que giran en torno a la obra redentora de Cristo. Por tanto, estas cruces no solo ayudan a encontrar el camino en sentido literal, sino también el camino de la vida.

Algunas cruces de particular relieve

En Baviera, en Frauenberg, hay dos cruces relacionadas con la Primera y la Segunda Guerra Mundial. La primera, denominada “Garma-Kreuz” (“cruz de Garma”) por hallarse en una granja de dicho nombre, fue construida por soldados que volvieron de la Primera Guerra Mundial en memoria de sus compañeros caídos y en agradecimiento por haber sobrevivido a las batallas. Además, cerca de ella crece un tipo de rosa que tiene el significativo nombre de “Paz”.

La llamada “Cruz de Müller” fue erigida por la familia del mismo nombre tras la Segunda Guerra Mundial. Se hizo por doble agradecimiento: por un lado, Fritz Müller había sobrevivido cuando huyó del avance de las tropas rusas desde su Silesia natal hasta la Baja Baviera. Y su esposa Marianne, que había sido expulsada de los Sudetes, también llegó sin novedad. “Los dos estuvimos durante meses de camino, con sólo las posesiones más necesarias y en condiciones adversas”, recuerdan. Después de medio siglo desde su huida, erigieron una cruz en señal de agradecimiento.

Bildstock ©Katholische Sonntagszeitung

En Kemoding (al noreste de Múnich), la familia Faltenmaier conserva una cruz germano-rusa: un soldado ruso de ocupación, después de la guerra, descubrió la cruz y se la llevó a su casa. Su nieto Wadim Ulyanov, de Minsk, se la devolvió a Andreas Faltenmaier durante su visita a Bielorrusia: “Debía volver a Alemania para servir de recordatorio para la paz en el mundo”, dice el Sr. Faltenmaier, quien además fabricó una cruz de peregrino, de unos 20 kilos, para poder peregrinar con ella a la romería del distrito cercano de Maria Thalheim, si bien “por las restricciones del COVID hasta ahora solo lo he podido hacer una vez”.

Muy conocida en Baviera es también la “Cruz en el Verde”, cerca de Múnich, que se erigió en el siglo XIX y es un destino popular para caminantes y peregrinos. Se alza sobre una colina, abriéndose a una impresionante vista del paisaje.

Aunque la mayoría de las cruces de caminos tienden a seguir una forma tradicional, también en la población de Kemoding, anteriormente citada, Anton Eibl ha diseñado una cruz muy moderna, situada en el extremo oriental del pueblo, junto a un árbol frutal y dos bancos. Sobre una base de madera a la altura de una persona, hay una obra de arte de metal forjado con una bola dorada en el centro: “Siempre quise poner una cruz –dice Eibl– pero con una forma ligeramente distinta. Creo que ha quedado bien; la esfera simboliza el corazón de Jesús”.

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Vocaciones

Un fruto alegre: la profesión en Nueva York de la niña que bautizó en Tanzania

La mayoría de los párrocos suelen disfrutar viendo crecer a muchos de los que bautizan, cultivando relaciones con ellos y celebrando algunos de sus otros sacramentos. Sin embargo, para los sacerdotes misioneros, como el reverendo Edward Dougherty, es bastante improbable que tengan la oportunidad de ver florecer a su "rebaño". Pero a veces, Dios nos sorprende.

Jennifer Elizabeth Terranova·7 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El reverendo Edward Dougherty ha sido sacerdote misionero de los Padres y Hermanos de Maryknoll durante cuarenta y cuatro años y ha sido superior general. Pasó más de una década en Roma y doce años en África, y ahora forma parte de la catedral de San Patricio de Nueva York, donde aporta una «dimensión misionera» a la parroquia.

Aunque la geografía, el clima, las costumbres locales y la comida pueden haber cambiado para el P. Dougherty a lo largo de los años, una cosa sigue siendo la misma: le sigue encantando celebrar bautizos.

El padre Dougherty se sentó recientemente con Omnes y compartió cómo se reencontró inesperadamente con una chica a la que bautizó hace casi cuatro décadas. Es una historia sobre un bautismo, un encuentro fortuito y una profesión final de votos religiosos.

El bautismo y el encuentro

La primera misión en el extranjero del P. Dougherty fue en Tanzania, África, donde conoció a Susan Wanzagi cuando la bautizó a los cuatro años. Sin que este sacerdote misionero y esta futura hermana misionera lo supieran, se cruzarían unos veintisiete años más tarde en Nueva York, frente al edificio de Maryknoll.

El padre Dougherty recuerda: «Se me acercó y me dijo: ‘¿Es usted el padre Dougherty? Y le dije que sí». Para su sorpresa, ella le dijo: «Soy Susan Wanzagi; usted es el sacerdote que me bautizó en la parroquia de Zanaki». Descubrió que una niña a la que Dios le encomendó bautizar «en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» hace tantos años también estaba dotada del espíritu de la misión. Algunos dirían que es un «mundo pequeño», pero los fieles lo saben: ¡es providencial! El P. Dougherty está de acuerdo: «Definitivamente, Dios tuvo algo que ver».

Por aquel entonces, Susan ya había comenzado su programa de formación y estaba en camino de convertirse en hermana Maryknoll. El P. Dougherty trabajaba como Superior General, y su tiempo en Tanzania parecía haber pasado hace toda una vida. El encuentro fortuito sólo podía haber sido ordenado por Dios.

Siguieron en contacto y se reunían periódicamente cuando podían. Diez años más tarde, Susan Wanzagi invita al sacerdote que nunca conoció, pero que estuvo allí para administrarle su primer sacramento en su país natal, a 7 488 millas del lugar donde profesaría sus votos perpetuos. Él acepta encantado.

Profesión de los votos

La celebración eucarística y profesión final de votos religiosos tuvo lugar el domingo 16 de julio en la capilla de la Anunciación del Centro de las Hermanas de Maryknoll en Maryknoll, Nueva York. El P. Dougherty comenzó la Misa agradeciendo a Susan su «amable invitación» a formar parte de este día tan especial y dijo que estaba «encantado de estar hoy en su compañía.»

Espíritu misionero

El jovial sacerdote dijo que se refería a la Liturgia del Bautismo «y a su mandato misionero porque fue en su Bautismo donde conocí a Susan». Y continuó: «Me gustaría pensar que bautizándola hace tantos años comenzó su camino misionero, pero ella tuvo que retomarlo, y hoy celebramos a esta discípula misionera». Concluyó diciendo lo orgullosos que estaban de Susan y que Susan «al profesar sus votos perpetuos proclama que nuestro espíritu misionero no ha disminuido».

La hermana Susan expresó su alegría: «Me siento feliz y preparada para realizar la misión de Dios y compartir este servicio y amor con la gente a la que sirvo». 

Aunque podríamos pensar que la «misión» de la Hermana Susan comenzará a su llegada al país donde servirá, de hecho, comenzó en su Bautismo.

Mundo

El Papa subraya en la JMJ que «la alegría es misionera»

El sábado 5 de agosto por la noche, millones de jóvenes estuvieron con el Papa Francisco en el Parque Tejo (Lisboa, Portugal) durante la Vigilia.

Paloma López Campos·6 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la noche del sábado 5 de agosto, millones de jóvenes estuvieron junto al Papa Francisco en el Parque Tejo (Lisboa, Portugal), para participar en la vigilia de la JMJ. Tras varias actuaciones y testimonios, el Santo Padre se dirigió a los peregrinos.

El Papa reflexionó sobre el lema de la Jornada Mundial de la Juventud: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39). “Uno se pregunta: ¿por qué María se levanta y va deprisa a ver a su prima?”. Como señaló Francisco, Isabel estaba embarazada, pero María también, entonces, ¿por qué emprendió el camino? El Santo Padre respondió: “María realiza un gesto no pedido, no obligatorio, María va porque ama”.

La Virgen estaba llena de alegría, tanto por el embarazo de su prima Isabel como por el suyo. El Papa explicó que “la alegría es misionera, la alegría no es para uno, es para llevar algo”. Por tanto, interpeló a los jóvenes: “ustedes, que están aquí, que han venido a encontrarse, a buscar el mensaje de Cristo, a buscar un sentido lindo a la vida, ¿esto se lo van a quedar para ustedes o lo van a llevar a los otros?”.

Conseguir esta alegría, dijo Francisco, no es algo que hacemos por nuestra cuenta, “otros nos prepararon para recibirla. Ahora miremos para atrás, todo lo que hemos recibido, lo que hemos recibido y han preparado, todo eso, ha preparado nuestro corazón para la alegría. Todos, si miramos hacia atrás, tenemos personas que fueron un rayo de luz para la vida: padres, abuelos, amigos, sacerdotes, religiosos, catequistas, animadores, maestros. Ellos son como las raíces de nuestra alegría”. Esto provoca en todos una llamada, pues “también nosotros podemos ser, para los demás, raíces de alegría”.

