Estos días no podemos acompañar por las calles a la Dolorosa, para paliar de algún modo su dolor, su desamparo, su soledad, al ver a su Hijo cosido al madero. Pero podemos hacerlo con el corazón.
Rafael Miner·1 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 3minutos
Cada año cobran nueva luz las estaciones del Vía Crucis. Unas veces son unas escenas del Calvario; en ocasiones, otras. La Pasión de Nuestro Señor es fuente inagotable. El otro día me entretenía mirando La Piedad de Miguel Ángel, con una Madre de Jesús sorprendentemente joven; La Dolorosa, de Murillo, y tantas Dolorosas y Soledades que han sido llevadas a hombros de costaleros por la geografía española. ¡Cómo no conmoverse ante las lágrimas de nuestra Madre!
Me detengo ahora en alguna pincelada de tres estaciones: Jesús encuentra a su Santísima Madre (lV estación), Muerte de Jesús en la Cruz (XII estación), y Desclavan a Jesús y lo entregan a su Madre (XIII estación). Lo intentaremos hacer de la mano de dos santos universales, santa Teresa de Jesús y san Josemaría Escrivá, y un arzobispo recién fallecido a causa de la pandemia, don Juan del Río, a buen seguro uno de esos “santos de la puerta de al lado”, como los denomina el Papa Francisco.
Gemidos en la epidemia de 1580
En 1580, una epidemia de gripe asoló Europa, y se llevó por delante a muchas personas; entre ellas, varios amigos de Teresa de Ávila, como el caballero don Francisco de Salcedo, el arzobispo de Sevilla don Cristóbal de Rojas, y el P. Baltasar Álvarez, su antiguo confesor, a quien lloró mucho Teresa. También falleció ese mismo año su hermano e hijo espiritual, Lorenzo de Cepeda.
“La herida fue honda y le arrancó gemidos”, escribe Marcelle Auclair en su biografía sobre la santa. “No sé para qué me deja Dios sino para ver muertes de siervos de Dios, que es gran tormento”, escribió Teresa de Jesús a los 65 años, enferma casi siempre y sin embargo de asombrosa resistencia.
Llegó a estar decaída, sin ánimos, como tantos hoy, y se resistía a fundar los monasterios de Palencia y de Burgos. Hasta que “un día, después de comulgar, el Señor le repuso con tono de reproche: ‘¿Qué temes? ¿Cuándo te he yo faltado? El mismo que he sido, soy ahora; no dejes de hacer estas dos fundaciones’. A lo que la Madre exclamó: ‘¡Oh, gran Dios, y cómo son diferentes vuestras palabras a las de los hombres! Así quedé determinada y animada, que todo el mundo no bastara a ponerme contradicciones”.
“Teresa de Jesús pronunció su palabra favorita: determinación”, señala la biógrafa. “La voluntad se ha fortalecido tanto en ella que cuanto decide una cosa puede darse por hecha”, porque “el Señor ayuda a quieres determinan servirle y glorificarle”. Son palabras de Teresa de Jesús.
“No queremos dejarla sola”
En estos días intensos, en los que revivimos los misterios de nuestra fe, muchos nos preguntamos cómo consolar a Jesús, y acompañar a Santa María. El encuentro de Jesús con su Santísima Madre en la vía dolorosa, por las calles de Jerusalén, nos da una pista. Es la IV estación.
A esa voluntad de Dios se refiere san Josemaría en su libro Vía Crucis: “En la oscura soledad de la Pasión, Nuestra Señora ofrece a su Hijo un bálsamo de ternura, de unión, de fidelidad: un sí a la voluntad divina. De la mano de María, tú y yo queremos consolar a Jesús, aceptando siempre y en todo la Voluntad de su Padre, de nuestro Padre”, escribe.
En el Calvario, cuánto querríamos tener la fortaleza del joven apóstol Juan, para estar al pie de la Cruz con María, y recibirla como Madre. Porque “la Virgen Santísima es nuestra Madre, y no queremos ni podemos dejarla sola”, exclama el fundador del Opus Dei en esta obra póstuma, que vio la luz en 1981, seis años después de su muerte.
Anegada en dolor con su Hijo en brazos, queremos acompañarla estos días, con el amor.
“Nuestra soledad, derrotada”
El 1 de enero de 2018, el Papa Francisco decía en la solemnidad de la Madre de Dios: “En su Madre, el Dios del cielo, el Dios infinito se ha hecho pequeño, se ha hecho materia, para estar no solamente con nosotros, sino también para ser como nosotros.
He aquí el milagro, la novedad: el hombre ya no está solo; ya no es huérfano, sino que es hijo para siempre. El año se abre con esta novedad. Y nosotros la proclamamos diciendo: ¡Madre de Dios! Es el gozo de saber que nuestra soledad ha sido derrotada”.Estas palabras nos traen a la memoria tantas soledades de nuestro mundo. Don Juan del Río, el arzobispo castrense recién fallecido, se refería hace unos años al drama de la soledad. “De ahí que la familia deba ser rehabilitada en la primacía del amor y la unidad; también sintiéndonos parte de esa otra familia, la Iglesia, que nos acompaña en todas nuestras soledades y vacíos existenciales, ofreciéndonos la compañía de Alguien que nunca nos abandona, hasta más allá de la muerte: Jesucristo, el Señor”. Santa María, Madre Dolorosa, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
Entramos en el Triduo Pascual. El punto álgido de toda vida cristiana. ¿Qué tendrá que ver la supuesta muerte de uno en Jerusalén con mi vida en este abril de 2021? Es un misterio, pero es así: la fe es un don.
1 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 2minutos
Entramos en el culmen del año cristiano. El triduo pascual nos sumerge en los acontecimientos históricos de los que brota el cristianismo: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, Jesucristo, el hijo de Dios.
Es la síntesis de la fe, a cuyo anuncio denominamos kerygma y que consiste en una buena noticia: que la muerte ha sido vencida, que hay alguien que nos ha amado tanto que ha sido capaz de dar la vida por nosotros para salvarnos de las garras de la muerte.
¡Que no nos morimos! ¡Que la muerte se ha convertido en un paso hacia la vida!
La noticia es buena ¿verdad? La pena es que no todos se la creen. Piensan que es una fake new, una de esas leyendas que, por repetidas, no se convierten en reales. ¿Qué tendrá que ver la supuesta muerte de uno en Jerusalén con mi vida en este abril de 2021? Es un misterio, pero es así: la fe es un don.
Jesús hablaba en cuentecillos, en parábolas «para que, viendo, no vean, y oyendo no entiendan». Es una forma de dejarnos en libertad, de no obligarnos a creer. Siendo Dios, podría explicarnos su misterio de forma tan evidente que no tuviéramos más remedio que creer, pero lo explica con analogías porque hace falta libertad para amar de verdad y, la fe, es, eminentemente amar a Dios. En este sentido, la vida de Jesús es la gran parábola. Te puedes quedar en la historia y ser un mero espectador de la vida de Jesús, como quien solo va a ver las procesiones de Semana Santa por su espectacularidad y belleza, o dar el paso, creértela y que tu vida cambie en estos días y para siempre.
En una siniestra coincidencia, el pasado jueves 25 de marzo, Día de la Anunciación del Señor y Jornada por la Vida, el BOE publicó la nueva ley que regula la eutanasia y el suicidio asistido en España y que entrará en vigor en unos meses. Es una nueva victoria de la cultura de la muerte, que afirma que hay vidas que no merecen la pena. Si una vida no sirve, se tira; porque, si no hay vida más allá, solo vale lo que es útil acá.
Por eso, la fe en la Resurrección es trascendental, porque nos abre las puertas del cielo, nos da una dignidad infinita como eterna es la vida nueva que se nos regala. Este concepto de que cada persona es infinitamente valiosa es por el que los cristianos han sido siempre punta de lanza en el acompañamiento a los que, según la sociedad, menos importan: los pobres, los enfermos, los ancianos, los huérfanos, los presos, las mujeres prostituidas… Es la cultura de la vida, que proclama que todo ser humano tiene una dignidad irrenunciable.
La aprobación de la ley de la eutanasia fue acogida con cuatro minutos de aplausos de los diputados. Eran conscientes de que aquello era un momento histórico. Y desde luego que lo fue. Creyendo vencer, estaban siendo derrotados por la muerte. Viendo, no ven.
En la vigilia pascual celebraremos la victoria definitiva de la vida. ¿Seremos capaces de celebrarlo de forma que el mundo entero se dé cuenta de ello? En nuestras manos está ser testigos de esto: ¡Que somos vencedores, y no vencidos!
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.
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Jacques Philippe: “Orar es, ante todo, acoger una presencia”
Jacques Philippe es, sin duda, uno de los autores espirituales más conocidos de nuestro tiempo. A través de sus numerosas obras y retiros, este autor ha llevado a miles de personas, laicos, sacerdotes, conversos o incluso no creyentes por caminos de oración y vida cristiana en el mundo de hoy.
Omnes recoge en su número impreso de este mes de abril de 2021, una entrevista con este francés, miembro de la comunidad de las Bienaventuranzas que responde a cuestiones de actualidad como el dolor, la libertad o la necesidad de oración en nuestro mundo.
La experiencia de la pandemia ha “descolocado” a muchas personas no creyentes pero también a otras muchas, con fe pero que, en estos momentos, se preguntan:»¿cómo puede Dios permitir esta situación?»
Nos enfrentamos a la eterna cuestión de la existencia del mal en el mundo. La verdadera pregunta que hemos de hacernos, en mi opinión no es, «¿Por qué esta situación?», ya que siempre hay una parte desconocida… sino: «¿Cómo puedo vivir esta situación de manera positiva y acogerla como una posibilidad de crecimiento humano y espiritual?”
He constatado que esta situación ha hecho a muchas personas dar un salto espiritual, una mayor intensidad de oración, un compromiso más fuerte para anunciar el Evangelio, gracias a Internet, por ejemplo. Corresponde a cada uno descubrir cómo esta situación le invita a progresar en la fe, en la esperanza, en la caridad.
Como sociedad, ¿pensábamos que éramos capaces de realizar todo lo que nos viniera en gana? Esta experiencia humana ¿no la habíamos llevado, también, al ámbito de la vida cristiana?
A veces sí. La fragilidad, incluso la impotencia, que experimentamos nos recuerda que la fe no es el ejercicio del poder, sino la entrega de nuestra debilidad y fragilidad en manos de Dios. Esta situación de debilidad que estamos atravesando nos invita no a encontrar nuestra seguridad en nuestro poder, en nuestra capacidad para resolverlo o para entenderlo sino a poner nuestra seguridad en el abandono confiado en manos de nuestro Padre Celestial, tal como nos propone el Evangelio.
¿Cómo habla con Dios una persona como Jacques Philippe, que dedica su vida a hablar de Dios?
Suelo utilizar, muy a menudo las palabras de la Escritura, en particular los salmos, y las oraciones que nos ofrece la Iglesia. Creo que la oración más profunda no se trata tanto de hablar con Dios, sino simplemente de estar en su presencia en un acto de fe, acoger su amor y ofrecerse a Él a cambio. Todo esto, a través de una actitud muy sencilla del corazón, más allá de las palabras y las experiencias sensibles. Orar es, ante todo, acoger una presencia.
Una de las características de nuestro mundo es la cultura del selfie: nos miramos a nosotros mismos continuamente. ¿Cómo evitar que esto suceda en nuestra relación con Dios?
Existe una cierta obsesión por la imagen de uno mismo en nuestro mundo. Tratamos de darles a los demás una buena imagen de nosotros mismos. Terminamos existiendo sólo a los ojos de los demás. La oración nos ayuda a vivir bajo la mirada de Dios. Nuestra verdadera identidad, nuestra profunda belleza, no es algo que tenemos que producir, fabricar, algo de lo que tenemos que convencer a los demás sino que es algo que recibimos gratuitamente de Dios
Decía el joven Carlo Acutis, recientemente beatificado: “Estoy feliz de morir, porque he vivido mi vida sin perder un minuto en aquellas cosas que no agradan a Dios”. La vida de los santos constituye un poderoso argumento de credibilidad. Ellos demuestran de modo concreto y eficaz la veracidad del evangelio, que no se queda meramente en doctrina teórica ni menos aún en ideología, sino que contiene la semilla divina para desarrollar la excelencia en la existencia personal, en las sociedades y en las culturas.
Cercano y poderoso
Sus vidas intensas, impulsadas por la fe, muestran de modo cercano y poderoso el humanismo definitivo contenido en el mensaje cristiano, que hace presente en el mundo la novedad sobrenatural del Reino de Dios. Su existencia, llena del fuego del Espíritu, refuta no solo la impostura de un pretendido humanismo ateo, desmentido además por los terribles regímenes totalitarios del mundo contemporáneo, sino también la pretensión de un cristianismo tibio y mediocre, mundanizado, incapaz de transmitir la vida de fe.
Evangelio vivo
Los santos son realmente evangelio vivo, vivido, expresado en la historia de personas de todas las condiciones: son prolongación o continuación de Cristo mismo y de su obra en el tiempo y en el espacio, en la amplísima variedad de circunstancias, formas y opciones. La Iglesia presenta todos estos testimonios asombrosos pero asequibles, tangibles, -los santos “de la puerta de al lado” (Francisco), “de la vida ordinaria” (san Josemaría)- como motor fundamental de su misión evangelizadora.
Atracción hacia Jesús
Las vidas luminosas y sencillas, verdaderamente virtuosas, de los santos, convencen de la plenitud que ofrece Cristo. Son “el rostro mas hermoso de la Iglesia, esposa de Cristo” (Francisco); son destello de la belleza divina encarnada. Atraen fuertemente hacia Jesús, causa de redención universal y modelo acabado para todos, mediante su sabiduría superior, eterna; influyen poderosamente con su vida de oración, de intercesión y de sacrificio escondido; regeneran los pueblos con su ejemplo de caridad generosa, audaz y heroica.
Así oraba santa Faustina Kowalska: “Ayúdame, Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.”
Los santos y las santas “han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia” (san Juan Pablo II). Ellos se perfilan como “estrellas de esperanza”, y señalan a Cristo como el único Salvador (Benedicto XVI). Son luminaria clara y guía segura en la peregrinación terrena hacia el cielo.
Andrea Mardegan comenta las lecturas del domingo de Resurrección
Andrea Mardegan·31 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 2minutos
En la Vigilia Pascual leemos la resurrección según Marcos. María de Magdala, María la madre de Santiago el menor, y Salomé, habían seguido y servido a Jesús desde Galilea, han visto su cruz y su sepultura. Los hombres se han escapado y están consternados. Las mujeres, portadoras de vida, van hacia donde les lleva el corazón, hacia el sepulcro, con la fuerza del amor que quieren manifestar hasta el final, con el deseo antiguo de toda la humanidad de llenar de afecto el cuerpo ya frío de una persona amada, con los aceites aromáticos comprados con anticipación, quién sabe cuándo. Con el ingenio del amor, que es más fuerte que la muerte.
Pero la muerte hasta aquel día tenía la palabra definitiva. Habían observado a José de Arimatea que envolvía el cuerpo de Jesús en una sábana nueva, lo deponía en un sepulcro excavado en la roca y hacía rodar una piedra para cubrir su entrada. Habían memorizado todo.
Van al amanecer: se citaron, se levantaron de noche y, en cuanto pudieron moverse, van. Fuertes por el amor a Jesús, y por la amistad entre ellas. No las detiene la imposibilidad física de mover la piedra, la imposibilidad de la humanidad de mover la certeza granítica de la muerte. Y así el gesto de su cuerpo “levantando la mirada” se convierte para los creyentes en un gesto de fe: si miras hacia arriba, verás que la piedra de la muerte ha sido destruida por este día de la resurrección. Entran sin miedo, es más, con el deseo de acariciar con el aceite aromático aquel cuerpo tan amado: son expertas en la muerte, como toda la humanidad. Y en lugar de un cadáver destrozado, encuentran a un joven, no tendido, sino sentado; no desnudo, sino vestido de gloria, y entonces les entra el miedo.
Aquella voz joven de cielo sobre la tierra, las anima: “No tengáis miedo”. ¡El crucificado ha resucitado! Mirad su sepulcro, está vacío. Sed vosotras quienes los anunciéis a los discípulos y a Pedro, que es el jefe. No importa que haya renegado de él, porque Dios no echa el traidor, sino que lo perdona y rehabilita. Vosotras, mujeres, que no podéis ser testigos, sois las elegidas por Dios como testigos de la resurrección de su Hijo, delante de los jefes de la Iglesia. Jesús Nazareno os espera a todos en Galilea, donde ha iniciado este Evangelio. Recordad todo lo que ha hecho y dicho con la luz de esta mañana. En el evangelio de la Vigilia no se lee un versículo como el siguiente: “Ellas salieron y huyeron del sepulcro, pues estaban sobrecogidas de temblor y fuera de sí. Y no dijeron nada a nade, porque estaban atemorizadas”. Que nuestro miedo humano frente al misterio de la vida nueva en Cristo se convierta en valor, que el silencio se transforme en palabra, y que la fuga se cambie en regreso y cercanía.
“Vivir la Semana Santa con todos los sentidos”, exhortan los pregoneros
Mientras en 2020 se suspendieron la mayoría de los pregones de Semana Santa en España, este año han cobrado nueva vida, también por las redes, a pesar de la pandemia y los cierres perimetrales.
Rafael Miner·31 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 4minutos
El confinamiento en el que los españoles vivimos la Semana Santa el pasado año, en medio de una primera ola de contagios y fallecidos en máximos, ha dejado paso este año, con el comienzo de la vacunación, a retomar los pregones de Semana Santa, aunque las procesiones o las pasiones vivientes se hayan suspendido debido a las medidas sanitarias de prudencia.
Entre las fórmulas elegidas en 2021 se encuentran la tradicional del conferenciante o pregonero en un templo, normalmente la catedral, como la del cardenal Carlos Amigo en Madrid, o el de la historiadora y profesora universitaria de Historia del Arte, María Antonia Fernández del Hoyo, en Valladolid; el pronunciado a través de las redes, como fue el caso de la periodista Cristina del Olmo en la diócesis de Barbastro-Monzón, que dictó el pregón desde su parroquia de Santa María la Antigua de Vicálvaro (Madrid); o las de Sevilla y Córdoba, que tuvieron lugar en sendos teatros.
En la capital hispalense, se organizó en el teatro de la Maestranza un acto de homenaje al pregón de la Semana Santa, en el que participaron varios de los grandes pregoneros de los últimos treinta años, además de Julio Cuesta, nombrado para el año pasado. Y en Córdoba, el gran Teatro fue escenario de un pregón ciertamente original, presentado por Rafael Fernández, quien iba a pronunciar el suspendido de 2020, y compuesto por textos seleccionados de los pregones de diversos años.
“La creatividad del amor”
Como señaló Cristina del Olmo, presentada por la redactora jefe de la revista Ecclesia, Sara de la Torre, “esta Semana Santa que, por segundo año consecutivo se celebrará con más o menos presencia en las iglesias, según las restricciones establecidas por la evolución de la pandemia, nos lleva a poner en práctica más que nunca la ‘creatividad del amor’”.
“Será una Semana Santa sin procesiones”, añadió Del Olmo, “pero estoy segura que saldrá vuestro corazón cofrade a las calles y seguiréis dando testimonio de la fe en la resurrección con vuestros gestos de alegría y de ternura hacia los demás”, añadió la periodista, que trabaja actualmente en la Conferencia Episcopal Española (CEE).
“Os he llevado todo este año en mi corazón con una especial emoción. Me gustaría citar aquí a todos y cada uno de vosotros que habéis perdido a un familiar, que estáis pasando por situaciones duras por falta de trabajo, de soledad o de enfermedad. Para vosotros especialmente la vivencia de la Pasión y la Resurrección tendrá más sentido que nunca”, añadió, para terminar con esta llamada a la evangelización: “Seamos apóstoles de calle, capaces de anunciar al Dios vivo, al que camina con nosotros. Seamos apóstoles que alegren la vida al prójimo”.
“Unirse a los sentimientos de Cristo”
“Aquí y ahora, pondremos gratitud en la celebración de ayer y viviremos la de hoy con fe y devoción”, con “normas que hemos de acatar”, porque “si queremos ser buenos cristianos tendremos que ser honrados ciudadanos”, comenzó señalando en la catedral de la Almudenael cardenal Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla. En sus palabras, subrayó que la Semana Santa enlaza con la “Buena Noticia de la Pasión, Muerte y Resurrección”, y que “un cristiano se une a los sentimientos de Cristo y quiere identificarse con Él”.
Su consejo práctico se centró la vivencia de estos días santos. “La Semana Santa hay que vivirla con todos los sentidos”, encontrándonos con el Señor. “Veremos sus gestos, su rostro herido, oiremos sus palabras, que hablan de su sumisión a la voluntad de Dios Padre, tocaremos sus heridas y haremos nuestro su dolor”, manifestó.
El cardenal Amigo, que es gran prior de la Lugartenencia de España de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, añadió que la Semana Santa es una ocasión para “reencontrarse con lo mejor de nuestra condición de creyentes” y destacó que el “rostro maltratado” de Cristo “no deja indiferente”, sino que lleva a ser “testigo” en medio del dolor y la incertidumbre, también en este tiempo de pandemia, con “incomprensiones, tropiezos y resbalones de todo tipo”, tal como han recogido la cadena Cope y la web del arzobispado de Madrid.
“Preparad mentes y corazones, sentimientos y fe para honrar y vivir con la devoción más sincera y profunda la Pascua del Señor Resucitado. Y que todo sea para alabanza de Dios, de Jesucristo el Salvador y Redentor, y de su bendita Madre la Virgen María”, concluyó.
En su presentación, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, destacó del cardenal Amigo, entre otras cosas, que sabe “establecer lazos de comunión con las personas”, hasta el punto de que es “el obispo de España que más ha hecho por las relaciones interconfesionales”.
“Nos regaló la libertad”
Junto a la figura del Ecce Homo de Gregorio Fernández, perteneciente a la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, la historiadora María Antonia Fernández manifestó en la catedral de Valladolid: “La Semana Santa es recuerdo y vivencia de quien con su muerte nos regaló la libertad, la vida auténtica. Pregonamos en voz alta el amor frente al egoísmo, la esperanza frente al pasotismo. Pregonamos un mundo nuevo, siempre haciéndose, en transformación, donde el hombre es pieza clave, por ser redimido por Jesús”.
“La Semana Santa tiene un profundo significado para los cofrades y para todos los creyentes mucho más”, a juicio de la historiadora, a la que le “parece absurdo contraponer el sentido devocional, el contenido religioso de una escultura, a su interés artístico. Cuanto más hermosa sea una obra de arte, tanto más llegará a la sensibilidad de quien la contempla”.
“Es mucho lo que la historia del Arte debe a la religión católica”, señaló, como recoge El Norte de Castilla. “El mecenazgo de la Iglesia, también de tantos creyentes laicos, ha permitido la creación de un inmenso patrimonio artístico”, añadió María Antonia Fernández en un acto en el que estuvo presente el alcalde de la capital vallisoletana, Oscar Puente, junto al arzobispo y cardenal Ricardo Blázquez, y el obispo auxiliar, Luis Argüello, secretario general y portavoz de la CEE.
Card. Cañizares: «El reto de la Iglesia de hoy es que la gente crea»
Antonio Cañizares Llovera es uno de los prelados que mejor conoce la Iglesia, tanto universal como española. Pastor de diócesis como Granada, Toledo o Valencia, su trabajo en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos le hizo “ver la Iglesia tal y como es: misterio de unidad y conocer las Iglesias jóvenes y necesitadas del Tercer Mundo”.
Omnes recoge, en su versión impresa de este mes de abril, una extensa entrevista con el Cardenal Arzobispo de Valencia quien, en los últimos meses ha protagonizado no pocos titulares con iniciativas como la salida de Nuestra señora de los Desamparados en un coche por las calles de Valencia o la creación de la Fundación Pauperibus a través de la que el Obispado se desprenderá de varios bienes para poner el dinero al servicio de los más necesitados.
“La Virgen salió porque ella quería salir”
En las últimas semanas, le hemos visto recorrer hospitales y otros lugares de Valencia junto a la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados en el llamado Mare-Móvil ¿De dónde surgió la idea de esta peculiar salida mariana?
La Virgen salió porque Ella quería salir. Quería visitar a la gente, estar con la gente y hemos hecho caso a la Virgen. Lo que hemos hecho, sencillamente, es aquello que Nuestra Madre quería y lo que el pueblo valenciano quería también. Al inicio de la pandemia ya me lo pidieron, pero, en estas últimas semanas, era tan insistente la llamada que nos hacía la Virgen, ese deseo suyo de ver a su pueblo, que me dije “Hemos de consentir esa petición, porque no es nuestra, es de Nuestra Madre”. Eso es lo mas bonito de esta salida. No ha sido una salida sin más. Yo pude acompañarla un día y fue, para mí, una jornada de gracia, de luz y de esperanza.
Ha habido anécdotas preciosas. Anécdotas que expresan cómo es el pueblo valenciano y cómo vive aquello que se dice en nuestro himno a la Virgen “la fe per Vos no mor”: la fe no muere gracias a Ella.
Una de las iniciativas que usted ha anunciado es la creación de de la fundación Pauperibus, a través de la que se venderán algunos bienes patrimoniales de la diócesis para destinar el dinero a los más pobres. ¿Cuál es la razón de una nueva iniciativa de este tipo?
En Valencia tenemos los ejemplos de santos obispos como santo Tomás de Villanueva o el beato cardenal Ciriaco María Sancha, quien murió tras visitar a los más pobres en una helada en Toledo… ¿Cómo yo, siendo sucesor de estos obispos, no iba a hacer algo semejante? Pauperibus es eso: una fundación para los más pobres. Por eso ha sido acogida estupendamente por sacerdotes y fieles. Se trata de hacer rendir unos bienes del obispado, en concreto, varios cuadros. ¿Dónde está mejor el dinero de los pobres? ¿colgado?, ¿o puesto al servicio de los más necesitados, haciendo negociar lo que hemos recibido del Señor?
