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Enrique Shaw: el Vaticano confirma que se puede ser un empresario santo

El Vaticano confirmó el 18 de este mes que el Papa León XIV aprobó un milagro atribuido a la intercesión de un laico argentino, el ahora venerable Enrique Ernesto Shaw, despejando el camino para su beatificación.

OSV / Omnes·26 de diciembre de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos
Enrique Shaw, empresario argentino.

El 18 de diciembre de 2025, el Papa León XIV aprobó un milagro atribuido a la intercesión del Venerable Enrique Ernesto Shaw (en la fotografía), empresario argentino y padre de 9 hijos (Foto de OSV News/Dominio público),

En el Evangelio de Mateo, Jesús les dice a sus discípulos que “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios”. Estas palabras han resonado durante siglos como advertencia y desafío, no porque la salvación sea imposible para los ricos, sino porque es exigente. El 18 de diciembre, el Vaticano confirmó que un laico argentino, Enrique Shaw, cumplió con ese desafío.

Y anunció que el Papa León XIV había aprobado un milagro atribuido a la intercesión del venerable Enrique Ernesto Shaw, despejando de este modo el camino para su beatificación.

Shaw, esposo y padre de nueve hijos

Shaw, quien falleció en 1962 a los 41 años, no era sacerdote ni religioso. Era esposo, padre de nueve hijos, oficial naval y empresario, y falleció en una situación de solvencia económica, o riqueza. Sin embargo, su vida, vivida con una inusual coherencia entre fe y acción, le ha convertido en uno de los próximos aspirantes a la gloria en Argentina.

Nacido en 1921 en el Hotel Ritz de París en el seno de una familia argentina, Shaw creció en un ambiente privilegiado, pero eligió un camino marcado por la disciplina, el servicio y la oración. Pasó la mayor parte de su infancia en Argentina, pero vivió un año en Estados Unidos con su padre y su hermano tras el fallecimiento de su madre cuando él tenía 4 años. Fue allí donde Shaw recibió el sacramento de la confirmación. 

Aunque su padre era un católico no practicante, cumplió una promesa que le hizo a su esposa moribunda de criar a sus hijos en la fe.

Más rasgos biográficos

Shaw sigue siendo el graduado más joven de la escuela naval de Argentina, ingresando a los 14 años. Cuando se retiró a los 24 años, había alcanzado el rango de teniente.

Shaw regresó a Estados Unidos varias veces, pero un viaje decisivo fue el de 1945, cuando la Armada Argentina lo envió a estudiar meteorología. Llegó a Nueva York el 2 de septiembre de 1945, el día del fin de la Segunda Guerra Mundial, ya con un cambio de actitud. 

Conexión economía-empresa y Evangelio

Durante el viaje, Shaw conversó varias veces con Monseñor Reynold Hillenbrand, sacerdote de Chicago conocido por formar líderes católicos a través del compromiso social y la pastoral laboral.

Monseñor Hillenbrand convenció a Shaw de que nunca sería “simplemente un trabajador más”, sino que podría marcar la diferencia como hombre de negocios.

Bajo la guía de Hillenbrand, Shaw dejó la Marina y se adentró en el mundo empresarial, convencido de que la vida económica no estaba separada del Evangelio, sino que era uno de sus ámbitos más exigentes. Esta conexión atrajo la atención del Papa León XIV, quien se encontraba en Chicago. 

León XIV: es posible ser empresario y santo

En un mensaje a la XXXI Conferencia Industrial de Argentina, el Papa escribió que la vida de Shaw demuestra que es posible ser a la vez empresario y santo, que la eficiencia económica y la fidelidad al Evangelio no son mutuamente excluyentes, y que la caridad puede penetrar incluso las estructuras industriales y financieras.

Estudia en Harvard y dirige Rigolleau

Shaw fundó la Asociación Cristiana de Ejecutivos de Empresas de Argentina. Inspirado por la formación que recibió en la Escuela de Negocios de Harvard —donde estudió por invitación a pesar de no haber solicitado admisión—, ayudó también a fundar la Universidad Pontificia de su país.