Sin embargo, el Papa señaló que algunas veces podemos caer en el desánimo, a pesar de que estamos en busca de la alegría. “¿Ustedes creen que una persona que cae en la vida, que tiene un fracaso, que incluso comete errores pesados, fuertes, ya está terminada? No. ¿Qué es lo que hay que hacer? Levantarse. Y hay una cosa muy linda que quisiera que hoy se la llevaran como recuerdo: los alpinos, que les gusta subir montañas, tienen un cantito muy lindo que dice así: ‘En el arte de ascender —la montaña—, lo que importa no es no caer, sino no permanecer caído’”.

El Santo Padre quiso resumir su idea en una sola idea, la del camino. “Caminar y, si uno se cae, levantarse; caminar con una meta; entrenarse todos los días en la vida. En la vida, nada es gratis. Todo se paga. Sólo hay una cosa gratis: el amor de Jesús. Entonces, con esto gratis que tenemos —el amor de Jesús— y con las ganas de caminar, caminemos en esperanza, miremos nuestras raíces y vayamos adelante, sin miedo. No tengan miedo”.

Mundo

El Papa anuncia que la próxima JMJ será en Corea del Sur

En el día de la Transfiguración finalizó la JMJ 2023. Durante la Misa de envío, el Papa Francisco se dirigió a los jóvenes en la homilía y anunció que la próxima JMJ en 2027 se celebrará en Seúl, Corea del Sur.

Paloma López Campos·6 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 6 de agosto, domingo de la Transfiguración, finalizó la JMJ 2023. El encuentro de los jóvenes y el Papa terminó con una Misa de envío, durante la cual el Santo Padre se dirigió a los peregrinos en una homilía y anunció la sede de la próxima JMJ: Seúl, en Corea del Sur.

Francisco comenzó invitando a todos a preguntarse qué es lo que se llevan con ellos volviendo a la vida cotidiana tras estos días. El mismo Papa respondió al interrogante con tres verbos: “resplandecer, escuchar y no tener miedo”.

En cuanto al primer verbo, Francisco explicó que Cristo se transfiguró justo después de anunciar a los apóstoles su Pasión y Muerte. Quería darles algo de luz antes de la prueba. “También hoy nosotros necesitamos algo de luz, un destello de luz que sea esperanza para afrontar tantas oscuridades que nos asaltan en la vida”.

El Papa señaló que Jesús “es la Luz que no se apaga”. Dios ilumina toda nuestra vida, “brillamos cuando, acogiendo a Jesús, aprendemos a amar como Él”. El Santo Padre pidió que nadie se engañe a este respecto, aclaró que los actos de amor son necesarios para tener esa luz.

En relación con el segundo verbo ‘escuchar’, Francisco animó a todos a leer la Palabra de Dios, a adentrarse en el Evangelio para escuchar a Jesús, “pues Él te va a decir cuál es el camino del amor”.

Por último, el Papa animó a los jóvenes a no tener miedo. Afirmó que los jóvenes son el presente y el futuro, y es precisamente a ellos a quien Cristo dice “no tengan miedo”.

“Quisiera mirar a los ojos a cada uno de ustedes y decirles que no tengan miedo”, subrayó Francisco. “Es más, les digo algo muy hermoso, ya no soy yo, es Jesús mismo quien los está mirando en este momento”. Cristo, que conoce a cada uno, es quien dice hoy y aquí “no tengan miedo”.

La importancia de la gratitud

Tras la Misa, el Papa entregó a varios jóvenes, representantes de los cinco continentes, los símbolos de la JMJ 2023. A continuación, dirigió a todos unas palabras antes del rezo del Ángelus. Durante su alocución, señaló la importancia de la gratitud y del deseo de corresponder al bien.

“El Señor nos hace sentir la necesidad de compartir con los otros lo que Dios puso en nuestros corazones”, dijo Francisco, quien fue el primero en agradecer a las autoridades eclesiásticas y civiles su trabajo durante estos días de la JMJ, a todos los voluntarios y trabajadores, y a la misma ciudad de Lisboa. El Papa también agradeció a san Juan Pablo II que comenzara estas jornadas hace años y que interceda por ellas desde el Cielo.

El Santo Padre animó a todos a cuidar lo que Dios ha sembrado en sus corazones. “Mantengan presentes en sus mentes y en sus corazones los momentos más hermosos, para que así, cuando lleguen los momentos de cansancio, de desánimo, que son inevitables, y tal vez la tentación de dejar de caminar, con el recuerdo reaviven las experiencias y la gracia de estos días. Porque, no lo olviden nunca, esta es la realidad, esto son ustedes: el santo pueblo fiel de Dios, que camina con la alegría del Evangelio”.

Francisco saludó también a todos los jóvenes que no han podido participar en la JMJ y les dio las gracias por unirse cada uno en la medida que ha podido. Además, quiso compartir un sueño que tiene en su corazón, “el sueño de la paz, el sueño de los jóvenes que rezan por la paz”.

Corea del Sur, sede de la próxima JMJ

El Santo Padre invitó a todos a Roma para celebrar el Jubileo de los jóvenes en 2025 y, al final de su alocución, anunció la sede de la próxima JMJ en 2027: “tendrá lugar en Asia, será en Corea del Sur, en Seúl”.

Por último, Francisco agradeció a Jesús y a Santa María su presencia en cada JMJ y en la vida de cada uno.

Mundo

El Papa reza el rosario en el santuario de Fátima

El Papa ha visitado en la mañana de este sábado, 5 de agosto, el santuario de Nuestra Señora de Fátima, erigido en el lugar donde la Virgen se apareció a unos pastorcillos en 1917. En la Capilla de las Apariciones, el Papa ha rezado el rosario acompañado por peregrinos y jóvenes enfermos.

Loreto Rios·5 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hoy, 5 de agosto, después de haber celebrado la Misa en privado, el Papa se ha desplazado en automóvil a la Base Aérea de Figo Maduro de Lisboa, donde, a las 8 (hora de Lisboa) le han llevado en un helicóptero militar a Fátima.

El Papa ha sido recibido en el helipuerto por el obispo de Leiria-Fátima y presidente de la Conferencia Episcopal portuguesa, monseñor José Ornelas Carvalho. A continuación, el Papa ha ido en automóvil al Santuario de Nuestra Señora de Fátima.

Allí, ha entregado unos ramos de rosas y un rosario de oro a la Virgen y ha orado en silencio unos instantes ante la imagen de Nuestra Señora de Fátima. Seguidamente, se ha rezado un rosario multilingüe, con cada misterio en un idioma diferente, con jóvenes enfermos en la Capilla de las Apariciones.

La peregrinación es un rasgo mariano

Al concluir el rezo del rosario, el Papa, después de rezar nuevamente en silencio ante la imagen de la Virgen de Fátima, ha pronunciado un discurso en español, en el que ha señalado que el rosario es “una oración bellísima y vital, vital porque nos pone en contacto con la vida de Jesús y de María. Y hemos meditado los misterios gozosos, que nos recuerdan que la Iglesia sólo puede ser un hogar lleno de gozo. La pequeña capilla en la que nos encontramos es una hermosa imagen de la Iglesia: acogedora y sin puertas, un santuario al aire libre, en el corazón de esta plaza que evoca un gran abrazo materno”.

También ha señalado que la “peregrinación el rasgo mariano que une los misterios que hemos rezado. En efecto, María recibe el anuncio de la alegría, ese ‘Alégrate’ (Lc 1,28) que le cambia la vida; e inmediatamente inicia una peregrinación, que se desarrolla en los misterios siguientes: va donde Isabel, luego a Belén, después al templo de Jerusalén, al que finalmente vuelve para hallar a Jesús. María camina, no se detiene. Lo hace también así en la historia, cuando baja a encontrarnos, como en Fátima, y nos invita a peregrinar, no sólo con el cuerpo, sino sobre todo con la vida”.

Al igual que ayer, el Papa no ha concluido el discurso leído, y, dejando a un lado los papeles, ha improvisado unas palabras, subrayando que la Virgen «se apresura», «va corriendo» allí donde hace falta.

Las apariciones del Ángel

En el discurso completo, el Papa indicaba que Fátima es “una escuela de intercesión” y comentaba algunas de las frases del ángel que se apareció a los niños antes de que lo hiciese la Virgen: “Los pequeños de Fátima se hicieron grandes en la intercesión gracias a un ángel que, un año antes de la venida de Nuestra Señora, los instruyó. Se les apareció y les dijo: ‘No teman’. Siempre, cuando Dios llega, los miedos se desvanecen. Luego, el ángel se presentó: ‘Soy el ángel de la paz’. Siempre, donde está Dios, hay paz. Entonces les hizo una petición: ‘Recen conmigo’. Y les enseñó una oración, que no estaba orientada a pedir por sí mismos y por sus propias necesidades, como hacemos a menudo, sino de adoración e intercesión. Adoración a Dios e intercesión por los demás.

Luego el ángel se arrodilló, inclinó la frente hasta el suelo y los invitó a rezar diciendo: ‘Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman’. Y a continuación, añadió: ‘Los Corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de vuestras súplicas’. Esta es la certeza: Dios escucha siempre nuestras oraciones; nunca son inútiles, sino siempre necesarias, porque la oración cambia la historia.