Todo lo hemos recibido, nada es nuestro, todo es de Dios, y Dios ama a los últimos. La Iglesia es pobre y ha de aparecer como lo que es: pobre. Su riqueza es Dios y nada más que Dios.
«En Roma ví la Iglesia como es: misterio de comunión»
Usted ha desarrollado su labor pastoral en el corazón de la Iglesia, entreo otras, como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. ¿Qué recuerda del trabajo de aquellos años?
Recuerdo todo. Mi comunión profunda con el papa Benedicto XVI, también con el Papa Francisco. Allí vi la Iglesia como es: misterio de comunión, misterio de unidad.
Para mi ha sido un regalo mi paso por Roma, conocer de cerca las iglesias del tercer mundo, las iglesias pobres, las iglesias necesitadas.
¿Cuáles son, a su juicio, los retos principales de la Iglesia?
El reto principal de la Iglesia hoy es que la gente crea. Que las personas conozcan y sigan a Jesucristo. Es el reto de los primeros tiempos, evangelizar, hacer discípulos, seguidores de Jesús que realmente sigan esa vida nueva que encontramos con Cristo.
La version íntegra de esta entrevista la puedes encontrar en el número impreso de Omnes correspondiente al mes de abril de 2021
“Ten esperanza, un ladrón se salvó”: la campaña de la ACdP para estos días
El testimonio de conversión de Ángel López Berlanga será visible en 400 marquesinas y anuncios en el Metro de más de cuarenta ciudades españolas. Un traficante de drogas que cambió su vida a raíz de una procesión en el centro donde estaba preso.
Es el buen ladrón del siglo XXI, que se encontró con la Cruz sin quererlo en las peores condiciones, pero, a raíz de ese encuentro por procesión en el centro donde estaba preso se inicia su proceso de conversión con las mismas palabras de hace mas de 2000 años «Acuérdate de mi,….».
La creatividad de la campaña es una ilustración del Gólgota, con el mensaje Ten esperanza, un ladrón se salvó y, a través del código QR se puede acceder al testimonio de Ángel López Berlanga. Es un mensaje de esperanza para recordarnos que todos estamos llamados a la vida eterna, igual que san Dimas, el buen ladrón.
La campaña estará presente durante toda la Semana Santa hasta el martes de Pascua en las ciudades de Santander, Vigo, Sevilla, Málaga, Salamanca, Burgos, Valencia, Zaragoza, Alicante, Almería, Cádiz, Castellón, Oviedo, Murcia, Pontevedra, Vitoria, Gijón, Granada, Huelva, Valladolid, Pamplona, León, Logroño, Gerona, Lérida, Cuenca, Albacete y Madrid. Además, también estará en las localidades de Sabadell, Badalona, Elche, Alcoy, Lorca, Alcobendas, Boadilla del Monte, Coslada, Getafe, Leganés, Móstoles, Pozuelo de Alarcón, San Sebastián de los Reyes, Torrejón de Ardoz y en el Metro de Madrid.
Vía Crucis las marquesinas de Málaga:
Además, en el centro de la ciudad de Málaga, la ACdP ha dispuesto un Vía Crucis. En sus calles estarán disponibles las estaciones en varias marquesinas con un código QR que enlaza a los textos que propone el Vaticano para esta práctica de piedad propia de los días de Semana Santa.
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Alejandro Arellano Cedillo, natural de Olías del Rey, fue ordenado sacerdote el 25 de octubre de 1987 en Toledo. Es Doctor en Derecho canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Entre las tareas que ha llevado a cabo se cuentan la de Vicario Judicial adjunto en la Archidiócesis Metropolitana de Madrid y Juez del Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España. Es profesor de Derecho Canónico y Jurisprudencia. Desde 2007 es Prelado Auditor del Tribunal de la Rota Romana. Es además profesor visitante de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Como Decano de la Rota, sustituye a monseñor Pío Vito Pinto, de 79 años de edad.
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Estos días la educación ha vuelto a estar en el centro de las noticias. El motivo es que se ha propuesto el modelo de nuevo currículo en el marco de la ley educativa LOMLOE. Hemos podido leer en la prensa que el Gobierno planea un vuelco a la educación para que no sea memorística o y que el eje central de la educación sea el proceso de aprendizaje por competencias. También se está hablando en los medios de comunicación de cómo la ministra Celaá quiere impulsar en el sistema educativo el modelo de ámbitos de aprendizaje, rompiendo de alguna manera el concepto de asignatura. Y con estos otros muchos temas y debates propios del ámbito educativo están ocupando las páginas de los periódicos como la codocencia, los proyectos de aprendizaje-servicio y otros tantos.
Todo ello afectará a la enseñanza de la Religión en la escuela. No puede ser de otra manera, ya que se inserta en el ámbito escolar plenamente. ¿Qué repercusiones puede tener este nuevo modelo? ¿En qué cambiaría la enseñanza religiosa escolar si se basa en las competencias o si se propone dentro de un ámbito de aprendizaje y no como asignatura?
Desde luego que habría consecuencias de tipo organizativo, laboral o de enfoque del propio currículo de la Religión, dependiendo de la forma en la que se apliquen esos modelos pedagógicos.
La utilización de nuestra memoria, no solo en el aprendizaje sino en la vida en general, es un aspecto lleno de matices que merece la pena una reflexión mucho más amplia.
Javier Segura
Me gustaría analizar el que quizás sea el planteamiento más medular de la nueva ley, que es el aprendizaje por competencias. En distintos medios de comunicación se ha presentado como contrario un aprendizaje contrapuesto al memorístico. De entrada habría que señalar que esa dialéctica es totalmente falsa. No se contraponen, sino que deben potenciarse mutuamente. Y en cualquier caso, el tema de la utilización de nuestra memoria, no solo en el aprendizaje sino en la vida en general, es un aspecto lleno de matices que merece la pena una reflexión mucho más amplia.
¿En qué consiste el aprendizaje por competencias? La idea central es que es un aprendizaje en el que el niño debe ser capaz de aplicar a la vida esos contenidos que aprende en el aula, de forma que lleguen a ser transformadoras de su propia persona. Pasar de los simples contenidos abstractos y desconectados de la vida, a un aprendizaje en el que el alumno sea capaz de aplicarlos a su cotidianeidad de manera natural. La unión europea propone ocho competencias clave para todo el sistema educativo, pero la propia dinámica de aprendizaje competencial es el modelo a seguir en las distintas asignaturas.
Dos conclusiones se desprenden de este planteamiento. La primera es que es necesario tener una serie de conocimientos si se han de aplicar a la vida. Los contenidos intelectuales y su memorización no sólo no son contrarios al aprendizaje sino que son necesarios. La segunda conclusión es que el aprendizaje por competencias es otra forma de referirnos a esa educación para la vida que, desde la asignatura de Religión, hemos tenido siempre como objetivo. Un aprendizaje que no se quede solo en los conceptos sino que se lleve al día a día, que transforme nuestra forma de estar en el mundo. Que nos lleve a comprender el mundo y a interactuar con él con la mirada y los criterios de Jesús de Nazaret.
La asignatura de Religión ha tenido siempre como objetivo la educación para la vida
Javier Segura
Este planteamiento, en realidad, no es novedoso. Ha sido la clave que han utilizado los grandes educadores cristianos a lo largo de la historia. Siempre se ha hablado de la necesidad de formar la inteligencia, pero también de educar el corazón y los afectos. Y así tener en cuenta la totalidad de la persona, también de su esquema de valores y cómo los aplica en su vida ordinaria.
La LOMLOE con su propuesta de aprendizaje competencial nos ofrece en este aspecto un respaldo pedagógico y legal para una educación integral en la que propongamos sin miedo y de forma renovada la formación integral de la persona desde el humanismo cristiano y su interacción en la sociedad acorde a la visión que parte del evangelio.
Aunque con una tasa muy elevada de personas que dicen no tener afiliación religiosa, así como una cultura secularizada que está calando en la sociedad, no obstante la Iglesia en Uruguay está viva.
Jaime Fuentes·29 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 5minutos
Fue el jueves 15 de septiembre de 2011, en Castelgandolfo. Éramos 119 los obispos que terminábamos el curso para nuevos prelados y ninguno esperaba la noticia que nos dio el Cardenal Ouellet cuando terminó la audiencia con el Papa Benedicto XVI, apenas terminó su discurso: el Santo Padre quería saludarnos personalmente, qué honor. Por la cantidad que éramos, haríamos una fila y, al llegar hasta él, le diríamos al secretario, monseñor Monteiro de Castro, el país y la diócesis de procedencia, que él comunicaría al Papa; lo saludábamos y enseguida debíamos retirarnos para dejar paso al siguiente.
Con gran afabilidad
Fuimos ordenadamente. Benedicto XVI sonreía a cada uno con gran afabilidad; algún obispo no respetaba del todo las indicaciones recibidas; inmediatamente, un gentiluomo lo tomaba amablemente del brazo…
“Uruguay, diócesis de Minas”, le dije a monseñor Monteiro, que no entendió bien y debí repetirlo. Él lo transmitió al Papa. Inclinándome, tomé su mano derecha y besé su anillo. Entonces, mirándome a los ojos, Benedicto XVI me dijo: “È un paese laico… È necessario sopravvivere!”. No pude decir nada, fue una completa sorpresa; quise preguntarle algo…, pero ya estaba el gentiluomo, cumpliendo con su deber…
¡Hay que sobrevivir! Lo recuerdo siempre, también ahora, que ya soy obispo emérito de este querido país laico. Pero tampoco olvido que le debo muchísimo a España y la llevo en el corazón: estudiando en Navarra descubrí mi vocación y en Madrid, en 1973, fui ordenado sacerdote. Sigo su actualidad, lo que pasa… y lo que queda. Y veo que el proceso de secularización, que están sufriendo, tiene no pocas semejanzas con lo que ocurrió en Uruguay, sobre todo a comienzos del siglo XX. Contaré algo que quizás interese conocer.
La Semana de Turismo
Escribo estas líneas cuando faltan solamente tres días para que comience la Semana Santa. Confieso que tengo envidia de que todo el mundo se refiera a ella llamándola como es, Semana Santa. Aquí, oficialmente, es la Semana de Turismo, así, con mayúsculas, desde el 23 de octubre de 1919, cuando fue promulgada la ley de feriados. Mediante esta ley se secularizaron las fiestas religiosas que hasta entonces se celebraban en Uruguay.
El cardenal Sturla, actual arzobispo de Montevideo, en su libro ¿Santa o de Turismo? Calendario y secularización en el Uruguay, comentando lo sucedido dice: “Mediante esta ley se secularizaron las fiestas religiosas que se celebraban en nuestro país hasta entonces. Pero, en una solución muy ‘uruguaya’, quedaron las mismas fechas cambiando su denominación”. En efecto, además de otros días de fiesta (2 de mayo, Día de España, 20 de septiembre, Día de Italia, etcétera), el 8 de diciembre pasó a ser el Día de las playas, y el 25 de diciembre, el Día de la Familia. Estos dos últimos cambios no han enraizado en la cultura uruguaya; la semana de turismo, en cambio…
Una solución «muy uruguaya»
La “solución” a la que se refiere Sturla hace referencia a las fuertes discusiones parlamentarias que precedieron la votación de la ley; cuando califica la solución como “muy uruguaya”, piensa en el carácter dialogante, “arreglador”, que nos ha distinguido siempre: no somos amigos de tremendismos, sabemos encontrar soluciones a las diferencias…
Pero el paso de Semana Santa a Semana de Turismo (creo que es el único país del mundo donde se da semejante dislate) causó una profunda herida en el cuerpo de la Iglesia católica. Con el paso de los años y de las generaciones, se ha hecho normal la denominación y su contenido, de manera que la pregunta “¿qué vas a hacer en Semana de Turismo?” resulta espontánea, tan familiar como el estado del tiempo…
El proceso secularizador empezó en 1861 con el decreto que secularizaba los cementerios, pero fue en la reforma constitucional de 1918 cuando quedó consagrada para siempre la completa separación de la Iglesia y el Estado en Uruguay. “Sin embargo”, dice Sturla, “la ley de feriados, al tocar elementos fundamentales de la cultura de un pueblo, como son las fiestas y su calendario, introducía un cambio en nuestras costumbres que tendría hondas repercusiones y daba una estocada grave a la religiosidad uruguaya. Nuestra ‘semana de turismo’, con sus múltiples ofertas de semana de la cerveza, semana criolla, semana de la vuelta ciclista, etc., es un claro ejemplo de lo que significa un cambio cultural que tiene consecuencias concretas en la cultura de una nación”.
El diagnóstico de Eugenio d’Ors
Así es. De la mano de ese suceso, y con el oculto y tenaz trabajo de la masonería, la cultura uruguaya se fue empapando de racionalismo, de liberalismo… Eugenio D’Ors, que visitó Montevideo en la segunda década del siglo XX, escribió en el Nuevo Glosario: “No hemos encontrado en ningún lugar del mundo auditorios de más evidente, rápida, casi tangible inteligencia que los auditores de la universidad, en Montevideo. ¡Qué estudiantes, que muchachos de oro, con qué pura y ardiente vocación de espiritualidad, los que se nos acercaban! ¡Qué profesores jóvenes, de curiosidad abierta, de cultura personal perfecta, de seguro buen gusto, de talento vivaz!”.
No obstante, después de tamaños elogios, en el “Debe” señalaba: “La gran superioridad uruguaya es política […]; la gran inferioridad uruguaya es cultural y estriba en la falta de una verdadera Universidad, es decir, de un Centro siquiera, de estudios superiores de Letras, Ciencias, Filosofía… También en el bachillerato las humanidades brillan por su ausencia”… Y habla del “positivismo de tercera o cuarta agua” que se enseñaba en los estudios preparatorios a la universidad…
Del vacío filosófico al escepticismo
El vacío filosófico fue llenado con marxismo y con un relativismo que lleva a un cerrado escepticismo. Sí, este es “un país laico”, al punto que es el menos religioso de toda América. (Una investigación del Pew Research sobre la religiosidad en los países de América Latina, informaba que “Uruguay es el único país encuestado donde el porcentaje de adultos que dicen no tener afiliación religiosa (37 %) rivaliza con la porción que se identifica como católica (42 %)”).
El Papa nos calificaba como “país laico”, fruto de un laicismo masónico, agresivo en otros tiempos, que ha permeado la cultura de escepticismo: si se debe a la ausencia de Dios, ¿cómo explicar que Uruguay tenga el mayor número de suicidios de todo el continente?
Ignorancia religiosa obligatoria
El proyecto laicista de nuestro país llegó hasta la médula de la sociedad: la educación. Más de una vez me ha ocurrido acompañar a alguien que llega a Uruguay por primera vez y manifiesta su extrañeza al ver por la calle grupos de niños que visten guardapolvo blanco y una moña azul… Son alumnos de la escuela pública, que mantienen religiosamente ese uniforme, objetivamente pasado de moda pero que es, desde comienzos del siglo pasado, el símbolo de la escuela pública, “laica, gratuita y obligatoria”, como así fue definida y hoy es dogmáticamente celebrada como orgullo nacional.
En la escuela pública se educa más del 80 % de nuestra población. La educación laica se expresa en el respeto de todas las opiniones y creencias…, siempre que no haya ninguna mención del nombre de Dios. Sobran las anécdotas: una niña ha escrito en su cuaderno: “Dios es amor”. La maestra lo ve y le dice: “Eso, aquí, no”. Otra niña lleva una pequeña crucecita en el cuello y lo mismo: la maestra la obliga a quitársela.
Tenía toda la razón monseñor Miguel Balaguer, antiguo obispo de Tacuarembó, cuando afirmaba: “La educación laica, gratuita y obligatoria nos ha condenado a la ignorancia religiosa obligatoria”. Así es, los alumnos de la escuela pública nunca oirán ni una palabra acerca de Jesucristo, de la Iglesia, de la fe, de la esperanza… Los chicos crecen sin ninguna mención sobrenatural, ajenos a la existencia de Dios y, después de tantos años transcurridos (sus padres y sus abuelos también fueron a la escuela pública), indiferentes frente a su existencia: no se la plantean.
La Iglesia en Uruguay está viva
¡Hay que sobrevivir!, me dijo con animosa energía Benedicto XVI. En esto estamos. No es fácil: la Iglesia en Uruguay es una Iglesia pobre; los sacerdotes no reciben ninguna retribución de parte del Estado, así como tampoco las instituciones educativas, todo ha de sacarse adelante “a pulmón”.
Y de tal manera ha llegado la prédica laicista a las mentes, que no pocos católicos piensan: la educación privada confesional es libre, cualquiera puede dar la enseñanza que quiere; pero los dineros del Estado deben ir solamente a la escuela pública.No es fácil sobrevivir, pero gracias a Dios la Iglesia, en Uruguay, “está viva”, como gustaba decir Benedicto XVI. ¿Cómo?… Esto podrá ser objeto de otra crónica.
El sacerdote Andrea Mardegan comenta las lecturas del Jueves Santo (B)
Andrea Mardegan·29 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 2minutos
Recordamos la institución de la Eucaristía, pero leemos el inicio del capítulo 13 de Juan, que es el comienzo de la narración de la “hora de Jesús”, para la que Él se estaba preparando desde el inicio del evangelio. Una “hora” que dura veinticuatro horas, narrada en siete capítulos de Juan.
La “hora de pasar de este mundo al Padre”: un pasaje inmerso en el extremo amor que siempre ha tenido por nosotros y que, en esa hora, se manifiesta hasta el extremo, éis telos, hasta el cumplimiento total: “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”. Juan no habla de la Eucaristía, pero describe el lavado de los pies. Nos dice que podemos comprender la Eucaristía a través del lavado de los pies, y viceversa. Cita a Judas, que lleva el nombre de una tribu de Israel, y a Simón Pedro, elegido por Jesús como piedra sobre la que fundar su Iglesia. Jesús lava los pies de todo el pueblo de Israel y de toda la Iglesia. En Judas y Pedro estamos representados todos, el género humano al que Dios ha venido a salvar.
Dios nos salva lavándonos los pies. Es el gesto de un esclavo que no pertenecía al pueblo elegido, pero es también el gesto lleno de amor de una esposa con su esposo. En la Historia del hermoso José y de su esposa Aseneth, una obra del siglo I d. C. que cuenta la historia de amor entre José de Egipto y su esposa, se lee que Aseneth lleva agua para lavarle los pies, y José le dice: “Que venga una de las criadas y me lave los pies”. Aseneth le responde: “No señor, porque mis manos son tus manos, y tus pies son mis pies, y ninguna otra te lavará los pies”. “Entonces José tomó su mano derecha y la besó, y Aseneth besó su cabeza”. En el gesto de Jesús contemplamos el amor total que Dios tiene por nosotros.
Por ocho veces Juan cita el “lavar los pies”, y con ocho verbos describe la acción de Jesús. Es el número de la plenitud. Por ocho veces, porque como a Pedro, nos cuesta aceptar que Dios nos ame así. No se humilla, sino ama y el amor es humilde. Jesús es Dios en su potencia: “Sabía que todo lo había puesto el Padre en sus manos”; y responde a Pedro, que no acepta esa imagen verdadera de Dios, con la autoridad de Dios: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. En el “todo” que Jesús tiene en sus manos, están también nuestros pies, todo nuestro caminar, nuestros cansancios y el polvo. Quitándose sus vestidos, hace libremente lo que harán los soldados sobre el Calvario, abandona toda defensa humana y se ciñe con las vestiduras de un siervo y con una toalla, que no abandonará nunca, ni siquiera cuando se vuelva a vestir. Porque ha comenzado a lavar nuestros pies y a secarlos, y no terminará hasta que no acabe la historia humana.
La pandemia ha dejado «en casa» las habituales y esperadas procesiones de Semana Santa en toda la geografía española. Sin embargo, la semana de Pasión, muerte y resurrección del Señor no pasará en balde: diócesis, hermandades y cofradías, asociaciones.., ofrecen este año diferentes posibilidades de vivir, interna y exteriormente estos días a los fieles.
Oración y celebraciones litúrgicas
Los cinco propósitos de Mons. Cerro
Mons. Francisco Cerro Chaves, arzobispo de Toledo, dirigió una carta a sus fieles titulada “Una Semana Santa para volver a lo esencial”. En ella, propone tres claves para la próxima Semana Santa “para identificarnos en el Corazón de Cristo con la humanidad más sufriente y vulnerable”. El Primado anima a sus sacerdotes a preparar templos, iglesias, etc. con delicadeza, «para que cada persona, familia que acuda a las celebraciones, viva por dentro una Semana Santa distinta, pero no distinta de lo esencial”. Asimismo, el Arzobispo de Toledo propone cinco propósitos concretos para estos próximos días: una buena confesión, celebrar los misterios de la fe en la comunidad parroquial, preparar la riqueza litúrgica, visita de los monumentos y vivir las distintas celebraciones y ejercicios de piedad como “el viacrucis, la hora santa, el sermón de las siete palabras, etc.”
Sevilla: Meditar la Pasión por el patrimonio catedralicio
La Archidiócesis de Sevilla ha lanzado, para este tiempo de Semana Santa “Passion del Hombre-Dios”: se trata de una serie de contemplaciones del misterio de la Redención a partir del patrimonio de la Catedral de Sevilla, es el título de ocho reflexiones en formato audiovisual para profundizar en el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor durante esta Semana Santa 2021.
Los vídeos, realizados por la Delegación de Medios, han contado con la documentación técnica elaborada por la Delegación de Patrimonio Cultural en colaboración con la Institución Colombina de la Archidiócesis de Sevilla y tienen una duración aproximada de cinco minutos.
Las meditaciones recorren un centenar de obras seleccionadas con planos, meditaciones y textos bíblicos en torno a los siguientes temas La Entrada de Jesús en Jerusalén, La Última Cena, Getsemaní, el Proceso a Jesús, Jesús camino al Calvario, Cristo en la Cruz, de la Cruz al Sepulcro y la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Mediante las percepciones sensoriales, el espectador dispondrá de un valioso recurso que resultará provechoso para ahondar en la reflexión y en la oración personal, estos días en los que la liturgia propone el recogimiento y el silencio interior.
Valencia: “Manual para vivir la Semana Santa 2021”
La delegación diocesana de Liturgia del Arzobispado de Valencia ha elaborado materiales para preparar y vivir la Semana Santa y la Pascua este año, que se incluyen en el “Manual para vivir la Semana Santa 2021”. Se trata de textos, guías, oraciones y lecturas, que ayudarán a los fieles a preparar la Semana Santa de forma presencial en los templos y en las parroquias y también desde casa – siguiendo las retransmisiones por internet- en aquellos casos de personas impedidas, enfermas, o mayores o que por circunstancias de la pandemia deben permanecer en sus hogares.
La procesión más complicada
Todas las Hermandades y Cofradías de nuestro país viven estos días momentos complicados. Las restricciones sanitarias han obligado a suspender las estaciones de penitencia propias de la Semana Santa. Los cultos en sus templos y la especial preparación del Triduo Pascual están marcando una Semana Santa de nuevo atípica.
Exposiciones y muestras
Numerosas ciudades con un amplio patrimonio ornamental y devocional ofrecen estos días exposiciones abiertas a todos los que deseen visitarla en la que se muestran imágenes, textiles, ornamentos y elementos diversos propios de las procesiones de Semana Santa.
Un ejemplo lo encontramos en Cádiz, con la exposición cofrade «Una historia de fe«, organizada por la Fundación Cajasol en colaboración con el Consejo Local de Hermandades de Cádiz y la delegación de Cultura de la Junta, que se puede visitar ya desde este miércoles y hasta el próximo 4 de abril en el patio del museo provincial de Cádiz. Asimismo, Sevilla cuenta con una muestra cofrade estos días. «In Nomine Dei», también iniciativa de la Fundación Cajasol y del consejo de Hermandades de Sevilla, reúne unas 250 piezas de las 70 hermandades de penitencia de la capital andaluza y que muestra desde trabajos de orfebrería o joyería así como escultura ornamental y figuras secundarias de los pasos hispalenses. De entra las capitales castellanas, el Palacio Real de Valladolid acogehasta el próximo 4 de abril la exposición “Semana Santa de Valladolid 2021″. La muestra está compuesta por dos exposiciones fotográficas y una maqueta de la procesión del Viernes Santo vallisoletano. El punto fuerte de esta exposición es sin duda la presencia del “Cristo de la Misión”, propiedad de la Agrupación de Apoyo Logístico 61, que se venera en el Palacio Real.
Itinerarios
Madrid
La Archidiócesis de Madrid es una de las que anima a peregrinar a los distintos lugares de culto de la capital en las que se encuentran las imágenes que tradicionalmente, procesionan por las calles de la capital estos días. De hecho, estas imágenes pueden visitarse hasta el Sábado Santo, 3 de abril y la Archidiócesis ha elaborado un pequeño mapa para consultar la localización de los templos. Imágenes tan queridas como Jesús el Pobre, el Divino Cautivo, los Dolores o el Cristo de los Alabarderos pueden ir a verse y rezar ante ellas durante estas jornadas.
Guía de Madrid Procesional de Nártex
También en Madrid se desarrolla la iniciativa puesta en marcha por la Asociación Nartéx, especializada en proyectos y actividades orientadas a profundizar en el auténtico sentido del arte cristiano, con su Guía de Madrid Procesional a través de la que se puede seguir un itinerario compuesto por seis paradas, en las que se pueden conocer seis obras que abordan la pasión del Señor en la capital madrileña. La guía explica, desde el punto de vista artístico, devocional y con detalles poco conocidos la obra pictórica de la Última Cena, del Monasterio del Corpus Christi (Carboneras) y las imágenes del Santísimo Cristo de la Salud, que se halla en la Real Parroquia de San Ginés, Nuestro Padre Jesús de la Salud, custodiado en la Iglesia del Carmen y San Luis obispo, la talla de María Santísima de la Esperanza Macarena de la Colegiata de San Isidro, el Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, que se puede ver en la Basílica de San Miguel y el Cristo Yacente que se encuentra en las Benedictinas de San Plácido.