Al mismo tiempo, asumió la dirección general de la empresa familiar de su esposa, Cristalería Rigolleau, tuvo nueve hijos, dirigió la sección masculina de Acción Católica en Argentina y ayudó a fundar la oficina local de Cáritas. En Rigolleau, Shaw estableció un fondo de pensiones y un sistema de salud para los 3.400 trabajadores de la empresa, brindando atención médica, apoyo financiero en caso de enfermedad y préstamos para eventos importantes de la vida.

Más de 260 trabajadores donaron sangre para él

Todo esto ocurrió antes de que Shaw falleciera de cáncer a los 41 años, tras seis años de lucha. Unos 260 trabajadores donaron sangre para ayudar al hombre que los conocía por su nombre, preguntaba con frecuencia por sus familias y llevaba una pequeña libreta para anotar sus necesidades.

Poco antes de morir, Shaw les dio las gracias: “Puedo decirles que ahora casi toda la sangre que corre por mis venas es sangre de trabajadores. Por eso, me identifico más que nunca con ustedes, a quienes siempre he querido y considerado, no como simples albaceas, sino también como ejecutivos”.

Empresa: comunidad de personas, dignidad humana

Shaw entendía el mundo empresarial no como una máquina de lucro, sino como una comunidad de personas. Convencido de que el trabajo debe servir a la dignidad humana, promovió relaciones laborales basadas en el diálogo, la justicia y el respeto, incluso en medio de los intensos conflictos sociales y políticos de la Argentina de la década de 1950.

Sus convicciones lo llevaron a tomar decisiones concretas. Shaw impulsó el concepto del salario familiar en Argentina, un esfuerzo pionero para garantizar que los salarios reflejaran no solo la productividad, sino también las necesidades reales del sustento familiar. Para Shaw, los salarios nunca podían ser cifras abstractas; debían posibilitar una vida digna.

Arrestado por pertenecer a Acción Católica

Su fidelidad pública a la fe tuvo un precio. En 1955, durante la severa persecución religiosa tras la quema de iglesias y el enfrentamiento entre el Estado —liderado por el presidente Juan Domingo Perón— y la Iglesia, Shaw fue arrestado dos veces por su participación en la Acción Católica. Soportó la oposición con serenidad, sin separar jamás su piedad personal de su responsabilidad pública.

Con el apoyo de su compatriota argentino, el papa Francisco, la causa de Shaw avanzó lenta pero firmemente. Sin embargo, lo que finalmente abrió la puerta definitiva fue una curación que la medicina no podía explicar.

Su causa: curación inexplicable de un niño

El 21 de junio de 2015, un niño de 5 años sufrió una lesión cerebral devastadora tras ser pateado por un caballo cerca de Suipacha, en las afueras de Buenos Aires. Los médicos advirtieron a la familia que su estado era tan grave que la cirugía podría no ser aconsejable. Ante un pronóstico desalentador, los padres confiaron su hijo a la intercesión de Shaw.

El niño sobrevivió y hoy, ya adolescente, lleva una vida normal sin secuelas. La Iglesia reconoció formalmente la curación como milagrosa y publicó el decreto el 18 de diciembre, con la aprobación del papa León XIV.

Fernán de Elizalde, administrador de la causa, dijo a Infobae que en el momento crítico, el padre del niño rezó: “Cambio tu santidad por la salud de mi hijo”.

Vocación de los laicos

La aprobación marca un momento significativo no solo para Argentina, sino para una iglesia global cada vez más centrada en la vocación del laicado. La vida de Shaw ofrece una respuesta concreta a una de las tensiones persistentes del cristianismo: cómo vivir la riqueza, el poder y la responsabilidad sin perder el alma.

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– Inés San Martín es vicepresidenta de Marketing y Comunicaciones de las Obras Misionales Pontificias de EEUU. Escribe para OSV News desde Rosario, Argentina. 

Esta información se ha publicado originariamente en OSV News en inglés, y pueden consultarla aquí.

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El autorOSV / Omnes

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