De hecho, el ángel de la paz les explicó que las oraciones y los sacrificios hechos con amor traen la paz al mundo. Finalmente, las últimas palabras que les dirigió a los niños, como asignándoles una tarea, fueron: ‘Consuelen a su Dios’. No sólo nosotros necesitamos el consuelo de Dios, sino que Él nos pide que lo consolemos, porque sufre; sufre por el mal, por las divisiones, por la falta de paz, y pide oración y amor”.

Las apariciones de la Virgen

Subrayando de nuevo la importancia de la intercesión, el Papa comentaba también una de las apariciones de la Virgen en Fátima: “En 1917, cuando la Virgen se apareció, en este mismo mes de agosto, dijo algo sorprendente. Le presentaron algunos enfermos, ella se interesó por ellos, pero enseguida tomó una expresión seria, triste, como señalando una enfermedad más preocupante. Les dijo: ‘Recen, recen mucho; y hagan sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quien se sacrifique e interceda por ellas’.

Nosotros, en cambio, quizás habríamos esperado que dijera: hay quien se condena porque es malo, porque el mundo va mal, porque hay poca fe, porque hay ateísmo, relativismo. Pero no, la Virgen no habló de eso; es Madre y no señala con el dedo a nadie ni a la sociedad; no critica, ni se queja, sino que se muestra preocupada porque falta compasión por los alejados, porque no hay quien rece y ofrezca, porque hay poco amor y celo”.

Concluía el discurso haciendo una llamada a acoger esa “invitación a la responsabilidad, a hacernos cargo de los que no creen, no esperan, no aman. Y Dios cuidará de nosotros. Recemos, porque Fátima es una escuela de oración. Ahora, como en el momento de las apariciones, también hay guerra. La Virgen pidió que rezaran el Rosario por la paz. No lo pidió como un favor, sino que, con solicitud maternal, indicó: ‘Recen el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra’. Unamos, pues, nuestros corazones, recemos por la paz, consagremos de nuevo la Iglesia y el mundo al Corazón Inmaculado de nuestra dulcísima Madre”.

Segunda visita del Papa al santuario

Para terminar el acto, en el que ha habido más de 200.000 personas presentes, el Santo Padre ha dado la bendición final y ha saludado a algunos de los jóvenes presentes.

De nuevo en Lisboa, el Pontífice irá al Colégio de São João de Brito, a las 18.00 h (hora de Lisboa), donde tendrá un encuentro privado con miembros de la Compañía de Jesús de Portugal. Por la noche se celebrará la vigilia en el Parque Tejo, uno de los eventos más importantes de la JMJ.

Esta ha sido la segunda visita del Papa al santuario de Fátima, donde ya estuvo los días 12 y 13 de mayo de 2017, cuando se cumplieron 100 años de las apariciones de la Virgen.

Mundo

El Papa indica que «la Cruz es el sentido más grande del amor»

Esta tarde a las 18:00 h (hora de Lisboa) ha tenido lugar el Vía Crucis del Papa con peregrinos de todo el mundo, en la “Colina del Encuentro” de la JMJ Lisboa 2023.

Loreto Rios·4 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa ha sido recibido entre cantos a su llegada a la «Colina del Encuentro» de la JMJ para celebrar el Vía Crucis. La animación musical de la oración ha contado con la participación del proyecto “Manos que cantan”, compuesto por seis personas sordas que coreografiaban las canciones en lengua de signos, traduciendo así las letras de cada canto.

Al inicio del Vía Crucis, el Papa ha dirigido unas palabras en español a los peregrinos, señalando que “Jesús es el camino y vamos a caminar con Él, porque Él caminó cuando estuvo entre nosotros”. Ha indicado que “el camino que más está grabado en nuestro corazón es el camino del Calvario, el camino de la cruz, (…). Miremos a Jesús que pasa y caminemos con Él”.

La belleza del crucificado

También ha resaltado que en la Encarnación y la Cruz Dios «sale de sí mismo para caminar entre nosotros (…). La cruz que acompaña cada Jornada Mundial de la Juventud es la figura de este camino, la cruz es el sentido más grande del amor”. Ha añadido que con ese amor “Jesús quiere abrazar nuestra vida, la tuya, la de cada uno de nosotros (…). Y nadie tiene más amor que el que da la vida por los demás. No se olviden de esto. Y esto lo enseñó Jesús, por eso cuando miramos al crucificado, tan doloroso, vemos la belleza del amor que da la vida por cada uno de nosotros”.

Ha continuado resaltando que “Jesús camina, pero espera algo, espera nuestra compañía, espera abrir las ventanas de mi alma, del alma de cada uno de nosotros”.

Para concluir, ha pedido a los jóvenes que se atrevan a amar: “Él espera empujarnos a abrazar el riesgo de amar. Amar es riesgoso. Es un riesgo, pero vale la pena correrlo. (…) Hoy vamos a hacer el camino con Él, el camino de su sufrimiento, el camino de nuestras soledades”. Ha invitado a que los peregrinos reflexionen sobre su propio sufrimiento y “en las ganas de que el alma vuelva a sonreír. Y Jesús camina a la cruz, muere en la cruz, para que nuestra alma pueda sonreír”.

El Vía Crucis con el Papa

Las estaciones del Vía Crucis han comenzado con un grupo de jóvenes que ha formado una pirámide, simbolizando el Calvario. En cada estación, los jóvenes han coreografiado las estaciones en el escenario de la JMJ. También se ha acompañado cada escena de paneles diseñados por el jesuita portugués Nuno Branco, que representaban a Jesús en los diferentes momentos del Vía Crucis.

Por otra parte, algunas de las 14 estaciones del Vía Crucis han estado acompañadas por los testimonios de jóvenes a través de vídeos: la tercera, “Jesús cae por primera vez”, ha contado con Esther, española de 34 años, que abortó y, años más tarde, regresó a la Iglesia; en la séptima estación, “Jesús cae por segunda vez”, se ha transmitido el vídeo de Joao, joven portugués de 23 años que sufrió acoso escolar, y, años más tarde, depresión. Por su parte, la octava estación ha contado con el testimonio de Caleb, joven estadounidense de 29 años que sufrió drogadicción y salió de ella gracias a su encuentro con Cristo.

Las reflexiones han girado en torno a temas como la depresión, la intolerancia, la destrucción de la Creación, o el individualismo.

Para finalizar, el Papa ha dado la bendición y ha saludado personalmente a todos los artistas que han participado en la preparación y representación del Vía Crucis.

Mundo

El Papa confiesa a jóvenes en la JMJ

Esta mañana el Papa ha confesado a algunos jóvenes peregrinos en la Jornada Mundial de la Juventud. Posteriormente, se ha desplazado al Centro Parroquial de Serafina para tener un encuentro con centros de asistencia y caridad. Francisco no ha podido terminar el discurso porque no veía bien el texto, así que ha improvisado unas palabras. Esta tarde, tendrá lugar el Vía Crucis con jóvenes de todo el mundo.

Loreto Rios·4 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Esta mañana el Papa ha celebrado la Misa en privado y, posteriormente, se ha desplazado al Jardín Vasco de Gama donde, a las 9.00 h (hora de Lisboa), ha confesado a algunos de los jóvenes que participan en la Jornada Mundial de la Juventud.

En este parque, llamado en la JMJ “Parque del Perdón”, se encuentran 150 confesionarios construidos por presos de las cárceles de Coímbra, Paços de Ferreira y Porto.

A continuación, ha ido en automóvil al Centro Parroquial de Serafina para encontrarse a las 9:45 h (hora local) con algunos representantes de centros de asistencia y caridad.

«La caridad es la meta del camino cristiano»

En el encuentro han estado presentes el Centro Parroquial de Serafina, la Casa Famiglia Ajuda de Berço y la asociación Acreditar.

Tras un canto inicial, el Papa ha sido recibido por el párroco y director del centro. Seguidamente, le han presentado los tres centros que participan del encuentro y el Pontífice ha iniciado un discurso en español.

En él, Francisco ha recordado el lema de la JMJ, que hace referencia a la Visitación de María, como ejemplo de caridad: “Es hermoso estar aquí juntos, en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud, mientras contemplamos a la Virgen María que se levanta y va a ayudar a su pariente anciana Isabel (cf. Lc 1, 39). La caridad, de hecho, es el origen y la meta del camino cristiano, y vuestra presencia, realidad concreta de ‘amor en acción’, nos ayuda a no olvidar la ruta, el sentido de lo que hacemos. Gracias por sus testimonios, de los que quisiera subrayar tres aspectos: hacer el bien juntos, actuar concretamente y estar cerca de los más frágiles”.

Ha recordado también que cada persona es un “don único”: “Cada uno de nosotros es un don, un don único —con sus límites—, un don valioso y sagrado para Dios, para la comunidad cristiana y para la comunidad humana. Entonces, así como somos, enriquezcamos el conjunto y dejémonos enriquecer por el conjunto”.