También Málaga ha cambiado sus salidas procesionales por la visita a los titulares en sus templos. En esta línea se enmarcan los itinerarios recogidos en Málaga Nazarena, realizados por el Área de Turismo del Ayuntamiento de Málaga y por la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, a través de los que se procura promocionar, dar a conocer y poner en valor, de manera permanente, el universo cofrade que la capital malacitana atesora. Todo ello a través de 6 circuitos que, debidamente señalizados y en los que a través de códigos QR se ofrecen datos, reseñas históricas… etc.
Paso a Paso, por Burgos
Algunas de las cofradías que integran la Junta de la Semana Santa de Burgos exhiben estos días algunos de sus pasos en sus respectivas iglesias parroquiales. De esta manera, los burgaleses podrán venerar las tallas más significativas de la Semana Santa. Entre las parroquias que de momento se han sumado a la iniciativas figuran San José Obrero (quien ya tiene de modo permanente su imagen del descendimiento expuesto), San Gil Abad (con la Virgen de los Dolores y el Santo Cristo de las Gotas), San Lorenzo, San Cosme y San Damián (con el Cristo de la Salud, la Virgen de las Angustias y el Cristo Chamarilero), San Pedro de la Fuente (con la Oración en el Huerto y su Virgen de los Dolores), San Lesmes (con su Cristo crucificado y su Cristo Negro), Santa Águeda (con la Virgen de la Soledad), San Nicolás (con el paso de la Flagelación y la Virgen de la Alegría), el Círculo Católico (Cristo atado a la columna), San Martín de Porres (con el beso de Judas), Nuestra Señora de Fátima (con la talla de la Virgen de la Misericordia y la Esperanza), Sagrada Familia (Cristo Resucitado) y la Catedral (con el Santo Cristo de Burgos).
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Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec… (Canon Romano).
… Caín ofreció al Señor frutos del campo; y Abel, por su parte, los primogénitos y la grasa de su ganado. El Señor miró complacido a Abel y su ofrenda, pero no a Caín y la suya. (Gn 4, 3-4).
Aprendí a rezar el rosario en misa. Como me aburría, le pedía a mi madre llevar juguetes o tebeos, pero mi madre me decía que ni hablar del tema (no me he recuperado todavía del tremendo trauma). Y como seguía aburriéndome, mi madre me ponía a rezar el rosario, en bajito, durante la misa. Y así aprendí a rezar el rosario, bien tempranito.
A pesar del aburrimiento, la misa me impresionaba. El silencio, los gestos de la gente,… de pie, de rodillas,… un pantocrátor enorme encima del altar, las velas, el sacerdote, tan solemne, hablando de cosas incomprensibles, pero con aquella voz… sus gestos, tan solemnes. Allí evidentemente ocurría algo misterioso, aburrido pero misterioso, y grande, muy grande.
La aceptación por parte de Dios de la ofrenda de Abel y el rechazo de la ofrenda de Caín no fueron arbitrarios. Dios no es arbitrario. Abel ofreció las primicias de su ganado, quizá esos animales que el ganadero espera con ansia; Caín ofreció frutos del campo, unos frutos cualesquiera. ¿Los primeros que encontró por ahí? Quizá dijo: “A ver qué encuentro por ahí para llevar”.
Como los ricos del evangelio, Caín dio de lo que le sobraba. Abel se dio a sí mismo, como la mujer que dio lo que tenía para vivir. Este es el sacrificio que a Dios agrada. Es el sacrificio de Cristo, su Cuerpo y su Sangre. Pero no es el cuerpo y la sangre, como no eran los ganados de Abel, ni la moneda de la viuda: es el mismo Hijo de Dios quien se ofrece a sí mismo. Estamos hablando de algo de valor infinito.
La renovación pastoral de las parroquias pasa por que nuestras celebraciones de la Eucaristía reflejen todo esto. Especialmente los domingos.
La solemnidad no está reñida con la sencillez. Todo lo que se hace en misa debe tener un nivel de excelencia. No solo lo material, los ornamentos, objetos, adornos, el mismo edifico de la Iglesia, la limpieza, el orden. Se trata también de que la acogida sea excelente, que no sea lo mismo ir a la iglesia que ir al futbol: busco mi localidad y me siento. La Iglesia se ha de parecer más a una reunión de familia que a un supermercado donde cada uno va a buscar lo que le interesa, paga y se va sin saludar a nadie, si se puede. La prisa no debería caber en la celebración; acabemos pronto la de 11 para que entren los de 12.
Hay algo particularmente que tenemos que replantear: el canto. Se dice que “hay que cantar”. ¿Por qué? Si no cantamos bien o no sabemos canciones dignas, mejor no cantar. El silencio acerca más a Dios que ciertas canciones “sesenteras” cambiadas de letra. Si buscamos lo mejor para el culto, ¿por qué admitimos, incluso con entusiasmo, canciones cursis pasadas de moda? El canto no es para entretener ni para rellenar vacíos, el canto es para rezar de un modo más sublime. ¿Cómo rezar con esas canciones que más parecen el desuello de un gato meningítico?
En nuestras parroquias tenemos que explorar la llamada música “worship”, música contemporánea, creada para el culto a Dios. No se trata sólo de cantar canciones bonitas o de calidad musical. Se trata de aprender a adorar a Dios con la música. Como ha hecho siempre la Iglesia.
También este año, como el pasado, las celebraciones de la Semana Santa en Roma con el Papa tendrán una expresión peculiar motivada por la pandemia. Así ha sido el Domingo de Ramos, el pórtico de la semana que conduce a la Pascua.
El altar de la Cátedra de San Pedro ha sido el escenario de la Misa del Domingo de Ramos, en la que se conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén pero también se proclama el Evangelio de la Pasión del Señor. Esa combinación suscita siempre un “sentimiento de asombro”, que ha servido al Papa Francisco como hilo conductor de su homilía.
En esta ocasión no ha habido la procesión solemne con las Palmas o Ramos antes de la Misa que suele hacerse en la plaza partiendo del obsleisco central, sino que la entrada del Señor en la ciudad santa se ha conmemorado más brevemente en el interior, al pie del altar de la Confesión; y el número de participantes ha sido reducido.
Pasar de la admiración al asombro
En el contexto de la Pascua, Jesús nos sorprende de varias maneras, ha explicado el Santo Padre. Ante todo, porque la victoria que los suyos esperan no llega por medio de la espada, sino de la cruz, y esa diferencia muestra que “el asombro es distinto de la simple admiración”, y sus partidarios “admiraban a Jesús, pero no estaban dispuestas a dejarse sorprender por Él”.
Admirar a Jesús no es suficiente. Es necesario seguir su camino, dejarse cuestionar por Él, pasar de la admiración al asombro
Papa FranciscoDomingo de Ramos
Hoy, como en todas las épocas, hay muchos que admiran a Jesús por diversos motivos -sus obras, su ejemplo, su enseñanza- sin que por eso cambie su vida; sin embargo, “admirar a Jesús no es suficiente. Es necesario seguir su camino, dejarse cuestionar por Él, pasar de la admiración al asombro”.
En cada herida
La cruz equivale para nosotros a humillación. Ahora bien, en palabras de san Pablo en la carta a los Filipenses, que afirman que Jesús “se despojó de sí mismo, […] se humilló a sí mismo” (Flp2, 7.8). Francisco las ha recordado, y ha calificado la cruz de Jesús de “cátedra” en la que el redentor “nos enseña en silencio” con su misma humillación, asumida voluntariamente. No era necesario, pero deseaba “descender a nuestro sufrimiento” para así recuperarnos. Probó todo lo nuestro, hasta lo más doloroso o vergonzoso, transformándolo. “Ahora sabemos que no estamos solos. Dios está con nosotros en cada herida, en cada miedo. Ningún mal, ningún pecado tiene la última palabra”.
Dejarnos sorprender por el amor de Dios
En definitiva, para experimentar la alegría de ser cristiano hemos de dejarnos “sorprender cada día por su amor admirable, que nos perdona y nos hace comenzar de nuevo”, sentir “la maravilla de la gracia” y percibir “la belleza de los hermanos y el don de la creación”.
Miremos al Crucificado y digámosle: ‘Señor, ¡cuánto me amas, qué valioso soy para Ti!’
Papa FranciscoDomingo de Ramos
Por eso el Papa ha invitado, al final de su homilía en este Domingo de Ramos, a “comenzar desde el asombro”: “Miremos al Crucificado y digámosle: ‘Señor, ¡cuánto me amas, qué valioso soy para Ti!’”. En eso está la grandeza de la vida, en “descubrirse amados. Y en la belleza de amar”.
De este estupor, ha dicho el Papa Francisco, hay un primer ejemplo en el Evangelio. Se trata del centurión que al verlo “morir así” exclamó: “¡Realmente este hombre era Hijo de Dios!” (Mc15, 39). Se trata del asombro porque “lo había visto morir amando. Sufría, estaba agotado, pero seguía amando”. En la cruz, “Dios se ha revelado y reina sólo con la fuerza desarmada y desarmante del amor”.
Por segunda vez
Al finalizar la Santa Misa del Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa, el Papa Francisco rezó el Angelus. Precisamente, hizo referencia a la situación que vivimos en el contexto de la pandemia, que por segunda vez nos lleva a vivir una Semana Santa particular: «Hemos entrado en la Semana Santa. Por segunda vez la vivimos en el contexto de la pandemia. El año pasado estábamos más conmocionados, este año estamos más probados. Y la crisis económica se ha hecho más pesada».
Jesús toma la cruz, es decir, asume el peso del mal que implica dicha realidad, el mal físico, el psicológico y sobre todo el mal espiritual
Papa FranciscoAngelus del Domingo de Ramos
«En esta situación histórica y social, ¿qué hace Dios?», se pregunta el Santo Padre, y la respuesta es clara: «Toma la cruz. Jesús toma la cruz, es decir, asume el peso del mal que implica dicha realidad, el mal físico, el psicológico y sobre todo el mal espiritual, porque el Maligno aprovecha las crisis para sembrar la desconfianza, la desesperación y la cizaña».
Responder como la Virgen
Esto tiene que llevarnos a nosotros a responder a ese amor de Dios. «¿Y nosotros? ¿Qué debemos hacer?» exclama Francisco. El modelo «nos lo muestra la Virgen María, la Madre de Jesús, que es también su primera discípula». Ella siguió a su Hijo. Ella asumió su propia cuota de sufrimiento, de oscuridad, de desconcierto, y recorrió el camino de la pasión, manteniendo la lámpara de la fe encendida en su corazón.
Un don inmerecido
Con la gracia de Dios, «nosotros también podemos hacer este camino. Y, a lo largo del Vía Crucis cotidiano, nos encontramos con los rostros de tantos hermanos y hermanas en dificultad»: El Papa Francisco nos anima a no pasar de largo, a dejar que nuestro corazón se mueva a compasión y a acercarse. «En este momento, como el Cireneo, podemos pensar: «¿Por qué justamente yo?». Pero luego descubriremos el don que, sin merecerlo, se nos ha concedido».
El Santo Padre ha hecho una conmemoración especial antes de rezar la oración del Angelus a las víctimas de la violencia, en particular a las del atentado acaecido esta mañana en Indonesia.
La semana más importante del año litúrgico comienza con el Domingo de Ramos: son unos días para armonizar las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad.
Los días de Semana Santa son deseados por todos para hacer un parón en el ritmo cotidiano de vida, algo bien necesario. Pero los cristianos no debemos olvidar que se trata de días santos, no meramente ociosos. Días en los que se conmemoran los misterios centrales de nuestra fe. Días en los que nos hacemos contemporáneos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Resulta llamativo a este respecto cómo muchos creyentes descuidan la vivencia intensa del Triduo Pascual, que es el centro del año litúrgico.
Obras de fe
Parece como si aprovechar la Semana Santa consistiera en ir a procesiones, que aunque son una bellísima manifestación de la devoción popular no constituyen la sustancia de lo que la Iglesia ofrece para este tiempo. Tendemos quizá a quedarnos en un mero sentimentalismo que no se traduce en obras de fe. O a mantener una serie de tradiciones que no van más allá de las paredes de nuestra casa.
Pero muchos, por pereza o por ignorancia, no sienten la necesidad de acudir a la iglesia. Y los días de Semana Santa son días de iglesia. Días para alimentarse con la riqueza de la gracia divina que se derrama sobreabundantemente en la liturgia.
Los oficios
“¿Los oficios? Ah, los oficios. Esas Misas que hay en Semana Santa. Pero no son de precepto: son para gente muy beata”. Esta reflexión, que puede provocar gracia, suelen hacerla muchos cristianos sin apenas ruborizarse. Curiosamente el miércoles de Ceniza llenamos las iglesias y tampoco es un día de precepto. Y en esa Misa, inicio del tiempo de Cuaresma, se nos exhorta a la conversión.
Una conversión que debería traducirse en un deseo de vivir con profundidad la Semana Santa. Algunos pasan del Domingo de Ramos –el de la entrada de Jesús en Jerusalén, montado sobre un borrico, para consumar la salvación del género humano- al Domingo de Resurrección –cuando se actualiza la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte- sin solución de continuidad. Dos domingos que algunos simplemente sitúan al comienzo y al fin de las vacaciones. Y, en medio de todo eso, cuánta gracia de Dios se están perdiendo.
La liturgia Pascual
El Oficio del Jueves Santo conmemora la última cena de Jesucristo con sus apóstoles, en la que instituye la Eucaristía y el orden sacerdotal y consagra el mandamiento nuevo del amor con el lavatorio de los pies. Después de la Misa se traslada el Santísimo Sacramento al monumento donde queda reservado para su adoración durante esa noche y la mañana siguiente.
El Oficio del Viernes Santo, día de ayuno y abstinencia, comienza con la postración del sacerdote ante el altar. Este día no se celebra la Eucaristía: Cristo crucificado es el centro de la liturgia. La Liturgia de la Palabra está centrada en la Pasión y Muerte del Señor. Después de una extensa y profunda oración universal, se adora la cruz y al final se distribuye la Sagrada Comunión. Toda la acción litúrgica de este día está impregnada de un silencio que conduce a la contemplación. Tras este oficio se deja desnudo el altar con la cruz encima.
El Sábado Santo es un día en el que la Iglesia permanece en oración junto al sepulcro de Cristo, con esa actitud contemplativa de su Pasión y Muerte. Es el único día del año en el que no se celebra la Misa. En torno a la medianoche -aunque este año por las restricciones de la pandemia será necesario adelantar los horarios- tiene lugar la Vigilia Pascual, que quizá sea la Eucaristía más bella de todo el año.
Sorprende que la Misa con mayor riqueza litúrgica del año –la entrada del cirio y el paso de la oscuridad a la luz, un largo y profundo pregón, siete lecturas y siete salmos, celebración del Bautismo y renovación de las promesas bautismales- sea tan desconocida incluso entre muchos cristianos. La Iglesia espera en esta Misa la Resurrección de Jesús del sepulcro con las lámparas encendidas: el templo está en tinieblas hasta que la luz de Cristo, con el Cirio Pascual, va alumbrando a cada uno de los fieles.
Armonizar la liturgia y la piedad
El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia se refiere a la necesidad de armonizar las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad, sin que se trate de vivencias paralelas. Son un medio maravilloso para vivir la Semana Santa tanto las procesiones como las prácticas cristianas en familia. Pero si quedan separadas de lo que sucede en los templos -donde se actualiza la obra redentora de Cristo en el alma de los fieles- pierden todo su sentido. Los días de Semana Santa son días de Iglesia y conviene que los cristianos no lo olvidemos.
Cuando se cumplen los 700 años de la muerte de Dante, el Papa Francisco reflexiona sobre el legado cultural y espiritual que dejó el escritor florentino.
Al cumplirse 700 años de la muerte del gran poeta Dante Alighieri, autor de la famosa Divina Comedia, en el día en que la Iglesia celebra la solemnidad de la Anunciación del Señor, el Papa Francisco ha firmado una nueva Carta Apostólica en la que reflexiona sobre la vigencia y relevancia para la humanidad actual del legado cultural y espiritual que dejó el escritor florentino.
Se titula Candor Lucis aeternae (Resplandor de la Luz eterna) precisamente en referencia a la encarnación del Verbo eterno de Dios en el seno de la Virgen María y en homenaje al poeta italiano que con su obra supo expresar «mejor que tantos otros», «la profundidad del misterio de Dios y del amor».
En una decena de páginas, el Papa Francisco repasa el mensaje de esperanza, el papel de la misericordia, el camino de la libertad, el misterio de la Trinidad, la autoridad de la mujer y la unicidad de cada criatura que se desprenden de la obra del poeta, tal y como se han transmitido hasta nuestros días, incluyendo la necesidad de ser redescubiertos y potenciados.
Se entiende muy bien, recorriendo la Carta Apostólica, que se trata de un autor muy apreciado y no es secundario que el Papa Francisco lo califique desde las primeras palabras como «profeta de la esperanza», de hecho, con mayor razón por los dramáticos acontecimientos que le tocó vivir y respecto a los cuales nunca se resignó ni cedió ante la injusticia, la hipocresía, la soberbia o el egoísmo.
Tesoro cultural y moral
Sin embargo, más allá del aspecto biográfico, lo importante para el Papa Francisco es que el acceso a toda la obra de Dante sirva de estímulo para que nosotros, la humanidad de hoy, realicemos el «itinerario de la vida y de la fe de manera consciente», acogiendo todo ese tesoro cultural, religioso y moral que él transmitió.
Un patrimonio que antes que nada -leído, comentado, estudiado, analizado- debe ser «escuchado» e «imitado», escribe el Papa Francisco, para poder satisfacer plenamente «nuestra humanidad, dejando atrás las selvas oscuras donde perdemos la orientación y la dignidad.»
¿Y cuál sería la herencia que el autor de La Divina Comedia dejó a la humanidad, ahora con siete siglos de antigüedad?
En las raíces de Europa
Según el Papa Francisco, la obra de Dante es ante todo «parte integrante de nuestra cultura, nos remite a las raíces cristianas de Europa y de Occidente». Se trata, por tanto, de una riqueza de ideales y valores que aún hoy la propia Iglesia y las sociedades civiles «proponen como base de la convivencia humana, en la que todos podemos y debemos reconocernos como hermanos».
Dante -escribe el Santo Padre- «sabe leer en profundidad el corazón humano y en todos, incluso en las figuras más abyectas e inquietantes, sabe descubrir el deseo de alcanzar una cierta felicidad, una plenitud de vida». Es un proceso que surge en primer lugar de forma autobiográfica, que luego se extiende a cualquier otra persona que tenga el deseo de encontrar «la verdad, la respuesta a los porqués de la existencia».
Libertad y misericordia
Otro aspecto a destacar en la obra del poeta florentino es el de la libertad, fundamentalmente ligada también a la misericordia divina, como condición «tanto de las opciones de vida como de la misma fe». El hombre es en esencia su libertad, e incluso esos gestos aparentemente insignificantes de la vida cotidiana «tienen un alcance que va más allá del tiempo», proyectado en la dimensión eterna.
El Papa Francisco destaca entonces el contenido de «divinización» presente en la Divina Comedia, la centralidad del misterio de la Encarnación que resulta estar en el centro y núcleo esencial de todo el poema. En el relato de Dante, en definitiva, «la humanidad, en su realidad concreta, con los gestos y las palabras cotidianas, con su inteligencia y sus afectos, con el cuerpo y las emociones, es elevada a Dios», donde encuentra su plena y última realización, «meta de todo su camino».
Las mujeres como guías
En Candor Lucis Aeternae el Papa Francisco también destaca la centralidad del papel de las mujeres en la Comedia: María, Beatriz y Lucía. Una presencia femenina significativa, que realiza una labor de intercesión y guía: «María, la Madre de Dios, figura de la caridad; Beatriz, símbolo de la esperanza y santa Lucía, imagen de la fe». Confirmando que es el amor el que sostiene en el camino de la vida y conduce a la salvación, a la renovación de la vida y por tanto a la felicidad.
Por último, hay una referencia al Santo de Asís cuyo nombre lleva el Papa, elegido como figura entre los muchos santos que en la trayectoria de Dante alcanzaron la plenitud de su vida y vocación. Con San Francisco -escribe el Pontífice- Dante hace gala de una «profunda sintonía», de salir del propio espacio y de las propias «costumbres» para llegar al pueblo, el primero yendo entre la gente y predicando en las aldeas, el segundo utilizando el lenguaje del pueblo -el vulgar-. Sin contar con «la apertura a la belleza y el valor del mundo de las criaturas» que ambos han favorecido siempre.
Dar contenido a los mensajes de libertad
A propósito de la belleza, la Carta Apostólica concluye con una invitación explícita a los artistas «para que den voz, rostro y corazón, que otorguen forma, color y sonido a la poesía de Dante» para que logren comunicar, como él, las verdades más profundas del hombre, difundiendo «mensajes de paz, libertad y fraternidad».
Una llamada que se hace aún más urgente en el particular momento histórico que vive la humanidad, marcado por muchas sombras y situaciones que la degradan, carente de confianza y perspectivas de futuro. A través de Dante, por tanto, «profeta de esperanza y testigo del deseo humano de felicidad», podemos obtener una ayuda real para seguir avanzando «con serenidad y valentía en la peregrinación de la vida y de la fe», alegres y en paz.
Nos reíamos entre amigos recordando el “snake”, ese juego que venía en los móviles Nokia de nuestra adolescencia y que consistía en dirigir una culebrita hambrienta para evitar que chocara con las paredes o con su cola. Desde entonces las cosas han cambiado mucho, hasta el punto de que ahora son los móviles quienes juegan con nosotros.
Virtuosamente administrado, el móvil es una maravilla. Pero cuando nos descuidamos, se transforma en un reptil difícil de domesticar que lucra con nuestro tiempo. Debajo de las redes sociales serpean softwares diseñados para volvernos dependientes de sus servicios, que esperan a que bajemos la guardia para envenenarnos: nos difuminan la noción del tiempo, anestesian la voluntad, interrumpen el día y hieren la noche.
¿Y los niños?, ¿qué angustia vital padecen con estos móviles seductores, que les reclaman horas y horas de rifirrafe banal?
Hace unas semanas vi a una madre joven paseando con su hija de 11 o 12 años en un centro comercial. De pronto, la niña descubrió la tienda de tecnología, arrugó el rostro y gritó: “Mamá, ¡necesito un móvil!, ¡hasta cuándo te lo tengo que repetir! ¡En mi clase todas tienen uno!”
“Todas” tienen uno, repetía la pequeña. Y aunque las encuestas le dan la razón, su argumento disfraza un chantaje: “Si no me lo das, me condenarás al naufragio social”, querría decir. ¿Cómo llegamos a esto? ¿Quién decidió que los niños necesitan un móvil, los padres o el mercado tecnológico?
Mientras padres y profesores se desloman educando a los niños en el gobierno racional de sus deseos, los móviles conspiran con el propósito contrario. Y cuando los padres se arrepienten de haber hecho este regalo demasiado pronto, comprueban con horror que ya no lo pueden quitar, o que las limitaciones de horario son difíciles de aplicar, pues sus hijos han integrado el móvil en su vida como una extensión de su propio cuerpo.
¿A qué edad regalar el móvil? La solución depende de la prudencia de cada familia y de su capacidad de gestión de la presión social. Pero la presión es inmensa, no los podemos dejar solos contra un adversario multinacional. Debemos pensar, coordinar estrategias, idear soluciones y apoyarnos entre todos. Si defendemos a los niños con valor, podremos acostarlos por la noche con la conciencia de que estamos haciendo caso a la advertencia de Jesucristo: “La lámpara del cuerpo es el ojo. Por eso, si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo estará iluminado. Pero si tu ojo es malicioso, todo tu cuerpo estará en tinieblas” (Mt 6, 22-23).
¿Y qué pasó con la madre joven? Se acuclilló a la altura de su hija, le acarició el pelo, calmando poco a poco su temblor y la abrazó. “Te entiendo, voy a conversarlo con papá, mientras tanto, yo te presto el mío cuando lo necesites…”, le susurró, dubitativa y añorando quizá la inocencia de los “ladrillos” Nokia y el snake.
Para concretar los varios llamamientos del Papa Francisco para que nadie quede excluido de la campaña de vacunación anti Covid-19, la Limosnería Apostólica vuelve a estar cerca de las personas más frágiles y vulnerables.
En el período previo al Domingo de Resurrección, precisamente durante la Semana Santa, el Vaticano destinará más dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech, compradas por la Santa Sede y ofrecidas por el Hospital Lazzaro Spallanzani, a través de la Comisión Vaticana Covid- 19, que estarán destinadas a vacunar 1200 personas entre los más pobres y marginados, que son los más expuestos al virus por su condición.
Donaciones para vacunas
Además, para seguir compartiendo el milagro de la caridad hacia los hermanos más vulnerables y darles la oportunidad de entrar a este derecho, será posible realizar una donación online de un “vaccino sospeso”, en la cuenta de la caridad del Santo Padre administrado por la Limosnería Apostólica (www.elemosineria.va).
Vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados en todas las regiones del planeta. En primer lugar, ¡los más vulnerables y necesitados!
Papa FranciscoMensaje para la Navidad 2020
En el Mensaje para la Navidad de 2020, el Papa Francisco hizo un sentido llamamiento: «Pido a todos: a los jefes de Estado, empresas, organismos internacionales, que promuevan la cooperación y no la competencia, que busquen una solución para todos»: vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados en todas las regiones del planeta. En primer lugar, ¡los más vulnerables y necesitados!”. “Ante un desafío que no conoce fronteras, no se pueden erigir barreras. Estamos todos juntos en esto».