Un discurso improvisado

El Santo Padre ha detenido la lectura a mitad del discurso indicando que “los reflectores” no le permitían ver bien. Ha comentado que enviará el texto del discurso a los presentes para que puedan leerlo y, dejando los papeles, ha continuado hablando de manera improvisada, entre los aplausos del público.

Ha señalado que hay que hacer hincapié en “lo concreto. No hay amor abstracto, no existe, el amor platónico está en órbita, no está en la realidad”. También ha subrayado que el “amor concreto” es el que “se ensucia las manos”.

Ha invitado a los asistentes a preguntarse: “¿El amor que siento es concreto o abstracto?”, y si al dar la mano a un enfermo luego lo que queremos es limpiarla: “¿Le tengo asco a la pobreza de los demás? ¿Busco siempre la vida destilada, esa que existe en mi fantasía, pero no en la realidad?”. “Cuántas vidas destiladas, inútiles, que pasan por la vida sin dejar huella, porque su vida no tiene peso. Y aquí tenemos una realidad que deja peso, que es de inspiración a los demás”, ha continuado. Ha querido también resaltar la labor de los asociaciones caritativas: “Ustedes generan vida nueva continuamente, con el compromiso de ustedes, están generando inspiración. Gracias por eso. Se lo agradezco de todo corazón, sigan adelante y no se desanimen, y, si se desaniman, tomen un vaso de agua y sigan adelante”.

Al finalizar el encuentro, se ha rezado el Padrenuestro y el Papa ha dado la bendición final. Luego, se ha acercado a saludar a los niños del coro y les ha regalado un rosario a cada uno. A continuación, se ha desplazado a la Nunciatura Apostólica para almorzar a las 12 (hora de Lisboa) con el cardenal Manuel Clemente y diez jóvenes de diferentes nacionalidades.

Catequesis «Rise up» de los obispos

Al mismo tiempo que estos encuentros del Papa con diferentes instituciones, están teniendo lugar las catequesis «Rise up» de los obispos para los peregrinos. Un seminarista árabe que ha asistido a una de estas catequesis reflexiona sobre los temas tratados: “Los jóvenes no podemos ser discípulos del teléfono móvil. Las redes sociales no son nuestros maestros, sino Cristo Jesús, el verdadero Maestro. Que los jóvenes tengan buenos criterios y buena formación en su fe y en la doctrina de la Iglesia, es vital para poder vivir de verdad la tolerancia”.

Esta tarde, a las 18:00 h (hora de Lisboa) tendrá lugar el Vía Crucis del Papa con los peregrinos de la JMJ en la “Colina del Encuentro”.

Evangelización

San Charbel: una luz de esperanza para un Líbano en crisis

San Charbel es un santo del Líbano famoso por realizar más de 29.000 milagros desde su muerte en 1898. La devoción a su figura está ampliamente extendida por su país natal, que encuentra en este santo un intercesor muy valioso ante las crisis en el territorio.

Bernard Larraín·4 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hace tres años, el 4 de agosto de 2020, la opinión pública mundial se focalizaba en la tremenda explosión del puerto de Beirut, capital del Líbano. ¿Qué ha pasado desde ese terrible día? 

El Líbano es un país milenario de Medio Oriente donde han vivido y siguen viviendo culturas y pueblos muy diversos. La Biblia menciona al Líbano al menos setenta veces. Durante mucho tiempo fue un país mayoritariamente cristiano, aunque hoy en día se calcula que solo el treinta por ciento de los libaneses son cristianos.

Siglo XX y comienzos del XXI

La historia reciente de este país está llena de luces y sombras. Después de la Primera Guerra Mundial, el Líbano dejó de ser parte del Imperio Otomano y quedó bajo mandato francés durante 20 años. La Independencia llega el 22 de noviembre de 1943. Los primeros años de vida institucional independiente, se caracterizaron por una relativa estabilidad y progreso. El Líbano era conocido como la Suiza de Medio Oriente, y Beirut considerada la capital cultural del mundo árabe. Lamentablemente, las tensiones entre los distintos grupos desencadenaron una guerra civil entre 1975 a 1990 que dejó 100.000 muertos y una profunda herida en la memoria colectiva.

Luego siguieron años de cierta tranquilidad interna hasta el asesinato del primer ministro Rafic Hariri en 2005 y el fatídico verano de 2006 marcado por la guerra de 33 días entre Israel y el grupo paramilitar “Hezbollah” (el “partido de Dios”), durante la cual murieron alrededor de 1300 personas. Luego de 10 años de esfuerzos de reconstrucción después de la guerra civil, el país volvía a ser parcialmente destruido.

Cinco años más tarde, en 2011, el Líbano será nuevamente afectado por un conflicto. Ese año empezó la guerra civil en Siria. Esto produjo que un millón y medio (no es fácil hacer un cálculo preciso) de refugiados sirios empezaran a llegar al Líbano huyendo de la guerra. El choque fue grande para las dimensiones tan pequeñas del país y de sus cinco millones de habitantes.

El Líbano en la actualidad

Pero fue en el 2019, cuando el país quebró financieramente y se generó una gran crisis política, social y económica. Las masivas protestas callejeras comenzaron el 17 de octubre de 2019 y sólo terminaron con la otra gran crisis que provocó el Covid a principios del 2020. El tiro de gracia vino con la explosión del puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020 que destruyó gran parte de la ciudad y dejó cientos de muertos. Las imágenes y videos dieron la vuelta al mundo por lo impresionante que fue todo. La explosión fue el hecho que de alguna manera resumió en una tarde todos los dramas que el país estaba viviendo.

La situación hizo que mucha gente, entre ellos muchos cristianos, perdiera la esperanza y decidiera dejar el país que los vio nacer para buscar un mejor futuro para sus familias. Hasta el día de hoy, tres años después de esta tragedia, no se sabe bien qué pasó y quien se atreva a investigar los hechos puede que termine mal.

Así, el país se encuentra sumergido en una grave crisis de la que no se ve salida a corto plazo. No hay Presidente de la República, los servicios de electricidad y agua son muy deficientes, la moneda ha perdido prácticamente todo su valor y mucha gente quiere emigrar. 

En medio de esta obscura y difícil situación, la fiesta del gran santo local, san Charbel, celebrada hace pocos días (tercer domingo de julio en el rito maronita), vino a dar luz y esperanza al pueblo libanés. Quien haya venido al Líbano, se habrá sorprendido de descubrir en todas partes a esta gran figura nacional. Además de estar presente en las iglesias o monasterios que abundan en el país, la cara de este viejo monje eremita está en bares, tatuajes, buses, edificios, calles. Esta cara irradia paz y serenidad tan necesaria en regiones de guerra.

La vida de san Charbel

Charbel nació en 1828 en el seno de una humilde familia de Biqa’ kafrâ, un pueblo situado a 1.600 metros de altitud, en el norte montañoso del Líbano. Sus padres, campesinos profundamente cristianos, transmitieron a sus cinco hijos la fe y les dieron el ejemplo de una vida piadosa. Youssef, el más pequeño de ellos, se caracterizó desde muy pequeño por su piedad y sus virtudes. Movido en parte por el ejemplo de sus dos tíos monjes eremitas, se sintió llamado a entrar al monasterio de Nuestra Señora de Mayfouk. Allí estuvo un año, antes de ser enviado en 1852 al monasterio San Marón, en Annaya, donde ingresó a la orden maronita libanesa con el nombre de Charbel. 

El padre Charbel vivió una vida tremendamente austera y completamente tendida hacia la eternidad, centrada en el diálogo constante con Dios y en la Eucaristía, con poquísimos contactos con otras personas. Solo en determinadas ocasiones, por petición de sus superiores, recibía gente en busca de sus consejos espirituales pues su fama de hombre de Dios se difundió por el país. También se le confiaron algunas misiones fuera del monasterio, las que cumplió con gran espíritu de obediencia y discreción.

Charbel murió a los 70 años, el 24 de diciembre de 1898, durante la vigilia de Navidad. Su superior resumió en el registro escrito su luminosa vida: “fiel a sus votos, de una obediencia ejemplar, su conducta fue más angélica que humana”.

El santo de los milagros

Después de su muerte, la fama del santo libanés se extendió de manera prodigiosa y rápidamente se le atribuyeron milagros impresionantes, sobre todo curaciones, que hasta el día de hoy siguen atrayendo a innumerables personas a Annaya, en la montaña libanesa, para rezar antes sus restos mortales y visitar los lugares en que vivió santamente. Si durante su vida Charbel limitó al mínimo sus relaciones sociales, hoy son unos tres millones de visitantes los que vienen a verlo cada año.

No es raro escuchar en el Líbano a alguien a quien Charbel ha hecho un pequeño o gran favor últimamente. No por nada se suele decir que san Charbel es el santo que más hace milagros, y no solo a los cristianos. En efecto, hasta Anaya llegan personas de todo el mundo y muchos musulmanes se acercan también a rezarle.

Desde su muerte, se le atribuyen más de 29.000 milagros, de los cuales un 10% han beneficiado a personas no bautizadas. El primero de ellos fue una misteriosa luz que iluminaba su tumba, poco después de morir, lo que atrajo a mucha gente. San Charbel continua siendo una luz para el pueblo libanés, cristianos y musulmanes, en esta crisis que atraviesa el país del Cedro milenario.

Oración por el Líbano

Dejamos a continuación la oración por el Líbano del cardenal Bechara Raï, patriarca maronita de Antioquía y de todo el Oriente:
«Señor, ayuda a los libaneses, a todos los libaneses, a poder resistir, a tener la paciencia para conservar sus valores espirituales, morales y nacionales. Y Tú, Señor, Tú intervienes siempre en la historia cuando quieres y en el momento que quieres. Pero nosotros sabemos bien, estamos convencidos de que Tú vas a intervenir para ayudar a este Líbano y a estos libaneses que viven en la esperanza y que rezan. En el Líbano, el pueblo es un pueblo que reza. Señor, ¡escucha su oración!

El autorBernard Larraín

Evangelización

El cura de Ars, san Juan María Vianney

San Juan María Vianney, conocido como el cura de Ars, es el patrono de los párrocos y los pastores de almas.

Pedro Estaún·4 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En Dardilly, no lejos de Lyon (Francia), una tierra de profunda tradición cristiana, el 8 de mayo de 1786, nació Juan María, el santo cura de Ars. Era el cuarto de seis hermanos, de una familia campesina. Muy poco después, estalla la Revolución Francesa y los fieles deberán reunirse ocultamente para la Misa celebrada por alguno de aquellos heroicos sacerdotes, fieles al Papa, que son perseguidos con tanta rabia por los revolucionarios. Tuvo que hacer su primera comunión en otro pueblo, en un salón con las ventanas cuidadosamente cerradas, para que nada se trasluzca al exterior.

Vocación al sacerdocio

A los diecisiete, Juan María determina ser sacerdote e inicia sus estudios, dejando las tareas del campo a las que hasta entonces se había dedicado. El padre Balley se presta a ayudarle, pero el latín se hace muy difícil para aquel mozo campesino. Llega un momento en que empieza a sentir el desaliento y decide entonces hacer una peregrinación a pie a la tumba de san Francisco de Regis para pedir su intercesión.

Por un error es llamado a filas en 1809, a lo que estaban exentos los seminaristas. Cae enfermo y, sin atender a su debilidad, es destinado a combatir en España. No puede seguir a sus compañeros y, desalentado, se ve en la necesidad de desertar, por lo que debe permanecer oculto tres años en las montañas de Noës. Una amnistía le permite volver a su pueblo muy poco antes de que falleciera su madre y reiniciar sus estudios sacerdotales. Sus superiores reconocen su conducta, pero su aprovechamiento es muy bajo y es despedido del seminario. Intenta entrar en los hermanos de las Escuelas Cristianas, sin lograrlo. El padre Balley se presta a continuar preparándole y por fin, el 13 de agosto de 1815, el obispo de Grenoble le ordenaba sacerdote a los 29 años.

Destino, Ars

El arzobispado de Lyon le encargó un pueblo muy pequeño al norte de la capital llamado Ars. El territorio no tenía ni siquiera la consideración de parroquia. Llega el 9 de febrero de 1818 y prácticamente no volverá a salir jamás. Por dos veces se le enviará el nombramiento para otra parroquia, y otras será él mismo quien intente marcharse,  pero siempre se interpondrá la divina Providencia, para que san Juan María llegara a resplandecer, como patrono de todos los curas del mundo, precisamente en una parroquia de un minúsculo pueblo.

Los primeros años los vivió enteramente consagrado a sus feligreses: les visita casa por casa; atiende a los niños y a los enfermos; se encarga de la ampliación y mejora de la iglesia…. Se empleó a fondo en una labor de moralización del pueblo: guerra a las tabernas, lucha contra el trabajo de los domingos, empeño en desterrar la ignorancia religiosa y, sobre todo, su dramática oposición al baile, lo que le ocasionará sinsabores y disgustos, incluso con acusaciones ante sus superiores. Sin embargo años después podía decirse que “Ars ya no es Ars”. El demonio, que no veía con buenos ojos su actuar, atacó al santo con violencia. La lucha contra él tuvo en algunas ocasiones un carácter dramático. El anecdotario es copioso, y en algunas ocasiones, sobrecogedor.

Primeras peregrinaciones a Ars

Juan María solía ayudar a sus compañeros sacerdotes en los pueblos vecinos y aquellos campesinos recurrían luego a él al presentarse dificultades, o simplemente para confesarse y volver a recibir buenos consejos. Éste fue el comienzo de la célebre peregrinación a Ars.

Comenzó como un fenómeno local en las diócesis de Lyon y Belley, pero luego fue tomando mayor extensión de tal manera que llegó a hacerse célebre en toda Francia y aun en Europa entera. De todas partes empezaron a afluir peregrinos, se editaron libros para servir de guía. En la estación de Lyon se llegó a establecer una taquilla especial para despachar billetes a Ars.

Instrumento de las gracias de Dios

Aquel pobre sacerdote, que trabajosamente había hecho sus estudios, y a quien se le había relegado a uno de los peores pueblos de la diócesis, iba a convertirse en consejero buscadísimo por millares de almas. Y entre ellas habría gentes de toda condición, desde prelados insignes e intelectuales famosos, hasta humildísimos enfermos y pobres gentes atribuladas. Debía pasarse el día metido en el confesionario, predicando o atendiendo a los pobres. Sorprende que pudiera subsistir con aquel género de vida. Por si fuera poco, sus penitencias eran extraordinarias.

Dios bendecía copiosamente su actividad. El que a duras penas había hecho sus estudios, se desenvolvía de maravilla en el púlpito, sin tiempo para preparse. Resolvía delicadísimos problemas de conciencia. Tras su muerte habrá testimonios, abundantes hasta lo increíble, de su don de discernimiento de conciencias: a éste le recordó un pecado olvidado, a aquél le manifestó claramente su vocación, a la otra le abrió los ojos sobre los peligros en que se encontraba, a otros les descubrió su modo de ayudar en la Iglesia… Con sencillez, casi como si se tratara de corazonadas o de ocurrencias, el santo mostraba estar en íntimo contacto con Dios y ser iluminado por Él. Y todo con una grandísima cordialidad. Conservamos el testimonio de personas, pertenecientes a las más elevadas esferas de aquella sociedad francesa que marcharon de Ars admiradas de su cortesía y gentileza. Su extrema humanidad le llevó también a la fundación de “La Providencia”: una casa que, en brazos exclusivamente de la caridad, fundó para acoger a las pobres huérfanas de los contornos.

Fallece un santo

El viernes 29 de julio de 1859 se sintió indispuesto. Bajó, como siempre, de madrugada a la iglesia, pero no pudo resistir en el confesionario y hubo de salir a tomar un poco de aire. Antes del catecismo de las once pidió un poco de vino, sorbió unas gotas y subió al púlpito. No se le entendía pero sus ojos bañados de lágrimas, volviéndose hacia el sagrario, lo decían todo. Continuó confesando, pero ya a la noche se vio que estaba herido de muerte. Descansó mal y pidió ayuda: “El médico nada podrá hacer. Llamad al señor cura de Jassans”.

Se dejó cuidar como un niño. No rechistó cuando pusieron un colchón a su dura cama y obedeció al médico. Y se produjo un hecho conmovedor. El calor era insoportable y los vecinos de Ars, no sabiendo qué hacer para aliviarle, subieron al tejado y tendieron sábanas que durante todo el día mantuvieron húmedas. El pueblo entero veía, bañado en lágrimas, que su cura se les marchaba. El mismo obispo vino a compartir su dolor. Tras una emocionante despedida de su padre y pastor, el santo cura ya no pensó más que en morir y, con una celestial  paz, el jueves 4 de agosto de 1859 entregaba su alma a Dios «como obrero que ha terminado bien su jornada». 

Lo canonizó el papa Pío XI el 31 de mayo de 1925. Tres años más tarde, en 1928, el Papa nombró al cura de Ars Patrono de los párrocos y pastores de almas.

El autorPedro Estaún

Mundo

El Papa subraya en la JMJ que «en la Iglesia hay espacio para todos»

Los jóvenes que han acudido a la JMJ en Lisboa recibieron con alegría al Papa Francisco en el Parque Eduardo VII, en el que fue el primer encuentro entre los peregrinos y el Santo Padre.

Paloma López Campos·3 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los jóvenes recibieron con alegría al Papa Francisco en el Parque Eduardo VII, en el que fue el primer encuentro entre los peregrinos y el Santo Padre durante la JMJ en Lisboa. Los momentos previos a la llegada del Papa estuvieron marcados por la música y la expectación. En cuanto el automóvil en el que se desplazaba Francisco se acercó al recinto, el parque se llenó de gritos de bienvenida.

Cuando el Santo Padre llegó al escenario, un grupo de artistas interpretó un baile. Tras esto pronunció unas palabras de bienvenida el patriarca de Lisboa, el cardenal Manuel José Macário do Nascimento Clemente, quien agradeció el espíritu de juventud que mantiene siempre Francisco.