El Papa anima a vacunarse
Sobre el uso de la vacuna, además, el Papa ha animado repetidamente a las personas a vacunarse, porque es una forma de ejercer la responsabilidad hacia los demás y el bienestar colectivo, reiterando con fuerza que todos deben tener acceso a la vacuna, sin que nadie esté excluidos debido a la pobreza.
El pasado mes de enero, cuando comenzó la campaña de vacunación anti-Covid-19 en el Vaticano, el Papa Francisco quería que entre las primeras personas en vacunarse fueran más de veinticinco pobres, en su mayoría sin hogar, que viven en los alrededores de San Pedro y que diariamente son atendidos y acogidos diariamente por las estructuras asistenciales y de residencia de la Limosnería Apostólica.
La misma vacuna que el Papa
La vacunación de los pobres durante la Semana Santa se llevará a cabo en las instalaciones especialmente destinadas dentro del Aula Pablo VI del Vaticano, y se utilizará la misma vacuna administrada al Papa y a los empleados de la Santa Sede.
Los médicos y trabajadores de la salud serán los voluntarios que trabajan permanentemente en el consultorio «Madre di Misericordia», ubicada bajo las columnas de Bernini, los empleados de la Dirección de Salud e Higiene del Governatotato de la Ciudad del Vaticano y los voluntarios del Instituto de Medicina Solidaria y el Hospital Lazzaro Spallanzani.
Los obispos españoles animan a cuidar las celebraciones de Semana Santa
Los prelados han dirigido una carta para explicar las adaptaciones de las directrices que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó en relación a las celebraciones de la Semana Santa y del Triduo Pascual.
Los obispo españoles pertenecientes a la Comisión Episcopal para la Liturgia han querido dirigirse a sacerdotes y fieles para explicar las adaptaciones que se han realizado para España de las directrices que La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó en relación a las celebraciones de la Semana Santa y del Triduo Pascual en este año 2021. En este sentido, los obispos han recordado que “se ha hecho un esfuerzo para adaptarlas a la realidad y circunstancias de nuestro país”.
Cuidado de las celebraciones presenciales
La nota de los obispos recomienda «siempre que sea posible, desde un discernimiento responsable la participación presencial en la celebración, formando parte activa de la asamblea». Evidentemente, quedan exentos «aquellos fieles que, por razón de edad, enfermedad, o de prudencia sanitaria, no puedan participar presencialmente en las celebraciones», y se aconseja seguirlas por los medios de comunicación.
En todas las celebraciones se deberán respetar las normas emanadas de las autoridades sanitarias en la lucha contra el virus: el aforo de los templos, las recomendaciones sanitarias e higiénicas para hacer de los lugares de culto espacios sanos y seguros, el uso de la mascarilla, disponibilidad de gel hidroalcohólico, distancia social, ventilación de los espacios, etc. Además recomiendan reducir al mínimo necesario el número de ministros, evitar el reparto de subsidios o folletos y cuidar que el canto, si se realiza, se haga con las medidas de precaución adecuadas.
Los prelados señalan la necesidad de preparar las celebraciones «eligiendo bien las alternativas que propone la Liturgia». Asimismo, señalan que si existen circunstancias de real necesidad y problemas de aforo «el Obispo diocesano puede autorizar a que se hagan varias celebraciones en el mismo templo en horas sucesivas».
Celebraciones virtuales, en directo
Desde la Comisión Episcopal de Liturgia se anima además a que se retransmitan en directo las celebraciones presididas por el Obispo en la catedral, como signo de unidad de la diócesis para que los fieles que se encuentren impedidos puedan participar desde sus casas. Además, señalan la posibilidad de ofrecer a los fieles la posibilidad de celebrar la Liturgia de las Horas, especialmente las Laudes y las Vísperas de cada día y el Oficio de Lectura.
Indicaciones para los sacerdotes
Los miembros de la comisión indican en la nota además que «los sacerdotes que estén afectados por el virus y estén confinados procuren también celebrar los distintos ritos, en la medida de lo posible y si su salud se lo permite».
Por otro lado, a aquellos sacerdotes que estén en activo, han de cuidar especialmente el Sacramento de la Penitencia teniendo «una mayor disponibilidad para que los fieles puedan celebrar este Sacramento, con todas las medidas de precaución, distancia social y discreción».
Celebraciones litúrgicas propias
Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.
Para la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén se evitará la forma primera descrita por el Misal –procesión–.
En las catedrales se utilizará la forma segunda –entrada solemne–, al menos en la misa principal. Los fieles permanecerán en sus lugares y se hará la bendición y la proclamación del evangelio desde un lugar, dentro de la iglesia, en el que los fieles puedan ver el rito. En la procesión al altar puede participar una representación de los fieles junto con el Obispo y los ministros.
En las parroquias y demás lugares de culto se utilizará la forma tercera –entrada simple–.
Misa crismal.
A juicio del Obispo la fecha de la Misa crismal puede trasladarse al día que parezca más adecuado.
Si las normas sobre aforos no permiten la asistencia de todos los sacerdotes de la diócesis y es necesario también limitar el número de fieles, procure el Obispo que al menos pueda hacerlo una representación del presbiterio –por ejemplo, el consejo episcopal, o el consejo presbiteral, o los arciprestes– y un grupo de fieles, y que la celebración sea retransmitida, de modo que quienes hubiesen querido asistir, muy en particularmente el resto del clero, puedan al menos seguirla por estos medios.
Jueves Santo.
De forma excepcional, al igual que el año pasado, los sacerdotes tienen la facultad de celebrar este día la Misa sin el pueblo, si concurren circunstancias que así lo aconsejen –por ejemplo, el contagio con el virus del propio sacerdote o el confinamiento de una población–. Quienes no tengan la posibilidad de celebrar la Misa rezarán preferentemente las Vísperas.
Ha de omitirse el rito del lavatorio de los pies.
Dado que este año la celebración se hará, en la mayor parte de los casos, con alguna participación del pueblo, no se omita la procesión y la reserva del Santísimo Sacramento para la adoración y la comunión al día siguiente. Facilítese, en la medida de lo posible, que los fieles puedan dedicar un tiempo de adoración, respetando siempre los horarios de restricción de la libre circulación de los ciudadanos que se establezcan en cada lugar.
Si se van a celebrar varias Misas de la Cena del Señor en la misma iglesia, háganse siempre por la tarde, y omítase, salvo en la última, la reserva solemne del Santísimo.
Si no se va a celebrar el Triduo completo en alguna iglesia, no se haga la reserva eucarística solemne. Además, si no se ha celebrado la Misa vespertina de la Cena del Señor, evítese una adoración eucarística desvinculada de dicha celebración.
Si la celebración es sin participación del pueblo, se omite la procesión, y la reserva se hace en el sagrario habitual.
Viernes Santo.
Se ha de asegurar la celebración de la Pasión del Señor, por lo menos, en la Catedral, en los templos parroquiales, al menos en los principales, y en aquellos de mayor capacidad dentro de las zonas pastorales establecidas en cada Diócesis.
En la oración universal se utilizará el formulario habitual con el añadido de la intención especial que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el pasado año (Decreto Prot. N. 155/20). El texto de la intención, que se añade entre la IX y la X, es el siguiente:
IXb. Por quienes sufren en tiempo de pandemia.
Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto.
Oración en silencio. Prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, singular protector en la enfermedad humana, mira compasivo la aflicción de tus hijos que padecen esta pandemia; alivia el dolor de los enfermos, da fuerza a quienes los cuidan, acoge en tu paz a los que han muerto y, mientras dura esta tribulación, haz que todos puedan encontrar alivio en tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
En el momento de la adoración de la cruz el celebrante lo hará con una genuflexión o una inclinación profunda. El resto de la asamblea lo hará por medio de una genuflexión o inclinación profunda cuando la cruz sea mostrada, y lo harán cada uno sin moverse de su lugar. Se podría invitar, también, a todos los participantes a la liturgia a que hagan un momento de oración, en silencio, mientras se contempla la cruz. Se evitará, en cualquier caso, la procesión de los fieles en este momento de la celebración.
Vigilia Pascual
Se procurará su celebración al menos en la Catedral y en las iglesias parroquiales principales, que posean un aforo suficiente para que puedan participar los fieles con seguridad.
Dependiendo de las normas civiles que se hayan establecido en cada lugar sobre restricción de la libre circulación de los ciudadanos, elíjase una hora adecuada para el comienzo de la celebración que facilite a los fieles la participación en la misma y el regreso a sus casas al finalizar.
El “inicio de la vigilia o lucernario” se puede hacer a la entrada del templo. El celebrante principal deberá estar acompañado por un número limitado de ministros, mientras todos los fieles se mantendrán en sus lugares. Se bendice el fuego, se hacen los ritos de preparación y se enciende el cirio tal como indica el Misal. El sacerdote y los ministros, manteniendo la distancia de seguridad, hacen la procesión por el pasillo central y se cantan las tres invocaciones “Luz de Cristo”. No es recomendable repartir entre los fieles las velas y que las vayan encendido del cirio y luego pasen la luz unos a otros. Después de las invocaciones se canta el Pregón Pascual.
Sigue la “Liturgia de la palabra”. Por razones de brevedad puede acortarse el número de las lecturas, pero procúrese darle la relevancia adecuada a este momento de la celebración. En ningún caso se debería reducir a una Liturgia de la Palabra normal de un domingo, únicamente con tres lecturas.
La “Liturgia bautismal” se celebra tal y como viene indicada en el Misal. La presencia de la asamblea aconseja no omitir el rito de la aspersión después de la renovación de las promesas bautismales. Tómese la precaución, sin embargo, de evitar el contacto con el agua que se va a bendecir cuando esta se prepare, y que el sacerdote higienice las manos con gel hidroalcohólico antes de la aspersión.
No parece aconsejable, dadas las circunstancias, celebrar el bautismo de niños durante la Vigilia Pascual. Si se han de administrar los sacramentos de la Iniciación Cristiana a adultos o si al final se celebra el bautismo de algún niño, hágase con todas las medidas higiénicas y sanitarias que garanticen que los signos y ritos se hagan adecuadamente, pero de forma segura, especialmente los que implican el contacto, como las unciones.
Quienes no puedan participar en la solemne Vigilia Pascual pueden rezar el Oficio de lectura indicado para el Domingo de Pascua en la resurrección del Señor, con el deseo de unirse a toda la Iglesia en la celebración del misterio pascual.
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Tú y yo, en este tiempo, estamos llamados a llevar a Cristo por los pasillos de casa, a cargar ese peso sin reconocimiento, sin cirios, ni incienso… La procesión va, como nunca antes, por dentro.
25 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 2minutos
Probablemente hayas visto esa instantánea. La tomó el pasado año Alessandro Garofalo, fotógrafo de Reuters. En ella dos hombres portan una imagen de Cristo Crucificado por el interior de un pasillo. Sucedió en Taranto, Italia. Allí, Amedeo Basile, el sacerdote de la iglesia de Santa Maria Addolorata, en el momento más duro del confinamiento, subió las imágenes de un Cristo y de Santa María Dolorosa y, junto a sus fieles asomados a los balcones, rezaron el Via crucis al atardecer del Viernes Santo.
Aquella foto (¡búscala si puedes!) cuando ya trasladaban la imagen a su emplazamiento original, dio la vuelta al mundo y fue elegida entre las prestigiosas «Fotos del Año». Quizás porque no inmortalizaba tan sólo un momento determinado en un lugar del mundo; aquella imagen era la “foto del mundo” en ese momento: el mundo que se topó con la cruz, con la incertidumbre, con la debilidad, en el interior de su casa.
Tú y yo, en este tiempo, estamos llamados a llevar a Cristo por los pasillos de casa, a cargar ese peso sin reconocimiento, sin cirios, ni incienso… La procesión va, como nunca antes, por dentro. La misma imagen contiene toda la fuerza de la salvación. La de Cristo-Dios que se deja llevar a la Cruz por ti y por mi, la de Cristo, perfecto Hombre, que no puede con el peso del madero y que pide ayuda al hombre para salvarlo…
Esos modernos cirineos con vaqueros y tatuajes, que ayudan a Cristo a llegar a todos los hombres, que se sienten torpes ante las dimensiones del madero, que se saben débiles y temerosos ante el dolor y el sufrimiento, esos inútiles, somos tú y yo: la nada de la que Dios se sirve para hacer la redención, también, o quizás especialmente, en tiempos de pandemia.
Ahora que se acerca la hora de llevar la cruz, de llevarla por los pasillos de casa, del hospital, sin ayuda muchas veces, tenemos el mejor momento para orar sobre esa elección de Dios con nosotros. Escogidos por casualidad, no por nuestros méritos, como los cirineos de ese Jesús que pasa por lo más profundo de nuestra intimidad.
Sí. Esta Semana Santa, otra vez es Cristo el que vendrá a casa. No podremos verle representado por las calles, en esa catequesis plástica que cada año ponen por nuestras ciudades tantas Hermandades y Cofradías, no veremos las lágrimas de otros, ni rezaremos hombro con hombro con nuestros hermanos bajo un costal o en silencio, desconocidos e ignorados bajo un antifaz de nazareno.
Lo haremos, otra vez, en el territorio de nuestra vida ordinaria, y este año no será por sorpresa. A pocas horas de los días de pasión, vuelvo a contemplar esa foto de Garofalo, para recordar que, con la esperanza de volver a cruzar la mirada con Cristo en las calles, la primera procesión, el primer encuentro con Cristo, se recorre en los pasillos de nuestra alma, solos, en silencio, en el confinamiento elegido de la oración.
Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.
Después de varios vaivenes respecto al derecho de ejercicio de culto, que está contemplado en la Constitución del país, la Corte Suprema de Chile ha emitido un fallo unánime en favor de la asistencia a Misa.
Pablo Aguilera·25 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 2minutos
Durante la fase más dura de la pandemia de Covid los obispos de la Iglesia en Chile, siguiendo las instrucciones del Ministerio de Salud, han dado una serie de indicaciones sobre las ceremonias litúrgicas: los fieles han quedado eximidos del precepto dominical, se han establecido medidas de prevención como el uso obligatorio de mascarilla, distancia física en el interior de los templos, suprimir el saludo de la paz, administrar la Comunión en la mano, respetar aforos en las celebraciones, etc.
Una vulneración de derechos
En la denominada fase 1 (cuarentena), todos los ciudadanos deben permanecer en sus casas toda la semana, excepto los que tienen permiso expreso por razón de trabajo o para realizar actividades esenciales (compras en el supermercado y farmacia, funerales, hora médica, etc.) y, además, están prohibidas las Misas con presencia de fieles.
El pasado 12 de marzo el Gobierno extendió la prohibición de Misas presenciales a las comunas que se encontrasen en fase 2 (libertad de circulación de lunes a viernes y cuarentena los fines de semana y festivos). Inmediatamente la Conferencia Episcopal elevó una fuerte protesta pública por considerar que se vulneraba injustamente la libertad religiosa. Al día siguiente el Ministerio de Salud reconoció su error y revirtió la medida.
Pidiendo protección
Paralelamente la Corporación “Comunidad y Justicia” acudió a una Corte de Apelaciones pidiendo que se protegiera la libertad religiosa asegurada en la Constitución del país, pues la prohibición de que los católicos vayan a Misa vulnera “el derecho al libre ejercicio del culto”. Dicha Corte rechazó el recurso, señalando que era suficiente que los católicos participaran en Misa por internet.
Comunidad y Justicia recurrió, entonces, a la Corte Suprema en contra del ministro de Salud por el acto ilegal y arbitrario de extender la prohibición de celebrar eventos con público, aplicable a las comunas en cuarentena y, en días laborales en comunas en fase 2, a las Misas y demás cultos religiosos. Señalaron que, aunque el Ministerio de Salud puede restringir ciertos derechos, “ello no autoriza a suspenderlos o afectarlos en su esencia, como en los hechos ocurre al impedir a los católicos asistir a la Misa (…), lo cual vulnera su derecho al libre ejercicio del culto, garantizado en la Constitución”.
El fallo de la Corte Suprema
El obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, elaboró, como abogado, un informe a la Corte para rechazar las prohibiciones. Solicita que se precise “si puede la misma autoridad de los tribunales, como ha sucedido (en Arica y Concepción), señalar que la asistencia telemática a un acto religioso es suficiente para satisfacer la necesidad espiritual de una persona”.
Coincide el decano de la Facultad de Derecho de la U. Finis Terrae, Ignacio Covarrubias, quien señala que la libertad de culto “en el caso de los católicos es un derecho sensible que no puede ser puesto a un nivel similar a otros derechos como la libre circulación o el comercio”.
El 24 de marzo la Corte Suprema en un fallo unánime determinó que las personas que se encuentren en fase 1 (cuarentena) o fase 2 podrán asistir a tales ceremonias religiosas, siempre y cuando se respete el aforo dispuesto por la autoridad sanitaria.
Representantes católicos y judíos debatieron sobre el marco de relaciones entre las confesiones religiosas y el Estado español en un Foro organizado por Omnes.
50 años del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa
La Presidencia del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) celebra hoy el 50 aniversario de su creación. Tal día como hoy en 1971, la Congregación para los Obispos aprobó las Normas directivas ad experimentum, que más tarde, fueron especificadas y definidas por San Juan Pablo II en 1995.
La CCEE, que nació bajo la mirada de la Madre de Cristo y de la Iglesia,nacía de las inspiraciones del Concilio Vaticano II sobre el sentido de colegialidad episcopal, «cum et sub Petro», y con el objetivo también de fortalecer los esfuerzos de evangelización ante los grandes desafíos que había desencadenado el cambio cultural de 1968.
Promover el encuentro de Conferencias Episcopales, el conocimiento mutuo, el intercambio de experiencias, un nuevo anuncio de Cristo, la pastoral y su futuro, se presentaron como momentos necesarios ante la presión de nuevas formas de pensar y actuar. En este horizonte el CCEE fue un signo de la atención de la Iglesia al mundo cambiante. La mirada hacia arriba todo el continente, occidental y oriental, fue también una profecía de lo que sucedería en 1989 con la reunificación europea: una unificación no externa, sino inherente a su cultura e espiritualidad.
La composición del Consejo se amplió a lo largo de los años a los Presidentes de las 33 Conferencias También se fusionaron obispos que no pertenecen a una Conferencia específica: los arzobispos del Gran Ducado de Luxemburgo, del Principado de Mónaco, de Chipre de los Maronitas y los obispos de Chişinău en la República de Moldavia, de la Administración Apostólica de Estonia y la Eparquía de Mukachevo.
Entre sus acontecimientos más importantes se cuentan diez simposios, tres asambleas ecuménicas, cinco foros católico-ortodoxos, cincuenta asambleas plenarias (desde 1995 con los presidentes de conferencias episcopales), los encuentros con secretarios generales, encargados de prensa y portavoces, las reuniones de las comisiones sobre temas emergentes. Junto con documentos y comunicados, que expresan también la cercanía cordial y atenta de la Iglesia con el amado Continente europeo.
Los retos en la actualidad se centran en el diálogo entre todas las religiones como base para la construcción de un mundo fraterno, así como un compromiso urgente como custodios de la Creación, como destacan en la nota hecha pública con este aniversario. «Proclamar la persona de Cristo significa abrir el corazón de la humanidad y su inteligencia al conjunto de la realidad, así como redescubrir el verdadero rostro de cada persona, reconociendo su dignidad y sus derechos. Significa anunciar su futuro y, por tanto, dar sentido al presente»,, afirman en esta nota en la que piden a los fieles «se las comunidades cristianas que recen una intención particular en la Santa Misa del domingo», por este avance de diálogo y evangelización europea.
La Universidad de Navarra edita un audiolibro de la Biblia
Más de cien horas de grabación forman parte de este audiolibro con el que la Universidad cumple 50 años de trabajo de traducción, comentario y digitalización de la obra.
La Universidad de Navarra ha elaborado un audiolibro de la Biblia. A través de este accesible formato, los oyentes tienen acceso a todo el contenido de las Sagradas Escrituras. Acercar la Biblia de manera fácil es, de hecho el objetivo de este proyecto, impulsado desde la Facultad de Teología y la editorial Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA).
De este modo, cualquier persona podrá escuchar la Biblia mientras realiza otra actividad y es especialmente útil para aquellas personas que presentan alguna discapacidad visual o dificultad para la lectura. Como ha destacado Javier Balibrea, director de la editorial de la Universidad de Navarra «Queremos ofrecer la escucha de la Biblia de una manera sencilla. El audiolibro tiene un índice por libros y capítulos que permite una búsqueda rápida. Está disponible en streaming a través de la biblioteca virtual de EUNSA”.
Medio siglo profundizando en la Biblia
Con la edición del audiolibro se cumplen 50 años de trabajo sobre los textos bíblicos. Un proyecto que se impulsó en 1971, cuando el fundador de la Universidad, san Josemaría Escrivá, encargó a la Facultad de Teología la traducción y comentario de las Sagradas Escrituras. Se inició con el Nuevo Testamento y culminó en 2004, con la edición de toda la Biblia en cinco volúmenes. Más de quince profesores participaron en este trabajo editorial, que incluye cerca de 3.000 notas y comentarios que ayudan a entender el texto en su contexto y en la rica tradición de la Iglesia. Desde entonces, se ha traducido a cuatro idiomas y se ha difundido en numerosos países.
El audiolibro está disponible en la página web de Ediciones Universidad de Navarra en el siguiente enlace: https://bit.ly/3vV63du, a un precio de 29,99 euros.
«Al quitar a Dios de la sociedad llega el culto a la personalidad»
Representantes de las confesiones católica y judía debatieron sobre el modelo de laicidad en un Foro organizado por Omnes en el que coincidieron en el valor social de las confesiones religiosas en la sociedad actual.
Mons. Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid y secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y el anterior presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Querub, han sido los ponentes del Foro Omnes moderado por la catedrática de Derecho de la UIC, Montserrat Gas. Mohamed Ajana, secretario de la Comisión Islámica de España, que iba a participar en dicho encuentro, no pudo asistir debido a un imprevisto.
En esta línea, Gas, utilizando un símil deportivo, apuntó cómo el papel del estado sería comparable al de una Federación, que vela por el cumplimiento de las reglas y la limpieza del juego pero que “no toma parte en ese juego optando por una de esas confesiones o impulsando una especie de religión de estado”.
En cuanto a si tenemos en España un sistema satisfactorio de relaciones con las confesiones desde el Estado, Isaac Querub ha querido señalar que “Lo que pedimos al Estado es que impulse la convivencia las personas independientemente de sus convicciones religiosas y facilite el ejercicio libre de las creencias”.
Esta idea ha estado muy presente en las sucesivas intervenciones del antiguo presidente de las comunidades judías españolas para el que el modelo español, adoptado desde la Constitución ,“es admirado en todo el mundo y funciona. Y si funciona y satisface a las distintas confesiones ¿por qué hemos de cambiarlo?”.
Por su parte, Mons. Luis Argüello, ha calificado de satisfactorio el marco actual de las confesiones en el estado español. El secretario General de la CEE ha querido recordar que “es necesario organizar la convivencia sabemos que los que convivimos somos grupalmente diferentes y que desde esa diferencia definimos el bien común. Al servicio de eso aparece el estado. Por eso, cada vez, veo más este tema de la laicidad positiva como asegurar la convivencia de pueblos distintos”. Además ha querido destacar que “los seres humanos tenemos el deseo innato de compartir nuestra conciencia de bien con nuestros conciudadanos, lo que los cristianos llamamos ser misioneros, y hemos de vivir esto sin que se convierta en una estratagema para la búsqueda del poder”.
El peligro del pensamiento único
Ambos ponentes han coincidido en el peligro del pensamiento único que pretenden imponer las posturas laicistas que termina siendo otra clase de fanatismo. En esta línea Isaac Querub ha afirmado que “cuando se erradica de manera fanática el factor religioso o a Dios de la sociedad, se sustituye rápidamente por el culto al individuo y sabemos lo que ocurre. Cuando se mata a Dios tenemos el culto a la personalidad y se termina por matar a las personas”. Una idea plenamente compartida por Mons. Argüello, quien quiso alertar de dos “atajos” que pueden ser usados por los creyentes y terminan generando violencia de algún tipo: El fundamentalismo, de querer imponer la propia convicción y, por otra parte, el relativismo absoluto, el querer convertir cada deseo en ley.
Preocupa la propuesta de una religión civil
Preguntados acerca de la reciente carta enviada por el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodriguez Uribes, en su calidad de secretario de Laicidad del PSOE, a las ejecutivas provinciales del partido socialista, bajo el título “La laicidad, religión de la libertad”. Mons. Argüello quiso señalar que «lo preocupante es ver cómo se propone una religión civil desde el estado que además ofrece unos ‘frutos'». Para Argüello «es legítimo que un partido político tenga un programa y lo ofrezca a la sociedad. Lo que parece preocupante es que a eso se le dé un contenido de religión civil porque entonces el Estado ofrece una propuesta religiosa de sustitución y deja de ser neutral». Isaac Querub, por su parte, ha destacado que el contenido de la carta «dista de las posiciones que nos han manifestado en los encuentros con el gobierno». Ambos ponentes han coincidido en que les hubiera gustado una reunión o consulta de la comisión mixta de gobierno y entidades religiosas en asuntos como el cierre de centros de culto durante la pandemia o la tramitación de leyes como la LOMLOE o a reciente de eutanasia.
Tanto Luis Argüello como Isaac Querub sin embargo han querido hacer una llamada a la esperanza para hacer ver el papel insustituible del hecho religioso y la valiosa aportación de las diferentes confesiones en un diálogo fecundo para el progreso de la sociedad.
El encuentro tuvo lugar de manera semipresencial, cumpliendo con las medidas de seguridad sanitarias pertinentes, en el salón de Actos de la Universidad Villanueva de Madrid y fue retransmitido a través de Youtube. Asistentes presenciales y virtuales pudieron hacer llegar sus preguntas a los ponentes a través de Whatsapp o el chat del propio canal.
Galería del acto
Galería fotográfica del Foro Omnes sobre laicidad en España
Andrea Mardegan, sacerdote, comenta las lecturas correspondientes a la Solemnidad del domingo de Ramos
Andrea Mardegan·24 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 2minutos
En la casa de Simón el fariseo, en Betania, una mujer rompe el frasco de alabastro lleno de nardo precioso y vierte el perfume sobre la cabeza de Jesús. A las críticas sobre el desperdicio de dinero, Jesús responde con una alabanza única: “Donde quiera que se predique el Evangelio, en todo el mundo, también lo que ella ha hecho se contará en memoria suya”. También unos hombres anónimos le reconfortan: los discípulos que se interesan por dónde preparar la Pascua; los dos que Jesús envía a la ciudad; un hombre con un ánfora de agua; el propietario de la casa donde irá. Hombres amigos en aquella hora tremenda.
Entre la mujer y esos hombres, Marcos nombra a Judas, que va a traicionarlo, y su motivación queda un misterio. Jesús lo revela a los suyos, en la cena de la Pascua, antes de donarles su cuerpo y su sangre. La primera Eucaristía está entre la profecía de la traición de Judas y la de la negación de Pedro. Cielo y tierra se mezclan. La oración de Getsemaní, “Abbà, Padre”, se oye en el silencio del sueño de Pedro, Santiago y Juan, que no son capaces de velar ni siquiera una hora para sostener a Jesús, y continúan durmiendo aunque él les despierte y anime. Llega Judas en la noche con los esbirros armados y, como es típico de los traidores, manifiesta afecto al traicionado, con un beso. Captura, proceso sumario, testigos que mezclan lo verdadero con lo falso, y la luz de la declaración de Jesús ante la pregunta: “¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?”, “Yo soy”. Le arrebatan las vestiduras, le condenan a muerte. Escupitajos, golpes, bofetones. Pedro está en el patio y una joven empleada, única figura femenina negativa de toda la pasión de Jesús, le provoca y él cae, y niega conocerlo. Mientras tanto, el gallo canta. Llanto de Pedro.
Pilatos sabe que es por envidia, pero no es capaz de oponerse a la turba. Lo intenta con la costumbre de liberar a un encarcelado durante la Pascua, pero la multitud, que pronto será liberada por la cruz de Cristo, elige a Barrabás y condena a Jesús. Los soldados añaden flagelos, corona de espinas, clavos en sus manos y en sus pies, vestiduras divididas a suerte. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Un fuerte grito y Jesús muere. Se rompe el velo del templo, ya no sirve. La luz de la fe alumbra al centurión pagano, primero entre todos: “En verdad este hombre era Hijo de Dios”. María Magdalena, María madre de Santiago el menor y de José, y Salomé, junto a otras muchas mujeres, observan de lejos. José de Arimatea pide su cuerpo a Pilatos, lo desclavan de la cruz y lo colocan en una sábana nueva y en un sepulcro excavado en la roca. Jesús atraviesa también esta experiencia humana, y se prepara para vencerla definitivamente.
«La Virgen María ha estado presente en los días de pandemia, con su ternura materna»
El Papa Francisco ha dedicado la catequesis de este miércoles a la oración "en comunión con María", ya que "ocupa en la vida y en la oración del cristiano un lugar privilegiado, porque es la Madre de Jesús".
El Papa Francisco ha tenido su habitual catequesis dirigida desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, debido a las restricciones impuestas por el gobierno italiano.
En esta ocasión, el Santo Padre ha querido dedicar sus palabras «a la oración en comunión con María, y tiene lugar precisamente en la vigilia de la solemnidad de la Anunciación».
Cristo es el puente
Francisco ha querido destacar la centralidad de Jesucristo en la oración: «Sabemos que el camino principal de la oración cristiana es la humanidad de Jesús. De hecho, la confianza típica de la oración cristiana no tendría significado si el Verbo no se hubiera encarnado, donándonos en el Espíritu su relación filial con el Padre. Cristo es el Mediador, el puente que atravesamos para dirigirnos al Padre (cfr Catecismo de la Iglesia Católica, 2674). Cada oración que elevamos a Dios es por Cristo, con Cristo y en Cristo y se realiza gracias a su intercesión. El Espíritu Santo extiende la mediación de Cristo a todo tiempo y todo lugar: no hay otro nombre en el que podamos ser salvados (cfr Hch 4,12).
Precisamente gracias a la mediación de Cristo toman sentido y valor las otras referencias que el cristianismo encuentra para su oración y su devoción, en primer lugar a la Virgen María. «Ella», continúa el Papa, «ocupa en la vida y, por tanto, también en la oración del cristiano un lugar privilegiado, porque es la Madre de Jesús. Las Iglesias de Oriente la han representado a menudo como la Odigitria, aquella que “indica el camino”, es decir el Hijo Jesucristo.
El rol de María
Una manifestación de esta devoción es la iconografía cristiana, donde «su presencia está en todas partes, y a veces con gran protagonismo, pero siempre en relación al Hijo y en función de Él. Sus manos, sus ojos, su actitud son un “catecismo” viviente y siempre apuntan al fundamento, el centro: Jesús. María está totalmente dirigida a Él (cfr CCC, 2674).
Jesús extendió la maternidad de María a toda la Iglesia cuando se la encomendó al discípulo amado, poco antes de morir en la cruz.
Papa Francisco
Ser humilde sierva del Señor. Éste es el papel que «María ha ocupado durante toda su vida terrena y que conserva para siempre», afirma Francisco. Y sigue: «A un cierto punto, en los Evangelios, ella parece casi desaparecer; pero vuelve en los momentos cruciales, como en Caná, cuando el Hijo, gracias a su intervención atenta, realizó la primera “señal” (cfr Jn 2,1-12), y después en el Gólgota, a los pies de la cruz».
Así, «Jesús extendió la maternidad de María a toda la Iglesia cuando se la encomendó al discípulo amado, poco antes de morir en la cruz. Desde ese momento, todos nosotros estamos colocados bajo su manto, como se ve en ciertos frescos y cuadros medievales».
Las oraciones a Nuestra Madre
Los modos en que los cristianos nos hemos dirigido a Ella son realmente significativas: «empezamos a rezarla con algunas expresiones dirigidas a ella, presentes en los Evangelios: “llena de gracia”, “bendita entre las mujeres” (cfr CCC, 2676s.). En la oración del Ave María pronto llegaría el título “Theotokos”, “Madre de Dios”, ratificado por el Concilio de Éfeso. Y, análogamente y como sucede en el Padre Nuestro, después de la alabanza añadimos la súplica: pedimos a la Madre que ruegue por nosotros pecadores, para que interceda con su ternura, “ahora y en la hora de nuestra muerte”. Ahora, en las situaciones concretas de la vida, y en el momento final, para que nos acompañe en el paso a la vida eterna».
«María está siempre presente en la cabecera de sus hijos que dejan este mundo. Si alguno se encuentra solo y abandonado, ella está allí cerca, como estaba junto a su Hijo cuando todos le habían abandonado».
Con ternura materna
El Papa ha querido también hacer mención a la situación actual que pasa el mundo: «María ha estado presente en los días de pandemia, cerca de las personas que lamentablemente han concluido su camino terreno en una condición de aislamiento, sin el consuelo de la cercanía de sus seres queridos. María está siempre allí, con su ternura materna. Las oraciones dirigidas a ella no son vanas».
María nos defiende en los peligros, se preocupa por nosotros, también cuando nosotros estamos atrapados por nuestras cosas y perdemos el sentido del camino.
Papa Francisco
Francisco asegura que María es «Mujer del “sí”, que ha acogido con prontitud la invitación del Ángel, responde también a nuestras súplicas, escucha nuestras voces, también las que permanecen cerradas en el corazón, que no tienen la fuerza de salir pero que Dios conoce mejor que nosotros mismos. Cómo y más que toda buena madre, María nos defiende en los peligros, se preocupa por nosotros, también cuando nosotros estamos atrapados por nuestras cosas y perdemos el sentido del camino, y ponemos en peligro no solo nuestra salud sino nuestra salvación».
El Santo Padre ha concluido convencido que «María está allí, rezando por nosotros, rezando por quien no reza. Porque ella es nuestra Madre».
«Procuramos que cada persona se sienta acogida, respetada y, también, responsable»
El comedor social "San José" es una de las iniciativas del proyecto Amar siempre más impulsado por la Obra Social Alvaro del Portillo y la Asociación "Familia y Cultura" de Vallecas. Un proyecto basado en el concepto de atención integral y de liderazgo del beneficiario.
El comedor social «San José», situado en el barrio de Carabanchel, ha estrenado este mes de marzo una nueva cocina para mejorar la elaboración y distribución de comidas a más de 300 familias y personas sin recursos, especialmente afectadas por la pandemia.
Este comedor, impulsado por la Obra Social-Familiar «Álvaro del Portillo» y la Asociación «Familia y Cultura» de Vallecas ya distribuía, desde mayo de 2020 comida no cocinada para unas 500 personas.
Voluntarios – beneficiarios
La nueva cocina está atendida por voluntarios, que, en su mayoría son también beneficiarios de los proyectos de “Amar siempre más”, al que pertenece este comedor.
Uno de ellos, que conoció el comedor a través de unas compañeras que eran beneficiarias, destaca para Omnes cómo “Lo que más me gusta es poner mi granito de arena en función de los más necesitados. Involucrarme y contribuir en todo lo que se pueda, satisface ver crecer y diversificarse el proyecto”. Aunque también apunta que a veces “creo que alguna persona no aprecia el esfuerzo que hacemos por ella, porque es difícil sacar el comedor adelante y no todo el mundo se da cuenta”.
El comedor San José no es el único de este proyecto, como nos cuenta uno de sus responsables, “entre Vallecas, Canillejas, Carabanchel y Tetuán, que son los comedores que tenemos abiertos en este momento, atendemos a unas 2000 personas. Muchos de ellos, niños”.
La pandemia ha supuesto un reto para esta asociación puesto que “Las solicitudes de alimento en Vallecas se triplicaron, y pensamos que lo mismo debía estar ocurriendo en otros sitios, así que nos lanzamos a repartir comida preparada en Getafe, San Fernando de Henares y Carabanchel. Fue espectacular: cientos de personas acudieron a solicitar comida. Muchos, en situaciones realmente dramáticas. Poco a poco la situación se está normalizando, pero aún llegan varias solicitudes nuevas cada día”.
El proyecto “Amar siempre más”
Todos ellos forman parte de “Amar siempre más”, un proyecto que facilita también atención psicológica y espiritual, formación laboral, acompañamiento y espacio de juegos infantiles. “Nuestro objetivo” señalan “es que cada persona que se acerca al proyecto sea santa. Intentamos acompañarla para que sea una persona realizada y feliz.
Eso incluye ofrecerle ayuda en lo más básico (alimento, ropa, techo, formación laboral…); en los vínculos familiares, que son fundamentales y muchas veces están rotos o deteriorados (formación para la educación de los hijos, terapias de pareja, convivencias, psicólogos, acompañamiento a las madres, apoyo escolar…) y en lo espiritual, que es el corazón de todo lo que hacemos, porque es de donde brota ese amor que nos va sanando (retiros, voluntariado, grupos de distintas espiritualidades, cenas Alpha, formación cristiana…).
Procuramos que cada persona se sienta acogida, respetada, en familia, y también responsable, porque el proyecto se va tejiendo con lo que aportamos cada uno”. Su trabajo se basa en un concepto de atención integral y de liderazgo del beneficiario, que muchas veces colabora, asimismo, con el proyecto.
La Obra Social-Familiar Álvaro del Portillo
La Obra Social-Familiar Álvaro del Portillo, impulsora de este proyecto, está formada por voluntarios, como ellos se definen “entusiasmados con este proyecto, con muchas ganas de compartir nuestro día a día con quienes se acercan al comedor, porque aprendemos muchísimo de ellos”.
Como ejemplo, la figura del beato Álvaro del Portillo, quien “en los años 30, iba a la parroquia San Ramón Nonato de Vallecas, donde nacimos como asociación. Vallecas era por entonces un barrio muy, muy humilde y don Álvaro ayudaba a los niños de la zona en todo lo que podía y les daba catequesis. Cuidaba sus cuerpos y sus almas. Por eso decidimos ponerle su nombre a la asociación. De alguna manera, intentamos continuar lo que él empezó” concluyen.
En la novela de Elizabeth Gaskell Norte y sur, se muestra cómo a pesar de los muchos padecimientos y contrariedades, ambos encuentran con tenacidad y sabiduría el camino para vencer prejuicios y diferencias y así poder entablar el compromiso de amor conyugal.
El trasfondo de las novelas de Elizabeth Gaskell (1810-1865) lo constituyen los conflictos socio-laborales y los dramáticos sufrimientos de los ambientes obreros de la primera revolución industrial.
En Norte y sur, se considera la tensión entre la vida tradicional de la amena campiña meridional inglesa y la novedad del poderoso pero complejo desarrollo de las fábricas en el frío norte. Dos figuras representan esta relación difícil: John Thornton, joven empresario hecho a sí mismo, forjado en la dura tarea de sacar adelante una factoría con cientos de operarios; y Margaret Hale, mujer culta, hija de un profesor de humanidades, que ha de emigrar a la pujante, convulsa y sufriente ciudad proletaria.
Ideologías de confrontación
En la historia del pensamiento moderno han surgido diversas ideologías de confrontación, como el marxismo, que propugna el conflicto y la ruptura con el fin de lograr una supuesta síntesis utópica. Así, la lucha de clases, del patrón contra empleado, del varón contra mujer, etc. Pero se trata de explicaciones falsas del hombre y de la sociedad, que han propiciado regímenes liberticidas de terror. No somos enemigos sino hermanos y amigos, miembros de la misma familia humana.
La antropología cristiana, superando concepciones erróneas, irracionales e inhumanas, enseña que el ser humano no está hecho para la rivalidad sino para la relación de ayuda y de cooperación. Es más, la diversidad enriquecedora en la unidad común es el núcleo de la condición humana.
Complementariedad del varón y la mujer
La diferencia sexual forma parte de la identidad teológica constitutiva del ser humano, como llamada a vivir la complementariedad del amor fecundo de entrega. “El hombre ha llegado a ser imagen y semejanza de Dios no solo a través de la propia humanidad, sino también a través de la comunión de las personas, que el hombre y la mujer forman desde el inicio” (Juan Pablo II).
Por otro lado, la llamada “ideología de género” -de matriz materialista y dialéctica- es también contraria a la realidad. Niega equivocadamente el significado objetivo de la sexualidad humana, conforme al plan originario y permanente del Creador, asequible al sentido común. Varón y mujer son, el uno para el otro, “ayuda adecuada” y vital, para escapar de la soledad estéril. Ambos comparten la humanidad común y relacional. Se complementan. Son compañeros. Están ordenados al compromiso conyugal y familiar. Su vocación es el don recíproco. Están orientados a la trascendencia de la relación personal, justa y amorosa, con los demás y con el mismo Dios, anticipo del destino de la vida eterna.
Diferencias llamadas al enriquecimiento
La colaboración originaria, dañada por el pecado, viene sanada y reintegrada en Cristo, por la acción del Espíritu Santo y la maduración en las virtudes. La “antropología adecuada”, conforme al evangelio de la gracia, hace posible la superación de los conflictos para lograr una relación armoniosa, una verdadera comunidad. Las diferencias entre el varón y la mujer no son causa de inevitable guerra, sino llamadas al enriquecimiento, al crecimiento y a la maduración personal y social.
“Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza: llamándolo a la existencia por amor, lo ha llamado al mismo tiempo al amor. Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión” (Juan Pablo II).
La confrontación no tiene la última palabra ni es lo decisivo. El ser humano no está abocado al conflicto. Ha sido formado con una estructura familiar de comunión. El verdadero amor reclama la entrega de uno mismo a los demás y la acogida del otro, en una relación paciente de respeto y de sincera colaboración.
El amor verdadero logra la síntesis
Hablando de los conflictos entre empleados y empresarios, Margaret Hale le recordaba en cierta ocasión a John Thornton que “Dios nos creó para que haya entre nosotros una dependencia mutua”. Al final, tras muchos sufrimientos y humillaciones, ambos encuentran con tenacidad y sabiduría el camino para vencer prejuicios y diferencias y así poder entablar el compromiso de amor conyugal, demostración de que -conforme al designio divino y con la ayuda de la gracia- es posible y bueno superar la confrontación para que prevalezca la alianza entre el varón y la mujer.
La soledad es uno de los problemas sociales más preocupantes en nuestro país y que, según los datos, lejos de encontrarse en vías de solución, aumenta cada año.
En este contexto, mañana, miércoles 24 de marzo a las 12:30horas tendrá lugar una jornada en la que se reflexionará sobre los aprendizajes que los alumnos de la Facultad de Comunicación de la Universidad Francisco de Vitoria han experimentado a raíz de la realización del reportaje multimedia `Soledad en tiempos de pandemia´.
La jornada contará con tres encuentros. El primero centrado en la familia, otro que tratará el tema de la importancia del acompañamiento y el tercero incidirá en la necesidad vital que tiene el hombre de la alteridad y el contacto físico.
El primer diálogo contará con la participación de Elena Alderius, directora del Centro de Acompañamiento Integral a la Familia de la UFV, y David Santaballa, estudiante de Educación infantil. Ambos reflexionarán sobre la relevancia de la familia y de las posibles causas por las que esta institución está en peligro, hoy más que nunca.
En el diálogo sobre el acompañamiento intervendrán Maleny Medina, directora del Instituto de Acompañamiento de la UFV, y Alejandro Carballo, coordinador del departamento de Acción Social de la UFV. En esta ocasión, se compartirá la importancia de estar bien acompañado, especialmente ante situaciones difíciles, en las que el hombre necesita contar con el apoyo necesario para poder trascender el dolor, el sufrimiento y cualquier otra adversidad.
Por último, el diálogo sobre la alteridad contará con la presencia de Isidro Catela, doctor en Ciencias de la Información y profesor de Ética y Humanidades de la UFV, y Mariana Reyes, estudiante mexicana de la UFV. Ambos indagarán sobre la necesidad que tiene el hombre, como ser relacional, de contar con el otro, del sentido de la pertenencia y de mantener contacto físico.
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La acción social ‘Familias acompañando a Familias’ ha sido una de las ganadoras del Premio Jaume Brufau, con el que la Universitat Abat Oliba CEU (UAO CEU) reconoce a iniciativas, instituciones o personas que destacan por su promoción de la dignidad de la persona y del bien común.
La red nació el pasado año cuando tres familias pertenecientes a la comunidad de personas reunidas en torno a la actividad solidaria y pastoral de la parroquia de Santa Anna de Barcelona comenzaron una labor de atención a “la llamada de auxilio” de muchas personas.
La filosofía de esta iniciativa es “generar vínculos a todos los niveles”, explica uno de sus promotores, Jorge Martínez Lucena. La relación es la clave de este proyecto. La puerta de entrada, explican, es el reparto de cajas de alimentos (unas 140 para cerca de 500 hogares), pero la comida es sólo “la excusa” para generar un espacio de confianza del que muchos carecen. “A través de una relación se puede ayudar mucho más que con la comida”.
De dar comida a la amistad
El vínculo se traduce en conversaciones telefónicas, mensajes de WhatsApp, ayuda para hacer papeleos administrativos o para concertar citas médicas. Y así hasta llegar al momento en que los lazos se estrechan tanto como para realizar actividades familiares comunes. “Un nigeriano que conocí hace unos meses me acaba de hacer padrino de su hijo”, comenta Martínez Lucena. Una red de ayuda que ha ido creciendo en estos meses, tanto en familias voluntarias, como en tipología de problemas que se atienden.
En la actualidad sesenta familias voluntarias ayudan, de diferentes maneras a otras muchas, complementando la labor de la parroquia de Santa Anna, que atiende, especialmente a personas sin techo. En estos meses, ha ido también variando el tipo de problemas a los que esta red de familias ha tenido que hacer frente. Si en el primer confinamiento, muchos de los que requerían ayuda venían del mundo de la prostitución, que se había frenado en seco. ahora, en el programa, hay “muchas familias sudamericanas y africanas”. Crecen las peticiones pero también la esperanza y la solidaridad como destaca Martínez Lucena: «Cuando se piden las cosas, la gente responde muy por encima de los esperado”.
‘Familias acompañando a Familias’ funciona de una manera bastante informal. Cada familia tiene asignadas unas familias o personas a las que dar apoyo y gran parte de la coordinación se hace a través de dos grupos de WhatsApp: uno para coordinar el transporte de los lotes y otro para dar la voz de alerta sobre necesidades que van surgiendo.
Premio Jaume Brufau
El Premio Jaume Brufau, además de para destacar la labor que está realizando ‘Familias acompañando a Familias’ sirve para recordar la figura de Mn. Jaume Brufau, que durante años fue el consiliario de la UAO CEU. El premio también le ha sido concedido de forma póstuma a la profesora de Psicología de la UAO CEU, Francesca Higueras.
Hace unos años se empezó a usar la expresión pin parental para referirse a la contraseña que los padres tienen en los televisores y otros dispositivos para bloquear el acceso a determinados canales de televisión a sus hijos. Una medida para proteger a los menores de contenidos lesivos para su madurez y formación. Con esa referencia, y con el mismo nombre, la Consejería de Educación de la Región de Murcia planteó que los padres pudiesen decidir que sus hijos no recibiesen determinados contenidos educativos si ellos no los consideraban apropiados porque vayan en contra de sus convicciones morales o religiosas.
Estos días, a raíz de la fracasada moción de censura en la Región de Murcia, el llamado ‘pin parental’ ha vuelto a estar en los medios de comunicación, como una de las piezas de trueque para apoyar o no la mencionada moción.
Más allá de la batalla política y de la medida política concreta, el tema tiene una gran relevancia. Nos recuerda la célebre frase de la ministra Celaá: «No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres». Y nos plantea un debate de profundidad: en última instancia, ¿a quién corresponde la educación de los niños?
Si bien es verdad que el niño no pertenece a nadie, lo cierto es que, por el momento madurativo en el que se encuentra, los padres tienen la obligación y el derecho de educarle.
Javier Segura
Retomando la célebre afirmación de la ministra de Educación, está claro que el niño no pertenece a nadie. Es una persona inviolable y no es posesión de nadie. No lo es de sus padres. Y mucho menos del Estado. Pero si bien es verdad que el niño no pertenece a nadie, lo cierto es que, por el momento madurativo en el que se encuentra, los padres tienen la obligación y el derecho de educarle hasta que llegue a su madurez como persona. El Estado, que ha de coordinar y poner en marcha todo el sistema educativo, tiene una función subsidiaria en la educación, de alguna forma, delegada de las propias familias.
Quienes defienden que a los niños se les impartan contenidos relacionados con estos temas morales apelan al artículo 26 sobre Educación de la Declaración Universal de los derechos humanos, para hablar del derecho del niño a recibir una educación integral. Según su visión no se le puede negar a ningún niño ser educado en estos contenidos porque se le estaría quitando una formación esencial. Es el ‘bien superior’ del niño lo que habría que defender. Y las familias no podrían oponerse a ello. Introducir estas ideas en los alumnos, según esta visión, no es adoctrinar, sino educar para crear mejores personas para un mundo mejor y más justo.
En el caso que estamos tratando los contenidos tienen una alta carga ideológica y van a ser impartidos bajo un determinado prisma. Quienes defienden estos contenidos consideran que es necesario que los niños asuman esos criterios (estar a favor del aborto, de la eutanasia, de la homosexualidad, de las relaciones sexuales en edades tempranas…) y consideran, en el fondo, que los padres que no educan así a sus hijos les están haciendo un grave perjuicio.
El tema, como se puede entender fácilmente, no es menor. No debemos dejarnos engañar por términos tan ambiguos como ‘el bien superior del niño’. Y debemos tener claro qué tipo de ideas se quieren transmitir a los niños. La LOMLOE, de esto no cabe duda, tiene como intención educativa promover esta visión de la realidad, aunque las familias no la compartan. Y lo hará de forma transversal en todas las materias y de forma específica en la nueva asignatura Educación en valores cívicos y éticos.
La ideología de género se ha hecho presente en nuestra sociedad por multitud de canales, y que la escuela es solo uno más.
Javier Segura
Pero seamos sinceros y reconozcamos que la ideología de género se ha hecho presente en nuestra sociedad por multitud de canales, y que la escuela es solo uno más, y no el que precisamente más incidencia tiene en la formación de nuestros jóvenes. En este sentido el trabajo a hacer por las familias es mucho más arduo. Es verdad que las familias deben estar atentas a los contenidos que reciben sus hijos y tienen que denunciarlo ante la administración correspondiente si ven que estos no son apropiados o van en contra de sus convicciones morales y religiosas. Pero es vital que haya una educación en positivo, que consiga transmitir una visión integrada de la persona humana, de su sexualidad, del amor entre el hombre y la mujer. Y en esto la Iglesia tiene un papel fundamental. Creo que es lo más importante en esta auténtica batalla cultural.
¿Y respecto al ‘pin parental’? Pienso que la Administración educativa debe evitar que haya una ideologización en los colegios, dando una visión lo más imparcial y neutra posible de estos contenidos, en caso de que se planteen. Y los padres deberán velar para que esto sea así, denunciándolo ante las administraciones educativas si se incumplen estas normas.
Luchar por una educación sin ideología, para todos, es parte de lo que necesitamos en este momento para una auténtica regeneración educativa y social.
Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.
¿Cómo es la situación religiosa en España y cuáles las tareas para la nueva evangelización?
España camina hacia un entorno cada vez más secularizado y hacia una situación religiosa cada vez más polarizada, con una decreciente práctica religiosa. El autor repasa estas tendencias y propone algunos retos para las próximas décadas.