Durante la ceremonia también se realizó el desfile de banderas de los países que participan en este encuentro. Inmediatamente después, llegaron al lugar los iconos de la JMJ. Todo ello bajo la atenta mirada del Papa Francisco, quien se mostró sonriente.

A continuación, comenzó el momento litúrgico de la ceremonia. El Papa pronunció una oración antes de que el coro cantara el Aleluya y se proclamara un pasaje del Evangelio según san Lucas. El fragmento escogido fue el de los 72 discípulos enviados por Cristo a difundir la Buena Nueva.

Dios nos llama

Tras el Evangelio, el Papa Francisco dirigió a los jóvenes un discurso, que empezó agradeciendo a todos los organizadores y trabajadores de la JMJ. El Santo Padre dijo a los presentes que “no están aquí por casualidad, el Señor os los llamó. No solo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas”.

Francisco animó a todos a pensar que el sentido de la vida de cada uno está en que Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre. “Ninguno de nosotros es cristiano por casualidad, todos fuimos llamados por nuestro nombre”.

Francisco explicó que “hemos sido llamados porque somos amados. A los ojos de Dios somos hijos valiosos”. El Señor quiere hacer de cada uno “una obra maestra única y original”, lo cual supone “una belleza que no podemos vislumbrar”.

El Papa animó a que los peregrinos se recuerden esto los unos a los otros. Además quiso subrayar que “somos amados como somos, sin maquillaje, y somos llamados por nuestro nombre. No es un modo de decir. Si Dios te llama por tu nombre, significa que para Dios ninguno de nosotros, sino un rostro, una cara, un corazón”.

Francisco habló también de las ilusiones de la vida virtual y las redes sociales que no conocen a la persona, sino que se centran solo en su utilidad. Algo que con Cristo, no ocurre, pues a Jesús “cada uno de ustedes le importa”.

El Papa Francisco invita a la acogida

Es cierto que en la Iglesia somos todos pecadores, pero somos la “comunidad de los llamados, cada uno como somos”. Por ello, el Papa afirmó que “en la Iglesia hay espacio para todos, ninguno sobra. Eso lo dice Jesús claramente”.

Francisco recalcó que “el Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos”. En los Evangelios podemos ver que “Jesús nunca cierra la puerta, sino que te invita a entrar y ver”.

Por otro lado, el Papa alentó a los jóvenes a ser inquietos y a hacer preguntas. “Nunca se cansen de preguntar. Hacer preguntas es bueno, es más, a menudo es mejor que dar respuestas”.

El Santo Padre finalizó su discurso recordando, una vez más, que “Dios nos ama, nos ama como somos, no como quisiéramos ser o como la sociedad quisiera que seamos”. En esa tarea de vivir conscientes de ello, nos acompaña Santa María, “nuestra gran ayuda”, pues “Ella es nuestra Madre”.

Por último, el Papa Francisco quiso dirigir unas palabras de ánimo a todos los jóvenes reunidos: “No tengan miedo, tengan coraje, vayan adelante”.

Mundo

El Papa habla a los jóvenes del Buen Samaritano

Esta mañana, a las 10.40 h (hora de Lisboa), el Papa se ha encontrado con jóvenes de Scholas Ocurrentes, una Organización Internacional de Derecho Pontificio erigida por Francisco en 2013, en la sede de Cascais (Portugal).

Loreto Rios·3 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Scholas Ocurrentes se define como «un movimiento de jóvenes por la educación que busca devolvernos el sentido de lo que hacemos a través del deporte, el arte y la tecnología. Estamos comprometidos a crear un entorno inclusivo y transformador, donde cada joven pueda desarrollar su potencial y contribuir positivamente al mundo que lo rodea».

La mañana del 3 de agosto, la sede de Cascais, en Portugal, ha recibido la visita del Papa Francisco, en uno de sus actos oficiales de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra este año en Lisboa.

El presidente de Scholas Ocurrentes ha recibido al Papa y pronunciado un saludo de bienvenida, en el que ha señalado que “como usted mismo ha dicho en reiteradas ocasiones, la educación actual exige volver al origen para integrar en cada joven el lenguaje del corazón con el de la mente y el de las manos. Por eso Scholas, desde que era usted obispo en Buenos Aires, les da a través del deporte, el arte y la tecnología, una vida con sentido”.

Testimonios de jóvenes

A continuación, tres jóvenes pertenecientes a religiones diferentes han ofrecido su testimonio: Paulo Esaka Oliveira da Silva (evangélico), Mariana dos Santos Barradas (católica) y Aladje Dabo (musulmán).

Paulo Esaka ha señalado que “Scholas es una comunidad donde varias personas pueden entrar, varias personas pueden participar y tener el lugar para expresarse, poder mostrar sus sentimientos, mostrar lo que viven día a día, y creo que eso es Scholas en sí (…)”. Por su parte, Mariana dos Santos ha indicado que para ella “este proyecto fue mucho más que una oportunidad. Fue realmente un encuentro donde no sólo conocí gente diferente, sino que también pude realmente construir puentes con la comunidad y tener la oportunidad de conocer realmente a estas personas que no nos vemos tan a menudo, incluso tenemos inmensas diferencias con nosotros. Sin embargo en estas diferencias encontramos nuestras coincidencias (…)”.

Para finalizar los testimonios, Aladje Dabo ha indicado que “desde que conocí Scholas me enamoré porque también responde a mis pasiones. Una de mis pasiones es justamente contribuir al bienestar de la comunidad, preocuparme por mi prójimo, y esa es la esencia de Scholas. (…) Porque no ve raza, no ve religión, no ve nuestra cultura per se, sino que valora la interculturalidad (…)”.

Un mural de 3 kilómetros

También se le ha presentado al Papa un mural artístico de 3 kilómetros, y Francisco ha tenido una charla relajada con los jóvenes presentes. Les ha comentado, en español, que “una vida sin crisis es una vida aséptica (…), no tiene sabor a nada”. Ha añadido que “las crisis hay que asumirlas y resolverlas (…) y raramente solos”. Ha invitado a los jóvenes a que vivan sus problemas en comunidad, ya que juntos es más fácil afrontar los problemas. Hablando del relato bíblico de la Creación, ha reflexionado sobre cómo Dios transforma el caos en cosmos. “En nuestra vida sucede lo mismo”, ha afirmado.

A continuación, se le ha invitado al Papa a dar una pincelada en el mural. Francisco ha regalado a Scholas Ocurrentes al final del acto un icono que representa al Buen Samaritano. Ha explicado la imagen a los presentes y ha comentado que “a veces en la vida hay que ensuciarse las manos para no ensuciarse el corazón”. El icono es moderno, pero realizado siguiendo fielmente las técnicas tradicionales de pintura al temple de huevo sobre una tabla preparada con pan de oro.

Para finalizar el encuentro, el Papa ha dado la bendición y ha pedido a los jóvenes que recen por él.

Al salir del edificio, Francisco, acompañado de los líderes religiosos presentes, ha asistido a la plantación de un olivo de la paz por parte de los jóvenes.

Seguidamente, se ha desplazado a la Nunciatura Apostólica para almorzar. El próximo acto será a las 16.45 h (hora de Lisboa), el primer gran encuentro con jóvenes de todo el mundo, que tendrá lugar en el Parque Eduardo VII, en el centro de Lisboa.

Mundo

El Papa pide a los jóvenes encarnar la belleza del Evangelio

Durante la mañana del 3 de agosto, el Papa Francisco se reunió con jóvenes estudiantes de la Universidad Católica Portuguesa, durante el cual pronunció un discurso en el que comparó las figuras del peregrino y del universitario.

Paloma López Campos·3 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 3 de agosto el Papa Francisco se reunió con un grupo de jóvenes estudiantes de la Universidad Católica Portuguesa. El encuentro forma parte de su agenda en la JMJ y comenzó tras la interpretación de una pieza musical, seguido de un discurso de bienvenida pronunciado por la rectora de la universidad, Isabel Capeloa Gil.

Varios estudiantes tuvieron la oportunidad de ofrecer sus testimonios, basados en “Laudato si’”, en el Pacto Educativo Mundial, la «Economía de Francisco” y el “Fondo del Papa”. Tras las intervenciones, el Santo Padre se dirigió a todos los presentes.

Francisco comenzó hablando sobre la figura del peregrino, que “literalmente significa dejar de lado la rutina cotidiana y ponernos en camino con un propósito, moviéndonos ‘a través de los campos’ o ‘más allá de los confines’, es decir, fuera de la propia zona de confort, hacia un horizonte de sentido”.

El peregrino es un reflejo de la condición humana, explicó Francisco. “Cada uno está llamado a confrontarse con grandes preguntas que no tienen una respuesta simplista o inmediata, sino que invitan a emprender un viaje, a superarse a sí mismos, a ir más allá”. Y esto, que de manera general se aplica a todos, puede verse especialmente en la vida de los universitarios.

El Papa animó a todos a ser exigentes y críticos en ese viaje de búsqueda que seguimos. “Desconfiemos de las fórmulas prefabricadas, de las respuestas que parecen estar al alcance de la mano, sacadas de la manga como cartas de juego trucadas; desconfiemos de esas propuestas que parece que lo dan todo sin pedir nada”.