Luis Herrera·22 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 6minutos
El Centro de Investigaciones Sociológicas realiza mensualmente encuestas, que denomina “barómetros”. En ellas incluye dos preguntas relativas a la religión: ¿Cómo se define usted en materia religiosa: católico/a practicante, católico/a no practicante, creyente de otra religión, agnóstico/a, indiferente o no creyente, o ateo/a? Y sólo a los que se definen en materia religiosa como católicos o creyentes de otra religión: ¿Con qué frecuencia asiste usted a Misa u otros oficios religiosos, sin contar las ocasiones relacionadas con ceremonias de tipo social, por ejemplo, bodas, comuniones o funerales?
La situación religiosa en España
Confrontando las repuestas de los últimos años a estas preguntas, se aprecian las siguientes tendencias:
Que aumentan los españoles que se consideran no religiosos (ateos, agnósticos o indiferentes).
Por otro lado, aumentan levemente los católicos que practican. Dejan de dibujar una línea en forma de “u” (con picos en la infancia y en la vejez, y un largo valle entre ambas etapas de la vida), y comienzan a formar una línea plana a lo largo de todo el rango de edades, que tiende a subir lenta pero homogéneamente. Esta misma tendencia se recoge en otra reciente encuesta del Pew Reseach Center: el 50% de los que consideran importante la religión la han reforzado durante la pandemia: lo que equivale a un 16% de los españoles.
Y por último, disminuyen los católicos no practicantes.
Proyecciones
Si se mantuviesen las tendencias estadísticas actuales, en España (y en general en Europa) caminamos hacia una polarización en materia religiosa. En 2050 es posible que en torno a un 75% de los españoles se manifieste no religioso y un 25% sea practicante. Evidentemente hay factores que pueden alterar estas proyecciones, como por ejemplo la inmigración: basta pensar que en este siglo XXI se calcula que África pase de 800 a 4.000 millones de habitantes, mientras que Europa se mantenga en torno a los 600 actuales y España disminuya casi a la mitad su población. Es conocido el protagonismo que tiene la religiosidad en el continente africano, aunque falta por comprobar su resistencia al individualismo consumista exportado por Occidente.
La dictadura del relativismo
Esa situación de minoría practicante tiene aspectos muy positivos para el cristianismo, porque nunca la Iglesia ha sido tan independiente del poder secular, ni la fe de los creyentes tan fundamentada en la razón y en la experiencia mística.
Pero si nos preguntarnos cómo será la relación entre esa cultura mayoritaria sin Dios y la minoría de los cristianos, las perspectivas no son tan positivas.
La Iglesia con sus enseñanzas resulta escandalosamente contracultural.
El relativismo es negacionista de la metafísica. “Bueno” significa “útil”, sin más consideraciones éticas. Esta negación de los principios morales, resulta obviamente tentadora. Además se hace en nombre de la ciencia y de la tolerancia. El relativismo es tan impositivo que se ha calificado de “dictadura”. Basta pensar en la ingeniería social realizada por el colectivo LGTBI, que impregna las leyes, los programas educativos, los medios de comunicación, la industria del ocio… y hasta los contratos mercantiles.
La Iglesia con sus enseñanzas resulta escandalosamente contracultural. Es acusada de intolerante y oscurantista. Resulta políticamente correcto recrearse en sus incoherencias y silenciar sus virtudes. Se produce un creciente acoso a su libertad de expresión, a su consideración de interés público, a su participación en la vida social, o al ejercicio del derecho a la objeción de conciencia por parte de los católicos.
Se perfila un futuro “martirial” para la Iglesia. Aunque en el siglo XXI adopte nuevos procedimientos, el martirio ha acompañado a la Iglesia desde su mismo origen, Jesús de Nazaret. Es medio de purificación, y de testimonio de la fe: cuando las palabras han perdido su capacidad de convencer, queda la coherencia y la felicidad. Es probable que la comunidad cristiana se contraiga aún más de lo que actualmente anuncian las encuestas, pero que el testimonio de ese pequeño grupo traiga una nueva primavera cristiana. Como escribía Tertuliano ya en el año 197: La sangre de los mártires es semilla de cristianos.
La autofagia del relativismo
Pero el relativismo no sólo es intolerante, sino también autodestructivo. El sujeto relativista es experto en salud, tecnología, sexualidad, nutrición, moda, decoración, viajes, hoteles, coches y deportes. Pero ignora el sentido profundo de la realidad, la dimensión moral de la existencia, y las relaciones personales fuertes. Es decir, un “homo consumens”, un hedonista.
Los informativos dan cuenta cada día de graves disfunciones sociales causadas por esta cultura: el fracaso del matrimonio y la caída de la natalidad, la violencia doméstica, el fracaso escolar, la indiferencia individualista, la corrupción, la injusticia, la migración masiva, la neurosis, el suicidio… El relativismo genera problemas que es incapaz de resolver, porque no reconoce su raíz moral, y se limita a aplicar tratamientos sintomáticos.
El mismo sistema democrático está en crisis. Estos días asistimos a debates sobre los límites de la libertad de expresión, del deseo subjetivo en la asignación del género, de la maternidad subrogada, de las protestas callejeras, de la autodeterminación nacional, de la intervención del poder ejecutivo en el judicial… En la raíz de estas tensiones políticas está una antropología materialista. La democracia se convierte entonces en un sistema de ampliación de derechos subjetivos individuales. Un individualismo narcisista ilimitado e insostenible.
Pequeños grupos abiertos
Ante esta deriva totalitaria y autodestructiva de la postmodernidad, se plantean a los cristianos diversas “opciones”. Una, llamada “benedictina”, aboga por un nuevo inicio a partir de pequeños grupos de creyentes (desde una parroquia a un club literario), que se vayan expandiendo hasta formar una nueva cultura cristiana, como las células forman un tejido. Otra, que se ha denominado “gregoriana”, es partidaria de que los cristianos formen minorías creativas que participen en los foros públicos de discusión filosófica y política, para aportar la luz de la fe. Otra, que se ha llamado “Escrivá”, aboga por la presencia de los cristianos, a título personal, en las estructuras de la sociedad, para revitalizarlas con el espíritu cristiano.
Seguramente estas y otras posibles opciones son complementarias. Lo que no cabe es que la Iglesia se convierta en una prolija estructura separada de la gente o un grupo de selectos que se miran a sí mismos(Papa Francisco). Al contrario, las minorías cristianas han de estar abiertas a todas las personas y a toda la sociedad. Los “cristianos no practicantes” también son “fieles”. Y los “no religiosos” tienen sus dramas, razones y virtudes. Hay mucho que aprender y mucho que intentar ayudar en toda persona.
En definitiva, hemos de pasar de una Iglesia de mantenimiento, limitada a administrar cada domingo una dieta espiritual hipocalórica, a una Iglesia de discipulado, donde tomemos conciencia de que “cristiano” es sinónimo de “discípulo” y de “apóstol”, con lo que supone de formación intelectual y experiencia espiritual. El canadiense James Mallon, en un libro titulado Una renovación divina, explica cómo ha realizado en sus parroquias esta transformación.
Agenda 2050
Como conclusión, quisiera señalar tres tareas de la Iglesia en el momento actual. Una especie de “Agenda 2050” para la nueva evangelización impulsada por los últimos Papas.
Un nuevo contrato social
El sistema democrático liberal está en crisis, porque ha evolucionado en una tecnocracia al servicio de la ampliación indefinida de derechos subjetivos individuales. Un narcisismo intolerante e insostenible.
Es preciso restaurar un sistema político que garantice la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial; el respeto de las minorías y no sólo el gobierno de la mayoría; y la libertad de las conciencias.
Los cristianos tenemos una fundamentación trascendente y unas virtudes propias de gran relevancia social, independientemente de que se posea o no la fe.
Necesitamos un “contrato social” basado en la dignidad de la persona, y los valores morales derivados de la naturaleza humana. Una “cultura del encuentro”, en la línea propuesta por el Papa Francisco en el capítulo 6 de la Encíclica Fratelli tutti.
En lugar de recelar del gobierno mundial al que seguramente nos encaminamos, hemos de procurar -en la medida de nuestras posibilidades- a que se ajuste a estas reglas democráticas.
Los cristianos tenemos una fundamentación trascendente y unas virtudes propias de gran relevancia social, independientemente de que se posea o no la fe. Por eso Benedicto XVI propuso a los agnósticos de nuestro tiempo pensar la cosa pública como si Dios existiera.
Contribución al bien común
Es previsible que, a medida que se consume el derribo de la cristiandad, se generalice una religiosidad de la sociedad, un humanismo laico basado en la tecnología, la racionalidad experimental y la naturaleza.
Los cristianos hemos de asumir la carga de la prueba de que hay algo más grandioso, profundo y hermoso que el humanismo laico.
Los católicos hemos de participar con los demás ciudadanos en la búsqueda del bien común. Nuestras propuestas en materias como sanidad, familia, educación, economía, libertad, información o medio ambiente serán frecuentemente alternativas, pero han de estar fundamentadas en la racionalidad argumentativa reconocida en el foro público. Debemos contribuir a formar los coeficientes axiológicos del proceso democrático únicamente con la fuerza de la verdad misma.
Los cristianos hemos de asumir la carga de la prueba de que hay algo más grandioso, profundo y hermoso que el humanismo laico.
Espiritualidad mística
El Covid pasará. Las enfermedades emblemáticas de nuestro tiempo son neuronales: lisiados de burnout, naúfragos afectivos, infartados psíquicos… El secularismo hace violencia a la persona. Por eso Occidente se adentra en una era “post-secular”. El 50% de los que se declaran no religiosos sin embargo se consideran espirituales. Hoy prolifera una cierta espiritualidad no institucional, que incluye ejercicios de meditación, lecturas neofilosóficas que enseñan a disfrutar de lo pequeño, música relajante, el contacto con la naturaleza, e incluso el Camino de Santiago.
Hoy prolifera una cierta espiritualidad no institucional, que incluye ejercicios de meditación, lecturas neofilosóficas que enseñan a disfrutar de lo pequeño, música relajante, el contacto con la naturaleza.
Los cristianos practicamos y ofrecemos una peculiar espiritualidad: la relación personal con Cristo. Un diálogo de libertades, que supera infinitamente cualquier solipsismo, y abre horizontes exclusivos a los más profundos deseos del corazón humano: un amor sano y duradero, respuestas a las preguntas por el sentido de la vida, el fundamento trascendente de la fiesta… La amistad con Cristo otorga una felicidad a prueba de dolor y de contrariedad. La doctrina y la conducta cristianas son sus consecuencias. Como profetizó André Malraux, “el siglo XXI será espiritual, o no será”.
«Es una pena que, en nuestro mundo desarrollado, la vida no merezca ser cuidada hasta el final»
El director de Obras Misionales Pontificias en España, José María Calderón ha emitido un comunicado en el que destaca la labor de tantos misioneros con enfermos incurables que enseñan "que la vida vale la pena cuando se convierte en servicio".
La reciente aprobación de la ley de eutanasia cuenta con el rechazo de miles de personas, y en especial, el absoluto rechazo mostrado por la Iglesia Católica y sus representantes.
En este sentido, el director en España de las Obras Misionales Pontificias, el sacerdote José María Calderón ha querido unirse de manera institucional a este rechazo con un comunicado en el que recuerda cómo «la Iglesia, con sus misioneros, está cuidando en muchas ocasiones, de modo heroico a muchas personas que sufren enfermedades terribles, incurables, mortales».
Calderón ha señalado cómo los «misioneros nos enseñan que la vida vale la pena cuando se convierte en servicio, en preocupación, en entrega a los demás, especialmente a los más necesitados y desfavorecidos».
El director de las OMP en España, ha querido resaltar también que «es una pena que, en nuestro mundo desarrollado, con muchos más medios materiales y sanitarios, la vida de la persona no merezca ser cuidada hasta el final, y se decida —como si nosotros tuviéramos la llave de la vida y de la muerte— cuándo la vida de un enfermo ya no tiene valor o sentido».
Asimismo, Calderón ha querido subrayar cómo «frente al enorme valor que se reconoce a la vida en muchas de las culturas en que realizan su labor nuestros misioneros, la ley que el Congreso español aprobó la semana pasada sobre la eutanasia y el suicidio asistido es una prueba más de que el hombre, para nuestra sociedad, tiene valor en la medida en que es útil, de manera que a quien sufre, en lugar de acompañarle y ayudarle a vivir esos momentos con paz y sintiéndose amado, se le puede quitar la vida».
Jose María Calderón ha agradecido a «la Iglesia y a los misioneros y misioneras que están en aquellos países lejanos, por darnos esa lección de humanidad y de caridad».
La Eucaristía en el centro. Desde Irlanda hasta Ecuador, la devoción siempre viva
Lugares entrelazados por el amor a la Eucaristía: El Santuario Nacional de Nuestra Señora de Knock, en el norte de Irlanda; el Congreso Eucarístico Internacional que se celebrará en Budapest, Hungría; y el próximo en la Archidiócesis de Quito, Ecuador.
La Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia. Muy a menudo, atrapados como estamos en el frenesí de las noticias sobre los acontecimientos de las distintas comunidades cristianas -empezando por las de la Iglesia central con el Papa y la Santa Sede y terminando con la última parroquia de la periferia- corremos el riesgo de olvidarlo.
Knock, Irlanda
Sin embargo, basta con estar un poco atento para darse cuenta de que lo verdaderamente esencial en la vida de fe del cristiano sigue siendo también su fundamento, más aún a nivel informativo. Es el caso, por ejemplo, de la reciente elevación -el 19 de marzo- del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Knock, en el noroeste de Irlanda, como lugar de especial devoción eucarística y mariana.
La Virgen se apareció allí en 1879, flanqueada por las figuras de San José, a la derecha, y San Juan Evangelista, con un sencillo altar con una cruz y un cordero y ángeles en adoración detrás de ella. A partir de ese momento comenzó una larga tradición devocional, como destino de millones de peregrinos, que renuevan el rezo del Rosario como lo hicieron los primeros videntes durante dos horas ininterrumpidas.
En un videomensaje enviado con motivo de la elevación del Santuario a lugar especial eucarístico y mariano, el Papa Francisco recordó que en Knock la Virgen no pronuncia ninguna palabra: «Sin embargo, su silencio es también un lenguaje; de hecho, es el lenguaje más expresivo que se nos da». Un silencio que ante el misterio -de la incapacidad de comprender- se abandona confiadamente «a la voluntad del Padre misericordioso».
La responsabilidad que la Iglesia confía por tanto a través del Santuario Internacional de especial devoción eucarística y mariana es «grande», dijo el Papa a los peregrinos: «Os comprometéis a estar con los brazos siempre abiertos en señal de acogida» hacia todos, conjugando caridad y testimonio. La fuerza de esta experiencia sólo puede venir del «misterio de la Eucaristía», que nos hace «vivir fervientemente nuestra vocación de ser discípulos misioneros», como lo fue la Virgen María.
Expectativas para Budapest
Siguiendo con estos temas, hay una gran expectación por el próximo Congreso Eucarístico Internacional que se celebrará en Budapest, Hungría, del 5 al 12 de septiembre de 2021, ya aplazado un año por la pandemia. El Papa Francisco aseguró su presencia en la rueda de prensa de regreso de su reciente viaje a Irak.
Refiriéndose a esta cita ya en 2019, el Santo Padre había instado a rezar para que el evento favorezca «procesos de renovación» en las comunidades cristianas.
Hungría tiene unas raíces cristianas muy profundas y la celebración de esta cita internacional quiere ser una oportunidad para «confirmar la fe de los creyentes, reconstruir la identidad de la comunidad cristiana a través de una nueva evangelización, profundizar en la comunión con Cristo y con los hermanos, trabajar por la reconciliación entre los pueblos» y fortalecer el diálogo entre los cristianos, según explicaron los propios organizadores.
Próxima parada: Quito, Ecuador
Otra buena noticia relacionada con los Congresos Eucarísticos Internacionales fue el anuncio, hace dos días, de la próxima etapa en 2024. La 53ª cita devocional tendrá lugar en la Archidiócesis de Quito, Ecuador, con motivo del 150 aniversario de la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús. El acontecimiento pretende también manifestar «la fecundidad de la Eucaristía para la evangelización y la renovación de la fe en el continente latinoamericano», según anunció la noticia el Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales.
Tres destinos totalmente diferentes, Irlanda, Budapest, Ecuador, unidos por el amor y la devoción de Jesús en la Eucaristía, que se convierte en un regalo para cada persona, en cada edad y latitud. ¡La Eucaristía en el centro!
«Debemos dar testimonio de una vida que se entrega en el servicio»
El Santo Padre ha recordado en el Angelus que nuestro testimonio debe concretarse en "sembrar semillas de amor no con palabras que se lleva el viento, sino con ejemplos concretos, sencillos y valientes".
En este quinto domingo de Cuaresma y el último antes del Domingo de Ramos, el Papa Francisco ha dirigido el Angelus desde la Biblioteca Apostólica, por las medidas restrictivas que han decretado en Italia.
«La liturgia de este quinto domingo de Cuaresma» ha comenzado el Santo Padre, «proclama el Evangelio en el que san Juan relata un episodio que ocurrió en los últimos días de vida de Cristo, poco antes de su Pasión (cf. Jn 12,20-33)».
«Queremos ver a Jesús»
Parafraseando el pasaje del Evangelio, destacó la petición de los griegos por ver a Jesús: «Mientras Jesús estaba en Jerusalén para la fiesta de pascua, algunos griegos, llenos de curiosidad por lo que estaba haciendo, expresaron su deseo de verlo. Se acercaron al apóstol Felipe y le dijeron: «Queremos ver a Jesús» (v.21). Felipe se lo dice a Andrés y luego juntos van a decírselo al Maestro. En la petición de aquellos griegos podemos ver la súplica que muchos hombres y mujeres, en todo lugar y tiempo, dirigen a la Iglesia y también a cada uno de nosotros: ‘Queremos ver a Jesús'».
Si muere, da mucho fruto
«¿Cómo responde Jesús a esta petición?» Se pregunta Francisco. Y responde que «de un modo que lleva a reflexionar. Dice así: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre […] Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto» (vv. 23.24). Estas palabras no parecen responder a la petición que habían hecho aquellos griegos. En realidad, van más allá. De hecho, Jesús revela que Él, para todo hombre que quiera buscarlo, es la semilla escondida dispuesta a morir para dar mucho fruto. Como diciendo: si queréis conocerme y comprenderme, mirad el grano de trigo que muere en la tierra, mirad la cruz».
El emblema del cristiano
Partiendo de esta reflexión afirma que la cruz se ha convertido en el emblema del cristiano: «Cabe pensar en el signo de la cruz, que a lo largo de los siglos se ha convertido en el emblema por excelencia de los cristianos. Quien también hoy quiere “ver a Jesús”, tal vez proveniente de países y culturas donde el cristianismo es poco conocido, ¿qué ve en primer lugar? ¿Cuál es el signo más común que encuentra? El crucifijo. En las iglesias, en los hogares de los cristianos, incluso en el propio cuerpo».
«Lo importante es que el signo sea coherente con el Evangelio: la cruz no puede sino expresar amor, servicio, entrega sin reservas: sólo así es verdaderamente el “árbol de la vida”, de la vida sobreabundante. También hoy mucha gente, a menudo sin decirlo implícitamente, quisiera “ver a Jesús”, encontrarlo, conocerlo. Esto nos hace comprender la gran responsabilidad de los cristianos y de nuestras comunidades».
La entrega en el servicio
El Papa nos ha querido recordar que el Señor logra convertir en fruto aquellas situaciones que parecen áridas: «Nosotros también debemos responder con el testimonio de una vida que se entrega en el servicio. Se trata de sembrar semillas de amor no con palabras que se lleva el viento, sino con ejemplos concretos, sencillos y valientes. Entonces el Señor, con su gracia, nos hace fructificar, incluso cuando el terreno es árido por incomprensiones, dificultades o persecuciones. Precisamente entonces, en la prueba y en la soledad, mientras muere la semilla, es el momento en que brota la vida, para dar fruto maduro en su momento. Es en esta trama de muerte y de vida que podemos experimentar la alegría y la verdadera fecundidad del amor».
Para concluir, Francisco ha pedido «que la Virgen María nos ayude a seguir a Jesús, a caminar fuertes y felices por el camino del servicio, para que el amor de Cristo brille en todas nuestras actitudes y se convierta cada vez más en el estilo de nuestra vida diaria».
Comienza el año “Familia Amoris Laetitia”, en la estela de Dublín
La solemnidad de san José ha supuesto el pistoletazo de salida del año “Familia Amoris Laetitia”, convocado por el Papa Francisco a los cinco años de su Exhortación apostólica sobre la alegría y la belleza del amor familiar.
Rafael Miner·20 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 5minutos
El Santo Padre hizo pública la convocatoria en el Ángelus del 27 de diciembre del año pasado, fiesta de la Sagrada Familia: “Al ejemplo de evangelizar con la familia nos invita precisamente la fiesta de hoy, volviéndonos a presentar el ideal del amor conyugal y familiar, tal y como quedó subrayado en la Exhortación apostólica ‘Amoris Laetitia’, cuyo quinto aniversario de promulgación tendrá lugar el próximo 19 de marzo. Y habrá un año de reflexión sobre la ‘Amoris Laetitia’ y será una oportunidad para profundizar en los contenidos del documento”.
Posteriormente, el Papa ha concretado algo más la propuesta, y ha invitado a toda la Iglesia a que este año, que concluirá en el X Encuentro Mundial de las Familias que tendrá lugar en Roma el 26 de junio de 2022, sea “un renovado y creativo impulso pastoral para poner a la familia en el centro de la atención de la Iglesia y de la sociedad».
Así lo señaló en el Ángelus del domingo pasado, 14 de marzo, en el que animó a los fieles a rezar, “para que cada familia sienta en su propia casa la presencia viva de la Sagrada Familia de Nazaret, que llene nuestras pequeñas comunidades domésticas de amor sincero y generoso, fuente de alegría incluso en las pruebas y dificultades”.
Como ha informado omnesmag.com, entre los objetivos del este Año especial se encuentran: hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar; concienciar a los jóvenes de la importancia de la formación en la verdad del amor y el don de sí mismos, con iniciativas dedicadas a ellos; y ampliar la mirada y la acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversal, e incluya a los esposos, a los niños, a los jóvenes, a las personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar.
Hace dos días, en la rueda de prensa de presentación, el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, cardenal Kevin J. Farrell, señaló que “es más oportuno que nunca dedicar todo un año pastoral a la familia cristiana, porque presentar al mundo el proyecto de Dios sobre la familia es fuente de alegría y esperanza; ¡es una verdadera buena noticia!”
“Tenemos que cuidarlo” (Cracovia)
La Exhortación Amoris Laetitia (La alegría del amor), fue firmada por el Papa Francisco en pleno Jubileo de la Misericordia, el 19 de marzo de 2016, solemnidad de San José. Poco después, el Papa acudía a la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia (Polonia), tierra natal de san Juan Pablo II, tras la JMJ celebrada en Brasil en 2013.
Sus mensajes se encuentran en las web oficiales de la Santa Sede. Aquí les contamos alguna anécdota significativa, que puede ilustrar la convocatoria de este Año especial.
Sucedió en el arzobispado de Cracovia, poco antes de comenzar la JMJ. El Santo Padre se asoma al balcón para saludar a un numeroso grupo de jóvenes. Le comentan que entre ellos hay varios recién casados y esposos jóvenes. Y en la charla improvisada, les dice:
“Me dicen que hay muchos de ustedes que entienden el castellano. Así que voy a hablar en castellano. (…) Yo, cuando encuentro a uno que se casa, a un joven que se casa, a una chica que se casa, les digo: “¡Estos son los que tienen coraje! Porque no es fácil formar una familia. No es fácil comprometer la vida para siempre. Hay que tener coraje. Y los felicito, porque ustedes tienen coraje”.
El Santo Padre conocía bien el alto número de matrimonios que se rompen, a pesar de que iniciaron el camino con promesas de amor eterno, y continuó:
“A veces me preguntan cómo hacer para que la familia vaya siempre adelante y supere las dificultades. Yo les sugiero que practiquen siempre tres palabras, que expresan tres actitudes, porque en la vida de matrimonio hay dificultades: el matrimonio es algo tan lindo, tan hermoso, que tenemos que cuidarlo, porque es para siempre. Y las tres palabras son: permiso, gracias y perdón”.
El Papa les fue explicando la necesidad de no atropellarse en la convivencia diaria, de fomentar un “sentimiento de gratitud”, y decirse ‘gracias’, y la importancia de saber reconocer las equivocaciones y pedir disculpas, “porque pedir perdón hace mucho bien”. Al concluir, Francisco les recordó que cuando tengan problemas o discusiones, “nunca terminen el día sin hacer la paz”.
Aliento a las familias
En un videomensaje para el IX Encuentro Mundial de las Familias, que tuvo lugar en Dublín en 2018, el Santo Padre se refirió al sentido de los encuentros mundiales sobre la familia, y a las dificultades que encuentran los matrimonios y las familias en la actualidad:
“Como saben, el Encuentro mundial es una celebración de la belleza del plan de Dios para la familia; es también una ocasión para las familias procedentes de todas partes del mundo, para encontrarse y apoyarse en el vivir su especial vocación. Las familias hoy día afrontan muchos desafíos en sus esfuerzos para encarnar un amor fiel, para crecer los hijos con valores sanos y para estar en la comunidad más amplia, levadura de bondad, amor y atención recíproca. Ustedes saben todo esto”.
Más adelante, ofreció palabras de ánimo y esperanza, también para los jóvenes y los abuelos: “Espero que esta ocasión pueda ser una fuente de renovado aliento para las familias de todas partes del mundo, especialmente aquellas familias que estarán presentes, en Dublín. [Este encuentro] nos recordará el lugar esencial de la familia en la vida de la sociedad y en la edificación de un futuro mejor para los jóvenes. ¡Los jóvenes son el futuro! Es muy importante preparar a los jóvenes para el futuro, prepararlos hoy, en el presente, pero con las raíces del pasado: los jóvenes y los abuelos. Es muy importante”.