Jóvenes que buscan sin miedo

Francisco fue más allá y pidió valentía en este proceso, recordando las palabras de Pessoa: “Estar insatisfecho es ser hombre”. Por ello, el Santo Padre aseguró que “no debemos tener miedo de sentirnos inquietos, de pensar que lo que hemos hecho no basta. Estar insatisfechos —en este sentido y en su justa medida—, es un buen antídoto contra la presunción de autosuficiencia y el narcisismo. El carácter incompleto define nuestra condición de buscadores y peregrinos porque, como dice Jesús, ‘estamos en el mundo, pero no somos del mundo’”.

El Papa subrayó que la inquietud no debe preocuparnos. Las alarmas deben saltar “cuando estamos dispuestos a sustituir el camino a recorrer por el detenernos en cualquier oasis —aunque esa comodidad sea un espejismo—; cuando sustituimos los rostros por las pantallas, lo real por lo virtual; cuando, en lugar de las preguntas que desgarran, preferimos las respuestas fáciles que anestesian”.

Francisco fue claro en su mensaje a los jóvenes: buscad y arriesgad. “En este momento histórico los desafíos son enormes y los quejidos dolorosos, pero abrazamos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto; no en el final, sino al comienzo de un gran espectáculo. Sean, por tanto, protagonistas de una ‘nueva coreografía’ que coloque en el centro a la persona humana, sean coreógrafos de la danza de la vida”.

Una educación que da fruto

El Santo Padre quiere que los jóvenes sueñen y se lancen a dar fruto. Por tanto, dijo: “Tengan la valentía de sustituir los miedos por los sueños; ¡no sean administradores de miedos, sino emprendedores de sueños!”.

Francisco también aprovechó para lanzar un mensaje a los encargados de la educación en el mundo. Pidió que las universidades eviten estar comprometidas “en formar a las nuevas generaciones sólo para perpetuar el actual sistema elitista y desigual del mundo, en el que la instrucción superior es un privilegio para unos pocos”.

El Papa puso un gran énfasis en señalar que la educación es un regalo destinado a dar fruto. “Si el conocimiento no es acogido como responsabilidad, se vuelve estéril. Si el que ha recibido una instrucción superior —que hoy, en Portugal y en el mundo, sigue siendo un privilegio— no se esfuerza por restituir algo de aquello con lo que ha sido beneficiado, en el fondo no ha comprendido lo que se le ha ofrecido”.

Por ello, Francisco afirmó que “el título de estudio, en efecto, no puede ser visto sólo como una licencia para construir el bienestar personal, sino como un mandato para dedicarse a una sociedad más justa e inclusiva, es decir, más desarrollada”.

Los jóvenes y el auténtico progreso

El Santo Padre aprovechó también para hablar sobre el progreso real que pide el mundo para hacernos cargo de la casa común. “Esto no se puede hacer si una conversión del corazón y un cambio en la visión antropológica que está en la base de la economía y de la política”.

Pero antes hay que dar otro paso. Francisco subrayó “la necesidad de redefinir lo que llamamos progreso y evolución”. El Papa expresó su preocupación, pues “en nombre del progreso, se ha abierto el camino a una gran regresión”. Pero el Pontífice advirtió que tiene esperanza en los jóvenes: “Ustedes son la generación que puede vencer este desafío, tienen los instrumentos científicos y tecnológicos más avanzados, pero, por favor, no caigan en la trampa de visiones parciales”.

Francisco pidió a los jóvenes universitarios tener en cuenta la ecología integral a la hora de buscar soluciones. “Necesitamos escuchar el sufrimiento del planeta junto al de los pobres; necesitamos poner el drama de la desertificación en paralelo al de los refugiados, el tema de las migraciones junto al del descenso de la natalidad; necesitamos ocuparnos de la dimensión material de la vida dentro de una dimensión espiritual. No crear polarizaciones sino visiones de conjunto”.

Encarnar el Evangelio

El discurso del Papa finalizó con una alusión a la fe de los jóvenes. “Quisiera decirles que hagan creíble la fe a través de sus decisiones. Porque si la fe no genera estilos de vida convincentes, no hace fermentar la masa del mundo. No basta con que un cristiano esté convencido, debe ser convincente”. 

Francisco recalcó que esto es responsabilidad de todo católico, llamado a ser discípulo por el Bautismo. “Nuestras acciones están llamadas a reflejar la belleza —a la vez alegre y radical— del Evangelio”. Y esto debe lograrse recuperando “el sentido de la encarnación. Sin la encarnación, el cristianismo se convierte en ideología; es la encarnación la que nos permite asombrarnos por la belleza que Cristo revela a través de cada hermano y hermana, de cada hombre y mujer”.

Mundo

El Papa invita a no «jubilarse» del «celo apostólico»

El Papa llegó ayer, 2 de agosto, a Lisboa para celebrar la JMJ con los jóvenes. El primer día cerró su agenda con el rezo de vísperas en el Monasterio de los Jerónimos y hoy se encontrará con jóvenes universitarios en la Universidad Católica Portuguesa. Por la tarde, tendrá lugar el primer gran encuentro con jóvenes de todo el mundo en el Parque Eduardo VII, situado en el centro de Lisboa.

Loreto Rios·3 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa continúa su participación en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. Ayer, después de reunirse por la tarde con el presidente de Portugal, Augusto Ernesto dos Santos Silva, y el primer ministro, António Costa, se desplazó al Monasterio de los Jerónimos para rezar vísperas acompañado de obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y agentes de pastoral.

Llegó al monasterio a las 18.30 h (hora local de Lisboa) y fue recibido en la entrada principal por el cardenal Manuel Clemente, el presidente de la Conferencia Episcopal portuguesa y obispo de Leiria-Fátima, monseñor José Ornelas Carvalho, y por el párroco.

A continuación, el Papa presidió la oración de vísperas. En la homilía, pronunciada en español, indicó que se siente “feliz de estar entre ustedes para vivir junto a tantos jóvenes la Jornada Mundial de la Juventud, pero también para compartir vuestro camino eclesial, vuestros cansancios y esperanzas”.

No «jubilarse» del «celo apostólico»

Reflexionando sobre los primeros encuentros de Jesús con los apóstoles, el Papa indicó que a veces podemos experimentar cansancio “cuando nos parece que entre las manos sólo tenemos redes vacías. Es un sentimiento bastante difundido en los países de antigua tradición cristiana, afectados por muchos cambios sociales y culturales, y cada vez más marcados por el secularismo, por la indiferencia hacia Dios y por un creciente distanciamiento de la práctica de la fe. Y aquí está el peligro, que entra la mundanidad.

Y esto a menudo se acentúa por la desilusión o la rabia que algunos alimentan en relación a la Iglesia, en algunos casos por nuestro mal testimonio y por los escándalos que han desfigurado su rostro, y que llaman a una purificación humilde, constante, partiendo del grito de dolor de las víctimas, que siempre han de ser acogidas y escuchadas. (…) En cambio, confiemos en que Jesús continúa tendiendo la mano, sosteniendo a su amada Esposa. Llevemos al Señor nuestras fatigas y nuestras lágrimas, para poder afrontar las situaciones pastorales y espirituales, dialogando entre nosotros con apertura de corazón para experimentar nuevos caminos a seguir. Cuando estamos desanimados, conscientes o no del todo conscientes, nos ‘jubilamos’, nos ‘jubilamos’ del celo apostólico (…)”.

Sin embargo, el Papa ha indicado que, en ese momento de desánimo, es cuando Jesús se sube a la barca y les pide a los apóstoles que echen de nuevo las redes. “Él viene a buscarnos en nuestras soledades, en nuestras crisis, para ayudarnos a recomenzar. La espiritualidad del recomienzo. No le tengan miedo. Así es la vida: caer y recomenzar, aburrirse y recibir de nuevo la alegría”.

Echar la «red del Evangelio»

El Pontífice también hizo un llamamiento a la esperanza en medio de este mundo secularizado: “Hay muchos abismos en la sociedad de hoy, también aquí en Portugal, en todas partes. Tenemos la sensación de que falta el entusiasmo, la valentía de soñar, la fuerza de afrontar los desafíos, la confianza en el futuro; y, mientras tanto, navegamos en la incertidumbre, en la precariedad, sobre todo económica, en la pobreza de amistad social, en la falta de esperanza. A nosotros, como Iglesia, se nos ha confiado la tarea de sumergirnos en las aguas de este mar echando la red del Evangelio, sin señalar con el dedo, sin acusar, sino llevando a las personas de nuestro tiempo una propuesta de vida, la de Jesús (…)”.

Francisco finalizó la homilía pidiendo la intercesión de la Virgen de Fátima, el ángel de Portugal y san Antonio de Padua.

Encuentros con jóvenes

Una vez concluidas las vísperas, el Papa se dirigió en automóvil a la Nunciatura Apostólica de Lisboa, donde cenó en privado. También se reunió con víctimas de abusos del clero portugués. La reunión duró más de una hora y se desarrolló «en un clima de intensa escucha», según señala Vatican News.