En Dublín, también el perdón
La tarde del 25 agosto, ante más de setenta mil familias congregadas en el Estadio Croke Park de Dublín, el Papa habló de la Iglesia como la familia de los hijos de Dios. “Una familia en la que nos alegramos con los que están alegres y lloramos con los que sufren o se sienten abatidos por la vida. Una familia en la que cuidamos de cada uno, porque Dios nuestro Padre nos ha hecho a todos hijos suyos en el bautismo”.
Y se refirió al perdón y a la misericordia: “Me gusta hablar de los santos ‘de la puerta de al lado’, de todas esas personas comunes que reflejan la presencia de Dios en la vida y en la historia del mundo. […] La vocación al amor y a la santidad”, añadió el Pontífice, “está silenciosamente presente en los corazones de todas aquellas familias que ofrecen amor, perdón y misericordia cuando ven que es necesario, y lo hacen en silencio, sin tocar la trompeta”.
Al comentar los testimonios de las familias de los cinco continentes, sobre todo el testimonio de perdón de Felicité, Isaac y Ghislain, provenientes de Burkina Faso, el Papa Francisco señaló que, “el perdón es un regalo especial de Dios que cura nuestras heridas y nos acerca a los demás y a él. Gestos pequeños y sencillos de perdón, renovados cada día, son la base sobre la que se construye una sólida vida familiar cristiana”.
En esta línea, el cardenal Farrell, que estuvo en Dublín junto al Papa, señaló ayer: “Comenzamos este Año buscando tener hacia las familias la actitud de paternidad que aprendemos de san José, una paternidad compuesta de acogida, fortaleza, obediencia y trabajo. Al mismo tiempo, tratemos de ser cada vez más una Iglesia ‘madre’ para las familias, tierna y atenta a sus necesidades, capaz de escuchar, pero también valiente y siempre firme en el Espíritu Santo”.
Durante estos meses hemos considerado varias facetas del santo a quien estamos dedicando este 2021, un hombre, ante todo, de fe. Un alma que experimentó una serie de dolores y gozos –que dan nombre a esa piadosa tradición de considerarlos en su conjunto– y que a través de ellos supo identificarse con la voluntad de Dios para con él. Así supo, en definitiva, ejercitar su fe.
Como recoge la carta apostólica Patris Corde, “También a través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto. Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad”.
Dolores y gozos de San José
Esas angustias o dolores, sin embargo, vendrían recompensados con alegrías o gozos, porque el amor de Dios siempre premia, reconoce la actitud del alma que, en ejercicio de la fe recibida, se abandona y confía en Él.
Pasamos así a comentar los dolores y gozos del santo patriarca, muestra efectiva de la fe que le acompañó en su vida aquí en la tierra.
Primer dolor y gozo
Primer dolor (Mt 1, 18): Estando desposada su madre María con José, antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo. // Primer gozo (Mt 1, 20-21): El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús.
Antes de vivir juntos sucedió que María quedó en estado. Eso provocó el dolor de un hombre que, gracias a su fe en la voluntad y buenhacer de Dios, aunque angustiado, se abandonó en la voluntad de Aquél que diseñó la venida al mundo de Jesús de esa manera. Un modo misterioso y humanamente inexplicable a los ojos del esposo legal de la Virgen Santísima, san José.
Segundo dolor y gozo
Segundo dolor (Jn 1, 11): Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron. // Segundo gozo (Lc 2, 16): Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño reclinado en el pesebre.
A José –y por supuesto también a María– le dolería el rechazo que experimentó Jesús, pues muchos de sus contemporáneos no aceptarían su mensaje de salvación, le ignorarían. Aún así confiaría en que ese hijo suyo era, ni más ni menos, el Salvador prometido por el Señor. Fueron inmensos el gozo y la serenidad que le produjeron verle ya nacido, disponiéndose así ese Niño a cumplir su misión redentora.
Tercer dolor y gozo
Tercer dolor (Lc 2, 21): Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno. // Tercer gozo (Mt 1, 21): Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Ese rito judío, el de la circuncisión, al que quiso someterse el Niño –no le hacía falta a todo un Dios someterse a esa ley humana– supondría para sus padres el dolor de quienes aman y ven sufrir al ser amado. Pero la fe en la voluntad de Dios superó esa angustia a través de su confiada aceptación.
Cuarto dolor y gozo
Cuarto dolor (Lc 2, 34-35): Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: mira, éste ha sido puesto como signo de contradicción para que se descubran los pensamientos de muchos corazones. // Cuarto gozo (Lc 2, 30-31): Porque han visto mis ojos tu salvación, la que preparaste ante todos los pueblos; luz para iluminar a las naciones.
A José le angustiaría el hecho de que su esposa sufriera porque Jesús predicara un mensaje rechazado por tantos. Aunque su fe le llevaría a apoyar a María y estar siempre a su lado, porque sabía que eso era lo que Dios le pedía.
Quinto dolor y gozo
Quinto dolor (Mt 2, 13): El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. // Quinto gozo (Mt 2, 15): Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dice el Señor por el profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».
Tanto el hecho de pensar que la autoridad quería matar a su hijo, como el que tuvieran que huir a tierras desconocidas para evitarlo, supondría para san José un dolor intenso difícil de imaginar. Pero de nuevo, gracias a esa fe que sacaba a relucir ante cualquier contrariedad, sabría cómo afrontar tal sufrimiento. Y todo porque supo identificarse con la voluntad de Dios.
Sexto dolor y gozo
Sexto dolor (Mt 2, 21-22): Él se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá. // Sexto gozo (Mt 2, 23): Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno.
Nuevamente el dolor de saberse perseguido. Mejor dicho, por el hecho de tener que velar por quien –Jesús– era injustamente perseguido. Y ante esa situación angustiosa nos encontramos a un san José a la escucha continua de lo que quisiera Dios para él. Y quiso que se asentaran en Nazaret, volviendo a esa tierra suya, para desarrollar allí su vida como una familia más entre tantas.
Séptimo dolor y gozo
Séptimo dolor (Lc 2, 44-45): Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca. // Séptimo gozo (Lc 2, 46): Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas.
Perder a Jesús, aún menor de edad y sin recursos –humanos– para desenvolverse en solitario, supondría un dolor muy agudo para sus padres. Y san José, con un corazón muy sensible por lo mucho que querría a su hijo, estaría sumido en un dolor que no cesaría hasta que encontrase al Niño en el templo.
El pontificado de Francisco evidencia que el encargo del Papa, hombre entre los hombres, es un don, una gracia, pero también una cruz que no tiene nada que ver con el ejercicio de un poder político, contingente y temporal.
El 13 de marzo fue el aniversario de la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa. Francisco es un poco «el heredero de Juan Pablo II para la centralidad de la Misericordia y, al mismo tiempo, interpreta una extraordinaria continuidad tanto con Benedicto XVI como con los grandes pontífices del siglo XX.
La influencia de Juan XXIII es evidente en su fuerte espíritu ecuménico y en su intento de trazar un camino en el que, sin restar solidez doctrinal, la Iglesia sepa ofrecer siempre su rostro más tierno y maternal al hombre. Francisco es un Papa, como el Papa Luciani, que conquista por su humanidad y sencillez; y sin embargo es también un Papa herido por la polémica como Pío XII, aunque evidentemente por razones diferentes.
Bergoglio, que toma la herencia de muchos grandes, eligió para sí el nombre de San Francisco: con el nombre de un gran santo dio a su ministerio una fuerte impronta de pobreza, de atención a los últimos, de verdad siempre propuesta con caridad y tacto, de apostolado «por atracción», de diálogo vivido más que impuesto y gritado.
Lo contó, inmediatamente después de su elección, en una histórica rueda de prensa. «¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres! – Dijo – Por eso me llamo Francisco, como Francisco de Asís: un hombre de pobreza, un hombre de paz. El hombre que ama y salvaguarda la Creación; y hoy tenemos una relación no tan buena con la Creación…».
La idea le vino de la reacción de su vecino en el Cónclave, el arzobispo emérito de São Paulo, el brasileño Claudio Hummes, su gran amigo. «Cuando se alcanzaron los dos tercios del quórum, los aplausos se dispararon. Claudio me abrazó y me dijo: «No te olvides de los pobres». Entonces pensé en la pobreza. A las guerras. San Francisco de Asís. Y decidí llamarme como él». La pobreza, la paz, la custodia de la creación, fueron objetivos por los que el Papa argentino trabajó tenazmente.
El reciente viaje a Irak muestra cómo el papado quizá nunca haya tenido tanta fuerza cuando, como ahora, subraya que la Iglesia, es decir, el Cuerpo Místico de Cristo, es una realidad «mística»: algo, pues, que si bien toca el tiempo y la historia tiene sus raíces en la eternidad. Parece así evidente cómo el Espíritu Santo da al pontífice, hombre entre los hombres, un carisma que es un don, una gracia, pero también una cruz que no tiene nada que ver con el ejercicio de un poder político, contingente y temporal.
El cardenal Woelki, de Colonia, exonerado por un dictamen independiente
La firma de abogados Gercke ha publicado su informe sobre el tratamiento de las acusaciones de abusos en la archidiócesis de Colonia. El arzobispo releva a un obispo auxiliar y al vicario judicial. Los peritos reclaman más profesionalidad y claridad en la legislación canónica.
Un informe pericial, presentado hoy en Colonia, exonera al cardenal Rainer Woelki de haber supuestamente lesionado sus obligaciones frente a los casos de abusos sexuales en su diócesis. Sin embargo, ha comprobado que en el pasado —entre 1975 y 2018— se produjeron 75 casos de dichas lesiones por parte de responsables eclesiásticos, de las cuales un tercio caerían en el periodo en que la diócesis fue regida por el fallecido cardenal Joachim Meisner.
Relevo de sus cargos
Debido a dicha lesión de obligaciones, el cardenal Woelki ha relevado de sus cargos al obispo auxiliar Dominik Schwaderlapp y al vicario judicial Günter Assenmacher. En un comunicado, el obispo auxiliar Schwaderlapp ha anunciado que presentará su renuncia al Papa; reconoce que “«en mi obligación de vigilancia y control tendría que haber actuado más y con mayor decisión”; también que debería hacer estudiado si los casos de abusos debían comunicarse a Roma. “Pero lo que más me avergüenza es haber tenido demasiado poco en cuenta qué sienten y que necesitan las personas afectadas y qué debe hacer la Iglesia por ellos”.
Una promesa cumplida
El cardenal Woelki, tras serle entregado oficialmente el dictamen, declaró: “Los casos que ha mencionado el señor Gercke me afectan profundamente. Se trata de clérigos culpables de hacer hecho violencia a personas que les estaban encomendadas, y en muchos casos sin haber sido castigados por ello y —lo que todavía es peor— sin que las personas afectadas por esa violencia fueran tomadas en serio y protegidas. Esto es ocultación. Sin embargo, con este informe hemos cumplido por fin una primera promesa: desvelar lo que ha sucedido, esclarecer la ocultación y nombrar a los responsables”.
El dictamen pericial fue encargado por el cardenal Woelki y ha sido elaborado por un bufete independiente de abogados, especializados en Derecho Penal, a fin de estudiar la actuación eclesiástica en los casos de abusos sexuales. Björn Gercke, el principal responsable del informe —en el que han participado diez abogados de su bufete, además de dos especialistas en Derecho Canónico— ha explicado en una rueda de prensa que el objeto de su estudio no era evaluar los hechos en sí, sino el tratamiento o la reacción por parte de la autoridad eclesiástica.
Otro aspecto importante para comprender el alcance del peritaje radica en el hecho de que se ha llevado a cabo, entre el pasado octubre y el 15 de marzo, sobre la base de 236 expedientes de personal, además de “innumerables actas de reuniones” que han tenido a su disposición. Asimismo, el bufete llevó a cabo diez entrevistas a personas involucradas en la investigación de los hechos.
¿Reacciones adecuadas?
La cuestión fundamental que había de dilucidar el peritaje se centraba en la pregunta si la autoridad eclesiástica —en el periodo comprendido entre 1975 y 2018— reaccionó adecuadamente cuando se informó de posibles abusos sexuales a menores o a personas encomendadas (por ejemplo, en residencias), de acuerdo con las normas vigentes en cada caso, si se puede hablar de encubrimiento y, en este caso, si esto se debe a razones sistémicas.
El informe arroja como resultado que, en dichos 236 expedientes, se puede hablar de 202 “inculpados” y de al menos 314 personas afectadas. De los inculpados, la mayor parte (el 63 %) corresponden a clérigos y el 33 % a laicos (en el 4 % restante se trata de infracciones en “instituciones”); respecto de las víctimas, el 57 % eran de sexo masculino y el 55 %, menores de 14 años.
Cinco categorías
En relación con las infracciones que hayan podido cometer las autoridades eclesiásticas, el dictamen distingue entre cinco categorías: obligación de esclarecer los hechos, obligación de informar (a las autoridades civiles y a la Congregación vaticana), obligación de imponer sanciones, obligación de tomar medidas para impedir abusos y obligación de atender a las víctimas.
Según los peritos, en 24 expedientes se pudieron comprobar inequívocamente infracciones; en 104 concluyeron que era posible que se hubieran cometido tales infracciones, pero sin que se pudiera aclarar definitivamente; en 108 casos se puede concluir que (siempre de acuerdo con los expedientes) no se produjeron infracciones.
Las conclusiones
Entre las conclusiones del dictamen, se cuentan: en los casos de abusos cometidos por laicos, la reacción fue expeditiva (p. ej. disolución del contrato); no hay casos de infracciones de acuerdo con el Derecho Penal (si bien, los autores del dictamen afirman que lo enviarán a la Fiscalía, para que esta lo estudie). En los 24 expedientes anteriormente mencionados se pueden comprobar en total 75 infracciones, de acuerdo con la categorización anteriormente expuesta.
Independientemente de los casos individuales, los peritos concluyen: “Nos hemos encontrado con un sistema de falta de distribución de competencias, de falta de claridad jurídica, de falta de posibilidades de control y de falta de transparencia; todo esto facilita la ocultación, con la colaboración de muchas personas, también fuera de la diócesis de Colonia.
Si bien no se puede hablar de una ‘ocultación sistemática’ por parte de responsables del obispado de Colonia, sí que es lícito hablar de una ‘ocultación inherente al sistema’”. Según Gercke no existió una actuación respecto a un plan ni se dieron “instrucciones desde arriba”, sino que más bien se actuó “sin coordinación y sin plan alguno”. Por este motivo, la verdadera magnitud de los abusos y de su ocultación queda sin esclarecer.
Algunas recomendaciones
Los peritos incluyen algunas recomendaciones, que podrían resumirse en la exigencia de profesionalización, para hacer frente al caos legislativo y la ignorancia de las normas vigentes, así como a la falta de capacitación: introducción de normas estandarizadas y sobre todo formación continua de las personas que han de tratar los casos sospechosos, además de un seguimiento permanente y un sistema de sanciones claro.
Más en general, los autores del informe hacen referencia a que durante mucho tiempo las autoridades eclesiásticas se ocuparon de los casos de abusos sexuales de menores “porque el autor de ellos incumplió sus deberes sacerdotales o eclesiásticos, pero no porque se considerara especialmente grave desde el punto de vista de las víctimas”.
Más consecuencias personales
Sin embargo, las primeras consecuencias personales del informe no han quedado en el relevo del obispo auxiliar y el vicario judicial de Colonia. El jueves a última hora de la tarde, el arzobispo de Hamburgo Stefan Hesse —que fue el director del departamento de personal de la diócesis de Colonia entre 2006 y 2012 y después vicario general, de 2012 a 2014— anunció en un comunicado personal que había presentado su renuncia al Papa Francisco y le había pedido ser relevado inmediatamente de su cargo.
En dicho comunicado subraya que siempre había actuado “según mi más leal saber y entender: mantuve conversaciones con muchos de los afectados por los abusos e intenté comprenderlos”. Aunque “no participé nunca en ningún encubrimiento, estoy dispuesto a cargar con la parte de responsabilidad por el fracaso del sistema” para evitar el daño que se pudiera causar a la archidiócesis de Hamburgo y al cargo del Arzobispo.
Disculpas
También otro obispo auxiliar de Colonia, Ansgar Puff, ha solicitado al cardenal Woelki que le releve de sus funciones. Aunque no se le menciona con nombre en el informe, allí se hacía referencia a que un “director del departamento de personal de la diócesis” había lesionado sus obligaciones de esclarecer hechos relacionados con abusos de menores.
El actual obispo auxiliar Puff ocupó ese cargo después de Mons. Stefan Hesse, entre 2012 y 2013. En un mensaje por vídeo difundido el viernes, expresa: “Lo siento infinitamente. Tengo que admitir que yo tampoco estuve jurídicamente a la altura de las circunstancias y no tuve muy claro qué debería haber hecho. Quiero pedir disculpas por ello”.
El nuevo obispo en Suiza, ordenado el día de San José
Al nuevo obispo Joseph Maria Bonnemain le aguardan tareas orientadas a sanar las fracturas internas de la diócesis de Coira, dividida durante largo tiempo.
Joachim Huarte·18 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 3minutos
La diócesis de Coira (Chur en alemán) reagrupa 7 cantones y es la segunda más grande de Suiza tanto en territorio como en población. En sentido canónico estricto, los cantones de Uri, Obwalden, Nidwalden, Glarus y Zúrich no pertenecen a la diócesis de Chur, sino que son una administración apostólica confiada al obispo de Coira como administrador apostólico. Son aquellas zonas que hasta 1816 habían pertenecido a la diócesis de Constanza que fue suprimida en ese periodo. Conviene recordar que en el solo cantón de Zúrich vive más de la mitad de los fieles; es el cantón más poblado y el corazón económico de Suiza. Por eso, reclama que el obispo esté más presente en Zúrich.
Algo de historia
El territorio de Zúrich está marcado por la reforma protestante llevada a cabo por Ulrico Zuinglio (Ulrich Zwingli en alemán, 1484 – 1531). Hasta 1807 estuvo prohibido celebrar la Misa católica y habrá que esperar hasta 1963 para que la Iglesia Católica obtenga el reconocimiento público en el cantón. Hoy en día es la ciudad suiza que alberga más católicos.
Desde el siglo XVI las proporciones de católicos y protestantes difería enormemente de un cantón a otro; en los últimos decenios, debido a los movimientos de población internos y a la inmigración, las proporciones han cambiado notablemente. En el cantón de Zúrich un 25% de la población se declara católica y un 27% protestante; en la ciudad de Zúrich, los católicos ya son la mayoría relativa. Por otra parte, la sensibilidad metropolitana y reformista del cantón de Zúrich choca, incluso con animosidad, con las formas más tradicionales de vivir la fe cristiana en las regiones rurales de los Grisones y la Suiza central.
Desde los años 70, entre los católicos se evidencian luchas entre las tendencias conservadoras y las progresistas; además en cada sector hay grupos polarizados y poco dispuestos al diálogo y a la búsqueda de soluciones aceptables por todos. Los desacuerdos internos, tanto sobre visiones eclesiológicas y teológicas como sobre cuestiones éticas y sociales afloran a menudo en los medios de comunicación tanto eclesiásticos como civiles.
Médico y del Opus Dei
El nuevo obispo estudió medicina y la ejerció durante algunos años en Zúrich. En 1975 fue a Roma para estudiar teología y en 1978 el Cardenal König de Viena le ordenó sacerdote de la Prelatura del Opus Dei. En 1980 se doctoró en derecho canónico y regresó a Suiza. Médico y teólogo, Joseph Maria Bonnemain colaboró con la delegación de la Santa Sede ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra de 1983 a 1991.
Desde 1989 es Vicario Judicial de la diócesis de Coira y desde 2008 miembro del Consejo Episcopal. En 2011, se le confió la responsabilidad de cuidar las delicadas relaciones con las corporaciones eclesiásticas en los cantones de la diócesis, con el título de vicario episcopal. El nuevo obispo conoce por lo tanto muy bien la diócesis y podemos decir que la mayor parte del clero le conoce personalmente. Además, desde el 2002 ha colaborado con los obispos del país como secretario de la comisión de expertos por los abusos sexuales de la Conferencia Episcopal Suiza.
Un reto para una diócesis dividida
Sus 40 años como capellán de un hospital y su actividad en diversos órganos de decisión de la sede diocesana en Coira, hacen de Bonnemain una figura de gran experiencia tanto a nivel pastoral como de gobierno. Entre las tareas que le esperan está la urgente necesidad de sanar las fracturas internas de una diócesis dividida durante largo tiempo. Todo un reto para este experimentado médico y capellán, que se convierte así en un emblema de la reconciliación. Todos concuerdan que esta tarea es extremadamente difícil.
En su primer saludo a los fieles el mismo día de su nombramiento escribió: Estamos viviendo tensiones, divisiones y polarizaciones. Lo vemos también en la Iglesia, también en la diócesis de Coira. Hay tensiones, divisiones, polarizaciones que -Dios lo sabe- no podemos permitirnos y que nos impiden buscar juntos esas “vacunas” que todos deseamos. Sí, la gente necesita fraternidad y esperanza, especialmente hoy en día. Y esperan -y con razón- que la Iglesia sea aquí un modelo y muestre caminos de fraternidad y esperanza. (…)
En los últimos años se ha rezado mucho por un nuevo obispo de Coira. Agradezco de todo corazón a todos los que han apoyado estas oraciones y les pido que no dejen de apoyarlas ahora. Lo necesitaré mucho más en el futuro. Por mi parte, también seguiré rezando y lo haré más intensamente. Rezar por el bien de todas las personas -sin distinción- en nuestra diócesis.
La UFV presenta el manifiesto ‘Cuidar siempre es posible’
A propósito de la reciente aprobación de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia en España, la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) ha presentado esta mañana su manifiesto ‘Cuidar siempre es posible’ en favor de toda vida humana; una mirada desde la antropología y la deontología médica, porque cuando ya no se puede curar, siempre se puede cuidar.
El manifiesto ha sido presentado por María Lacalle, vicerrectora de Profesorado y Ordenación Académica de la Universidad Francisco de Vitoria y Profesora Titular de Teoría del Derecho; Ricardo Abengózar, médico y profesor de Bioética y Elena Postigo, profesora de Bioética y directora del Instituto de Bioética UFV.
La Universidad Francisco de Vitoria, desde su compromiso con el bien de la persona y de la sociedad, ha querido proponer con este Manifiesto una reflexión sobre la eutanasia y todos los elementos implicados en ella.
El manifiesto, dirigido a toda la comunidad universitaria y a la sociedad española, tiene la intención de promover el debate, “conscientes de que tras una solicitud de eutanasia subyace un complejo entramado de implicaciones humanas, éticas, médicas, legales y sociales; conscientes, sobre todo, de que la angustia y las hondas preguntas a las que nos enfrenta la muerte no pueden soslayarse, ni es propio de una sociedad madura cercenar el diálogo, especialmente en un asunto como éste, en el que nos jugamos, literalmente, la vida” se ha explicado en la presentación.
Además, el manifiesto también realiza una propuesta de medidas para “la búsqueda de la protección integral y compasiva de la vida, la promoción de una cultura del cuidado, el respeto amoroso al enfermo frágil y vulnerable hasta el final de sus días”. Entre las propuestas, se solicitan una ley de Atención Integral al Sufrimiento, incluyendo unidades hospitalarias y extrahospitalarias de control del dolor y el sufrimiento, formación de los profesionales que han de acompañar al enfermo y a sus familiares, la universalización de los cuidados paliativos y promover el cuidado de la persona que muere con una atención médica, psicológica, familiar y espiritual, que permita humanizar el proceso de morir.
Por deseo e impulso del Santo Padre, mañana, solemnidad de San José, dará inicio el Año Especial «Familia Amoris laetitia», con ocasión del quinto aniversario de la publicación de la encíclica.
El anuncio sobre la familia
En la rueda de prensa de presentación llevado a cabo desde la Sala Stampa de la Santa Sede vía streaming, el cardenal Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Kevin Farrell, ha expresado que «la persistente situación de pandemia internacional nos preocupa y angustia a todos, pero esto no debe paralizarnos. Por el contrario, en este momento concreto de desconcierto, los cristianos estamos llamados a ser testigos de la esperanza. De hecho, forma parte de la misión de la Iglesia proclamar constantemente la buena nueva del Evangelio. Cabe señalar que la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia se abre con estas mismas palabras: «El anuncio cristiano sobre la familia es una verdadera buena noticia» (AL 1)».
«Por eso», ha continuado, «es más oportuno que nunca dedicar todo un año pastoral a la familia cristiana, porque presentar al mundo el proyecto de Dios sobre la familia es fuente de alegría y esperanza; ¡es una verdadera buena noticia!»
Tres aspectos de renovación
Ha afirmado que ha sido el Santo Padre quien ha decidido convocar este Año especial sobre la familia, que comenzará mañana, 19 de marzo, en la solemnidad de San José y en el quinto aniversario de la publicación de Amoris Laetitia. Ambos aniversarios significativos.
El cardenal Farrell ha querido subrayar tres aspectos de la renovación pastoral a la que nos exhorta el Papa Francisco: El primero es la necesidad de una mayor colaboración; el segundo un cambio de mentalidad; y el tercero, la formación de los propios formadores.
«Comenzamos, pues,» ha concluido el prefecto del Dicasterio, «este Año buscando tener hacia las familias la actitud de paternidad que aprendemos de san José, una paternidad compuesta de acogida, fortaleza, obediencia y trabajo. Al mismo tiempo, tratemos de ser cada vez más una Iglesia «madre» para las familias, tierna y atenta a sus necesidades, capaz de escuchar, pero también valiente y siempre firme en el Espíritu Santo».
Nuevo impulso a la pastoral familiar
La intervención de la profesora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio, se ha centrado más en cuestiones concretas de la pastoral de la familia. «Este año», ha dicho, «es una ocasión para dar un impulso a la pastoral familiar, tratando de renovar las modalidades, las estrategias y tal vez incluso algunos objetivos de la planificación pastoral: ya no una pastoral de los fracasos, dice el Santo Padre en Amoris Laetitia, sino una pastoral que sepa revalorizar la belleza del sacramento del matrimonio y de las familias cristianas».
Revalorizar la encíclica
La profesora Gambino ha animado a releer Amoris laetitia para redescubrir el valor total del documento y de la pastoral familiar, y no regir el acompañamiento matrimonial y familiar por el mero criterio del «se puede o no se puede».
«El Papa ha explicado repetidamente que si se lee Amoris Laetitia exclusivamente con el criterio de «se puede hacer o no se puede hacer» se va por mal camino y no se capta su verdadera finalidad. Lamentablemente, en los últimos años la reflexión y el debate se han centrado sólo en una parte del documento. En este Año, por tanto, hay que leer Amoris Laetitia como un «todo» y hay que dar más valor a todos los aspectos espirituales y pastorales que contiene el documento, a los que quizá se ha dado poca importancia y que son luego los que más interesan a la gran mayoría de las familias».
Proyectos transversales
Gambino ha recordado que el propio Dicasterio ha propuesto doce recorridos para renovar la pastoral familiar: «El criterio: hacer transversales los proyectos pastorales, para que no haya más compartimentos estancos. El acompañamiento de los niños, de los jóvenes, de los novios y de los ancianos debe hacerse a la luz de una visión integral y unificada de la planificación pastoral, que puede ser fuente de gran creatividad. Poner en diálogo a los agentes de pastoral de las distintas áreas, actuando con espíritu sinodal, es importante para dar continuidad y gradualidad al camino de crecimiento en la fe de los laicos».
Un reto para la Iglesia
Según la subsecretaria del Dicasterio, «debemos reconocer que muchas estructuras eclesiásticas, quizá sin ser plenamente conscientes de ello, están más bien orientadas a los mayores o a los solteros. Se trata, pues, de un gran reto para la Iglesia. Todos los agentes de pastoral, por tanto, deberían tener más en cuenta a las familias, salir a su encuentro, encontrar nuevas formas, nuevos tiempos y nuevos espacios para establecer un diálogo con ellas y atenderlas».
Ha asegurado que el Dicasterio participará con diligencia en la difusión de algunos instrumentos pastorales para las familias, las parroquias y las diócesis, con el fin de ayudar y apoyar el trabajo, a veces muy laborioso, de las Iglesias locales.
«No provocarás la muerte, sino al contrario, cuidarás»
El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española ha querido destacar la mala noticia que supone la aprobación de la ley de eutanasia y ha animado a los ciudadanos a realizar su testamento vital y a los sanitarios a ejercer su derecho a la objeción de conciencia.
Monseñor Luis Argüello ha señalado que «la aprobación de la ley de eutanasia esta mañana en el Congreso de los Diputados y así ya de manera definitiva en las Cortes Generales, es una mala noticia».
El Secretario General de la CEE ha querido recordar que «en España hay 60000 personas cada año que mueren con sufrimiento, pudiéndose remediar con una política adecuada de cuidados paliativos». Esta misma petición de un desarrollo de cuidados paliativos ha sido constante desde que el ejecutivo español anunciara su propósito de aprobar esta ley de eutanasia, de manera express, sin debate social y desoyendo deliberadamente voces que se oponen a la norma aprobada como las del Comité de Bioética de España.
Argüello ha animado a la sociedad española a «promover una cultura de la vida y de dar pasos concretos promoviendo un testamento vital o de declaraciones anticipadas que haga posible que los ciudadanos españoles manifiesten de una manera clara y determinada su deseo de recibir cuidados paliativos. Su deseo de no ser objeto de la aplicación de esta ley de eutanasia» y, en la misma línea, se ha dirigido a los profesionales sanitarios para «promover la objeción de conciencia y para promover todo aquello que tenga que ver con esta cultura de la vida que quiere tener una línea roja diciendo con fuerza ‘No matarás'».
El Secretario General de la CEE ha terminado su intervención con una llamada a la apuesta por la vida: «No provocarás de manera decidida la muerte para aliviar el sufrimiento, sino al contrario, cuidarás, practicaras la ternura, la cercanía, la misericordia, el ánimo, la esperanza para aquellas personas que se encuentran en el tramo final de su existencia, quizás en momentos de sufrimiento que necesitan consuelo, cuidado y esperanza».
Hace pocas semanas, cuando el gobierno de España pisaba el acelerador de una de las leyes de la muerte, la de eutanasia, Javier Segura, en este mismo medio, escribía una impecable columna sobre este tema titulada Eneas y la eutanasia. En ella, con el mito griego como telón de fondo, describía la triste realidad a la que se ha sumado nuestro país con la aprobación de esta ley: “Quien arroja como una carga a los más débiles, es verdad que caminará más rápido, que podrá correr incluso, pero lo hará hacia su propia destrucción”.
La apuesta desmedida por la muerte es uno de esos síntomas de nuestro camino destructivo como sociedad. No deja de ser paradójico que se quieran presentar como progresistas leyes en las que subyacen las mismas ideas y razones utilizadas por el gobierno nacionalsocialista de la Alemania de los años 30 del pasado siglo. Porque no, Hitler no comenzó matando judíos y gitanos, empezó aplicando la muerte “por compasión” a un niño con minusvalía a inicios de 1939. A partir de ahí, se puso en marcha un programa que aplicase estos criterios a casos similares, poco después se amplió a enfermos mentales y luego… pues ya sabemos todos la historia.
Con la ley de eutanasia, lo que estamos diciendo a otras personas es: “lo mejor es que te mueras”. Sí, tú… por viejo, por depresiva, por estar impedido, por tener tal o cual síndrome… “Lo mejor es que te mueras… porque yo no voy a cuidarte”. Más aún, la aprobación de esta ley, junto al escaso apoyo existente en España al desarrollo y universalización del acceso a los cuidados paliativos, conlleva un mensaje adicional: “Lo mejor es que te mueras… porque yo no voy a cuidarte y no pienso ayudar a que otros lo hagan”.
Gracias a Dios, sí que hay esos otros, profesionales sanitarios, muchos y muy buenos, que dedican su vida a cuidar a quienes esta ley quiere matar porque ha decidido que una vida de tal o cual modo es insoportable.
La vida, cuando hay medios, no ensañamiento, cuando hay posibilidades y, sobre todo, cuando hay cariño, merece ser vivida.
Es unánime la voz de profesionales sanitarios, de familiares y de personas que se encuentran en situaciones no precisamente idílicas, cuando destacan que un enfermo terminal no pide la muerte: pide la eliminación del sufrimiento, no de la vida.
La ley de eutanasia no busca acabar con el problema, elimina a quien padece el problema, creando además una situación de retroceso médico limitando o evitando la búsqueda de nuevas soluciones a las dolencias planteadas.
Sí, efectivamente, hay vidas con mayor o menor dignidad y muertes realmente indignas, como las de quienes se quedan en el fondo del mar intentando llegar a una vida mejor. Pero lo que no existen son personas indignas. Nuestro deber como sociedad es ayudarles es a vivir. Lo tenemos muy claro, por ejemplo, en la prevención del suicidio. Inducir la muerte, y más aún, querer obligar a los médicos a que certifiquen una muerte provocada como “natural”, hiere gravemente la médula espinal de una sociedad humana cuya característica habría de ser la de la atención, cuidado y promoción de los más débiles. Aunque sea más cómodo poner una inyección letal e irme de copas que pasar una noche sosteniendo la mano de una persona casi inconsciente. Sin embargo, ¿qué habría de ser lo propio del hombre, de la mujer? No creo equivocarme en la segunda opción, porque, en palabras del Dr. Martínez Sellés, “una sociedad que mata, aunque sea con una sonrisa, ha dejado de ser humana.
Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.
La cantante, pianista y compositora norteamericana tiene un estilo que se aproxima al pop melódico de los años 60, pero lo que llama la atención es la temática de sus canciones: es explícitamente católica.
Audrey Assad es una cantante, pianista y compositora norteamericana. Nacida en 1983, hija de estadounidenses, siendo su padre de ascendencia siria. Convertida al catolicismo en 2007. Madre de dos hijos. Ha producido los siguientes álbumes, con más de sesenta canciones originales: The House You’re Building; Heart; Fortunate Fall; Inheritance; Evergreen; Eden. En cada uno innova y busca nuevas formas de expresión. Ha colaborado con Matt Maher en la composición de dos canciones y en diversos conciertos.
Con personalidad propia
Esta gran artista posee una preciosa voz, armónicamente modulada, con personalidad propia. Su estilo podría describirse como pop melódico, con frecuencia meditativo, en la línea de los inolvidables de los años sesenta y setenta como Simon and Garfunkel, The Carpenters, James Taylor, Peter, Paul & Mary, Joan Báez, etc.
Su temática, en cambio, resulta explícitamente católica: oraciones y alabanzas al Señor llenas de unción, basadas en los evangelios, los salmos y el testimonio de los santos.
Sus canciones
Así, Lead me on ora con el salmo del buen pastor. Sparrow, expresa la confianza a que nos invita Jesús en el Padre bueno que cuida con ternura a sus hijos más que a los gorriones. Blessed are the ones canta con gozo las bienaventuranzas. Restless se inspira en el corazón inquieto de San Agustín. Lead kindly light pone música con esmerada delicadeza a la sentida oración de John Henry Newman en su camino interior de fe.
Teresa recrea hermosamente la experiencia de la noche oscura que padeció durante décadas la Madre Teresa de Calcuta, que encontraba al Señor en el servicio a los más pobres. Even unto death es un sentido homenaje a los cristianos mártires de la fe y del amor al Señor, asesinados por los islamistas radicales. In the begining canta el asombro ante la nueva creación en Cristo. Wounded Healer alaba a Nuestro Señor, que nos cura a través de sus heridas gloriosas.
Un maravilloso instrumento evangelizador
Muchos han experimentado intensamente que la música de esta reconocida artista contemporánea constituye un maravilloso instrumento evangelizador, pues deleita y encanta, llega al alma y alimenta la fe, al mostrar la belleza infinita de Jesucristo.
«Hay tantos caminos en la oración como orantes, pero es el Espíritu el que actúa»
El Papa Francisco ha subrayado en la audiencia general de este miércoles la acción del Espíritu Santo para una verdadera oración cristiana, en armonía con la tradición viva de la Iglesia.
Italia vive reminiscencias del confinamiento decretado en marzo del año pasado. Las nuevas medidas adoptadas por el gobierno de la nación han hecho desaparecer cualquier rastro de visitante en las inmediaciones de la Plaza de San Pedro.
Por tanto, y como ya venía haciendo las semanas anteriores, el Papa Francisco ha mantenido la audiencia general vía streaming, desde la Biblioteca del Palacio Apostólico.
El don fundamental
Continuando la catequesis sobre la oración, el Papa ha iniciado recordando que «hoy completamos la catequesis sobre la oración como relación con la Santísima Trinidad, en particular con el Espíritu Santo».
«El primer don de toda existencia cristiana», ha dicho, «es el Espíritu Santo. No es uno de los muchos dones, sino el Don fundamental. Sin el Espíritu no hay relación con Cristo y con el Padre. Porque el Espíritu abre nuestro corazón a la presencia de Dios y lo atrae a ese “torbellino” de amor que es el corazón mismo de Dios. Nosotros no somos solo huéspedes y peregrinos en el camino en esta tierra, somos también huéspedes y peregrinos en el misterio de la Trinidad. Somos como Abrahán, que un día, acogiendo en su tienda a tres viajeros, encontró a Dios. Si podemos en verdad invocar a Dios llamándolo “Abbà – Papá”, es porque en nosotros habita el Espíritu Santo; es Él quien nos transforma en lo profundo y nos hace experimentar la alegría conmovedora de ser amados por Dios como verdaderos hijos».
El Espíritu nos atrae al camino de la oración
Francisco ha citado el Catecismo, que contiene puntos clarísimos sobre la oración: «Cada vez que en la oración nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia preveniente, nos atrae al camino de la oración. Puesto que Él nos enseña a orar recordándonos a Cristo, ¿cómo no dirigirnos también a él orando? Por eso, la Iglesia nos invita a implorar todos los días al Espíritu Santo, especialmente al comenzar y al terminar cualquier acción importante» (n. 2670).
Cristo educar a sus discípulos transformando su corazón, como hizo con Pedro, con Pablo, con María Magdalena.
Papa FranciscoAudiencia general del 17 de marzo de 2021
El Espíritu transforma nuestro corazón, afirma el Papa, «esta es la obra del Espíritu en nosotros. Él nos “recuerda” a Jesús y lo hace presente en nosotros, para que no se reduzca a un personaje del pasado. Si Cristo estuviera tan solo lejano en el tiempo, nosotros estaríamos solos y perdidos en el mundo. Pero en el Espíritu todo es vivificado: a los cristianos de todo tiempo y lugar se les abre la posibilidad de encontrar a Cristo. Él no está distante, está con nosotros: todavía educa a sus discípulos transformando su corazón, como hizo con Pedro, con Pablo, con María Magdalena».
Según la «medida» de Cristo
El ejemplo de los santos es evidente: «Es la experiencia que han vivido muchos orantes: hombres y mujeres que el Espíritu Santo ha formado según la “medida” de Cristo, en la misericordia, en el servicio, en la oración… Es una gracia poder encontrar personas así: nos damos cuenta que en ellos late una vida diferente, su mirada ve “más allá”. No pensemos solo en los monjes, los eremitas; se encuentran también entre la gente común, gente que ha tejido una larga vida de diálogo con Dios, a veces de lucha interior, que purifica la fe. Estos testigos humildes han buscado a Dios en el Evangelio, en la Eucaristía recibida y adorada, en el rostro del hermano en dificultad, y custodian su presencia como un fuego secreto».
También el Catecismo recoge la acción del Espíritu Santo en la tradición viva de la oración: «El Espíritu Santo, cuya unción impregna todo nuestro ser, es el Maestro interior de la oración cristiana. Es el artífice de la tradición viva de la oración. Ciertamente hay tantos caminos en la oración como orantes, pero es el mismo Espíritu el que actúa en todos y con todos. En la comunión en el Espíritu Santo la oración cristiana es oración en la Iglesia» (n. 2672).
El campo infinito de la santidad
Y concluye el Papa señalando que «es por tanto el Espíritu quien escribe la historia de la Iglesia y del mundo. Nosotros somos páginas abiertas, disponibles a recibir su caligrafía. Y en cada uno de nosotros el Espíritu compone obras originales, porque no habrá nunca un cristiano completamente idéntico a otro. En el campo infinito de la santidad, el único Dios, Trinidad de Amor, hace florecer la variedad de los testigos: todos iguales por dignidad, pero también únicos en la belleza que el Espíritu ha querido que se irradiase en cada uno de aquellos que la misericordia de Dios ha hecho sus hijos».
…Y la Cruz de los migrantes se paró en el Estrecho
Hasta el pasado 8 de marzo, en el que partió hacia Tuy, la Cruz de los migrantes ha vivido un año especial frente al Estrecho de Gibraltar, punto caliente del fenómeno migratorio en Europa.
Hace un año, en la noche del 13 de marzo de 2020, la Cruz de Lampedusa llegaba a Algeciras, de la mano del Secretariado de Migraciones de esta diócesis, con el objetivo de continuar su recorrido por distintas ciudades españolas esta cruz, realizada con la madera de una patera que naufragó en octubre de 2013, dejando 366 muertos frente a la isla italiana de Lampedusa. Sin embargo, la declaración del estado de alarma en España obligó a suspender todas las acciones previstas. Entre ellas, la visita a Punta Carnero, que es el punto más estrecho del Estrecho desde Algeciras, el recorrido en un barco de salvamento marítimo que auxilia inmigrantes o la visita a los reclusos del centro penitenciario de Botafuegos.
Allí, en Algeciras, frente al Estrecho de Gibraltar, uno de los puntos calientes del paso de migrantes a Europa, hubo de quedarse la cruz. Lo que iban a ser unas semanas fueron extendiéndose hasta ser un año completo el que la Cruz ha quedado bajo la custodia de la comunidad de Trinitarios.
Los «cambios de planes» de la Providencia
Como la misma comunidad destacaba al despedirse de este signo, el hecho de este “cambio de planes” manifestaba cómo “quizás la Cruz, quiera llegar hasta la orilla del Estrecho a bendecir esas aguas donde se ahogaron las esperanzas de una tierra prometida de más de 7000 inmigrantes. Quizás la cruz haya escuchado el grito de tantos hermanos que perdieron su vida, quizás la cruz, quiera acoger el dolor de tantas cruces de este cementerio bajo agua. Si morimos con Cristo, con él resucitaremos”. Una idea compartida por Graziella Cuccu, embajadora y responsable de la Cruz en España que destacaba cómo “de repente han cambiado los planes, como si la Cruz, la providencia quisiera otra cosa y gracias a eso, se han encontrado con la Cruz, personas que no se lo esperaban, han vivido testimonios de conversión y llanto irrefrenable ante la Cruz”.
Este tiempo junto a la Cruz ha supuesto una bendición, un signo de la presencia de Dios en medio del sufrimiento de la humanidad por la pandemia y por la situación de los migrantes.
P. Sergio García. Trinitario
Para la Comunidad trinitaria, que atiende la Parroquia Santísima Trinidad de Algeciras así como la labor de pastoral penitenciaria de la cárcel de Botafuegos, este tiempo junto a la Cruz “ha supuesto una bendición, un signo de la presencia de Dios en medio del sufrimiento de la humanidad por la pandemia y por la situación de los migrantes. La barca se tambaleaba por la tormenta del Covid, pero en la Cruz, Jesús ha estado con nosotros acogiendo el sufrimiento de la humanidad y de los migrantes” ha destacado para Omnes el P. Sergio García, trinitario, que ha recordado como “de mediados de marzo hasta el Triduo Pascual estuvo en nuestra comunidad. Y cada día orábamos ante la cruz y se retransmitía en directo los Laudes, la exposición al Santísimo y la Eucaristía. Intimidad con Dios, apertura a todos y apoyo en nuestra labor que seguía en la casa de acogida con excluidos e inmigrantes. Hemos sentido su bendición porque todo ha continuado la parroquia, la labor de Prolibertas… Dios ha estado con nosotros en la Cruz para decirnos que su amor es más fuerte”.
La vida de fe con la comunidad
“De puertas para adentro”, los trinitarios que conforman la comunidad de Algeciras han podido vivir su vida de fe junto a esta imponente y significativa Cruz. Han sido momentos especialísimos, como la adoración de la Cruz del Viernes Santo o la celebración de Pascua, donde se adornó la Cruz como un árbol de la vida con adornos realizados por usuarios de la Fundación Prolibertas, la mayoría migrantes. Ante esa Cruz se han celebrado Eucaristías por víctimas del covid, oraciones por afectados por la pandemia, enfermos, parados… y por los destinatarios de la misión de los trinitarios: los reclusos, migrantes, los ancianos de la residencia del barrio. En un año difícil, muchas personas han comunicado el consuelo y esperanza que han recibido al orar ante la Cruz de Lampedusa.
Labor en tiempos de pandemia
Los padres trinitarios no dudan que el misterio de la Cruz, especialmente significativo en ésta de Lampedusa, ha sido clave en su labor durante este año de pandemia. Especialmente, han querido señalar el aumento de las familias necesitadas que han acudido a Cáritas parroquial, tanto migrantes y españoles. En Prolibertas, en la casa de acogida y el programa de empleo más del 70% de las 400 personas atendidas en 2020 han sido migrantes. Se realizaron 8 cursos y se consiguieron 150 inserciones laborales, en medio de medidas de seguridad y restricciones.
Entre los momentos significativos de la Cruz en su estancia en Algeciras se cuentan los Círculos de Silencio que ha presidido, una iniciativa en solidaridad con los migrantes que se realiza en ciudades de las dos orillas del Mediterráneo. Un acto de media hora en el que, formando un círculo, se lee un comunicado sobre situaciones actuales de los migrantes en las que se pide que se respeten los Derechos humanos, y se guarda silencio. Una vez se pudieron realizar presencialmente, pasaron de la Plaza Alta a la Plaza Santísima Trinidad para que este acto lo presidiera la Cruz.
La Cruz de Lampedusa
Tras la visita de Francisco a Lampedusa, (2013), Arnoldo Mosca Mondadori, el presidente de la Fundación de la Casa y del Espíritu y de las Artes, tuvo la idea de regalar al Papa Francisco una cruz realizada con maderas de barcazas que recordara al mundo la tragedia interminable de los migrantes.
No era fácil encontrar la madera, porque los barcos, al llegar a Lampedusa se rompían contra las rocas. Después de un tiempo de búsqueda, Franceso Tuccio, autor de la Cruz, encontró la madera perfecta, sin romper y que, además tenía unos clavos situados de tal manera que “parecía que este barco había nacido para ser una cruz”.
El Papa Francisco bendijo esta Cruz y conmovido dijo a Arnoldo Mosca Mondadori: “tenéis que llevarla a todos los lugares”.
La Cruz de Lampedusa está formada por dos tablas de 2 metros y 60 centímetros de alto, 25 kilos de dolor y tres clavos, uno en cada brazo y otro abajo. Estos tres clavos son originales del barco.
El 9 de abril de 2014, tras la audiencia, el papa Francisco bendijo esta Cruz, conmovido dijo a Mondadori: “tenéis que llevarla a todos los lugares”. Ahí empezó el viaje de la Cruz de Lampedusa, como un mensaje que el Papa Francisco envía a todas las diócesis, sobre la realidad de los migrantes, los más pobres de entre los pobres.
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La administración del gobierno de los Estados Unidos está generando tensiones entre los que pensaban que las medidas del presidente "católico" serían coherentes con la fe que profesa.
Gonzalo Meza·16 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: 3minutos
El presidente Joseph R. Biden, Jr. es el segundo mandatario norteamericano en la historia de los Estados Unidos que profesa abiertamente la fe católica. Su gestión inicia casi 60 años después del primer presidente católico que tuvo el país: John F. Kennedy. Aunque a primera vista este hecho parece una noticia alentadora para la promoción de temas fundamentales para la Iglesia como la protección de la vida, la familia en el seno del matrimonio entre un hombre y una mujer, el asunto será mucho más complicado. Y las primeras señales ya se han dado.
Las primeras señales, en las leyes
Desde el primer día de su llegada a la Casa Blanca, el presidente Biden decretó una serie de leyes a favor de las uniones entre personas del mismo sexo y el aborto. Tras tomar posesión como primer mandatario, Biden revirtió una regulación federal que restringía fondos gubernamentales destinados a la interrupción del embarazo. Dicha regulación conocida como “política de Ciudad de México” estuvo vigente por décadas y básicamente prohibía al gobierno norteamericano dotar de recursos económicos a clínicas donde se realizan abortos.
Impulso de la economía
El 10 de marzo la Cámara de Representantes de los Estados Unidos (EUA) aprobó un paquete de estímulo para la economía estadounidense por un valor de 1.9 billones de dólares. Este “Plan de Rescate Americano 2021” retoma y añade medidas incluidas en los dos paquetes anteriores aprobados durante la gestión del ex presidente Donald Trump. El Plan tiene como objetivos primordiales impulsar la economía norteamericana y sacarla del periodo de crisis provocada por la pandemia.
Sus medidas incluyen, entre otros aspectos, un depósito de 1,400 dólares a los contribuyentes fiscales individuales; un suplemento adicional de 300 dólares semanales para los desempleados; apoyos económicos y alimentarios para las familias con hijos menores de edad; estímulos fiscales y préstamos a las empresas en apoyo a los asalariados.
Bajo la sección 1001
Los Obispos de los EUA reconocieron muchos elementos positivos en dicho Plan de ayuda, sin embargo manifestaron su consternación, ya que el paquete incluye fondos destinados a favorecer el aborto a nivel nacional e internacional.
Y aunque el Plan no menciona expresamente la palabra aborto, sí lo contempla al indicar que se destinan 50 millones de dólares para “subvenciones y contratos bajo la sección 1001 del Servicio de Salud Pública”, medida bajo la cual se rigen cientos de organizaciones dedicadas a “servicios” de salud reproductiva, planificación familiar y aborto como Planned Parenthood.
Opinión de los obispos
En un comunicado de prensa, los obispos norteamericanos expresaron su indignación: “Es inconcebible que el Congreso haya aprobado el proyecto de ley sin las protecciones críticas necesarias para garantizar que miles de millones de dólares de los contribuyentes se utilicen para la atención médica a favor de la vida y no para el aborto”.
A diferencia de los paquetes de estímulos anteriores, dicen los prelados, las disposiciones contenidas en este paquete “se han visto socavadas porque facilitan y financian la destrucción de vidas, lo cual es contrario a su objetivo de proteger a los estadounidenses más vulnerables en tiempos de crisis”.
Diálogo y coherencia
La tensa relación entre el católico presidente Biden y la jerarquía del país no será fácil pero ya se veía venir desde antes que iniciara su mandato. Tras la toma de posesión del mandatario, en enero del 2021, José H. Gómez, Arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos advertía que “nuestro nuevo presidente se ha comprometido a seguir ciertas políticas que promueven los males morales y amenazan la vida y la dignidad humanas, especialmente en las áreas del aborto, la anticoncepción, el matrimonio y el género”.
Ante ello Gómez hacía un llamamiento a Biden al diálogo y a la coherencia con su fe y lo invitaba a un diálogo respetuoso para tratar esos temas tan delicados: “Si el presidente, con pleno respeto por la libertad religiosa de la Iglesia, participara en esta conversación, sería de gran ayuda para restaurar el equilibrio civil y curar las necesidades de nuestro país”.
Hasta este momento dicho diálogo no se ha dado públicamente y la ruta que la administración Biden está tomando, no indica que vaya a haber un giro para proteger la vida y la familia, en consonancia con los valores de la fe católica que J. Biden dice profesar.
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