Hoy, el Papa se encontrará con jóvenes universitarios en la Universidad Católica Portuguesa, donde bendecirá la primera piedra del Campus Veritatis. Sobre las 11:40 h (hora de Lisboa), se desplazará a Cascais para reunirse con los jóvenes que se encuentran en la sede de las Scholas Occurrentes.

Por la tarde, a las 16:45 h de Lisboa, tendrá lugar uno de los grandes eventos de esta JMJ: el primer gran encuentro con jóvenes de todo el mundo, en el Parque Eduardo VII, situado en el centro de Lisboa.

Zoom

Una oración por Hiroshima

Una niña reza después de soltar una linterna de papel en el río Motoyasu frente a la destruida Cúpula de la Bomba Atómica en Hiroshima. Cada 6 de agosto se recuerda el lanzamiento de la bomba atómica sobre esta ciudad que se ha convertido en símbolo del desarme nuclear

Maria José Atienza·3 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Evangelio

Aliento en los momentos difíciles. Domingo XVIII del Tiempo Ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XVIII domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·3 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La gloria que Jesús reveló en el monte Tabor permitió a sus tres discípulos más cercanos vislumbrar la gloria que le pertenece como Hijo divino y que recibirá su Sagrada Humanidad cuando sea exaltado a la derecha del Padre. 

Por eso no sorprende que la liturgia de la Iglesia nos ofrezca como primera lectura de hoy el texto del profeta Daniel, en el que vemos cómo se confiere la gloria a un misterioso “Hijo del hombre”. Es una profecía de Jesús y de la gloria que acabaría recibiendo su humanidad. 

Esta es la fiesta que celebramos hoy, que nos permite vislumbrar la gloria de la que seremos testigos aún más espléndidos en el cielo si permanecemos fieles. Jesús dio a sus tres discípulos esta visión para prepararlos y fortalecerlos para el escándalo de su Pasión. 

Los tres hombres que le vieron glorioso en el monte Tabor le verían llorar de angustia en el huerto de Getsemaní. Si estamos dispuestos a permanecer fieles en los malos momentos (no es que estos tres discípulos fueran realmente fieles en el huerto, pero lo fueron más tarde), Dios nos glorificará en el cielo, donde seremos testigos y partícipes de la gloria de Cristo.

Jesús levantó brevemente el telón para mostrar su gloria y también dio una visión de ella a dos de las más grandes figuras del Antiguo Testamento, Moisés y Elías. En su estancia en la tierra de los muertos, esperando el desconocido día de su liberación, también ellos necesitaban conocer el valor salvífico de la Pasión de Jesús, su “éxodo”, su viaje más allá de la muerte para conquistarla. Habrían vuelto para contar a sus compañeros de estancia que su largo sueño pronto terminaría y que Jesús los llevaría al cielo. 

Todos necesitamos aliento en los momentos difíciles y eso es lo que Jesús nos ofrece hoy, aunque en cierto sentido todas las fiestas, todos los domingos, nos ofrecen ese aliento. Cada domingo es una nueva Resurrección, un anticipo de la gloria y el triunfo que aguardan a las almas fieles. Pedro se sintió ciertamente animado. 

Tanto que quiso prolongar la experiencia construyendo tres tiendas, una para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías, como para seguir “acampando” en este lugar celestial. 

Esta experiencia perduraría en él tan poderosamente que años más tarde volvería a escribir sobre ella en su segunda epístola (la segunda lectura de hoy): “Esta misma voz, transmitida desde el cielo, es la que nosotros oímos estando con él en la montaña sagrada”. 

Habla de ver la “sublime gloria” y de oír al Padre proclamar a Jesús como “mi Hijo amado, en quien me he complacido”. Una gran parte del cielo es compartir la propia filiación de Jesús, ser hijos, hijas, de Dios en él. 

Y cuanto más vivimos nuestra propia filiación divina, cuanto más -guiados por el Espíritu Santo- apreciamos a Dios como Padre ya ahora en la tierra, más empezamos a compartir la alegría del cielo.

La homilía sobre las lecturas del domingo XVIII del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Mundo

Los jóvenes están en Lisboa para «compartir la esperanza del Evangelio»

El Papa llegó el 2 de agosto a Lisboa y tuvo un encuentro con el presidente de Portugal, las autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático en el Centro Cultural de Belém de Lisboa. En el discurso ante las autoridades, afirmó que los jóvenes están en Lisboa para "compartir la esperanza del Evangelio".

Loreto Rios·2 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Tras su llegada a Lisboa, el Papa se ha desplazado en automóvil a la residencia del presidente, el Palacio Nacional de Belém, donde ha tenido lugar la ceremonia de bienvenida y un intercambio de regalos.

Sobre las 12.15 h (hora local de Lisboa), el Pontífice ha sido recibido por las autoridades políticas, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático en el Centro Cultural de Belém de Lisboa.

El Papa está «contento de estar en Lisboa»

En su discurso ante las autoridades, el Papa ha afirmado que está “contento de estar en Lisboa, ciudad de encuentro que abraza diferentes pueblos y culturas, y que en estos días se vuelve todavía más universal; se transforma, de alguna manera, en la capital del mundo. Esto se ajusta bien a su carácter multiétnico y multicultural ―pienso en el barrio Mouraria, donde viven en armonía personas provenientes de más de sesenta países―, y descubre el rasgo cosmopolita de Portugal, que ahonda sus raíces en el deseo de abrirse al mundo y explorarlo, navegando hacia horizontes nuevos y más amplios”.

También ha señalado que el mar en Lisboa “es mucho más que un elemento paisajístico, es una vocación impresa en el alma de cada portugués (…). Frente al océano, los portugueses reflexionan sobre los inmensos espacios del alma y el sentido de la vida en el mundo. Y yo también, dejándome llevar por la imagen del océano, quisiera compartir algunos pensamientos”.

A continuación, el Papa ha reflexionado sobre el hecho de que el océano une pueblos, países, tierras y continentes y que “Lisboa, ciudad del océano, nos recuerda la importancia del conjunto, el valor de las fronteras como zonas de contacto, no como barreras que separan”. Francisco ha señalado que hoy en día los problemas de la humanidad son globales, y solamente juntos se puede hacer frente a ellos.

La JMJ: «impulso de apertura universal»

Recordando que en Lisboa se firmó el Tratado de reforma de la Unión Europea en 2007, el Papa ha señalado que espera que “la Jornada Mundial de la Juventud sea, para el ‘viejo continente’, un impulso de apertura universal. Porque el mundo necesita a Europa, a la verdadera Europa; necesita de su papel de constructora de puentes y de paz en su parte oriental, en el Mediterráneo, en África y en Oriente Medio.

De ese modo, Europa podrá aportar, dentro del escenario internacional, su originalidad específica, esbozada en el siglo pasado cuando, desde el crisol de los conflictos mundiales, encendió la chispa de la reconciliación, haciendo posible el sueño de construir el mañana con el enemigo de ayer, de abrir caminos de diálogo e inclusión, desarrollando una diplomacia de paz que apague los conflictos y alivie las tensiones, capaz de captar los más tenues signos de distensión y de leer entre las líneas más torcidas”.

A este respecto, el Papa ha reflexionado sobre la deriva de Europa y el camino que está siguiendo Occidente: “Pienso en tantos niños no nacidos y ancianos abandonados a su suerte; en la dificultad por acoger, proteger, promover e integrar a los que vienen de lejos y llaman a las puertas; en la soledad de muchas familias que luchan por traer al mundo y criar a sus hijos”.

«Compartir la esperanza del Evangelio»

Ha señalado que Lisboa, que acoge estos días a “un océano de jóvenes”, nos da motivos de esperanza. “No están en las calles para gritar de rabia, sino para compartir la esperanza del Evangelio. Y si desde muchos sectores se respira hoy un clima de protesta e insatisfacción, terreno fértil para el populismo y las teorías conspirativas, la Jornada Mundial de la Juventud es una oportunidad para construir juntos”.

Para concluir, el Papa ha señalado tres “laboratorios de esperanza” en los que trabajar: el medio ambiente, el futuro y la fraternidad. Sobre esta última, Francisco ha señalado que los cristianos la “aprendemos de Nuestro Señor Jesucristo. (…) He sabido que aquí hay muchos jóvenes que cultivan el deseo de hacerse prójimos; pienso en la iniciativa Missão País, que lleva a miles de chicos y chicas a vivir en el espíritu del Evangelio experiencias de solidaridad misionera en zonas periféricas, especialmente en aldeas del interior del país, donde visitan a muchos ancianos que están solos. Quisiera agradecer y animar, junto a las muchas personas de la sociedad portuguesa que se preocupan por los demás, a la Iglesia local, que hace tanto bien, sin protagonismos”.

Después de comer, el Papa se encontrará con el presidente de la asamblea de la república, Augusto Ernesto dos Santos Silva, y con el primer ministro, António Costa.

El último acto de hoy para el Papa será el rezo de vísperas acompañado por el clero local en el Real Monasterio de Santa Maria di Belém.